Por alguna razón, el escenario hizo que Minseok recordara un drama cursi que había visto hace algún tiempo durante un aburrido verano. El chico (Jongdae) llevaba a la chica (Minseok, pero Minseok es totalmente masculino) a patinar. El chico le enseñaba a la chica cómo patinar en la pista; y aunque la chica era un desastre, el chico la guiaba por todos lados.
Ese escenario cliché era muy lindo y romántico, pero lo que estaba pasando ahora parecía una ridícula comedia.
Minseok se paró tranquilamente sobre sus patines mientras observaba a Jongdae tratando de apoyarse en la puerta de la pista de patinaje y terminar cayendo sobre sí mismo.
“Mierda.” Jongdae gruñó mientras terminaba en el suelo y sus patines se deslizaban debajo de él. El chico de cabello naranja resopló tratando de contener la risa. “Minseok, ayúdame.” Jongdae suplicó.
El nombrado sonrió divertido.
“Deja de ser tan sádico.” Jongdae casi lloró patéticamente. Trató de gatear pero la gravedad pudo más y termino cayendo de nuevo. Unas chicas con uniformes escolares pasaron patinando por su lado y rieron de la mala suerte del chico. Minseok inconscientemente rió junto con ellas.
En ese momento, el chico en el suelo habría comentado acerca de la linda sonrisa que tenía Minseok, sin embargo lo que necesitaba era su ayuda, y elogiarlo habría dado el resultado opuesto. Así que, en lugar de hacerlo, el pelinegro siguió gimoteando.
“Minseooooook.” Jongdae hizo un puchero.
“Queeeeee.” Minseok se burló.
“Ayúdame.” Jongdae demandó llegando a él.
“¿Qué me darás?” Minseok rió algo travieso.
El pobre chico sentado en el piso pensó por un momento antes de responder. “Te invitaré un helado.”
Minseok alzó una ceja. “¿Crees que tengo tres años?”
Jongdae gimió desesperado. “Un helado y un viaje seguro a casa.”
“Un helado y dinero para tomar el bus de regreso.”
Jongdae frunció el ceño. Había disfrutado la cercanía de Minseok aferrándose a él, pero por el bien de su estancia en la pista de patinaje, aceptó. “Bien.”
“¿Promesa?”
“Promesa.” Jongdae gruñó. “Ahora ayúdame a levantarme.”
Minseok rodo los ojos y cogió los brazos extendidos de Jongdae, jalándolo a una posición correcta. Jongdae intentó dar un paso pero termino resbalándose hacia adelante como un pequeño pájaro bebé aprendiendo a volar.
“Quédate quieto!” Minseok ordenó mientras estabilizaba a Jongdae. El chico chillo patéticamente y se agarró de los antebrazos del otro con fuerza. El chico de cabello naranja rió por el espectáculo que Jongdae estaba dando.
“Bien, comenzaré a moverme.” Minseok explicó. “Vas a quedarte parado tanto como sea posible, ¿está bien?”
“Bien.”
“No dobles las rodillas, tonto.” Minseok sonrió. “Ponte un poco en cuclillas.”
Jongdae lo hizo mientras el otro le instruía.
“No! No como si estuvieras sentándote en una estúpida silla.” Soltó una risita. “Mantén tus piernas separadas.”
Jongdae se posiciono torpemente y después de unos minutos de resbalones, estuvo finalmente listo. El chico no había soltado a Minseok desde que este le había ayudado a levantarse y era más que probable que producto a su agarre le estaba causando moretones al mayor, pero afortunadamente Minseok estaba tan entretenido con el escenario como para notarlo.
“¿Estás listo?” Minseok preguntó.
“Eso creo.”
“Bien, aquí vamos!”
Comenzó a moverse hacia atrás, arrastrando al otro hacia adelante. Afortunadamente, no había mucha gente en la pista ya que todos habían ido a cenar, pero eso no quería decir que Jongdae no debía ser cuidadoso y empujar a cualquiera.
Durante los primeros momentos de las lecciones de skate, el pobre chico casi cae al suelo en repetidas ocasiones pero se las arregló para no caer.
Sin embargo, al final de todo Jongdae logró tropezarse y caer terriblemente mientras su oh-no-tan-cuidadoso instructor tiró de su mano antes de ser arrastrado también.
“Ow.” Jongdae siseó sobándose la parte baja. Minseok soltó una pequeña risa escondiéndola tras una de sus manos.
“Eres realmente pésimo.” El chico de cabello naranja dijo con naturalidad.
“Gracias.” Jongdae dijo con sarcasmo. “¿No puedes darme algo de apoyo?”
Minseok pensó por un momento antes de responder. “Creo que algún día podrás lograrlo.”
Jongdae quedó un poco perplejo. Él estaba esperando que el otro le dijera algo sarcástico, sin embargo lo que acababa de escuchar era algo parecido a la mitad de un cumplido. Esto era un gran logro para el pelinegro, especialmente el hecho de haber visto reír a Minseok de sus múltiples fracasos.
Luego de ello, Jongdae se encontraba sobre sus pies aferrándose a su instructor para salvar su vida.
“Pon tus pies hacia los lados y empújate.” Minseok instruyó mirando sus pies.
Jongdae miró hacia abajo, sus cabezas estaban ligeramente cerca y eso hizo que sintiera un pequeño hormigueo en el cuello. Trató de hacer lo mismo que Minseok.
Después de muchos intentos y caídas una y otra vez, Jongdae pudo deslizarse con éxito por sus propios medios, aunque solo fueron treinta segundos, había sido un gran avance.
“Whoop!” Jongdae dijo animado mientras patinaba hacia la salida de la pista. “Me siento como un hombre realizado, aunque creo que necesito un descanso.”
“Como quieras.” Minseok se encogió de hombros. “¿Ahora quién es el viejo?” Le recordó mientras patinaba hacia otro lado.
Jongdae rodo los ojos divertido y encontró un lugar en la pista para sentarse y mirar al otro mientras patinaba sin hacer mucho esfuerzo. El hecho de verlo patinar parecía ser algo simple, pero Jongdae lo encontró absolutamente majestuoso.
El pelinegro observaba con adoración cuan calmo y sereno se veía Minseok mientras patinaba en la pista. Escogió algunos rasgos del rostro del chico y en silencio admiró cada uno de ellos. Amaba la forma en que las mullidas mejillas de Minseok se sonrojaban en diferentes tonos. Amaba la curva de su nariz y esos suaves parpados que ocultaban sus oscuros y brillantes ojos, los cuales reflejaban cada emoción. El corazón de Jongdae comenzó a latir más rápido mientras le observaba.
Minseok había sentido en él la mirada del menor. Fue entonces que su expresión cambió de estar tranquilo a nervioso mientras trataba de huir de la mirada de Jongdae. Aceleró y dio algunas vueltas más alrededor de la pista hasta finalmente parar en frente del otro.
“¿Estás listo para intentarlo de nuevo?” Minseok pregunto mientras Jongdae volvía a pararse y entrar a la pista.
“Sí.” El chico sonrió con determinación. “¿Me extrañaste?”
“Casi nada.”
“Me siento halagado.”
Jongdae patinó un poco hacia adelante, cayendo en los brazos del más bajo y aferrándose a sus brazos.
“Rodillas separadas.” Minseok le recordó.
“Bien.”
“Empezaremos despacio.”
“¿No lo hicimos así antes?”
“Bueno, gracias a ti…”
“Ouch.” Jongdae se hizo el ofendido y Minseok rodo los ojos.
Sorprendentemente, durante los primeros minutos lo hizo realmente bien. Hasta ahora Jongdae no se había tropezado y se estaba deslizando a una velocidad moderada. Minseok estaba impresionado.
“Hey.” El chico de cabello naranja sonrió. “Lo estás haciendo muy bien”
“Es porque tengo un buen instructor.” Jongdae sonrió coqueto.
“No seas ridículo.” Minseok dijo. Jongdae rió.
Patinaron en silencio por unos momentos antes de que el pelinegro exclamara, “Creo que puedo hacerlo solo.”
“¿Estás seguro?” Minseok pregunto con cautela mientras aflojaba el agarre de Jongdae en sus brazos.
“Por su puesto.”
Con cuidado, Minseok dio un paso alejándose del otro, quien estaba parado por sí mismo, y observaba que se deslizaba hacia adelante.
“HEY!” Jongdae gritó victorioso. “Lo hice!”
Minseok rió. “Finalmente! Continua!”
El chico de cabello naranja patinó con cuidado junto al otro mientras este trataba torpemente de mantener un ritmo constante. Las cosas estaba yendo bien durante los primeros minutos, no fue sino hasta que Jongdae doblo una de sus rodillas repentinamente.
El pelinegro dio un grito mientras trataba de estabilizarse. Como primer instinto, agarró a Minseok desesperadamente, quien no estaba preparado para coger al menor.
“JONGDAE-“ Minseok chilló mientras el otro caía hacia atrás, arrastrándolo hacia abajo también.
Ambos cayeron enredando sus piernas en el proceso y aterrizando con fuerza en el suelo. Minseok, sin embargo, cayó encima de Jongdae, aunque eso no significaba que no sentía ningún tipo de dolor.
“Urgh.” Minseok gimió alejándose del otro.
Jongdae se sentó y frotó la parte posterior de su cabeza una vez que Minseok había rodado aturdido fuera de él.
“¿Estas bien?” Minseok preguntó llevando una de sus manos a su mejilla. Por alguna razón le dolía.
“Si, tengo un cráneo muy fuerte.” Jongdae gruñó. “¿Tú estás bien?”
“Creo que sí. Yo-“
“Mierda, estás sangrando.” Jongdae exclamó, empujando la mano de Minseok de su mejilla. El chico de cabello naranja siseo cuando el aire frio golpeo la herida.
“Un estúpido me clavo su mandíbula de acero.” Minseok frunció el ceño, tocando delicadamente el corte. Jongdae pasó una mano a lo largo de su mandíbula. “¿De qué está hecha, eh?” Minseok preguntó histéricamente.
Jongdae se encogió de hombros. “Mi mandíbula es normal.”
“Si claro, idiota.” Minseok gruñó. “¿Por qué termino sangrando siempre que salimos?”
Jongdae se quitó los patines y suspiró. “No lo sé pero lo único que podemos hacer ahora es atender esa herida.”
Minseok se paró junto a Jongdae y caminaron fuera de la pista.
“Puedes tener tu helado ahora, digo, si lo deseas.” Jongdae ofreció al chico a su lado, el cual lloriqueaba cual niño.