En una oscuridad tan grande como el mas profundo abismo, solo rota por el resplandor de la luna, las estrellas y el tenue alumbrado de las calles. Por la oscuridad poco a poco una pequeña sombra aparecía por la lejanía, esta se acercaba despacio, con un ritmo constante y silencioso. Hera un pequeño niño que caminaba por una larga y solitaria calle, este niño tenia pelo color negro y ojos de igual color.
El pequeño niño caminaba sin rumbo fijo, solo caminaba por las eternas calles de la enorme ciudad en la que se encontraba; esta ciudad, de dia hera viva y alegre, pero de noche se volvía sombría y triste. Sus ojos mostraban tristeza, decepción; a pesar de estar solo en aquella gran oscuridad no tenia miedo, solo tristeza, pero, ¿Como no estar triste y deprimido? Con todo lo que acaba de vivi asta el mas fuerte lloraría.
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HORAS ANTES
(ya saben que odio la palabra flashback)
-Romeo tienes que venir a comer, te enfermaras. No as comido en todo el dia- dijo una señora que aparentaba no mas de treinta años, al parecer hera la madre del pequeño que estaba acostado boca abajo, recargando su cara contra la almohada blanca como nieve. sin hacer alguna acción mas que respirar ignoro a dicha mujer.
-no tengo hambre- respondió sin mas. Solo quería estar solo ¿Hera tanto pedir?, el niño no se movió después de contestar, permaneció quieto y en silencio. Parecía que se ahogo con la almohada, apenas y se el veía respirar.
-Esta bien, no te obligare. Cuando tengas la necesidad de alimentarte, siéntete libre de buscar el la cocina- dijo la mujer, le dolía ver al pequeño en esas condiciones y lo que mas sentía hera el saber el porque de su tristeza sin poder hacer algo para alegrarlo, después de todo para todos había sido un gran y duro golpe.
La señora camino delicadamente por el piso asta la puerta del cuarto en el que se encontraba el niño, tratando de no hacer algún ruido abrió la perilla de la puerta. Salio de la habitación para bajar por las escaleras y entrar en la cocina.
En niño seguía sin hacer algún movimiento, o al menos dar señales de vida.
Pasaron los minutos, no sabia cuantos en total pero cada segundo sin el se le hacia eterno.
-Natsu- susurro el pequeño. Un par de segundo después de haber susurrado aquel nombre agua comenzó a adornar su rostro, lloraba, lloraba al saber que no veria a quien fue su único amigo, su héroe; ¿Quien fue para el? Se preguntaran, pues fue su hermano mayor, quien acababa de morir ase unas horas en el hospital.
Inerte lloraba y gemia del dolor que sentía en el pecho, jamas tuvo amigos mas que su familia; no hera bueno con gente que no conocía, asi que cuando su hermano murió sentía que seria su fin.
Un gran estruendo de oyó desde la cocina, el niño se asusto, se levanto agitado de su cama y observo la puerta.
Dio un gran salto de su cama asta la puerta pues un sonido idéntico al anterior sono de nuevo, abrió la puerta y escucho un grito desgarrador que sabia provenía de su hermana. Cuando estaba por llegar a la cocina otro sonido se oyó, entro y noto de que se trataba.
Romeo se callo de rodillas, ante sus ojos estaba toda su familia en un charco de sangre, se quedo inmóvil, no podía moverse, no sentía nada mas que odio y tristeza asia aquel hombre que se encontraba delante de el.
-¡Oh!- hablo el hombre sorprendido. El hombre hera mas alto que Romeo, cabello color negro y delgado (Saizou) -no sabia que faltaba uno- Romeo seguía inmóvil, observaba a los inertes cuerpos de sus padres y su hermana -bueno...- suspiro -solo heres un niño, no vale la pena matarte- bajo el arma y con la que le apuntaba y salio a paso tranquilo de la casa.
Romeo seguía divagando en sus pensamientos asta que un liquido lo toco en su rodilla, parpadeo y noto de que se trataba: La sangre de su familia comenzaba a tocarlo, Romeo ya no pudo soportar y salí corriendo por la misma puerta donde salio el asesino.
Corrió y corrió, después de eso siguió corriendo, solo quería alejarse. Tenia miedo, no quería volver aquella escena asi que solo corrió. Después de varias horas de carrera comenzó a caminar, mas y mas lento, anta el punto de solo arrastrar los pies por las calles.
Sin darse cuenta llego a unos callejones y entro a ellos, solo reaccionó devido a que se estrello con la espalda de un hombre, hera alto, fornido y rubio (Laxus).
-Hola pequeño- sonrió el mayor -¿Estas perdido?- la sonrisa cálida y amable que el mayor brindaba se transformó en una sonrisa de psicópata -no te preocupes te here sentir muy bien- el rubio tiro a Romeo al suelo.
Romeo seguía sin reaccionar asta que sintió las manos de el rubio quitar su camisa o mas bien cortarla y rasgarla -para- susurro Romeo -PARA- esta vez grito con las ultimas fuerzas que tenia, ya que el correr lo tenia exausto.
Por mas Romeo lucho, el hombre quito sus pantalones y ropa interior para dejarlo completamente desnudo.
-PARA, PARA- gritaba Romeo no sabia quien podría ayudarlo, mas bien, sabia que nadie lo ayudaría -por favor- las lagrimas volvieron a salir en cuento pronuncio esas palabras, el pene de Laxus se encontraba rosando la entrada de el pequeño.
-¿Porque habría de hacerlo? Se ve que te gusta- Laxus escupió esas palabras llenando aun mas de terror al pequeño.
Asi Laxus embistió fieramente la entrada de Romeo, esta comenzaba a sangrar ya que Hera su primera vez, ademas de que el pene de Laxus hera bastante grande.
Después de un rato de los gritos de piedad de Romeo y varias embestidas de Laxus que lo dejaron sangrando, Laxus eyaculo dentro de niño.
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AHORA
Asi fue como el pequeño Romeo perdió a las personas que mas quería, el como le perdonaron la vida tan patéticamente, el como humillaron y violaron.
Después de que Laxus acabó lo abandonó, Romeo solo se levanto con mucha dificultad, se vistió como pudo y camino con la misma dificultad con la que se levanto de la dura y fría superficie.
Siguió caminando, apesar de todo siguió y siguió caminado, solo quería alejarse de todo, no quería ver nada ni nadie.
Volvió a chocar con alguien, levanto la mirada y hera un chico que aparentaba la misma edad que su hermano Natsu, solo que este tenia el pelo color negro y ojos de igual color.
-niño, ¿No te da miedo caminar solo por la noche?- pregunto el mayor.
-Cuando estaba vivo si, pero mori y después...- el niño no siguió hablando, las palabras se fueron al viento.
-Descuida, mi nombre el Gray ¿Te parece si vienen a mi casa?- pregunto Gray con una sonrisa, ya que a simple vista se notaba que el pequeño acababa de sufrir al horrible.
-Lo siento, tengo que irme- dicho esto siguió caminando pasando de largo de Gray.
-No puedo dejarte asi, te podría pasar algo- dijo Gray tomándolo del hombro.
-No puedo, pero si quieres saber porque no puedo ir camina derecho asta un callejón- señalo la ruta por la que venia. Dejo de caminar un rato y se detuvo -por cierto mi nombre es Romeo- dijo sin mirar atras y siguió con su andar
Romeo siguió caminado. Gray estaba en shock, no esperaba que el niño respondiera con tanta calma o algo parecido.
Sin saber el porque camino a la dirección por la que Romeo le indico, camino un rato muy largo, ni siquiera sabia el porque caminaba, pero como ser humano hera muy curioso, aunque tambien estaba la posibilidad de que lo haya engañado.
Después de varios minutos mas entro a un callejón que estaba muy obscuro; camino tan solo tres pasos y se detuvo ya que sintió que pisaba algún liquido, la tenue luz que brindaba la luna mostro que el líquido hera color rojo escarlata, miro un poco mas para darse cuenta de donde provenía la sangre.
La sangre provenía de un cuerpo inerte que estaba tirado en el callejón, estaba boca abajo, desnudo, la garganta degollada como si un perro o un lobo lo hubieran atravesado con sus dientes, el corte hera profundo y largo, algo asqueroso de ver, ademas de que tambien sangraba de el recto. Al observa mejor Gray noto que tenia varios golpes y huesos rotos, no necesitaba ser medico para eso, moretones por todos lados, el brazo se doblaba varias veces por partes que no eran el codo, al igual que las piernas.
-romeo- susurro Gray, ya que no hera otro mas que Romeo el que estaba tirado y totalmente muerto.
Esto no podía ser una coincidencia, Gray camino de cierta manera rapido, Romeo no pudo haber llegado antes que el, eso significaba que...
-Asi que me encontraste- dijo una voz detrás de el. Al girar observo que se trataba de Romeo quien estaba parado mirándolo a los ojos.
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