Abrió los ojos lentamente mientras se acostumbraba a la luz del sol que entraba por la ventana de su habitación, podía escuchar como las aves cantaban suavemente cerca de su balcón. Sus bellos tonos hacían que se levantara tranquilo y relajado.
Se llevó una de sus manos a la cabeza para alborotar sus cabellos negros mientras se sentaba en el borde de la cama, estiró un poco de su cabello como acostumbraba para intentar desenredarlo como cada mañana, ya que los mechones largos que enmarcaban su rostro solían enredarse. Pero se detuvo al notar que su cabello estaba largo, más de lo acostumbrado.
Entonces con sus dos manos estiro de sus hebras negras, se dio cuenta que le llegaba por debajo de los hombros
-¿Qué...rayos...?-recordó entonces lo sucedido en la noche anterior, cuando una hechicera Sannin entró en el palacio y en plena fiesta lanzó un hechizo a todos los hombres de su reino sólo porque la princesita berrinchuda del reino tierra se ofendió al rechazarla. Dudoso y algo asustado bajó su mirada hasta su pecho, abrió la boca al ver que sus perfectos pectorales estaban abultados-Es...broma...-dijo y posó sus manos sobre su pecho esperando que fuera algo que le habían puesto para asustarlo. Pero no, su pecho estaba abultado y blando. Redondo y algo grande-No...¡Esto no puede ser!-gritó poniéndose en pie. Desesperado llevó sus manos hacia la cintura del pantalón de pijama azul que usaba y lo bajó de un solo tirón. Sus ojos se agrandaron a más no poder-No está... ¡No está! ¡NO ESTAAAAAAAA!
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Las mucamas estaban próximas a entrar a la habitación del príncipe para ayudarle con su baño como de costumbre, esa mañana iban muy asustadas, ya se imaginaban como estaría el joven de molesto al despertarse con un cuerpo diferente. Y mucho peor al tener una apariencia femenina. Algunas de las mujeres del palacio ya empezaban a acostumbrarse a los gritos y a la histeria de los hombres Hechizados porque eso había sido lo primero que los hombres fueron a comunicar al rey -o ahora reina- sobre las transformaciones sufridas de cada hombre del reino.
En cuanto escucharon el grito de Sasuke, las mucamas suspiraron, recogieron aire por unos momentos para armarse de valor y entrar al cuarto del joven príncipe que no dejaba de gritar y de moverse por todo el cuarto descubierto de la cintura para abajo.
Sin duda el príncipe Sasuke era un chico muy guapo, solía llamar la atención de cualquier mujer y hombre, por muy frío que este fuera. Tenía algo que atraía miradas y que lo convertían en una obsesión. Pero ahora con esa apariencia femenina, se veía aún mucho más hermoso o hermosa, extremadamente delicada y femenina, muy parecida a como se veía la reina Mikoto.
-S-su a-alteza...venimos para...
-No está-dijo Sasuke aterrado aún más al escuchar su voz tan suave-no fue un sueño. ¡No fue un maldito sueño!-gritó exasperado-ahora yo...ahora yo... ¡no tengo pene! hay una...una cosa ahí en su lugar-chilló desesperado
-C-cálmese alteza-le pidió una de las mujeres-trate de respirar, ya verá que se calmará y todo estará bien-le sonrió-hay que darle un baño y ya verá
-¿Calmarme? ¡Es imposible! ustedes siempre han tenido esos cuerpos debiluchos y frágiles pero yo, yo siempre he sido un hombre, un hombre fuerte y a hora... ¡soy una cosa frágil! esto es de lo peor... ¿por qué me castigan así? no puedo soportarlo
Las mujeres se cruzan de brazos mientras el príncipe sigue de lado a lado, hablando más de lo normal, el joven moreno siempre era corto de palabra y no les hablaba más de lo necesario. Una de las mucamas le encomendó la tarea a otra de sus compañeras de que le preparan un té con alguna de las semillas que servían para calmar los nervios y así el muchacho o la muchacha pudiera calmarse para ellas continuar con su labor, antes de reírse a carcajadas por el numerito creado.
^-^-^-^-^-^-^HECHIZADO^-^-^-^-^-^-^
Pasaron casi que tres horas para que Sasuke lograra calmarse y tranquilizarse, aunque lo debía al montón de Tilo que había bebido y a los dulces que prácticamente le obligaron a comer, argumentando que algo dulce le haría sentir mejor. No le gustaba en lo más mínimo lo dulce pero no iba a negar que supieran bien, y que en serio le ayudaran a estar tranquilo y a sobrellevar lo que le estaba sucediendo.
Cuando se sintió mejor procedió a bañarse ayudado como siempre de las doncellas, sólo que esta vez se sintió un poco mejor al no tener la mirada de las mujeres en su cuerpo con tanta insistencia y claro deseo. Aunque podría ser que era al tener un cuerpo de mujer el que las doncellas lo miraran de forma normal.
Sintió cierta curiosidad al estar desnudo en la bañera por ver su nueva apariencia, pasó sus manos suavemente sobre su cuerpo ya cubierto con su ropa común, recuerda como las doncellas hablaban bajito y en murmullos que se vería realmente hermosa si usaba uno de los vestidos de la reina. Ahí casi que se le quita lo relajado que estaba y por eso las mujeres terminaron por salir corriendo antes de que el temperamento normal de Sasuke regresara.
-Son grandes-susurra tocándose los pechos con molestia-me aprieta la camisa-dice mordiendo su labio inferior-y este cabello está demasiado largo, tengo que hacer algo con el
-A mi me parece que está muy bien así-le susurran al oído-estás muy guapa
Sasuke se gira de inmediato, nunca había escuchado tal voz en su vida y estaba seguro que no se trataba de una de las doncellas. Sus ojos negros recorrieron a la mujer pelirroja que lo miraba con descaro de arriba abajo, saboreando sus labios de vez en cuando. Era una chica bella de ojos rojos como su cabello y vestido insinuante.
-No te asustes princesa yo soy tu...hada madrina-le guiñe un ojo coqueta-eres una chica muy hermosa, aunque me gustabas más cuando eras chico...¡Oh Dios! amaba tu cuerpo...sobre todo cuando entrenabas y las gotas de sudor recorrían tu cuerpo...en serio que te hubiese comido de un solo bocado
-¿Un hada madrina? deja mucho que desear con ese comportamiento-se queja con molestia-una mujer no debe hablar así con un hombre, es usted de muy baja calaña
La pelirroja suelta una sonora carcajada haciendo que Sasuke frunza el seño y se cruce de brazos molesto, el hada sigue riendo alrededor del cuerpo de la Princesa
-En serio que tienes un pésimo humor ¿eh? eso hace que te desee más-dice acercando su rostro peligrosamente al otro-pero soy tu hada madrina, así que supongo que es inadecuado tratar de seducirte y más aún pareciendo niña...no me va eso...pero cuando seas hombre otra vez-lleva uno de sus dedos en la mitad de los redondos senos-pueda pensarlo, sip
-Dudo que seas un hada madrina-susurra y quita la mano de su "hada" de su pecho-¿quién eres en realidad?
-Ya te lo dije, soy tu hada madrina. Lo haré una vez más porque creo que mi presentación estuvo mal-ríe un poco y luego se pone seria-mi nombre es Karin, como tu hada madrina vengo a ayudarte a sentirte mejor para que seas una feliz princesa
Sasuke pasa de ella con intención de salir de la habitación, sin darse cuenta la chica aparece frente a la puerta con los brazos cruzados y una actitud diferente a la anterior.
-Tampoco me gusta ser tu hada, por culpa tuya mi personalidad está desequilibrada-menciona con voz molesta-no es como si yo quisiera estar aquí
-Entonces vete, no necesito ayuda, menos de un hada loca...además no soy una princesa...me veo así pero no soy una mujer. Soy hombre, así que esto es estúpido y ridículo
-Me subestimas ¿sabes? y realmente entiendo el que te hayan convertido en una mujer, eres muy grosero y machista. Si en serio crees que con esa actitud vas a conseguir algo, vete. No te diré lo que puede ayudarte...y de paso a mi-susurra
Suelta un suspiro y piensa en las palabras de la pelirroja, lo más seguro es que pierda un poco el tiempo con esa chica, pero...no puede evitar sentir curiosidad a lo que ella puede saber, después de todo es un hada, una criatura mágica, debe saber algo que le ayude
-Habla, explícame cómo es eso de que por mi culpa estás loca
-No estoy loca-se queja-las hadas somos concedidas a las princesas para ayudarles en los momentos difíciles o conceder deseos a muchachas que sufren, para que encuentren la felicidad. Tu eres un hombre, pero por el hechizo de Tsunade-sama eres mujer, eso te convierte en princesa...como eres infeliz me concedieron a ti para quitarte la tristeza, pero no eres una princesa real y es por eso que estoy desequilibrada, pierdo a veces el control de mis actos y palabras. Así que si vuelves a ser príncipe...ya no seré tu hada y el filtro de mi mente regresará
-Bien, entonces para que sea feliz de nuevo conviérteme en hombre otra vez-pide con seriedad pero el rostro contrariado del hada lo hace dudar de lo que ha pedido-¿qué pasa? no me digas que no puedes
-Tsunade-sama es muy poderosa, cualquiera no puede deshacer un hechizo de un Sannin, sin embargo...otro Sannin si puede-le dice recuperando su actitud coqueta-esa es la única solución, y entonces serás de nuevo el delicioso príncipe que en verdad eres
Sasuke suspira al sentirla de nuevo invadiendo su espacio personal-¿Otro Sannin?
-Sip... ¿Qué no sabe el gran príncipe sobre que hay tres Sannin? descuida, yo te cuento todo-se muerde los labios para saborearse mientras mira el bello rostro de la chica-cuenta la leyenda que tres usuarios elementales cruzaron la frontera de sus países para hacerse fuertes, cada uno de ellos logró dominar su elemento, conseguir magia sin igual, eran hechiceros muy poderosos, tanto que se dice que no sólo usaban su elemento sino que podían usar otros. Su poder era tan grande que sus cuerpos físicos no lo soportaron y por eso decidieron ser uno sólo con su poder. Es por eso que para deshacer el hechizo uno de ellos debe romperlo...o tú si te esfuerzas en hacer lo que se te pidió
-¿Dónde están esos Sannin?-preguntó curioso, a pesar de la poca información le llamaba la atención que existiera otra manera d poder librarse de ese estúpido hechizo de una vez por todas. Sólo encontrando un ser tan poderoso como esa mujer berrinchuda que lo transformó-anda dime
-No lo sé, nadie lo sabe-guiña un ojo y se ríe a carcajadas
Está vez se desespera y la calma que tenía dice adiós de su cuerpo, se enfurece y sujeta a la mujer de sus manos acorralándola en la puerta
-No soy muy paciente, así que dime lo que sepas-le exige con voz molesta-¡vamos! si lo mencionaste es por algo
-Hm...me gustan los chicos rudos...pero con esa carita linda de nena te ves tan sensual-posa sus labios sobre los de Sasuke por un momento aprovechando la cercanía, de inmediato siente como su princesa la empuja-no te enojes, fue de broma. Te diré sobre uno, le llaman el ermitaño...se dice que su cuerpo se transformó en el mismísimo viento...pero puedes encontrarlo fácilmente, creo...porque tienes algo que a él le gusta mucho
-¿Qué cosa?-pregunta, si realmente pude encontrarlo no le importará si tiene que darle algo a cambio al tal Sannin ese, lo que sea con tal de volver a ser hombre-le daré lo que sea...
Karin ríe con picardía. Le hace un gesto con la mano para que se le acerque, al principio Sasuke no confía en hacerlo, no después de que esa mujer rara lo besará aún pareciendo mujer, pero se decide. Sus ojos negros se ensanchan al escuchar lo que al tal ermitaño le gusta, se sonroja a más no poder, sobre todo al recordar que el mismo ha dicho "le daré lo que sea"
^-^-^-^-^-^-^-^-^-^HECHIZADO^-^-^-^-^-^-^-^-^-^
Mikoto no paraba de reír al ver los rostros y cuerpos de los consejeros de su esposo el rey. Se había reído bastante en la mañana al notar como los más musculosos de los guardias del palacio lucían son senos en semejante cuerpos enormes y trabajados, y es que la hechicera Tsunade sólo les cambio de sexo, porque sus cuerpos seguían luciendo muchos de sus rasgos masculinos.
Sin embargo no dejaba de sorprenderse al ver los rostros de algunos de los hombres que servían en el palacio, en serio que se veían muy hermosos como mujeres, como el consejero Iruka que lucía avergonzado a cada instante al notar las miradas sobre su esbelto cuerpo, y es que aunque todos los hombres se vieran por fuera como mujeres, eran HOMBRES y no perdían la oportunidad de fiarse en lo bien que se veían unos con curvas femeninas.
Por eso la reina no paraba de reír al notar semejante comportamiento, los hombres del reino fuego eran conocidos por ser machistas, pero al estar comiéndose entre ellos mismos con la mirada hacían que Mikoto ya no creyera en esos cuentos.
-Mikoto, por favor para de reír esto es algo muy serio-le regaña su esposo Fugaku-en estos momentos necesitamos serenidad...
La mujer también se notaba sorprendida con la apariencia de su esposo, también había caído presa del hechizo y se mostraba como una mujer adulta, seria, firme y de carácter. Lo que más le llamaba la atención eran sus enormes senos...si....enormes, que se notaban bajo la camisa apretados ya que algunos de los botones querían abrirse, eso le provocaba risa...más toda vía al recordar como Fugaku cayo en desesperación al ver su cuerpo con tantas curvas. Todo fue un caos en ese primer día para cada hombre, pero sabía bien que su esposo hacía todo el intento por no enloquecer por su apariencia vergonzosa.
-Tendré que darte unos sujetadores muy grandes-dice la reina olvidando donde estaba-descuida cariño. Según los antiguos una mujer con los pechos grandes es muy femenina...y virtuosa
El rostro de Fugaku adquirió un tono que ninguno de sus consejeros había visto nunca, estaba sonrojado. Avergonzado...demasiado avergonzado. Eso era inapropiado en el, nunca se sentía de ese modo, debía ser por el maldito hechizo, por ese cuerpo en el que estaba atrapado así que sin más dio un golpe sobre la mesa haciendo un agujero que hizo temblar a todos.
-FUERA-dijo lo más rudo que podía y agradeció que todos comprendieran que de nuevo volvía a tener su mal humor. Le dejaron solo junto a su esposa, que reía nerviosamente-Mikoto...
-Querido, lo siento...es que...también estoy confundida...lo dije sin pensar-trata de calmar a su marido-además...mientras estés así...no creo que sea bueno que dejes ver tus atributos, así no son las mujeres...ya viste como hacían lo mismo con Iruka-san, no quiero que tus mismos hombres te falten por tus...
-¡Suficiente!-grita más furioso que antes-no soy mujer, así que no tengo que usar nada de eso además...pobre del que se atreva a mirar más de lo necesario-el fuego está visible en sus ojos-todo esto es culpa de Sasuke, quien sabe qué tontería le dijo a esa bruja...todo por lo que tengo que pasar por su culpa...mocoso malcriado...
-No será por mucho tiempo-interrumpe la retahíla de su padre, no sin antes observar como luce su progenitor. Hace un rato cuando caminaba por los pasillos no dejaba de mirar a los guardianes, a quienes algunas de sus ropas les quedaban grandes y a otros apretadas. Le parecía gracioso ver a los más musculosos, definitivamente esos se veían horribles. Sin duda era él quien mejor lucía como mujer. ¡NO! luego se golpeo mentalmente por pensar de ese modo. Ahora que tenía a su padre en frente podía ver que su sus cabellos castaños estaban ligeramente largos, algunas de sus arrugas ya no estaban, su rostro seguía mostrando seriedad y fuerza pero sin duda, quiso arrancarse los ojos al verle los pechos. Debía borrar esa imagen de su mente, borrarla para siempre-definitivamente, tengo que hacer lo que pensé...no soportaré verlo así padre
-Culpa es tuya-contesta observando a su hijo menor, sin duda es todo un Uchiha, bello en cualquier naturaleza
-¡OH! ¡Que hermosa te ves Sasuke!-grita la mujer con corazones en los ojos. Su pequeño Sasuke se parece tanto a ella cuando tenía su edad, la cintura pequeña, ese hermoso cabello azabache largo y de reflejos azulados, sus ojos se veían más estilizados que nunca. Sus labios rosados así como sus mejillas, los senos son de tamaño normal y se le ven tan bonitos...sin duda que la reina pensó que su hijo era hermoso de cualquier forma, hasta quería verlo con uno de sus antiguos vestidos-preciosa...awwww
-¡Madre!-chillo molesto y asustado por la extraña actitud de su progenitora-estoy tratando de...
-Bella, siempre quise una niña...sobre todo cuando naciste y la mujer que te ayudo a traerte a este mundo dijo que parecías una niña preciosa...awww mi sueño hecho realidad. Voy a conseguirte vestidos, sostenes, tiaras...te verás tan linda Sasuke-seguía hablando ensimismada con sus pensamientos
Sasuke puso los ojos en blanco y luego dirijo su atención a su padre, concentrándose para evitar pensar en que su padre también estaba hechizado.
-Lo único que quiero es meterte en una de las mazmorras por lo que hiciste-comenta el rey tomando asiento-esto no es divertido, puede traernos problemas...todos los hombre son mujeres, eso nos deja en desventajas con los otros reinos...¿sabes lo que eso significa? las mujeres no pueden luchar, no son para eso por muy fuertes que sean, y al ser nosotros mujeres...somos igual de inútiles-se queja con el seño fruncido-además de ser el hazme reír de todos al saber que estamos hechizados con semejante estupidez
-No fue culpa mía, fue de esa mujer y esa princesita tonta, pero tengo la forma para regresarnos a la normalidad
-¿A si?
-Sí, un hada me lo dijo, si encuentro a uno de los sannin el deshará el hechizo, todo será como antes-dijo con seguridad, mientras sus nuevos rasgos suaves le dejaban ver el entusiasmo que tenía-lo lograré, solo debo ir y buscarlo
-¿Hada?-siente que se le caerá la quijada de la rabia-no seas estúpido Sasuke, ya un día como mujer y crees en esos cuentos...eso es para niñas y tu no lo eres...hadas...no me digas que también apareció un unicornio en tu balcón-una vez más el mayor afectado por el hechizo impuesto hace algo impropio en el y es reír a carcajadas. Se da cuenta y se tapa la boca de inmediato-hazme un favor y vete, no sé cómo pero yo haré esto por ti
-No miento, en serio había un hada-dice molesto-yo me puedo encargar de esto, sólo tengo que ir a buscarlo y ya
-No, verdad o no...No saldrás del palacio. Si atraías la atención siendo hombre ahora lo harás más y no quiero que te perjudiquen. Correrás peligro de eso no hay duda
Molesto con su padre aprieta los puños y le fuego aparece en ellos-El que me vea como mujer no me hace débil, sigo siendo yo...y soy fuerte...este cuerpo no hace la diferencia
-Por supuesto que sí, las mujeres siempre corren peligro y hay que salvarlas-comenta sin más-no son aptas para protegerse, así que tu no lo eres
-Querido, no digas eso-interrumpe la reina ya calmada-las mujeres somos muy fuertes, podemos lograr grandes cosas con determinación y corazón...somos capaces de cualquier cosa...además como Sasuke dice, su apariencia no le quita fuerza...así como a nosotras tampoco lo hace. Es una lástima que no se pruebe los vestidos que quería-dice casi que llorando-pero yo le creo, creo que si vio un hada y que puede encontrar a uno de los Sannin...le creo querido
-Mikoto...pero yo no creo-responde serio y sin ganas de hablar más sobre el asunto. Es tonto dejarse llevar por los cuentos, más cuando siempre iban dirigidos a las mujeres y es por eso que no lo cree, siempre con cosas sensibles y tonterías-Sasuke no hará nada porque de seguro lo soñó o algo así, estas apariencias nos están afectando, y es por eso que se que no es cierto. No irás a ningún lado no sea que te pase algo, no quiero que me hagas abuelo de ese modo
El menor decide irse furioso de aquel salón, por donde pasa todos sienten su aura molesta además que su cuerpo expide calor gracias al fuego que lleva en sus hombros sin hacerle daño. Tiene tanta ira que si se atreve a desatarla sabe que podría destruir gran parte del palacio y lo menos que quiere es otro desastre. Pero en serio que está furioso por la forma en que su padre lo ha tratado.
Lo trato peor que aun niño, lo trato como si en serio fuera una mujer. Rugió con molestia ante ese hecho, porque él no era una chica, tal vez se veía como una pero no lo era, se sabía defender podía buscar al Sannin por su cuenta sin tener ni un solo contratiempo, porque no mentía, el si vio y escuchó al hada, hasta esa pelirroja se atrevió a besarlo. Le demostraría a su padre que decía la verdad, con o sin su permiso se iría.
-Prepara un maleta ligera pero que lleves lo necesario para un viaje largo, hijo mío-Mikoto se queda recostada en la puerta de la habitación mientras ve como su pequeño la mira confundido-yo te creo, yo también una vez tuve un hada...sólo que se fue cuando me case con tu padre...aunque me da tristeza que no puedas probarte lo que quería darte, es que en serio te vez lindo así...te pareces más a mi-ríe con dulzura
-Madre, gracias por creerme
-Se lo que es ser mujer-responde sonriendo aun más-tampoco creían mucho en mi cuando hablaba sobre hadas, decían que eran imaginaciones románticas de mi parte...pero no lo son. Por eso te creo, pase por lo mismo, además tampoco me permitían salir porque era una princesa y no podía hacer nada por mi cuenta
El moreno no dijo nada, sólo asintió ante las palabras de su madre. Le agradeció por su confianza y empezó a empacar algunas cosas porque estaba decidido a ir en busca de ese poderoso hechicero. Emprendería un largo viaje y lograría su cometido sin importar como ni cuándo.
Mikoto sólo veía a su pequeño hijo y suspiraba. "Tendrás problemas como dijo tu padre con esa apariencia tan linda que tienes, pero eres fuerte y tú mismo verás lo difícil que ese ser mujer...pues ya lo estás viviendo de a poco, sin embargo si crees que debes ir en busca de alguien para hacer lo que tú puedes desde aquí hazlo, tal vez sea tu destino vivir está pequeña aventura"