Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Llueve por girlutena

[Reviews - 285]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Apenas eran las cuatro de la tarde cuando  Naruto ingresó al departamento de aquel hotel, no pudo evitar fruncir su ceño cuando el silencio fue lo único que le recibió, caminó lentamente dejando en la pequeña mesita las llaves del auto que le había alquilado Kakashi y fue quitándose con fastidio la corbata.


Interiormente se sintió fastidiado y molesto cuando salió de la oficina y manejó con demasiada prisa hacía el hotel, deseando interiormente, encontrar a Sasuke y a su hijo. Pensó encontrarlos sentado en la sala viendo alguna película infantil o escuchar la suave y melodiosa voz del doncel, intentando que Menma aprendiera alguna palabra.


Se  detuvo en medio de aquella enorme sala, observando todo el lugar tan vacío y parco.


Lentamente ingresó a la habitación que Sasuke ocupaba con su hijo y sonrió suavemente al observar la cuna de su hijo y recordó como los primeros días Menma se negaba a dormir solo en su cuna, soltando fuertes y dolorosos llantos, sonrió suavemente mientras con las yemas de sus dedos palpaba la suave tela de la pequeña colcha del bebé y cerrando sus ojos recordó como Sasuke tuvo que acunarlo en sus brazos, como lo arrulló con una suave canción para luego acostarse en aquella cama matrimonial, no sin antes colocar varias almohadas en los bordes de la cama.


Lentamente fue sentándose en la cama y acarició con la yema de sus dedos la suave y fría tela que el doncel utilizaba para dormir y no pudo evitar esconder su rostro en la almohada con la que Sasuke utilizaba para dormir, inhaló el dulce aroma que desprendía de aquella tela, mientras que su cuerpo empezaba a sentirse relajado, sintió como el sueño empezaba a invadir su cuerpo y como sus ojos fueron cerrándose lentamente.


 


 


Poco a poco empezó a ponerse de pie, sintiendo todos sus músculos agarrotados, sus ojos cansados y resecos, lentamente acarició con fuerza los músculos de su cuello y frunció ligeramente su ceño cuando las manecillas de su reloj marcaban las siete de la noche.


Llevó su azulina mirada hacía el umbral de la puerta que yacía abierta y sintió una fuerte sacudida en su pecho al darse cuenta que había dormido en la cama del doncel, pero rápidamente alzó su rostro al no escuchar ni un ruido.


Caminó hasta acercarse a la gran mampara y observó como las ramas desnudas de los árboles se movían con suavidad por el frío viento, escondió sus manos en los bolsillos anchos de su pantalón y soltando un suspiro caminó hasta tumbarse en el mueble de dos plazas.


No tenía ninguna intención de prender las luces y dejó que las luces de color ámbar iluminaran parte de la sala, caminó hasta sentarse en uno de los muebles de cuero y soltó un leve gruñido cuando se dio cuenta que el auricular yacía pegado a su oreja.


-Señor Namikase, su esposo salió muy temprano en la mañana con Sejun-san y la señorita Haruno. –La voz del doncel de la recepción sonó tan suave y calmada, que él no pudo evitar sentir un malestar en la zona de la boca de su estómago.


-Muchas gracias. –Colgó el auricular con más fuerza de la necesaria y llevó su cabeza hacia atrás, observó cómo los finos detalles que adornaban el techo marmoleado y aquella araña tan extravagante, daban un estilo aristocrático.


Cerró lentamente sus ojos dejándose abrazar por la oscuridad, empezando a sentir como la soledad y el frio empezaba a calar su cuerpo, imaginó la suave risa de su hijo mientras que la dulce voz de Sasuke intentaba enseñarle algunas simples palabras.


No pudo evitar recordar las noches de invierno en las que tuvo que pasarla solo o con algún amante de turno, nunca le había faltado tiempo, ni ganas para ir a algún bar y llevarse consigo a algún hermoso doncel o alguna mujer, pero aquello ya no le parecía algo con lo que podía recurrir.


Aún con los ojos cerrados llevó su mano hasta la zona de su pecho y golpeó suavemente su corazón cuando sintió que este empezaba a palpitar con fuerza, abrió lentamente sus ojos dándose cuenta que las luces color ámbar ya ocupaban parte de la sala y como finos copos de nieve empezaron a caer.


Estaba a punto de tomar nuevamente el auricular y llamar a su abuela o a su amigo, pero se abstuvo cuando escuchó como la puerta principal era abierta lentamente, algunos de sus mechones rubios se removieron cuando una ráfaga de viento helado ingresó con brusquedad junto con el dulce aroma del doncel, quiso voltear su rostro y fijar su vista en el cuerpo del menor, pero no lo hizo, tan solo pudo escuchar la vocecita de su hijo.


-Buenas noches. –La voz de Sasuke sonó tan suave que casi lo consideró un susurro, cerró sus ojos y abrió lentamente sus labios esperando que su voz salga fuerte, pero el menor ya se había encerrado en su habitación.


Se puso de pie para acercarse lentamente a la puerta de la habitación del doncel y apoyó en silencio su frente sobre la madera de roble, sintiendo como el frio recorría todo el largo de su columna, con sus ojos cerrados y con las yemas de sus dedos acarició aquella fría madera imaginando la piel nívea de aquel joven rostro.


 


 


Sasuke había dejado al pequeño dentro de la cuna y acarició sus largos mechones azabaches, le dio un pequeño beso en su frente y casi corrió hasta el baño, tan solo tuvo tiempo de alzar la tapa del inodoro cuando su cuerpo le obligó a expulsar la poca comida que había probado.


Una pequeña lágrima se deslizó por su mejilla cuando el dolor en su estómago empezó a empeorar, lentamente su cuerpo resbaló por el borde de la tina de baño y alzando sus piernas, escondió su rostro entre sus rodillas, abrazando su delgada cintura.


Sintiendo como su estómago empezaba a achicarse, cuando observó su pálido rostro en el espejo del baño, acarició suavemente su mejilla, observando como las ojeras de sus ojos empezaban a notarse con mayor profundidad, y soltó lentamente un ligero suspiro al escuchar como su pequeño empezaba a soltar leves gemidos, intentándolo llamar.


Apoyó su frente sobre la del pequeño y le dedicó una pequeña y débil sonrisa, cerró lentamente sus ojos al sentir las pequeñas palmas de Menma sobre sus mejillas.


-O-chan. –Abrió sus ojos con rapidez al escuchar la dulce vocecita de su hijo y sintió como su corazón saltaba con fuerza, lleno de emoción, tomó al pequeño Menma entre sus bazos con la intención de salir hasta la sala, pero se detuvo abruptamente en el umbral de la puerta cuando escuchó como la puerta principal se cerraba con fuerza.


Mordió ligeramente su labio inferior, sintiendo como la pena u dolor volvía a embargar su cuerpo, pero volvió a sonreír cuando los pequeños dedos de su hijo acariciaron su respingada nariz.


-Mi bebito. –Sasuke escondió su rostro en el estómago del varoncito, escuchando la divertida risa del menor.


-¡Oto-chan! –Menma pasó sus bracitos alrededor del cuello de su papi, escondiendo su infantil rostro en la curvatura de su papi, soltando una divertida sonrisa al sentir el dulce aroma, soltó una suave risa cuando los labios de su papi se posaron sobre la piel de su cuello.


 


Kakashi cerró ligeramente sus ojos y frunció fuertemente su nariz al sentir el desagradable aroma de cigarrillos y a alcohol barato, giró lentamente su mirada hacía todo el lugar y frunció fuertemente su ceño al ver como una extraña mujer pegaba descaradamente su cuerpo al de su mejor amigo.


Soltó un ligero y abatido suspiro al recordar que había ido a aquel bar de cuarta en busca de su amigo, tan solo porque recibió una llamada de la abuela del rubio, se acercó con pasos lentos y se sentó al frente de su amigo, observó todas las botellas vacías que ocupaban parte de la mesa y frunció su ceño con asco al ver como las manos de aquella mujer pasaron por el fuerte pecho de Naruto.


-Aleja tus manos de él. –La mujer soltó una palabrería y fijó sus ojos en los de Kakashi, quien tan solo le dedicaba una fría mirada y soltando palabras impropias de una persona con clase, se alejó de ellos.


Naruto alzó levemente su mirada azul y Kakashi pudo ver como aquella mirada se hallaba perdida y desolada, sintió pena por su amigo, pero sabía que el rubio no era nada sincero con las nuevas y extrañas emociones que empezaba a tener hacía cierto doncel. -¿Qué pasó, Naruto?


-Yo... Yo no sé. –Naruto volvió a tomar un poco de aquel amargo y barato wiski, sin importarle que le quemara su garganta, ni que su estómago empezara ya a dolerle, sintió como sus pensamientos empezaban a perderse, pero luego caía en la tentación de regresar a los ojos de aquel hermoso doncel.  Y


-Deberías volver con tu familia. –El peli plateado apoyó su espalda en el respaldar de aquella incómoda banca, mientras que observaba como las calles empezaron a llenarse de hombres ingresando a burdeles de mala muerte o parejas ebrias entrando a hostales de paso.


-Mi familia. –Kakashi regresó su mirada hacia la de su amigo al escuchar la voz que tenía un tinte de sarcasmo y amargura. -¿Qué haces aquí?


-Tsunade me llamó. –Escuchó como Naruto soltaba un leve gemido, que lo pudo descifrar como una burla. –Sasuke pasó todo el día con ella y Sakura.


-Lo sé, me lo dijeron cuando llegué al hotel y no lo encontré. –Naruto escondió su rostro entre las palmas de sus manos. –Estoy haciendo todo mal. –Siempre había odiado que su voz sonara entrecortada y dolida, recordaba que tan solo había llorado a los cinco años cuando su madre murió y había prometido no volver a derramar ni una lágrima más.


Y ahí estaba él, dejando que unas pequeñas gotas saladas resbalaran por sus mejillas.


-Pues sí, estás haciendo las cosas mal. –Kakashi regresó su bruna mirada hacia el cielo gris, empezando a sentirse un poco incómodo al ver en ese estado a su amigo, cerró sus ojos e intentó ser duro con él. –Si sigues de este modo no demorará nada en que Sasuke encuentre a alguien a quien en realidad lo ame y lo cuide.


-Yo puedo hacer eso. –La voz de Naruto sonó tan molesta, pero en un suave y frío susurro, que Kakashi supo que el rubio se había molestado, sonrió con autosuficiencia aunque su amigo no podía verlo.


-Pues no parece. –Naruto soltó un fuerte y molesto gruñido, apoyó con fuerza sus manos sobre la mesa y Kakashi pudo ver que había fruncido su ceño, le vio intentar ponerse de pie, pero empezaba a marearse. –Antes que regreses deberías pasarte esa borrachera.


 


 


Sasuke abrió lentamente sus ojos observando con cansancio los detalles del techo, llevó su bruna mirada hacía la ventana observando como el balcón se había llenado de nieve, se levantó lentamente de la cama y sonrió al ver como su hijo dormía plácidamente, besó sus cabellos azabaches.


Rápidamente llevó sus manos hasta su vientre y corrió hasta el inodoro, apoyó con fuerza las palmas de sus manos en el borde y sintió como una amarga bilis recorría todo su esófago, unas lágrimas se asomaron por sus brunos ojos, pero no las soltó.


Con un poco de dolor se puso de pie y con algo de molestia lavó su boca y su rostro, intentó calmar su respiración al ver como los huesos de su cuello empezaban a notarse levemente, negó con fuerza y se colocó una polera ancha, intentando cubrir su cuerpo.


Soltó un ligero suspiro al ver que todavía eran las seis de la mañana y salió silenciosamente de la habitación.


Observó como la suave luz de la temprana mañana ingresaba por la ligera cortina y pudo sentir como el frío atravesaba con fuerza por las casi inexistentes rendijas. Su cuerpo se sobresaltó cuando la puerta principal se abrió casi abruptamente.


Caminó con rapidez hasta la entrada observando como Kakashi ingresaba con un Naruto prácticamente desmayado y a cuestas sobre él, el varón le sonrió suavemente y Sasuke cerró la puerta principal para seguir con pasos rápidos al varón para abrir la puerta de la habitación del rubio.


-¿Qué le pasó? –Él tan solo se quedó en el umbral, mientras que Kakashi arrastraba los pies de su amigo sobre el frio suelo, observó la habitación del rubio y pudo sentir como todo su aroma varonil se hallaba concentrado en el lugar, llevó su mano hacía su nariz, intentando que aquel fuerte y embriagante aroma no le obligara a correr nuevamente.


-Digamos que tuvo la necesidad de buscar un poco de lucidez. –Sasuke observó como Kakashi colocaba el cuerpo de Naruto sobre la cama y él tan solo agachó su rostro, mordió ligeramente su labio inferior, mientras que apretaba ligeramente sus puños.


 


Kakashi sonrió agradecido cuando Sasuke dejó una taza de café amargo sobre la mesa de madera y no pudo evitar observar el menudo cuerpo del doncel y como sus cabellos azabaches brillaba un ligero azul.


No podía negar que el doncel era hermoso, pero tampoco podía evitar preocuparse por la pérdida de peso que intentaba ocultar debajo de toda esa ropa y como las marcas negras debajo de sus hermosos ojos se notaban mucho más profundas.


Sasuke se sentó al frente del varón, mientras que escondía sus manos entre la tela de su abrigo, vio que Kakashi le mostraba una liviana sonrisa al ver como él se removía un poco incómodo en el mueble.


-¿Cómo te encuentras, Sasuke? –El doncel alzó levemente su rostro y mordió ligeramente el interior de su mejilla e intentó respirar normalmente.


Llevó su mirada hacía la punta de sus zapatos, intentando anular los recuerdos de las náuseas y el fuerte dolor de cabeza que había empezado a tener desde hace unos días.


-Estoy muy feliz. –Kakashi observó al menor con una interrogante dibujada en su rostro y se sintió emocionado al ver la hermosa sonrisa del menor. –Ayer en la noche, Menma me dijo Oto-chan.


-¡Eso es genial! –Sasuke vio con algo de alivio como el mayor había dejado de observarlo fijamente. –¿Y dónde se encuentra el pequeño? –Kakashi esperó una respuesta por el doncel, pero en ese momento se escuchó los suaves quejidos del pequeño bebé, no pudo evitar sonreír feliz. -¿Puedo ir a verlo?


Sasuke se apoyó en el umbral de la puerta y sonrió suavemente al ver como aquel varón peli plateado cargaba y sonreía al pequeño niño, recordó el día en que viajaban en el avión y como Kakashi le había dado un par de instrucciones para con el niño.


-Vamos bebé. –Kakashi alzó levemente el cuerpecito de Menma, escuchando como el pequeño soltaba una suave risa. –Di Kakashi ojii-san.


-Chan, ¡Oto-chan! –Menma alzó divertido sus bracitos al sentir en el aire, sonrió feliz al ver como aquel varón le acercaba a los brazos de su papi.


-Menma te ama mucho. –Sasuke se había sentado en el mueble de dos plazas, sentando al pequeño en su regazo, dándole tomar su leche. Kakashi se sentó al frente de ellos y apoyó sus codos sobre sus rodillas, imaginándose a él y a su propia familia.


 


Cuando Naruto salió de su habitación se quedó de pie en el umbral de la puerta y frunció ligeramente su ceño al escuchar la apacible voz de su mejor amigo, apoyó el peso de su cuerpo en el umbral y acarició el músculo de su cuello, soltó un ligero y cansado suspiro recordando lo que pasó la noche anterior.


Caminó lentamente mientras iba escuchando la suave voz de Sasuke, pero cuando llegó hasta la sala, la voz de Sasuke se detuvo abruptamente y recibió la bruna mirada de Kakashi. Lentamente caminó hasta el mueble donde se encontraba su joven familia y tomó suavemente al bebé.


-Ven con papá, Menma-chan. –Menma soltó un suave gemido al verse separado de los suaves y cálidos brazos de su papi y frunció ligeramente su naricita cuando Naruto intentó sentarlo en su regazo, pero él tan solo recordaba las finas lágrimas de su papi, alzó sus bracitos hacia el doncel.


-Ño, To-chan. –Kakashi sonrió al escuchar la vocecita del más pequeño y pudo ver como Naruto se quedaba casi helado al escucharlo hablar. Sasuke aprovecho para tomar las pequeñas manos del infante y Menma aprovechó para regresar a los brazos del doncel.


-¿Cuándo... cuándo empezó a... hablar?


-Ayer... ayer dijo su primera palabra. –El bebé soltó una divertida sonrisa cuando su papi apoyó su frente sobre la de él.


-¡To-chan! –Naruto se sintió molesto al saber que había perdido de escuchar a su pequeño decir su primera palabra, se sintió molesto al pensar que Sasuke pudo haberlo buscado, pero él había huido.


Se quedó en silencio y observó como Menma sonreía feliz a lado de Sasuke, frunció ligeramente su ceño al ver como las mejillas de Sasuke se encontraban mucho más pálidas de lo normal y como las marcas debajo de sus ojos se podían notar con más fuerza, quiso tocar la pálida piel y sentir la suavidad.


Deseó alzar sus manos, tocar sus mejillas y besar sus labios, pero se detuvo abruptamente al darse cuenta del error que estaba cometiendo, su mirada cayó sobre la poca piel que dejaba al descubierto aquella polera y sintió como un balde de agua fría caía sobre su cuerpo al ver como los delgados huesos del menor se notaban bajo su piel.


-Naruto, le estaba comentando a Sasuke que hoy se celebrará el día de arte. –Menma se removió ligeramente, escondiendo su rostro en el pecho de su papi y sonrió feliz al escuchar el suave latido de su corazón.


-Podemos ir.


-¿Enserio? –La voz de Naruto había sonado tan rápida que Sasuke alzó su bruna mirada y no pudo evitar sonreír al ver como Naruto le miraba suavemente para luego mostrarle una pequeña sonrisa. –Pero abre a las diez.


-Entonces será mejor que salgamos ya. –Kakashi se puso de pie y tomó suavemente a Menma, quien solamente sonreía al estar en los brazos de aquel hombre que le hacía querer estar más alto.


Cuando Kakashi se había alejado hasta la cocina, Naruto vio como Sasuke agachaba levemente su rostro y mordía su labio inferior.


-Si no deseas, no tienes que sentirte obligado. Yo puedo verlo por la televisión.


-He dicho que vamos. –Apoyó suavemente su mano sobre la espalda del doncel y pudo sentir, a pesar de la gruesa tela,  sus delgados huesos, vio como Sasuke se fue alejando de él y soltó un ligero suspiro, mientras cerraba sus ojos.


 


 


Menma observaba todo el inmenso y colorido lugar con sus grandes y vivaces ojos carbones, alzó sus bracitos intentando tocar una de las sogas de colores que colgaban del techo y caían con suavidad en la entrada.


Kakashi caminó con una pequeña sonrisa en su rostro, llevando al pequeño consigo y se sintió feliz cuando vio cómo su mejor amigo tomaba suavemente la mano del moreno.


Naruto observó como Sasuke miraba emocionado todas las obras de cerámica junto con las obras de arte y supo que el doncel no se había dado cuenta que le llevaba de la mano, jalándolo por todos los concurridos pasillos.


-¡Vaya! Esto es hermoso. –Sasuke se había detenido al frente de un inmenso lienzo que colgaba de lo alto de la pared, Naruto tan solo veía un cuadro de pintura al óleo algo abstracto y lleno de colores fríos y parcos, pero se dio cuenta que para su joven esposo no era así. –No esperaba menos de ti, Sasori-sempai.


Una ronca y varonil risa se dejó escuchar, llamando fuertemente la atención del rubio, quien no pudo evitar fruncir levemente su ceño al ver como Sasuke le sonreía tan familiar, pero no pudo evitar terminar de fruncir su ceño cuando los ojos café cenizas de aquel, le miraron con escrutinio.


-Namikase, cuando tiempo. –Naruto alzó su ceja izquierda cuando aquel hombre le nombró. Intentó reconocerlo por algún lado, pero tan solo tomó levemente la mano de aquel hombre.


-Naruto, Sasori fue mi profesor de arte.


-Vamos Sasu. Más que un profesor fui un gran amigo. –Naruto frunció fuertemente su ceño cuando sintió como la mano del doncel se desprendía de la de él y sintió un sabor amargo en la garganta cuando aquel pelirrojo pasó su brazo por los delgados hombros de su esposo y le besaba con cariño sus cabellos brunos.


-¡Suelta a Sasu-chan! –Luego vio como un rubio golpeó la cabeza del varón, para luego abrazar al doncel, pudo notar como el menor mostraba una pequeña sonrisa de nostalgia y tan solo se dejó abrazar. No le había gustado para nada oír como aquellas dos personas llamaban al menor por aquel pequeño apelativo, pero por dentro sabía que se sentía celoso de esos dos.


-Deidara-sempai fue mi profesor de escultura. –Naruto tan solo asintió suavemente y se sintió aislado cuando aquel par empezaron a tomar toda la atención del doncel. Se habían sentado en una de las bancas de aquel lugar y dejando que su esposo conversara con el par, empezó a buscar la cabellera distinguida de su mejor amigo.


-Kakashi. –La voz del pelirrojo se detuvo cuando su novio pronunció aquel nombre y Naruto giró su cabeza hacia la derecha a la par con Sasuke y vio cómo su mejor amigo se quedaba de pie, congelado observando a aquel doncel rubio.


-Deidara. –Naruto se puso lentamente de pie, dejando que su amigo depositara a Menma entre sus brazos y volvió a sentarse al costado de su esposo, dejando que Menma se escondiera entre los brazos de su papi.


-¿Se conocen? –Sasuke volteo a ver al pelirrojo y tan solo pudo ver que había fruncido ligeramente su ceño, mordió ligeramente su labio inferior al ver como Deidara caminaba a cierta distancia del peli plateado.


-¿Hatake-san es...? –Naruto frunció aún más su ceño cuando la pregunta de su esposo quedó al aire para que luego aquel pelirrojo asintiera suavemente. –No puedo creerlo.


-¿Qué problema tiene Kakashi? –Naruto vio como el cuerpo de Sasuke se estremecía levemente al escuchar su fuerte y molesta voz, pero era de su amigo de quien estaban hablando y empezaba a sentirse ansioso y molesto por ser excluido.


-Obito, el esposo de mi nii-san. –Naruto asintió dándole a entender al menor que recordaba quien era Obito, pero el menor pasó ligeramente la punta de su lengua por sus labios antes de continuar y Naruto estuvo a punto de perderse ante aquel sutil acto. –Él estuvo enamorado de Hatake-san.


-¿Qué? –Abrió a la par sus ojos, observando como Sasuke apretaba ligeramente la tela de su pantalón y regresó su mirada hacia el cuerpo de su amigo.


-Eso fue hace mucho tiempo. –Ahora era Sasori quien miraba como su novio conversaba, con su ceño fruncido, con el peli plateado. –En realidad Obito nunca se le confesó, pero sufrió mucho y aún más cuando se enteró de que Kakashi se iba a casar con Rin.


-Supongo que fue ahí cuando Obito llegó a la vida de mi nii-san.


-Sí. Al principio los dos no se llevaban para nada bien, vivían discutiendo, pero Dei-chan y yo nos dimos cuenta que aquello le hacía olvidar sus problemas.


Naruto observó cómo su amigo mantenía sus hombros ligeramente tensionados, mientras que el doncel, con sus manos alrededor de sus caderas, le hablaba despacio. Ahora podía entender un poco a su amigo.


-O-san. –Una suave y ligera vocecita se dejó escuchar, pero no pudo prestarle atención. –To-san. –Volteo ligeramente su mirada y pudo ver como Sasuke le mostraba aquella hermosa sonrisa a su hijo y por un instante se quedó absorto en ella.


-¡Oto-san! –Escuchó como Menma pronunciaba las mismas palabras que su papi y se sintió emocionado al saber que Sasuke le estaba enseñando a llamarlo padre. El pequeño alzó sus bracitos y le sonrió lleno de emoción.


-Ese es mi bebé. –Menma soltó una divertida y contagiosa risita cuando su papi le hizo unas cosquillas en su estómago. –¿Naruto?


Las mejillas del doncel se sonrojaron fuertemente cuando volteo su rostro y las gemas azules y brillantes de Naruto le miraban enternecido, con una pequeña, pero hermosa sonrisa, quiso cerrar sus ojos cuando sintió los dedos de Naruto sobre su mejilla y se sintió estúpido al sentir algo creciendo en su estómago cuando los labios del varón rozaron sus labios.


-Gracias. –Tan solo fue un suave susurro, pero fue necesario para que aquel par de corazones saltaran llenos de emoción, bombardeando una cantidad suficiente de energía. Los dos sonrieron a la par cuando escucharon como su pequeño hijo soltaba unas palmadas divertidas hacia ellos.


-¡No te quiero cerca de él! –La fuerte voz de Deidara fue suficiente para que el par se alejara lentamente y volvieran a concentrarse en aquella pelea. Pero ya había terminado, el doncel rubio se acercó hacía el pelirrojo y cruzando sus brazos sobre su pecho, se sentó en su regazo.


-Iré a hablar con él. –Los dedos de Naruto acariciaron suavemente su cuello y Sasuke asintió suavemente, mordió ligeramente su labio inferior cuando vio como su esposo se acercaba hacía Hatake Kakashi. –¡No puedo creerlo, Hum!


-Pero Deidara-sempai, yo creo que Hatake-san no quiere dañar el matrimonio de Obi-chan.


-No importa si quiere o no. –Menma se removió inquieto al escuchar la voz molesta de aquel doncel y soltó un suave quejido, escondiendo su rostro en el pecho de su papi. –Tobi-chan sufrió mucho a causa de aquel hombre, solo no quiero que vuelva a salir dañado.


Sasuke agachó su bruna mirada hacia su hijo y palmeó suavemente sus brunos cabellos. Él no sabía toda la historia de su cuñado, pero era eso su cuñado y él tan solo deseaba que sea feliz. Alzó lentamente su cabeza cuando la mano de Naruto se posó sobre sus cabellos y sintió nuevamente un calor recorriendo su cuerpo.


-Ven, sigamos con el recorrido. –Kakashi ya no les seguía y tan solo escuchaba la voz de Sasori hablarle sobre sus trabajos en exposición y sobre sus futuras obras, sonrió abiertamente al ver como una estatua de hielo se alzaba en el centro de aquel museo y se acercó rápidamente hacía él.


Sus ojos brillaron con emoción al observar cada pequeño y perfecto detalle de aquella hermosa estatua. Una mujer de hielo danzando suavemente, mientras que llevaba rosas en sus manos, Sasuke se fijó notablemente en cómo se podía notar las pequeñas espinas de hielo incrustando la dura piel de la estatua.


Su cuerpo saltó levemente, asustado al sentir como unos brazos le rodearon su cintura y como su espalda chocaba contra una fuerte espalda, pero nada de ello le era conocido, no eran los fuertes brazos de Naruto, sus mejillas se sonrojaron tan solo pensar que podía ser el mayor.


-Sigues oliendo a almendras. –No pudo evitar sentir como su cuerpo se estremecía, cerró y abrió sus ojos al escuchar aquella voz, tan suave, pausada y varonil, y sonrió al reconocerla.


-¡Kenshin!

Notas finales:

ok!!!! aquí está el capitulo 9 *-* espero que les guste!!!!!

y con respecto a lo obito, kakashi e itachi, agradezco demasiado sus opiniones ;)! espero que sigan leyendo mi historia, sea cual sea el final de esos tres :3 u.u

espero sus reviews!!!

Besos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).