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Hombre por Hacchiko

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Notas del capitulo:

Hi, sweeties♥! ¿Listos para capítulo? Espero que sí. (Yo sí).

 

Capítulo dedicado a Mixool porque adivinó correctamente una de las preguntas del anterior Question Time.

 

Muchas gracias a quienes comentaron y leyeron. Espero que este capítulo les guste más que el anterior. Besos y abrazos psicológicos,

 

Att. Hacchi♥!

Hombre

¡Hacchiko♥!

Capítulo 3: Mala bienvenida

 

 

 

Toc, toc, toc.

 

 

Una mujer de corto cabello oscuro abre la puerta con tranquilidad, sorprendiéndose de forma positiva al ver a su primo en su entrada y no duda en hacérselo saber.

 

 

—¡Chang Seon! ¡Qué gusto verte! ¿Cómo estás? —saludó con una enorme sonrisa, ya que tenía tiempo sin ver a su querido familiar.

 

 

—Bien, gracias, prima. ¿Me permites pasar? —respondió igual de sonriente.

 

 

—¡Por supuesto! —afirmó haciéndose a un lado y cerrando la puerta después de que el otro entrara—. ¿Quieres algo de beber?

 

 

—Agua, por favor. —pidió viendo cómo ella se dirigía a la cocina—. ¿Está Eun Soo en casa?

 

 

—Claro, está en su cuarto, creo. —respondió mientras inclinaba la jarra y servía agua en un vaso, después caminó a la sala de estar—. Pero está en su Tablet y ya sabes cómo son los chicos de ahora, pegados a sus aparatos electrónicos y… —silenció al llegar a su sala, descubriendo que su primo ya no estaba.

 

 

Joon, que conocía la casa como la palma de su mano, no ocupó ayuda para hallar la habitación indicada. En cuanto se metió, paró su caminar, observando con furia muda a su tremenda sobrina, quien estaba acostada con los audífonos puestos, escribiendo en su Tablet, tal y como dijo su madre. ¿Debería perdonarla y calmar su ira como todo adulto? No tuvo que pensarlo mucho, fue hacia ella, jaló los cables ignorando su “¡oye!” y se cruzó de brazos, inmutable. Ella, al alzar su mirada, calmó su semblante.

 

 

—¿Cómo pudiste hacerme esto? —dijo con voz profunda. Ella arrugó sus cejas sin saber a qué se refería. El mayor suspiró antes de cerrar la puerta tras él y regresar con ella—. Dijo que lo amenazaste y que no quería verme, ¿tienes idea de lo avergonzado que estaba?

 

 

—¿Por qué? Lo que tú debías hacer era tomar su mano, darle un besito y quizá una manita*. —Joon ascendió una ceja, preguntando en silencio qué significaba esa última palabra y sus ojos se abrieron junto con su boca al ver el vulgar gesto de su sobrina agitando la mano en imitación a una masturbada.

 

 

—¡Ni siquiera habíamos llegado a eso cuando empezamos a salir! —exclamó en murmullos sintiendo sus mejillas enrojecer al tiempo que extendía sus brazos hacia abajo. De verdad esperaba que no le hubiera hecho esos gestos a Onew.

 

 

—¿Quieres decir que nunca has visto la Onewconda? —preguntó impresionada con las cejas casi en su nuca.

 

 

—¡No hables así de él! —regañó—. ¿Estás contenta? Me odia de verdad.

 

 

—No es cierto, Oppa, es solo que es muy orgulloso, te lo aseguro. —el pelinegro, con los ojos brillantes, volvió a cruzar sus brazos.

 

 

—Y yo te aseguro que estoy muy decepcionado de ti.

 

 

—¡¿Y qué esperabas que hiciera?! —gritó finalmente, estirando sus brazos al cielo, expresando lo harta que estaba. Después lo miró con enojo y habló de manera informal—. Dime, Chang Seon, ¿qué querías que hiciera?

 

 

—Nada. Eso quería. —dijo entre dientes sin secarse la primera lágrima corriendo por su mejilla—. Que te quedaras quieta, que dejaras de acosar a famosos, que no le hablaras, que dejaras a los chicos en paz, ¡que me dejaras hundirme en mi miseria! —estalló—. ¿Por qué no podías dejarme en paz? ¿Por qué no pudiste dejarme solo? ¿Por qué tenías que buscarlo y amenazarlo?

 

 

—¡Porque no toleraba verte acostado cantando entre lágrimas la misma canción una y otra vez! ¡Llorando “Onew, pérdoname” por horas, ignorándome! —chilló con todas sus fuerzas—. Oppa, te admiro y te quiero, eres mi mejor amigo. No entiendes lo mucho que me afecta verte tan infeliz. Solo quería que te recuperaras, pero no sabía cómo. Ya sé que me equivoqué, ¿pero es tan malo si solo lo hacía por ti?

 

 

Joon mordió sus labios temblando. Bajó la cara con los ojos cerrados, dejando que su llanto siguiera de forma silenciosa. Inspiró por la nariz antes de mirarla y sentarse con ella en la cama, tomando sus manos.

 

 

—Prométeme que ya no harás nada de eso.

 

 

—Lo prometo.

 

 

—Hablo en serio. No acosos, no invasión de la privacidad, no fotografías, no robos, no amenazas, ninguna forma de daño a las demás personas aunque sean obsesión tuya, ¿comprendes? —ella hizo una mueca inconforme antes de asentir.

 

 

—Lo entiendo, Oppa. Perdóname. —pidió siendo abrazada con fuerza por él—. Él es un tonto por no quererte cerca. Estás bueno, eres guapo y eres bueno.

 

 

—Ya dijiste eso. —respondió entre risas.

 

 

—No, dije que eres bueno, eso quiere decir que eres buena persona, pero también dije que estás bueno, o sea, tienes un cuerpezote de actor porno. —el alto rodó sus ojos, sonriendo por sus ocurrencias, y le dio un manotazo en la nuca en forma de regaño.

 

 

—Torpe. —murmuró mientras ella se sobaba.

 

 

 

 

 

—¡Aish! ¡Choi Min Ho, cambia de canal ahora mismo! —ordenó la diva con ambas manos en su cintura, igual que una madre haría. El mencionado tan solo le ignoró mientras mordía la cuchara con hipnotismo. El partido estaba bueno, y Onew, a su lado, no hacía nada para contradecirlo a pesar de encontrarse en su propio mundo. Ki Bum, harto de sentirse apartado, hizo su voluntad, se puso frente a ellos y sin miedo le arrebató el control al rapero, obteniendo una incrédula mirada de su dongsaeng.

 

 

—¡Yah! —fue todo lo que dijo.

 

 

—“Yah” —imitó infantilmente con un gesto feo en su cara antes de girar y cambiar el canal, pues quería ver su novela, sin embargo, Jong Hyun, quien venía corriendo desde el primer piso, llegó por el respaldo del sillón en el que Min Ho y Onew estaban sentados, se lanzó y le quitó el control a Key, ignorando sus gritos enojados.

 

 

—¡Tienen que ver esto! —se excusó al encontrar lo que buscaba. Eran las noticias mostrando una sala de prensa, una mesa blanca y larga con cinco chicos jóvenes del otro lado, cada uno con un micrófono frente a él. Key y Min Ho ladearon un poco sus cabezas.

 

 

—¿No es MBLAQ? —preguntó Key con curiosidad. Parecían anunciar algo, y al leer el subtítulo comprendió.

 

 

—“MBLAQ regresa después de seis años de descanso”. —leyó Min Ho en voz alta, después comentó con sorpresa—. Omo, ¿seis años? —Onew, en cambio, fijó su atención en uno de los miembros sentados en la mesa. ¿Ese era Joon? Sus ojos se abrieron con asombro, ¿qué hacía él ahí?

 

 

—¿Qué demonios hace Joon ahí? —murmuró sin creerlo, atrayendo la atención de Jong Hyun.

 

 

—¿Qué? Jin Ki, él es el bailarín principal de MBLAQ, ¿cómo puedes no reconocerlo? —el aludido lo miró por varios segundos sin saber qué responder hasta que el contrario captó—. Omo, no es posible. —balbuceó impactado—. ¿Era tu amigo y nunca te diste cuenta de quién era él? —exclamó en voz alta. Onew, al sentirse el centro de atención, se cruzó de brazos, avergonzado y evadiendo su mirada. Tae Min, curioso, se acercó con una leche de plátano en su mano.

 

 

—Omo, ¿no es ese Joon Hyung? —preguntó, obteniendo la atención de los demás.

 

 

—¿Es en serio, Tae Min? —sin vergüenza, asintió.

 

 

—¡Tae Min! —medio reprendió Key por la ignorancia del anciano y del bebé del grupo.

 

 

—Bueno, nunca presté atención a ese grupo. —admitió el bailarín. Los cuatro giraron al mayor, esperando su excusa, quien extendió sus brazos como si aquello no fuera de conocimiento global, sin embargo, ellos no dejaron de observarlo.

 

 

—En mi defensa, yo pensaba que se llamaba Cheon y era el rubio*.

 

 

—Era el rubio en su álbum anterior. —expuso Min Ho con calma.

 

 

—De acuerdo, no tengo excusa, pero no sabía que era él. Lo conocí en una tienda.

 

 

—¿Qué no oíste los chillidos de nena de Jong cuando vino a disculparse? —debatió Ki Bum.

 

 

—Tenía los audífonos puestos. —admitió.

 

 

—Por cierto, ¿qué pasó con el juguete que trajo? ¿Lo tiraron? —cuestionó el Kim mayor. El líder, en cambio, miró a otro lado, fingiendo no saber del tema.

 

 

—Oh, no, era para Onew. —negó Key con cierta obviedad—. Como sea… —luego se detuvo al percatarse de algo—. ¿Qué tiene que lo hayas conocido en una tienda? Tiene derecho a entretenerse.

 

 

—No, no es eso. Él era el que trabajaba. —los cuatro fruncieron el ceño.

 

 

—Eso es ridículo, aún si fueron seis años sin actividades, cualquiera podría reconocerlo. —recordó a su líder y se autocorrigió—. Bueno, hay excepciones.

 

 

—Pero no tiene sentido. —intervino Tae Min, aunque no era necesario, todos pensaban lo mismo. Jin Ki entonces recordó algo:

 

 

«… Nunca habría hecho que te lastimaran o a tus amigos…» Le había dicho cuando descubrió su habitación.

 

 

¿Acaso…?

 

 

«… Solo pensé que si fueras a necesitar ayuda, debería estar cerca de ti…»

 

 

No, era ridículo, aunque…

 

 

«… Pensé que era la única forma de tener una oportunidad contigo.»

 

 

¿Sería acaso que Joon consiguió trabajo solo para estar más cerca de él? Suspiró profundo, sobresaltándose al oír que Min Ho hablaba.

 

 

—De cualquier forma, ¿qué pudo haberte hecho como para que lo odiaras tanto? Tú no eres así, Hyung.

 

 

Consideró decirles sus motivos, no obstante, no quería compartir los restos de su rencor. Joon no merecía que sus chicos pensaran mal de él. Onew sabía que no era malo, tan solo… no había previsto lo que su sobrina podía hacer. No sabía de lo que era capaz. Onew, una vez más, pensó lo cruel que estaba siendo, y sintió una fuerte necesidad de disculparse. Joon ya lo había hecho muchas veces, ¿por qué él no lo haría? Aunque primero tendría que encontrarlo. ¿Seguiría viviendo en el mismo apartamento? Recordó que le habían hecho una pregunta y negó con la cabeza.

 

 

—No es importante. —se levantó y fue a su cuarto, a pensar una forma decente de pedirle perdón.

 

 

 

 

 

No había pasado ni una hora cuando su mánager llamó a Onew para decirle que el presidente quería hablar con ellos. Decepcionado por no tener una buena idea para disculparse, obedeció y avisó a sus amigos. Al entrar a la sala de juntas, se encontraron con otro hombre. Era de casi ciento setenta centímetros de altura, cabello corto oscuro y anteojos rectangulares. Los recién llegados, tras inclinarse y saludar se sentaron. El señor se llamaba Jeon Ki Sang, y era un director, al parecer, bueno en el área, además de conversador. Fue hasta veinte minutos después que los chicos, sintiéndose algo desubicados, se miraron haciéndose ademanes con sus cabezas y ojos para ver quien se atrevía a preguntar la razón de su presencia ahí. Sin embargo, no hubo oportunidad, ya que su presidente se adelantó y habló.

 

 

—Me imagino que no saben aún porqué los llamé, ¿cierto? —los cinco negaron y el presidente volteó con Ki Sang.

 

 

—Quiero hacer una novela sobre su show. —Tae Min se tensó ante la noticia, sin hacer caso a las caras positivamente sorprendidas de sus amigos— Y que ustedes sean parte de la banda sonora. —los chicos, sonrientes, se miraron unos a otros.

 

 

—Omo, ¡sería grandioso! —comentó Jong Hyun emocionado.

 

 

—¿De qué trata? —cuestionó Tae Min provocando un gran silencio por la seriedad de su interrogativa. Incluso parecía enojo.

 

 

—Bueno… aún no tenemos listo el guión, pero ya estamos terminando. —afirmó con una sonrisa que no pudo contagiar al bailarín. Incómodo por su afilada mirada, carraspeó su garganta y continuó—. Básicamente trata de lo mismo: el grupo necesita mayor atención así que contratan a…

 

 

 

—A mí no me contrataron. —corrigió alzando una ceja. Los chicos lo miraron con advertencia en sus ojos, pues era una falta de respeto. Onew no tardó en inclinarse.

 

 

—Por favor, perdónelo. No ha sido su intención ofenderlo. —el director sonrió y asintió haciendo un ademán.

 

 

—No te preocupes, es joven. Lo entiendo. —respondió y prosiguió—. Como les decía, consiguen la ayuda de un contacto de su mánager y lo integran al grupo. —explicó, anotando en su mente el cambio que acababa de improvisar—. Tiene el mismo propósito y reglas de su show, y los chicos serán una leve parodia de ustedes: habrá un Jong Hyun, habrá un Key, un Onew, un Min Ho…

 

 

—¿Y Tae Min? —soltó el mismo bailarín.

 

 

—También estará, solo que aquí será una chica. —el menor inspiró profundo, cruzando sus brazos—. También será el bailarín principal, y tendrá un triángulo amoroso, además…

 

 

—No me gusta. —espetó calmado, pero con la misma frialdad. Los presentes se extrañaron al percatarse del tono arrogante que Tae Min derrochaba.

 

 

—Bueno, esta podría ser una gran oportunidad para ustedes, después de todo, queremos que ustedes canten. Así, ambos nos beneficiaríamos: si la novela tiene éxito, ustedes también y viceversa.

 

 

—De nada sirve si no nos interesa. —concluyó Tae Min, se levantó y haciendo papel de una diva malcriada, dio media vuelta y se retiró del cuarto, sin reaccionar a las llamadas de atención de sus superiores.

 

 

 

 

 

Los chicos habían quedado pasmados, y no dudaron en volver a disculparse con el director. ¿Qué carajos pasaba con Tae Min? Nunca se había comportado de esa manera tan grosera. Quizá algo que dijo el hombre lo había puesto de mal humor, sin embargo, no se les ocurría qué podía ser. Ki Sang fue agradable y respetuoso en todo momento. No había motivos aparentes para actuar como Tae Min lo hizo. Después de que el hombre les explicara los beneficios de su contrato, salieron a buscarlo y a convencerlo. La verdad, les emocionaba el contrato, sería su primera vez como banda sonora de una novela. Esperaban que Tae Min recapacitara y se diera cuenta de su error.

 

 

Cuando creyeron que ya no lo encontrarían, Min Ho dio en el blanco. Tae Min estaba en el cuarto de ensayos llorando, con la luz del pasillo atenuando la oscuridad. Los demás se habían dividido para abarcar más espacios sin perder tanto tiempo. A Choi le había tocado buscar en ese piso, por lo tanto, no los molestarían en un largo tiempo. Suspirando, entró sin encender las luces, el sonido de la puerta alertó a Tae Min y detuvo su llanto.

 

 

—Hey. —saludó Min Ho para que lo reconociera. Tae, un poco más tranquilo, inspiró por la nariz—. ¿Estás bien? —cuestionó intentando distinguir en la oscuridad.

 

 

—Sí, gracias. —respondió oyendo cómo Min Ho iba en su dirección—. ¿Cómo supiste que estaba aquí?

 

 

—Bueno, tuve un presentimiento. —confesó, causando una leve risita en el otro. Tras un largo silencio, Min Ho por fin llegó a la pared donde estaba recargada la silueta de Tae Min, sentado en el suelo, abrazando a sus piernas, y se sentó a su lado.

 

 

—¿Puedo preguntar por qué no quieres hacer la novela? —el otro suspiró.

 

 

—Puedes, pero no responderé. Es algo tonto.

 

 

—Dudo que alguien se niegue de esa manera por algo tan simple. —el bailarín, con sus ojos acostumbrados a la oscuridad, volteó hacia Min Ho y sonrió.

 

 

—Promete que no te burlarás. —Choi, guiándose por su oído, giró su cabeza a su izquierda y sonrió a pesar de seguir incapaz de mirarlo.

 

 

—Lo prometo.

 

 

Fue más fácil de lo que creyó. Tae Min tomó energías, buscando cómo relatar su justificación. Min Ho, a pesar de que le preocupaban las opciones que su mente imaginaba, no lo presionó. Si era algo tan grave, entonces Tae Min necesitaría su espacio.

 

 

—Desde que tengo memoria, la gente se confunde al tratar de adivinar mi género. —hizo una larga pausa—. Aún cuando les digo que soy un chico, no lo creen, y si lo hacen, no dejan de burlarse de mí. —esperó por si Min Ho comentaba algo, mas no lo hizo—. Cuando empezamos a filmar, pensé que podría superarlo sin problema, pero día con día…

 

 

Apretó sus piernas, sintiendo ganas de llorar. “Los chicos no lloran”, se dijo en silencio para calmarse. Inhaló y el nudo en su garganta se aligeró un poco.

 

 

—El vestirme de hombre una semana, y de mujer otra semana… —sacudió la cabeza antes de ver a Min Ho, quien ahora podía distinguir su rostro—. No tienes ni idea lo confuso que es para mí verme en el espejo y tratar de recordar qué demonios soy… A veces, miraba mis ojos en el reflejo, me hipnotizaba y trataba de estar en cualquier otro lugar, con cualquier otro cuerpo.

 

 

Su barbilla tembló al compartir sus más oscuros secretos, bajó su rostro, sin atreverse a que su compañero notara sus lágrimas. ¿Sentiría asco? ¿Le daría vergüenza? ¿Dejaría de hablarle? Se secó los ojos, sintiendo sus hombros vibrar por el dolor emocional de todos esos años frustrados llenos de confusión.

 

 

—Me odio. —confesó—. Me odio tanto. Odio mi cara. Odio mis manos. Odio mis, mis ojos. Mi cabello. Odio ser pequeño. —se cubrió el rostro con ambas palmas—. Odio estar tan confundido. Odio no saber quién soy o cómo soy. Por eso nunca tuve amigos. Si yo no me tolero, ¿por qué los demás tendrían que hacerlo? —el alto viró su cuerpo, y a tientas tomó sus manos para alejarlas de su rostro.

 

 

—Basta. —ordenó con voz suave—. No tienes por qué odiarte. No tienes porqué confundirte, Tae Min. Te conozco, te veo y adoro cómo eres. —Tae Min hipó mientras varias lágrimas salían de sus ojos, y habló con voz tambaleante.

 

 

—Por favor, Min Ho, no me conoces. —protestó—. La mitad del tiempo pensaste que era una mujer, ¿qué te hace diferente de los demás?

 

 

Ante el silencio, el menor retrocedió sus manos, sorprendiéndose cuando Min Ho las apretó.

 

 

—La diferencia es que aún sin saber si eras un hombre o una chica, me encariñé de ti. Te conocí y empecé a quererte por cómo eres, no por lo que usabas. Decidí que quería protegerte, sin importar lo que dijeras en el último capítulo.

 

 

—¿Cómo estás… tan seguro? —cuestionó con la respiración entrecortada. El pelinegro, dudativo, parpadeó.

 

 

—Porque cuando ocurrió lo de la flor, cuando te vi caer y ahogarte, tuve miedo de perderte. —los ojos de Lee se abrieron con sorpresa—. Sufrí cuando te fuiste con tu familia, y lloré cuando el programa terminó. También cuando vi la nota y no alcancé a hablar contigo de ella. Lo único que me calmaba era saber que estarías bien con tus padres. No habría soportado perderte el día de la flor, Minnie.

 

 

El nombrado soltó una carcajada imprevista, secó sus ojos y sonrió.

 

 

—Hace tiempo que nadie me decía así.

 

 

—¿Y tu hermano?

 

 

—Le pedí que ya no lo hiciera. —respondió inhalando con la boca abierta, el llanto no lo dejaba respirar bien—. Me recordaba mucho a ti.

 

 

—Oh… —murmuró con la mirada baja, después lo miró—. Aún podemos convencer al manager de no firmar.

 

 

—No es necesario, Hyung. —dirigió su vista hacia el rapero con una sonrisa triste—. Sé que es una gran oportunidad, no quisiera…

 

 

—Apenas estamos empezando, Tae Min. —interrumpió, sorprendiéndolo—. Más oportunidades vendrán. Lo importante es que tú estés cómodo.

 

 

—Hyung… —murmuró sin saber qué más decirle.

 

 

—No te preocupes. Te dije que te protegería. —recordó, no obstante, Tae Min parecía necesitar algo más. Choi, con suavidad, rodeó al menor con su brazo y lo acercó para acariciar su cabello. El castaño, feliz por el gesto, sonrió, acomodando su cabeza en el hombro contrario.

 

 

—Gracias, Hyung.

 

 

 

 

 

—¡Tae Min! —gritó Ki Bum con las manos rodeando su boca para hacer eco de su voz. Onew, a unos metros tras él, se acercó.

 

 

—No está ahí, ya busqué. —dijo preocupado. No estaba en los demás pisos, en los baños, la cafetería, los elevadores, los patios… No sabían donde más buscar.

 

 

—¡Chicos! —exclamó Jong Hyun corriendo hacia ellos justo a tiempo para colocarse entre ambos y separarlos, pues según su lógica, Onew estaba demasiado cerca de la diva—. Min Ho acaba de llamar. Ya encontró a Tae Min y fueron a casa.

 

 

—¿Qué? ¿Por qué no nos dijo nada ese…? —renegó Key a punto de insultar, siendo interrumpido por su líder.

 

 

—Se veía alterado. ¿No te dijo por qué no quería el contrato?

 

 

—No, solo dijo que debíamos hablarlo en persona y no por teléfono.

 

 

—¿Qué puede tener de diferente? —respondió en forma de demanda el de ojos finos.

 

 

—Debe ser algo grave, Key. No te fíes tan fácilmente. —comentó Onew con tranquilidad—. Avisaré a manager Hyung que regresaremos a casa.

 

 

Dicho y hecho, mientras caminaban, Onew marcó en su celular. Al llegar a casa, Min Ho les explicó que Tae Min había quedado tan exhausto que cayó dormido. Durante la siguiente media hora, Min Ho recurrió a todos los argumentos que pudo idear para dejarles claro a sus amigos porqué Tae Min no quería participar en dicho proyecto. Choi se encargó, palabra por palabra, de hacerles saber lo que su maknae tanto se había esforzado por ocultarles. Su inseguridad en aquellos días solía ser tan frecuente y fuerte que a veces detestaba acercarse a los reflejos. ¿Quién diría que el pequeño Tae, tan alegre y risueño, tendría problemas de autoestima tan grandes? Los chicos no podían creerlo, parecía casi… imposible.

 

 

Apenas ahí descubrieron que Tae Min, en efecto, estaba más desesperado por ser masculino de lo que alguna vez mencionó. Quizá porque durante el show no tenía permitido decir nada que revelara su identidad, tal vez porque quería parecer inmune a los problemas emocionales, podría ser que no quería preocuparlos, pero sea cual sea su principal motivo, no podían permitir que su autoestima se viera afectada ni un segundo. Su amigo merecía ser feliz, no aparentar serlo, y ellos se encargarían de cumplirlo, aún si debían perder oportunidades como la actual. Al finalizar, Onew marcó a su manager para darle la noticia, sin embargo, su cara al oír la respuesta explotó en asombro y preocupación.

 

 

—¿Cómo que ya firmaste? —los tres restantes se congelaron—. Pero Hyung, dijiste que era nuestra decisión. —se excusó con sus polluelos asintiendo, como si eso pudiera ayudar—. Sé que nos afectaría mucho pero… —hizo una pausa, escuchando—. Lo siento, Hyung, no podemos. Tiene que cancelarlo. —apretó los párpados ante la negativa, e insistió varios minutos más, obteniendo la misma respuesta. Al colgar, miró a sus compañeros.

 

 

—¿No hay manera? —preguntó Jong Hyun en un hilo de voz. Jin Ki negó con la cabeza.

 

 

—Dijo que la oferta es demasiado buena y que si Tae Min quiere ser artista, debe adaptarse a los términos.

 

 

—¡Pero si es un niño! —renegó Ki Bum a gritos—. ¡¿Qué acaso no hay piedad para los niños?!

 

 

—Tú conoces la industria, Key. No hay misericordia ni para los bebés. —murmuró Onew con tristeza antes de peinar su cabello hacia atrás—. Pero veré que puedo hacer, debe haber una manera de convencerlos, quizá si les explicamos…

 

 

—No. —el grupo volteó a las escaleras, viendo a Tae Min con el rostro adormilado.

 

 

—Taem, ¿qué haces despierto? —preguntó Jong con algo de preocupación, queriendo cambiar el tema.

 

 

—No tienen que hacer nada. Manager Hyung tiene razón, debo ser profesional. Hay artistas que combaten sus temores por su trabajo, ¿por qué yo no puedo?

 

 

—Tae Min, no es necesario. —respondió Key—. Nos encargaremos de esto, tú vuelve a dormir.

 

 

—No, Hyung. Soy grande. Tengo quince, y no puedo dejar que mis superiores estén consintiéndome por siempre. —afirmó—. Participaré sin peros, y sonreiré mucho como los niños buenos hacen. —solucionó. Los demás compartieron una mirada.

 

 

—¿Estarás bien, Taeminnie? —cuestionó Jin Ki. Tae Min mostró una sonrisa tranquila y asintió.

 

 

—Confíen en mí. Soy un adulto.

 

 

—Omo, qué rápido creces. —bromeó Jong, alivianando el ambiente.

 

 

—Ahora, ¿pueden darme galletas y leche tibia? Key Umma me espantó el sueño. —pidió con voz infantil y un tierno puchero, abusando de sus armas contra sus amigos, quienes, ante el ataque, rieron.

 

 

—Omo, ¿no acabas de decir que eres un adulto? —se burló el rapero cruzando sus brazos.

 

 

—Soy un adulto tierno, y ustedes lo saben. —concluyó causando más risas entre ellos y logrando que, unos minutos después, sus superiores lo consintieran entre abrazos, bromas y galletas.

 

 

 

 

 

Caminando por la empresa, Kim Ki Bum se topó con un cartel en el cuadro de anuncios. Jong Hyun, quien iba tras él, se asomó de puntitas sobre su hombro y leyó el papel. Era el aviso de una audición para una obra de teatro musical, y Jong Hyun se rió, captando la atención de su novio.

 

 

—¿De qué te ríes? —preguntó.

 

 

—Nada, nada. ¿Por qué miras tanto el anuncio? No piensas audicionar, ¿cierto? —Key sonrió.

 

 

—Claro que lo haré, ¿por qué no? —las risas del cantante cesaron.

 

 

—¿Qué?

 

 

—Dije que lo haré, ¿qué tiene de malo? —volteó para verlo.

 

 

—Bueno, eh… —jugueteó con sus dedos—. Sabemos que tienes encanto con las chicas, y en esta obra, hay chicas, y la co-protagonista también es una chica y…

 

 

—Oh, vamos, Jong Hyun, ¡no exageres! —renegó riéndose—. Es una gran oportunidad para mí. Tendré más popularidad, conoceré más gente, otros directores me querrán para sus obras musicales y podré ganar dinero extra. —concluyó frotando su pulgar sobre los demás dedos con ligera avaricia—. No entiendo cuál es tu problema.

 

 

—Que las chicas se te acercarán y si hay una mujer de personaje principal entonces tendrás que besarla. —se quejó antes de pegar su boca a su oreja—. Y no quiero que la beses.

 

 

—Oh, cielos, Jong Hyun… no seas infantil. —regañó con cansancio, llevando las manos a su cadera al tiempo que se alejaba de él—. La gente nunca se besa cuando actúan, ellos solo… —hizo un gesto con los brazos—. Actúan. —se encogió de hombros—. Hacen creer al público que se besan pero no es cierto.

 

 

—No me importa, no quiero que actúes en esa obra. —renegó firme, haciendo que los ojos de Key se abrieran más. La diva, suspirando, dio un paso hacia él.

 

 

—Escúchame bien. Es mi vida y yo decido si quiero o no quiero hacer algo. Serás todo lo que quieras, pero tú no me mandas, ¿entiendes? —sentenció con una ceja alzada.

 

 

—Pero… —levantó la otra en señal de advertencia. Más vale prevenir que lamentar.

 

 

—¿Entiendes? —repitió. Cuatro segundos después, Jong Hyun suspiró.

 

 

—Está bien. —Key sonrió aliviado y acarició su mejilla.

 

 

—Gracias, Puppy. —aplaudió leve y emocionado, tomó su mano—. Ahora vamos al centro comercial. Vi un pantalón hermoso que debe ser mío. —habló emocionado, llevándolo al elevador, sin poner atención a la decepción que Kim Jong Hyun llevaba con él.

 

 

 

 

 

 

—Oh, Min Ho Ssi. Justo a quien buscaba.

 

 

El nombrado giró hacia la voz. Su manager le había llamado para avisarle que iría a la empresa el día siguiente, pues Jeon Ki Sang comentó que necesitaba hablar con él. Min Ho, temprano había asistido, solo que no sabía donde buscar debido a que su manager no le dijo un lugar específico, solo le dijo que iría a estacionar el auto. De ahí la sorpresa que Ki Sang lo encontrara.

 

 

—Buenos días. —hizo una inclinación respetuosa—. ¿Puedo saber para qué me buscaba? —el mayor palmeó su hombro.

 

 

—Por supuesto. Hablemos de negocios. ¿No te gustaría desayunar algo? —respondió llevándolo a un restaurante cercano después de avisar a su mánager, ya que era un poco confidencial lo que iba a comunicarle.

 

 

 

 

 

Continuará…

 

 

Notas finales:

1* No sé si se han dado cuenta, pero los coreanos suelen pronunciar la /j/ como /y/ o /ch/. Incluso, en algunos videos, si es que recuerdan, algunos dicen “Chonjián” en lugar de “Yongjion”, allá le exageran un poco más. Por eso la confusión de Onew.

 

A continuación, la sección que, aunque no es obligatoria, me haría muy feliz que la contestaran, y se trata del:

 

Question Time

 

*El Question Time es una pequeña sección de preguntas al final de cada capítulo para ayudarte a tener ideas al momento de escribir un comentario y que no dejes un “conti, plis”. No es obligatorio, pero me encantaría conocer tus opiniones.

 

• ¿Parte favorita? (*Puedes escoger más de una).

 

• ¿Cómo se les hizo este episodio? ¿Muy largo? ¿Corto? ¿Aburrido?

 

• ¿Pudieron adivinar lo que Joon le dijo a Mir?

 

• ¿Alguien pensó que Joon iría a regañar a su sobrina? ¿Les gustó la conversación? ¿Creen que Eun Soo, la acosadora-sobrina-sasaeng, vaya a “calmarse”?

 

• ¿Qué opinan de la reacción de Tae Min por la oferta de la novela? ¿Por qué creyeron que no quería aceptar?

 

• ¿Les gustó la conversación del 2min?

 

• ¿Esperaban que Jong Hyun se negara a que Ki Bum audicionara?

 

• ¿Qué creen que vaya a decirle Ki Sang a Min Ho? (*Sé que se lee medio porno, pero les aseguro que no es nada indecente, sucio ni pervert).

 

 

 

Muchas gracias a todos por leer, no olviden dejar un poco de su amor♥. Besos y abrazos psicológicos,

 

Att. Hacchi♥!


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