Había intentado ir por las cosas de Haruichi dos veces antes y no lo había conseguido porque Furuya se encontraba plantado a la entrada. Por suerte, al tercer intento encontró la entrada libre, no tomó demasiadas cosas, solo un poco de ropa, libros, documentos importantes y la lap del menor. Ninguno de los menores había salido de la casa y no contestaban a ningún medio de comunicación que tuvieran disponible, llámese celular o redes sociales. No desaparecerían de la faz de la tierra pero fingirían hacerlo.
Las tías de Youchi se mostraron encantas de recibir a los tres chicos, en el momento no habían pedido muchas explicaciones pero le habían advertido a Kuramochi que tendría que someterse a todo un interrogatorio cuando llegaran. Eso ya lo veía venir, así eran ambas mujeres, algo complicadas pero querían a sus sobrinos, después de todo eran los únicos que tenían. Haruno y Takako eran primas de la madre de Youchi, nunca se casaron y por supuesto no tenían hijos, eran algo así como las tías solteronas y ricas, con la diferencia de que no tenían mil gatos a su cuidado.
El alivio de Kuramochi fue completo cuando Rei-chan-sensei (como la llamaba Eijun) le dijo que si había la carrera que quería en Nagasaki y que la universidad lo había aceptado. A la profesora le pareció extraño que Eijun se fuera con él pero recordando que los padres de ambos nunca estaban en la ciudad, entendió que quisiera llevarse a su hermanito, pero eso no terminaba de explicar que Kominato-kun se fuera con ellos. Por toda respuesta Kuramochi le decía
-Eijun lo convención, ya sabe cómo puede ser de pesado
Kuramochi no podía creer lo feliz que se sentía de que por fin fuera la graduación y que la tensión de sentirse perseguido estaba a punto de desaparecer. Al regresar a casa se llevo una grata sorpresa, Eijun y Haruichi le habían preparado un pastel para celebrar su graduación. Se sentían mal por no haberlo acompañado en un día tan importante.
-¡felicidades You-nisan!, sabía que lo lograrías
-hyahahahah nunca estuvo en duda
-¡felicidades Youichi-senpai! perdón por todas las molestias que te he causado
-ya, ya. Recuerda que te dije que no tenias que seguir disculpándote, además nos hará bien un cambio de aires. –el menor asintió
Disfrutaron del delicioso pastel de chocolate y rieron mientras los menores le relataban a Kuramochi las complicaciones de preparar el pastel. Después de un rato, fue Eijun el que preguntó
-bueno, ya te graduaste ¿Cuándo nos vamos? –Kuramochi se puso serio antes de contestar
-esta misma noche, espero que ya tengan todo preparado –los dos asintieron
Faltando 15 minutos para la media noche, los tres ya estaban listos, con únicamente una maleta en mano y una mochila al hombro. Por suerte estaba haciendo frio y a nadie le extrañaría que usaran los abrigos con los cuellos altos, bufandas y gorros. No era precisamente un disfraz pero funcionaba para esconder gran parte de sus rostros. Salieron por la parte de atrás de edificio usando la escalera de incendios, caminaron 3 cuadras hacia abajo antes de tomar un taxi que los llevo a la estación de trenes.
Una hora más tarde ya se encontraban viajando hacia su nuevo hogar en Nagasaki. Mientras veía por la ventana Kuramochi se dio cuenta que tenía una mezcla de sentimiento, por un lado se sentía tranquilo con la idea de cambiar de vida pero por otro lado no podía evitar sentir un cierto vacío en el pecho, se estaba yendo de su ciudad y en ella no había nadie que lo fuera a extrañar, no había dejado atrás a ninguna persona importante, lo cual le hacía sentirse solo. El sentimiento se intensificó cuando notó la cara de tristeza no solo de Haruichi que dejaba a Furuya, sino también de Eijun, había alguien a quien su hermanito había dejado.
Cuando por fin llegaron los tres estaban adormilados, al sentir que se alejaban habían dejado que el sueño los venciera por completo. Mientras recogían sus cosas y bostezaban Eijun preguntó
-y ¿ahora? ¿Tienes idea de cómo llegar?
-le dije a Haruno-san en que tren veníamos y a qué hora, ella dijo que nos recogería, le enviare un mensaje en cuento estemos a la entrada de la estación.
No hizo falta, una mujer delgada y bajita sostenía un letrero con los nombres de los tres. Era imposible no notarla sobretodo porque daba saltitos. Los tres recién llegados parpadearon y caminaron hacia la mujer, Haruichi se sorprendió por lo joven que era, por alguna razón había creído que se trataba de una mujer entrada en los cincuentas pero en realidad la tía de Eijun no pasaba de los 35 años. En cuanto los tuvo a su alcance se abalanzó sobre los tres
-¡no lo puedo creer! ¿Pero mírense? Están enormes, ¿Cuánto tiempo tienen que no los veía? ¿Tres, cuarto o quizás cinco años?
-creo que fueron tres tía. Nos da gusto verte pero ¿no creer que deberíamos irnos?
-¡ohh si cierto! deje el coche más adelante, aunque veo que no traen muchas cosas, tampoco es que importe.
Condujeron por un rato hasta llegar a una bonita casa de estilo tradicional, bastante amplía y con un enorme jardín. Dos cuadras más atrás Haruno-san les había mostrado la librería-café de la cual eran dueñas y en la que seguramente los tres terminarían trabajando. Takako-san ya los esperaba en la entrada de la casa, lucía un kimono, también era joven no más de 38 años, delgada y alta con un semblante serio pero amable, Haruichi notaba que ambas mujeres eran guapas y no comprendía cómo era posible que no tuvieran un solo pretendiente, como lo habían mencionado Eijun y Youchi
Al igual que Haruno, Takako los abrazo muy efusivamente y cuando puso atención en Haruichi agrego
-bienvenido a la familia Haru-chan –en ese momento el menor de los Kominato sintió algo de alivio en su corazón.
El ambiente se torno serio una vez que estuvieron dentro y en la sala. Takako y Haruno se cruzaron de brazos frente a Kuramochi
-bien Youchi, explícanos ¿qué paso para que tuvieran que huir? habla de una buena vez, Eijun está esperando ¿cierto? Y el padre no se quiso hacer responsable, por eso huyeron –Kuramochi parpadeo, Eijun ladeo la cabeza sin comprender y Haruichi se sonrojo hasta las orejas. Cuando asimilaron lo que su tía decía Eijun y Youchi respondieron al mismo tiempo
-¿QUEEE?
-no se hagan los tontos conmigo
-creo que han estado viendo demasiados dramas en la tele, ¡claro que no! Eijun no está esperando ¡por dios santo! ¿Qué les pasa? Es cierto que estamos aquí por culpa de Eijun y su bocota pero no es por algo como eso
La dos mujeres levantaron una ceja y dejaron que Youchi les explicara todo lo que había pasado, en cuento termino su relato ambas mujeres abrazaron a Haruichi mientras lloraban. Kuramochi negaba con la cabeza, valiente ayuda se habían buscado.
-escucha Haruichi, nadie tiene el derecho para decirte con quien estar y con quién no. Ahora ya estas a salvo, aquí nosotras te protegeremos y seremos tu nueva familia. Nadie va a hacerte daño
-Youichi ¿alguien sabe que están aquí?
-solo lo sabe su hermano, no le dije todo pero le di a entender que era mejor estar lejos
-y ¿qué hay de sus contactos?
-ya no tenemos cuentas en redes sociales, cambiamos los números de celular y solo contamos con las cuentas de correo por asuntos de la escuela.
-bien, actuaste correctamente Youchi, estoy impresionada, ya eres todo un niño grande –Takako le dio un ligero apretón en la mejilla como gesto de aprobación –bueno creo que todos tienen que descansar que mañana o más bien al rato será un día interesante
Kuramochi no se había dado cuenta lo poco que había dormido la semana anterior, hasta que cayó rendido en la que sería su nueva habitación, era más amplia que en su antiguo hogar pero era cómoda y agradable, la gran diferencia era que ahí tenía un futon en lugar de cama, el cual para su gusto era mucho más cómodo.
Como habían dicho, no era su intensión estar en esa casa como gorrones y sus tías no tenían pensado consentirlos, por lo que se decidió que trabajarían medio tiempo en la librería, después de que arreglaran todos sus papeles de la escuela y de la universidad en el caso de Youichi, el cual estudiaría programación y diseño de videojuegos. Y en cuanto al beisbol lo más probable es que lo dejaría por el momento de lado, después de todo no podría salir de viaje si el equipo lo necesitaba.
Eijun y Haruichi parecían encantados con su nuevo hogar, se habían adaptado a la perfección a la rutina en la casa. Aun así a Youichi no se le escapaba que ambos estaban tristes, en el caso de Haruichi no había mucho que hacer, tenía la esperanza que apareciera alguien que lograra robarle el corazón por completo y lo hiciera olvidar el trago amargo que Furuya le había hecho pasar. Pero en el caso de Eijun las cosas eran más difíciles, estaba completamente perdido. Ni siquiera sabía de quien se trataba. Le dolía verlo sentarse frente a la computadora y suspirar pesadamente.
Una tarde de la segunda semana desde que habían llegado, Youichi decidió que eso tenía que llegar a un final.
-oi Eijun, necesitamos hablar –el otro lo miró, sin entender a que venía tanta seriedad –se que estas triste y que es por alguien. Cada vez que revisas tu mail, pones cara de querer llorar. Si no me dices que pasa no puedo ayudarte –Eijun se mordió el labio y Youichi temió que fuera a negarse pero no fue así
-¿recuerdas que te dije que alguien me gustaba? –el mayor asintió con la cabeza –bueno, pues resulto que yo también le gustaba y estuvimos saliendo por un mes
-¿QUUEEE? ¿Estuviste saliendo con alguien y no me lo dijiste?
-es que no quería que te enojaras o que armaras todo un escándalo –Kuramochi sintió hervir su sangre, comenzaba a unir los puntos y no le gustaba a la respuesta que estaba llegando
-¿Quién es Eijun?
-y-yo…
-dimeeee
-ok, ok, es Mei…