El “Mañana al medio día” había llegado más rápido de lo que Minseok esperaba. Las mariposas en el estómago del pobre chico estaban tan alborotadas que no podía decidir si estas eran debido a los nervios o al hecho de que tenía que encontrarse con aquel chico idiota llamado Jongdae.
“Ah, cómo odio a ese estúpido,” Minseok susurró para sí mismo mientras bajaba del bus y caminaba hacia el café donde se encontrarían. Estaba usando un suéter azul con rayas y un par de pantalones de mezclilla, lo cual, de hecho, fue un gran problema, considerando que durante una hora y media no había podido decidir que ponerse. Ni si quiera había podido tomar su acostumbrada taza de café, todo, debido a este dilema. Y eso significaba un problema, ya que Minseok solo funcionaba correctamente si tomaba su café.
Finalmente, sin embargo, el chico se encontró caminando hacia el café sin ningún problema divisando fácilmente a su temido compañero de almuerzo, ya que este resplandecía gracias a su sonrisa, sumado a ello estaba agitando su brazo frenéticamente hacia la dirección de Minseok.
“Wow, parece que te hubieras caído de un avión,” Jongdae dijo mientras Minseok se desplomaba en una de las sillas frente a él.
Minseok lo fulminó con la mirada.
“Aun así, te ves bien,” Jongdae sonrió dulcemente y apoyo el mentón en sus manos. “Te ves excepcionalmente adorable.”
La mirada de Minseok se profundizo aún más. No estaba de ánimo como para aguantar las tonterías de Jongdae. Eso, y el hecho de que la sonrisa del chico prácticamente lo estaba cegando no contribuía positivamente al estado de ánimo de Minseok.
“Lo siento, llegué un poco tarde.” El chico de cabello naranja dijo sin mucha sinceridad. Se asomó por detrás del menú que tenía en sus manos y miró al otro, a quien parecía no importarle.
“Está bien, estuve aquí desde las 11:30.” Jongdae dijo. “¿Qué pueden significar minutos extra?”
“¿Por qué viniste tan temprano?” Preguntó estupefacto.
“Me dijiste que no llegue tarde.” Jongdae respondió con simpleza, haciendo que el corazón de Minseok se alegrara ligeramente. Casi sintió pesar por el chico, pero instantáneamente descartó aquel sentimiento cuando sintió la intensa mirada de Jongdae. Minseok hizo un mohín, y una vez más el otro sonrió entretenido.
Después de unos minutos de silencio, ambos estuvieron mirando alrededor del café sin saber que decir. No fue sino hasta que Jongdae finalmente se aclaró la garganta ruidosamente, causando que Minseok se asustara.
“Entonces, Minseok,” Comenzó. “Háblame acerca de ti.”
Para entonces sus bebidas ya estaban servidas, Minseok tomó un sorbo de su café latte antes de responder. “No hay mucho que pueda decir.” Comenzó.
“Entonces,” Jongdae hizo una pausa y buscó una de las preguntas acumuladas en su cerebro, una pregunta decente para su pequeña cita. “¿Cuál es tu color favorito?”
“Azul, creo,” Minseok respondió suavemente. “Ahora, yo tengo una pregunta.” Dijo. Jongdae asintió para que continuara. “¿Por qué estás haciendo esto?”
“Paso.”
“No puedes pasar.” Minseok espetó furioso.
“Pregúntame algo simple.” Jongdae sonrió divertido, lo cual causó que el otro juntara sus cejas de la frustración. “Luego podemos pasar a las preguntas más profundas.”
“Bien, entonces ¿cuál es tu color favorito?”
“Hmm… Creo que azul también.” Jongdae respondió. “¿Por qué ordenaste un café latte caramel?”
“Porque es dulce y hace que me despierte.”
“¿Te gusta lo dulce? Eso es tierno.” Jongdae arrulló.
“Deja de llamarme lindo por cosas estúpidas.” Minseok gruñó, “Probablemente soy años mayor que tú, estás siendo irrespetuoso, pequeño idiota.”
“¿Seguro? Tengo 21.”
“Yo 24.”
“Pareces de 20.”
“¿En serio?”
“No, pareces de 12.”
Minseok gimió profundamente y siguió con las preguntas. “¿En qué trabajas?”
“No pudo decirlo.” Jongdae dijo después de un rato. Antes de que Minseok pudiera responder, el chico añadió, “Digamos que soy un científico.”
“Qué tipo de cient-”
“Hey! Me toca preguntar. Espera tu turno.” Jongdae interrumpió riéndose de la impaciencia del otro. “¿Qué tipo de películas te gustan?”
Minseok dudó un poco antes de decir calmadamente, “Todas en las que aparece Leonardo DiCaprio.”
Jongdae arqueó una ceja y Minseok se encogió de hombros. No había ningún problema con eso. Nunca había ningún problema con Leonardo DiCaprio.
“Entonces, ¿en qué tipo de ciencia te has especializado?” Minseok finalmente preguntó.
“Eso no es importante.” Jongdae respondió saboreando su café. “Casi no gano mucho que digamos.”
“Estás evitando mis preguntas.” El otro dijo bruscamente.
“Algún día te llevaré.” Jongdae sugirió inclinándose hacia el chico de cabello naranja, quien rápidamente se alejó.
“No gracias.”
“Como quieras.”
A medida que la hora avanzaba, siguieron con las vagas preguntas, algunas veces descartando algunas, discutiendo y haciendo algunas pausas para tomar de sus bebidas. Gradualmente fueron más y más allá en el pequeño juego de “preguntas y respuestas”. Era el turno de Jongdae para preguntar.
“¿Por qué estás tan tenso?” Preguntó con simpleza y mucha seriedad.
Sin embargo, esa pregunta tan “simple” sacó a Minseok de lugar. ¿Por qué estaba tenso? Él no era tímido con otros. Diablos, al contrario, siempre estaba tranquilo. El estómago de Minseok se revolvió cuando Jongdae aclaró su garganta suavemente, sacando al chico de sus pensamientos para obtener una respuesta.
“Bueno,” Empezó. Minseok pensó un poco más. Nervioso comenzó a dar pequeños golpes a su taza mientras se enfrentaba a la mirada curiosa y profunda del pelinegro. “Creo… que yo- tú- eres raro.”
Esas palabras se quedaron ahí, sonando a través de sus oídos durante un corto tiempo antes de que Jongdae alzara una ceja y riera calmadamente. Las mejillas de Minseok se pintaron de color rosa de la vergüenza y se escondió detrás de su taza.
“¿Q-que es tan gracioso?” Minseok balbuceó. El pobre chico había tratado de sonar agresivo pero el mundo estaba en su contra, dándole a Jongdae todas las de ganar.
“Eres el único que está actuando raro.” Jongdae rio mientras bebía su café.
“No soy raro!” Minseok espetó defensivamente. “Especialmente comparado contigo ¿Quién en este mundo invita a cualquier persona a comer? Eres muy sospechoso, sabes.”
“En primer lugar, quise conocerte.” Jongdae dijo en un tono alegre, tratando de calmar al furioso chico de cabello naranja frente a él. “Y en segundo lugar, pienso que eres una de las personas más lindas que he conocido.”
La mente de Minseok se quedó en blanco, estaba desconcertado. Sintió un torbellino de emociones que lo golpeaban directamente en el pecho. Sus orejas se volvieron calientes y se sintió mareado. Trató de responder al chico, quien lo miraba risueñamente, observando cuál sería su reacción, pero Minseok ni si quiera podía articular una palabra coherente. Desafortunadamente, estando en dicho estado de bloqueo mental, Minseok no se dio cuenta que estaba agarrando su taza con demasiada fuerza, cuando de repente esta se rompió en sus manos.
Minseok chilló fuertemente y Jongdae se levantó rápidamente de su silla.
“Mierda, Minseok ¿estás bien?” Jongdae preguntó preocupado. Rápidamente agarró ambas muñecas de Minseok, haciendo que sus palmas sean visibles para examinarlas de cerca. Sin embargo, el chico de cabello naranja, apretó los dientes y de un tirón se deshizo del agarre de Jongdae. Se sonrojó mucho más, cada segundo que pasaba se volvía un tono más rojo.
“Deja de decir esas cosas!” Minseok gritó con voz tensa debido a que su corazón había decidido alojarse en su garganta, golpeando en sus cuerdas vocales. Su mente estaba procesando lo sucedido y no podía responder de la manera en que él quería hacerlo. Su enojo crecía cada vez más. No sabía lo que estaba sintiendo y eso no le gustaba.
Para ese momento, todo el establecimiento estaba en silencio mirándolos confundidos. Un camarero había aparecido de alguna parte y ahora estaba limpiando todo el desastre.
“¿Está bien señor?” El camarero preguntó finalmente, rompiendo la tensión de la mirada baja de Minseok y la preocupación de Jongdae.
“Estoy bien-”
“Estás sangrando!” Jongdae exclamó, acercándose a Minseok.
El chico lo empujó rápidamente. “Dije que estoy bien.” Exclamó irritado.
Jongdae retrocedió y en sus labios se dibujó una delgada línea. Retiró sus brazos y apretó sus manos en puños. Sus cejas estaban levantadas de la preocupación pero su mirada reflejaba una expresión dolida.
El corazón de Minseok se redujo.
Después de unos momentos, Jongdae pagó por lo que habían consumido y se encaminó hacia la salida con Minseok tras de él, siguiéndolo.
Se sentía terrible. ¿Por qué estaba actuando así? Había sido cauteloso con Jongdae desde que lo había visto por primera vez aquella extraña madrugada en la que Minseok, prácticamente, lo había asaltado. Pero esto ya se estaba volviendo ridículo. Nunca había conocido a alguien que sea tan directo con él (aunque no podía quejarse, era un poco atractivo) lo cual estaba jugando con la mente y el corazón de Minseok. Había algo acerca de Jongdae que lo descolocaba, pero al mismo tiempo lo llenaba de curiosidad. ¿Quién era Jongdae y por qué estaba actuando así con Minseok? ¿Por qué deseaba tanto la atención de Minseok?
Una vez que ambos estuvieron fuera del café, Jongdae volteó a mirarlo. Su rostro estaba tenso e impredecible.
“¿Estás bien?” Preguntó.
Minseok asintió. Se sintió terrible y todo lo estaba sintiendo en su estómago. Jongdae no merecía ser tratado de esa manera. ¿Cuán estúpido habría sido para hacer que la usual y brillante sonrisa de Jongdae desapareciera así de repente? Había sido un gran estúpido. Mucho más estúpido que Jongdae aquella madrugada.
“Yo uh…” Minseok comenzó suavemente. Jongdae estaba tranquilo. “Lo siento.”
“Está bien-”
“Exageré… violentamente… creo.” Minseok lo interrumpió. “¿Puedo hacer algo para enmendarlo?” Continuó, eligiendo cuidadosa mente sus palabras.
Suavemente y poco a poco los ojos de Jongdae volvieron a brillar y su sonrisa volvió. “¿Cómo qué?”
“Umm.” Minseok pensó por un momento. “¿Suena bien un desayuno gratis?”
Jongdae rio y el chico de cabello naranja dejó salir un suspiro contenido.
“Creo que sí.”