Hombre
¡Hacchiko♥!
Capítulo 4: No me importa
El conductor del show les indicó a los chicos lo que pasaría en el programa, las actividades y temas de los que hablarían. Todo iba bien hasta que comentó al segundo invitado en el mismo capítulo que ellos.
—¿Quién? —interrumpió Onew, pensando que había oído mal.
—MBLAQ. ¿No los conocen?
—Claro que sí, somos sus fans. —respondió Jong Hyun al instante con una sonrisa boba, recibiendo un manotazo de su pareja. Onew en cambio, maldijo en su mente. Vería a Joon.
—Oh, miren, ahí vienen. —comentó el director, haciendo que los cinco voltearan. El grupo entero caminaba hacia ellos, sonrientes y calmados, como si dijeran “venimos en paz”. Los chicos se levantaron y cuando estuvieron frente a los otros, se inclinaron saludando.
El director siguió hablando, en medio de los dos grupos, señalando mientras explicaba, pero Onew no podía escuchar. Su mirada estaba enfocada en Joon y viceversa. Jin Ki tenía tanto que decirle, y aprovechaba esos minutos para organizar sus ideas, aunque Joon le distraía. No podía apartar sus ojos de él y no se miraba triste. Al menos no tanto como la última vez que se vieron en el cine. Onew estaba tan arrepentido, necesitaba hablar con él. Y no dudó en hacerlo ahí mismo.
—¿Cómo estás? —murmuró, ignorando lo que su director estaba explicando.
—Bien.
—Te ves bien. —confesó, avergonzándose al percatarse de lo que acababa de decir, no obstante, el otro se veía imperturbable.
—Gracias, supongo. —concluyó volteando hacia el director.
—Joon…
—No me hables.
Fue entonces que Onew comprendió lo que Joon había sentido. Su voz había sonado tan fría que le causó un leve escalofrío. Onew, decidido a hacer un nuevo intento, abrió la boca para hablarle de nuevo, no obstante, brincó cuando oyó su nombre y giró al presentador del show, quien acababa de hablar.
—Onew-ssi. —todos giraron para verlo. Éste, congelado en su lugar y apenado, se inclinó, disculpándose.
—Lo siento.
—Cómo iba diciendo…
Media hora después, empezaron a filmar. El presentador dio su acostumbrada introducción antes de llamar a las boybands invitadas. Las inclinaciones, saludos y halagos los rodearon por varios minutos hasta que al fin tomaron asiento. Había dos temas principales, el regreso de Tae Min junto con su integración al grupo de manera oficial, y el regreso de MBLAQ con su nuevo tema y álbum. Hubo distintas preguntas sobre cómo se sentían, qué esperaban, cuáles eran sus impresiones, entre otras dudas, hasta que una en específico, improvisada a último momento, dejó mudo a Lee Tae Min.
—¿Cómo? —preguntó con una sonrisa demasiado grande, esperando eclipsar al público y que olvidaran la pregunta que acababan de hacerle.
—Que si tienes novia, Tae Min-ssi. Ya que has demostrado que eres hombre, y regresaste a tu vida normal después de compartir tanto con cuatro celebridades, debiste haber conseguido muchas chicas.
Tae Min mostró los dientes, sin embargo, quedó de piedra. ¿Qué demonios debía responder a eso? ¿No pudieron preguntarle la capital de Corea o la moneda oficial de Austria*? Habría sido más comprensible su silencio a esa pregunta tan íntima. Sin embargo, sus amigos parecían igual de impactados, pues ninguno salió a defenderlo como usualmente hacían, solo miraban el suelo, el techo o a un punto fijo invisible, meditando la duda. Fue cuando alguien a quien no esperaba, salió a su rescate.
—Tae Min-ssi, ¿le han dicho que tiene un encanto difícil de ignorar? —todos giraron hacia Lee Joon con su pregunta inesperada, el maknae siguió callado—. Entonces la respuesta más evidente es que usted está esperando a una edad más madura y a una chica que cumpla con todas sus expectativas. No cualquiera se merece a Lee Tae Min-ssi, ¿cierto? —sorprendido, Tae Min volvió a respirar. Esa era una buena excusa y no estaría mintiendo. Sonrió con más naturalidad.
—Suena algo engreído, pero sí. No quisiera ilusionarme y decepcionarme tan fácilmente, así que estoy esperando mi madurez para elegir con mayor sabiduría a alguien que sea compatible conmigo.
—Oh, muy inteligente de su parte, Tae Min-ssi.
El nombrado se emocionó con la respuesta, pues significaba que lo había hecho bien. En cuanto el presentador volteó para interrogar al líder, el bailarín buscó la mirada del que le acababa de salvar el pescuezo y murmuró un silencioso “gracias”, recibiendo un guiño que decía “no hay problema”. Onew observó a ambos sintiéndose preocupado. ¿Cómo no se le ocurrió eso? ¿Y por qué demonios Joon estaba ayudándoles?
Tae Sun estaba limpiando el cuarto de Tae Min, pues había prometido que cuidaría su privacidad de la curiosidad innata en su madre. Llevaba cerca de una hora viendo las cosas privadas de su hermano. Era gracioso porque esperaba ver pornografía o algo similar, sin embargo, solo encontraba fotografías, cartas y recuerditos de sus amigos. Tenía peluches de rana, algunos llaveros, pulseras y prendas de vestir, pero lo que más había llamado su atención, era la excesiva cantidad de fotos que tenía de Min Ho. La alarma de peligro que los hermanos mayores tenían se activó. ¿Debería hacer algo?
Aún recordaba cuando Tae Min sufrió su episodio de alergia mientras filmaba con SHINee, en esas semanas que estuvo en casa, cuando le dijo que le gustaba Min Ho. De igual forma, recordaba cuando al terminar el contrato y el show, Tae Min se mantuvo callado por varios días, como si hubiera regresado a aquel receso. En esa ocasión, Tae Sun había intentado hasta el cansancio que su hermanito hablara, y cuando por fin lo logró, entendió por qué había mantenido silencio. Su hermano, ese día, estaba acostado antes de explotar y gritarle con todos sus pulmones que no estaba bien.
No estaba bien, y no tuvo qué preguntarle lo que ocurría. Él solo, entre lágrimas, le dijo que a Min Ho le gustaba alguien más. Tae Sun, viendo una camisa demasiado grande para ser de su hermano, y que tampoco era suya, se hundió en recuerdos.
Cuando Tae Sun tenía catorce, se había dado cuenta de que le gustaba su mejor amigo, no obstante, sabiendo que la homosexualidad era un tabú, decidió olvidarse de él. No quería arriesgarse, su reputación y su relación familiar podría verse afectada. En cuanto se graduó, perdió todo contacto con él, obtuvo un par de novias y se esforzó por ser el hijo ejemplar de los Lee. Porque sí, quería mucho a su novia, pero no era lo mismo a lo que sentía con su mejor amigo.
Ahora que sabía que a Tae Min le gustaba un chico hacía las cosas más difíciles. Quería que su hermano fuera feliz, pero no sabía si sus padres lo aceptarían. Vio las fotografías, tomó las que había de ellos dos o de él solo y decidió esconderlas en su cuarto junto a su pornografía. ¿Hablar o no hablar con Tae Min? Optó por guardar el secreto para cuando consiguiera “novio”. Por el momento, evitaría que sus padres sospecharan.
Más tarde empezaron las actividades, y cuando llegó el momento de explicar la carrera de relevos, salieron al exterior mientras el presentador daba las explicaciones para el público. En tanto, Onew se escabulló, se colocó atrás de Joon y picó su hombro, ocasionando que saltara del susto, volteando hacia él para regañarlo con la mirada. No obstante, antes de siquiera llamar la atención para que lo alejaran, Jin Ki puso su mano en su boca y lo distanció de la cámara. Joon forcejeó en silencio, ya que no le convenía un escándalo. Una vez que se soltaron, Onew intentó tomar sus manos, siendo rechazado al instante.
—¿Qué demonios quieres? —cuestionó con voz peligrosa. Casi tan amenazante como la de Key cuando alguien tomaba sus pertenencias sin su permiso.
—Solo quiero hablar, Hyung.
—No te atrevas a llamarme así. —repuso en murmullos llenos de furia dando media vuelta para regresar, sin embargo, Onew jaló su camisa y lo hizo girar.
—Sé que fui muy tonto…
—Un imbécil.
—De acuerdo, eso que acabas de mencionar… —se corrigió cohibido por el término, y volvió a intentar—. Pero estuve pensando en cómo me comporté y solo quería… —la risa irónica del otro lo interrumpió—. ¿Qué?
—Qué casualidad. —comentó entrecerrando sus ojos, enseriándose al tiempo que cruzaba sus brazos—. Me dejas, me insultas y cuando regreso a la fama, me pides perdón.
—No, nada de eso. Para nada, Joon. Quiero pedirte disculpas, de verdad, no te merecías nada de lo que dije, nunca fue tu intención…
—Ah, ¿no? —cortó de nuevo, alzando sus cejas—. No me importa lo que pienses de mí, solo quiero que te alejes, si no, te aplastaremos.
—Joon, por favor.
—Sabes que soy una amenaza y por eso te disculpas.
—¿Por qué no me escuchas? —susurró con exasperación.
—¿Alguna vez me escuchaste?
—Lo siento, de verdad.
—Es muy tarde. —contestó.
Onew, frustrado por sus intentos rechazados, fue hacia sus compañeros. Sin embargo, por poco suelta un grito cuando cayó en el lodo, y por primera vez, estuvo seguro de que no había sido culpa de sus propios pies. Jin Ki, incrédulo, vio hacia atrás, encontrando el pie culpable, alzó la vista y frunció su ceño al ver a Joon tan sonriente.
—Te diría que lo siento, pero eso me convertiría en mentiroso. —confesó antes de andar hacia los demás chicos.
Jin Ki, dejándose llevar por todas sus frustraciones y el poderoso latido a mil por hora en su cabeza, estiró su mano y jaló el tobillo, ocasionando que el otro colapsara de cara hacia el lodo. Y es que Onew, sin darse cuenta, había llevado al pelinegro a una de las zonas importantes de la carrera de relevos que involucraba el lodo, aunque no sabía de qué manera. Joon, al despegar su rostro del barro, giró hacia el menor y se lanzó encima de él para tomar lodo con sus puños y tirárselo en la cara. Onew detuvo sus muñecas, olvidando por completo que el mayor era más fuerte que él, perdiendo la batalla al instante. Fue cuando levantó una pierna para distraerlo y giró, quedando sobre él. De nuevo, quiso sujetar sus manos contra el suelo, volviendo a perder. Joon, enojado, lo empujó, se puso de pie, y sin piedad alguna, volteó a Onew para meter lodo en sus pantalones.
Incómodo por tener barro en su zona trasera, giró, tomó más lodo y a velocidad luz, lo escabulló bajo la camisa del mayor, embarrándolo por todo su pecho, ocasionando que éste gritara debido a la sorpresa. Aquello, hizo que todos voltearan, impactados por la escena, mas eso no los detuvo ni por un segundo. Joon cargó a Onew, y lo puso de cabeza, sacudiéndolo. Jin Ki, mareado, agarró la camisa del otro y la subió, mostrando tanto su tórax como abdomen inundados de lodo. El pelinegro, lleno de vergüenza lo soltó. Por suerte, el castaño metió las manos, impidiendo que la caída fuera contra su cabeza. Al recuperarse, se levantó poniéndose cara a cara con Joon. Dos segundos se miraron antes de empujarse por los hombros, cayendo ambos hacia un lado.
—Bien, no sé a quién apoyar. —admitió Jong Hyun, recibiendo un manotazo en la nuca por parte de Key.
—¡¿Cómo que no sabes?! ¡Deténlos, ahora mismo! —ordenó con todas sus fuerzas. Tae Min y Min Ho corrieron con varios del grupo contrario siguiéndolos, mientras el director chasqueaba los dedos a alguien del staff para que llevara una manguera.
Los del conflicto se empujaban, subían sobre el otro, rodaban, jalaban su pierna, mas no golpeaban, pateaban, mordían o decían groserías. En realidad, no estaban esforzándose en lastimar al otro, solo se estaban desquitando de forma mínima porque Joon sabía que si golpeaba a Onew, le sacaría más de un diente, y Jin Ki sabía que si se esforzaba, podría arruinar el rostro del otro además de dejarlo inconsciente. Frustrados, volvieron a levantarse, esta vez fue Onew quien cargó al pelinegro, lo puso sobre su hombro y lo agitó como a un costal de papas, el otro le dio una nalgada y lo hizo caer hacia atrás, quedando Joon encima de él. Cuando se pusieron de pie por última vez, entrelazaron sus manos hacia el frente y empujaron, los demás llegaron jalándolos desde atrás para distanciarlos, mas no funcionaba.
—¡Aún no termino! —gritó Joon siendo abrazado por sus compañeros al tiempo que empujaba al menor.
Entonces el agua fue disparada por una manguera dirigida a ellos, haciéndolos gritar. Tercos, ignoraron la potente lluvia y continuaron forcejeando.
—Le aseguro que nuestro líder nunca se había comportado así. —explicó Key con un tono de súplica, inclinándose repetidas veces hacia el presentador. Fue cuando vio a lo lejos que Joon logró tirar a Onew una vez más, y éste, gritando, lo abrazó del abdomen, haciendo que el otro vociferara. Ki Bum, sin controlarse, volteó hacia ellos y bramó con todo lo que había en sus pulmones, silenciando toda el área—. ¡Yah! ¡Ustedes dos, cálmense de una buena vez o van a verme realmente enojado!
Los presentes giraron para verlo, empapados. Joon y Onew, incómodos, se miraron y soltaron limpiándose las manos en su propia ropa antes de sentarse en el suelo como niños regañados. Los demás, igual de mojados, los soltaron, cohibidos, como si la reprimenda fuera para ellos. Ki Bum, con el rostro rojo, respirando con dificultad, colocó sus puños en sus caderas, tomando la pose de una típica madre, y sin calcularlo, volteó con su asesina mirada hacia el presentador, quien al instante, levantó las manos a los lados con temor de que le gritaran a él también.
Media hora después, tanto Onew como Joon se enjuagaron con el agua de la manguera, frente a frente. Lo cual había sido incómodo, por lo que miraban a otro lado, tratando de no voltear hacia las partes en las que la ropa se pegaba al cuerpo o dejaba ver cosas en tercera dimensión. Como el trasero de Onew. O los abdominales de Joon. Luego de secarse, Joon y Onew se arrodillaron frente al director y los managers de ambas bandas en un camerino privado, disculpándose por su mal comportamiento. Los superiores voceaban con enojo grandes reprimendas, discutiendo frente a ellos la posibilidad de negarles la entrada a todos los shows del país, fue ahí cuando Joon decidió intervenir.
—Lo siento. —todos voltearon—. De verdad lamento tanto este malentendido, sin embargo, Onew-ssi y yo...
—Es un mal ejemplo y pésima demostración de su profesionalidad, ¿en qué carajos estaban pensando? —Joon, intimidado, calló. Tenía razón. Parpadeó rápido, sintiendo ganas de llorar.
—Señor, no es su culpa. —el aludido giró hacia el líder.
—Tú no deberías estar hablando.
—Solo déjeme explicarle, por favor. —todos tragaron duro ante la irreverencia de Jin Ki. El mayor, tras considerarlo un poco, asintió—. Le falté el respeto a usted, a su programa y a MBLAQ, por eso, quiero disculparme, sin embargo, Joon Sunbae solo se defendió de mis ataques pues yo lo empujé. —el mayor levantó una ceja, pidiendo que siguiera hablando. Jin Ki hizo una notable pausa, sin embargo, continuó con mayor seguridad—. Le estaba enseñando un par de movimientos que aprendí en un curso de artes marciales mixtas. —el hombre entrecerró sus ojos, incrédulo.
—¿Un curso?
—Sí, era gratuito, pero lo oferta fue solo ayer. —el mayor recargó su peso en su pierna contraria con atención.
—Pero eso no parecían artes marciales en absoluto.
—Es que es una nueva moda. —mintió—. Le dicen… —miró al techo, buscando alguna otra forma de escapar a sus preguntas, pues parecían no tener fin. Después volvió la vista al mayor—. Valeprogen modo libre mixto. —el director, curioso, ladeó su rostro.
—Pero, ¿por qué Joon-ssi ocuparía clases de ese tipo?
—Es que abusaron de él la última vez que fue a una tienda. —el aludido volteó hacia el menor, luciendo una mirada impactada y sus mejillas enrojecidas. El mayor, sorprendido por la confesión asintió, rascándose la barbilla.
—En ese caso, creo que podría hacer una excepción… —comentó en voz baja y casi al instante, los señaló con su índice de forma amenazadora, mostrando su ceño fruncido y gruñéndoles—. ¡Pero vuelven a actuar de esta manera y me encargaré de que nadie los reciba en sus programas! —los dos, espantados, asintieron. Esperó unos segundos antes de salir con los dos managers a discutir un poco más y llegar a un acuerdo. Los artistas, una vez solos, se miraron y suspiraron con alivio. Joon, aprovechando que se habían ido los demás, expresó una duda que tenía desde varios minutos atrás.
—¿Valeprogen? —Onew rió antes de contestar.
—Vale progenitora. —completó, haciendo reír al otro.
Jong Hyun entró al cuarto de Key secándose el cabello, pues acababa de bañarse. Ki Bum estaba acostado en su cama leyendo algo en voz baja. Parecía un encuadernado grueso, y tuvo un mal presentimiento.
—¿Qué es eso, Bummie? —el mencionado bajó el libro y volteó a verlo con una gigantesca sonrisa.
—Lo siento, amor, no estabas. —el otro ladeó la cabeza—. ¡Fui aceptado como protagonista del musical! —el vocalista principal levantó sus cejas con impresión.
—Oh, ¿de veras? —preguntó bajito.
—¡Lo sé! —gritó él poniéndose de pie para ir a abrazarlo—. ¡Soy el protagonista! ¿Estás feliz por mí? —preguntó con una gigantesca sonrisa que mostraba sus dientes y gran entusiasmo, no obstante, tras unos segundos sin recibir respuesta, su mueca se debilitó hasta desaparecer, dejando una mueca llena de duda—. ¿No estás feliz por mí?
—No es eso, Bummie, es solo que… —suspiró mirando el entrecejo fruncido de su novio, quien solo mostraba tristeza—. Hay demasiadas mujeres ahí, Key. —ante la excusa, Ki Bum apretó más su ceño.
—¿Qué?
—Admítelo, Key. Tienes un encanto fuerte con las mujeres y no quiero… —el otro rodó sus ojos.
—No puedes estar hablando en serio. —exclamó con enojo—. ¿Te estás fijando más por las mujeres que por mi éxito? ¿Qué demonios ocurre contigo?
—Tengo miedo, ¿de acuerdo? Estás entrando a un auditorio lleno de leones, ¡puras mujeres había ahí!
—Son los personajes, Jong Hyun. —explicó con ira contenida.
—¡No me importa! —gritó—. Si pudiera hacerte pequeño y llevarte en mi bolsillo para que nadie más se te acercara, ¡eso haría!
—¡Eso es muy enfermo, Kim Jong Hyun! ¡¿Acaso desconfías de mí?!
—¡No, desconfío de los demás! ¡No quiero que te alejen de mí!
—¡No me van a alejar de ti! ¡Deja de ser tan exagerado!
—¡No necesitas este papel! —refutó—. Solo déjalo, Bum. —pidió suplicante sosteniendo sus manos. El otro, con sus cejas unidas por la furia y decepción, se soltó de su agarre, fulminándolo.
—No lo necesito, pero sí lo quiero y lo interpretaré, no me importa lo que digas. —sentenció firme—. Ahora lárgate. Debo memorizar mis diálogos.
—Key…
—¡Vete! —ordenó en un chillido, logrando que el otro obedeciera. En cuanto estuvo solo, tomó su celular, se colocó sus audífonos y escuchando sus canciones más pesadas, se puso a leer el libreto con intenciones de olvidar su reciente discusión. Estúpido Jong Hyun.
Ki Sang, el director, le había dicho al manager de SHINee que quería la participación de Onew y Tae Min en una canción individual cada uno. Ya tenía la música y la letra listas, así que les pidió que fueran a la empresa para grabarlos. El primero fue Jin Ki, con una suave canción llamada “en tus ojos”. Tae Min observó el profesionalismo y la gran concentración de su superior, admirando su gran talento y riendo cuando éste se equivocaba. Sin embargo, el director, quien estaba de pie a su izquierda, no pudo mantenerse callado.
—Qué grandiosa voz tiene. —comentó—. Y combina por completo con la letra. Tiene tanto sentimiento. —continuó, dándole una palmada suave en el hombro al tiempo que volteaba a verlo—. La tuya también es muy bonita, Tae Min-ssi. Estoy ansioso por escucharte. —cohibido, asintió el menor.
—Gracias, señor. —hubo un corto silencio que el superior se encargó de romper.
—¿Sabes? Quería escucharlos primero a Onew y a ti. Ahh. Me alegra haber tomado esta decisión, puedo disfrutar sus voces en privado. —suspiró, incomodando más al maknae, quien de forma disimulada, alejó su banquito del señor—. Desde que escuché tu canción, cuando todavía estaban en el show, supe que debía contratarte. Tienes una voz única.
—¿De verdad? —respondió sorprendido. No se esperaba ese halago. Se inclinó leve—. Gracias, señor.
—Hablo en serio. Ustedes están llenos de talento. Me sorprendí mucho con Min Ho cuando vino. No hay duda de que merece el personaje. —Tae Min levantó una ceja sin comprender.
—¿Cuál personaje?
—¿No les ha dicho? Min Ho actuará en la novela. Es más, él será uno de los protagonistas, interpretará al “Min Ho” de la novela. —avisó con entusiasmo, sin darse cuenta de la impresión en el rostro de Tae Min.
¿No se suponía que Min Ho le entendía? Él lo había consolado cuando todos querían aceptar la novela. Entonces, ¿por qué era protagónico? La propuesta inicial era que ellos participaran en la música, no obstante, nadie había hablado de actuar. Tae Min se sentía… traicionado. Y a todo esto, ¿por qué nunca le dijo nada? Desde hacía un par de semanas que habían firmado, en algún momento debió mencionarlo. El bailarín intentó ignorar la leve molestia en el fondo de su mente, pues si Min Ho era protagonista, besaría a la chica que lo interpretaría a él. Y eso no le gustaba para nada.
—¿Tae Min-ssi? —el nombrado brincó leve al oír su voz y sonrió inclinando su cabeza con pena en forma de disculpa.
—Lo siento, no escuché.
—Dije que Sulli interpretará el otro protagónico. Ya sabes, el que será Tae Min pero en mujer. —el menor abrió sus ojos sin poder creerlo.
—¿Sulli? —repitió apenas en un suspiro, recibiendo un asentimiento del mayor—. ¿Min Ho ya sabe esto?
—Bueno, quería aprovechar ahora para invitarlos y que todo SHINee conociera al elenco de la novela, pero ya que te enteraste, creo que no habrá tanta “sorpresa”. —el maknae cruzó sus brazos al tiempo que sentía la furia crecer dentro de él.
—Eso no contesta mi pregunta. —el director, un poco intimidado por la mirada asesina del adolescente, mostró una tensa sonrisa.
—S-sí. Se lo dijimos hace como un mes, pero… —no pudo terminar, Tae Min dio media vuelta, salió de la habitación dejando un fuerte portazo como aviso de despedida y se puso a buscar a Choi, dispuesto a corroborar la nueva noticia, además de darle una buena paliza.
Jong Hyun intentó, por enésima vez, disculparse con Ki Bum pero éste, de nuevo, lo ignoró. No quería oírlo ni verlo y eso lo frustraba. Sin otra solución, fue a un bar a desquitarse. Ya después llamaría a Onew o a su manager para que fueran por él. Nada más con entrar al lugar, se sintió aliviado, fue a la barra y pidió una cerveza. Quería algo ligero que no matara por completo a sus neuronas. Después de dar un largo trago, soltó un reparador suspiro y se quedó meditando.
Solo se preocupaba por Key, no tenía por qué enojarse. Aunque bueno, ahora que lo pensaba, si sonaba algo drástica su manera de pensar. Quizá Key tenía razón al gritarle. Debería ser menos celoso. Dejó caer su cabeza contra la mesa. Estaba arruinando su relación. Por fin estaban felices, y tenía que llegar él a echarlo a perder. Se acomodó en la silla, sentándose recto, antes de cachetearse con fuerza. Jong Hyun malo, Jong Hyun malo. Oh, cielos, se estaba volviendo loco. Exhaló con pereza antes de pegar, una vez más, su cabeza en la mesa.
—¿Jong Hyun? —el mencionado se sentó de forma abrupta, asustado porque lo reconocieron. Oh, dios, acababa de meter en problemas a su equipo. Giró para enfrentar a la mujer que acababa de hablarle, relajándose al descubrir que se trataba de su amiga Se Kyung. Quien, a la vez, era su exnovia.
—Hey, ¿cómo estás? Hace tanto que no te veía. —respondió alegre, viendo cómo ella se sentaba en el banquito a su lado para abrazarle.
—Bien, gracias, ¿y tú?
—Bien. —miró la botella incriminatoria con seriedad y volvió a sonreírle—. Mejor de lo que parece.
—Ah, por eso estás bebiendo. —solucionó ella cruzándose de brazos con una sonrisa traviesa.
—Aigoo. Tenía mucho sin beber. —se excusó antes de hacer un puchero infantil—. Déjame. —ella rió suave. Se veía tan linda como siempre, de cabello largo, oscuro y ondulado—. Te ves bien.
—Gracias. —contestó avergonzándose un poco—. Tú también. Parece que ya estás haciendo ejercicio. —el otro, sorprendido, levantó sus cejas antes de mirarse.
—Wow, ¿lo notaste?
—Claro que sí, te ves diferente.
—Ah, gracias. No lo esperaba. ¿De dónde vienes? —cuestionó.
—De una salida con unos amigos.
—¿Sigues con el tonto basquetbolista*? —ella tomó un largo trago a su cerveza, negó y mostró una sonrisa triste.
—Terminamos hace dos meses. Dijo que ya no sentía lo mismo.
—Oh, lo siento.
Hubo un silencio incómodo entre ellos, no obstante, Jong Hyun no quería ver triste a su amiga, por lo que comenzó distintos temas y bromas para distraerla, logrando que sonriera. A decir verdad, la extrañaba. Aunque se hablaban de vez en cuando, no era lo mismo. Ahora, observándola con la suave música de fondo, recordaron los buenos momentos, cuando él acariciaba su cabello y la abrazaba, diciéndole lo bonito que olía. Cuando Jong Hyun terminó su cuarta cerveza, se preguntó, ¿por qué ya no salían? Ella era divertida, inteligente y muy hermosa. Más ahora que Jong Hyun no comprendía por qué las luces brillaban tanto, o desde cuando el mesero tenía dos cabezas, ahora solo podía reír sin parar en compañía de la mujer más bella de todas.
—¿Qué dices? —él intentó abrir sus ojos perezosos. Oh, tenía sueño.
—¿Eh? —logró articular. Su lengua estaba dormida, no quería moverse. Ella rió de nuevo.
—Te extraño, Jonggie, me gustaría que volviéramos. ¿Y a ti? —él entrecerró sus ojos, comprendiendo lo último.
—¿Yo qué? —preguntó con las palabras arrastradas.
—Volver conmigo. —repitió con la misma sonrisa esperanzada—. Éramos tan geniales juntos. Nos divertíamos, ¿recuerdas? Y te gustaba mi cabello, no dejabas de decirme lo bonito que era y lo rico que olía. —él rió como bobo.
—Sí, es… bonito… —comentó entre risas acariciando su cabellera.
—¿Eso es un “sí”? —quiso asegurarse ella, mostrando felicidad ilusionada. Jong Hyun, sin entender de qué carajos hablaba, asintió.
—¿Por qué no? —dijo como si le hubieran preguntado si dos más dos daba cuatro.
—Jong, eso me hace tan feliz. —festejó ella entrelazando sus manos con alegría, antes de inclinarse, cerrar sus ojos y besarlo.
Lo primero que Kim Jong Hyun pensó, era lo suave que era. Después, identificó un poco de cerveza con uva. Segundos más tarde, se preguntó dónde estaba. O qué estaba haciendo, por qué sus labios sabían a uva. Sin embargo, luego de sentir un movimiento de abrir y cerrar, dedujo que estaba besando a alguien con labios sabor a uva. Aunque, bueno, los de Ki Bum eran mejores. Si bien, Ki Bum no sabía besar muy bien, sus labios eran más firmes, más sedosos, más gruesos y abotonados, como un corazoncito gordito. Sí, su Kibummie era gordito bonito, todo él era gordito y suave, pero más sus labios. Sí, sus labios sabor fresa, aunque a veces cambiaba a su humectante sabor cereza, le encantaban. Fue entonces que se dio cuenta.
No era Ki Bum.
Sus ojos se abrieron y se separó, viendo a la persona frente a él. Vio a su alrededor, ¿qué hacía en el bar? Parpadeó, sujetándose de la mesa. Estaba mareado. La voz femenina le preguntó si estaba bien. Miró otra vez a la chica, notando preocupación en ella. ¿Por qué la estaba besando? Recordó de golpe su conversación. Aún estaba borracho, sin embargo, el impacto había reducido en gran medida al alcohol en su sistema, permitiéndole un poco de razonamiento.
—Lo siento, Se Kyung, yo…
Su cara bajó y no pudo sostenerlo. Vomitó sobre los zapatos de su amiga, quien, angustiada por su salud, se puso de pie sin prestar atención a sus sucios pies y lo arrastró al baño más próximo. Las chicas que estaban conversando adentro observaron a Se Kyun cargando a Jong Hyun. Ella, enojada por las mujeres estorbosas, gritó “apártense, perras”, logrando que se retiraran justo a tiempo para que Jong vomitara en el escusado. Estuvieron quince minutos arrodillados en el cubículo, esperando a que el vocalista dejara de vomitar, después, ella lo ayudó a llegar al lavamanos. Luego de enjuagar su boca y cara, ahora más sereno, volteó con ella.
—¿Qué? —cuestionó—. ¿Qué volvamos? —dijo recordando su pregunta anterior.
—Disculpa, te vi triste, yo estaba triste y pensé que podríamos solucionarlo regresando. —concluyó ella como si fuera lo más lógico.
—Lo siento, Se Kyung, ya tengo a alguien.
—Nunca lo dijiste, Jong. Perdóname. —pidió con honestidad. De haberlo sabido, no lo habría abordado de esa manera.
—Yo… —no supo que decir. Estaba preocupado, acababa de traicionar a Key—. Me tengo que ir. —avisó saliendo lo más rápido de ahí. En cuanto estuvo afuera, marcó a su mánager para que fuera por él.
El tiempo pareció detenerse. Jong Hyun quería a Key, y se sentía tan arrepentido que no sabía cómo remediar su error. Mientras su mánager llegaba, Jong Hyun intentó idear alguna forma de solucionarlo, mas no había forma. Fue entonces que concluyó que Ki Bum había hecho muy bien en gritarle.
Continuará…