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“Soy un gran idiota” pensó Yuuri sentado en esa silla al lado de la cama y sujetando la mano contraria “¿Por qué no me di cuenta del estado en que se encontraba antes? Bueno, aunque si él no dice que se siente mal no puedo saberlo….” Soltó un largo suspiro “Despierta pronto” observó el rostro durmiente del rubio que yacía en la cama sumergido en el mundo de los sueños, notó la expresión de dolor que hizo “¿Te duele mucho?” acercó su otra mano a la mejilla del rubio y la acaricio con cuidado “Pronto pasará” llevó su mano a su frente, un aura azul comenzó a emanar de sí. Gisela le había dicho que Wólfram estaría bien pero por esa expresión que había puesto quizá el dolor había regresado.
Era tarde y no podía llamar a la peli verde de nuevo a estas horas de la noche. Le curaría un poco y esperaría a que despertara en la mañana.
“¿Sabes algo?….Aunque me hayas rechazado no quiero terminar nuestro compromiso” dijo sonriéndole un poco “Realmente deseo estar contigo, ojalá me dieras una nueva oportunidad de ello”
Observó el rostro contrario relajarse de nuevo y concluyó su labor curativa. Esperaba que pudiera reposar con ello y despertar completamente curado en la mañana.
Se recargó en el borde de la cama observándole, era realmente hermoso. Siempre le había parecido eso.
Cerró los ojos unos instantes antes de quedar profundamente dormido sin soltar la mano de su aún prometido.
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Wólfram se sentía miserable, a pesar de que su esposo era una muy buena persona y le trataba bien, no podía amarlo, no sentía más que simpatía por él y eso le hacía sentirse el peor ser del mundo.
Suspiró y decidió salir a caminar al enorme jardín de la mansión en la que ahora vivía, era hermoso y lleno de diferentes tipos de plantas. Se sentó debajo de la sombra de uno de los árboles y cerró los ojos. No quería seguir en esta realidad, no podía seguir engañándose y engañando a su esposo de que algún día le amaría.
Él no le amaba ni lo haría nunca porque su corazón siempre pertenecería a Yuuri.
Una expresión dolida tomó lugar en su rostro, aunque amará al pelinegro este jamás estaría con él.
Debió haberse resignado hace años, o quizá debió no haberle conocido e ilusionado como lo había hecho. Soltó un par de sollozos mientras se cubría los ojos con una de sus manos, quería estar con Yuuri, quería compartir su vida con él, amarlo y sentirse amado por él.
“Yuuri….Yuuri” le llamó en pequeños susurros a pesar de que sabía bien que el otro no vendría a él aun cuando le llamara. Sintió de repente que una mano ajena tocaba su cabeza, alzó la vista para poder ver a la persona que se había acercado sin que se percatara. Abrió sus ojos con sorpresa al ver a quien se encontraba frente a él, no podía ser posible.
¿Era real esto?
No lo sabía, pero quería creer que lo era. Colocó su mano sobre la otra que tocaba su cabeza, ese contacto se sentía muy bien, era cálido, le brindaba una paz tranquilizadora “Yuuri” le nombró esbozando una pequeña sonrisa al pelinegro, este le sonrío de igual forma.
“Pronto pasará” le escuchó hablar con una voz tranquila “¿Sabes algo?….Aunque me hayas rechazado no quiero terminar nuestro compromiso” le vio sonreír y se sorprendió ante esas palabras.
¿Cuándo le había rechazado? ¿De que hablaba?
Su compromiso se había terminado hace mucho tiempo, incluso Yuuri estaba por tener su cuarto hijo, nada de lo que decía tenía sentido.
“Realmente deseo estar contigo, ojalá me dieras una nueva oportunidad de ello”
¿Una oportunidad? ¿Esto era real?
Su mente se sintió confundida, quiso preguntar que sucedía pero al instante el rey de los demonios se desvaneció ante sus ojos convirtiéndose en vapor. Observó su alrededor y notó que todo empezaba a desaparecer. El mundo se había convertido en una especie de lugar vacío completamente blanco a los pocos segundos.
“¿Dónde estoy?” giró su cuerpo en todas direcciones tratando de buscar una pista o algo que le diera indicios de lo que ocurría, comenzó a correr a la par que todo comenzaba a tornarse de color negro, la oscuridad le estaba rodeando e inevitablemente, terminó por darle alcance y cubrirlo con ella. Gritó con toda la capacidad que poseía pero fue en vano. Todo, incluso él mismo había desaparecido.
Abrió los ojos de golpe incorporándose en la cama. Exaltado observó el lugar donde se encontraba, era la habitación real. Intentó mover su mano, pero notó estaba siendo sujetada con firmeza por otra, su vista viajó a la persona responsable de ello. Se trataba de su…. ¿Prometido? ¿Ex prometido? ¿Qué eran ahora? ¿Cuánto de lo que vio fue real?
El pelinegro comenzó a removerse incomodo de la posición en la que se encontraba, abrió los ojos lentamente y levantó su vista, observó ese par de ojos esmeraldas que le observaban con curiosidad y cierto temor ¿De qué temía? ¿De verdad había despertado?
Se levantó rápidamente y le rodeó con sus brazos con efusividad “¡Wólfram! ¡Estas despierto! ¡Estaba realmente preocupado por ti!” dijo con gran alegría en su voz “Estoy tan feliz, no vuelvas a preocuparme de esa forma”
“Lo siento…” dijo el rubio mientras levantaba sus manos, un fuerte impulso le hacía querer corresponder el abrazo, más, antes de que lograra hacerlo, el otro le apartó y le miró fijamente mientras sujetaba sus hombros con ambas manos “¿Qué sucede?” preguntó confundido.
“Tú…antes me dijiste lo mismo” el pelinegro desvió ligeramente su mirada de la esmeralda “pero ¿Estás seguro de ello?”
“seguro… ¿De qué?” pregunto aun sin comprender
“De querer romper el compromiso, de…bueno tu sabes….lo que dije antes de que te desmayaras” continuo sin mirarle
“Oh” exclamó entendiéndolo todo “lo siento, yo realmente….no escuche lo que dijiste”
Yuuri abrió los ojos enormemente “¡¿Qué?! ¡Debes estar bromeando!”
“Recuerdo que estábamos discutiendo sobre algo….”intentó hacer memoria, pero todo era demasiado borroso.
El rey de los demonios no podía creer su mala suerte, tampoco sabía si sentirse aliviado u ofendido por que el otro no recordara nada…. Bueno, eso no importaba ahora….
¡Y él creyendo que lo había rechazado!
“Sabes, no estábamos discutiendo precisamente, bueno sí, pero el caso es que….” Observó fijamente al rubio y sujetó con firmeza sus manos “…estoy enamorado de ti y quiero que tengamos una verdadera relación como pareja ¿Qué dices? ¿Quieres intentarlo?” mantuvo su semblante serio pero por dentro se encontraba bastante nervioso ¿Qué le diría esta vez?
Por su parte, algunos pequeños fragmentos de su conversación en el jardín llegaron de golpe a la memoria del joven Bielefeld “No puede ser….” Dijo incrédulo al recordar las palabras dichas por el pelinegro, de inmediato cruzo su mirada con la suya y se mantuvo observándole por unos instantes, esto era real, esta era la realidad de su vida; tenía una nueva oportunidad de estar a su lado.
¿”Wólfram?” el azabache siguió mirándole con esa expresión que sólo un enclenque como él podía tener, el tercer hijo de la ex maoh esbozó una pequeña sonrisa y de inmediato rodeo al otro con sus brazos alrededor de su cuello.
“Si quiero” respondió en un susurro sobre el oído del contrario “Quiero permanecer a tu lado”
“¡¿De verdad?!” preguntó con felicidad “¡Wolf! ¡Muchas gracias!” le estrechó en sus brazos “¡Prometo portarme bien y hacerte muy feliz!”
“Eso espero enclenque, debes ser completamente fiel a tu futuro consorte” comentó el de ojos esmeraldas sin borrar la sonrisa de su rostro, estaba feliz, demasiado, finalmente Yuuri correspondía a sus sentimientos y podrían pasar el resto de sus vidas juntos.
“Te amo Wolf”
“Yo también, Yuuri”
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Levantó la pluma del papel y la colocó sobre el tintero, acercó una de sus manos a su hombro y lo masajeó con cuidado; le dolía horrores y aún tenía una enorme pila de papeles por revisar y firmar.
“Estúpido Yuuri” dijo para sí mismo en un tono quedo de voz “Irse por quién sabe cuántos días a su mundo y dejar su trabajo tirado de esta forma….hay que ver que los enclenques nunca dejan de serlo” continuó el masaje, esta vez a su otro hombro, debía darse prisa y acabar para poder ir a dormir.
Un peso repentino cayó sobre sus hombros, su cuerpo dio un pequeño salto pero al instante se calmó al notar de quién se trataba.
“¿Qué estás haciendo?” preguntó el recién llegado con una sonrisa y apoyando su mentón en el hombro izquierdo de su pareja.
“¿Qué parece que hago? Estoy haciendo el trabajo que el vago de mi esposo dejó abandonado por mucho tiempo” le reclamó pero sin molestia en su voz, después de todo, eran su obligaciones como consorte real, su firma equivalía a la del rey en la mayoría de los casos, así que podía perfectamente, ocuparse del papeleo. Suspiro con cansancio “¿Cuándo has vuelto?”
“Recién lo hice” contestó el otro sin inmutarse por las palabras de su esposo “lo siento, siempre te dejo demasiado trabajo” se acercó a su oreja y dio una pequeña mordida a esta, el rubio se estremeció ante esto
“Deja eso Yuuri….” se mordió el labio inferior “Estamos en la oficina…” un ligero jadeo salió de su boca, odiaba ser tan sensible en esa zona y el otro no ayudaba al comenzar a besar su cuello.
“Ya es muy tarde Wolf, quizá deberías ir a descansar, conmigo ¿Qué dices?” volvió a besar el cuello de su consorte
“….Me parece que….por hoy no se puede hacer nada más” apartó al pelinegro y se levantó con un sonrojo cubriendo sus mejillas “Además, no puedo desobedecer una orden de mi amado esposo”
El rey demonio asintió con la cabeza en completo acuerdo “Si, si, nadie debe desobedecer una orden del rey” se señaló a sí mismo “Y más si es mi hermoso consorte” esbozó una amplia sonrisa y extendió su mano en dirección al otro “Vamos a nuestra habitación”
“Como ordene, su majestad” contestó con una sonrisa similar en el rostro y le siguió colocándose a su lado mientras caminaban en los pasillos.
“Por cierto…” habló de repente el pelinegro rompiendo el silencio entre ambos “Feliz aniversario” entrelazó sus dedos con los contrarios al decir esas palabras
Wólfram detuvo su andar, tiró del cuerpo de su pareja y lo rodeo por el cuello para posteriormente, besarle con pasión, se apartó después de unos momentos y le dedicó una amplia sonrisa “Feliz primer aniversario, Yuuri”
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