Capítulo 7
Cuando algo importa…
-Lamento lo de hace un momento- fue lo primero que dijo Sebastián al entrar a su oficina en donde Hannah y Alois esperaban- Y bien ¿A que debo el honor de su visita señorita Anafelloz?- pregunto tratando de ser amable con su socia más importante
-¿Señorita?- dijo Alois mirando burlonamente a Hannah que lo pateo de manera fuerte, cosa que Sebastián no vio ya que los pies de ambos estaban fuera de su vista - Viene a firmar los papeles de los que hablamos la otra vez
-Por supuesto- Sebastián empezó a buscar los papeles
-¿Es soltero señor Michaelis?- pregunto Hannah sonriendo coquetamente, Sebastián forzó una sonrisa
-Si lo soy- respondió, Alois lo miro con interés sonriendo de manera algo maliciosa
-Su hijo es hermoso, si me permite decírselo- dijo Alois observando atentamente la reacción de Sebastián, que quedo por unos segundos paralizado por el comentario luego continuo buscando los papeles- ¿No le molestaría ser mi suegro?- Sebastián quedo como un tempano de hielo ante tal insinuación
-¡Alois! Discúlpelo señor Michaelis es un joven con gustos…- Hannah empezó a buscar palabras para describir los raros gustos de su hijo
-peculiares- completo Alois mirando con cierta burla a Sebastián- ¿Ya encontró los papeles?- pregunto Alois sin borrar su sonrisa
-Sepan disculparme, olvide los papeles en casa- tomo su saco- iré rápido, no será mucha molestia que esperen…
-¡Pero tengo mi manicura a las 4!- exclamo Hannah mirando con horro el reloj- Tengo una mejor idea, llévese a mi Alois con usted, dele los papeles y yo los firmare con más calma en mi Penh House, mañana temprano Alois se los traerá- Sebastián no podía negar que era una buena idea, acepto llevarse a Alois
-Tomaremos un taxi ¿No te molesta?- pregunto al salir del edificio siendo seguido por Alois
-En lo absoluto, suegro- Cada vez que el rubio lo llamaba así sentía unas enormes ganas de darle un buen puñetazo para que cerrarla la boca
-Joven Alois, le ruego que no me llame así- detuvo un taxi, ambos subieron. Le indico al chofer a donde tenía que llevarlos, este encendió el taxímetro y arranco
-¿Por qué? ¿Es homofóbico señor Michaelis?- ¿Homofóbico? ¿El? Claro que no, era tan liberal que se había acostado con su hijo
-No- respondió mirando por la ventana deseando llegar pronto a la mansión para librarse de ese rubio
-¿Entonces puedo salir con su hijo?- Sebastián empezó a contar del uno al diez, pretendiendo llegar al diez sin golpear a Alois que miraba con burla el enojo de Sebastián, solo le afirmaba algo que estaba sospechando
-Ciel no…- ¿No qué? Su hijo se sentía atraído hacia él, un hombre, así que era posible que Alois también le gustara porque era un hombre. Se mordió los labios sin saber que decir, si lo pensaba bien el rubio le estaba brindando, sin saberlo, la solución a sus problemas. Pero la idea de que Ciel estuviera enamorado de alguien más le molestaba en sobremanera- ¿Estos son celos?- pensó alterado- No son celos, solo es instinto paternal, el instinto de protegerlo- se trató de convencer aunque claro que no lo logro- Ahora celo a mi hijo ¿Qué sigue? Lo invitare a cenar para después acostarme con él para que sea mío…- se imaginó la escena- ¡No! Cálmate Sebastián, solo estas estresado, solo eso…- Alois miraba con cierta intriga las reacciones de Sebastián, lucia algo alterado
-¿Señor Michaelis?- llamo
-¿Qué?- Sebastián salió de sus pensamientos mirando a Alois que rompió a reír, una risa muy ruidosa para su gusto
-¿Entonces me da permiso?- Sebastián recordó de que estaban hablando
-No claro que no, eres demasiado mayor para Ciel- Alois frunció el ceño
-¿Cuántos años tiene?- pregunto, Sebastián tenía unas enormes ganas de bajarse del taxi, pero no lo haría porque eso sería algo muy inmaduro de su parte
-Tiene 15- respondió mirando a Alois que lucía algo pensativo
-Pero parece de 12- mascullo al recordar la altura de Ciel- Bueno no es tanta la diferencia solo tres años, le prometo que seré todo un caballero con el…
-Joven Alois no es no, así que no insista mas- Alois sonrió de manera arrogante
-No es no…- Sebastián miro con recelo la expresión de Alois- Señor Michaelis usted es un padre muy posesivo… ¿O quiere demasiado a su único hijo o…?
-¿O qué?- Sebastián ya se estaba hartando de la plática que iba hacia cierto tema que no quería tocar
-¿O está enamorado de su hijo?- el taxista freno de repente para mirar a Sebastián que lo fulmino con la mirada
-¿Se te perdió algo?- el taxista negó volviendo a poner en marcha el taxi- Joven Alois deje de hacer suposiciones, no amo a mi hijo, es solo una molestia de la cual me tengo que hacer cargo…
-Si es una molestia ¿Por qué no se deshace de él?- pregunto Alois
-Tuche- pensó Sebastián, ahí estaba el meollo del asunto, si Ciel era un problema porque no simplemente de deshacía de él, quizá porque muy, pero muy, en el fondo quería a Ciel
-Llegamos- dijo el taxista deteniendo el taxímetro, Sebastián le pago de más, algo extra que le aseguraría que el taxista se quedaría callado
-¿Esta es su casa?- señalo Alois a la mansión, Sebastián asintió, Alois trato de ocultar su asombro pero no pudo. Sebastián lo guio por un amplio y hermoso jardín que llevaba a la puerta principal de la mansión, al entrar se quedó boquiabierto por lo hermoso que era el recibidor
-Espere aquí- Sebastián subió las escaleras perdiéndose casi de inmediato de la vista de Alois
Alois camino hacia la puerta principal para ver de nuevo el hermoso jardín, lleno de flores de todo tipo. Sus ojos se clavaron en la figura de alguien que trataba de arrancar una rosa blanca. Se acercó hasta esa persona para ayudarla
-Gracias- respondió Ciel tomando la rosa que Alois le había arrancado- Tu eres… ¿Qué haces aquí?- pregunto tratando de ocultar su molestia- ¿Tu madre también está aquí?- se alarmo al pensar eso
-¿Así que sabes quién soy?- Ciel asintió algo sonrojado- De todas maneras me presentare, Alois Trancy
-Ciel Michaelis… ¿Trancy?- Ciel estaba desconcertado por ese apellido, hasta donde sabia su madre se llamaba Hannah Anafelloz
-Es el apellido de mi padre, fue algo así como un trato que hicieron mis padres, mi padre me daba solamente su apellido y mi madre se dedicaba a criarme- respondió Alois analizando con la mirada a Ciel que era más hermoso de cerca- Vine solo por cuestiones de trabajo
-Ya veo- Ciel se sentó en el césped, Alois lo imito
-¿Por qué querías la rosa? ¿Se la vas a regalar a alguien?-pregunto Alois con cierta curiosidad mirando la delicada rosa que Ciel admiraba con cierta tristeza
-No, es solo que me gusta mucho esta rosa…- respondió Ciel, su mirada se clavó en Alois que lo miraba con intensidad- Tus ojos son realmente azules- dijo atrapado en ese hermoso celeste
-Yo debería decir lo mismo- se acercó a Ciel que instintivamente retrocedió
-Joven Alois aquí están…- Sebastián miro con molestia el vacío recibidor- ¿A dónde se pudo ir ese mocoso?- dijo molesto, al ver la puerta abierta supuso que estaría en el jardín, se asomó para ver encontrándose con Alois casi pegado a Ciel, en el césped. Una escena que rozaba a lo romántico, se enfureció- ¡Joven Trancy!- los jóvenes miraron a Sebastián, Alois de mala gana se levantó para ir con Sebastián, Ciel solo miraba desde lejos con el ceño fruncido- Aquí están los papeles, puede irse- le estaba casi ordenando que se fuera de su casa
-Mañana se los traeré aquí mismo- dijo Alois- Estere encantado de volver
-No es necesario, déjalos en la empresa, me ahorrarías trabajo- Sebastián quería a ese rubio lo más lejos posible de Ciel
-No soy buena persona así que se los traeré aquí…- camino hasta Ciel- Me tengo que ir
-Claro, gracias por cortarme la rosa- Ciel se levantó para despedirse formalmente del rubio, después de todo la única persona que odiaba era esa peliblanca que quería acostarse con su padre. Alois le toma la mano par apegarlo a su cuerpo, mirando de reojo a Sebastián le planto un beso a Ciel a escasos centímetros de sus labios
-¡¿Pero qué…?!- empujo a Alois para limpiar el lugar que el rubio había dejado
-Nos veremos Ciel, adiós suegro- Sebastián estaba furioso, ese rubio se había atrevido a besar a Ciel, a Su Ciel…
¿Su Ciel?...
-Cuando algo importa de verdad es normal sentir celos… Sebastián- esas palabras dichas por Tanaka resonaban en su mente. ¿El sentía celos? ¿Estaba celoso de que alguien quisiera acercarse a Ciel? Imposible porque cuando uno siente celos significa…
Significa que hay amor…