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¿Cuál es la realidad? por cho-chan

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Notas del capitulo:

¡Hola! Muchas gracias a quienes se toman la molestia de leer, espero este pequeño fanfic sea de su agrado, creo que no obtuvo buena respuesta pero no importa, me propongo continuarlo hasta el siguiente y último capítulo.

No hay advertencias por ahora, solo me disculpo por las faltas de ortografía y los términos mal dichos sin más… ¡Disfrútenlo!

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“Quería decirte algo muy importante” tomo una gran bocanada de aire antes de continuar y en su rostro se mostró una expresión seria “Sé que el inicio de nuestra relación fue un accidente, sé también que han pasado varios años en los que he negado una y otra vez el compromiso entre tú y yo y entiendo también que no he sido el mejor prometido del mundo, he ignorado tus sentimientos y peor aún los míos propios, los he hecho a un lado al igual que a nuestra relación” su rostro se mantuvo serio “ comprendo que quizá estés cansado de esto, que quizá yo me he encargado de destruir los sentimientos que posees hacia mí y los cuales me has demostrado en más de una ocasión; pero, quiero terminar con ese ciclo; quiero por una vez hacer lo correcto” hizo una pequeña pausa antes de seguir “Quiero estar contigo, no sólo como un prometido por accidente, quiero ser uno real…quizá un marido en un futuro y pasar el resto de nuestras vidas juntos ¿Qué dices? ¿Podemos intentar ser una pareja de verdad? Aunque ya dormimos, comemos y nos bañamos juntos…no, no, no” Yuuri llevó ambas manos a su cabeza y la sostuvo con frustración “¿Cuántas veces he practicado esto y aún no puedo hacerlo bien? ¿Por qué es tan difícil decirlo? A este paso Wólfram va a terminar casándose con otro hombre, tendrá muchos bebés, se alejará completamente de mí y me olvidará para siempre” suspiró con cansancio “No quiero eso” se miró de nuevo al enorme espejo de pie frente a él; había practicado durante días por las noches las palabras que diría; agradecía que el rubio no estuviera durmiendo con él, aunque le dolía la indiferencia que el otro había empezado a mostrarle de un tiempo a la fecha, quería creer que sólo estaba cansado o algo así. Se negaba a pensar que probablemente se haya cansado de esperar por él.

En realidad, no entendía cómo el mazoku de fuego había aguantado 3 años esperándole. Ni el mismo se creía capaz de esperar tanto tiempo a una persona.

Suspiró de nuevo pesadamente y se apartó del espejo para dirigirse a su cama donde se dejó caer de espaldas. Se cubrió el rostro con su antebrazo y cerró los ojos unos instantes.

“Esto apesta” dijo casi en susurro, no podía creer que fuera tan malo para expresar sus sentimientos, lo había ensayado por mucho tiempo frente al espejo e incluso había llegado a tener momentos a solas con su prometido que eran propicios para su declaración; pero cuando esos ojos verdes le miraban expectantes simplemente había quedado paralizado y tartamudeado cosas sin sentido, para posteriormente, cambiar el tema con rapidez.

No podía seguir con esa situación para siempre, es por ello que, decidió decirlo el día de mañana. Tendría un pequeño almuerzo con Wólfram en el jardín a solas y ahí se lo diría. Como saliera e intentando ser lo más claro posible.

Esa noche no pudo conciliar el sueño, su mente se había mantenido despierta casi toda la jornada nocturna. Durante el breve lapso de sueño que obtuvo casi al amanecer tuvo una pesadilla; una en dónde Wólfram estaba con otro hombre felizmente casado.

Decidió que era mejor opción levantarse ya que el sol comenzaba a salir e iluminar la habitación. Salió a temprana hora a correr con Conrad como siempre lo hacía pero su mente se mantuvo pensando en el momento en el cual confesaría sus sentimientos. Estaba nervioso (por no decir muy nervioso); sería la primera confesión que haría en su vida (y esperaba que fuera la última) y su corazón latía acelerado al imaginarse aceptado por el rubio.

¡Cuán feliz sería entonces!

Sabía que estaba mal el anticipar la respuesta que el otro le daría, pero confiaba en que fuera afirmativa a pesar de todo lo sucedido durante su compromiso.

Detuvo su trote y notó la mirada preocupada de Conrad; le sonrío levemente y aseguro encontrarse bien cuando este le pregunto por su estado y distracción.

“estoy bien” repitió “debo irme ahora, si ves a Wólfram por favor dile que estaré esperándolo para almorzar en el jardín” llevó una de sus manos detrás de su cabeza y la frotó sobre su nuca con nerviosismo “dile que es muy importante, por favor”

“Por supuesto” respondía sin comprender al menor “vaya con cuidado, majestad”

“Es Yuuri” dijo adelantándose unos cuantos pasos “Tú me diste el nombre”

“Claro, Yuuri”

Después de aquella breve conversación se encontró con un par de guardias, a quienes les encargo el favor de avisar al rubio de su pequeño almuerzo juntos en el jardín, si es que estos llegaban a verlo antes que Conrad o él mismo. Posteriormente se dirigió hacia su habitación donde busco ropa limpia y camino hacia el baño que estaba destinado para su uso personal.

“Ya casi es la hora” se dijo a sí mismo cuando terminó su aseo, procuró no demorar demasiado para poder ir a la cocina y pedir las sirvientas le preparasen algo al gusto del rubio. Le hubiese gustado prepararle algo él mismo, pero era demasiado torpe en la cocina y temía arruinarlo con ello. Era mejor ir a lo seguro y procurar hacerlo bien.

Cuando estuvo aseado y vestido decidió caminar a la habitación de su prometido; probablemente aún seguía dormido a estas horas, sería mejor decirle él mismo sobre lo que tenía planeado. Una vez en el lugar llamó a la puerta un par de veces, más sin embargo, no obtuvo respuesta, llamó otro par de veces antes de abrir la puerta y asomar la cabeza dentro de la habitación. En esta no se encontraba nadie.

Decidió entrar al lugar y llamarle algunas veces, no obtuvo respuesta de nuevo y fue entonces cuando suspiró frustrado. Wólfram no solía levantarse temprano, eso lo sabía bien. “Precisamente este día decidiste hacerlo…” dijo para sí mismo y abandonó el lugar.

Si tenía algo de suerte, el de ojos verdes ya estaría avisado sobre el almuerzo. No le quedaba más que ir a la cocina a hacer su pedido. Cuando estuvo en este lugar las sirvientas le miraron con emoción y estuvieron más que dispuestas a atenderlo.

¿Sería que sospechaban algo?

No, eso no era posible, no lo había comentado con nadie hasta ahora, ni siquiera con Conrad o Murata. Quizá era su imaginación y su propia emoción la vio reflejada en esas mujeres.

 Si, debía ser eso.

Al marcharse de la cocina se dirigió al jardín y tomó asiento en una de las sillas que se encontraban en la pequeña mesita blanca en medio de este. Esperaría a la llegada del otro, jugó con sus manos con nerviosismo hasta que notó como Sangría y Doria llegaban con lo antes pedido, lo acomodaron; le dieron ánimos y se retiraron con una gran sonrisa en el rostro.

Yuuri pensó de nuevo había imaginado esas expresiones de felicidad en sus rostros.

No pasó demasiado tiempo hasta que escuchó unos pasos acercarse, levantó la cabeza rápidamente y observó a su prometido acercarse a dónde él se encontraba. De repente, los latidos de su corazón se aceleraron y su nerviosismo aumentó.

“¿Qué sucede Yuuri?” escuchó la voz del otro que mostraba algo de cansancio “¿Necesitabas algo? ¿Para qué me llamaste aquí?”

Observó el rostro de su prometido, tenía una bolsas negras debajo de los ojos, probablemente no se encontraba durmiendo bien (eso explicaría el por qué no le encontró en la habitación temprano) y también notó que su rostro estaba ligeramente colorado. A pesar de ello, seguía siendo hermoso.

“¿Te sientes bien Wólfram?” se atrevió a preguntar con preocupación a pesar de su nerviosismo inicial “¿Has estado durmiendo adecuadamente?”

“Estoy bien” respondió el otro y tomó asiento frente al pelinegro “¿Y bien? ¿Necesitabas algo?” volvió a preguntar

“¿Eh? No, yo…sólo quería que almorzáramos juntos hoy, tú sabes, sólo tú y yo” dijo retomando su asiento y jugando con sus dedos nervioso; alzó su mirada para observar la expresión del otro, Wólfram había enarcado una ceja, quizá si entender por qué querría estar a solas “No hemos pasado mucho tiempo juntos últimamente” respondió a esa mirada “pensé que sería bueno hacerlo y charlar un poco”

“Bien” escuchó que el otro respondió “Supongo que comer juntos no estaría mal, me vendría bien antes de salir” el rubio tomo la taza de té servido antes de su llegada, colocó azúcar en este y lo bebió con calma

“¿Salir?” preguntó confundido “¿A dónde irás?”

“A patrullar, no es nada serio” tomó otro sorbo de su té

“¡Pero no puedes!” el pelinegro se levantó de su asiento y golpeó la mesa con ambas manos

“¿Por qué no?” el rubio volvió a enarcar una ceja, no entendía la actitud del otro “¿Qué te sucede hoy? Estas extraño y el día recién comenzó”

“Yo no quiero que vayas” respondió volviendo a sentarse “Quiero que te quedes aquí, conmigo….” dijo en un tono de voz más bajo de lo usual y observando el líquido de su propia taza

“¿De qué hablas? Volveré en unos días, además tú no me necesitas cerca” dijo tratando de ocultar el dolor que sus propias palabras le causaron y las cuales consideraba verdaderas “Estarás bien aún si yo no estoy aquí”

“¡No es así!” dijo volviendo su mirada a los ojos del otro “¡¿Por qué hablas de esa forma?! ¡Tus palabras suenan como si estuvieras despidiéndote de mí!” notó que el otro desvió la mirada con culpa “….Tú… ¿Pensabas irte de verdad?” abrió sus ojos con sorpresa al darse cuenta de ello; no obtuvo respuesta a su pregunta, así que lo tomo como algo afirmativo. Una repentina ráfaga de furia creció en su interior, volvió a levantarse, rodeo la mesa y tomo a su prometido por los hombros “No puedes” dijo con seriedad “definitivamente no puedes hacerlo” sus ojos se mantenía sobre los verdes sin apartarlos ni un poco “¡No lo permitiré!”

Wólfram observo con confusión al pelinegro y decidió apartar las manos del otro de sus hombros y ponerse de pie tomando una distancia prudente “¿A qué te refieres con que no lo permitirás?” dijo tratando de no alterarse “Yuuri deberías escucharte, lo que dices no tiene sentido” tomó aire antes de continuar “En ningún momento  tomaste en serio el compromiso, es más, trataste de desvanecerlo en repetidas ocasiones; siempre quisiste terminarlo y ahora…es una buena oportunidad para ello….” Desvió su vista hacia las flores que se encontraban cerca, estas parecía mucho más interesantes ahora “te estoy dando tu libertad, por favor busca a una buena mujer para que seas feliz” dijo intentando ser firme y ocultando el dolor que sentía al mencionarlo “he dejado el documento de anulación en la oficina de Gwendal, sólo necesitas firmarlo y todo terminará”

“¿Qué?” dijo con incredulidad “¡Debes estar bromeando!” se acercó de nuevo al rubio quien retrocedió un par de pasos buscando alejarse de su contacto, el pelinegro se adelantó y lo sujetó de nuevo por los hombros “No voy a terminar el compromiso ¡Nunca!” dijo mirándole fijamente “Yo no quiero terminarlo, quiero seguir contigo”

“¡Basta Yuuri!” el rubio explotó y apartó de nuevo al otro de sí “¡Deja de mentirte! ¡Tú no me amas y jamás lo harás! ¡No hagas esto más difícil!” le observó con una expresión realmente molesta “No puedo seguir con esto…” sintió un leve mareo que le hizo tambalearse un poco, llevo una de sus manos a su rostro y cubrió su ojo izquierdo con su mano “No quiero seguir así…”

“Wólfram” le llamo el pelinegro aún determinado en su decisión “No estoy mintiendo ni engañándome” volvió a acercarse al otro pero esta vez permaneció solo frente a él sin tocarle “Te amo” dijo sin rastro de duda en sus palabras y mirándole a la cara “Quiero empezar una relación verdadera contigo y envejecer a tu lado”

“No es verdad…” dijo sin creerlo

“Lo es” buscó tomar las manos del rubio con las suyas “¿Quisieras intentarlo?” se mantuvo serio pero por dentro se sentía demasiado nervioso, esperó ansioso unos instantes a la respuesta del otro Por favor Shinou que sea un sí pensó.

“lo siento….”

¿Qué respondió? Yuuri abrió los ojos enormemente con incredulidad ¿Wólfram había dicho lo siento? ¿Eso significaba que le rechazaba?

Antes de que pidiera preguntar la razón detrás de ese lo siento vio como el cuerpo de su prometido capia al suelo frente a él “¡Wólfram!” gritó alarmado y corrió en su auxilio, alcanzó a sujetarle en brazos antes de que se lastimase al caer. Llamó por ayuda, esperaba alguien estuviera cerca.

¿Dónde estaban las criadas chismosas en este momento?

Esperó un par de minutos mientras sostenía el cuerpo ajeno y le llamaba con desesperación, tocó su frente “¡Está ardiendo en fiebre!” se alarmó y decidió que lo mejor era llevarlo el mismo con Gisela. Lo cargó en brazos cual estilo princesa y caminó lo más rápido posible en busca de la peliverde.

¿Por qué no se dio cuenta del estado de Wólfram antes?

 

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Notas finales:

Si llegaron hasta aquí ¡Muchas gracias!

Espero sea de su agrado y espero también sus opiniones, me ayudan a mejorar como escritora y a saber si lo que escribo es bueno o no.

Publicaré el siguiente en unos días.

 ¡Hasta entonces!


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