Pide y se te dará.
-y solo eso ¿te hace feliz? Ver como los demás se enamoran
¿Qué tiene de malo?
-Acaso…no deseas… amar
¿Amar? Alguien como yo no está destinado a amar…
-¿puedes hacer que los demás se amen pero no puedes amar? ¿Acaso eso no es triste?
Yo no hago que los demás se amen, solo le doy el empujón que necesitan para amarse
Tenía ya tiempo sintiendo esto, tal vez es algo raro, lo miro él me mira y luego ríe sin para, yo no lo entiendo, siempre me avergüenza y me hace sonrojar ¿acaso para él es tan obvio que me gusta? ¿Y…si yo no le gusto? ¿Y por eso se ríe?
-Soy patético –proferí mirando hacia los cerezos –
-Hola Piko –Pronuncio mi amigo Oliver con su asentó que es de otro país –
-Hola –Contesté sin muchas ganas –
-¿Por qué esa cara de me quiero lanzar del acantilado ya? –Me pregunto – ¿otra vez lo mismo? –Yo solo asentí –Vamos amigo
-Es que…yo…mh, apenas y le hablo, no creo que él sepa muchas cosas de mí pero yo sé todo sobre él…y…y… ¿Por qué me gusta tanto? –Solté un suspiro –No entiendo que le veo de bonito a él y su gorrito
-Yo tampoco entiendo que le vez de bonito –Respondió –pero amigo así es el amor
-gracias por… intentar comprenderme Oliver eres un buen amigo –Sonreí por ello –
-para que están los amigos si no es para ayudarse –Respondió sonriendo de igual manera –
Oliver es un buen amigo, me costó confesarle que yo era homosexual y que estaba enamorado, de otro chico, pero… a la final él lo tomo bien. A veces hasta me da consejos aunque a él le gustan las chicas. Solté un suspiro mirando hacia donde él estaba… él y su grupo de fans… él, quien nunca me iba a amar… ¿Cómo me pude fijar en alguien como él? Soy tan tonto, esta tan fuera de mi alcance.
-Oye Lu-chan ¿has escuchado? –Escuche a dos de las chicas que son mayores que yo hablar –
-¿de qué Miku? –Pregunto –
-Del templo que cumple tus deseos de amor –Respondió ella –Dice que si vas… y le oras se cumple.
-¿enserio? –Profirió –
-Enserio, mi hermano me dijo que fue y que se le cumplió –contestó ella sonriente –Sabes yo también planeo ir…tal vez…quien amo me corresponda.
¿Un templo que cumple tu deseo de amor? Solté un suspiro por ello, no creo que sea cierto.
-Hola Piko –Escuche su voz ¿esperen? ¡Sabe mi nombre! –
-H…ho…hola Yu…Yuma-sempai –Contesté, claro me trabo faltaba más –
-¿no te sientes diferente hoy? –Me pregunto –
-¿s…sentirme diferente? –Arquee una ceja por ello, ¿sentirme diferente?...no sigo amándote igual que siempre –n…no… ¿por qué?
-por nada –Siguió de largo, para luego murmurar un: “no es verdadero” –
Negué extrañado por ese comportamiento tan atípico de él, aunque me llamo por mi nombre. Sonreí por ello… tal vez era un paso. Cerré el casillero y me encamine hacia el salón de clase. Con una sonrisa de oreja a oreja que no podía borrar porque él me había hablado.
Tal…vez…tal vez… si yo voy al templo… a orar por ello… tal vez ¿él me pida una cita? Sonreí por ello, a la tarde, le pregunte a esa chica de nombre Miku donde quedaba ese templo y me dio la dirección. Camine un tanto nervioso aquel lugar. El aire aquí se sentía mucho más fresco de seguro porque era un templo.
Tome aire.
-por favor…por favor… te lo suplico… aunque solo sea una cita –proferí –Quiero sentirme amado por él aunque sea una sola vez
Baje la mirada por lo tan bajo que había caído, ¿Cuándo te volviste el sueño de mis noches? ¿Y la pesadilla de mis mañanas? No lo sé…solo sé que te amo… que no puedo dejar de pensar en ti… que solo deseo amarte a ti. Bajé la mirada por sentirme tan patético y comencé a caminar devuelta a casa. De camino me encontré con Oliver.
-Hola –me saludo –
-Hey –Intente sonreírle pero en realidad estaba desaminado –
-¿por qué tan triste? ¿Acaso te rechazo? –Me pregunto –
-No, no ha hecho tal cosa… es solo que…mh –baje la mirada para que me diera unas palmadas en el hombro –
-Todo irá bien amigo –Me dijo intentado aliviarme, le sonreí de vuelta – ¿te acompaño a casa?
-Sí, vamos –Respondí para que me acompañara a casa y él se fuera a la suya –
Cene, hice la tarea y me senté en la cama, mire un rato por la ventana y suspire, junte las manos en mi pecho.
-“por favor… por favor… por favor…deseo estar a su lado” –Me acosté en la cama y al poco de cerrar los ojos me dormí –
A la mañana siguiente me desperté un tanto cansado, como si no fuera dormido en toda la noche, me vestí, tome mis cuadernos, el desayuno me estaba esperando caliente, con la sonrisa hermosa de mi madre, al terminar de desayunar tome mi almuerzo y me marche.
-Piko –Mi nombre se ausculto con una voz que nunca creí que lo haría –
-Y…Yuma-sempai –proferí para que él me sonriera –
-Nos vamos juntos –Asentí nervioso, su sonrisa me había dejado descolocado de seguro mis mejillas estaban muy rojas – que lindo
-¿Qué? –Pronuncie –
-¡Nada! –Negó volteando a mirar hacia otro lado –
-pídele una cita…
Observe bien hacia donde miraba sus mejillas estaban teñidas de un ligero rubor, sonreí para que siguiéramos el camino. Al llegar a la puerta del instituto un grupo de chicas lo rodeo… sin darme oportunidad de seguir a su lado. Solté un suspiro y seguí de largo. Allí había chicas mucho más bonitas para estar con él.
Era la hora del almuerzo, era extraño Oliver no vino a almorzar conmigo, mire hacia el cielo… y luego hacia mi almuerzo, había perdido el apetito.
-Hola Piko-chan –profirió con una sonrisa en sus labios –
-Y…Yuma-sempai –Contesté mirándole – ¿Qué? ¿No tienes que estar con una lluvia de chicas?
-Me escape… y decidí estar contigo ¿puedo? –Me sonrió –
-C…creo –Respondí para que se sentara a mi lado –
-Pídele una cita…
-Y…Yuma-sempai
-Piko –me interrumpió o ambos nos interrumpimos –Je… yo… ¡Te digo de anticipo que no aceptare un no por respuesta!
-¿eh? –Contesté confundido –
-… ¿quieres tener una cita conmigo? –Respondió de manera seria pero al mismo tiempo nerviosa, mis mejillas se coloraron de un rojo intenso, mi corazón comenzó a latir de manera agitada, sentía mariposas en el estómago –
-S…si….si…si…si quiero –Respondí entre nervioso y emocionado –
-¿enserio? –Yo solo asentí constantemente –esta tarde después de la escuela
-m…me parece bien –Respondí él me sonrió para quedarse hablando conmigo –
Tal vez… a veces hay que intentar pedirlo, después de todo tocar no es entrar… ¿no?
Fin…