-¿Yuri?
-¿Jessica?
Las dos quedaron en shock al ver una a la otra, tanto que Yuri por poco tira la bolsa que traía en mano como un presente para la pareja anfitriona, las otras tres mujeres no comprendían cómo es que ese par ya se conocía. Yoona asesinaba con la mirada a Yul al ver cómo le sonreía tontamente a su novia y ésta correspondía el gesto.
-¿Se conocen? –Preguntó la rubia
-Eh…sí…la señorita –Mira a Jess –Y la que supongo es su novia –Voltea en dirección a Yoong –Son mis vecinas –Más bien, yo soy su nueva vecina –Hablaba torpemente
-¡Oh! Ya veo, bueno…me alegro –Volteó a ver a Tiff –Amor, ¿Recuerdas a Yuri?
-Sí, la amiga que me presentaste cuando viajamos a Seúl para que conociera a tus padres, ¿No?
-La misma –Decía y sonreía la morena a Tiffany –Y tú debes ser Stephanie, ¿Cierto?
-Exacto –Contestó el gesto –Pero deja las formalidades aun lado, llámame Tiffany y ven, dame un abrazo
Yuri quedó algo sorprendida por la acción de la pelirroja, sin embargo contestó el abrazo, la verdad es que a pesar de que ya habían sido presentadas por Taeyeon aquella ocasión, las chicas no se conocían tan bien pues aquel encuentro fue muy corto, casi fugaz.
-Vaya Tae, ahora veo porque no paras de hablar de lo linda y hermosa que es tu novia
-Y yo veo porque no querías que volviera a ver a Yuri, sólo mírala, es toda una diosa griega –La pelirroja empezaba a bromear
-Pero mira quién lo dice, la mujer con la sonrisa más hermosa de éste mundo –Yul le siguió el juego
-¡Hey! No coqueteen en frente de mí, no sean sínicas –Tae entró a la divertida conversación y las tres estallaron en risas por el último comentario
La castaña oscura carraspeo la garganta varias veces para que le pusieran atención.
-Vaya, como veo…ya todas se conocen –Volteó a ver a Jess intimidantemente –Creo que la única que tiene que presentarse soy yo; un gusto, mi nombre es Im Yoona –Estiraba su brazo para saludar y sonreír hipócritamente a la morena –Creo que está de más que diga que soy la “novia” de Sica, puesto que ya lo dedujo usted misma
-Un gusto, Kwon Yuri –Estrechó la mano de la castaña, no muy contenta cuando ésta enfatizó la palabra novia
Ambas se asesinaban con la mirada, pero sonreían falsamente y cada vez apretaban más la mano una de la otra, ocasionando un muy evidente momento incómodo, aunque para Tiffany y Tae era extraño, ¿Por qué se caían tan mal si se acababan de conocer? Jess por su lado, no sabía cómo reaccionar al tener juntas a su novia y a la chica que había besado el día anterior, hasta que por fin la pelirroja se animó a hablar.
-Bueno chicas, ahora sí, por qué no pasamos a la mesa
-Claro –Contestaron a la par Jess y Tae
-¿Chicas? –Llamó a la castaña y a la pelinegra
-Sí… –Respondió Yuri
-Sí, vamos –Siguió Yoona
Las cinco se dirigieron al comedor pero Yuri y Taeyeon se quedaron algo atrás.
-Tae –Llamó la morena
-¿Si?
-Casi se me olvida, toma –Le entregó el pequeño obsequio
-Gracias Yul, no tenías por qué molestarte –Sonrío
-Vamos, ábrelo
La rubia hizo caso y sacó de aquella bolsa un delicioso vino tinto, lo observo detenidamente y cuando leyó la etiqueta pudo notar que no se trataba de cualquier vino.
-Yul, este vino es…es –La chica estaba realmente contenta y asombrada
-Sí Tae, es un vino de la cava de tu padre –Dejo feliz la pelinegra –En cuanto se enteró que viajaría para acá, quiso que le trajera uno de sus mejores vinos a su pequeña Tae Yeon, no me podía negar ¿O sí?
-¡Gracias Yul! –La rubia dio un gran abrazo a su amiga, hace mucho que no tomaba uno de esos vinos, digamos que desde la última vez que estuvo en casa, pero ese no era el punto, sino que ese presente era una manera de decir cuánto la querían y extrañaban sus padres
-No tienes que agradecer, en todo caso a quien tendrías que mandar tus agradecimientos es a tu padre, él fue quien lo mandó, yo…digamos que sólo fui la mensajera –Sonrió lindamente –Pero basta de cosas cursis y mejor vamos con las demás
-Vamos…aunque –Detuvo el andar de su amiga –Después me contaras el porqué de tu reacción al ver a Jessica, ¿Verdad? –Tae observó detenidamente la reacción que tuvieron ambas al verse
La pelinegra asintió, sabía perfectamente que a su amiga no podría mentirle y si lo hacía, ésta no la dejaría en paz hasta saber la verdad.
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-Disculpe señorita…la señorita Hyoyeon bajara en un momento –Habló amablemente la recepcionista de aquel hotel, nada sencillo cabe mencionar
-Gracias –Contestó una Sooyoung demasiado nerviosa e impaciente por ver de nuevo a la rubia
Esperaba en la recepción, caminando de un lado a otro, tratando de calmar sus nervios que cada vez eran más grandes…de pronto las puertas del elevador se abrieron dejando ver a una hermosa Hyoyeon con un vestido de noche, ceñido al cuerpo y de color rojo.
-¿Qué te parece? –Preguntó tímidamente al estar frente a la azabache – ¿Crees que exageré? –Se veía a ella misma frente al espejo de aquel ascensor
Sooyoung no podía salir de su asombro, no había articulado palabra alguna al ver a aquella despampanante rubia, hasta que por fin se dio una bofetada mental para salir de su trance y lograr contestar las preguntas de Hyo.
-Estás…estás hermosa –Dijo finalmente –Y no…estás perfecta –Ofreció su brazo cortésmente – ¿Nos vamos?
-Sí, vamos –Tomó el brazo de la azabache y sonrió complacida por el cumplido
Al llegar al auto, Soo abrió galantemente la puerta del copiloto para ayudar a subir a la guapa rubia, pronto ella también subió y lo puso en marcha, en unos cuantos minutos llegaron a su destino, el lugar era un restaurante, el más sofisticado de la zona, al parar por completo el auto, Sooyoung bajo apresuradamente para abrir de nuevo la puerta de la chica, al estar frente a la entrada de aquel lugar; antes de que el encargado emitiera palabra alguna, la azabache se apresuró a hablar.
-Buenas noches, tenemos reservación a nombre de Choi Sooyoung –El joven verificó en la lista dicha reservación
-Claro, acompáñenme –Las guío hasta su mesa, ésta se encontraba en una linda terraza –Ahora mismo vendrá alguien para atenderlas, con permiso –Aquel hombre se retiró
De nuevo Soo fue rápida y abrió la silla de Hyo para que tomara asiento, y ésta se derretía con cada gesto de la chica.
-Si sigues teniendo este tipo de detalles, lo único que lograras es que me enamore perdidamente de ti –Soltó sin más aquellas palabras
La azabache por su parte enrojeció por tal cometario, empezó a sudar frío, su corazón latía a mil por hora y…y sentía que le faltaba el aire, lo único que pudo hacer fue sonreír como respuesta a dicho comentario, era realmente extraño cómo se sentía con una mujer a la cual sólo tenía unas cuantas horas de conocer, con la única que se había sentido así era con…Sunny, como sea, en la última persona en la que quería pensar esa noche era en ella, así que trató de despejar su mente y poner toda su atención a la rubia que tenía en frente.
-Dime…te… ¿Te gusta el lugar? –Diablos por qué demonios la ponía de esa manera
-Claro, es lindo…lujoso y costoso –Sonreía divertida
-Mira quién lo dice, la mujer que se hospeda en un carísimo y sofisticado hotel –Contraatacó la azabache sonriendo y ya mucho menos nerviosa
-Yo no tengo la culpa de que mis honorarios sean tan buenos –Sonrió victoriosa
-¡Touche! Tienes toda la razón
Las chicas siguieron con una plática amena, pidieron su cena y para acompañar; un buen vino, charlaron de diversas cosas: trabajo, familia, amigos, incluso de aquel tiempo dónde Hyo creyó estar enamorada de Yuri, claro que al pasar los días, se dio cuenta que sólo era un gran cariño y admiración por la pelinegra. Así siguieron su plática entre bromas y risas hasta llegar al postre.
-¿Te parece si compartimos? La verdad no creo acabármelo yo sola –La rubia miraba la enorme rebanada de pastel de chocolate que tenía frente a ella
-¿Segura? Mira que yo con dos o tres cucharadas te puedo dejar sin siquiera probarlo –Bromeó la azabache
-No importa, lo importante es que lo compartamos –Se hallaba perdida en la mirada de la chica, sin embargo pronto cayó en cuenta de lo que dijo y se ruborizo a más no poder –Bueno…yo…yo me refería a…
-Se a lo que te referías, yo también quiero compartir –Sonrió seductoramente
Por un momento los papeles se invirtieron, Hyo era la nerviosa y Soo ya estaba mucho más tranquila y confiada. Hyoyoen tomó un pedazo de pastel y lo llevó a la boca de la azabache.
-Entonces ¡Empecemos! –La rubia sonrió coquetamente
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-Y dígame señorita Kwon, ¿A qué se dedica? –Preguntó de pronto la castaña oscura
-Sólo dime Yuri –Sonrió falsamente –Y bueno, soy escritora
-Ah, ya veo…como quien dice, una muerta de hambre –Susurró las últimas palabras para ella misma – ¿Y qué genero manejas? ¿Ciencias, filosofía, literatura?
-No, la verdad no, escribo novelas románticas –Contestaba sin mucho afán
-¡Oh! –Asentía –Todavía más muerta de hambre –Volvía a susurrar, pero ésta vez casi la escuchan
-Perdón, ¿Decías algo? –Preguntó la pelinegra
-No, nada, ¿Que sí sabías que a mi novia le gusta leer ese tipo de tonte…de libros? –Decía apresurada
-Ah claro, se me olvido decirte, Jess es lectora fiel de tus novelas –Interrumpió Tae logrando que Jessica casi se atragantara con la comida
-¿Cómo? ¿Eso es cierto Jess? ¿Por qué yo no lo sabía? –Preguntó curiosa la pelirroja
-Tranquila Tiffany…yo tampoco sabía –Yoona volteó a ver con una mirada asesina a su novia
-Bueno…Tae se enteró cuando olvidó uno de mis libros en su consultorio…pero ella tampoco me dijo que era amiga de mi autora favorita –Dijo con cierto enojo pero de inmediato se maldijo mentalmente, sabía que eso de “mi autora favorita” no le iba a agradar para nada a Yoona
-Bueno, tú tampoco me preguntaste –Contestó divertida –Además yo no sabía que TODAS las novelas que tenías eran de Yul, hasta que tú misma me lo dijiste…mmm…pero tienes razón, tal vez te pude haber dicho que era su amiga, ¡Ja! Lo siento Jess –Hacía gestos graciosos mientras hablaba
Yoona estaba realmente molesta e inconsciente apretaba la copa que tenía en la mano, no entendía por qué tanto alarde por los escritos de la pelinegra, apretó tanto su copa que logró quebrarla, alarmando a las demás.
-¡Dios mío! ¿Amor, estás bien? –Preguntó apresurada
-Sí, tranquila, sólo fue un accidente –Yoong miraba su mano derecha algo ensangrentada
-Traeré vendas y un poco de alcohol –Tiff fue a buscar dichos objetos
-Tranquilas, ya les dije que no es nada, sólo es un pequeño corte
-Aun así déjame revisarte –Tae se levantó de su asiento para revisar la mano de la castaña oscura –Tienes razón, la herida es muy superficial así que con desinfectarla y vendarla en unos días estarás bien
Pronto la pelirroja regresó con las cosas y un recipiente con agua, la rubia se dispusó a limpiar y vendar la herida de la castaña, ésta por su parte volteó a ver a la morena que no había dicho absolutamente nada desde el incidente. El enojo, el coraje hacía la pelinegra era grande, Yoona no soportaba el saber que su novia idolatrara a Yuri, se preguntaba si la chica realmente era tan buena como decían Kim y Sica…tal vez tendría que leer uno de sus tontos libros, sólo para saber si era tan buena como decían, claro está.
-Tae, ¿De verdad sólo es eso, estará bien en unos días? –Sí que estaba preocupada por su tonta novia
-Sí Jess, ella estará bien –Le dio una sonrisa para tranquilizarla
Taeyeon pronto terminó de vendar la herida de Yoona, y Jessica decidió que lo mejor era ir a casa.
-Gracias por todo chicas, pero creo que lo mejor es que nos vayamos, Yoong, dame las llaves del auto, conduciré yo
La castaña oscura no muy conforme entregó las llaves a su novia, aunque su herida no era grave, sabía que le molestaría si trataba de conducir.
-¿Estás segura Jess? Tae las podría llevar
Cuando Taeyeon escucho a su novia, un hueco se formó en su estómago al imaginar que ella tendría que pagar los platos rotos por las tonterías de Yoona, pues no tendría problema en llevar a Jessica pero llevar a Yoona, mmm…no era de su agrado.
-No, no te preocupes Tiffany, yo conduciré, no hay problema –Dijo sincera
-Ok, entonces las acompaño a la puerta
Cuando la rubia escucho el “hasta pronto” por parte de su novia y el cerrar de la puerta, corrió por tres copas y la botella de vino que había llevado su amiga, ambas se dirigieron a la sala.
-Ahora sí, a brindar porque mi mejor amiga está aquí –Empezó a abrir la botella
-Vaya que estabas a gusto con tus visitas –Habló con sarcasmo y diversión la morena
-No me mal intérpretes, me dio gusto ver a Jess, pero jamás imaginé que vendría con esa tonta –Le pasaba una copa a su amiga –Ven amor, únete al brindis –Llamó a su novia al verla en la estancia
-Qué mala persona eres, Kim Taeyeon –La pelirroja estaba algo molesta – ¿Crees que no me di cuenta de la cara que pusiste cuando propuse que las llevaras a casa?
-Pero amor, es que yo…
Yuri no pudo evitar reír al ver lo que para era ella una divertida discusión entre esposas, mejor dicho; su amiga y su “casi” esposa
-Vamos Tiff, trata de comprender a Tae, hoy tuvo un largo y cansado día de trabajo –La morena recordó el desmayo que tuvo la rubia al imaginarse casada y con hijos y de nuevo volvió a reír –Por eso puso esa cara de fastidio, está muy cansada –Trató de salvar a su amiga de la situación
-Está bien, creo que tienes razón –Tiffany le dedicó una sonrisa –Y tú –Golpeó el brazo de Taeyeon –Agradece que Yul te salvo de ésta, sino…
-¡Ouch! Que agresiva –Sobó su brazo
-Espera… ¿Cómo sabes que Tae tuvo un largo día?
-Hoy pase a visitarla al hospital, después fuimos a desayunar y platicamos un muy buen rato –Explicó la pelinegra
-Sí, y antes de despedirnos la invite a que viniera a cenar con nosotras…pero de saber que “esa” vendría con Jess, lo habría pensado dos veces antes de hacerlo –Daba un largo trago a su copa
-Sí, lamentamos si te hizo sentir incomoda la novia de mi amiga, no es la mejor persona de este mundo
-Sí, lo sé –Contestó sin pensar
-¿Eh? ¿Cómo?…ahora que recuerdo, tú y yo quedamos en que me contarías lo que te traes con Jessica, así que…habla –Prácticamente ordeno la rubia
-¿De qué hablas Tae, qué se podría traer Yuri con Jess? –La pelirroja no entendía nada
-No sé si tú no lo notaste amor, pero cuando Yul llegó, ella y Jess se miraron de una manera muy…extraña, y luego Yuri no le quitó la mirada de encima en toda la noche, así que… –Volteó a ver a su amiga –Qué esperas…habla
Yuri, resignada dio un gran suspiro, sabía que su amiga no se rendiría hasta saber todo, así que se dispuso a contarles lo ocurrido con aquella castaña días atrás...