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Health Soul por SeventeenWorld

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Notas del fanfic:

Primer capitulo subido originalmente en el Facebook de Seventeen World.

[LINK]:

https://www.facebook.com/seventeenworld/photos/a.1605699583052468.1073741835.1574432172845876/1605699599719133/?type=3&theater 

 

Autora: Misora

Pareja: VerKwan/ SeungSol

 

 

 

 

Notas del capitulo:

[Capitulo resubido]  

Link Original:

https://www.facebook.com/seventeenworld/photos/a.1605699583052468.1073741835.1574432172845876/1605699599719133/?type=3&theater

 

 

Health Soul

 

Despierto con un dolor general en el cuerpo, sé que sucedió otra vez. Ya ni me molesto en saber en dónde estoy, el aroma de las sabanas, la bata,  el del lugar entero me lo dice.

Otra vez estoy en un hospital. Me pregunto cuál será esta vez, ¿Particular? ¿Otro del gobierno?

-Seungkwan, mi niño; ¿Te sientes mal?-. Mi madre me acaricia suavemente la cabeza mientras me hace esa pregunta. Es obvio que me siento mal, y lo odio. Me odio a mí mismo por tener un cuerpo tan débil, por ser así.

Abro los ojos solo para ver el rostro preocupado y cansando de mi mamá. –No mucho, no duele tanto.

-Esta vez te dio el ataque en la escuela, cariño.- Me dice. Genial ahora todos se burlarán o me tendrán lastima, no creo que se queden callados. Pronto por el colegio correrá el chisme, de que Boo Seungkwan es un Porfírico Congénito.

-¿Entonces estoy en el hospital del seguro escolar?

-Sí, no es recomendable que te trasladen por el momento a uno particular, lo siento.

-No te preocupes, cualquiera es lo mismo. Yo no voy a curarme-. Mis palabras son fuertes para mi madre, pero también son la verdad, esto no se cura. Y al menos conoceré a doctores, enfermeras e internos nuevos; espero que alguno de ellos sea interesante.

-Aun así tendrás una habitación propia, hasta que terminen las transfusiones.

-¿Es este?- Prefiero algo más luminoso, la verdad.

-No, le diré al doctor que has despertado para que te lleven.

Me acomodo en la camilla para estudiar mejor todo, al parecer hay más camas a lo largo de la sala, 10 más o menos. Los pacientes en ellas no lucen con un mejor aspecto que yo, las ventanas y las divisiones son de cristal todo, desde aquí se pueden ver la escaleras y a lo lejos más salas. Talvez este lugar no era tan malo.

En un momento algo llama mi atención en el barandal del segundo piso, es un interno, su bata blanca lo dice. Sin embargo no lleva un suero o está en silla de ruedas, sino que luce intimidante, aun estando enfermo.

Pero, está mirándome, incluso a través de las ventanas y la distancia puedo sentir su mirada sobre mí. No distingo sus rasgos completamente, solo su cabello azabache, rizado, piel blanca y el hecho de que estoy seguro que me mira.

En ese momento entra mi madre seguida del doctor y los enfermeros, por alguna razón me sobresalto, vuelvo la mirada hacia el lugar donde se encuentra aquel chico, pero no está.

-Seungkwan, ¿Cómo te sientes?- Me pregunta el médico, ¿de verdad quiere que conteste a eso? Me limito a mirarlo con ingenuidad.

-Bien, creo que mejor te digo como va esto.- Ahora sí debería ponerle atención, aunque no creo que el procedimiento sea diferente a lo que siempre me han practicado.

-En esta ocasión serán 3 transfusiones y para estar seguros de tu evolución se te practicaran varios estudios, pero para eso necesitamos que estés aquí una semana.

Me lo imaginaba, después de todo el ataque que sufrí no era normal. Jamás uno me había hecho perder la conciencia. -¿Cuándo es mi primera transfusión?

-Esta misma tarde, si te sientes fuerte.- No me siento tan mal, así que les hago un gesto con la cabeza, como de aprobación. –Bien, en ese caso te llevaremos a tu cuarto y diré que preparen todo para tu primera terapia.

Con ayuda de los enfermeros me siento en la silla de ruedas y mi madre siguiéndolos, empuja esta misma. Mientras me lleva intento buscar disimuladamente al chico de hace un momento pero no le encuentro.

-Bien llegamos.

El cuarto no es tan grande, pero es cómodo. No es el típico lugar lúgubre o deprimente que tienen los otros hospitales. –Me gusta.

-Es porque este hospital ha pasado por varias remodelaciones, luce al menos agradable, ¿cierto?

-Si.- Le respondo al enfermero.

-Bien Seungkwan, ¿quieres acostarte un rato o te quedas sentado?- Esta vez su pregunta es cruel, es triste que no pueda ni acostarme por mi cuenta.

-La verdad prefiero dormir un rato antes de que comience esto.- Respondo, y otra vez me acuestan en la cama.

-Hijo, yo iré a casa a darme un baño y regresaré por la tarde con tus cosas.

-¿Segura que no quieres quedarte en casa a descansar?

-Tu padre no está, y definitivamente no quiero dejarte solo. Así que nos vemos por la tarde.

Mi madre siempre consigue lo que quiere, no me imagino yo haciéndole un berrinche o desobedeciendo sus órdenes, mucho menos mintiéndole.

Ya que no tengo nada que hacer, o en que entretenerme cierro los ojos intentando conciliar el sueño. Me sorprendo al darme en cuenta que en verdad estoy cansado.

 

“Tengo calor, y me cuesta respirar, es como si algo oprimiera mi pecho. Intento gritar, pero mi voz no se escucha. Tengo miedo, alguien está frente a mí; me mira con tristeza pero su boca lleva una sonrisa malvada. No sé quién es.”

Despierto de golpe de mi pesadilla, me enderezo un poco intentado calmarme. Levanto la mirada y del otro lado de la ventana, con una imagen preocupada está parado el chico de antes. Al verlo la impresión es aún mayor, de pronto ciento que mis ojos se llenan de lágrimas.

El mira la puerta, y luego  a mí; como pidiendo permiso para entrar. Digo que sí con la cabeza.

El camina hacia ella, abre y entra, muy despacio. Al mirarme sonríe, entonces estudio a detalle su rostro; es de belleza embriagante.

No luce como un chico común, sus ojos son más redondos y claros, su cabello parece suave, su piel es incluso más blanca que la mía y sus labios…

-Hola.-Me dice. Su voz es grave y con vibrato. Me encanta.

-Hola, ¿Quién eres?

-Me llamo Hansol, ¿y tú?

-Seungkwan.

-Tuviste una pesadilla, ¿verdad?

-¿Acaso me mirabas dormir? -. Esto es extraño, él es extraño.

-No exactamente, pasaba por aquí y escuche que te quejabas, entonces me paré en la ventana y tú despertaste.

-¿También eres interno? ¿Cuánto tiempo te falta para salir?- Siento que pregunté demás pero las palabras ya han salido de mi boca, así que inclino un poco la cabeza. Aun así puedo ver como frunce el ceño y aprieta los labios.

-Soy un interno, llevo mucho tiempo aquí. Pero no falta mucho para que yo pueda salir.

-Eso explica que no lleves un suero, me alegro por ti.

-Si- Sonríe otra vez. –Estoy a punto de irme, yo calculo un día a lo mucho, pero dependerá de quien me otorgue la salida. ¿Qué hay de ti?

-Los doctores dicen que estaré aquí una semana, espero que sea cierto.

-¿No te gustan los hospitales?

-Estoy acostumbrado, pero sólo al plazo que se programa mi cerebro.- Respondo riendo.

-¿Crees que soportarías un plazo de diez años?

Su pregunta me confunde, ahora su semblante es serio. ¿Acaso el lleva aquí todo ese tiempo? Sinceramente no me imagino una vida en un lugar como estos por tanto tiempo.

-Talvez.- Él sonríe ampliamente y se acerca un poco más, suavemente toca mi cabeza.

-Sabía que no eras tan débil, resistirás tu plazo.- Aleja su mano y camina hacia la puerta, yo sigo sin moverme; no puedo.

Se detiene justo antes de salir y se gira hacia mí. –Vendré por la noche, será mejor que no te duermas.- Termina su frase y sale de la habitación.

Pero ¿que se cree este tipo? Acaba de conocerme ¿y ya me da órdenes? Definitivamente no está bien de salud. Aunque esperarlo no se me hace tan mala idea.

De pronto escucho pasos y voces acercándose, reconozco una; mi madre. Seguida del mismo doctor de la mañana entra por la puerta, sorprendiéndose al encontrarme despierto.

-Veo que estás ansioso por terminar con esto.- Me dice el doctor.

-La verdad sí.

Me llevan a una sala especial otra vez en la silla, y se repite el inútil tratamiento con el que llevo la mayor parte de mi vida. No es que me valla a morir tan pronto, pero no vivo con la calidad suficiente.

Las agujas conectadas  a jeringas entran en mis brazos, por una sale mi sangre, y por la segunda entra la sangre de otra. Lo mismo durante media hora.

Al terminar me regresan a mi cuarto, tengo adoloridos mis brazos y también la cabeza. Mi madre comienza a mostrarme las cosas que ha traído de casa para que yo pase mis días aquí menos aburrido. Su compañía es amena hasta que el doctor la llama para mostrarle los primeros resultados del tratamiento.

Jalo mi mp3 y comienzo a escuchar un poco de música, cierro los ojos concentrándome hasta que retiran de mi oído uno de los auriculares. Abro los ojos y Hansol esta frente a mí. Llevo una mano a mi pecho, por el susto.

-Tú quieres matarme de un infarto, ¿o qué? Me has asustado. – Le arrebato mi audífono de la mano.

-Ya te tocará a ti dar los sustos. Ahora vamos.- Jala la silla de ruedas hasta mi lado, yo lo miro con extrañeza. –Te daré un tour por el hospital, no será aburrido; lo prometo.

Se supondría que alguien en su sano juicio no debería aceptar, pero yo soy lo contrario, no estoy sano. Me quito las sabanas de encima y el me ayuda a sentarme en la silla. Sus brazos alrededor mío no se sienten mal. Es una sensación que disfruto, por el corto tiempo que duró.

-Mi madre va a preocuparse.

-Ya hable con el doctor y con ella, saben que estarás conmigo, por un rato.

-¿Cómo convenciste a mi madre? Espera, ¿Cómo sabes quién es ella?

-Le vi entrar a tu cuarto hace un rato.

-¿Me espías?

-No, todo esto es una coincidencia. Una muy agradable.

Reímos juntos y salimos del cuarto, no me preocupare mucho, después de todo. ¿Qué de malo podría suceder?

 

 

Notas finales:

Cambios al original:  Hansol por "Vernon"

 

Mucho amor al Verkwan :*

 

Misora :3


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