Se encontraba sentado en el sillón de su loft. Miraba la enorme ventana que daba a la ciudad. Era de noche y las luces del pueblo iluminaban las calles creando una vista hermosa. Derek Hale se encontraba mirando esa ventana, tratando de aclarar sus pensamientos. No sabía si lo que estaba haciendo estaba bien o mal, pero al parecer los resultados iban de mal en peor. A veces las decisiones que tomaba el lobo no eran las correctas, las cosas nunca le salían como las planeaba. Siempre pensaba de más y se complicaba las cosas, en lugar de ir directo al grano.
--No crees que le estas dando muchas vueltas a lo obvio, ¿Derek?.—Peter entraba en la habitación mientras miraba a su joven sobrino hundido en su propia miseria.
--¿De qué hablas?--. Derek trataba de hacerse el desentendido, pero sabía bien de que hablaba. Una sonrisa burlona de parte del otro provoco en el de ojos verdes un enojo, tal vez le molestaba que Peter supiera todo, incluso mejor que el mismo. Pero admitámoslo, fingir tener novia para provocar celos en el chico y ver si le importaba no era el mejor plan.
--Sabes de que hablo Derek, creo que tu plan no salió bien. Solo te advierto una cosa, estás perdiendo el tiempo, y alguien más va tras él. Pero no todo está perdido, aun tienes oportunidad.— Y dicho esto Peter subió las escaleras a su habitación dejando a un muy enojado, confundido y celoso Derek. ¿Quién más va tras Stiles?
La noche estaba tranquila y fresca. Perfecta para salir a caminar. Scott y Stiles regresaban del restaurante de comida Mexicana, e iban directo a la casa del castaño. Scott sentía unas ganas increíbles de agarrarle la mano, como si fueran una feliz pareja, pero se estaba conteniendo, no quería hacer mal entendidos con su mejor amigo.
--… Y es por eso que Batman quedo huérfano desde pequeño… Hey, Scott, amigo. ¿Me estas prestando atención?
—Eh? ¿Qué decías?
—Wow Scott, parece que estas en la luna, ¿sucede algo?
Scott estaba toda la noche tratando de contenerse, emocionado porque Stiles tenía el corazón roto, y esto significaba que tenía una oportunidad de hacerlo suyo.
—Stiles yoo, bueno amm…
— ¿Qué te pasa Scott? Estas actuando extraño.
Scott no se podía contener, estaba a punto de decirle a Stiles que estaba enamorado de él, que él se encargaría de hacerlo feliz, que él jamás se atrevería a hacerlo llorar. Pero no podía atreverse. Necesitaba más tiempo, necesitaba pensarlo mejor. Entonces, se acercó al castaño y lo miro con dulzura. Stiles le observaba extrañado pero pronto sintió que las manos de Scott estaban en sus hombros y él lo miraba intensamente.
—Stiles, estoy para ti. Ya no llores, encontraras a alguien mejor que te sepa valorar.
—Gracias Scott, pero ya me siento mejor, no te preocupes por mí.
—Te quiero hermano.
Stiles le sonrió, tomando toda la fuerza que tenía por aguantar su dolor, y sonrió como si no hubiese pasado nada. Scott lo abrazo de nuevo sabiendo que su amigo mentía, odiando que siempre intentara hacerse el fuerte, y le sacudió el cabello dejándolo un poco despeinado. Stiles solo solto una pequeña risa y le dio un pequeño golpe a su hombro, y de esta manera se despidieron.
Por detrás de algunos coches, él escuchaba todo lo que decían y miraba como se abrazaban y se tocaban. No pudo evitar cerrar sus puños con fuerza hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Un Derek Hale estaba muy enojado, y vaya que estaba enojado, pues sus ojos sin querer se tornaron azules.
Stiles casi nunca dormía, en vez de eso se ponía a investigar cosas sin sentido en internet o ver cualquier cosa en la televisión, total, su padre tenía el turno de noche y no había nadie para reprenderlo por dormir hasta altas horas de la madrugada. Pero esta vez había algo diferente, se sentía cansado y agotado. Estaba cansado de tantas emociones, así que estaba dispuesto a ir a la cama y olvidarse de todo. Solamente rezaba por no tener otra pesadilla como las que solía tener desde hace muchísimo tiempo. Se tomó su Aderall para tranquilizarse un poco los nervios. Y se dirigió a la sala a cerrar la puerta con seguro y apagar las luces.
Subió las escaleras y al pisar el tercer escalón, escucho como si alguien pasara afuera de la casa. Miro la ventana y vio como si una sombra pasara. Su corazón de pronto se agito, y los nervios le llegaron a provocar escalofríos. ¿Alguien estaba intentando meterse a robar? Corrió a su habitación y agarró su fiel bat que lo acompañaba en todas las batallas.
Bajo las escaleras, tenía ganas de gritar y un nudo en el estómago se le formo. Pero tenía que ser valiente. Trago saliva mientras abría los ojos como platos para poder ver algo en la oscuridad. Todo estaba tranquilo.
—Vaya creo que ya quede loco y paranoico.—Susurro tratando de tranquilizarse.
De nuevo escucho ruido, por afuera. Estaba tan asustado que decidió tener el teléfono en su mano. Se armó de valor y salió sigilosamente a enfrentar al maldito ladrón. No vio nada.
Más tranquilo entro en su casa y aventó el bat lejos. Subió las escaleras cansado y con sueño y se dirigió a su habitación. Entro en ella y se tapó con las sábanas.
—Buenas noches Derek. — Susurro al verlo parado detrás de la puerta y cerró los ojos
—Buenas noches Stiles. — El chico sonrío y se tapó con su cobija.
—Un momento…--Y el castaño abrió los ojos
.--AHHHH!! DEREK QUE HACES AQUÍ??!!!!!.—Stiles literalmente brinco de la cama y se pegó a la pared mientras trataba de encender la luz. Casi casi tenía el corazón en la garganta a punto de ser expulsado del maldito susto.
—ACASO PLANEAS MATARME??¡ DIOS DEREK, QUE TE SUCEDE??¡.—El chico trataba de recuperar su alma, pero simplemente no podía.
Derek le miraba divertido tratando con todas sus fuerzas por no morir en carcajadas, pero solo demostró una leve sonrisa que Stiles apenas y pudo notar. Y, obvio, guardo esa sonrisa en su corazón para recordarla para siempre.
—Vaya Stiles, eres muy fácil de espantar. — El moreno prendió la luz de la lámpara de mesa. Caminó por toda la habitación del chico observándola. Sentía que debería memorizarla, toda ella representaba al humano en todos sus aspectos. Miro el color de las cobijas, eran azules. Miro los posters pegados en las paredes y los muebles ubicados, todo estaba igual, como la última vez que entro a ese cuarto. Miro los discos tirados en el suelo al lado de un reproductor, “Viva la Vida” de Coldplay y “The party scene” de All time low eran unos de ellos. Y finalmente termino su recorrido mirando al chico aterrado aun del susto en la cama, que lo miraba con esos ojos color madera.
— ¿Qué quieres?
Derek olfateo la habitación, adoraba el olor que desprendía Stiles, era un olor parecido a la canela, picante y a la vez dulce, simplemente delicioso. Derek se volvía loco con ese aroma, quería comprobar si la piel del chico olía mil veces mejor estando cerca.
—Si no quieres nada es mejor que te largues y me dejes en paz.
Pero algo no estaba bien con el aroma a canela, algo lo arruinaba todo; era la esencia de Scott que se impregno en la ropa del chico y en las sabanas de su cama. Al sentir ese olor, Derek sintió rabia al recordar lo que acababa de ver estando escondido detrás de los coches, tenso los músculos y volteo a ver al hiperactivo Stiles con una mirada asesina, marca Hale.
— ¿Por qué apesta a Scott?— Stiles miro confundido al hombre lobo que se veía molesto. La pregunta más bien sonaba a un reclamo. Stiles se mordió los labios, asustado. “¿Por qué te asustas Stiles? Tú no hiciste nada malo” pensó, y se armó de valor para responderle.
—Y a ti que te importa ¿eh? Lárgate de aquí Derek— Stiles trato de no sonar molesto, pero su voz sonaba tan enojada que Derek le miro aún más cruelmente.
Y entonces, al fin el moreno reafirmo sus sospechas. Ese alguien quien iba tras el lastimado Stiles, era nada más y nada menos que Scott, su alfa.
— ¿Qué hacías con Scott?
— ¿Qué mierda te pasa Derek?—El mayor estaba confundido, siempre se peleaba con Stiles y se trataban mal, pero ahora había algo diferente, esta vez sí que estaba cabreado el chico.
—ALEJATE DE ÉL ¿ENTENDISTE?
— ¡¿Y tú quién eres para prohibirme ver a mi mejor amigo?! Ohh es cierto, eres Derek Hale, se me olvidaba, ¡todos tenemos que complacer al sourwolf! ¿No quieres que me incline ante ti y te alabe?
— ¡Cierra la boca Stiles!
— ¿A eso viniste? ¿A arruinarme más mi estúpida vida? ¿Ahora no puedo ver a Scott? ¿Sabes que Derek? No sé porque de repente actúas como un completo idiota. Jamás me alejare de la única persona que ha estado para mí siempre— Un golpe al corazón de Derek.
— ¡Así que vete haciendo a la idea de que jamás me separare de él! okey?? Scott es un buen amigo y es el único que sabe lo que me lastima y trata de arreglarlo. —Otro golpe. —¡Así que te largas de mi casa en este mismísimo instante o pateare tu estúpido culo lejos de aquí!.—El muchacho gritaba desesperado, sacando toda la furia que tenía provocada por ese estúpido hombre lobo del cual estaba enamorado.
Derek sentía su sangre hervir, el coraje se le atascaba en la garganta. Apretó sus puños haciéndolos sonar. Esta vez el humano estaba insoportable, mas idiota, más a la defensiva y él no sabía por qué razón tanto odio.
— Stiles, aléjate de Scott, te lo advierto…
— ¿Sabes que Derek? Déjame en paz. —Otro golpe— Aléjate de mí.-- Uno más —Tu eres el que debería alejarse de mí, total quédate con tu estúpida novia, y déjame tranquilo con Scott. —Y con este otro golpe, el más duro, el corazón de Derek, fuerte como una roca por fuera, pero frágil por dentro, se desquebrajo como una taza tirada al piso. Casi casi produjo el mismo sonido, casi casi produjo los mismos cachos rotos. Y le dolió, le dolió tanto como a Stiles le dolió pronunciar esas palabras.