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Fuguémonos por RyuStark

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Notas del capitulo:

Hola bebés bonitos <3

Lo sé, nuevamente deje que pasara mucho tiempo pero realmente he estado ocupada con otros trabajos que por más que me esfuerzo no logro terminar D: También vi que no había muchos comentarios y me puse poquito triste y dije seguramente no les gusta el Fic pero luego comenzaron a aumentar las visitas y los comentarios mucho y eso me animo monumentalmente más a seguir :D <3 <3 <3 <3

Dejando eso de lado les cuento que me sentí una pervertida al escribir este capítulo, no me pregunten por qué. Sin embargo les cuento que hoy si les traigo lemon ¬w¬ y también tanta azúcar, miel y chocolate que les dará nuevamente diabetes. Digo después de todo este es un Fic fluff así que…¡Ya saben a lo que se atienen! Jajaja obviamente mucho humor y payasadas perooooo también un ligero toque de drama :3 ¡Disfrútenlo!

Este capítulo se lo dedico claramente a todos los amantes del AoKaga con todo el amor y cariño del mundo particularmente a Ari-nee por amm motivos pervertidamente obvios >u< <3

///Kagami///

Silbo un poco mientras cocino la cena y veo de reojo a Hine en su cunita portátil sobre la alfombra, alado de Aomine el cual lee una revista deportiva cuando de repente nuestro hijo empieza a llorar. Daiki…

-Lo sé Bakagami créeme que lo tengo aun lado, es imposible no ver a este pedacito candente de cielo.

No hables raro frente al bebé.

-¿Quién es un sexy hombrecito eh hijo? ¿Verdad que tú lo eres?

Aomine saca al bebé de su cuna para cargarlo y arrullarlo mientras le hace caras raras. Por mi parte ruedo los ojos viendo a Aomine y su pequeña copia mover sus manitas mientras lo mira curioso. Lo estás asustando con tu horrible cara Ahomine.

-¿De qué hablas? Él y yo tenemos el mismo rostro matador.

Hine comienza a llorar con fuerza haciéndome suspirar. No debiste de haberle dicho eso, prácticamente lo has traumado diciéndole que se parece a ti feo.

-Hine ¿Verdad que tu madre se equivoca? Apenas Bakagami ve a este par de morenos sexys y se le caen los calzones de la emoción.

Gruño viéndolo reírse mientras intenta consolar a nuestro hijo que llora levemente. Apago el fuego y rápidamente voy hasta donde están quitándoselo con cuidado y arrullándolo viéndolo dejar de llorar. Pobre de mi pequeño bebé, con un papá tan feo y arrogante, todo un tonto ¿Verdad guapo? Porque tú a diferencia de tu padre sí eres guapo, el chico más lindo del mundo ¿Qué digo del mundo? ¡Del universo entero! El número uno en mi corazón. Hine deja de llorar comenzando a mover sus manitas emocionado mirándome tiernamente.

-¿Ahh? ¡Yo soy tú número uno!

Jódete Ahomine tú eres mi número tres.

-¡¿Ni siquiera el dos?!

No, el uno es Hine, el dos es el basquetbol y luego tú, ah y di que estás en mi lista.

-Ah pues muchas pinches gracias que considerado ¿Debería follarte para hacerte reconsiderar tus prioridades eh Bakagami?

Inténtalo Ahomine y dormirás encima de una jodida palmera de la golpiza que te voy a meter. Ambos nos reímos mientras él se acerca abrazándome por el cuello y rápidamente besándome. Ni siquiera intento resistirme abriendo la boca y dejando que introduzca su lengua en mi interior haciéndome vibrar encendido hasta que Hine comienza a llorar por lo que empujo a Daiki separándolo y consolando a mi hijo ¿Qué pasa Hine? ¿Te hiciste del baño?

-Hijo admite tu derrota, Bakagami es débil ante mis besos y tú eres solo un bebé en pañal.

Le clavo la mirada a Daiki inquiriendo su retraso mental ¿De verdad le estás diciendo esto a tu hijo Ahomine?

-Bakagami no hay que ser muy listos para saber que ambos te amamos y aunque Hine es chico tiene mis genes y mi sangre, le gusta lo imposible al igual que a mí. Y simplemente por eso le aclaro que me perteneces de una vez.

Que listo eres, joder Daiki a veces realmente me pregunto cómo carajos te criaron tus padres señorito egoísta. Daiki me sonríe ignorando mi comentario y abrazándome por el cuello viendo que nuestro hijo lo sigue con la mirada a lo que Aomine le saca la lengua burlonamente haciéndolo llorar. De inmediato le suelto un codazo que lo hace jadear y retroceder escuchando a mi hijo callar y pegarse más a mí. No lo escuches hijo ya te lo dije tú eres mi número uno.

Miro a Aomine echarse en el sillón por lo que yo acaricio a mi bebé llenándolo de besos. Aguanta a tu feo padre un poco más ¿Sí? tengo que terminar de cocinar. Se lo dejo a Aomine el cual lo carga y a penas me volteo comienza a besarlo hasta casi asfixiarlo haciéndome sonreír. Regreso a la estufa encendiéndola y siguiendo con mi labor.

-Ah…joder Hine eso...eso es trampa piquete en los ojos no vale.

Tan solo me rio viendo a Aomine tallarse el ojo ya que seguramente choco con la mano del bebé. Apenas han pasado dos meses desde que Hine nació para poner nuestro mundo tiernamente de cabeza sin mencionar que ya es toda una celebridad. Al parecer nuestro espectáculo y drama cuando íbamos rumbo al hospital contándoles a todos que nuestro hijo ya nacería valió la pena. Algunas personas como el amigo de Aomine y su familia fueron a vernos a la clínica directamente y otros nos regalaron un montón de cosas.

En cuanto regresamos a casa dos días después encontramos la entrada llena de bolsas con alimentos más muchos juguetes y ropita para bebé. Realmente fue un tierno detalle por parte de las personas de la villa. A pesar de que ya podría volver a trabajar me niego a hacerlo digo después de todo ¿Quién cuidaría a Hine? Aparte de que la idea de dejarlo con alguien más siendo apenas un bebé se me hace bastante cruel.

Los primeros días fueron toda una hazaña, es como si de verdad le hubiera dado parte de mi vida a mi hijo. Me sentía letalmente agotado después del parto por lo que Aomine se encargó por lo menos las dos primeras semanas de levantarse en la madrugada cuando Hine se hacía del baño o simplemente quería ser cargado. A veces estaba tan cansado por la falta de sueño que ni siquiera sentía cuando tenía a Hine pegado al pecho comiendo y me sigue pasando.

Realmente fueron días agotadores pero sumamente increíbles, desde que le enseñamos nuestro hogar hasta donde sería su habitación ya que creciera más. Sus juguetes y hasta fotos de gente que aun ni conoce. Es maravilloso enseñarle a una persona sobre un mundo único y especial que lentamente va descubriendo. A pesar de ser la copia de Daiki nuestro hijo es sumamente risueño, un poco llorón pero bastante tierno, gracias al cielo no sacó ese semblante duro de su padre.

Creo que si alguien nos viera en este momento a Aomine y a mí se reirían hasta las lágrimas de nosotros. No es que diga que intimidábamos ni nada pero ahora nos la pasamos hablando quedito diciendo cosas ridículas a nuestro hijo, haciendo caras raras y colgándonos hasta la luna y las estrellas con tal de verlo sonreír. En especial Aomine, esa fiera agresiva ha tenido que aprender a controlarse y a compartir mi atención.

Al principio no le gustó mucho pero ama tanto a nuestro hijo que solamente a él se lo pasa por alto. Después de todo es un padre orgulloso que a pesar de que “pelean” ridículamente entre ellos lo presume a los cuatro vientos y siempre que sale se lo quiere llevar. Sonrío terminando de colocar la comida en platos y mirando como Aomine enchueca y gira los ojos para Hine viéndolo balbucear tiernamente. A cenar Ahomine.

-¿Me darás pecho Bakagami? ¿Puedo abrazarte mientras lo haces?

De inmediato se me bota una vena de la frente viendo como se ríe. Solo no te mato porque…

-Sí, sí ¿Luego quién mantendría y amaría tu trasero insaciable?

Le gruño viéndolo reírse y recostar a nuestro hijo en su cuna para luego traerlo consigo y colocarlo sobre la mesa en medio de ambos. Comenzamos a comer platicando de un par de cosas y riéndonos mientras el bebé bosteza adormilado.

-Taiga…

¿Qué pasa?

-Se que te enciende hablar conmigo pero creo que estás mojándote demasiado cariñito.

¿Ah? ¿De qué hablas idiota? Me señala mi camiseta por lo que bajo la mirada sonrojándome hasta las orejas al ver como por la parte de mi pecho se ha humedecido por el exceso de leche. Daiki me dedica una mirada perversa mientras yo tomo una servilleta limpiándome. Es que…ya debo darle de cenar.

-Ya está dormido pero puedes dármelo a mí. Beberé todo lo que gustes sin quejarme amorcito.

Jódete “amorcito” a ti no te doy ni la puta hora estúpido. Le arrojo la servilleta a la cara escuchándolo reírse mientras yo vuelvo a comer. No es la primera vez que me pasa y como no soy una chica me niego a usar algo raro para el pecho. Aunque sinceramente si es bastante extraño tener el pecho húmedo la mayoría del tiempo. Una vez que terminamos la cena me doy un baño para luego ir al futón donde yacen acostados Daiki y Hine el cual ya está más dormido que despierta dejando que su padre le pique sus redondas y rosadas mejillas. Déjalo en paz idiota.

-Oh joder que vista. Maldición Bakagami ¿Me estás seduciendo?

Comprendo que solo vengo en ropa interior sonrojándome y desviando la mirada. No uso playera para dormir después de todo hace muchísimo calor y no queremos usar el ventilador directamente por miedo a que le haga daño al bebé. Termino de recostarme dejando a nuestro bebé en medio.

Lo agarro con cuidado pegándolo a mi pecho para intentar que coma un poco ya que realmente necesito sacar lo que tengo. Aomine se recuesta de lado mirándome fijamente con una estúpida sonrisa en el rostro mientras yo intento inútilmente que mi hijo coma. Apenas lo hace un poco para quedarse por completo dormido. Vamos hijo come.

-No jodas Bakagami está cansado, seguro que se despierta en unas tres horas y tendrá hambre. Se parece a ti siempre quiere comer en el momento menos oportuno.

Sonrío estirando mi mano y dándole un leve golpe a Aomine en el pecho. Rápidamente sujeta mi mano jalándome un poco y acercándonos cortando la distancia para besarme. De inmediato cierro los ojos y acaricio su rostro conforme su lengua juguetea con la mía hasta que escuchamos un pequeño ruidito. Nos separamos ya que comprendemos que podríamos apachurrar a Hine. Daiki lo toma con cuidado colocándolo en su cunita que está sobre el piso justo al lado de nuestro futón.

Le da un beso en la mejilla y ni siquiera espera viniendo contra mí. Sé que debería detenerlo pero ese beso me ha puesto realmente caliente sin mencionar que ya van casi cuatro meses en los que no hemos “intimado” de esa manera. Se coloca encima de mí metiéndose entre mis piernas para comenzar a besarme con pasión y lujuria, casi con gula como si quisiera comerme entero y acabarme a mordidas.

Hago mi cabeza de lado dejando que bese y lama la piel sensible de mi cuello sintiendo mi cuerpo ardes y estremecerse al contacto. Acaricio y rasguño su espalda ancha, tibia y ahora húmeda por el sudor para luego meterlas entre su cabello azul brillante despeinándolo sin dejar de gemir. Hahh…Daiki.

-Dime que lo quieres Taiga, dímelo ahora.

Lo quiero, lo quiero maldición, fóllame. Ambos sonreímos entre besos mojados y ruidosos mientras él se incorpora un poco para sacarme la ropa interior de un jalón dejando al descubierto mi erección que no tarda en reventar.

-Maldición, eres tan sexy.

Me sonrojo indudablemente mirando como él también se baja la ropa interior liberando su enorme, dura, hinchada y goteante erección la cual no deja de escurrir sobre la mía excitándome aún más. Aomine se inclina para besarme nuevamente mientras yo tomo su erección uniéndola con la mía y comenzando a frotarlas juntas brindándonos un placer indescriptible. Daiki no espera llevando un par de dedos hasta mi entrada empujando uno que me hace gemir con fuerza.

-Shh…vamos no quieres despertar a Hine.

Me cubro la boca con una mano dejando que el placer me invada conforme Daiki empuja otro dedo en mi interior con más fuerza y profundidad moviéndolos. Daiki…maldición. La presión se acumula en mi cuerpo el cual arde de lo caliente que me siento no solo por la pasión del momento sino por el ambiente sofocante. Algunas lágrimas brotan de mis ojos mientras empiezo a mover mis caderas contra él en busca de alivio. Daiki rápido…rápido hazlo.

Aomine tanto o más desesperado que yo se termina de acomodar, sacando sus dedos y rápidamente sustituyéndolos por su gruesa erección la cual empuja con fuerza metiéndomela de una sola estocada. Me muerdo el brazo acallando mis gemidos a la vez que arqueo la espalda y me retuerzo por sentirlo tan duro y profundo dentro de mí. Ambos jadeamos casi asfixiándonos y mirándonos perdidos entre la poca cordura que nos queda y el placer.

-Estás hirviendo y apretándome tanto.

Daiki se relame los labios obscenamente tentándome para luego sonreírme perversamente y comenzar a moverse. Me muerdo los labios aferrándome a las colchas sintiendo como se aferra a mis muslos dándome bruscas estocadas. Se hunde en mi interior con saña y fiereza creando una serie de sonidos sucios y pervertidos por el choque de nuestros cuerpos. Me folla tan duro casi perforándome mientras yo no puedo hacer más que gemir por lo bajo.

Vuelve a inclinarse para besarme fugazmente los labios comenzando a descender por mi barbilla y mi cuello paseándose por mi pecho. Abro los ojos y le entierro las uñas en la espalda al sentir su lengua lamer mis pezones. Daiki no…ahh…no. Un fuerte gemido se escapa de mi boca la cual no tardo en cubrir al sentir sus dientes sobre uno de mis pezones. No…no, Daki no…se...se va a salir.

Me voltea a ver dedicándome una mirada lasciva que me hace temblar. Daiki… Me da un par de lamidas más para luego comenzar a succionar con fuerza. Apenas siento como comienza a salir la leche no puedo evitar correrme de lo rico que se siente. Aomine me succiona con demasiada rudeza mientras pellizca mi otro pezón enloqueciéndome y haciéndome alucinar.

Mi cuerpo tiembla, vibra y se contrae de tanto placer recorriéndome cada vena, mi sangre bombea agitada mientras montones de dulces escalofríos me recorren la espalda acumulándose en mi vientre bajo. Jadeo enloquecido metiendo mis manos entre su cabello para presionar más su rostro contra mí. Más…ahh…Daiki más, más fuerte más….joder más.

Aomine lleva un par de dedos hasta mi boca metiéndolos para ahogar mis gemidos sin dejar de succionarme ni de penetrarme con rudeza. Sus brutales estocadas en compañía de su boca me fulminan totalmente. Apenas miro como levanta el rostro y largos chorros de leche escurren por la comisura de sus labios no puedo evitar sonrojarme aún más. Hace tanto calor que siento que me derrito completamente.

-¿Puedo?

Se inclina lamiendo mi otro pezón lentamente haciéndome temblar. Nos miramos fijamente sofocados hasta el exceso hasta que yo asiento. Daiki me sonríe comenzando a succionarme mientras yo vuelvo a estremecerme. Sentir su lengua húmeda, suave y tibia chupándome y succionándome más nuestros cuerpos uniéndose sin descanso sin duda me hacen sentir que toco las estrellas. Daiki… te amo.

-Te amo más Taiga.

Une sus labios con los míos haciéndome avergonzar debido al sabor dulce de la leche en su boca. Se aferra a mis muslos para penetrarme con demasiada rudeza jadeando excitado entre mis labios hasta que no puede más. Apenas siento como Daiki se corre dentro de mí no tardo en hacerlo entre nuestros abdómenes. Daiki cae rendido sobre mi pecho respirando totalmente agitado al igual que yo.

Lo abrazo acariciando su espalda y sonriendo al sentir su cuerpo caliente y húmedo sobre el mío a la vez que le doy pequeños besos en el rostro. Limpio las pequeñas gotas de sudor que se deslizan por su preciosa piel morena percatándome que se ha quedado completamente dormido. Lo empujo levemente para recostarlo boca arriba con cuidado estremeciéndome al sentir como sale de mi interior sin mencionar toda la leche que escurre por mi pecho y de su cuello.

Una vez que nos limpio lo acomodo y me acerco a él abrazándolo y recargándome en su pecho para dormir a gusto sin necesidad de taparnos ya que el calor húmedo está en su punto. Bostezo agotado cerrando los ojos a sabiendas de que Hine no tarda en despertarse para pedirme de comer. Aunque sea un par de horas podremos descansar sin mencionar que me servirán para reponer la leche que Aomine se tomó.

<><><><><> 

///Aomine///

Bostezo cansado mientras cargo un par de cosas sintiendo como me dan una palmada en la espalda, volteo mirando que es uno de mis compañeros de trabajo.

-¿Noche mágica eh muchacho?

Ojalá fuera en el sentido en que lo dices, mi hijo no lloró anoche pero como que ya me acostumbre a levantarme cada tres horas para ver si está bien. El hombre se ríe palmeándome más fuerte.

-Te acostumbrarás, eso es solo con el primero, ya con los demás que vengan no serás tan precavido.

Le sonrío de lado viéndolo irse mientras vuelvo a bostezar, después de todo aunque Hine no llore Bakagami se despierta para revisarlo de igual forma o darle de comer. Sonrío sintiendo un rico escalofrío recorrerme la espalda de solo recordar nuestras noches de pasión de las últimas semanas. Me encantaría follarme a Taiga diario pero ninguno estamos en condición de tanto por lo que nos conformamos con una o cuando mucho dos veces por semana.

Me gustaría pensar que ya que Hine crezca un poco más tendremos más tiempo para rompernos el cuerpo a besos y mordidas. Sonrío agotado ya que por fin termina mi turno por lo que salgo hasta mi camioneta subiéndome y emprendiendo el viaje de regreso a casa no sin antes detenerme en un pequeño súper mercado para comprar cosas que hacen falta. Compro los dulces y bocadillo de Bakagami más un aterrador muñeco con cuernos para mi hijo, aun es pequeño pero seguro que le encontrará un uso.

En cuanto llego a casa escucho que todo está tranquilo, lo único que se escucha es el oleaje más las cigarras que cantan enloquecidas por el calor incandescente. De vez en cuando suena el pequeño colgante como campana que es mecido por el viento al igual que las flores y los pastizales que brillante intensamente. Entro y dejo las bolsas en la barra viendo que Taiga se encuentra sentado y dormido en el sillón.

Me rio por lo bajo viendo que aún dormido mese con su pie la cunita portátil de Hine. Después de lavarme las manos me acerco hasta mi hijo el cual está despierto observándome. Lo cargo comenzando a besarlo hasta el exceso sintiendo como se mueve animado balbuceando un poco y sujetando mi rostro. Hola guapo ¿Te habían dicho que eres seriamente bonito eh? ¿Te lo habían dicho?

Pues yo te lo digo, seguro que traerás vueltas locas a todas las chicas con ese rostro coqueto ¿Qué dices hijo? ¿Qué nos vayamos de conquista mientras tu madre duerme? ¿O es que prefieres jugar un partido conmigo? Déjame decirte que por ser un bebé no te tendré piedad, si no la tengo con el cejas partidas no la tendré contigo. Tan solo jadeo sintiendo como me dan un golpe en el costado viendo que Taiga se ha despertado y me mira divertido.

-¿Quién se va a ir de conquista Ahomine? Porque en ese caso dame a Hine y te saco a ligar a la calle de una patada en el trasero imbécil.

¿Qué quieres darme el trasero? Que generoso de tu parte Bakagami supongo que no puedo rechazarlo. Kagami me gruñe mientras yo me rio oliendo algo rico en el ambiente ¿Estás cocinando algo?

-¡Mierda el pastel!

Taiga se levanta de un brinco para luego correr al horno y sacar del interior un inmenso pastel que por suerte no se quemó ¿Celebramos algo?

-¡Claro que sí grandísimo idiota! ¿Qué ya olvidaste que hoy cumple seis meses tu hijo? ¡Menudo padre imbécil que tiene!

No jodas Bakagami, le hemos “celebrado” cada mes y hasta regalos le compramos ¿Este mes será lo mismo? Lo harás un niño consentido.

-Pero si muérdete la lengua estúpido que no conozco a nadie más consentido que tú. Además mi madre solía celebrar todos mis logros por pequeños que fueran desde que era un bebé y quiero hacer lo mismo con mi hijo. Además también celebro que no hemos muerto en el intento de ser padres este medio año.

Eso sí que hay que celebrarlo, nos merecemos  un galón de cerveza y una buena follada. Ambos nos reímos mientras Kagami pone el pastel a enfriar mientras yo siento como mi hijo juega con mi rostro.

-¡Ah! Qué bueno que llegaste, ahora me iré a comprarle algo a Hine para su pequeña fiesta así que quédate con él y cuídalo. Me saque un poco de leche por lo que si tiene hambre caliéntasela, está en el refrigerador, también hay comida para ti. Y Aomine por favor no hagas nada estúpido.

Ni siquiera me da tiempo de contestar, tomando las llaves de la camioneta para salir cual rayo mientras yo suspiro derrotado mirando a mi hijo. Así que…solo somos tú y yo ¿Cómo deberíamos matar el tiempo mientras esperamos por esa cosa pelirroja y sexy que ambos amamos? Sonrío un tanto perversamente para luego besar a mi hijo.

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Miro pensativo dos pequeñas camisas con lindos dibujos de balones de basquetbol y otra con lindos tigrecitos ¿Cuál debería comprarle a Hine? Miro de reojo la canasta que cuelga de mi brazo viendo que ya está llena de cosas. Bueno pues supongo que las dos estarán bien. Las meto para luego ir hacia las cajas percatándome que ya me he tardado más de tres horas y ya se ha oscurecido el cielo completamente. Espero que Aomine no esté haciendo sus tonterías.

Regreso a prisa no sin antes pasar a comprar un par de latas de cerveza para Daiki. Estaciono la camioneta y me bajo dejando las cosas en la entrada. Me asomo viendo la sala vacía mientras que suenan a todo volumen las típicas canciones de hip hop que Aomine ama a todo volumen. Miro que las luces de afuera de la parte lateral están prendidas más el sonido del balón rebotando. Sonrío sabiendo donde están.

Camino lentamente viendo que la enorme puerta corrediza está abierta mostrándome toda una escena. Aomine se encuentra tan solo en ropa interior y sus tenis deportivos al igual que Hine que se encuentra únicamente en pañal y sus pequeños tenis idénticos a los de su padre.

Con una mano lo carga de frente mientras con la otra bota el balón y grita emocionado desplazándose por toda la cancha dando esas vueltas y brincos salvajes tan típicos de él mientras nuestro hijo eleva sus manitas emocionado también gritando alegre.

-Ahí viene el mejor jugador del mundo, se acerca al aro y oh ¿Qué es eso? ¡No me lo creo, lo hará, lo hará! ¡Hará una clavada con dos manos! ¡El gran Hine!

Daiki carga a Hine haciéndolo sostener el balón con sus dos manitas para luego levantarlo y hacerlo tirar el balón a través del aro.

-¡Encestó! ¡Lo hizo! ¡Realmente lo hizo! ¡El mundo jamás había visto un jugador más grandioso que Hine!

De inmediato ambos gritan eufóricos mientras Daiki corre por toda la cancha divirtiendo a nuestro hijo el cual patalea totalmente feliz riéndose y aplaudiendo. Le bajo un poco a la música para luego aplaudir llamando su atención mirándolos sonreírme.

-¿A quién tenemos aquí? ¿A nuestro fan número uno eh? Aquí es cuando nos arrojas tus calzones de abuelita Bakagami.

Idiota, claro que soy su fan número ahora dime ¿Me permite cargar y besar al jugador más grandioso de la historia?

-Solo si le das un beso a su padre primero.

Sonrío acercándome y rápidamente besándolo con pasión mientras mi hijo me abraza hasta que lo cargo. Miren nada más, los dos están totalmente bañados en sudor ¿Qué haré con ustedes? ¿No les dije que se portaran bien? Ahora tendrán que bañarse. Daiki se ríe secándose las gruesas y calientes gotas de sudor que recorren su cuerpo ¿Crees poder bañarlo tú solo mientras adorno el pastel?

-Mírame y aprende Bakagami.

Ahomine… Se lleva a Hine mientras yo adorno el pastel y preparo unas botadas, una vez listos los dos salen cambiados por lo que yo coloco el pastel en la mesa y le pongo una velita. Le cantamos viéndolo reírse, gritar y balbucear emocionado aplaudiendo mientras yo tomo un par de fotos de nuestra familia que se van al álbum especial. Miro a Daiki apagar la velita junto a nuestro hijo mientras yo sonrío pensando que nada en este mundo se podría comparar con esta sensación de satisfacción y alegría que me da al verlos sonreír.

Definitivamente no cambio esto por nada. Luego de un poco de comida y pastel le doy sus regalos a Hine los cuales abre con nuestra ayuda recibiendo un extraño muñeco por parte de Aomine. Daiki esa cosa esta asquerosamente fea y horrible ¿Por qué mierda tiene cuernos? Es más ¿Por qué rayos le compraste eso? ¡Es un bebé!

-¿De qué carajos hablas? Es un demonio y Hine un hombre y a los hombres nos gustan las cosas voraces y con cuernos.

No jodas idiota.

-Pensé en comprarle una Barbie también sabes.

¿Y una Barbie para qué?

-Pues para que fuera la novia de pechos grandes del demonio. Así como tú lo eres tú de mí.

Apenas si alcanza a esquivar el golpe que le suelto mientras se ríe sin embargo no se logra zafar del jalón de cabello que le doy. Miramos a Hine jugar con su estúpido juguete el cual termina aventándole a Daiki en la cara, picándole un ojo con uno de los cuernos y haciéndome reír. Ahora que lo pienso me gusta ese juguete.

-Ja ja que pinche gracioso. Oh...espera ¿Quieres ver algo genial Bakagami?

No.

-Bien solo espera.

Dije que no idiota. Se lleva a Hine mientras yo ruedo los ojos pensando en que payasada hará ahora cuando de repente suena el teléfono. Apenas contesto Aomine regresa cargando a nuestro hijo sacándome una carcajada al ver que se fabricó unas gruesas y enormes cejas negras de cartón al igual que un bigote los cuales se ha pegado y le ha puesto unos iguales a Hine. Levanta una ceja matándome de la risa.

-¿Taiga?

Ah lo siento. Tatsuya que bueno saber de ti ¿Qué pasa? Tatsuya titubea mientras Aomine se acerca haciendo caras chistosas al igual que Hine que se ríe con su enorme bigote puesto. Me aparto el teléfono unos segundos para reírme y mirar a Aomine. Deja de ponerle cosas raras a mi hijo imbécil. Jamás vuelvo a dejarte solo con él, solo haces estupideces.

-¿Tú crees?

Aomine vuelve a levantar una ceja haciéndome reír.

-Taiga ¿Me estás oyendo?

Me vuelvo a pegar el teléfono limpiándome las lágrimas de la risa. Lo siento ¿Qué me decías? Daiki corre alegre con Hine por toda la sala mientras yo me tranquilizo viéndolos felices.

///Aomine///

Hine y yo le hacemos muecas a Taiga viéndolo reírse divertido mientras habla por teléfono.

-Basta idiota no entiendo lo que Tatsuya quiere decirme.

Ay sí, ay sí el pinche emo. Me enseña el dedo de en medio mientras yo sufro un par de jalones de cabello de mi hijo. Ya sé que quieres que él te cargue pero cejas partidas está hablando por teléfono con tu tío el raro.

-¡¿Qué?!

Elevo la vista dejando de sonreír al ver la expresión sumamente perturbada de Taiga.

-Sí, si yo iré...iré…iré lo más pronto posible.

Taiga cuelga mientras yo me arranco mis aditamentos y le retiro con cuidado los suyos a mi hijo. Hey ¿Qué pasa? ¿Por qué esa cara? Kagami me mira preocupado, triste, melancólico y un tanto decaído.

-Daiki…tenemos que volver a Tokio lo antes posible, ahora mismo si se puede.

Lo miro sorprendido sin poder creerlo, todo es perfecto en este momento en nuestras vidas ¿Qué pudo haber ocurrido para que Taiga reaccione así?

Notas finales:

Creo que si pudiéramos resumir este capítulo sería en “Daiki tomó leche de Taiga y le enseña puras payasadas a su hijo” *huye* Lo sé…sexo y lactancia ya sabían que esto pasaría y les juro que tenía tantas cosas en mente que pensé en incluirlas todas de una vez pero luego me dije nah, mejor lo iré poniendo poco a poco a si ni ustedes ni yo morimos durante el lemon jajaja c: <3

Como se pueden dar cuenta Bakagami y Ahomine son unos padres orgullosos, Taiga una madre consentidora y Daiki un idiota que siempre se la pasa haciendo estupideces raras con su hijo el cual es su ahora rival por el amorss del cejas partidas más sexy del mundo jajaja <3

Todo es miel sobre hojuelas en el hogar de la familia Aomine hasta que Tatsuya llama por lo visto no con buenas noticias ¿Qué habrá pasado? ¿La felicidad se les vendrá abajo a esos dos brutos y su bebé bonito? ¡Oh cielos! ¡Ni yo lo sé! >u< jajajaja c:

Muchas gracias por leer y comentar eso me motiva en exceso TTATT *llora gaymente* Nos vemos en el próximo capítulo ¡Los amo muchísimo! <3 :D


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