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Together... amor, verano y parejas por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Hola, bienvenidos a todos de regreso a este loco mundo ^^/

Yugi-oh! No me pertenece si fuera así esto lo estrían viendo como capítulos en televisión.

Las canciones tampoco me pertenecen.

Pasarse por mi página de face, porfa, un like me ayudaría mucho  https://www.facebook.com/pages/DanyNeko/786629491430778?ref=hl

En el capítulo anterior

Yugi sacó su celular ─Mochi, mochi… Hola Kurumi ¿Qué sucede?... ¿en serio?... Amm, bueno está bien, supongo… no, estoy con Uky-nii y mi tío… bien, bien, pasaré por allá cuando regresemos a la casa… sí, nos vemos.

─ ¿Sucede algo? ─le preguntó Ukyo.

Yugi se quedó un momento pensativo ─ ¿me harías un favor, Uky-nii? ─el peliverde asintió y Yugi se le acercó al oído para decirle algo. Ukyo asintió varias veces antes de que Yugi terminara de hablarle.

─Por su puesto, tesoro ¿por la mañana?

─Sí, como a las diez ─afirmó Yugi.

─De acuerdo ─le guiñó un ojo, compartiendo risas con el tricolor.

 

-o-

 

Ya de en camino de regreso a casa Yugi les preguntó a sus amigos que si querían acompañarlo al día siguiente de nuevo a su antigua casa junto a Bakura y Marik ¿la razón? Lo que le había pedido a Ukyo era que preparara la piscina para el día siguiente.

 

─ ¡Me apunto! ─dijo Ryou enseguida.

 

─Y yo, pero ¿por qué tan de repente? ─consultó el egipcio.

 

Yugi soltó una risilla ─cuando Kurumi me llamó, me dijo que los gemelos querían venir a dormir a la casa, así que pensé en llevármelos mañana donde mi tío para que disfrutaran de la piscina.

 

─ ¿irán a dormir a la casa? ─preguntó Yami.

 

─Sí, ya le tenían la cantaleta a Akari-nee desde hace un tiempo ─respondió ─pasaremos por ellos antes de ir a casa ¿está bien? ─Yami asintió.

 

─ ¿A qué hora mañana? ─preguntó Malik.

 

─A las 9 en la estación ─estableció Yugi ─almorzaremos allá, haremos barbacoa ─dijo con los ojos cerrados y una bella sonrisa. A Ryou se le iluminaron los ojos.

 

─Oh, tengo que conseguir un bañador para Bakura entonces ─musitó el albino.

 

─Es cierto, Yami tampoco tiene.

 

─ ¿Por qué mejor entonces no nos encontramos más temprano y vamos a comprarselos antes de irnos? ─propuso el oji-lavanda.

 

─ ¿A las 8 en la puerta del centro comercial? ─preguntó Ryou.

 

─Está bien, hasta mañana chicos ─se despidió Yugi, tomando camino a casa de sus primas junto a Yami mientras que los otros dos hikaris se dirigían a la casa de los albinos.

 

─Hasta mañana Yugi, Atem ─se despidieron de igual manera.

 

─ ¿Estás molesto? ─preguntó Yugi de la nada un ratito después, mientras caminaban por un parque.

 

Yami parpadeó tres veces antes de mirar a su compañero ─ ¿por qué lo preguntas?

 

Yugi frunció el ceño ante la ‘respuesta’ de su pareja ─es que no has dicho una sola palabra desde hace un rato ya, y tampoco me has tocado ─se puso algo rojo al darse cuenta del doble sentido que podían tener esas palabras por lo que rozó su mano con la del mayor para enfatizar su punto y siguió caminando.

 

Yami se quedó atrás, un tanto atónito por el reclamo de su compañero.

 

─Lo siento, aibou ─Yami se acercó con su seguridad y elegancia característica, tomando al menor de la cintura para acercarlo a sí ─es solo que, no puedo controlarlo… cuando alguien más se te acerca con otras intenciones, siento que no puedo controlar mi propia magia y prefiero quedarme tranquilo a hacer algo indebido ─se excusó, mirándole con arrepentimiento.

 

─Yami ─Yugi lo miró seco unos segundos, luego le puso ambas manos en el pecho ─no tienes por qué molestarte, sabes que te amo mi faraón ─arrastró su manos hacia arriba para tomar el rostro de su yami entre sus manos y plantarle un dulce beso ─te amo ─repitió pegado a sus labios al separarse para respirar, rodeando esta vez su cuello con sus brazos, apegándose al cálido cuerpo de su amado y besándolo apasionadamente, aprovechando que estaban solos en esa zona del parque.

 

Yami correspondió gustoso, abrazando la pequeña cintura de su luz para apegarlo más a su cuerpo, devorando sus labios con ardor y hambre. Sentía tanta necesidad de estar con Yugi, quería deleitarse con su boca, con sus caricias y su cuerpo, pero temía que su amado niño se asustara si le insinuaba el llegar más allá.

 

Decidido a dejarse llevar a modo de experimento sobre cuánto le dejaría avanzar Yugi, los movió para acorralar al menor contra un árbol, importándole bien poco que estuvieran en un parque a plena tarde de sábado, y que en cualquier momento alguien podría pasar por allí.

…Pensándolo bien, no quería ninguna interrupción, así que utilizó su magia para poner un campo de energía unos cuantos metros a la redonda y evitar que la gente pasara por esa zona*.

 

─Yami ─le llamó en un susurro, separando sus bocas para poder obtener el preciado oxigeno que sus pulmones ya reclamaban.

 

─Yo también te amo, mi hermoso koi ─le dijo en un caliente susurro que encendió al menor de una forma totalmente desconocida y nueva. Yami llevó sus labios a la oreja de Yugi, besando con devoción el lóbulo antes de lamer la misma.

 

─Hmmm ─Yugi no pudo evitar un pequeño gemido ante la sensación que le sensibilizó la piel ─Yami ─este mordió ligeramente la parte alta del arco de su oreja y Yugi le apretó la espalda con sus manos ante tales atenciones.

 

─Parece que estas lindas orejitas son sensibles ─Yami le soltó su caliente aliento en el cuello, haciendo temblar al menor mientras una de sus manos se colaba por la parte baja de la camiseta de su novio, acariciando su cintura y costillas mientras la otra lo mantenía afianzado entre su cuerpo caliente y el tronco del árbol, por la cadera.

 

Yugi se ruborizó, atrajo a Yami más cerca de si y jaló el cuello de su remera para dejar al descubierto su clavícula, pasando su lengua tímidamente por la zona, intercalando aquello con pequeños besos. Yami simplemente se dejaba hacer, encantado con la iniciativa de su pequeño. Subió su mano, levantando de paso la playera por lo que dejó expuesto el pequeño ombligo y apresó entre sus dedos índice y medio el sonrosado pezón ya endurecido, jugueteando con él.

 

El oji-amatista echó la cabeza para atrás cuando Yami volvió a lamer y mordisquear su oreja, sintiéndose sobre-estimulado por lo que una de sus piernas se flexionó, rozando la de Yami dado que su pie se apoyó contra la madera. En respuesta el mayor deslizó la mano que tenía en la cadera de Yugi por su muslo, acariciando la zona de arriba a abajo, rozando tentativamente la parte interna de los mismos de vez en cuando lo que provocaba ligeros sobresaltos en Yugi aun cuando fuera por encima de la tela de su pantalón.

 

Yami estuvo a punto de tomarlo de los muslos para levantarlo y que le rodeara las caderas con ambas piernas para poder hacer más íntimo aquel momento mientras se deleitaba con su oreja, cuando el teléfono de Yugi volvió a sonar, cortando de raíz aquel ardiente momento.

 

Yugi suspiró de fastidió, ocultando su rostro en el hombro de Yami para ahogar una exclamación de frustración que el oji-vino no se molestó en ocultar, soltando un bufido molesto.

 

Yugi bajó su pie y se separó apenas lo necesario del mayor para acomodarse la playera y sacar su teléfono, era Kurumi.

 

─Hola prima ¿qué pasa?... No nada, íbamos de camino… sí, para allá… estoy con Atem… jajaja, ya los escuché, diles que no demoro mucho ¿ya tienen todo listo?... Bien, nos vemos en unos minutos, adiós ─colgó.

 

─Aibou ─le llamó por lo bajo.

 

─Lo siento, creo que… ─Yugi se llevó una mano a la nuca, algo ruborizado.

 

─Nos dejamos llevar un poco ─completó el mayor. Se miraron a los ojos unos segundos y luego soltaron una risilla al unísono ─ ¿Vamos, aibou? ─le tendió una mano que Yugi tomó con gusto y siguieron caminando, con sus manos entrelazadas.

 

─Sí ─le sonrió feliz.

 

Llegaron a la casa y saludaron a las dos chicas antes de recibir los efusivos abrazos de los gemelos, fueron con ellos a su habitación para que Yugi guardara sus trajes de baño junto al resto de su ropa y cosas que llevarían a la casa y el tricolor menor le comentó a la joven madre el plan de mañana.

 

─ ¿Y mi tía?

 

─Salió con el abuelo hace un par de horas ─le respondió la mayor.

 

─Ósea que no está en casa ─susurró el oji-amatista ─bien, andando ─dio una palmada ─vamos a casa ─dijo con una sonrisa.

 

─ ¡Sí! ─celebraron los niños.

 

Yugi les sonrió, se despidieron de las féminas y tomaron camino a la casa tienda. Cuando Yugi abrió los niños corrieron emocionados a registrar cada centímetro de la casa, los tricolores se dirigieron a la cocina por unos vasos de juego y se sentaron en el sofá a la espera de que los niños terminaran su recorrido. Efectivamente, Solomon no se encontraba en la casa.

 

Yami se sentó al extremo del sofá y Yugi a su lado se le arrecostó mimosamente, demostrando algo de cansancio a lo que el mayor lo rodeó con un brazo, besando su cabello con dulzura ─ ¿no podré dormir contigo esta noche? ─se quejó, haciendo un puchero.

 

Yugi soltó una risilla ─vamos a dormir lo cuatro en mi habitación Yami ─le respondió el menor, el mencionado volteó a verlo ─ ¿me ayudas ahora a acomodar la habitación, por favor? Pondremos los dos colchones en el piso ─explicó.

 

─Claro koi ─volvió a besarle el pelo ─te amo Yugi ─el menor casi se ahoga con su jugo al escucharle ─jajaja ¿qué pasa mi dulce koi?  ─le acarició el rostro.

 

Yugi hizo un pequeño puchero, adorable a los ojos de su novio. Yami no se resistió a besarlo en los labios ─ ¡Yami, no! ─lo empujó por el pecho sumamente sonrojado ─ ¡Los niños! ─le recordó justo cuando se escucharon los pasos bajado por las escaleras a lo que Yugi escondió su rostro sonrojado en el pecho de su par.

 

─ ¿Le sucede algo al tío Yugi? ─preguntó Keita.

 

─No, solo está un poco cansado ─les respondió Yami con una sonrisa amable, acariciando el cabello de su igual ─entonces ¿Qué quieren hacer?

 

─ ¡Veamos una película! ─dijeron al unísono.

 

─Me parece bien ¿Quién me ayuda con las palomitas? ─dijo Yugi, sentándose correctamente.

 

─ ¡Yo te ayudo, tío! ─le sonrió el menor de los hermanos.

 

─Shouta ¿por qué no subes a mi cuarto con Atem y van preparando la tv? La conectan al portátil ─le dijo al mayor.

 

─ ¡Sí tío! ─Shouta tomó la mano de Yami y ambos subieron al cuarto mientras Yugi y Keita se quedaban en la cocina para preparar las botanas.

 

─ ¿Qué película quieren ver? ─le preguntó Yugi a su sobrino mientras preparaba el microondas.

 

─Hummm, no lo sé ¿Frozen O Intensamente? Hay que decidirlo juntos ─dijo el pequeño con una sonrisa.

 

─Bien ¿puedes pasarme el inalámbrico, por favor? Vamos a pedir un domicilio.

 

─Sí ─el pequeño bicolor corrió a la sala por el teléfono provocando una sonrisa en el tricolor, adoraba tanto a sus pequeños sobrinos, con ellos y Yami en la casa casi parecían una familia. Ese pensamiento lo hizo ruborizarse y acelerar su corazón.

 

─Una familia propia ─susurró el oji-violeta, tomando unos tazones para servir las palomitas.

 

─ ¡Aquí tienes! ─el pequeño bicolor saltó a su lado, pasándole el teléfono.

 

Yugi sufrió un fuerte sobresalto ante eso ─amm, gracias Keita.

 

─/ ¿Sucede algo, aibou? /

 

─ /No-no pasa n-nada Yami… ¿por qué?/

 

─/ No lo sé, te sentí agitado de repente/

 

─ /Ah, n-no es nada, no te preocupes/

 

─/ Si tú lo dices / ─Yugi suspiró mientras marcaba el número para pedir domicilio.

 

No demoraron mucho en tener todo listo, mientras Yami terminaba de acomodar los dos colchones Shouta bajó para ayudar a su hermano y a su tío a subir los bocadillos a la habitación, donde la tv ya estaba lista, el aire acondicionado encendido y Yami terminaba de acomodar unos almohadones en el lecho.

 

─Me hubieras esperado para ayudarte Yami ─le dijo Yugi mientras acomodaba toda la comida en una mesita baja de su cuarto.

 

─No es molestia, aibou ─le sonrió el mayor.

 

Los niños se les habían quedado viendo fijamente.

 

─ ¿Sucede algo? ─preguntó Yugi.

 

─ ¿Por qué lo llamaste con otro nombre? ─preguntó Keita. Yugi se dio cuenta que era la primera vez que llamaba a su novio ‘Yami’ frente a los gemelos.

 

─Oh, es solo… un mote cariñoso que le tengo a Atem ─explicó, llevándose una mano a la nuca ─suelo llamarle así la mayoría del tiempo… y solo yo le digo así ─sonrió.

 

─ ¿Por qué? ─como era natural, los niños querían saber la razón de aquello.

 

─Por cosas que pasaron hace tiempo ─sin pena alguna, Yami se acercó  rodear a Yugi por la cintura con sus brazos ─es un secreto de su tío Yugi y mío ─les guiñó el ojo con complicidad. Yugi se ruborizó pero le sorprendió ver que los niños  simplemente sonrieron y dejaron de preguntar.

 

─Muuuuuy bien, entonces… ¿qué película quieren ver? ─Yugi fue por la computadora y se sentó en una de sus sillas de peluche para que los menores se acercaran a elegir. Yami arrastró uno a su lado y se acomodó allí.

 

-o-

 

El resto de la noche transcurrió tranquilamente, al final de la película los niños ya estaban prácticamente dormidos por lo que, con gran sigilo, Yugi se levantó a desconectar la portátil, apagar las luces y cerrar las cortinas.

Yami tomó a Shouta en brazos para acomodarlo en uno de los colchones y Yugi hizo lo mismo con Keita. Apenas estuvieron juntos ambos niños buscaron abrazarse en medio del sueño, soltaron un tierno bostezo casi el mismo tiempo y se acurrucaron.

 

Yami y Yugi los miraron con ternura. Yugi los arropó mientras le decía a Yami que fuera a ponerse el pijama en el baño, el faraón así lo hizo, luego sacó el de Yugi y se lo entregó para que fuera a cambiarse, él tomó los platos y vasos que habían ocupado y los llevó a la cocina.

 

Yugi se tomó su tiempo cepillando sus dientes y un poco su cabello, se acomodó el pijama y apagó todas las luces antes de regresar a la habitación, al darse cuenta de que su novio no estaba bajó a la cocina, pescándolo mientras lavaba los trastes. Sonrió antes de ir y abrazarlo desde la espalda, depositando un beso en su nuca ─ ¿quieres ayuda?

 

─Descuida, ya terminé ─giró su cabeza para verle, mientras dejaba los ultimo platos a secar.

 

─Gracias por la ayuda con los platos ─le sonrió el menor, alcanzándole una toalla para que se secara las manos.   

 

─No hay de qué, aibou ─colgó la tela y se giró totalmente para apresarlo entre sus brazos ─ ¿vamos a la cama? Mañana hay que levantarse temprano ¿no? ─le dio un lento beso, deleitándose con su boca.

 

─No hay prisa ─susurró el menor, retrocediendo hasta dar con el filo de la mesa, aun con la boca de Yami sobre la suya ─Yami ─le llamó en un jadeo, deslizando sus manos por los fuertes brazos y pecho ajenos, devolviéndole el beso con una pasión que nunca había sentido en sí mismo…Yami lo enloquecía, últimamente se sentía tan nervioso, tan sensible frente a él y su tacto; tan… tan… no podía ni describirlo en realidad.

La piel se le erizaba, sentía deseos de abrazarlo y no soltarlo y… otras cosas que desconocía, y que quería aprender con él… sólo con él.

 

Yami lo tomó por los muslos y lo sentó en la mesa, separando sus piernas para poder acercarse más a él. La dulce tibieza del cuerpo de su compañero lo enloquecía tanto.

Hizo un camino de besos por su mejilla hasta la oreja y luego bajó por su cuello. Coló ambas manos por la delgada camiseta del pijama veraniego y acarició la tersa piel erizada, abarcando todo cuanto pudiera. El pequeño cuerpo de Yugi entre sus brazo se sentía tan bien, deseaba permanecer así la eternidad… simplemente ellos dos amándose.

 

Inconscientemente Yami succionó con más fuerza de la debida el cuello del menor, provocando una marca y un tenue gemido agudo, cosa que lo encantó. Regresó su lengua por la oreja de Yugi deseando oír más de aquellas bellas melodías que emitía la voz de su niño.

 

─E-espera… Los niños ─dijo Yugi de pronto ─po-podríamos despertar a los niños ─irrumpió, tratando de contener sus gemidos.

 

Yami suspiró y se separó lentamente de él ─tienes razón aibou, lo siento.

 

Yugi se ruborizó ─No… fue mi culpa ─bajo la cabeza.

 

Yami lo tomó del mentón y lo besó en los labios ─anda, vamos a dormir, koi.

 

─Sí ─Yami lo bajó de la mesa y subieron tomados de la mano. Los niños seguían, tal cual los dejaron ─ne, ¿podrías explicármelo? ─pidió después de mucho pensárselo.

 

─ ¿El qué, aibou? ─preguntó desubicado.

 

Yugi se llevó su mano libre al pecho ─esto que siento… en momentos como ese ─refirió a lo de la cocina ─me siento de una forma como nunca antes… es nuevo para mí y yo,, no sé qué es ─declaró mientras tomaba unos almohadones para ponerlo al lado de los gemelos para que estos no fueran a rodar fuera de los colchones ─anhelo cosas que… desconozco y que,, siento el deseo de experimentar… solo contigo ─reveló algo sonrojado mientras se acomodaba en el otro colchón.

 

Yami solo pudo sonreír, acostándose de perfil a su lado ─con mucho gusto te enseñaré todo eso que deseas conocer… cuando llegue el momento adecuado ─le dijo al oído, antes de depositar un pequeño beso en su mejilla ─y yo también espero que llegue pronto ─dio por terminada la charla cuando jaló a Yugi para que se acomodara en su pecho mientras él se tumbaba de espaldas ─que descanses amor.

 

─Hasta mañana Yami, dulces sueños.            

 

…Continuara… xD 

Notas finales:

*:Eh de decir que esta idea la eh sacado de Sakura card captor. En un capitulo Shaoran dice que alguien con grandes poderes puede evitar que las personas pasen por determinado lugar con un conjuro.

^^ Hola mis amores ¿qué tal están?
Espero que les haya gustado este capítulo mis nekitos, no tengo mucho que decir en esta ocasión espero que estén disfrutando sus vacaciones.

Yami y Yugi estan avanzando cada vez más ehhh, ehhhh ¬w¬  

Saludos! Ja ne! 

Aquí estoy porque eh venido
Porque eh venido, aquí estoy
Y si no le gusta mi canto
Como eh venido. Me voy!

 

 


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