Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hombre por Hacchiko

[Reviews - 40]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hi, sweeties♥!

 

Muchas gracias a quienes comentaron y leyeron, una enorme disculpa por haber tardado.

Quiero agradecer especial y honoríficamente a alguien muy especial, el problema es que como no recuerdo qué nickname tiene aquí, lo pondré como dice su facebook:

¡Muchas gracias, Minho Choi Lee, baby ;v;♥! Sin ti, jamás habría subido este capítulo, está completamente dedicado a ti.

Espero que este capítulo les guste más que el anterior. Besos y abrazos psicológicos.

 

Atte. Hacchi♥!

Hombre

¡Hacchiko♥!

Capítulo 7: Casi felices

 

 

 

—¿Estás listo, Min Ho Hyung?

 

 

—Oh, seh. —respondió muy seguro.

 

 

—¿Muy listo? —ronroneó desde la cama.

 

 

—Más que nunca.

 

 

—Entonces, ven aquí. —llamó doblando su dedo índice hacia él con una sonrisa traviesa.

 

 

Min Ho, dando pasos largos pero muy lentos y exagerados, obedeció, sacando risas en Tae Min. Cuando al fin llegó a la cama, se trepó, colocando cada rodilla a los costados del otro mientras éste se recostaba de espaldas. Min Ho paseó sus manos por el rostro del menor, apreciando cada detalle con atención antes de dejar un beso en su frente que hizo suspirar al castaño.

 

 

—Nunca pensé que lograría convencerte. —murmuró Tae con sus labios rozando los contrarios, mientras sentía como su piel se erizaba.

 

 

—¿No crees que estás pidiendo demasiado? —cuestionó buscando algún indicio de inseguridad a la vez que pegaba su vientre con el del adolescente. Éste, alegre, negó mordiendo sus labios. Estaba muy emocionado.

 

 

Ambos estaban con su pantalón de dormir, con sus suéteres, solos en la habitación y en la casa. De noche, sin que nadie pudiera molestarles. Ahora podrían hacer lo que quisieran, aprovechando que estaban en su cama, abrazados, besándose. Tocándose. Y lo harían, tal y como tenían planeado desde días antes, incluso, podrían desvelarse. Tae Min sonrió con la idea, luego rodó en la cama para brincar sin lastimar a Min Ho.

 

 

—¡Por fin tendremos el maratón de magos! —gritó antes de soltar un chillido emocionado similar a los de Key cuando subía a montañas rusas.

 

 

—¿Seguro que quieres verlo? —insistió Min Ho. No tenía ganas de una noche completa viendo películas y películas de la misma saga aunque ya lo había prometido.

 

 

—¡Claro que sí! ¡Me lo prometiste la semana pasada y vas a cumplirlo! —presionó hincándose en el colchón a  la vez que colocaba sus manos en su cintura. Después bajó para colocar el disco en el aparato—. No puedo esperar para ver a Emma Watson* en alta definición. —mascullaba con gran entusiasmo sin parar de saltar. Una vez que la película estuvo lista, apagó las luces y regresó a su lugar en la cama, siendo rodeado casi al instante por los brazos de Min Ho.

 

 

—No es justo. Mi cumpleaños es esta semana y se supone que deberías consentirme, no al revés. —dijo con fingido pesar alzando sus labios. Tae Min tomó frituras de queso.

 

 

—Mira, es fácil, Min Ho. El amor verdadero es cuando uno prefiere la felicidad de su pareja a la suya, ¿no?

 

 

—Ajá. —contestó comiendo palomitas. La cama estaba más que rebosante de golosinas, frituras, chocolates, postres y sodas solo para ellos. Claro que lo tenían planeado desde antes.

 

 

—Entonces, cuando tu pareja es feliz, tú eres feliz, ¿cierto?

 

 

—Claro…

 

 

—Eso significa que mi felicidad es tu regalo, ¿ves? ¡Más claro que el agua! —explicó con obviedad y volvió a llenar su boca de frituras, provocando que Min Ho se riera con su lógica.

 

 

—Cierto, ¡pero qué egoísta soy! —bromeó mirándolo.

 

 

—Tienes suerte de tenerme, ¿quién soportaría a un egoísta como tú? —dijo tratando de cubrir sus risas. Una vez que el logo inconfundible de la saga que tanto adoraba apareció, Tae Min puso una mano en la boca de Min Ho para que no le interrumpiera, causando más risitas en el rapero.

 

 

Usualmente, a Min Ho le era indiferente ese tipo de películas, pero ver ocho películas de la misma saga… ehh, no era su primera opción para una tarde desocupada y a solas con su novio. Tae Min, en cambio, era un gran fanático. Fue la semana pasada en un juego de cartas que ambos habían apostado. Quien perdiera, vería lo que el ganador quisiera (claro, acompañado de él). Y por supuesto, Choi creía que tenía la victoria en sus manos, cuando mostró sus cartas y las comparó con las del maknae, quedó boquiabierto. ¡Tae Min le había hecho creer que tenía una pésima mano! Al final, el pequeño Lee había tendido una trampa.

 

 

Ahora no podía quejarse. Había hecho un trato con su diablillo, y como tal, debía cumplirlo. Bostezando con escándalo, apoyó su cabeza en el hombro de Tae mientras jugaba con sus dedos. Las películas eran dolorosamente extensas, pero eso sí, Tae Min tenía dedos graciosos. Eran delgados y largos, pero tenían un algo… infantil. Palmeó el dorso, sin embargo, el otro estaba absorto en la pantalla, ignorándolo completamente. A veces reía o decía los diálogos (que bien memorizados tenía), o comentaba “Emma es tan genial, ¿verdad, Min Ho Hyung?”. Al cabo de una hora, Choi ya estaba aburrido, así que, viendo que el momento más emocionante estaba ocurriendo, se inclinó, atravesando su cabeza en el campo de visión de Tae Min, y antes de que pudiera quejarse, lo calló con un beso.

 

 

El enemigo dio su discurso malvado, la explicación de las cosas malas que hizo, cómo y por qué, etcétera. Cuando él se separó para regresar a su puesto, ya se había terminado la escena, y Lee Tae Min estaba con la mirada perdida, sin saber qué hacer. Once segundos más tarde, él le dio un manotazo en la pierna, gritándole que tenía que regresarle porque no pudo decir el diálogo del malvado enemigo. A pesar de todo, Min Ho no se arrepentía de nada, pues le quedaba poco tiempo.

 

 

En dos días, él se iría a Japón para filmar otra novela, así que si Tae Min quería pasar sus últimas horas viendo películas juntos, él no se negaría. No había forma de que el castañito pudiera acompañarle a Japón, no solo porque no tenía nada que hacer ahí, sino porque SHINee ya tenía su agenda y no podían permitirse que faltaran dos miembros en una misma ocasión.

 

 

Poco después del inicio de la segunda película, Minnie se recostó contra Min Ho. Estaban en noviembre, a casi un año desde que Tae Min se unió por primera vez al grupo, sin embargo, él no se cansaba de recalcar que había crecido. Por lo mismo, era menos frecuente que mostrara signos de “debilidad”, como cuando lloraba en las noches porque extrañaba a sus padres, o cuando brincaba por los insectos que se le acercaban. Aún saltaba, pero ya no gritaba tanto como antes. No obstante, Min Ho era el único con el que podía mostrarse sin sentir vergüenza, era el único que le gustaba que lo consintiera, por lo que en ocasiones bajaba su faceta de madurez, y volvía a ser el inquieto adolescente de siempre.

 

 

—¿Vas a extrañarme?

 

 

El pelinegro alzó sus cejas extrañado antes de voltear al pequeño.

 

 

—Claro que sí. —afirmó sin dudarlo, frotando el brazo del más joven—. ¿Por qué preguntas? —Tae giró a la pantalla, fingiendo desinterés.

 

 

—Dicen que las japonesas son muy lindas.

 

 

—Ah, sí. Muy lindas. —desconcertado, volvió su atención a su novio, percatándose (muy tarde) de que lo había dicho a propósito. Irritado, infló sus mejillas—. Pero ellas no son como tú. —el adolescente lo miró, sin entender si eso era un halago o insulto.

 

 

—¿En qué forma?

 

 

—En que tú no solo eres más guapo que ellas. —respondió haciendo énfasis en “guapo”, pues sabía perfectamente que a Tae Min le molestaba que le dijeran “lindo”—. Sino que también eres más divertido, más talentoso y me gusta más estar contigo. —el bailarín sonrió entre emocionado y avergonzado, a la vez que lo abrazaba con más fuerza.

 

 

—Yo también te quiero mucho. —aseguró, se quedó en silencio y luego agregó—: Te prometo que no lloraré cuando te vayas, para que no te preocupes por mí.

 

 

—Contaré con eso. —dijo, aunque dudaba que existiera forma de evitar su preocupación por él.

 

 

—Hazlo, porque no soltaré ni una lágrima.

 

 

Y Min Ho, riendo, dejó otro beso en sus labios, dispuesto a aprovechar las distracciones de su novio con pequeños gestos cursis.

 

 

 

 

 

—¡Amo los karaokes! —gritó Ki Bum en plena calle a las dos de la mañana, más por la borrachera que traía encima que por el karaoke en sí. Después se apretó a Jong Hyun para murmurarle secretamente en el oído—. Pero me gusta más cuando cantas para mí.

 

 

El otro rió por sus palabras.

 

 

—Te vas a caer.

 

 

De los dos, era el más alerta, pues aún estaba lejos de su límite. A esta hora no había nadie en las calles, pero no por eso podían descuidarse. Atrajo más a Ki Bum, teniendo un leve temblorcito por la brisa fresca. Acababan de salir de un karaoke-bar, por lo que Key aún estaba entusiasmado por las canciones. Cantaron duetos, se dedicaron letras al otro, bailaron, bebieron y gritaron (más Key que Jong). La diva se tambaleaba, negándose rotundamente a subir a la espalda de Jong Hyun, “¡todavía no estoy borracho!” protestaba cada vez que él se ofrecía a cargarlo.

 

 

En los últimos meses, las discusiones entre ellos habían disminuido hasta casi desaparecer. Casi. Ki Bum todavía encontraba pequeñas excusas para gritarle, sin embargo, lo estaban solucionando. A su vez, el lazo que tenían se había fortalecido, presionándolos a pensar un poco más en el futuro, sobre todo, a Key. Su abuela ya conocía a Jong Hyun y a su relación, lo trataba como si fuera otro nieto suyo, a veces incluso lo trataba mejor que a Key. Por lo mismo, la diva pensaba que deberían hacer lo mismo con la familia de Jong. El hecho de que sus padres ni siquiera supieran que Jong Hyun tenía pareja le afectaba mucho, y más aún cuando sus padres cuestionaban o incluso, sugerían que buscara novia.

 

 

Ahora que estaba ebrio, parecía el momento perfecto para sacar el tema a colación con la sutileza ideal.

 

 

—Tenemos que decirles. —soltó Ki Bum de repente con una seriedad extrema, deteniendo su caminar. Jong alzó una ceja sin entender.

 

 

—¿Qué cosa? ¿A quién? —cuestionó a lo que Key volteó a verlo con sus párpados medio cerrados por el alcohol en sus venas.

 

 

—Que somos pareja, a tus padres, claro. —Jong Hyun quedó boquiabierto. Claramente, no se esperaba eso.

 

 

—N-no podemos. —balbuceó.

 

 

—¿Por qué no? —el vocalista lo observó con mucha concentración. Luego de unos segundos, volvió a hablar.

 

 

—Es tarde. Vamos a casa. —sugirió soltándolo para adelantarse. Key lo miró confundido.

 

 

—¡Respóndeme! —exigió alzando la voz, pero él solo le ignoró. Key, enojado, dio un paso y cayó de cara al suelo. Apenas pudo quejarse cuando Jong Hyun regresó corriendo sobre sus pasos para ayudarlo.

 

 

—Te dije que te ibas a caer. —recordó mientras se ponía de pie, llevando a su novio en su espalda.

 

 

—No soy una princesa… —se quejó sacudiendo sus pies, como si con eso pudiera bajarse. Jong Hyun volvió a ignorarlo, empezando a caminar. Minutos después, Key recordó porqué le había gritado—. ¿Por qué no quieres decirles? ¿Te avergüenzo? —preguntó tímido y algo triste.

 

 

—Claro que no. —afirmó al instante, luego suspiró—. Lo que pasa es que mi papá… —hizo una pausa—. Mi papá… no sé cómo va a reaccionar.

 

 

—Pero tu familia te quiere, te van a aceptar.

 

 

—Mi hermana, sí. —admitió—. Mi mamá… quizá se decepcionaría un poco, porque ella quería nietos, pero me aceptará, y mi papá… —de nuevo, guardó silencio.

 

 

—¿Qué pasa con él? —preguntó arrastrando las palabras, ya que aún estaba algo ebrio.

 

 

—Él no es mi papá de sangre. —confesó bajito—. En realidad, se casó con mi madre hace unos… cinco años, más o menos, así que todavía hay cosas de él que no conozco.

 

 

—¿Y tu… “otro” papá? —cuestionó dudoso, sabiendo que estaba tocando terreno delicado. Jong Hyun se tensó y negó con la cabeza.

 

 

—No merece que lo llame así. Era una mala persona. Lastimaba mucho a mi mamá y cuando no pudimos más, solo… se fue. —sacudió su cabeza antes de brincar para subir a Key, que se estaba resbalando—. Eso no importa. Lo importante es que mi papá, —recalcó, refiriéndose al hombre con el que su madre estaba actualmente—, nos ha apoyado mucho en los últimos años, lo queremos y no quiero… —dejó la frase en el aire. Ki Bum la completó con voz cuidadosa.

 

 

—¿Decepcionarlo? —tras otro silencio, Jong asintió. Key dejó un beso en su cuello—. Te entiendo y puedo esperar. Solo pensé que… —inspiró—, pensé que sería mejor no escondernos de todo el mundo. Digo, Onew, Min Ho, Minnie y mi abuela ya lo saben, pero quizá también debían saberlo tus padres.

 

 

Jong ya no comentó nada más, y siguió el camino en silencio, con Ki Bum durmiendo en su espalda y muchas ideas flotando en su cabeza.

 

 

 

 

 

Los días pasaron rápido, y el momento en el que Min Ho partiría había llegado. Tae Min y Min Ho habían dormido en la misma cama, por lo que, desde incluso antes de despertar, permanecieron unidos. Ki Bum hizo el desayuno mientras los chicos limpiaban la casa. Min Ho, recién duchado, peinado y vestido, bajó las escaleras con su maleta, teniendo a Tae abrazando su cintura desde la espalda.

 

 

Desde que Tae Min llegó a su casa por primera vez, no habían tenido un viaje a otro país en el que solo participaran unos cuantos del grupo, en lugar de los cinco. Tae no estaba acostumbrado y dudaba que repentinamente pudiera adaptarse a la idea de separarse de Min Ho. Ni siquiera había salido de casa y ya lo extrañaba. Ninguno de sus compañeros hizo algún intento de separarlos. El desayuno fue bastante normal, como si Min Ho no fuera a irse por varios días, ya que para Onew, Key y Jong Hyun no era algo nuevo.

 

 

Cuando la hora llegó, Tae Min no pudo soltarlo. Min Ho abrazó a sus amigos, agradeciendo sus buenos deseos y continuo apoyo. Cuando terminó, tomó los brazos del maknae, sintiendo cómo temblaban y giró para ver su rostro, aunque éste se mantuviera cabizbajo.

 

 

Diablos. Justo cuando el momento de mostrar su masculinidad llegaba, sus ridículas emociones tenían que echarlo a perder. Sorbió por la nariz, cubriéndose el rostro con ambas manos a la vez que agradecía en su mente que su cabello fuera lo suficientemente largo para esconderse tras él. Min Ho tomó sus manos y levantó su barbilla.

 

 

—Lo siento. —balbuceó sintiendo como vibraba su mentón. Choi le sonrió mientras acariciaba su mejilla. Aspiró ruidosamente y se explicó—: Sé que lo prometí pero… —sin pensarlo, su boca se formó en un adorable puchero. Parpadeó sin saber qué más decir—. Lo siento. —repitió. Choi se inclinó.

 

 

—No tiene nada de malo, no estás acostumbrado. —defendió con voz suave, casi murmurando. Con sus pulgares secó las lágrimas que comenzaban a correr por sus mejillas—. Me esforzaré mucho para volver lo antes posible, por mientras, tú sigue dando todo de ti. —animó sujetando su rostro. Tae Min estiró sus brazos para rodear su cuello.

 

 

—Hyung, llévame contigo. —pidió luchando por no sonar suplicante.

 

 

—Sabes que no puedo. —dijo en voz baja abrazándolo más fuerte, a la vez que acariciaba su cabello—. Pero regresaré pronto y llamaré en cuanto llegue. —prometió recibiendo un asentimiento del bailarín.

 

 

Esperó unos minutos, queriendo memorizar cada sensación que su pareja le brindaba, su aroma, sus temblores, su calidez… Suspirando, dejó un inocente beso en sus labios, fue por su maleta y se despidió una vez más de sus amigos para después salir de la casa. Tae Min, todavía con el recuerdo del abrazo en su cuerpo, caminó hacia la ventana para ver cómo se alejaba Min Ho, sabiendo desde ese instante que cada segundo sin él sería más lento que nunca. Una vez más, miró su pulsera de peces, aquella que le había regalado Min Ho y que nunca se quitaba, deseando que él volviera lo antes posible.

 

 

 

 

 

—… Ya nunca volví a pedirle un hermanito a mi mamá desde entonces. Esa explicación de donde vienen los bebés me dejó traumado.

 

 

—Me imagino. —respondió Joon empezando a reír.

 

 

Estaban en la casa de Joon, en su cama, conversando. Habían pasado juntos el día conversando de todo hasta que los temas se acabaron. Onew, después de su vergonzosa pero divertida anécdota, giró su cuerpo, acostándose de costado y observó a su novio, pensando qué más podía decirle. Luego de minutos silenciosos, una idea pasó por su cabeza, sacándole una sonrisa traviesa.

 

 

—Dime algo que no sepa de ti. —retó, desconcertando al otro.

 

 

—¿Cómo qué? —cuestionó arrugando una ceja. Jin Ki fingió buscar en su mente, y luego respondió.

 

 

—Enséñame un lunar que no conozca. —Joon se sorprendió por la petición y después rió incrédulo.

 

 

—Omo, los conoces todos. —Onew negó sonriente. Aún no habían dado “ese paso”, aunque sus besos y manoseos casi podrían clasificarse de ese nivel por lo atrevidos que lograban ser. Debido a eso, Onew quería conocer esos otros lugares. Joon, captando el mensaje, se sonrojó, entre nervioso y complacido.

 

 

—Tú sabes que no. —afirmó con una penetrante mirada, a la vez que alzaba sus cejas con diversión. Joon se mordió el labio inferior, pensando si debía contestar o no.

 

 

—Tengo uno… —dijo en voz muy bajita, Jin Ki, apresurado, se acercó a él, quedando a centímetros de su cara y poniéndolo aún más nervioso. Finalmente, agregó en un volumen todavía menor—: Abajo.

 

 

—¿En el ombligo? —rojo de la vergüenza, negó en silencio—. ¿Es enfrente o atrás?

 

 

—Atrás. —articuló casi en silencio. Onew, divertido pero confundido, ladeó su cabeza.

 

 

—¿En la pierna? —dudoso entre negar o afirmar, habló.

 

 

—Algo así.

 

 

—¡A ver! —pidió al instante, logrando que el mayor se tapara la cara con una almohada. No obstante, bien sabía lo persistente que podía llegar a ser Lee Jin Ki, por lo que la mejor opción era enseñárselo de una vez. Suspirando, pero sin dejar de cubrir su rostro, giró y bajó su pantalón deportivo, mostrando su ropa interior y señaló el glúteo, justo debajo de la orilla del bóxer gris—. ¡Woow! Deberías usar pantalones cortos más seguido, ¡eso es sexy!

 

 

—¡Yaah! —gritó subiéndose el pantalón y luego le golpeó con la almohada, sacando risas del cantante. Cuando estuvo más calmado y el color de su piel volvió a la normalidad, exhaló, preparado para ver a su novio. Sin ninguna advertencia, disparó—: Enséñame el tuyo. —los ojos de Jin Ki se abrieron como platos, tragó duro y balbuceó.

 

 

—¿Q-qué cosa? —Joon rió.

 

 

—Tu lunar.

 

 

Borrando su repentina timidez, también bajó su pantalón y también un poco a su ropa interior. A la altura de la cadera, más abajo del hueso, del lado izquierdo, había un lunar* chiquito pero bien marcado. Joon, sorprendido por la valentía de su novio, se inclinó y tocó el punto con sus dedos.

 

 

—Woow, qué bien escondido lo tenías. —murmuró sin dejar el lunarcito en paz—. ¿Y Key lo ha visto?

 

 

Toda sonrisa en el rostro de Onew fue reemplazado por confusión. ¿Qué?

 

 

—¿Por qué Key? —Joon, regañándose mentalmente por su torpeza, se separó, tratando de mostrar que no le importaba mucho.

 

 

—Me refiero a si alguien más, no necesariamente Key…

 

 

—En ese caso, habrías preguntado si alguien más lo ha visto, no solo Key. Ahora dime, ¿por qué Key?

 

 

Encajonado por su propia torpeza, exhaló ruidosamente.

 

 

—Por lo que pasó ahora cuando fui a tu casa. —Onew pensó unos minutos a qué se refería, y sin entender, negó con su cabeza.

 

 

—¿Qué pasó?

 

 

Joon lo fulminó. ¿Estaba mintiendo o de verdad no le importaba? Malhumorado, explicó. Ese día, cuando fue por él, Key fue quien lo recibió. No pasaron ni cinco minutos cuando Ki Bum, pasando por el comedor, vio una toalla que tenía grabado el nombre de Onew, así que, decidido, cruzó la sala, abrió la puerta del sanitario siendo recibido por un grito poco varonil y gritó: «¡Olvidaste tu toalla, Dubu*!». Seguido, cerró la puerta, no obstante, se detuvo, regresó sobre sus pasos, volvió a abrir y agregó en más exclamaciones: «¡Recuerda que ya te he visto desnudo, no sé porqué de pronto tan tímido!». Dio un portazo y murmuró «Torpe» mientras caminaba a la cocina.

 

 

Joon terminó su anécdota con los brazos cruzados por el enojo.

 

 

Claro, Ki Bum era un poco… extraño cuando demostraba su cariño con sus seres más cercanos, y más aún, a quienes tenía en un nivel de confianza tan alto como Jin Ki, ¡ni siquiera usaba honoríficos!

 

 

—¿Y bien? —presionó con seriedad—. ¿Por qué él te ha visto desnudo? ¿Tenían algo ustedes dos?

 

 

—¿Qué? ¡Claro que no! —exclamó incrédulo—. Hemos tenido duchas grupales, así que ya nos hemos visto desnudos, ¿qué acaso tu grupo no lo hace? —Joon, ante la pregunta, se descruzó, recapacitando. Cierto. Se sintió tonto por su ataque de celos, sin embargo, no lo admitió ni bajó la guardia.

 

 

—Sí, pero Key y tú parecen tener algo.

 

 

—Por supuesto que no, Key ya tiene a alguien y yo también. —expuso, logrando que Joon se conmoviera por sus palabras «y yo también». ¿Podría algún día dejar de ser tan tierno? No obstante, eso no quitaba que siguiera enojado.

 

 

—Bueno, entonces vete con él. —dijo empujándolo de su cama a patadas. Después lo llevó hasta la puerta de su apartamento, añadiendo—: Y para tu información, Mir ya ha visto mi lunar. —presumió refiriéndose al que apenas le mostró unos minutos antes.

 

 

Onew quedó boquiabierto, y Joon, con satisfacción, le cerró la puerta en la cara.

 

 

 

 

 

—Creo que sí deberíamos decirles.

 

 

Jong suspiró cansado antes de voltear a verlo.

 

 

Estaban sentados en el sillón hablando seriamente, cuando el teléfono de Jong sonó. Disculpándose, salió a otra habitación. Dos minutos más tarde, Jin Ki entró quitándose los zapatos. Se veía cansado y enojado. Key lo observó caminar hasta el mismo sillón largo que él y sentarse. Sin soportarlo más, preguntó.

 

 

—¿Pasó algo con Sunbae?

 

 

—En realidad… —exhaló—. Sí. —hizo una pausa—. Está celoso. —curioso, Key se acercó a él.

 

 

—¿De qué? —volvió a suspirar antes de verlo.

 

 

—De ti. —descolocado, alzó una ceja.

 

 

—Sé que soy hermoso, pero esto es demasiado.

 

 

—No sobre eso. —gimoteó—. Él cree que tú y yo tenemos algo. —Key levantó sus dos cejas.

 

 

—¿Qué? ¡Eso es ridículo! ¡Nunca dejaría a mi Jonggie! —protestó con horror poniendo una mano en su pecho. Luego agregó—: Aunque sí eres muy guapo, Dubu, y si no conociera a Jong definitivamente si me gustaría estar contigo.

 

 

—Eso no me ayuda. —dijo con un puchero, luego sonrió—. Pero gracias. También eres lindo.

 

 

—Eso ya lo sé. —admitió acomodando su cabello con una sonrisa presumida. Después, volvió a su seriedad, mirándolo—. Pero no entiendo, ¿fue por lo que dije en el baño? —Onew asintió. Ki Bum rezongó ruidosamente—. ¡Qué exagerado! ¡Si yo fuera él, pasaría más tiempo besándote que inventándote romances! —resopló por la nariz muy enojado.

 

 

—Tal vez no beso bien. —caviló con preocupación, sin darse cuenta de que lo había dicho en voz alta. Key le dio un manotazo en la nuca.

 

 

—¡No seas tonto! Tienes una boca bonita, ¡debes besar bien! —expresó mostrando las puntas de sus dedos unidas, como si la verdad se encontrara en los “capullos” que parecían ser sus manos. Al ver la indecisión del otro, lo tomó de la camiseta con firmeza—. A ver, bésame. —espantado, Jin Ki recargó su espalda en el sillón, alejándose.

 

 

—¿Quieres que me pegue Jong o qué? ¡Deja de decir locuras!

 

 

—Anda, luego se lo explico. Bésame. —ordenó cerrando sus ojos, esperando.

 

 

—No creo que sea…

 

 

—O lo haces, o te golpeo, Lee Jin Ki. —masculló, señal evidente de que era su última oportunidad. Onew, entre asustado por el mandato de la diva y preocupado por lo que podría causarle a Jong, se apuró y unió sus labios con los de Key, separándose al instante. Éste, irritado, alzó una ceja y lo miró—. Un beso de verdad, Jin Ki. —aclaró antes de volver a unir sus párpados con paciencia.

 

 

Demonios. Una vez más, besó a Ki Bum, solo que ahora abrió sus labios para morder los contrarios con decisión. Key brincó un poco por la sorpresa, sin embargo, respondió. Una vez que se separaron, la diva parpadeó algo confundida y lo miró con enojo.

 

 

—Estoy completamente seguro de que su enojo no tiene que ver con eso. —concluyó, señalando que besaba muy bien (aunque claro, prefería los besos de Jong). Cuando estuvo a punto de recomendarle cómo recuperar a Joon, un grito los hizo saltar del sillón.

 

 

—¡Yah! ¡Deja a mi Bummie en paz, traidor!

 

 

“¡Demonios! Lo sabía, lo sabía”.

 

 

—¡No es lo que crees! —intentó defenderse Jin Ki con sus manos enfrente y una expresión de pánico bañando su rostro.

 

 

—¡Claro que sí! Te estabas comiendo la boca de mi novio, ¡traidor! —gritó señalándolo con su dedo índice. Luego sacó su celular, marcando un número—. Espera a que le diga a tu novio lo que andabas haciendo con el mío. —masculló.

 

 

—¡Espera! ¡Se va a enojar más!

 

 

—¡Eso te enseñará a no meterte con los novios de los demás! —renegó más alto, como si quisiera que la ciudad entera los escuchara. En el altavoz del celular sonó el timbre de espera, y después una voz somnolienta.

 

 

¿Quién habla? —antes de que Jong Hyun pudiera responder, los dos restantes saltaron sobre él y lo tumbaron, cayendo encima de él. El teléfono resbaló de ellos.

 

 

—¡Yah, Kim Ki Bum! —regañó tratando de quitárselos de encima. En los últimos meses, a causa del gimnasio, Jong se había vuelto muy fuerte, así que Onew decidió ayudarle a detenerlo, sabiendo que él solo no podría.

 

 

¿Eh? No, soy Joon. —corrigió claramente confundido—. ¿Jjong? ¿Eres tú?

 

 

—¡Sí, sunbae! ¡Tengo que contarte algo! —la diva y el líder, compartiendo una mirada histérica, cerraron sus ojos y empezaron a gritar con todas sus fuerzas, impidiendo que Joon pudiera entender cualquier cosa.

 

 

¿Qué? ¿Por qué hay tanto ruido? ¿Tienes idea de la hora que es? —Jong, desesperado por sus inútiles intentos, se unió también a los gritos, antes de darles coherencia.

 

 

—¡¡Tae Min!! ¡¡Tae Min!! ¡¡Ven y dame el teléfono!! —vociferó poniéndose rojo por el esfuerzo sin soltar las manos de Key.

 

 

—¡¡No, Tae Min!! ¡¡Dámelo a mí!! —chillaba Ki Bum con la misma intensidad.

 

 

—¡¡Y también tráeme comida, Tae Min!! —aportó Onew aún más agudo e igual de fuerte que ellos. La pareja, concentrada en repetir las órdenes, ignoraron el comentario del líder.

 

 

¿Qué? ¿Comida? ¿Qué demonios está pasando ahí? —seguía preguntando Joon cada vez más confundido e irritado.

 

 

Finalmente, cuando notaron que Tae Min se tardaba demasiado, guardaron silencio. Extrañados, se miraron entre sí. Key, frunciendo su ceño, se inclinó hacia su pareja.

 

 

—Jong, ¿y Tae Min? —éste arrugó su entrecejo.

 

 

—No lo he visto, pensé que estaba contigo o en su cuarto. —respondió, luego volteó hacia su líder con naturalidad, como si no se hubieran gritado minutos antes—. Hyung, ¿Tae Min estaba contigo? —éste negó.

 

 

—Yo estaba con Joon.

 

 

¿Hola? ¿Siguen ahí? ¿Para qué me llaman si van a ignorarme? —preguntó en un gimoteó berrinchudo—. ¡Yah! ¡Kim Jong Hyun! —gritó exasperado. El nombrado estiró su brazo con tranquilidad y lo acercó a su boca.

 

 

—Luego te llamo. —prometió y colgó, tirando su teléfono a un lado sin cuidado. Esto era más importante.

 

 

—¿Cuándo fue la última vez que vieron a Tae? —Jong y Key compartieron una mirada preocupada.

 

 

—N-no sé. —tartamudeó Ki Bum, alarmándose con cada segundo.

 

 

—En la mañana. —recordó Jong—. Lo despedimos para ir a la escuela. —la diva frunció su ceño.

 

 

—Eso no puede ser. Su mochila está ahí. —indicó al sofá que estaba del otro lado de la habitación. Los tres, percibiendo la misma idea, se levantaron y se dividieron corriendo por la casa para buscar a su compañero.

 

 

¿Dónde estaba Tae Min?

 

 

 

 

 

Continuará…

 

Notas finales:

 

 

1* Creo que ya saben de qué películas hablo, ¿no? En caso de que no: Harry PotterEmma Watson es quien interpretó a Hermione: la pelirroja estudiosa.

 

2* No hay evidencia de los lunares de estos chicos, así que toda la información referente a los sexies lunarcitos que ellos presumieron los inventé yo. Já.

 

3* Dubu es uno de los apodos de Onew, éste se lo puso Key y significa “Tofu”. La verdad, no recuerdo porqué se lo puso. Si alguien lo recuerda, por favor, coméntenlo para agregarlo aquí, gracias :)♥ 

 

A continuación, la sección que, aunque no es obligatoria, me haría muy feliz que la contestaran, y se trata del:

 

Question Time

 

*El Question Time es una pequeña sección de preguntas al final de cada capítulo para ayudarte a tener ideas al momento de escribir un comentario y que no dejes un “conti, plis”. No es obligatorio, pero me encantaría conocer tus opiniones.

 

• ¿Parte favorita? (*Puedes escoger más de una).

 

• ¿Qué pensaron que iban a hacer Min Ho y Tae Min? (Claro, antes de que dijeran lo del maratón de películas).

 

• ¿Les gustó la primera escena 2min?

 

• ¿Qué opinan de la conversación JongKey? ¿Cómo creen que reaccione la familia de Jong cuando ellos les digan sobre su relación :O?

 

• ¿Qué opinan de la despedida de Min Ho? ¿Esperaban que Tae llorara? (Porque no lloró, él solo dejó caer unas pocas cuantas lagrimitas).

 

• ¿Les gustó la conversación de Joon y Onew? ¿Les gustaron sus lunares?

 

• ¿Qué opinan de la conversación de Onew y Key? ¿Esperaban el beso? :O! (Yo tampoco) ¿Les gustó la pelea Onew-Key-Jong-Joon?

 

• ¿DÓNDE ESTÁ TAE MIN?

 

 

 

Muchas gracias a todos por leer, no olviden dejar un poco de su amor♥. Besos y abrazos psicológicos,

 

Atte. Hacchi♥!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).