No confíes en tu corazón cuando esta lastimado, ni en tu cerebro cuando esta confundido.
- ¿Te das cuenta de lo estás diciendo?- pregunto alarmado el castaño que aun descansaba en la cama.
- Solo hazlo, enamóralo, diviértete, parte su corazón en pedazos y obtendrás tu venganza. – dijo sin importarle – Aunque si lo pienso bien…. – toco sus cabellos- a el ya le gustas, esto será más fácil….
¿Cómo era posible? ¿En serio había escuchado aquellas palabras salir de la boca de su amigo? Enamorar a Akihiko… tenía que ser una broma, no es que no podría serlo, es solo que no quería hacerlo. Conquistar a Usami solo por venganza, era algo tentador pero cruel, demasiado cruel y era un juego peligroso. Además él ya le había demostrado afecto… o quizás todo había sido una mala broma, no, no era posible.
Era lunes, y eso significaba escuela pero también significaba ver a Misaki y aclarar algunas cosas. El peliplata pasó sus dedos por su labio, cerró los ojos y recordó aquel beso, húmedo pero cálido, anhelaba volver a sentirlo cerca de él y quizás tocar un poco más. Reacciono y decidió vestirse, hoy sería un estupendo día.
El castaño caminaba por el pasillo, parecía algo absorto de la realidad, pero lo que menos quería ahora era cruzarse con cierta personita. Cuidadoso trato de escabullirse para ingresar a su aula. Lamentablemente su esfuerzo se vino abajo al ver a Usami en frente él. No podía mirarlo sin dejar de pensar en lo que le había dicho su amigo, se puso nervioso y agacho más la mirada.
- Misaki – su voz se escuchaba suave- Te estuve buscando.- avanzo un paso hacia donde estaba el pequeño castaño que no dejaba mostrar su rostro.
Misaki no respondió nada ¿qué debería decir? Su mente estaba en blanco y no había notado lo sonrojado que estaba. Respiro profundo y levanto su cabeza
Para mirarlo.- ¿Qué quieres?-le pregunto con frialdad.
- ¿Estás enojado? – aquel comportamiento lo extraño de sobremanera, ¿es que no se acordaba lo que había sucedido ayer? Aquella pregunta que había hecho fue ignorada en su totalidad, decidido y tal vez un tanto irritado se atrevió a preguntar-¿Recuerdas lo que ocurrió ayer?
El mismo perfume de aquella vez volvió a inundar sus fosas nasales y se tomó unos segundos para responder esa pregunta- No ¿debería? – esto era demasiado, ¿Por qué estaba actuando de esa manera?
- Tu actitud no me extraña – mintió- me pregunto si debería recordarte tus acciones.- Se burló.
- No sé de qué hablas- trato de eludirlo pero no pudo ya que este lo apego contra la pared apretando sus muñecas.
- Oh vamos Misaki, sabes muy bien de lo que hablo, tomar una bebida con algún afrodisiaco y luego besarme con desesperación – se estaba exasperando – aunque debo resaltar que besabas bien… muy bien para ser alguien como tú.
- ¡Suéltame!- No podía ser cierto, simplemente no lo podía creer, sus mejillas se tornaron más rojas pero trato de calmarse.
Los alumnos comenzaron a prestarles atención, creían que se trataba de una pelea, y algunos se quedaron viéndoles solo por simple curiosidad.
Usagi se dio cuenta, y soltó a Misaki – Hablaremos después.- dijo para luego irse con una sonrisa en su rostro.
Ahora estaba más desconcertado, el hecho de no recordar nada lo tenía irritado ¿sería verdad? ¿Había besado a Usami? Y sus esfuerzos por rescatar aquellas memorias no estaban funcionando, la impotencia lo lleno por dentro ¿Por qué Takumi no le había dicho nada? Unas lágrimas se escaparon de sus ojos, mientras trataba de convencerse que todo era nada más que mentiras. El lugar que había escogido para desahogar sus emociones era perfecto, un árbol con flores amarillas, a nadie se le ocurriría pasar por allí o al menos eso creía. Se puso a pensar... ¿Qué era exactamente lo que sentía por Akihiko Usami? ¿Amor? No, ¿odio? Quizás, ¿pero cómo no odiar a alguien que te causo muchos problemas? Por otro lado…. ¿por qué se ponía nervioso cada vez que lo veía? Bueno tal vez le gustaba un poco, y es que es lindo pero su personalidad no…. Cada segundo que pasaba el castaño se sumergía más en sus pensamientos.
- ¿Qué haces aquí? –
Esa voz… ya la había escuchado antes….
- ¿Oye, me escuchas?
Alzo su mirada para ver quien estaba ahí…trato de recordar su nombre pero en estos momentos le era imposible, aquella joven altanera y creída estaba ahí, en frente de él, traía una cámara colgando de su pálido cuello. -¿Natsuki?
- Se supone que debo recordar tu nombre….-dijo rodando los ojos- Solo sé que eres el chico que no me agrada.- sus palabras habían sido duras, pero Misaki la ignoro.
- No espero agradarte – Sentía una sensación extraña que recorría su ser, quizás porque ella estuvo con Akihiko… No, tenía que dejar todo eso de lado e irse, pero algo lo impedía.
- ¿Debo sentirme obligada a preguntar por qué estuviste llorando? – dijo sarcástica ¿Llorar? ella lo había hecho toda la maldita noche desde que acabo su fiesta y aun así se atrevió a venir a la escuela, por lo menos debería tener algo de consideración, pues sabía bien aquel sentimiento amargo.
- Eres una persona desprecia….
- Perdón – dijo agachando su rostro – pero es que no puedo soportar que hayas besado aquella vez a Usagi-san …
Misaki recordó lo que había mencionado la joven y eso era cierto, sintió la vergüenza invadir su cara y trato de irse, pero esta vez observo a Natsuki, estaba de cuclillas ocultando su rostro con sus manos…. Al parecer más de uno necesitaban un abrazo. Se acercó con sigilo hacia ella y esta no lo soporto más y se aferró a él derramando lágrimas.
- ¿Por qué él te quiere a ti? – enojo y llanto, expresados a la persona incorrecta.
¿En qué momento la atmosfera se tornó así? Y más importante ¿ella había dicho que Akihiko lo quería a el? ¿De dónde había sacado esa información? ¿Qué podía hacer? Esta chica no dejaba de llorar.
- Lo lamento… pero no puedo consolarte, eso no me corresponde – dijo con franqueza.
Ella se vio confundida al inicio para luego darse cuenta que se había humillado sola, o al menos así lo llamaría. – Perdón por todo- sus mejillas estaban más que rojas no pudo más y huyo del lugar.
Era tarde, el viento acariciaba su mejilla y después de haber visto llorar a una chica popular con indiferencia se marchó del lugar.
Al fin volvería a casa, se pondría a hacer tareas y quizás tomaría un baño caliente para despejar su mente. Era una lástima que Takumi no haya venido a la escuela, si no le hubiera reclamado, pero quizás él no sabía nada de lo ocurrido, no quería caminar hasta la estación pero tendría que hacerlo.
Llego a su casa abrió su puerta y se dio con la sorpresa que las luces estaban prendidas, sentía que había olvidado algo pero ¿Qué? El aroma suave de la colonia de su mamá lo hizo reaccionar. ¿Cómo diablos había olvidado que su mamá había llegado fin de semana? Para ser exactos, el domingo Oh si, estuvo en una fiesta. El miedo recorría sus venas. Sabía que en cualquier momento su mamá aparecería y le gritaría, se llevaría un buen castigo.
- ¿Misaki?- dijo extrañada su madre al verlo en la sala como si fuese una
Estatua. –Hijo…-corrió a abrazarlo, mientras desprendía unas lágrimas de aquellos ojos - ¿Dónde estabas? Su tono de voz cambio.
- En… la escuela…- dijo con miedo, pero el cálido abrazo maternal le hizo pensar que su mamá estaba más preocupada que enojada.
- Te extrañe tanto… estas castigado dos meses sin salidas- dijo un poco seria.- Casi llamo a la policía.
- Pero estoy bien, no te preocupes.- estaba apenado, se había olvidado por completo de su mamá y ahora estaba castigado, se lo merecía era un pésimo hijo.
- Tu papá no sabe de esto, pero quiero que te portes bien, de todos tenemos que hablar.
El teléfono comenzó a sonar quebrando por completo el ambiente y su mamá presurosa contesto.
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Solo quería ponerlo en ridículo pero no había funcionado, lo único que había conseguido era que Akihiko se acercara más a él para robarle un beso….
Sus cuerpos estaban tan cerca que producían calor. ¿Cómo había llegado a esto?
Flash back
La campana de salida había sonado y anunciaba a todos que era hora de irse, el castaño un poco somnoliento decidió esperar a Takumi, cuando lo vio este le regalo una sonrisa. Deseaba preguntarle acerca de lo ocurrido el domingo pero no tenía el valor para hacerlo sentía miedo de que fuese cierto.
- ¿Y cómo vas con el plan? – pregunto entusiasmado.
- No acepte hacerlo… pero parece divertido – Había dicho algo sin pensarlo, probablemente en su interior deseaba vengarse aun sabiendo que estaba mal.
- Entonces…. ¿lo harás?
- Si…- dijo en una voz apenas audible mientras asentía con su cabeza.
La figura de Akihiko apareció en la puerta y Takumi sonrió con maldad para luego tocarle con el codo a Misaki.
- Nos vemos Misaki…- dijo sin mirarlo.
- Supongo que quieres hablar conmigo.- dijo fingiendo valor ya que lo único que sentía en este momento era inquietud.
- Veo que eres adivino …
Misaki suspiro y se puso en frente de él. - ¿Que tienes que decirme?
- No creo que este sea el lugar adecuado para hablar….
- Bien y ¿a dónde quieres ir? – Se estaba forzando, pero valdría pena.
- Sabes a veces pienso que cambias de humor fácilmente, o me dirás que recordaste todo…
- Si dirás tonterías me marcho- Su paciencia se agotaba, pero tampoco le disgustaba estar a su lado ¡NO! Tenía que olvidarse de su pequeño gusto por él y seguir con el plan.
- Eres alguien difícil… - apretó sus labios, hubiera preferido estar en lugar más íntimo, pero no había opción, era aquí y ahora. - ¿Quieres salir conmigo?
La pregunta que había estado esperando para iniciar el plan llego a sus oídos, ¿Cómo debería actuar ahora? ¿Cómo respondería? ¿Fingiría indiferencia y haría que le ruegue? No, aunque lo deseara. - ¿Por qué?- le pregunto con las mejillas teñidas algo carmesí.
- Me gustas… - dijo serio.
Sus ojos verdes expresaban asombro y notaban la sinceridad de aquellas palabras pero le era difícil responder con un sí, lamentablemente tenía que hacerlo, y luego lucharía con sus confusas emociones y sentimientos. – ¿Debo de creerte?
Fin del flash back
- Si- se acercó a él, como si le fuera a dar un dulce beso, Misaki cerró sus ojos al ver los labios de Akihiko muy cerca de él. – Veo que también te gusto…- dijo mientras se alejaba de el con una sonrisa triunfadora.- Me sorprende que no hayas dado cuenta que solo te haya probado para comprobar el deseo que sientes por mí, no tienes salida, acepta salir conmigo.
- ¿Es una orden? – dijo mirándolo con un poco de enojo por lo que había hecho, al final él termino en siendo ridiculizado.-Veo que no tengo otra opción …
- Bueno, ¿prefieres que te acose hasta que digas que si?
- No, gracias.
Estaba más que claro esta relación había empezado de manera extraña.
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Era un sábado tranquilo, no había dormido toda lo noche pensando en sus sofocantes sentimientos… pero había llegado a una clara conclusión:
- Akihiko le ponía nervioso porque le gustaba pero solo un poquito.
- No debió haber aceptado ser el novio de Akihiko.
Era peor que jugar con fuego y tenía que tener cuidado o podría enamorarse de él.
- Tendría que fingir cariño para que no sospechara.
Ahora se encontraba realizando tareas cuando su mamá pareció en la puerta con la persona menos esperada.
- Misaki, tu amigo me dijo que tenían que hacer tareas…. – dijo sin dejar de ver al peliplata.
- ¿Tareas?- miro extrañado a Akihiko- Ah, si… ya lo recordé…
Su mamá se retiró sin antes avisar que saldría a comprar algunas cosas para la cena.
- Vaya de verdad estás castigado...
- Te lo dije…pero no sé qué haces aquí. Pensé que tenías cosas mucho más importantes que hacer.
- El ver a mi novio es algo muy importante.
Misaki se sonrojo y se tensó.- Me dejas sin palabras.
- Si las personas supieran que es muy fácil hacerte sonrojar no te dejarían tranquilo ni un segundo- se burló.
Misaki se había propuesto no disfrutar ninguno que aquellos excitantes besos que le daba Usami.
- A veces eres poco agradable….- dijo mientras le daba la espalda.
Su mano fue sujetada por el mayor haciéndole voltear a verle.- Tu sinceridad es una de las cosas que más me atrae de ti.- la voz era un murmullo sensual. Encontró sus labios y se tomó el tiempo necesario para besarlo, primero con delicadeza y luego con brusquedad como si de urgencia se tratara.
Este era el punto débil de su propuesta reciente y quizás de todo el plan, sabía que no podía resistir aquellos besos que lo atraían. Pronto la desilusión recorrió su ser, y es que en serio no podía resistirse a él, no tenía la voluntad suficiente. Su cuerpo respondía a las exigencias deseándolo, suplicándolo.
La fuerza de Akihito hizo que cayeran a la cama y este último se sentó sobre el menor sin poner todo su peso, cada vez el beso se ponía más profundo, más húmedo y más excitante. Misaki se atemorizo y lo empujo de un tirón tratando de recuperar el aliento.
“Cuando el amor es algo real e incontrolable, nos entra un miedo indefinible e intolerable, porque así debe ser o así debemos ver; que no hay nada igual a él.”