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Latidos silenciosos por urahara

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Notas del capitulo:

En verdad lo siento, sé que estoy super atrasada con este capítulo pero ya lo subí y subire más ya que por fin salí de clases.

No tengo mucho tiempo para "charlar" así que les dejo el cap (un poquito corto, pero uno de mis favoritos)

Es cierto que le había dicho a mi madre que podía cocinar lo que sea porque todo le quedaba bien, pero el plato que tenía enfrente incluso me provocaba arcadas.
-¡madre! Usted sabe que no me gusta la sopa- dije como si todavía fuera un niño.
-sólo es el plato de entrada. Tómatelo, o no comerás ravioles-me regaño. Tal vez por actitudes como esa mi madre sigue tratándome como un niño.
Y entonces cerré los ojos, me tape la nariz y trate de comer lo incomible, mientras mi madre terminaba de servir los platos.
Ya iba por la mitad cuando me madre dijo “muy bien, ya es suficiente, amor” quito el plato de sopa y puso frente a mí uno lleno de ravioles, y mientras yo los devoraba, ella también se sentó en la mesita de la cocina para comenzar nuestro almuerzo y nuestra conversación.
Me gusta hablar con mi madre y realmente creo que es una mujer muy amable e interesante; pero hay una actitud de ella que me molesta mucho y que es muy característica de la gente en estos pueblos tan pequeños: conoce todos los chismes del pueblo. Entonces, cuando me cuenta de los rumores de por ahí, yo solo comienzo a asentir sin escuchar realmente lo que dice, pero esta vez algo de lo que dijo me llamo la atención:
-oye, recuerdas ese chico, Javier, eran muy amigos ¿verdad?- "era más que mi amigo" pensé.
-sí- le conteste incomodo, hace tiempo que no escuchaba sobre mi ex pareja, ni mucho menos viniendo de mi madre.
-resulta que anuncio su compromiso –dijo sorprendida y yo no entendía porque, hasta que…- ¡con otro hombre! ¿Puedes creerlo?
-wow- dije sin tener que fingir sorpresa ya que no tenía idea de que Javier salía con alguien. Bueno, me alegra que sea feliz.
-sí, wow, la gente nunca es como uno piensa, debes tener más cuidado con la gente con la que te juntas- mi madre siempre ha pensado de esa forma.
-muy bien, madre- y yo no quiero decepcionarla- sé que son malas personas-dije odiándome- ya me lo ha dicho.
Después de eso mantuve mi boca cerrada y los ojos en mi plato.
-¿Qué pasa amor? Te ves decaído- nuevamente mis expresiones me delataban.
-creo… creo que sigo un poco cansado por el viaje de ayer.
-ah –dijo, ligeramente extrañada- pues sabes que en esta casa después de almuerzo es hora de siesta, si quieres puedes dormir un poco. Después de comer preparare tu cama.
-no hace falta. Ya termine, la preparare ahora. Yo lavo los platos- y entonces me levante con mi plato bruscamente y trate de dejar de pensar que mi madre me odiaba sin saberlo.
Después de lavar la losa y hacer la “cama” me acosté finalmente.
Cerré los ojos mientras mi cuerpo se volvía cada vez más liviano entre las sabanas. Sentí la habitación en silencio solamente interrumpida por el tic tac del reloj y dos respiraciones acompasadas, una calidez constante en mi mano y en mi pecho que me transmitían tranquilad, hasta que esa calidez se esfumo de mi pecho y en su lugar pude sentirla en mi mejilla y luego también en mis labios. Abrí los ojos… y si me preguntaran ¿Qué es lo primero que quiero ver todas las mañanas por el resto de mi vida? sería justamente lo que tenía en frente, los hermosos ojos azules de Mateo y esa sonrisa. Sentí que podía dejar esta vida tan sólo con una simple mirada suya.
-Mateo- susurre. Siempre dije el nombre Mateo como cualquier otra palabra, cuando las lecturas de las cientos de misas a las que había asistido eran sacadas de ese capítulo, o cuando debía estudiar a los apóstoles o a los santos. No era más que un nombre más, letras que juntas eran una palabra; pero ahora que lo he conocido, que he aprendido a conocerlo, cada vez que pronuncio ese nombre mi cuerpo se estremece. Ahora ese nombre no me recuerda a un santo, me recuerda a un ángel.
Nuevamente sentí esa calidez en mis labios, me estaba besando, Mateo, mi ángel me besaba, con todo el cariño y entrega que cualquiera desea y anhela.
Y entonces inevitablemente desperté exaltado, conmovido y, para que mentir: al borde de las lágrimas. Volví a la realidad.
-¿Hijo, estás bien?- mi madre me llamaba preocupada, pero yo aún no quería abrir los ojos “vuelve ahí, vuelve a aquel lugar” me repetía, nuevamente intentaba encerrarme en mi mente, donde no existían mentiras ni obstáculos, pero ya no podía. Finalmente abrí los ojos y el gesto consolador de mi madre me recibió.
–Estoy bien, sólo fue un sueño- dije, y lamente que así fuera.
Intente incorporarme del sillón para olvidar lo que acababa de experimentar, pero mi madre no me lo permitió y comenzó a acariciar mi cabello para tranquilizarme.
-A veces no son “sólo sueños”. -comenzó a explicarme- Por nuestros sueños se pasean nuestros deseos y temores más profundos, nos cuentan historias para solucionar y comprender todo aquello que es importante para nosotros; así que no es “sólo un sueño” son tus miedos o anhelos- “sueños Y anhelos a la vez” pensé, pero solo asentí y haciendo de tripas corazón, aguante el llanto- descifra tus sueños y que ellos te guíen.- me dijo. Si supiera que diciendo eso se estaba contradiciendo a sí misma.
Quise decir tantas cosas, quise hacer tantas cosas, incluso quise correr como un idiota hacia el teléfono, pero en lugar de eso simplemente le pregunte a mi madre:
-¿Damos un paseo en el lago?

Notas finales:

nos vemos muyyyyy pronto, creo que el proximo cap sera de reflexion.


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