2. Encuentros, trampas y posibles traiciones
(Pov Sawamura Eijun)
Chris-san nos informo sobre una reunión con un colega en un restaurante de lujo a las afueras de la ciudad. Eso significaba, que tendría que usar traje, odiaba los trajes, la corbata y el cuello de la camisa eran muy incómodos, pero no había de otra, a esa gente les encantaba esos restaurantes lujosos que desprendían oro por todos lados.
Y solo por ser personas muy importantes, al nivel social, las cosas debían seguirse al pie de la letra, según Haruichi. En la gigante limusina en la que estaba viajando, detalles para crear una fachada, me aburría leyendo los datos de aquellas personas con las que me reuniría en unos minutos, eran hojas y hojas, de toda la vida de esas personas.
En resumen, era una familia de muy buena situación económica que tenían una pequeña niña de apenas seis años, que necesitaba un trasplante de medula lo antes posible, el informe dice, que intentaron curarla por el método legal, pero que las listas de espera eran muy amplias, por lo que, decidieron contactar con nosotros, aun no sabemos como lo hicieron, para poder deshacerse de la enfermedad de su hija cuanto antes, mediante un negocio muy normal para nosotros, tráfico de órganos, unos de nuestros variados e importantes negocios.
Mientras leía, el vehículo en el que me encontraba, freno de golpe, estrellándome levemente con la pared que dividía el sector del conductor con las de los acompañantes. Pude sentir uno, dos, tres disparos seguidos, estos rebotaron contra el vidrio, pues este estaba blindado, simples precauciones.
Descubrí a mi fiel amiga, una calibre 45, y salí del auto despacio y con cautela, siguiendo los consejos de Chris-san, pues según él, yo siempre actuaba imprudentemente, cosa que según yo jamás hacía. Descubrí al tipo que probablemente había disparado al auto, estaba frente a la carretera esperando alguna señal para atacar disparar nuevamente, en un momento de concentración, apunté mi arma hacía él, apretando el gatillo disparando un tiro errado. Maldije en voz baja a mi suerte, ahora aquel hombre estaba alertado sobre mi presencia, no quería enfrentarme a él, más bien si quería pero no tenía tiempo.
Si no me reunía con esas personas en el restaurante Chris-san jamás me lo perdonaría, y eso era lo último que quería, después de todo él era como el hermano mayor que nunca tuve. Así que por ahora me resignaría a escapar, pero no contaba con que el tipo me encontraría a mitad de escape, no señor, no me lo esperaba.
De cerca, se notaba que no tenía más de 26 años, sus cabellos de color castaños y una sonrisa burlona en su rostro, para completar la vista apuntaba su arma a mi cabeza. Una vista completamente desafiante y emocionante. Sin darle oportunidad para siquiera pestañear, apunte mi arma hacía él, ni se inmuto ante el gesto, ni tampoco yo lo hice cuando parecía hundir el gatillo casi hasta el límite.
— No esperaba encontrarnos tan pronto — Dijo aquel que según tenía entendido, respondía al nombre de Miyuki Kazuya líder de la mafia este, aún sin bajar el arma.
—Ni yo — Respondí simplemente — Aunque aun no entiendo el porqué de interponerse en mi camino — Pude ver como su sonrisa se ensanchaba mientras también la mía lo hacía, seguramente habría buenos motivos para que él trate de destruir el auto, pero aun no podía darme el lujo de investigar a fondo, la prioridad era llegar a la reunión.
— Es una pena que no podas conversar más tiempo, pero tengo cosas que hacer — Declaré levantándome lentamente sin dejar de apuntarlo, enserio era una pena no poder enfrentarme a él, se veía que tenía grandes habilidades.
— ¿Qué te hace pensar que dejare que te vayas? Tengo asuntos con tu jefe — Dijo con una pequeña risa, este tipo me estaba subestimando.
Era hora de sacar la sorpresa, dispare errando a propósito, solo quería que se ponga alerta, a causa del disparo dejo de apuntarme por un segundo, el cual aproveche para correr y activar la “sorpresa” una enorme sonrisa se escapo de mi rostro, simplemente siempre había querido activar esa trampa, pero jamás había tenido la oportunidad.
Apreté mi cinturón, que era el detonante de la bomba, esa trampa era originalmente para cuando estén rodeados de policías, simples precauciones, pero…. esta parecía una buena ocasión para hacerle uso. Volví a reír alegremente !Siempre quise usarlo!
A unos metros ya alcanzados por mí, se escucho una gran explosión proveniente de la limusina en la que viajaba. Esa era la sorpresa, si Miyuki Kazuya había sobrevivido a eso, era porque enserio tenía buenas habilidades, tal vez no sea tan malo preguntarle a Chris-san si podemos tener más negocios con ese grupo.
Luego de ese percance, por fin llegue al restaurante, probablemente esas personas ya me odiaban sin conocerme, pues estaba llegando casi una hora y media tarde. Al entrar los vi, como me esperaba tenían una fachada lujosa y elegante, nada que ver con como yo me encontraba ahora, con polvo en todos lados y desalineada vestimenta.
A la media hora, me estaba retirando de ese lugar con un cheque de dos millones de dólares en las manos, lo hice todo tal cual Chris-san me había enseñado, y así salió perfecto, simplemente maravilloso, sonreí abiertamente ahora tenía la tarde libre, o esa pensaba hasta que mi celular sonó.
— ¡Chris-san! –Atendí alegremente
—Es urgente ven de inmediato— Al decir esas palabras, cortó inmediatamente la llamada. Y yo que pensaba que tendría la tarde libre, suspiré, siempre era así en los últimos meses. Tal cual el jefe lo había ordenado, en 15 minutos me encontraba allí con mis hermanos del alma, Furuya y Haruichi, todos estaban en un ambiente incómodo y serio.
—Ya que todos estamos aquí— Dijo cosa que no era cierta, aún faltaba Raichi y Kanemaru, pero supongo que tendrá sus razones para no llamarlos. — Les diré el motivo de este repentino llamado, la verdad es que, los grupos del este formaron una gran alianza entre todos ellos y planean atacarnos — Eso me había sorprendido, nosotros teníamos una paz establecida desde hace mucho con ellos — No sé el motivo de esto, tratare de averiguarlo, pero de mientras tendremos que formar alianzas nosotros también—
Eso era peligroso, los grupos del norte, nuestros vecinos prácticamente, no nos recibían muy bien que digamos, siempre nos habían tenido odio, ellos sienten eso porque le robamos uno de sus negocios y clientes más importantes. Y los grupos del oeste, aún sin ningún odio entre nosotros, costarían bastante de convencer, ya que muchos de ellos eran mensajeros de los del este.
—El plan es que al conseguir aliados, uno de nosotros se infiltre entre ellos y los destruyamos desde dentro, pero como no sabemos si esto funcionara, necesito que ustedes mejoren todo lo que puedan sus habilidades de batalla — Todos asentimos, eso fue una orden inquebrantable, que ninguno se atrevería a romper.
(Pov General)
Al terminar de hablar, todos se dispersaron para preparar sus cosas para viajar al norte, donde no la tendrían nada fácil para conseguir su objetivo. Pero nadie, pensaba que cierta persona, que formaba parte de su grupo o más bien fingía hacerlo, echaría todo su plan a perder contándole al enemigo sus planes.