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Somos Hermosos por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!

espero que se encuentren muy bien y que todos sus sueños se estén cumpliendo :3

 

Bueno, por el título se darán cuenta que es el último capítulo... no lo había querido decir antes, pero sí.... en este capítulo se acaba nuestra historia.

 

Espero que les haya gustado mucho y que cuando comience a subir una nueva historia, les guste y me sigan :)

 

Muchas gracias por su apoyo, espero que nos podamos leer en el futuro... Les deseo lo mejor del mundo, les envío muchos abrazos y besos... Recuerden que aqui, en este rincón apartado del mundo, hay alguien que los ama :)

 

Gracias por todo!!!

 

pd: lemon? e.e qué es eso? e.e

CAPITULO XXII: Final.

–Bien… gracias a ti…- Respondo intentando contener las lágrimas. Y esa maldita idea viene nuevamente a mi cabeza, cual amenaza. Veo a Leandro sentado en frente, mirándome detenidamente, como si se le fuera la vida en ello. Su imagen es deplorable, ha estado solo un par de semanas tras las rejas y se ve tan acabado como si llevara décadas preso. Aunque quiero platicarle, me cuesta mucho dar el primer paso, estoy inmerso en un shock profundo. El pecho se comprime, la garganta se siente dura, mis piernas se adormecen, estoy a punto de desmayarme. –Estoy bien, créeme… Solo que los otros internos roncan mucho de noche y no me dejan dormir bien…- Intenta sonar sereno, sonreír ante la adversidad, con la única intención de no incomodarme.

No puedo dejar de sentirme culpable. El petizo quería salvarme de la muerte, de aquel horrendo asesinato que mi propio hermano perpetuaría. Si no fuera por mi causa, él ahora estaría en libertad, compartiendo con sus hijos y esforzándose por darles lo mejor. ¿Ahora qué harán mis tres gatitos? Han quedado solos, sus dos padres están tras las rejas, su familia se ha desintegrado. –Te prometo que cuidaré a los niños, nada le faltará mientras estén bajo mis cuidados… Serán personas de bien y siempre les hablaré de ti…- Quisiera seguir con mis promesas, jurarle que le esperaré, que le amaré a la distancia y que no se sentirá solo entre aquellas rejas infernales. La idea de saber que Alberto está a salvo, que soy completamente feliz con esa idea, me amarga por completo, me paraliza al sentirme ruin. ¿Acaso me siento aliviado por saber que Leandro está sufriendo? No, debo pagarle por el sacrificio que ha hecho y por ello, renunciaré a quien ahora sé que amo, lo acompañaré en esta pesadilla, no le dejaré solo.

-Yo… me he dado cuenta que yo… te amo. Estemos juntos… por la eternidad.- Me propongo verle detenidamente a los ojos, persuadir su corazón y convencerle de la veracidad de mi decisión. ¿Cómo lograrlo si ni yo mismo soy capaz de hacerme a la idea? Aprietos sus manos cansadas, las acaricio con ternura, como a un pequeño asustado. Abandono mi silla para levantarme suavemente, me acerco poco a poco hasta llegar a sus labios. Una mesa es lo único que nos separa y es la distancia que recorro para besarle, para hacer lo mismo que ocurrió en la playa, en aquel momento en que el padre de mis gatitos me regaló mi primer beso. Cierro mis ojos idealizando aquellos tiempos, cuando la droga del amor me había cegado, cuando creí en sus palabras y caí en la trampa que Margarita había planeado. –Te das cuenta que haces lo mismo que yo te hice… Conmigo no puedes actuar. Soy un experto en eso y puedo darme cuenta cuando alguien me está mintiendo…- Es lo que brota de sus labios inmediatamente después que se separan de los míos. Parecen palabras hostiles, de un alma engañada, solo que sonríe al finalizar la frase. Me conmuevo al verle llorar, al derramar esas lágrimas que pronto conquistan su mentón. Como un bebé angustiado, como un ser indefenso se muestra ante mí, demostrando alegría cuando lo único que puedo observar es su llanto, ¿acaso no se ha percatado de la tristeza que abandona sus ojos?

Regreso a mi asiento derrotado, nunca he sido bueno para mentir, y ahora no ha sido la excepción. Leandro se limpia el rostro de esas lágrimas furtivas que escaparon sin permiso. Intenta serenarse antes de continuar con sus palabras. –Lo que hice fue algo que cualquier otro podría haber perpetuado… ¿Acaso tú no me has salvado antes? ¿A mí y también a mis hijos? No tienes por qué creer que me debes algo, mucho menos sacrificarte para hacerme sentir mejor… Incluso, si te quedas a mi lado, me harías sentir ruin y miserable… Por favor no lo hagas, ninguno de los dos merecemos seguir viviendo de mentiras.- Y sin darme cuenta, le veo parado, caminando hacia la puerta de salida, hasta aquella reja que es abierta por un gendarme. –Sé que mis hijos estarán bien en tus manos, de eso no hay duda… Ahora solo te pido que tú mismo seas feliz, que te des cuenta lo hermoso que eres, lo valioso que es tu corazón… Si quieres verme a salvo, simplemente se feliz…- Y me regala una sonrisa verdadera, una llena de amabilidad. Luego se marcha, camina relajado detrás de los barrotes que conforman esta celda de visitas. Como si hubiera llevado una carga sobre mis hombros, ahora siento que ésta desaparece por arte de magia, abandonándome la culpa y la resignación.

~*~ Diez años después ~*~

Y como una oración, me repetí durante todo este tiempo las palabras que Leandro me dijo antes de marcharse. No es que haya sido la última vez que le vi, suelo visitarlo todas las semanas, solo que ese tema nunca más se abordó, ahora hablamos de sus hijos, de sus estudios, de cómo ha cambiado el mundo en este tiempo. Como dos buenos amigos, solemos reírnos y platicar de estupideces. Me alegra verle repuesto, aun cuando solo ha cumplido la mitad de su sentencia.

Ser feliz no es algo sencillo, es una rutina que tienes que repetir hasta el final de tus días, buscando siempre variarla y conseguir eso que te hace falta. Mientras estés rodeado de aquellos a quienes amas, todo el viaje se hará más fácil. Ya sean tus amigos, tu familia, tus compañeros de trabajo, de colegio, de universidad, da igual a quienes hayas entregado tu corazón, lo importante es encontrar alegría en los demás y no enfocarte en tu propia dicha, porque nada puede crecer en una burbuja.

Luego de ser iluminado con las palabras de Leandro, me encontré con Alberto a la salida de la cárcel, como si hubiera sido una jugada mágica del destino. En ese momento no pude seguir ocultando el amor inmenso que guardaba en mi corazón y le confesé todos mis sentimientos. Desde ese momento que no nos hemos separado, como si fuéramos siameses estamos siempre unidos. Vamos al cine, al teatro, a comer a un restaurante divertido, a cantar a un karaoke, hacemos picnic en el parque, sacamos a pasear a nuestras mascotas, en fin, hacemos cualquier actividad con tal de estar juntos, tomados de las manos, platicando, o simplemente deleitándonos con la presencia del otro.

¿Nos casamos? Pues no, no hemos firmado ningún papel con el nombre de matrimonio, y es que nuestro amor no necesita de ese tipo de gestos para ser demostrado. ¿Acaso durante todos los años que estuvimos separados necesitamos de un contrato para querer al otro? Claro que no y así será para resto de nuestras vidas. -¿Qué pasa con los bienes?... ¿Estás loco? Él está forrado en dinero, si el día de mañana muere, te quedarás de nuevo en la calle…- Es lo que suele decirme Noah al respecto. Al principio le respondía sobre mis convicciones, solo que tras diez años de explicaciones, ya me aburrí de ello. Ahora simplemente me quedo callado y dejo que bufe en contra de mi “terquedad”. ¿Acaso tengo miedo de ser pobre? La gran parte de mi existencia la he sido, y nunca he tenido asco de trabajar, incluso limpiando la suciedad de otros. Lo material va y viene, no me interesa, si tengo que volver al barrio donde crecí, regresaría con gusto.

Bueno, supongo que se habrán dado cuenta que me he ido a vivir a la casa de Alberto, y vaya que casa, es todo un palacio. En realidad no me gustan las ostentaciones, solo que al tener una familia tan grande, debíamos poseer obviamente un hogar grande. Ahora todos tenemos una habitación propia. Andrés y Patricia, mis papitos, Noah y su pareja de turno, Lea, Álvaro, Mariela y obviamente Alberto conmigo. Además, mi amado es un arquitecto, ¿cómo tendríamos una morada fea? Pues no, es toda una joya a la moda y elegante. Y ni siquiera se imaginan en el barrio en el que estamos.

Todavía puedo recordar el grito que lanzó Pilar al enterarse que éramos sus nuevos vecinos. Claro, porque después de lo ocurrido con Orlando, imaginó que no nos volvería a ver. Craso error. –Cuando mi yernito me preguntó que dónde me gustaría vivir, pues ni tonta ni perezosa, le dije que quería estar en el mismo barrio que los Palmer… Ahora mira tú, ¿quién iba a pensar que también vivías aquí? Son solo coincidencias de la vida, mija… No te compliques… ¿O acaso te molesta que salga a recoger los cartones que botan estos riquillos? Es que es un muy buen negocio, hago dinero de lo que ellos botan… Porque no te molesta que te ande gritando por ahí que eres mi hija ¿verdad?- Es lo que mi mamita le dijo a mi hermana cuando recién nos mudamos, eso hace como nueve años atrás. Y bueno, supongo que con el tiempo ella se ha ido acostumbrando a la idea que sus amigas del club de polo se enteren que nació pobre como una rata, que la mujer de overol azul que recoge cartones es en realidad su madre y no la sirvienta de su infancia. Aunque trates de ocultarlo, no puedes negar tus orígenes.

Además, su esposo tampoco le permitiría hacernos a un lado nuevamente. El doctor Eguiguren siempre ha estado dichoso de tenernos cerca y es que antes había vivido creyendo que su amada no tenía más familiares que Orlando. Como el pobre es hijo  y nieto único, nunca pudo sentir lo que era tener una familia numerosa. Ahora comparte todos los fines de semana con nosotros, juguetea con mis mascotas, ayuda a Alberto a hacer los asados, y cuando mis gatitos estaban más pequeños, le gustaba obligar a sus dos hijos mayores a jugar con ellos. Lo que yo no logré, pues don Rodolfo sí. De hecho, ahora que lo pienso, logró unirlos más de la cuenta.

¿Se acuerdan de la engreída de María José? ¿De esa rubia de ojos azules que tanto molestaba a mis chicos por ser pobres? Pues el mes pasado acaba de dar a luz al primero de mis nietos. Aunque no lo crean, tras años de burlarse por su color de piel y por lo pequeño de su tamaño, la princesa se terminó enamorando de Lea, tanto que ya hasta se han casado y son padres del adorable Leandro Tercero. Esto ya parece una dinastía de morenitos. Supongo que imaginarán la cara de Pilar al ver lo negrito que es su nieto, y es que como ella siempre se ha creído europea, el hecho de pasear a alguien más oscuro que sus raíces, es algo que en un principio detestó. –Eres la hija de la cartonera, hermana del loco de los perros, prima del puto, suegra del morenito, ¿y ahora te complica porque tu nieto es negrito y de cara peluda? Pensé que ya te habías acostumbrado a tu suerte…- Es lo que doña Carmen le dijo a mi hermana y que finalmente terminó por convencerla. Ahora adora al pequeñito, y es que es verdad, no puedes negarle el amor a tu propia sangre.

Bueno, eso del loco de los perros no les sorprende ¿verdad? Es que ahora que tenemos un patio tan grande, no puedo dejar que aquellos angelitos sigan pasando hambre y frío en las calles, por lo que siempre que puedo, adopto a uno nuevo. Actualmente tenemos quince, todos muy educados y gentiles, tal como lo era mi difunto Puchi. El pobre murió obeso cuando se mudó a esta casa y es que como hay tanta comida en la cocina, siempre robaba más de la cuenta.

A ver, ¿qué más le puedo contar? Ah sí, como ahora somos tan cercanos con mi cuñado doctor, me fue bastante fácil convencerle a que operara a mi niño y ahora sí, Andrés es un hombre de verdad, con todas esas partes que ustedes ya saben. Si está tan bonito, como ahora las hormonas le han hecho más efecto que antes, su barba es muy frondosa y ni vieran los músculos que ha sacado. Lo más importante es que está feliz junto a Patricia. Tal como nosotros, tampoco se han casado, solo que no es impedimento para que sean realmente dichosos y tampoco, para que estén pensando en adoptar a un hijo. ¿Qué tal si hacemos lo mismo? Es algo de lo que platicaré con Alberto a la noche.

Todos mis niños ya están en sus veintes. Como ya les comenté, Lea y María José se han casado, solo que él no es un mal partido tampoco, porque luego de ayudarle a ingresar a uno de estos colegios de chicos adinerados, logró sacar siempre las mejores calificaciones, tanto que ingresó a la universidad a estudiar ingeniería en química. Habla de unas cosas raras, yo ni tengo idea, pero parece que eso le apasiona. Pronto se irá a vivir con su esposa al lujoso departamento que se ha comprado en el centro, y es que gana mucho dinero desde que comenzó a trabajar en la Siderurgia Bolingbroke.

¿Les cuento un chisme? Eso sí, esto tiene que quedar entre nosotros. Pues bien, aquí voy: tengo la sospecha de que en nuestra familia, se ha gestado un nuevo romance. Ustedes se preguntarán entre quienes, pues bien, resulta ser que he visto miraditas cómplices entre Facundo y Álvaro. Es difícil de pensar del hijo mayor de Pilar, porque todos saben que es bastante mujeriego, lo hemos visto con muchas novias, solo que en realidad siento que trata con demasiada gentileza al único hijo rubio de Leandro. Incluso, la otra vez iba caminando por el pasillo cuando comencé a escuchar ruidos extraños desde su pieza. Pensé que podría estar padeciendo algún dolor, por lo entré asustado. Lo único que encontré fue a Facundo abriéndole la camisa a Álvaro, sudando ambos a mares y con la respiración entrecortada. –Lo que sucede… lo que pasa es que… bueno, él se sentía mal y yo le estaba ayudando… Estaba muy asustado, en realidad… pensé que le estaba dando un paro cardiaco…- Es lo que el hijo del doctor Eguiguren me contó exaltado. Si no fuera por esa explicación, bastante convincente, hubiera creído que ambos estaban a punto de intimar. Porque no estaban haciendo eso, solo era una ayuda humanitaria en un momento de necesidad. ¿El sudor? Pues ambos estaban asustados, tampoco hay que ser tan malpensados ¿no?

Se preguntarán a qué se refería mi mamita cuando dijo que Pilar era prima del puto del barrio. Pues resulta ser que hubo un tiempo, en que Noah se estuvo involucrado con muchos chicos de este barrio. –No puedes creer lo guapos que son… Es que son como salidos de las revistas de moda. He intentado controlarme, no estar con tantos, solo que ellos me provocan… ¿cómo pueden salir mostrando aquellos traseros tan redondos? Y esos paquetitos…. Ni te enteras lo bien dotados que son por aquí….- Era una de las explicaciones que me daba por esos días. Resulta ser que al final todos sus amantes se enteraron de sus idilios y hubo una revuelca épica, todas las familias estaban metidas en esto. Por esa razón, ahora le dicen que el ramero del barrio, fama que le ha valido para llamar más la atención y es que sigue teniendo a varios bajo sus sábanas. Mientras sea feliz, supongo que está todo bien.

Se preguntarán qué habrá sucedido con mi papito. Pues resulta que con el paso del tiempo y las sesiones de kinesiología a las cuales asiste, ahora ya puede caminar por sí mismo, aunque ayudado por un bastón. Hubieran visto su carita de felicidad al dar sus primer pasos, luego de años postrado en una silla de ruedas. Me lleno de alegría tan solo al recordarle sonreír como si fuera un niño otra vez. Mientras mi mamá recoge los cartones en el barrio, es él quien los apila y los va a vender a la central de reciclaje. –Es que tengo que hacer algo, me aburro cuando no hago nada…- Le dijo a Alberto cuando comenzaron con el negocio. ¿Qué más le íbamos a decir? Tiene razón, no importa que sean ancianos, tienen que cumplir alguna actividad, de lo contrario se sienten inútiles.

Tanto Carlota como Mariela siguen asistiendo al colegio, ambas son muy buenas amigas y se la pasan siempre juntas, hablando en voz baja de no sé qué chico y de unos chismes extraños de su escuela. Me alegra mucho su amistad y es que le ha ayudado a mi niña a hacer más popular. Como la hija de Leandro la trata como a cualquier otra persona, sin hacer distinciones por su síndrome, logra que el resto también haga lo mismo y sean amigos de mi Carlota, dándose cuenta de lo hermosa que es.

~*~

-Y la semana que viene nos iremos de vacaciones a Tahití… Por lo que me han contado, es como estar en el mismo paraíso. Aunque obviamente, iré a ver a Arturo antes de irnos… Le llevaré la bufanda que le tejí y que te conté la semana pasada. Ya han sido diez años desde que partiste y te sigo echando de menos… Ok, sé que no te gusta que te hable así, pero es que cada aniversario de tu muerte me pongo melancólico. Siempre me estás cuidando desde allá arriba ¿verdad?- Sentado frente a la tumba de David, le hablo como se me ha hecho costumbre. Vengo todas las semanas con un ramo de flores y paso horas platicando con mi niño. Es extraño, pensarán que estoy loco, pero me llena una profunda paz cada vez que le visito. Es como si por ese lapso de tiempo, su alma bajara a la tierra y me acompañara, escuchara detenidamente lo que le digo. Siempre será mi niño y aunque hoy se cumple una década desde su muerte, el amor que siento por él, es el mismo que cuando le encontré empapado bajo la lluvia.

Al enterarme que su amado ya había cumplido la mayoría de edad, y que había sido trasladado a una cárcel, decidí que era momento de conocerle en persona. Así me armé de valor y pedí visitarle. –No tiene que decirme quién es. Le he estado esperando hace mucho tiempo…- Fue lo primero que me dijo, esbozando una gran sonrisa. Completamente sereno, como si estuviera en un trance, me habló sobre lo maravilloso que fue el haber conocido a David, lo mucho que aun lo ama y que sueña con él todas las noches. Desde ese momento me he encariñado tanto con Arturo, que le visito siempre que puedo, al igual que hago con Leandro.

Ni se imaginarán de quién es amigo este chico. Resulta ser que una tarde, tras visitarle, me encontré frente a frente con un muchacho bastante controvertido en este país. Se llama Renato Bolingbroke, dueño de estudios Baby Pornograph. Parece que ambos eran compañeros de colegio y que algo tiene que ver con la razón por la cual Arturo está en la cárcel. En realidad no he querido preguntar mucho al respecto, solo que me impresionó ver a alguien tan famoso visitando al amado de mi niño. Para ser sincero yo tampoco le conocía muy bien, fue Álvaro quien me dijo de quién se trataba. ¿Por qué le conocerá? ¿Acaso ve las películas que hace aquel hombre? ¿De qué género serán?

-¿Nos vamos?- Escucho a mi espalda. Es Alberto, quien ha venido a recogerme. Me despido de David y me voy junto a mi amado. En medio de la caminata toma mi mano y así seguimos con nuestro rumbo. -¿Te había dicho lo mucho que te amo?- Me susurra al oído de pronto, asustándome un poquito. –No me lo dices muy seguido… aunque tampoco tienes que hacerlo. Me conformo con el brillo en tus ojos cada vez que me observas…- Le respondo haciendo esa misma acción, deleitándome con la luminosidad de aquellas pupilas.

Aquí estoy, con cuarenta años, viviendo el amor como si fuera un adolescente, rodeado de las personas que amo. Nada de esto ha sido planeado, solo he seguido mi instinto y me he dejado llevar por lo que mi corazón me dicta. Muchas veces me he equivocado, he caído y llorado, solo que nunca me he dado por vencido, aunque todos se han burlado de mí, me levanto y sigo adelante. No podría permitir que aquellos a quienes amo me vean flaquear, destruido y sin futuro.

Leandro me pidió que me diera cuenta de lo hermoso que era, de lo valioso que es mi corazón. Al principio no pude comprender sus palabras, era estúpido imaginar que pudiera sentirme bello y es que soy tan horrendo. Con este rostro oscuro, una nariz prominente, cuerpo regordete, nadie en su sano juicio creería que soy atractivo. Solo que no era eso lo que tenía que descubrir. Muchas veces buscamos las respuestas fáciles, aquello superficial que puede traer beneficios ahora y no pensamos en las consecuencias a largo plazo.

Sí, soy hermoso y estoy seguro que todos ustedes también. No, la belleza no es algo que se demuestra con el físico, con la inteligencia o con el lujo, eso es meramente una fachada, una farsa con fecha de caducidad. La verdadera belleza es aquella que nace contigo, es la esencia de tu vida, algo que no puedes desaparecer porque te es innato. Aunque muchos se burlen de ti, tienes que saber que no puedes ocultarte, que fingir ser otro no te llevará a la felicidad. Debes conocer el gozo de liberarte y ser tú mismo, cuando veas que no hay nada de malo en mostrarte tal cual eres, ese día lograrás ser completamente feliz.

Soy torpe, me cuesta mucho pensar, mi rostro es tosco y mis modales igual, sirvo para limpiar, pero nunca he fingido, siempre me he mostrado como soy. Tal vez, mi mayor error ha sido darle mucha importancia a lo que el resto piensa de mí, pero eso se acabó cuando logré entender las palabras de Leandro. Este soy yo, camino con el mentón en alto demostrando lo orgulloso que estoy de ser yo mismo y ya no me importa lo que otros digan, porque es mi vida y nadie más la vivirá por mí. Ayudaré a todo aquel que me necesite, amaré a quien se sienta solo, me entregaré por completo, solo que no dejaré de ser así, para agradarle a quien no se lo merece.

Despierta de tus sueños, sal al mundo y grita quien eres, no tengas miedo de lo que sucederá, porque en el caos, es donde suceden las sorpresas más fantásticas…

 

Sal al mundo, y demuéstrales a todos…

 

Que somos Hermosos…

 

~*~ Fin ~*~

 

Notas finales:

Hasta siempre :)


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