Bienvenidos bebés Potter-Uchiha
Habían tenido que volver a terminar sus estudios y sólo quedaban unas semanas para terminar su séptimo año en Hogwarts.
Haco estaba en su séptimo mes y al parecer todo iba de maravilla. Su embarazo iba bien, además que para su ánimo fue un alivio el que Sasuke aceptara su decisión y con ella al pequeño Orión que nacería dentro de dos meses más junto a su hermanita Reiko.
Naruto había sido implacable en el caso de Kabuto. El tipo quería a toda costa escapar para apoderarse de Haco y mantenerlo hasta que su señor volviera a la vida. Había expuesto abiertamente que no le importaría matar al rubio y la pequeña, que sólo serían un tope en su camino. La sentencia había dado como resultado el que fuese decapitado por atentado contra el hijo del Hokage y sus descendientes.
Sasuke había proporcionado una de sus peores celdas de reclusión para mantener al sujeto vigilado y que no fuera tener oportunidad de escapar.
Las cosas en el mundo mágico seguían su curso.
Draco había vuelto a dar sus clases de poción y entre él y Harry se las arreglaban con el cuidado de Scorpius. Además el pequeño Albus había dicho que él ya era grande y podía cuidar a su hermanito. Claro está que el entusiasmo le duro la nada misma y que al primer llanto de su rubio hermanito tiró la toalla diciendo estar estresado. Sus padres sólo lo miraron y negaron con la cabeza. Gracias a Merlín, Scorpius era el bebé más tranquilo que había nacido del matrimonio y dormía la mayor parte de la mañana, que era el tiempo que sus padres necesitaban para dar sus clases. Habían decidido que este sería el último año que trabajarían en Hogwarts y que se pondrían a trabajar para lo que verdaderamente habían estudiado. Harry como auror (luego de terminar su carrera como ministro) y Draco como medimago.
James seguía acosando al pobre Marc y Ron lo seguía regañando para que dejara a su hijo respirar, pero como es obvio él chico poco caso le hacía y a la primera oportunidad que tenía se lo llevaba a un lugar oscuro para poder besarlo y manosearlo a sus anchas.
Neville había renunciado al colegio. Dio como excusa que quería disfrutar su embarazo, ya que sería el último y él junto a Theodore pensaban ir a vivir junto a sus hijas a la mansión Nott que se encontraba en Suecia.
Lucius y Remus estaban disfrutando de su tiempo a solas, luego de haber criado a Ted y Julia ellos partirían del nido para hacer sus propias vidas.
Y así el esperado momento para el nacimiento de los mellizos llegó.
Estaban a 12 de Julio y Haco había empezado con las contracciones. Él y su esposo se habían ido a vivir a una casa que los papás de Lucían les había regalado para su boda y se encontraba muy cerca del valle Godric.
Lucían se encargó de avisar a todo el mundo y al cabo de veinte minutos, todo el área de neonatología de San Mungo se encontraba atestada de todos los amigos y familiares de la pareja.
-Cálmate, Sasuke, Haco va a estar bien -le decía Naruto, pero ciertamente no estaba muy convencido que digamos.
Sasuke se paseaba de un lado para el otro. Draco le había molestado al compararlo con un león enjaulado, cosa que hizo reír a varios y distrajo un poco a los involucrados. Pero duró poco y los nervios se empezaron a expandir al ver que ya llevaba casi dos horas dentro de la sala de operaciones.
Finalmente y cuando Harry y Sasuke estaban a punto de hechizar a alguien por no darles informaciones, apareció Lucían para informarles que Orión y Reiko Potter Uchiha habían nacido completamente sanos.
Los abrazos fueron abundando así como las felicitaciones para los nuevos padres.
-Sasuke -llamó a su suegro -, Haco quiere que entre.
Todos miraron al moreno que parecía clavado al piso. Pero de un momento al otro comenzó a caminar en dirección a la puerta. Cuando hubo atravesado Naruto se acercó a su yerno.
-¿Aun está nervioso de su reacción? -Le preguntó por Haco.
-No sé si nervioso, pero si está ansioso.
Todos se quedaron mirando a la puerta, esperando que pasara cualquier cosa.
Sasuke tuvo un extraño dejávu al entrar en la sala de recuperación.
Vio un pequeño rubio con expresión cansada y con un bebé sobre su pecho y junto a su camilla una cuna con otro bebé. Era como estar viendo a Naruto cuando lo tuvo a él y se sintió bien. Sintió que por fin, nada podría arruinar su felicidad.
Se acercó tratando de no hacer ruido y se fijó que el bebé que Haco sostenía estaba envuelto en una mantita color rosado y por obvia razón, el pequeño en la cuna era Orión.
Vio al bebé atentamente. Era una copia de su hijo, pero con el cabello negro. No se parecía en nada al ser que fue en el pasado. Lo tomó en brazos y vio como abría sus ojitos. Eran claros como los de todos los bebés, pero podía notar motitas verdes en ellos. Seguramente los genes de los Potter se acrecentarían en él al pasar los años.
-Hola, bebé -lo saludó y el infante comenzó a gimotear.
Fue el momento que eligió Haco para abrir sus ojos y sonreírle.
-Hola, Otto-san -le dijo con un murmullo leve.
-¿Cómo estás, hijo? -Le preguntó, mientras le entregaba Orión y él tomaba a la hermosa rubia que tenía su hijo. La pequeña Reiko.
-Molido, pero bien -recibió al bebé, que en cuanto sintió los brazos de su papá, se quedó tranquilito y volvió a cerrar sus ojos para dormir -¿Sentiste algo raro al cargarlo? -Le preguntó, obviamente hablando de Orión.
-No, es un bebé hermoso -le dijo dejando al bebé en la cuna, la cual se removió un poco y se volvió a dormir.
Se miraron por un rato y luego Sasuke se acercó para besar la frente de su hijo.
-Estoy muy orgullosos de ti, hijo, me diste los nietos más hermosos del mundo.
Haco por fin podía estar en paz, ya que francamente aun lo preocupaba el hecho de que su padre renegara de Orión, pero como muchísimas otras veces, Sasuke lo sorprendió para bien.
Fin