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THE LIE IS NOT OVER por Daydream duet

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Notas del capitulo:

Hola hermosuras se, q esto debio ser actualizado el viernes pasado u.u lo siento... pero bueno estamos de regreso y esto es lo que hay para ustedes....

les dejo leer y espero sus hermosos comentarios.

oh y les espero en las notas del final :D

Maximilian quedo descolocado al observar la fotografía de Dilan junto al que bien podría ser su clon perdido y malvado según lo que insinuaba Leonardo en su mensaje, Dios es que en verdad eran prácticamente idénticos, la pregunta era ¿por qué era enemigo del su hermano? 




-¿Ocurre algo malo? 




-Eh... ¿perdón? 




-Es que de repente te has puesto muy serio… ¿A pasado algo en el trabajo?- La preocupación está implícita en los ojos del pelirrojo, Alex se había acomodado frente a él, la sabana había resbalado hasta no cubrir nada más que sus piernas y ante la imagen del cuerpo desnudo del ojiverde Max tardo un poco en procesar. 




-Oh! No, es…- Max considero mentir, pero se trataba de Alex, le conocía mejor que nadie e igual le aceptaba, no tenía sentido ocultarle nada. – Es Leo. 




-¿Le ocurrió algo? 




-No, ¿recuerdas a Dilan? 




-¿Podría olvidarlo? bajito, como si fuera tu segundo hermano, hiperactivo, con aires de grandeza, extremadamente lindo…- 




-¡Oye! 




-Tranquilo, pero que ocurre con él y Leo? 




-Bien es larga historia, en resumen eran pareja, se dejaron, Leo esta colado por él y paree que un mal amigo de Leonardo ahora esta rondando a Dilan, me pide que investigue un poco al respecto.- Una sonrisa de satisfacción y altanería se dibujo en el rostro de Alex. – ¿Por qué esa sonrisa? 




-Bien, la primera vez que vi a Dilan, el sufría por cierto idiota, se trataba de tu hermano jeje. 




-Esa sonrisa diabólica significa que se te ha ocurrido algo, ¿no es así? 




- Si.- Alex se acerco hasta rosar los labios del rubio con los suyos, pero Max no había tenido suficiente con una sola ronda y rodeando la cintura del pelirrojo con un brazo lo acerco hasta dejarlo sentado a ahorcadas  sobre él, el contacto de su desnudes les encendió de inmediato, las manos de Max eran rápidas y certeras al recorrer la piel del pelirrojo y los suspiros que este soltaba en su oído servían solo para calentarlo más. 




-Me pones tonto. 




-Lo sé. 




-Amo esa arrogancia tuya.- Max ataco el cuello de Alex hasta dejar pequeñas manchas rojas en toda la blanca piel, Alex enredo sus dedos en el cabello rubio y lo jalo hasta obligarlo a separarse de su cuello para poder besar sus labios. 




  
   




***  




Conocer a tu enemigo era una regla básica en el mundo en que vivía, que Mateo resultase un espía y que el idiotamente hubiera caído en ese juego era quizás lo que más le estresaba en aquel momento, no había podido dejar de ver aquella imagen en su celular, Dilan era ligeramente más bajo que el peligro que le rodeaba por los hombros mientras ambos sostenían sus tablas de surf.  




 Estaba tan concentrado odiando aquel cuerpo que antes le había causado tanto placer, que no noto cuando la pelirroja entro en la oficina sino hasta que esta paseo su mano frente a la pantalla para hacerse notar.  




-Lo siento.  




-No puedo creer que siga con eso, señor.  




-Es inevitable, me hierve la sangre y le odio pero al ver la imagen, son… son prácticamente iguales Lilian, si no fuera por el cabello, el color de ojos y ese estúpido Dragón en el costado juraría que son la misma persona, podrían bien ser gemelos, se siente como si de alguna manera odiara la imagen de Dilan.  




-¿Puedo?- Pregunto la pelirroja mientras extendía su mano en dirección al celular del ojiazul.  




Leo se limito a pasarle el celular y mientras Lilian analizaba la imagen con una expresión inescrutable, él se llevo las manos al oscuro cabello para jalarlo un poco en su frustración.  




suspiro con una naciente idea en la cabeza observando a Lilian pasear su dedo por sobre la pantalla observando con expresión de tristeza, curioso por esa reacción se levanto y posiciono justo detrás de su secretaria para observar lo que ella, Lilian había agrandado la imagen y paseaba sus dedos por la cicatriz que tenia Dilan en el torso, se tenso y fue inevitable que la tristeza de la pelirroja se le contagiara, miles de recuerdos acudieron a su mente y la duda creciente que nunca pudo saciar seguía ahí… como fue que el ojimiel consiguió ser herido por bala?  




El sonido de un celular saco de su estupor a ambos, mientras ninguno alcanzaba a recordar de donde provenía el sonido, si el celular de Leo mantenía la imagen de los chicos que parecían clones y el de Lilian estaba en su bolsillo.  




Atinando a su propia confusión Leo corrió hacia su escritorio, saco un móvil que bien podía pasar por dinosaurio y corroboro que acertadamente era aquel el que sonaba; Maximilian se lo había dado el día que se reunieron, únicamente para cosas extremadamente importantes, dos teléfonos de línea única y directa uno con el otro e irrastreables bajo ningún medio, cortesía de "PROX".  




  -¿Tienes algo?  




- Tu chico es un fantasma Leonardo, no ha salido del país pero es ilocalizable.  




-¿Eso es todo?  




-Mientras yo no tenga respuestas así es.  




-No juegues conmigo Maximilian, es la seguridad de Dilan la que está en riesgo.  




-Por eso mismo deberías decírmelo todo, no puedo hacer nada si dejas mis manos prácticamente atadas, dime de una maldita vez quien es el peligro y como puñeteras es que se parece tanto a Dilan?  




-No es…. es… es complicado.  




-Pues comienza que el tiempo es poco y si quieres aumentar tu presión hay noticias sobre Sergevich.  




La vena en la frente del ojiazul se salto mientras sus cejas se juntaban ante la mención del nombre de su padre.  




-¿Que ha pasado?  




-Primero lo primero…  




-Está bien, veme donde la ultima vez, misma hora. Te lo contare todo y aprovechemos a resolver de una buena vez todos los cabos que hay sueltos.  




-Bien.  




La llamada se corto al instante, Leo arrojo el teléfono con frustración para después ponerse de pie, tomar el celular que le entregaba una confundida Lilian, ponerse el saco e ir a recoger el teléfono en el que recién había descargado su ira, al ser un dinosaurio era prácticamente indestructible y cuando lo tuvo nuevamente entre sus manos sonrío al comprobar que estaba sin ni un rasguño.  




-Encárgate de todo, Dile a Frank que me vea en el punto D a las 2.  




-Sí señor.  




-Gracias.  




***  




-Hola.... ¿donde estas?  




-Voy conduciendo.  




-A ¿si? ¿Vienes a verme?  




-Es lo que más me gustaría pero el idiota de mi hermano se ha metido en problemas y tengo que ir a ayudarle.  




-Je, nunca creí poder estar celoso de tu hermano.  




-No tienes por qué.  




-Entonces... ¿no te veré hoy?  




-Yo no he dicho eso, sabes la clave de acceso de casa... te veré ahí en la noche.  




-Está bien, estaré esperándote, iré en cuanto salga del trabajo.  




-Sigo sin entender por qué sigues trabajando en ese remedo de tienda.  




-Algunas personas necesitan sobrevivir de manera normal.  




-Tú no lo necesitas, me tienes  mi y además tú no eres alguien normal... no deberías estar trabajando para una gran empresa.... ¿Por qué no trabajas en Prox?  




-Dios... ¿tú y Dilan no se cansan de hacer la misma pregunta?  




-No creo, si ya somos dos personas no podemos estar equivocado, tu amigo es el presidente y tu amante el accionista principal... ¿por qué sigues negándote?  




-Cielos, suena a que entrare por cables, eso o me gusta, además no te estreses por las noches trabajo como mercenario para gente que paga demasiado bien, así estoy a gusto.  




-oh si... espera, que?  




-Jjajajaja, tranquilízate, en verdad estoy bien como estoy... quizás después acepte tus propuestas.  




-Está bien, está bien... solo no andes en nada peligroso.  




-Wou, ¿entonces tendría que dejar de salir contigo?  




-oye! yo no soy peligroso.  




-Eso dices tú.  




-Hermoso he llegado a mi destino, hablemos luego, te veo en casa.  




-está bien, ten cuidado y salúdame a Leo.  




-oh cierto, el aun no sabe de ti.  




-¿qué?  




-Se me ha pasado, no te preocupes organizare que se vean luego.  




-vale, te amo.  




-Y yo a ti.- Max colgó mientras terminaba de estacionar su llamativo y lujoso coche que contrastaba con lo decadente del lugar, pero que fue rápidamente arreglado por el personal encargado que cubriéndolo con una manta especial lo hizo desaparecer ante la ilusión de un cacharro, siempre le había fascinado aquella sencilla y alucinante magia visual.  




se ajusto el saco antes de comenzar el camino ya conocido hasta llegar a la gruesa puerta de metal y abrirla sin reparo para encontrar el lugar vacio, confundido reviso la hora en su reloj para comprobar que estaba a tiempo y así era... Leo no era una persona impuntual, ningún Popov lo era, algo debía haber sucedido.  




Decidido a no tomar conclusiones adelantadas ingreso y se puso cómodo mientras ordenaba un par de botellas para su deleite y entretención. 




*** 




Leonardo se sobo la barbilla adolorado había llegado poco mas de 40 minutos tarde a con su hermano y este sin más le había recibido con un golpe en la cara, después de un forcejeo y de una obligada disculpa por parte de él menor ambos se sentaron en el sillón para comenzar a tratar sus asuntos. 




Después de casi dos horas en las que Leo se había visto amenazadoramente obligado a contarle todo el asunto de la copia malvada de Dilan como el rubio lo había nombrado y con la boca seca porque Max no le había permitido detenerse ni para tomar un trago, por fin pudo extender su mano y probar de aquel agradable whisky que siempre le gustaba, haciendo una mueca de desagrado cuando quiso volver a llenar su vaso y se percato que la botella tenía menos de un cuarto de bebida estaba por quejarse cuando Max se adelanto. 




-¿Así que eres el mayor imbécil que se busco una copia de Dilan para satisfacerse ya que no lo podías… según tu, tener a él? 




-Si lo dices así suena bastante mal. 




-Porque lo es Leonardo… y para colmo el tipejo ese resulto ser un peligro que sabe demasiado y que probablemente este aliado con nuestro padre o Poseidón? 




-si…? 




-Yo te mato.-  Max se levanto con el afán de golpear a su hermano y es que su descaro era de lo peor. 




-No, espera, espera, con el de hace rato fue suficiente.- dijo el azabache volviendo a sobarse la mandíbula con una mano y con la otra deteniendo el puño de su hermano que se quedo a centímetros de su cara. 




Maximilian tan solo lo fulmino con la mirada antes de girar para regresar a su asiento, pero cuando el peligro se descuido un fuerte golpe le sacudió la cabeza. 




-lo mereces por cretino, idiota y descuidado. 




-Entonces… me ayudaras? 




-En verdad que no quisiera, pero es Dilan quien está en riesgo sin contar que si el tal Mateo esta con nuestro padre ya me incumbe. 




-bien. 




Un extraño silencio se apodero de la habitación y fue el ojigris quien se encargo de romperlo. - Entonces esa es la razón por la que Dilan no quiere verte ni en pintura? 




-eh? que? … No! 




-No? 




-¿Por qué lo dices? 




-porque ahora que me lo dices tiene sentido que Dilan ya no te mencione, ponga mala cara cuando alguien más lo hace y parezca odiarte. 




-No me odia. 




-estás seguro? yo si te odiaría por ello. 




-Max!- Leo está siendo sugestionado por los comentarios de su hermano 




 
 




Por un momento Leo trago pesadamente, no estaba seguro de por qué, quizás por lo que su hermano le decía, quizás porque Max estaba también enamorado de Dilan, tal vez porque era precisamente su hermano y aunque pudiera actuar con descaro, de manera agresiva y como si se odiaran la verdad era que le importaba, por eso dudo antes de decir lo que se le atravesaba en la garganta. 




-Quiero a Dilan. 




-¿Qué?- de todo lo que pudo haber dicho Leo, una verdad tan conocida era lo que menos esperaba. - Eso ya lo sabía. 




-No, no es solo eso, En verdad le amo, no quiero perderlo. 




y de no haber sido por la expresión de desesperación, angustia y seguridad mezcladas en el rostro Max habría soltado una carcajada por decir lo obvio. 




-Entonces….? 




-Se, se lo que sientes por él, y sé que tienes muchos derechos, eres, eres como un hermano mayor, lo conoces mucho antes que yo y quizás más que yo pero ya no puedo estar lejos de él, sé que soy un idiota y sé que si antes te oponías ahora que conoces toda mi historia te opondrás aun mas pero…- el peligro no podía continuar, se mordió el labio y apretó los puños a su lado porque aquello estaba siendo demasiado, no es que en realidad fuese un cubo de hielo como el ex castaño solía decirle, si tenía sentimientos pero de ahí a expresarlos de la manera en que lo estaba haciendo y nunca había hecho le estaba costando demasiado. 




Max solo podía observar conmovido la frustración de su hermano, lo entendía, mucho más de lo que el ojiazul podía imaginar. 




-Ciertamente me oponía, eres un maldito infeliz impulsivo y Dilan es demasiado bueno e ingenuo para alguien como tu.- una sombra de decepción cubrió la mirada del peligro que de haber estado evitando su mirada hasta entonces ahora le miraba fijamente. - Para cualquiera en este mundo pero, el destino es así, si yo hubiera podido evitado jamás habría estado involucrado en este mundo, jamás habría salido herido…-  




Leo recordó aquella espantosa cicatriz que lo había torturado aquella misma mañana y se sintió derrotado, Max tenía razón, el no era bueno para Dilan, no podía aferrarse a su felicidad a costa de la seguridad del peliplata, creía saber a dónde se dirigía Maximilian y no quería escuchar algo que ya sabía, se levanto de manera lenta pero segura, mientras buscaba su saco con la mirada, el rubio podía saber con exactitud lo que su pequeño hermano estaba pensando y es que pese a todo, cuando Leo no estaba oculto tras su fachada de Rächer podía ser tan transparente como el agua, sonrió para sí, e interrumpió las acciones de su hermano al continuar con su pequeño discurso. 




-Pero…- en ese pero Leo encontró un genuino interés y abandono su tarea para volver a fijar su mirada en el rubio. - Pero ya no se puede hacer nada, el esta tan dentro como nosotros y ya que no podemos simplemente alejarlo de esto o alejarnos nosotros en su caso, porque no me importa lo que tu pienses, yo por lo menos no estoy dispuesto a alejarme. 




El peligro abrió los tanto los ojos que su cara casi adquirió la apariencia de una caricatura. 




-Que esta…? 




-Justo eso Leo, y ya no soy capaz de dejar a Dilan solo, ni mucho menos puedo alejarme de Margarethe, es la única madre que he conocido, son mi familia y si no puedo evitar ponerles en peligro, lo aceptare y me dedicare a protegerles. 




Leo quedo impresionado, la seguridad y determinación con la que el rubio hablaba era arrasadora. -Pero, tu… 




-No te confunda, ciertamente son mi familia, no hay otra manera de describirlo y a Dilan le quiero a morir. - el peligro apretó la mandíbula imaginándose lo que vendría. - Pero ya no le veo de esa manera, me gustaba y me confundí pero he aceptado que el ya no me ve de esa manera y que esta tan enamorado de ti como tú de él.- Y aquello sí que leo no lo esperaba.  




- Espera entonces… 




-Entonces, estoy diciendo que no puedes vivir sin él y no quieres que esté en peligro, pero dispuesto a protegerle, Dilan no es tan blando como piensas y es más capaz incluso de lo que yo imaginaba, no cometas el mismo error y lo subestimes. Te ayudare, después de todo no puedo ver a mis dos hermanitos ser infelices solo por ser idiotas y orgullosos. 




Por primera vez aquel día Leo dejo salir una genuina sonrisa que llego hasta sus ojos. 




-Pero hay un problema. 




-Y ahora que carajos? no puedes ser más optimista? 




-Es solo esa estúpida pelinegra.- El peligro había puesto una mueca más parecida a un puchero al mencionar a la chica. 




-Oh! Arantza? 




-Sí, es la novia, y Dilan… debe haber una razón por la que está con ella. 




-No te preocupes por ella, es solo su guardaespaldas. 




-oh su guar… Espera Que!? 




-Sí, digamos que fue mi último recurso para localizar al pequeño y bueno después de que mi carta se volviera contra mí, terminó fingiendo ser su novia, es algo así como una amiga/confidente/protectora. 




A Leo le hirvió la sangre al recordar a la morena alardeando de su relación con el peli plata en el cumpleaños de este… Esa chica se las pagaría. 




Ante el mutismo del menor, Max decidió que era suficiente por ese día, se levanto tomo su chaqueta, se arreglo lo mejor que pudo y se encamino a la puerta. -No te frustres hermanito, dije que te ayudaría, espera mi llamada. 




-Espera… - el rubio se detuvo ya con la puerta entre abierta. 




-¿Por qué de repente estas a mi favor? creí, creí que en verdad amabas a Dilan. 




-Oh, quizás solo estuve confundido, mi verdadera razón te la diré después será como un regalo 2 en 1, estate atento a mi llamada.-  




*** 




Maximilian salió como alma que lleva el diablo, apenas había cerrado la pesada puerta de metal tras de sí, había corrido hasta la entrada y cuando llego a su auto prácticamente saco a empujones al muchacho para subirse y poner marcha, aquella conversación con su hermano se había hecho bastante larga y ya pasaban de las 10. Había estado ansiando regresar a casa y se ponía más inquieto ahora que sabia la hora, Alexander no era alguien precisamente paciente, si había estado esperando hasta entonces quizás incluso se hubiera cansado y marchado y si aún permanecía esperando seguro que no sería con un te amo en los labios. 




*** 




Leonardo suspiro al notar la botella vacía, desde que su hermano le abandono se había dedicado a beber sin parar tratando de perderse en la nada y dejar de pensar pero le era imposible y terminaba dando de frentazos a la pared al recordar cómo había dejado a Dilan en la habitación de su oficina, la sangre le hervía de excitación al recordar como el peliplata se había prácticamente derretido entre sus manos pese a su resistencia y de la excitación pasaba a la rabia cuando la imagen de un par de copias de cabellos negros y plateados venia a su mente… era como ver un yin yang hecho personas. 




Pero lo que terminaba por destruirle es que conocía al ojimiel, la humillación de haberle dejado solo, sin explicación, ni excusa después de haber cedido no, él no quedaría como si nada, estaba seguro que no le perdonaría y que ahora menos que antes querría verlo. 




-¿Señor??? 




-¿Frank!? ¿Cuándo llegaste? 




-Llevo 5 minutos aquí viéndole en silencio, no quería interrumpirle pero temía que de lo contrario terminaría con daño cerebral y una cuenta de reparación por hoyo en la pared. 




-Que gracioso Frank. 




-… 




-¿Has contactado a Max? 




-Tengo una semana sin verle ni hablar con él. 




-Que!? Creí haberles pedido que trabajasen juntos 




-Así fue, lo hacíamos pero ammm trabajar juntos no es lo más cómodo así que lo hacíamos a nuestra manera, luego surgió el detalle de Mateo y pues… 




-No me digas nada, está bien, has dado con el bastardo ese? 




-Le advertí desde el inicio que algo en aquel chico no me agradaba. 




-Y a ti quien te agrada? 




-Lilian, usted, ammm… mis padres, Mad aunque sea molesto y aunque me pese admitirlo también un poco su idiota hermano. 




Leo no pudo evitar reír, su pregunta había sido retórica pero como siempre Frank no entendía de esas cosas. 




-entonces? 




-Desapareció, pero cada día estoy más seguro de que trabaja para Poseidón y no para su padre. 




-explícate, hasta hace poco teníamos la teoría de que la sirenita trabajaba con mi padre, que ha cambiado desde entonces? 




-creo que será mejor que se siente, es mucho y me tome la libertad de pedirle un agua mineral para intentar mitigar su borrachera. 




-tan eficiente…- Leo se imito a obedecer, entre el alcohol y los cabezazos su cabeza comenzaba a doler. 




El agua mineral y el resto de cosas que había ordenado Frank no tardaron en llegar, cuando estuvieron solos de nuevo, el rubio preparo un resucitador en silencio, leo estaba ansioso por conocer los detalles de lo que el mayor le había dicho pero si era algo importante tenía que dejar su impaciencia y esperar a estar en sus muy completos 5 sentidos. Fue hasta después de tomar la extraña y milagrosa bebida que el rubio le había preparado y que literalmente lo volvió a la vida que Frank comenzó con su explicación. 




 
 




*** 




Max había optado por ser precavido y dentro de su prisa se dio tiempo de pasar por un par de tiendas y cuando se sintió lo suficientemente preparado mentalmente bajo de su auto que llevaba más de 5 minutos estacionado frente a su casa. 




Temiendo que algún jarrón se estrellara contra su cabeza nada más entrar ingreso el código con cautela y abrió las cerraduras pero dentro de su casa ni un sonido se escucho, nada rompiéndose, ni siquiera un grito, decepcionado ingreso prendiendo todas las luces a su paso, Alexander debía de haberse cansado de esperarlo, sintiéndose demasiado desanimado subió hacia su habitación el pequeño peluche y los chocolates que llevan en las manos estaban colgando ya sin interés de estas.  




Alex no era alguien normal, la cursilería no iba con él y sin embargo el romanticismo le derretía, mediar entre estas sin caer en un error le había costado, sabía que las flores no funcionaban con él, pero que los peluches le enamoraban y que nunca se podía negar a los chocolates, pero si el pelirrojo se había marchado de nada le servían ahora esos detalles. 




Entro en su recamara sintiendo frustrado, arrojo sus compras a un pequeño sillón y camino hacia el baño se deshizo de la ropa con rapidez y tomo una ducha fría y rápida por que odiaba dormir sucio, con solo una toalla rodeando la cintura se dirigió a su cama y fue hasta entonces que noto que no se encontraba solo. 




Sonrió demasiado feliz al notar el desastre de sabanas y colcha y a un pelirrojo abrazando las almohadas, se tomo su tiempo para observar las hebras rojizas desperdigadas y cientos de pensamientos nada sanos acudieron a su mente al notar que Alexander dormía con una playera de él, una que le quedaba demasiado grande y dejaba al descubierto, su clavícula y su hombro, con un espíritu renovado y un plan en su cabeza prácticamente corrió en busca del el peluche y los chocolates. 




Dejo el peluche sobre la mesa de noche justo frente a la cara de su amante, después rodeo la cama, abrió la caja con chocolates y saco uno dejando el resto al alcance de su mano, subió a la cama caminando de rodillas hasta dejar el delgado cuerpo del pelirrojo bajo el suyo y rodeado por sus piernas y manos. 




Cediendo a sus instintos acerco su rostro al de Alexander y le dio un casto beso en la frente, luego le acaricio la mejilla con la nariz y luego el cuello, aquella cosquilleante sensación fue la que despertó al pelirrojo. 




Lo primero que sus adormilados ojos pudieron captar con claridad fue un pequeño pingüinito de peluche que le miraba con ojos negros y brillantes desde el velador, la pequeña figurilla regordeta con el poquito amarillo naranjoso resaltando entre su completo blanco-negro le llamo de inmediato, dispuesto a darle alcance y estrujarle estiro un brazo que fue detenido por una mano firme y fuerte que conocía muy bien. 




-No es justo, soy yo quien te mima y es a sus brazos…aletas a donde corres. 




Alexander se giro como pudo para quedar de frente a Maximilian olvidando todo el odio con el que se había dormido; el rubio se acerco con meditada lentitud hasta rozar sus labios con los del pelirrojo apenas y un corto contacto que dejo con ganas de mas al menor. 




Alexander estaba por protestar cuando el rubio le cayó llevando un chocolate hasta su boca y mientras disfrutaba del chocolate derritiéndose en su boca el ojigris le recorría la clavícula y el hombro con besos. 




-Estas aprendiendo como sobornar a mis enojos. 




- entonces… funciona? 




-Demasiado bien, dame otro chocolate y sigue con lo que hacías cuando me despertaste. 




-Como ordene. 




Max tomo otro chocolate y lo acerco al rostro del pelirrojo pero cuando este abrió la boca para atrapar el chocolate entre sus dientes Max lo alejo rápidamente provocando un gesto de molestia en Alex que se desvaneció al notar como el rubio dejaba el dulce atrapado entre sus dientes y se acercaba hasta el… aquel juego le estaba encantando. 




Alexander no dudo en reducir la distancia entre sus rostros, atrapar el chocolate entre sus dientes hasta partirlo por la mitad y comerlo rápidamente para poder devorar aquellos labios que le despertaron entre suspiros. 




 
 




La falta de oxigeno fue lo que les separo. 




-¿Quieres otro chocolate? 




-No, me gusta más esto. 




Alexander había rodeado el cuello del rubio y lo jalo hacia él en busca de mas contacto, y es que ya estando mas despierto no había podido para desapercibido el hecho de que Max solo llevaba una toalla enzima. 




Max quedo sorprendido ante la ansiedad de Alex pero no le molesto, después de todo se había estado controlando demasiado desde que observo su camisa en el cuerpo ajeno. 




 
 




Los besos se volvieron más húmedos y apasionantes, Max había logrado deshacerse de la camiseta que usaba el pelirrojo pero frunció el seño al notar que llevaba pantalones, por un momento imagino que el menor solo llevaba su camiseta encima, descubrir lo contrario había sido un golpe bajo, aunque el inconveniente le duro poco ya que fue el mismo Alexander quien comenzó a deshacerse de ellos, terminando él el trabajo y regocijándose ante la vista. 




Las pupilas de Max se dilataron al observar a Alex solo con su bóxer puesto, un color duquesa que resaltaba en su piel blanca y contrastaba con el ardiente cabello, el rubio se quedo tan perdido ante la vista que no noto las acciones del menos sino hasta que la toalla que rodean su cintura fue arrojada a un lado. 




-Eres muy travieso. 




-Y también ansioso y además estoy desesperado. 




-Eh??? 




-Quieres empezar a hacer algo al respecto  o envejeceré esperando. 




-uff, es difícil pensar con claridad si tu mano se pasea tan insistentemente en mi entrepierna. 




En ningún momento los orbes verdes se retiraron de los del ojigris, pero sus manos recorrían con maestría el cuerpo grande y fuerte sobre él, una mano acariciando la espalda y la otra rodeando el miembro del mayor y acariciando de una manera que estaba volviendo loco al rubio. Alex sonrió con malicia antes de presionar la punta con fuerza pero de manera delicada. 




-Oh cielos, por bien que se sienta no creo que quieras que nos quedemos aquí, o si? 




-Por fin entiendes. 




No fueron necesarias mas palabras, Max se avalanzo sobre el pelirrojo comiéndole los labios y después cubriendo todo su cuerpo con caricias y besos, Alex se deshacía en suspiros y gemidos mientras arañaba la espalda del mayor casi con saña, los labios de ambos se encontraban rojos e hinchados, sus cabellos desordenados, sus cuerpos perlados por el sudor y la excitación creciendo hasta su mayor punto, aquel día la preparación se había dejado de lado debido a la ansiedad y desesperación de ambos, Alex había tardado en acostumbrarse a la intromisión tan brusca pero en cuanto el placer supero al dolor había sido el mismo quien exigió mas movimiento y más fuerza. 




El orgasmo les alcanzo a ambos a mitad de un beso que se vio interrumpido por el gruñido gutural que produjo el rubio mientras se corría en el interior de su amante y este entre el cuerpo de ambos. 




Respirando aun con dificultad, Max se incorporo en busca de los pañuelos desechables que siempre mantenía en la mesa de noche, tomando unos cuantos regreso a la cama para comenzar a limpiar el cuerpo del pelirrojo y después el de él mismo, luego de arrojar los papeles al cesto de basura, regreso a la cama para arroparlos a ambos y dejar la caja de chocolates sobre la colcha entre ellos. 




-En verdad te ha gustado, eh?- Desde que el rubio termino de limpiarle, Alexander no había perdido el tiempo y se había prácticamente abalanzado sobre el pingüinito de peluche que tanto le había gustado desde que le vio al despertar. 




-Es monísimo. 




Max le beso de manera dulce en los labios para después acomodarse y quedar con el pelirrojo sobre su pecho, tomo un par de chocolates de la caja, le dio uno al ojiverde y se dedico a disfrutar del otro mientras sonreía enternecido al ver como el menos jugaba y apretujaba el peluche antes de caer completamente rendido y quedarse dormido aferrando aun al pequeño pingüinito. 




 
 




 
 




 

Notas finales:

y que tal??? regresamos en buen plan no cren? quieren a Leo y Dilan ya juntos d una buena vez? bien eso dependera de los rvws de este cap ;p jeje asi que depende de ustedes...

oh bueno y pueden aprobehar a contarnos sobre sus regresos a clases, el nuestro es un fastidio los horarios de Ai-chan y mios no cooinciden TT-TT. en fin le mando un abrazo enorme Emoticono kiss



JiN.


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