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Los novios de mi hermano menor. por sunshinebunny

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Notas del capitulo:

Pues nada, aquí seguimos, con una capitulo mayormente dedicado a Law y sus nacientes sentimientos de doncel (?) por favor disfruten u.u

Capitulo 4

Deberes

 

 

Por algún motivo no podía sacarse de la cabeza a ese altivo monito.

 

No era amor, estaba seguro, Law no creía en esas cosas. Quizá fuera simplemente deseo, después de investigar un poco las cosas se había enterado que el pelinegro tenía más de un admirador en aquella escuela (por no decir un club de fans completo presidido por un tal Bartolomeo que de momento se hallaba fuera de la ciudad) y que además de ser bastante cotizado también era alguien sumamente difícil de obtener, si bien tenia montones de pretendientes solo unos cuantos habían podido llegar a considerarse seriamente como sus "Novios" de manera oficial y con inicial en mayúscula, un tal Eustass Kid y un supuesto Pandaman, aunque no estaba muy seguro de aquello ultimo pues el único capaz de afirmar aquel rumor había sido un chico narigón del que todos los demás decían no debía fiarse. Podría haber ido a preguntarle a Luffy directamente pero no iba a hacer eso.

 

Por lo que se decía realmente debía de contarse afortunado de que aquel chico le hubiera retado a una pelea, mas aun el que hubiera podido ganarla sin salir lastimado, aquello casi le parecía más difícil de creer que el rumor de Pandaman, el chico lucia tan enclenque y pequeño que la primera vez que le viera pensó que se trataba de un chico de secundaria en lugar de un preparatoriano. De hecho aun no se creía que estuvieran en el mismo grado y atribuía mas aquella mala fama del menor a los sobre protectores hermanos de los que ya había podido "conocer" a uno de ellos; si por conocer uno entiende intentar ser intimidado para después ignorar su presencia monumentalmente.

 

De cualquier forma no se sacada a aquel chiquillo de la cabeza, y es que cuando no se sorprendía a si mismo mirándolo durante las clases (para su suerte estaban en el mismo salón) o buscándole con la mirada en el patio se encontraba pensando en el, ¿Cómo era que un chico tan aparentemente poco interesante, torpe, común, simplón y revoltoso podía resultarle a alguien ligeramente atractivo?, lo viera por donde lo viera no lo comprendía, aquellos ojos grandes y expresivos que a algunos podrían resultarles atrayentes para el no eran más que comunes ¿Cuantos chicos no tenían ojos cafés en el mundo? el cabello del muchacho era seco como la paja y de un negro mate indomable, no se le podría considerar de aquellos que anunciaban en los típicos comerciales del shampoo, su piel si bien tenía un agradable bronceado debido a los retozos que le había observado dar bajo el sol lejos estaba de ser suave o tersa, no solo estaba aquella cicatriz bajo su ojo, también una innumerable cantidad de raspones,  cicatrices, moretones y otros daños menores que se amontonaban en aquella piel debido a las peleas (amistosas o no) y juegos bruscos a los que aquel chiquillo estaba acostumbrado.

 

La estatura del chico era lo que podría considerarse apenas promedio, casi baja, su constitución era más que nada fibrosa y siempre le veía con algún vendaje o parchazon, si acaso aquello ultimo habría sido lo que más lógicamente habría podido pensar que le llamaba la atención de aquel chiquillo, pues no podía verle sin sentir el irreprimible impulso de ir y decirle que tal o cual vendaje estaba mal hecho y ofrecerse a arreglarlo, no era que se preocupase por él, que va, pero tenía una fuerte obsesión compulsiva por los vendajes mal puestos y las curaciones mal hechas y el otro le fastidiaba la vista solo de verle así, para el ojigris lo mismo hubiera dado que no se pusiera ninguna curación si lo iba a hacer de manera tan precaria. De alguna forma se había convertido en la enfermera oficial de aquel chiquillo, no sabía si alegrarse o deprimirse por ello. Pero regresando al físico del chicuelo este no era nada fuera de lo común, quizá fuera atlético y agradable a la vista hasta cierto punto pero nada increíble, así que si no era una atracción física no se explicaba muy bien como era que su pulso se aceleraba cada que aquel muchacho le sonreía de esa manera llena de confianza y ligeramente altiva, porque si, ya había aprendido a reconocer cada una de las sonrisas del muchacho; desde la inocente que cautivaba a medio mundo, la alegre y despreocupada que compartía con sus amigos, la nerviosa de cuando los maestro le pedían la tarea y no la había hecho y aquella un poco menos común que reflejaba completa determinación y hasta un poco de algo un tanto más obscuro de cuando se enfrentaba a algún reto, aquella ultima probablemente fuera la que más le gustaba, no sabía si por que era la primera que había conocido o porque era una con la que podía identificarse más, pero era la que luciera cuando le había retado a esa primera batalla, en realidad debía admitir que a pesar de su menuda apariencia el aura que el chico proyectaba había sido algo bastante imponente hasta el momento en que resbalara de manera tan ridícula, aquel accidente le había restado, al menos a sus ojos, cualquier seriedad.

 

-Torao.- escucho al pequeño llamarle, era ya la hora de la salida y había estado por marcharse a casa, el pequeño le había llamado y ahora se acercaba a él separándose de su grupo de amigos habitual por un momento.

 

-Trafalgar.- corrigió el ojigris un poco encrespado por aquel apodo, si dejaba que el otro lo utilizaba ahora después no se desharía de él.

 

-Tra... fal... traff...- intento el muchacho un par de veces.- bueno, no importa, ah dicho mi padre que puedes ir a casa cualquier día de esta semana.- dijo el chico con una de sus amplias sonrisas, apenas unos días antes el más alto le había recordado del trabajo en equipo que debían realizar para la siguiente semana y como su padre no le dejaba ir a casa de gente que no conociera personalmente (y por personalmente se refería a que Sabo y Ace conocieran) lo más lógico había sido pedir permiso a que el ojigris fuera a casa a hacer la tarea, en realidad siendo que uno de sus hermanos ya conocía al ojeroso (y por conocer se refería a que le había saludado) hubiera podido obtener permiso si lo hubiera deseado, pero el ir a algún lugar a hacer la tarea no merecía el berrinche, si hubiera sido ir a comer por otra parte... pero como fuera, la tarea bien podían hacerla en cualquier lugar.

 

-Supongo que iré mañana después de clases Sr. Luffy.- a pesar de ser compañeros de clase le llamaba de aquella manera tan formal pues no acostumbraba a tomarse libertades fuera de lugar y mucho menos iba a llamarle de la forma tan vergonzosa como le decía en su fuero interno cuando se imaginaba cosas demasiado cursis para admitirles, mugiwara-ya… o algún otro apodo.

 

-Ok, ah, aunque mañana tengo una cita con Kiddy para devolverle unos juegos que me prestó.- el monito no había dicho aquello en tono romántico, de hecho probablemente solo se refiriera a un compromiso adquirido, aun así el ojigris se había puesto celoso del tal Kiddy, aunque obviamente no fuera a admitirlo.- pero no demorare mucho, te mandare un mapa para que sepas llegar y te veo ahí después de las 5 ¿Está bien?- dijo el chico apenas esperando la confirmación del más alto antes de volver a su grupo de amigos corriendo a toda prisa.

 

Quizá no debería pensar mucho en eso, pero con la información que había adquirido esos días, con la manía del chiquillo de ponerle apodos a la gente y viéndolo en ese momento a lo lejos pedirle a cierto peliverde que le hiciera caballito hasta la salida de la escuela se cuestionaba justo que tan sanos se habrían vuelto sus gustos... casi 3 segundos había conseguido pensar en eso antes de que Luffy se diera cuenta de la mirada que aun estaba en el, voltease primero confundido y después con una radiante sonrisa que le había hecho dar un ligero salto en el pecho a su corazón y se despidiera de él con la mano ya encima de el chico con pelo de pasto que le llevaba en hombros. Maldecía cada fibra de su cuerpo que solo le había dejado devolver la despedida de manera bastante sosa y apenada.

 

 No sabía que le veía a ese chico, no era una atracción física, quizá solo fuera orgullo, o ego, o desafío... definitivamente, definitivamente no era amor. No, Trafalgar Law no se había enamorado antes y no empezaría ahora con un mocoso, por muy adorable que dicho mocoso fuera, definitivamente no admitiría que aquello fuera amor.

Notas finales:

Bueno, salió un poco corto por que por idiota se me borro la mitad del capítulo y tuve que reescribirlo y pues ya, en el próximo capítulo quizá o quizá no pongo el breve encuentro de Luffy con Kid, pero más que seguro Law visita la casa de Luffy, que comiencen las apuestas de si su interés durara más allá de conocer bien a Ace y Sabo(?) 

 

P.D. Todos sabemos que Law está en negación (?)

P.D. 2 hay dios, no puedo creer que olvidara la notita del gato, gato te amo y perdonmeeeeeeeeeeeee...


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