Estaba cansado de la confrontación que había tenido minutos antes, aún seguía encerrado en mi habitación, sin querer salir, y con el alma destrozada por mis recuerdos.
Me quedé dormido en la silla mientras miraba la ventana, en esos momentos, lo demás no importaba.
-“Se ha quedado dormido, seguro que si trato de sacarla usando sus manos, me dejará en libertad”-
-no creo que puedas hacer eso-
-tch, estas despierto-
-hace mucho que ya no me duermo profundamente, cualquier ruido me despierta-
Ella sufría dolores muy fuertes y siempre que se ponía mal necesitaba que alguien la consolara y ayudara, por eso dejé de dormir tan profundo.
-en fin, ¿Qué más da?, me puedo quedar con este juguete e irme de aquí-
-no creo que debas hacer eso-
-¿Por qué no?-
-cada que estés un paso lejos de mí al salir por esa puerta, sufrirás interminables heridas- “no es cierto, pero puedo engañarlo al menos una vez”
-no te creo-
-inténtalo y veamos el resultado-
Salió de la habitación y comenzaba a reírse hasta que con la llama de la última voluntad a distancia, pude ocuparla y le generé algunas quemaduras leves, pero no dejé de hacerlo hasta que salí para detener ese proceso.
-veo que no mentiste-
-te dije que debías permanecer aquí, conmigo- bien, cayó en la trampa
-¿Por qué a mí? ¿Por qué no escogiste a otro?-
-eres la persona más cercan…-
-¿cercana? ¿De dónde rayos sacaste eso?-
-déjame terminar, cercana a mi actual forma de ser y pensar-
-¿entonces?-
-quiero comprender todo a mí alrededor-
-¿se puede saber qué demonios paso afuera?
-quizá, no… más bien a ti si debo contártelo-
-empieza de una vez Tsunayoshi-
-hace meses que nadie me llamaba así-
-…- no lo entiendo
-ella se murió hace 6 meses, al parecer aún extraño a esa mujer y estoy enojado por eso-
-¿amargado?-
-no te burles de mí, no eres el más indicado para decir eso, puesto que tú estás más amargado que yo, hasta el punto de golpear y actuar violentamente con aquellos que se acercan a ti-
-Tsunayoshi-
-no digas mi nombre así, me darán ganas de hacer otras cosas-
-¿Qué cosas?-
-cosas…-
Después de esas palabras se quedó callado, permanece a mi lado desde entonces, parece que lo entendió, porque me ha perseguido incluso cuando duermo, voy a la calle, o el baño, es una exageración, lo sé, pero lo peor es tener que aguantar cuando es al revés, eso lastima su orgullo.
Todo iba bien hasta ese día. Era de noche, las estrellas brillaban con intensidad, y lo vi parado, retrancado contra la pared que daba a la puerta para salir de mi habitación, no sé si trataba de escaparse, pero lo más extraño era que parecía dormido.
Me levanté de la cama para acercarme y ver sus cabellos ocultando sus ojos, estaba completamente dormido, no había ninguna duda, así que me acerque más, y lo vi abrir los ojos.
-yo también me despierto fácilmente-
-pensé que era incomodo dormir así-
-sólo un poco-
-entonces ven aquí-
-me quedo en esta habitación por las reglas, pero eso no implica…-
-¡ven aquí!-
Caminó despacio y se acercó a la cama, ya cerca, lo tomé fuerte de la mano y lo jalé para que se acostara, tan solo me tardé unos segundos en cobijarle, y finalmente lo abrace para asegurarme que no saldría.
Entonces sucedió, él se rio fuertemente, mientras yo me despertaba.
-¿Qué es tan gracioso?-
-acabo de darme cuenta, recuerdo que yo te daba miedo, porque una vez te dije que podía hacerte cosas, algo muy parecido a lo que dijiste hace rato, pero puedo ocuparlo para hacerte pagar por esto-
-¿Qué quieres decir con eso?-
-tú encadenaste mi cuerpo, lo justo es que me pagues por eso-
-¿Qué quieres? Pídelo y te lo daré-
-muy bien, entonces me comeré a un herbívoro una vez al día-
-no entiendo-
Tan sólo llevábamos 1 mes así, y ahora ya estábamos hablando de cómo pagarle, con cosas que no entiendo, y no comprendí lo que decía hasta que sentí su mano desabrochar los botones de mi camisa.
-¡Kyoya! ¿Qué haces?-
-cobrar, ¿Quién dijo que sería algo que te gustaría?-
-pero ¿te das cuenta que él primero en sentirse herido por acostarse con un hombre serías tú?-
-quizá… pero…- (sonrisa maliciosa) está asustado –disfrutaré verte sufrir-
Sus manos me sujetaron fuertemente sin poder zafarme de su agarre, y vi como mi ropa era desechada, sentí sus manos acariciar mi cuerpo, recorrerme, me negaba a todo, él se reía, mientras yo miraba como sujetaba fuertemente mis brazos, hasta que traté de gritarle que no lo hiciera, lo único que recuerdo es como me daba un fuerte golpe en la cabeza hasta que me quedé inconsciente.
A la mañana siguiente lo vi colocándose su camisa, y sonreía mientras me miraba, traté de enderezarme, pero me dolió hasta el alma cuando me senté.
-¿Qué me hiciste?-
-vamos, estabas inconsciente, sabes lo que se hace cuando te encuentras a alguien como tú en esas circunstancias… no trates de negar la verdad-
-Kyoya… como vuelvas a hacerme algo como eso…-
-¿Qué?-
Sus ojos me amenazaron, me quedé callado por un rato, hasta que tuve la fuerza para enderezarme y noté que mi cuerpo tenía moretones por todas partes, mis manos también tenían la marca de haber sido sujetas con mucha fuerza, como cuando estrangulan a alguien, me levanté y fue más vergonzoso ver como el fluido que pertenecía a Kyoya salía de mi cuerpo.
-eso te enseñará a no meter las manos en el fuego cuando sabes que va a quemarte-
-tengo una duda… quieres decir que harás esto diario-
-eso… o quizá torturarte-
-que al caso es lo mismo-