Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Detrás del origen por Leila Bielefeld

[Reviews - 59]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda, aquí el nuevo capitulo espero les guste :3

Continuo caminando hasta encontrarse frente aquella puerta de madera que le indicaba que había llegado a su destino, por alguna extraña razón se sentí más tranquila, como si lo peor ya hubiese pasado y que toda esa aquella pesadilla había llegado a su fin, una pesadilla de la cual sabía ahora era parte pero sobretodo, de la cual apenas era el inicio, observo por algunos instante la perilla como no queriendo entrar a la estancia, sabía que el castaño tendría muchas preguntas de las cuales buscaría su respuesta, respuesta que sabía podría encontrar en ella aunque el verdadero problema era ¿sería capaz de contarle la verdad?

-Permiso- dijo la pelinegra mientras de a poco se introducía en la habitación.

-Adelante- fue la respuesta que recibió por parte del soldado, el cual se encontraba recostado sobre la cama con el torso lleno de vendas y algunas partes del rostro cubiertas con parches que tapaban algunos cortes.

-¿Cómo te sientes?- preguntó la chica mientras se acercaba a uno de los costados de la cama, dejaba sobre el taburete  la comida y se sentaba a un lado del chico.

-Un poco mejor alteza, al parecer las heridas poco a poco comienzan a cerrase.

-Me alegro, por ahora lo mejor será que descanses y comas, más tarde decidiremos junto con Murata lo que aremos- terminó de decir la chica mientras se levantaba de su lugar y comenzaba a caminar rumbo a la salida.

-Creo que no es necesario que se lo diga alteza, pero quisiera platicar con usted- dijo Conrad mientras observaba fijamente a la pelinegra, sabía que ella tenía conocimiento acerca de la situación, información de la cual seguramente él y el resto desconocía, no quería forzarla a decirle la verdad ya que, a pesar de todo, seguía siendo la hermana del rey, pero simplemente no podía dejar pasar por alto ese hecho.

-Así es, no es necesario que me lo digas, sin embargo si es necesario el que yo te pregunte si ¿estas consiente de lo que eso significa?- preguntó Naomi mientras encaraba a su acompañante y lo observaba fijamente, tal vez estuviera a punto de cometer un grave error al contarle a otra persona parte de la razón por la cual se vio envuelta en la vida de Yuuri y todo lo concerniente a Shin Makoku.

El castaño correspondió aquella firme e inquietante mirada, pues en ella se dejaba entre ver la seriedad del asunto, quizá la chica tenía razón y no debía averiguar más de lo necesario, aunque tampoco podía ignorar las circunstancias en las cuales se encontraban, pero sobretodo, no podía dejar de lado su deber y responsabilidad como soldado al servicio de la corona- No debe preocuparse por mi Alteza, tengo perfectamente claro lo que esto puede conllevar.

Nuevamente la chica se acercó hasta el soldado tomando asiento en uno de los banquillos que se encontraban en la habitación, sonrío ante el rostro amable y tranquilo que el otro le mostraba preguntándose si después de que le contara todo seguiría teniendo aquella expresión, giró su rostro hacia la venta notando lo nublado que estaba el día, lo grises de las nubes y las pequeñas gotas que de a poco comenzaban a caer del cielo, silenciosas recorrían el cristal dejando tras de sí un hilo de agua, prueba viviente del camino que recorrieron para llegar hasta donde ahora se encontraban, de alguna forma la hacían recordarse a ella misma, navegando sola por las turbulentas olas de la vida, sin descanso ni apoyo, hasta aquel día, el día en que todo comenzó.

-Solo espero que sepas lo que haces Conrad-dijo la chica entrecerrando los ojos- esto solo lo sabe Shinou y Ulrike, así que te pido discreción, verás todo comenzó cuando yo tenía seis años…

 

“No siempre fui esta chica fría y sarcástica, yo no quería convertirme en nada de esto pero la vida no siempre te trata de la mejor manera, siempre fui muy unida a mi hermana, siempre la considere como mi única familia dado al comportamiento de mis padres, razón por la cual, también atribuyo la aparición de ella, esa chica que fue mi compañía por mucho tiempo.

Acababa de cumplir los seis años y mi padre recién había regresado de un largo viaje de negocios, normalmente nuca estaba en casa debido a su trabajo, por lo cual pasaba más tiempo con mi madre y mi hermana, pero un día todo cambio. Mi madre era profesora, regularmente trabajaba en las mañanas en el mismo instituto al que asistía mi hermana en Boston, pero aquel día fue diferente.

Mi padre tendría un par de semanas libres de trabajo, mientras mi madre trabajaría hasta tarde en un proyecto nuevo y mi hermana asistiendo al club de natación, aquella tarde llegue de la escuela, feliz de pensar que por fin pasaría un tiempo en compañía de mi padre como hace mucho tiempo no lo hacía, entre a la casa dándome cuenta de que estaba vacía, al principio creí que mi padre habría salido por algo de comer ya que mi madre no estaría en casa, con eso en mente subí hasta mi habitación, cambie mi uniforme y me dispuse a hacer mis deberes, no quería deprimirme por el hecho de estar sola, sabía que mi padre llegaría en cualquier momento y pasaríamos una linda tarde comiendo helado como me lo había prometido aquella mañana.

Los minutos pasaron hasta que se escuchó el auto, quería salir corriendo y recibir a mi progenitor hasta que recordé el dibujo que estaba haciendo, era un dibujo de toda mi familia que me había pedido la profesora pero que también quería mostrar a mi padre así que continué con lo que estaba haciendo.

-Naomi, ¿estás en casa?-escuche la fuerte y grave voz de mi padre retumbar por toda la casa.

-Sí, estoy en mi habitación-conteste contenta de haber acabado mi obra de arte.

-Con que aquí estabas pequeña, mamá llegara tarde con tu hermana, muy muy tarde así que divirtámonos mucho ¿de acuerdo?- escuche decir a mi padre.

No había notado nada extraño en su voz hasta que me atreví a darle la cara, por primera vez, desconocía a la persona frente a mí, me miraba de una manera que me asustaba, que me aterraba, abrace el dibujo que aún tenía en mis manos y convenciéndome a mí misma que no tenía nada que temer me acerque a él.

-Mi-mira, la profesora me lo pidió- dije a la vez que mostraba el dibujo.

Mi padre lo observo por unos instantes hasta que termino por romperlo-eso no importa, mejor juguemos- dicho eso, me alzó entre sus brazos y me recostó sobre la cama- te voy a enseñar un juego, pero no debes decírselo a nadie, porque solo será entre tú y yo.

 -S-Sí- conteste aún asustada, quería creer que nada pasaría, que todo era parte de mi imaginación, hasta que noté como la mano de mi padre comenzaba a tocarme, tocarme de una manera que no era buena, de una forma que ningún padre debe de tocar a sus hijas, le grite que se detuviera, que no quería jugar más, que tenía miedo, pero al parecer lo único que conseguí fue hacerlo enojar pues de un jalón, arrancó el pequeño vestido que llevaba puesto, comencé a gritar, no quería que me hiciera daño, pero simplemente no podía hacer nada.

-¡Déjala!- escuche a la vez que mi hermana golpeaba con uno de los jarrones de la casa la cabeza de mi padre, el cual ante el impacto solo se aturdió por unos instantes, instantes en los cuales aprovechamos para encerrarnos en la habitación de mi hermana.

Fuertes golpes se escuchaban en la puerta, mientras mi padre gritaba que saliéramos, que no nos haría daño pero no le creímos, mientras tanto yo le contaba todo lo sucedido a mi hermana, pues a pesar de que ella tenía quince años mi padre nunca la había tratado de aquella manera. Así pasaron las horas, horas en las cuales no escuchamos nada más hasta que llegó mi madre, al llegar corrió hasta el cuarto en el que estábamos, mi hermana trato de contarle todo lo sucedido pero solo recibió fuertes golpes por parte de mi padre quien la acusaba de haberlo golpeado y yo, bueno, también fui maltratada por mi madre, quien se negaba a creer en el hecho de que mi padre fuera capaz de hacer algo semejante, esa noche tanto yo como mi hermana nos fuimos a dormir con el rostro casi irreconocibles debido a los golpes.

Así pasaron unos meses más en los cuales mi hermana me llevaba y recogía del colegio, mientras que por las noches dormíamos juntas encerradas en su habitación para que mi padre no tratara de hacerme daño, así paso el tiempo pero al parecer mi hermana no siempre iba a poder cuidarme, ya que una tarde mi madre fue quien me recogió de la escuela, creí que esa tarde la pasaría en casa conmigo pero grave fue mi error al ir con ella.

-No sé de donde tu hermana y tú sacan semejantes acusaciones hacia tu padre, pero no es bueno que estén peleados, así que hoy pasaras la tarde con él, te dejare en casa y volveré al trabajo- fue lo que dijo mi madre a la vez que yo le suplicaba que me llevara con ella, que no la molestaría mientras trabajaba pero no sirvió de nada.

Llegamos a casa y mi padre ya nos esperaba a fuera, mi madre se despidió y yo entre corriendo, haría lo que mi hermana me había dicho en caso de que algo así pasara, me encerraría en su habitación y desde un celular de emergencia que ella me había dado, le mandaría un mensaje para que viniera junto con unos amigos hasta la casa, así mi padre no nos haría nada pero no fui capaz de llegar hasta la habitación, pues al pasar por el salón tropecé dándole a aquel hombre la oportunidad de alcanzarme.

-Ven pequeña, tú y yo tenemos un juego pendiente- dijo mientras se posaba sobre mí, forcejé tratando de liberarme pero nada sirvió y cuando creí que ya todo estaba perdido, algo increíble sucedió, una luz blanca lanzó a mi padre lejos de mi dejándolo inconsciente, abrí mis ojos y noté como dentro de aquella luz se lograba visualizar la silueta de una mujer la cual volteo a verme y sonrió para después desaparecer frente a mis ojos.

Sin perder tiempo corrí a hacer lo que había planeado sin creer aún todo lo que había acontecido, algunas horas después, una gran pelea se libró en mi casa, pelea en la cual mi hermana trataba de hacer entrar en razón a mi madre pero no sirvió de nada.

-Si no corres a ese hombre, lo denunciaré a la policía- dijo mi hermana de forma amenazante.

-Tú haces eso y juro que te mato, ¿me escuchaste? Te mato- contesto mi madre mientras sujetaba de la playera a mi hermana.

-Bien, haz lo que quieras, solo quiero que firmes esto.

-¿Qué es?-

-Permisos para poder participar en los campeonatos de natación o ¿es que tampoco puedo? Así mi hermana podrá tener tiempo para pasar con mi padre como tanto quieres- terminó de decir mi hermana, al escuchar eso sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas al pensar en que ella también me dejaría sola, sin decir nada más corrí hasta la habitación que compartíamos y comencé a llorar hasta quedar dormida.

En aquella ocasión volví a verla, vi de nuevo a esa mujer pero esta vez su imagen era más clara, era una mujer hermosa, se acercó hasta a mí, acaricio mi mejillas y susurro un “todo estará bien” tras eso desperté encontrándome con el rostro de mi hermana.

-Vámonos, mamá y papá están dormidos- dicho eso, ambas salimos de la casa y subimos aún taxi que ya nos esperaba, en el camino mi hermana me explicó que lo papeles que mi madre había firmado sin leer eran realmente documentos legales donde le entregaba nuestra custodia a una profesora a la cual ella veía como una abuela y que había aceptado criarnos, por lo menos hasta que mi hermana fuera mayor, con la condición de que uno de nuestros padres firmara esos documentos y que nos fuéramos con ella a Inglaterra, lugar donde había nacido.

Me sentía feliz, puesto que mi hermana en ningún momento pensó en dejarme sola además de que estaríamos lo suficientemente lejos para que mis padres no nos hicieran daño, así pasaron los años, mi hermana cumplió la mayoría de edad y puedo mantenernos bastante bien a ambas, tiempo después mis padres nos contactaron, al parecer mi padre tenía muchos cargos legales donde se le acusaba el abusar de menores, pero debido a la falta de pruebas lo tenían bajo arresto domiciliario y mi madre seguía trabajando, aunque gran parte de su dinero se dirigía a las demandas de mi padre.

Mi hermana y yo los perdonamos, ninguna quería tener algún sentimiento de odio hacia ellos, pero la gran diferencia era que yo no quería volver a verlos, mi hermana los visitaba de vez en cuando pero yo simplemente no podía y no quería, ¿Cómo podía pretender que no había pasado nada? si bien, lo había superado más no olvidado.

Por otra parte, a lo largo de todos esos años, aquella mujer siguió apareciendo en mis sueños, al principio creí que era una amiga que me había creado tras sentirme sola debido a que mi hermana pasaba gran parte del tiempo trabajando y la anciana que nos había criado había muerto  en su cumpleaños número dieciocho, pero pronto me di cuenta de que no era así, conforme pasaba el tiempo los sueños cambiaban, hasta que cumplí mis catorce años.

-Pronto tendrás que hacer un largo viaje, deberás ser fuerte ya que lo que te espera no será fácil.

Fue lo que dijo la mujer en ese entonces, para ese momento ya sabía su nombre, Julia, Julia Von Wincott, ese era su nombre, los años siguientes continuo dándome esa clase de mensajes, dijo que un ser se acercaba a las tierras a las cuales yo llegaría, que miles de catástrofes se avecinarían si no era detenido, que al llegar a aquellas tierras no volvería a estar sola ya que encontraría una verdadera familia.

Conforme me acercaba a mi cumpleaños número dieciséis, sus mensajes eran más específicos, me hablo de Shinou y Ulrike, sobre parte del pasado de Shin Makoku, dijo que en ellos debía confiar pues me mostrarían el camino correcto pero que también confiara en aquellos en los que me rodeaban, que tampoco me dejarían sola, pero sobretodo, que encontraría la parte faltante de mi ser y que junto a él, debería detener aquel mal, aunque no puedo olvidar de que hablo de alguien más, un joven valiente y audaz, dijo que confiara en él, pues nunca me traicionaría, que tampoco dudara en pedirle ayuda, pues el poseía un gran corazón, cada noche me acompañaba en mis sueños, hasta que poco a poco su imagen se comenzó a volver nítida y solo la veía debes en cuando, hasta que llegó aquella noche donde se despidió de mi después de eso no volví a verla”

El relato había terminado aunque en la mente del castaño parecía que nunca acabaría, aun no lograba asimilar toda la información, el pasado de aquella chica, las advertencias de Julia pero sobretodo, ¿Quién era aquel ser del que hacía tanta referencia? ¿Acaso era él quien había atacado Pacto de Sangre? En eso estaba hasta que la voz de la pelinegra lo regresó a la realidad.

-Julia confiaba demasiado en ti, por eso no dude en pedir tu ayuda, al igual que ella yo quiero ser capaz de depositar mi confianza en ti, pero también quiero ser capaz de proteger a todas aquellas personas que eran importantes para ella así como el país por el que estuvo dispuesta a dar su vida-al decir eso la pelinegra desvió la mirada de su acompañante pues a pesar de todo, se sentí avergonzada por haber contado  su pasado, sabía que no era su culpa y que no debía sentirse de eso manera pero era inevitable.

-Alteza, ya se lo han dicho pero parece que necesita que se lo repitan, nunca más estará sola, ahora es parte de una familia- dijo el castaño mientras se levantaba lentamente de la cama y acariciaba suavemente el cabello de la chica.

-Permiso, los están esperando abajo venía a ayudar pero parece que puedes tu solo, así que no tarden-  dijo Shori a la vez que entraba a la habitación y observaba aquel cuadro, tras algunos minutos en los cuales no recibió respuesta alguna salió de la habitación cerrando tras de sí la puerta, sabía que espiar no era bueno pero debía agradecer el haberlo hecho- así que tú sabías lo que se avecinaba ¿eh?

 

Ambos bajaron hasta el salón, Naomi ayudando a Conrad para que no callera ya que el mayor de los hijos de los Shibuya no había reparado totalmente en las heridas del soldado y simplemente se retiró sin más, ya en aquella habitación la pelinegra pudo notar como ya se encontraban todos reunidos y que los únicos faltantes eran ellos, aunque también noto como cierto rubio, con el rostro sonrojado, estaba sentado junto con el maou, el cual ya estaba mejor y con una sonrisa de lado a lado.

-Por favor tomen asiento- dijo Murata

-¿Qué sucede?- pregunto un tanto extrañado el castaño.

-Es hora de planear lo que aremos, ya hemos estado aquí suficiente tiempo, de hecho más de lo planeado y considerando la diferencia temporal entre Shin Makoku y la Tierra, debieron pasar ya varios días- dijo mientras acomodaba sus lentes.

-¿Y qué planeas amigo de mi hermano?

Ante la pregunta, el gran sabio guardo silencio sabía que su contestación no sería del agrado del mayor y tal vez ni de los demás, pero no podía dejar pasar más tiempo, debían investigar tanto el ataque al castillo como la desaparición de Shinou, sin mencionar de que desconocían el estado de la situación, estaba consiente que en el peor de los casos  tanto el castillo como el pueblo pudieron ser tomados si la guardia real no pudo hacerle frente al problema, lo que más le preocupaba era que debido a la situación la probabilidad de que aquella escena se hiciera real era muy alta-Regresar esta noche a Shin Mokoku.

-¿Acaso estas demente? No dejare que Yuuri regrese a ese sitio, es demasiado peligroso- dijo Shiro a la vez que enfrentaba a Murata.

-Es el deber de su majestad, es su reino del que estamos hablando, no puede abandonar a su gente- comentó Conrad.

-No entiendo cómo puedes decir eso, ni siquiera puedes moverte bien con esas heridas.

-Sho-chan, ya basta si tu hermano decide volver nosotros debemos apoyarlo tanto a él como a los demás, es nuestro deber como su familia- dijo Miko mientras se acercaba al mayor de sus hijos.

-En ese caso yo iré con ellos madre, me asegurare de cuidar bien de Yuuri.

-Creo que estas exagerando Shori, Conrad y los demás están conmigo, no hay nada de qué preocuparse- dijo Yuuri, conocía a su hermano y sabía que eso no bastaría, pero debía hacer lo necesario para que regresaran, estaba preocupado pues no sabía que había ocurrido con los demás, si estaban bien o no.

-Además es necesario comunicarnos con Bob y tú eres el único que pude hacerlo, te necesitamos aquí para que le expliques la situación- Murata sabía que si usaba eso no habría forma de que se negara además de que no era del todo mentira ya que desconociendo la identidad del enemigo, lo mejor era contar con toda la ayuda posible.

Sin saber qué hacer, bajó la mirada quería proteger a su hermano y averiguar que era todo lo que estaba sucediendo, si bien ya conocía una parte gracias a la conversación que escucho entre la chica y el castaño pero aún quedaban cosas que no entendían, con la desesperación de no poder hacer nada más decidió aceptar pues si en algo tenían razón, era el que él era el único capaz de contactar con el maou de la tierra- Muy bien, me quedare.

-Bien, alisten todo lo que crean necesario, tal vez algo con que defendernos pues no sabemos si el bloqueo de maryoku continúe o no- termino de decir Murata.

-Creo que tengo algunas cosas en la cochera que les pueden servir, no se asemejan a las espadas que usan pero les serán de ayuda- dijo Shoma mientras se encaminaba a la salida del lugar junto con los demás.

-¿No vienes?- preguntó cierto rubio a la pelinegra que continuaba sentada en el sofá.

-Enseguida los alcanzo.

Poco a poco la estancia fue quedando sola, a excepción de cierta castaña que se encontraba en la cocina, le parecía realmente increíble el hecho de tener una hija, siempre soñó con ello pero nunca creyó poder vivirlo, giró su rostro y notó como aquella chica continuaba sentada sola en el salón, no sabía porque pero en su mirada notaba tanto dolor y soledad que la hacían querer ayudarla.

-¿No vas a ir con los demás?- preguntó mientras se acercaba junto a ella.

-En un momento, solo quiero descansar un poco- contesto la chica con una sonrisa.

-¿Sabes? Siempre le digo a Yuu-chan que debe ser fuerte pero que si algún día necesita ayuda no dude en pedírnosla, somos su familia y siempre lo apoyaremos, por eso hoy quiero decirte lo mismo, no sé qué cosas hayan pasado en tu vida  pero puedo notar lo sola que te sientes, ya no más ¿de acuerdo? Si algún día necesitas algo, lo que sea no dudes en buscarme, en mí siempre podrás encontrar una amiga e incluso… una madre-Dicho eso la castaña abrazo fuertemente a la pelinegra y regreso a la cocina.

Por su parte Naomi se sentí extraña pues le acaban de decir las palabras que de alguna manera siempre espero escuchas, tal parecía que Julia no le había mentido.

 

La noche llegó rápidamente y todos se encontraban frente a la pequeña piscina por la cual solían viajar de un mundo a otro, solo que esta vez sería diferente ya que no sabían con que clase de cosas se encontrarían al llegar al otro lado.

-Tengan cuidado- dijo Shoma mientras se despedía agitando la mano.

-Yuu-chan, cuídate mucho y protege a Wolf-chan y a tu hermana, no los dejes solos ¿me escuchaste?- dijo Miko mientras les daba a cada uno una mochila con cosas que podrían ayudarlos.

-No te preocupes madre, yo me encargare de protegerlo- contesto el moreno mientras observaba a su prometido.

-Más vale que sepas lo que haces amigo de mi hermano.

-No te preocupes hermano de mi amigo- dicho eso cada uno se introdujo en el agua a la vez que eran envueltos por aquella conocida luz blanca haciendo que en un abrir y cerrar de ojos se encontraran en Shin Makoku.

Al llegar notaron que su paradero fue en una de las fuentes más grandes del palacio, por la cual muy raramente llegaba, al salir del agua se encontraron frente al peor escenario que pudieron imaginar, ya que más de una cuarta parte del castillo estaba reducido a cenizas, los verdes y frescos árboles, flores y arbustos, habían sido arrasados por el fuego, no quedaba casi nada de lo que un día fue Pacto de Sangre.

-Pero…¿Qué fue lo que sucedió?  

Notas finales:

Espero sus lindos comentarios y que les este gustando la historia 

Bye Bye :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).