Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Entre el pensar y el sentir. por Sora Jigoku

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hi desu~~! Bueno he aquí un segundo capítulo de nueva cuenta mi inspiración me atacó desprevenida, actualmente son las 12:55 am y esta historia me pide a gritos que la termine, por lo menos el segundo capítulo. Como son capítulos cortos me es más fácil escribirlos así que aquí vamos:

¡Enjoy it! 

“Una de las cosas que más ha impresionado a varios científicos en el mundo es el magnetismo y sus aplicaciones… La forma en la que trabajan es bastante compleja y a la vez sencilla”

John Watson llegó en un modo casi automático, sin ser realmente consiente de los movimientos que había hecho para lograr llegar ahí… Hasta que su mente fue consiente de una cosa… ¿Qué clase de mensaje había enviado Sherlock Holmes desde su teléfono?

Sacó su celular y comenzó a buscar los mensajes enviados recientemente encontrando lo que estaba buscando

Mensajes – Enviados
“Si el hermano tiene escalera verde arresta al hermano”
SH

¿De qué diablos iba ese extraño mensaje? Sin pensarlo ni un segundo se puso en pie y encendió su laptop… Estaba curioso, realmente curioso de saber quién era ese Sherlock Holmes. Así lo que primero –y a decir verdad único- que atravesó su mente fue buscar aquel nombre en su buscador favorito

“Es intrigante el magnetismo porque ahí podemos encontrar los dos polos magnéticos que hay en la tierra: Positivo y Negativo.”

Aún cuestionándose a sí mismo, el ex-médico militar se encontraba en camino a Baker Street, puesto que algo dentro de él se había movido, quería… No, debía volver a ver a aquel intrigante hombre que había capturado su atención por completo. Holmes era un misterio, un intrigante, atrapante y porque no decirlo, hermoso misterio

Por su parte, el detective podía decir lo mismo sobre aquel doctor… Como lo había supuesto ahí se encontraba él, puntualmente a la hora dicha, ¿es que acaso podía ser mejor?

Hola  - Le saludó mientras bajaba del taxi, tomándolo por sorpresa

¡Ah! Señor Holmes – Respondió a modo de saludo del doctor, girando su bastón lo más pronto que podía para ver aquellos ojos azules como el mismo cielo.

Sólo Sherlock, por favor – Ambos se dieron la mano en ese momento, algo que tomó por sorpresa interna al más alto de los dos, el no solía tener ningún tipo de contacto con nadie.

Este es un buen lugar – Agregó Watson al ver el vecindario y claro, tratando de procrear una conversación amena con aquel hombre de delicado y elegante aspecto – Parece costoso

-  Bueno, la señora Hudson que es la dueña me hizo una oferta especial… Me debe un favor, hace unos años su esposo fue sentenciado a muerte en florida y fui capaz de ayudarla – En aquellos comentarios su rostro se había mostrado inmutable, ninguna emoción parecía brotar de él.

¿Entonces evitaste que su esposo fuera ejecutado? – Preguntó sin poder creerlo del todo

No, no… Lo aseguré – De nueva cuenta, ahí estaba esa sonrisa que no era capaz de reflejar nada, solo sonreía porque sabía que en momentos como ese se acostumbraba sonreír

Antes de que ninguno de los dos pudiera decir nada más, la puerta se abrió y unos brazos recibieron con gusto al detective, otro de los pocos contactos que no le molestaban, esa mujer –a pesar de no ser muy normal- simple y llanamente no le desagradaba tampoco.

Sherlock, hola – Saludo de una manera cálida, como solo ella podría hacerlo

Señora Hudson, el doctor Watson

-  Hola – Respondió tímidamente, el haber escuchado su nombre de aquellos labios, había sido algo diferente… Puesto que su nombre había sonado extrañamente diferente en esa voz.

Ambos procedieron a entrar al que sería su nuevo hogar, Sherlock rápidamente abrió la sala de la sala de estar de aquel que a como tenía todo planeado sería el lugar donde pasaría más tiempo con él.

-  Este sería muy bueno -  Agregó observando por primera vez el lugar, inspeccionándolo lentamente – De hecho muy bonito

-  Si – Respondió ante aquellas palabras, todo iba de maravilla – Si yo también pensé lo mismo que tu así que…

-  En cuanto saquemos la basura que tiene…

Ambos se quedaron callados y oh por razones muy diferentes.

“El magnetismo existe y no puede ser negado, porque una de las leyes más básicas de la vida se desprende ella; los opuestos se atraen”

Sherlock porque aquello que había llamado de una sutil manera basura era lo que él llamaba pertenencias. Eso dejaría sin ningún comentario a cualquiera y el gran detective no sería la excepción a eso.

John porque se dio cuenta de que acaba de decir algo muy extraño… en cuanto saquemos aquello había sido un plan juntos y eso simplemente era muy extraño, puesto que el no solía decir/hacer/pensar en conjunto. No desde que la guerra le había mostrado que era mejor estar solo

Puedo… Acomodar esto… - Sugirió Sherlock, sin realmente saber cómo dar a entender que esas basuras eran suyas

Es un cráneo – Comento el doctor, señalando una de las piezas más extrañas en todo el cuarto

Amigo mío… - Creo que lo había mencionado antes, ¿no es así? Para él eran más agradables los cadáveres que los humanos y una vez más había recordado por qué, su “amigo” jamás llamaría basura sus cosas – Y cuando digo amigo…

-  ¿Qué le parece, Señor Watson? – Volvió a preguntar la señora Hudson irrumpiendo de una manera por demás oportuna – Si necesitan dormir separados hay otra habitación arriba

-  Claro que necesitaremos otra habitación - ¿Qué demonios había querido decir con eso? Realmente no quería ahondar en ello.

No te preocupes hay de todo aquí – Respondió, vamos… ¡Era el primer ser vivo que se le acercaba a Sherlock con intención de vivir con él! ¿Quería que pensara que solo eran conocidos? – La señora Turner, su vecina, se casó una vez… ¡Sherlock! ¡Qué desastre hiciste! – Reprendió cariñosamente al ver la cocina llena de equipo científico.

Por su parte Watson se dejó caer sobre el sillón de una manera un tanto pesada mientras suspiraba, ¿Cómo había terminado ahí? Ah, cierto… Curiosidad, ansiedad y anhelo… Todo esto provocado por un solo hombre.

Investigue en internet anoche

-  ¿Algo interesante? – Preguntó sin tomar mucha importancia en lo que pudiera haber encontrado, todo lo que se había escrito de él era subjetivo

Tu página web, “la ciencia de la deducción”

-  ¿Qué te pareció? – Eso lo había tomado por sorpresa, de alguna manera esperaba que encontrara otro tipo de cosas… De nueva cuenta un cosquilleo en sus mejillas le obligaba a querer esbozar una sonrisa.

Podrías identificar a un diseñador de Software por su corbata y a un aviador por su pulgar izquierdo – Curiosidad… ¿De verdad era capaz de hacer algo como eso con información como esa?

Sí… Puedo oler tu carrera militar en tu rostro, en tu pierna y en los hábitos de bebida de tu hermano en tu teléfono celular – Sin darle mucha importancia, ¿cuántas veces había hecho aquella pequeña demostración de deducción?

¿Cómo? – Ansiedad… ¿Cómo alguien tan delicado podía irradiar tanta confianza al hablar? Ninguna inseguridad, completa confianza sin perder aquel elegante toque le causaba algo parecido a la ansiedad por jamás haber visto a alguien como él

-  …  - Simplemente sonrió con suficiencia mientras regresaba la mirada hacía su computador, tal vez podría llegar a no desagradarle, la mirada que le dedicaba, eran como pequeñas corrientes de energía.

¿Qué hay de estos suicidios, Sherlock? – Volvió a entrar al señor Hudson con una mirada nerviosa y un periódico en las manos – Tres exactamente iguales

-  Cuatro – Respondió al ver una patrulla fuera de su nuevo hogar, por fin Lestrade había respondido a su llamado – Y debe haber algo diferente esta vez

-  ¿Un cuarto?

-  ¿Qué hay de nuevo en este? No habrías venido si no fuera porque hay algo diferente – Preguntó al oficial que acaba de entrar en la sala de estar

¿Sabías que jamás dejaron notas? – Realmente jamás terminaría por acostumbrarse a aquella mirada y voz

¿Y?

-  Está vez, sí… ¿Quieres venir?

¿Quién es el forense?

-  Anderson

-  …  - ¡Demonios! Todo iba tan bien hasta ese momento – No trabaja bien conmigo

-  Pero no será tu asistente

Necesito un asistente -  Exclamó demandante, completamente consiente de que en ese cuarto había alguien que podía reaccionar ante su llamado

¿Si vas a venir?

-  No en tu patrulla… Iré detrás de ti – Respondió volviendo su vista a la ventana

Gracias… - No podía decir ni pedir más, tendría a Sherlock… Por lo menos para apoyarlo en ese caso, pero su mirada se detuvo de pronto, ¿Quién era ese que estaba sentado en el sillón del detective? Bueno, no importaba… porque estaba seguro al pensar que a aquel hombre brillante nadie podría acercársele.

Una vez que Lestrade abandonó el cuarto Sherlock no pudo reprimir la sonrisa que le causaba emoción, no importaba que John estuviera ahí, no importaba que lo viese de la forma en la que pocos habían hecho antes… Estaba decidido, no escondería sus emociones del doctor

¡Brillante! – Exclamó después de un salto de triunfo - ¡Si! ¡Cuatro suicidios seriales y ahora una nota! ¡Ah! ¡Es navidad! – Realmente, lo único que lo sacaba de osca y aburrida rutina eran los casos que para el representaban un reto – Señora Hudson, llegaré tarde y necesitaré comida

-  Soy tu arrendadora cariño, no tu ama de llaves

-  Algo frio funcionara – Claro que había ignorado ese comentario, puesto que sabía que la señora cumpliría con lo que le acaba de pedir – John, toma una taza de té y siéntete en casa… No me esperen – Y dicho esto desaparecio en la puerta

Míralo, escapando de mí… Mi esposo era igual, pero… Tú pareces más tranquilo, puedo sentirlo, prepararé el té, descansa tu pierna

-  ¡Al diablo con mi pierna! – Sin quererlo se habían juntado dos cosas; Le había mencionado lo de su pierna y el objetivo de su “anhelo” se acaba de marchar sin siquiera prestarle atención – Lo siento señora, es que a veces esta maldita cosa

-  Si, te entiendo querido tengo mal la cadera – No, ese hombre no era tranquilo. Era un emocional de primera

-  Una taza de té me encantaría

-  Solo será una vez cariño, soy tu arrendadora, no la ama de llaves

Ahora tendría que esperar a que aquel hombre regresará para poderlo integrar tal como quería, poder hablar con él de nueva cuenta.

Eres un doctor

Watson miro la dirección de la voz encontrándose con aquella delgada voz desde el marco de la puerta.

Cuando caminaba hacía la escena del crimen se dio cuenta de algo… Posiblemente había encontrado a su asistente y eso lo había hecho volver rápidamente.

De hecho médico militar

-  Sí – Se puso en pie y se encamino unos pasos hacía el otro

¿Eres bueno?

-  …  - ¿De verdad? ¿Acaba de preguntarle eso? ¿Qué no podía deducirlo? – Muy bueno

-  Seguro viste muchas heridas, muertes violentas

-  Ajá

-  Un poco problemático, supongo

-  Sí, suficiente para mi vida, más que suficiente

-  ¿Quieres ver algunas más? – Sus ojos por primera vez en muchos años, brillaron ligeramente mientras se observaba en los ojos del otro

-  …  - Unos segundos de silencio, sentía fuego recorrer su cuerpo de nueva cuenta, así que no fue consiente del momento en el que sus labios soltaron la respuesta – Por Dios, si – Después de bajar las escalera no puedo evitar decir – Lo siento señora Hudson pero ya no quiero el té.

-  ¿Se van los dos?

-  Imposibles esos suicidios, cuatro casos… No hay razón para quedarnos cuando finalmente está pasando algo – Dio un beso en la mejilla a la mujer y le dio un abrazo, estaba feliz… Y no era por el caso solamente,  sino que también era la razón de que por primera vez, había alguien junto a él.

Mírate todo feliz, no es decente

-  ¿A quién le importa la decencia? El fuego, señora Hudson, ya empezó

Por alguna razón, Watson tampoco podía explicar por qué estaba tan feliz, el hecho era que se sentía vivo y de nueva cuenta estaba sintiendo la sangre fluir por todo cuerpo.

Aquí sería la primera vez que le estaría dando la razón al detective… Aunque en ese momento no era consciente de ello

El fuego, acaba de empezar

Ambos salieron por aquella puerta dirigiéndose a su primer caso, sin saber realmente… Que ellos dos estaban siendo imanes que ambos se estaban acercando como buenos opuestos que eran

“Puedes hacer muchos experimentos con imanes… Con ello puedes realizar y comprobar algo bastante simple: Si pones un imán negativo entre más negatividad no obtendrás nada. Lo mismo ocurrirá con un imán positivo entre otros iguales a él. Nada

Sin embargo, basta con poner un imán negativo cerca de uno positivo para que estos comiencen a verse atraídos mutuamente hasta quedar completamente unidos.

Lo mismo pasa si pones a dos personas opuestas… La “atracción” entre ellos se hace cada vez más intensa hasta lograr que se unan en uno solo.”

Por:
Sora Jigoku

Notas finales:

¡Hi desu~~! [Otra vez] Bueno aquí traigo el capítulo dos y espero que les haya agradado no he podido parar de pensar en esta pareja y sé que va algo lento pero creo que cada cosa que ha pasado entre ellos tiene una explicación muy importante para mí, como es la enzima y el receptor, el magnetismo y trataré de abordar más.

Creo que por ahora sería todo y de verdad apreciaría si alguien le gustase lo suficiente para decirme que lo continúe, porque esta cuenta, esta historia y esta dedicación están aquí para ustedes.

De mi parte creo que sería todo. Espero que podamos leernos pronto

¡Nos leemos!

¡Ciaossu!

Atte.
SH.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).