Capítulo dos: Sensiblería
Estaba emocionado, no, mucho más que eso. Esa felicidad que sentía se debía a que Mello, después de tanto, dedicaría un poco de su tiempo en Matt y no en los fastidiosos estudios.
Seguía sin comprender con exactitud por qué Mello no paraba de estudiar, después de todo, era bastante inteligente y eso era algo que Matt admiraba de él. Pero al parecer no era suficiente, claro que no, Near estaba ahí siempre para intervenir y hacerle recordar a Mello que tenía que ser el mejor.
No, Matt no odiaba a Near por ser como era o por tener cierto poder sobre Mello. El problema era la soberbia del último mencionado. Esos defectos que hacían que actuase como un completo idiota ante su rival… “Vamos Mello, tú puedes hacer más que eso.”
Era el momento. Matt estaba con los comandos listos para poner en marcha la jugada, sólo faltaba una cosa, o más bien dicho, una persona. Parecía que se le estaba haciendo algo tarde, pero qué diantres, Matt era paciente.
En pocos minutos, Mello se hizo presente en la habitación con una barra de chocolate.
– ¡Mello! –Exclamó entusiasmado –. Ya estaba creyendo que no vendrías.
– No seas idiota, claro que iba a venir –Dijo mientras extendía su mano para recoger el comando del segundo jugador –. Anda, juguemos.
Ambos permanecieron sentados en el suelo por unas cuantas horas, entre pequeñas carcajadas, miradas desafiantes y uno que otro gesto soez a causa de las derrotas y victorias. Ah, sin lugar a dudad Matt estaba disfrutando a pleno el momento.
De vez en cuando le dejaba la victoria a Mello porque sabía que si este seguía perdiendo, tarde o temprano, estallaría en nervios y enojo. Moría por verlo un poco enojado por causa de algo tan absurdo, pero no quería arriesgarse tanto, si Mello se enojaba probablemente sea fin de la diversión.
Cuando se cansaron de andar tanto tiempo metidos en juegos, optaron por salir un rato fuera a pasar el rato bajo un árbol. Fue muy raro que Mello no haya mencionado los estudios en ese transcurso.
Era el momento perfecto para investigar y ponerse a prueba. Se armó de valor para poder comenzar una conversación completamente al azar. Necesitaba saber su estaba enamorado o no de él.
– ¿Qué tal? –Se golpeó fuertemente la cabeza al percatarse de la absurda pregunta que había dicho. Obviamente estaba bien, habían pasado casi toda la tarde juntos.
– Hoy ha sido un día divertido –Mello reposó su cuerpo en el suelo y colocó ambos brazos detrás de su nuca como a una almohada –. Debí haber jugado contigo hace tiempo, estudiar es bastante agotador aunque no lo creas.
– Claro que lo creo, ¿por qué crees que no lo hago? –Se pausó un segundo y luego agregó –: Deberías dejar de mostrarle tanta importancia a eso, Mello…
– ¿Qué? –En cuanto terminó de cuestionar se levantó del suelo a verle la cara al pelirrojo. No es que lo haya molestado, pero se mostró muy interesado en las palabras de su amigo.
– Siempre estas estudiando, todo por esa tonta competencia –Intentaba callarse de una vez, pero simplemente no podía y las palabras se le escapaban de la garganta.
–Matt, ¿por qu?–Fue interrumpido.
– Ahora me escucharás. Siempre estas atento a Near. Near esto, Near aquello, ¿acaso estás enamorado de él que tanto tiempo le dedicas? –Sin darse cuenta había actuado por impulso y eso no era propio de él. Sin mencionar que había cambiado de tema de un extremo a otro. De los estudios terminaron hablando acerca de Near.
Mello chasqueó la lengua y se resignó a seguir la discusión. Sólo se limitó a voltear la mirada hacia un lado.
Eso fue como una estaca en el blando corazón de Matt. Las cosas tenían sentido, era lógico, no por nada Mello mostraría tanto interés en una persona, ¡estaba enamorado de Near! Se sintió un completo idiota por no haberse dado cuenta de algo tan evidente… La competencia, el estar siempre juntos estudiando, esos enfrentamientos que solían tener, ¡era obvio!
No quiso hablar más, sentía que se le oprimía el pecho y que pronto explotaría si Mello volvía a abrir la poca. Mejor opción era volver con su amada consola. La única cosa que le hacía estar realmente feliz.
Se puso de pie y no se inmutó ante el llamado de Mello. Ya no quería sentir tanta angustia. Era un pésimo día… Al principio la había pasado genial, ¿pero y después? Todo se echó a la borda y todo culpa de no poder cerrar la boca. “Bien ahí, Jeevas.”
– ¡Matt! ¿Acaso estas escuchándome? – Gritó enfurecido, agarrando a Matt del brazo con fuerza –. ¿Por qué estás actuando así?
– No me jodas, Mello. ¿Por qué no vas a estudiar con Near? –¿Qué era ese sentimiento tan amargo que sentía? Jamás había actuado así.
– ¿Estas celoso? –Lo soltó y alzó la ceja –. Matt, aclaro por si las dudas, Near no me gusta. Debes estar loco si piensas en algo tan insólito como eso.
“¿Estas celoso?”¿Celos? Es decir que ahora no sólo era “amor” lo que sentía, sino que también estaba celoso. ¿Por qué el amor era tan estúpido? Matt nunca estuvo celoso, ¿y ahora celaba a Mello? ¿Con qué fin? ¿Cuál era el propósito? ¿Qué tiene de bueno celar a alguien?
Sin mencionar que, en realidad, Mello no estaba enamorado de Near. Se había dejado llevar por la cólera en su momento y entonces insinuó cualquier tontería. Ahora había hecho todo un acto en frente de Mello por algo que no era cierto. Menudo lio…
– ¿Celoso? –Preguntó, aun sin verle a la cara. La vergüenza comenzaba a invadirlo–. Tal vez…
– Oe… –Nuevamente el pelirrojo acalló sus palabras con un fuerte grito.
– ¡Tal vez! –Y echó a correr por la desesperación. Además, se sentía tonto por haber reaccionado como tal. Esa persona no era Matt… ¿Acaso estaba realmente enamorado? El amor le hacía percibir sensaciones extrañas que aún no sabía cómo explicar.
¿Cómo haría para verle la cara nuevamente sin sentirse un completo idiota? ¿Qué haría en el momento en que vuelvan a verse? Era oficial, estaba tontamente enamorado de su mejor amigo. No había tanta lógica, ese momento ya lo había deducido todo.
–Matt… –Era la primera vez que veía a su amigo de esa manera. No le echaba la culpa, hasta él se pondría celoso si, de un día para el otro, un amigo dejase de prestarle atención.
Se dio cuenta del grave error que cometió. El jugar con Matt a los videojuegos no bastaría para arreglar la situación.