POV’S AUTOR
Todos estaban sentados en la sala, riendo y bromeando. Sólo el chico rubio estaba en silencio completo.
No sabía el porqué de ese sentimiento. Se sentía triste y sentía como si hubiese hecho algo mal… ¿era por el rechazo de la propuesta?
Suspiro y se levantó de la sala, dijo que iría a su recámara, subió hasta entrar en ella y recostarse en su cama.
Recordaba cada momento, cada segundo de la escena donde dijo que “No” a esa propuesta. Era extraño… fue algo extraño desde el principio.
Su plan siempre fue: Entrar a la empresa, quitar al vicepresidente de su lugar, mandar a Fugaku a la cárcel, obtener las empresas de su padre y vivir una vida veliz y todo, todo iba muy bien excepto una cosa que salió de improvisto: El… amor.
Trató de negarlo muchas veces, trató de pensar que era imposible tener un sentimiento así por alguien que ni siquiera conocía.
¿Qué diría él cuando metiese a la cárcel a su padre? ¿Le guardaría odio y rencor? De seguro que sí, pero esa era su única opción, debía vengarse de todo lo que le hizo Fugaku Uchiha a él y a su familia, no podía dejar esa venganza en el olvido. Fugaku mató a su padre así que era justo que él lo refundiera en la cárcel por muchos años.
Le habían avisado que llegarían algunas personas que iban a ser de vital importancia para llevar a cabo el plan, sin embargo no le quisieron decir los nombres y él no había hecho el intento de preguntar e indagar sobre esas personas.
Tocaron el timbre y se escuchó como entraron personas a la casa, saludaban y reían, sobre todo Hashirama, jajaja. Él no quiso bajar, creyó que si era necesario que bajara le llamarían.
Estuvo unos minutos solo en su habitación y escuchaba todas las pláticas mientras veía el techo y su mente estaba en blanco. De repente se le vino a la mente una escena con su padre, aún era muy pequeño así que fue muy corto el recuerdo.
Flashback
- Naruto, te tenemos una gran noticia, hijo mío –Dijo su padre con su hermosa sonrisa que le caracterizaba-.
- ¿Cuál es, papá? –Dijo el pequeño muy emocionado-.
- Irás al extranjero a estudiar, allá conocerás a mucha gente y aprenderás una cultura muy diferente a la nuestra.
- Pero no me quiero separar de ustedes, papá. Debemos estar todos juntos como una familia ¿no es así?
- Y seguiremos siendo una familia, será sólo por un tiempo, es para que te superes mucho y te prometo que cuando regreses… todos seremos felices juntos y papá…
- Nunca miente –Completó la frase el niño sonriente y abrazando a su padre-.
- Así es hijo, seremos una familia… todos juntos.
Una promesa rota, un regreso inútil, una muerte inesperada, una venganza fallida y un corazón roto.
Fin Flashback
Alguien subía por las escaleras, tocó la puerta y al no escuchar respuesta entró dejando ver su cabello plateado a la luz, sus ojos negros profundos y una mirada de misterio y duda.
- ¿Estás bien? Ya han llegado las visitas y te estamos esperando para la cena –Dijo Kakashi sentándose en la cama-.
- Claro, dame un momento, me pondré mis zapatos.
- ¿Qué ha pasado? Sabes que eres como un hijo para mí.
- Nada, es sólo que las cosas se han dificultado un poco.
- ¿Por los siete desconocidos? No te preocupes, ya han llegado los dos socios de Orochimaru.
- No… no me refiero a eso.
- ¿Entonces qué es lo que pasa?
- Yo… me he enamorado.
- ¿Enamorado? ¿Pero de quién? No vi que alguien te gustara o atrajera, así que te andabas fijando en alguien mientras ejercías tu venganza, eh –Dijo guiñando un ojo-.
- Ese es el problema, me he enamorado de la persona incorrecta.
- ¿Por qué incorrecta?
- Porque es alguien que de seguro me odiará en un futuro…
- ¿Le hiciste algo, Naruto?
- Meteré a su padre en la cárcel –Dijo sonriendo nostálgicamente-.
- Así que ese ese chico –Dijo suspirando-. Ven, te tengo una sorpresa.
- ¿Sorpresa? No… estoy de ánimos para sorpresas.
- Pues ésta te gustará, te lo aseguro, así que baja ya, te esperaré fuera de la habitación.
Salió y Naruto obedeció, se colocó sus zapatos y abrió la puerta lentamente. Bajaron los dos y caminaron hasta llegar al comedor. Aunque el chico rubio cambió totalmente su expresión a una de felicidad para que nadie supiera por lo que estaba pasando.
Sin embargo ese rostro hizo enfurecer a un azabache que estaba en la esquina de la mesa viendo profundamente a Naruto. Ya le habían contado todo el plan, quién era y porqué había hecho eso Naruto, le había alivianado saber eso, sin embargo al ver el rostro de felicidad del oji-azul entendió que a Naruto no le había afectado ni en lo más mínimo la pelea.
El rubio examinó a cada rostro nuevo hasta que se detuvo en uno, era ese chico. Sasuke Uchiha, estaba sentado mirando su rostro e intercambiando miradas, una de enojo y otra de alegría… sin embargo, esas miradas no expresaban sus verdaderos sentimientos que eran de tristeza.
Naruto desvió la mirada y se sentó, estuvieron platicando entre todos cómo iban a planear todo y quedaron por fin en un acuerdo, al día siguiente Sasuke y Naruto irían a ver a Sakura a su casa para contarle sobre el plan y decirle a su padre que no se presentará en la próxima junta que organizaría Fugaku Uchiha.
Se despidieron y no hubo contacto alguno entre esos dos chicos, ni siquiera intercambiaron miradas cuando mencionaron que iban a tener que estar el siguiente día, juntos.
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Ya eran las doce de la tarde y un azabache puntual estaba ya desesperado caminando de un lado a otro preguntándose donde estaría ese rubio irresponsable que no llegó a la hora acordada. Estaba a punto de irse cuando escuchó unos gritos con su nombre como adorno.
- Imposible no reconocer esa voz –Dijo suspirando-.
- Lo siento, ttebayo –Decía el rubio tratando de recuperar el aire-.
- Llegas muy tarde, Naruto. Dijimos que nos veríamos a las once de la mañana y has llegado una hora después, eres detestable.
- Sasuke… tú ¿me esperaste una hora? Vaya, pensé que habías llegado tarde también.
- Cállate, si he esperado por tanto tiempo ha sido porque me interesa que se lleve a cabo el plan, no por ti. Y yo nunca llegaría tarde, no soy un irresponsable como tú.
- Meh~ …
- ¿Qué es esa expresión de “Meh”? No me agrada.
- Es como simplificar un “como sea”. Pero vamos que se hace tarde y no hay que perder el tiempo, ttebayo.
- ¿¡Pero qué dices!? Si es tu culpa que estemos retrasados de tiempo.
- Ah, es cierto, ttebayo –Dijo soltando una carcajada y rascándose la nuca-.
- Eres todo un caso, Naruto.
- Tú también, Sasuke, ttebayo.
Los dos caminaron hasta llegar a la casa de Sakura, el rubio iba platicando sin parar sobre lo que pensaba de la revista Jump y argumentaba que un mangaka se había inspirado en él porque el personaje principal se llamaba como él.
El azabache sólo escuchaba y aunque no pareciera que le importase la plática, escuchaba atentamente y daba sus propias opiniones, claro… sólo las pensaba pero no las expresaba.
Mientras seguían caminando éste último se percató de cómo un automóvil arrancaba a toda velocidad fuera de la casa de Sakura, mientras veía como la chica peli-rosa corría tras ese automóvil gritando.
Unos hombres quisieron atraparla, sin embargo Sasuke llegó y la defendió golpeando bruscamente a todos los que la querían raptar. Cuando terminó, Sakura lo abrazó fuertemente mientras lloraba.
- Sakura, necesito que me digas que pasó –Dijo frunciendo el ceño, tomando a la chica de sus brazos y separándola un poco-.
- Kabuto ha raptado a mi padre, vi como el observaba la escena.
- ¿Él se dio cuenta de lo que lo descubriste?
- No, no lo pudo ver porque se fue. Creo que sé que planea.
- Dime todo lo que creas.
- Kabuto piensa que mi padre es una amenaza para él, así que lo raptó y piensa deshacerse de él.
- Vaya, es perfecto ahora que lo pienso.
- ¿A qué te refieres? –Dijo la chica limpiando sus lágrimas-.
- Sólo diremos a los siete desconocidos que Kabuto los traicionó y que planea deshacerse de todos poco a poco, ellos rescatarán a tu padre indirectamente.
- Muy bien pensado, Sasuke, ttebayo. Le avisaré a mi hermano, esperen un momento –Dijo el rubio mientras se apartaba unos metros mientras hacía la llamada-.
- Sakura, quiero que vayas a la casa de Naruto, allá estarás bien protegida ¿entendido?
- ¿Y ustedes? No quiero que les pase nada.
- No te preocupes por nosotros. Haremos nuestros propios movimientos junto con nuestros socios.
- Está bien, Sasuke. Allá los veo –Dijo sonriendo mientras subía a un automóvil ya preparado y se iba-.
- Listo, Seigetsu y Zabuza están en camino a la guarida de los siete desconocidos. Nosotros tenemos que esperar hasta ver cómo les fue a ellos dos, así que… ahora no hay nada que hacer.
- Perfecto, entonces que cada quien vaya por su lado –Dijo el azabache dándose la vuelta y dando un paso-.
- Espera –Dijo mientras le tomaba la mano-. Vamos, Sasuke, hay que divertirnos un poco. Vayamos a… jugar videojuegos.
- No sé jugarlos, dobe.
- Ahora recuerdo que tu padre no te daba libertad… Entonces, ¡yo te enseñaré, ttebayo!
- De seguro que siempre pierdes.
- Imposible, teme. Naruto Namikaze es el mejor jugando, ttebayo.
- Repite eso, dobe –Dijo sonriendo un poco-.
- Naruto Namikaze es el mejor jugando, ttebayo. Eres raro, teme, ¿por qué querías que lo repitiera?
- Porque me gusta escuchar tu nombre verdadero, me alegra saber que ya no me ocultas nada –Dijo sonriendo y empezando a caminar-.
- Pero qué dices, teme. No te vayas, espera –Decía alcanzando al azabache mientras trataba de ocultar su sonrojo-.
Los dos caminaron hasta una plaza, Naruto sabía en donde estaba la sala de videojuegos así que él fue el guía de Sasuke para llegar hasta ese lugar.
Había demasiada gente, la mayoría chicos pubertos, unos más grandes y otros más chicos. Entraron los dos y Naruto le enseñó a usar los controles remotos a Sasuke, los dos jugaron por horas sin cansarse, reían y gruñían, todo dependía de si ganaban o perdían.
Ya eran las cuatro de la tarde cuando los dos estaban a punto de irse. Sasuke iba a tomar su saco pero una mano lo detuvo, el azabache alzó la vista y pudo observar a un chico que era cuatro veces él, refiriéndose al físico.
- ¿Pasa algo? –Dijo sonriendo mientras se levantaba-.
- Veo que eres muy bueno jugando en los videojuegos, yo te conozco pero no sé de dónde –Dijo con su voz ronca y fuerte-.
- Soy el socio del presidente de las empresas Kurama –Dijo sonriendo-.
- Sasuke… -Dijo el rubio sorprendido por la respuesta de su amigo, había reconocido que el rubio era el verdadero presidente-.
- Así que tú eres Sasuke Uchiha, me gustas para divertirme un rato –Dijo riendo-.
- No entiendo lo que quieres decir, si me haces favor de explicarte –Dijo serio el Uchiha-.
- Pareces una muñequita, jugaré contigo mi juego favorito, “haz lo que Jirobo ordene” –Dijo con una sonrisa de lado-.
- No me apetece jugarlo, ya he jugado mucho con mi socio y estoy un poco cansado –Dijo el Uchiha dando una media vuelta y tomando su saco rápidamente-.
- Me gusta que te resistas –Dijo apretando el hombro del azabache-.
- Imbécil –Dio el azabache con una sonrisa de lado, mientras tomaba el brazo de Jirobo y lo torcía, se subía rápidamente en la silla de una mesa y le daba una patada en la cara que tiró al hombre mayor al suelo-. Nadie juega con los Uchiha ni les ordena.
- Maldito, a mí nadie me toca –Dijo enojado el mayor mientras se iba a otra sala-.
- ¡Bien hecho Sasuke, ttebayo! –Decía Naruto sonriendo-.
- Sí, hermano mayor, son ellos –Dijo Jirobo señalando al rubio y al azabache sorprendidos por lo que estaban viendo-.
- No te preocupes hermano menor, nosotros nos encargaremos –Dijo un gigante, parecía salido de un cuento de ogros, era grande y eso no era lo peor, no era uno… eran nueve de ellos y con el “hermano mayor” eran diez-.
- Naruto… -Dijo el azabache dando pasos hacia atrás-.
- ¿Sí, Sasuke? –Dijo imitando los movimientos del azabache-.
- ¡Corre! –Gritó el azabache mientras tomaba la mano de Naruto y corrían lejos de la sala mientras los perseguían todos esos grandulones-.
- Sasuke, ¡no sobreviviremos! –Gritaba Naruto mientras no paraba de reír- Cuando nos alcancen estaremos muertos, ttebayo.
- ¡Naruto! ¡Escúchame! –Dijo el azabache mientras salían de la plaza y corrían esquivando a la gente por la calle-.
- ¡Te escucho! –Dijo tratando de seguir corriendo-.
- ¡Naruto, sí hoy muero por protegerte tengo que decirte esto! ¡Yo… te amo! –Dijo corriendo ya casi sin fuerzas-.
- ¡Sasuke, ahora que nada lo impide yo también quiero decirte algo!
- ¡Dilo!
- ¡Yo también te amo! –Dijo gritando mientras lloraba y reía-. No moriremos hoy, Sasuke. Porque apenas hemos comenzado a vivir de verdad ¿no lo crees?
- Naruto… -Dijo mientras se paraba de golpe, se volteaba, con una mano rodeaba la cintura del rubio, lo acercaba a él y le daba un beso romántico y tierno-.
- Sasuke, nos atraparán… -Decía el rubio mientras rodeaba el cuello del azabache y profundizaba el beso-.
- Es una muy romántica escena, chicos. Pero no les puedo perdonar el haber golpeado a mi hermano menor –Dijo el hermano mayor mientras los dos alzaban sus miradas-.
- Pero él fue quien primero molestó a mi novio –Dijo el rubio serio y decidido-.
- ¿Novio? –Dijo Sasuke mirando al rubio que se sonrojaba al darse cuenta de su acción-.
- Sí, Sasuke. Ahora quiero cambiar ese “No” por un “Sí”, claro… sí así tú me lo permites.
- Claro que te lo permito, amor mío –Dijo llorando y sonriendo-.
- He sido testigo de la escena más romántica del mundo –Dijo el hermano mayor casi llorando-. Hermano menor, ven acá.
- ¿Sí, hermano mayor? –Dijo tímido el hermano menor-.
- Hermano menor, ¿es cierto lo que dice éste rubio? –Dijo mostrando su autoridad-.
- Sí, lo siento hermano mayor y… lo siento, chicos –Dijo viendo para abajo-.
- Disculpen la actitud de mi hermano menor, es muy baka de vez en cuando.
- Es que ahí estaba la chica que me gustaba, Tayuya es una chica a la cual le gustan los chicos rudos y yo… soy muy tímido.
- Sigue luchando por ella, pero por quien eres tú, no por quien ella quiere que seas –Dijo el rubio sonriendo-.
- Gracias, tomaré en cuenta tu consejo –Dijo Jirobo sonriendo-.
- Bien, ahora los dejamos solos chicos, veo que se merecen una velada juntos ¿no es así?
- Sí, así es y… gracias. Por ustedes pude confesarme –Dijo el Uchiha serio y a la vez sonriente-.
- Si desean ir a algún lugar vengan al restaurante de mi familia, es el restaurante “Ichiraku”, les encantará –Dijo el hermano mayor sonriendo-.
- Entonces allá nos verán, chicos –Dijo sonriendo Naruto mientras todos se iban y sólo quedaban ellos dos-.
- Naruto, gracias por darme una oportunidad –Dijo el azabache tomando al rubio de las mejillas y besándole tiernamente-.
- Gracias a ti, ttebayo –Dijo sonriendo libremente y sinceramente después de mucho tiempo-.
“…Y si tú estás aquí, conmigo… no existe nada más que nosotros, ni el cielo ni la luna, ni la tierra ni el mar, ni lo posible ni lo imposible, solo estás tú…”