MinSeok observa la nuca de la persona sentada a su delante. Piensa en tantas cosas y nada a la vez, como ese pequeño lunar que adorna el cuello del otro. Deseos desconocidos se apoderan de su ser pero él no sabe que es, o finge no saber. Un corazón latiente que duele por momentos.
Es lamentable el momento en el que casi después de un año sigan encontrándose pero ni un saludo.
MinSeok piensa que tal vez nunca haya un saludo.
El otoño resplandece, el invierno está cerca.
Extrañamente el invierno nunca fue triste ni gris para MinSeok. El invierno apareció con ojos oscuros y bellos dirigidos en su dirección.
El castaño culpa a su timidez, a su miedo, a su desconfianza. Él podría dar todos los consejos del mundo sobre como arriesgarte por el amor de tu vida, sin embargo no lo practicaría.
El tiempo corre pero no es capaz de emitir una palabra ¿Por qué lo haría en primer lugar? No es de todos los días que un desconocido se te aparezca con palabras de amor, de juramento o esos tipos.
MinSeok lo ha pensado por mucho tiempo, ha dado vueltas al asunto. Es tema que logra distraerlo en momentos en los que solo quiere crear un nuevo mundo. Un mundo donde sin temor se lance a la aventura. Pero él está estancado en el quiero pero siento que no puedo.
Hubo momentos en los que consideró que había mucho más que simples vistazos. En esos momentos MinSeok fingiría ceguera.
Como aquella vez en la que terminaron juntos el uno con el otro. El autobús (oh, bendito autobús) freno de repente causando por inercia ser llevados hacia adelante. MinSeok disfrutó fugazmente ser atrapado por el costado del pelinegro. Como algo tan poco duradero logró agitar su existencia aun lo frustra.
MinSeok suspira cuando su situación suena para él mismo lamentable. Él es de los que cree que si existiera interés de la otra parte ahora mismo serían más que amigos.
El inconveniente es porque MinSeok no se arriesga a leer los ojos, cual libro.
Mientras que SeHun releería los ojos de MinSeok porque son sus favoritos, aprendiéndose cada dialogo y párrafo.
SeHun ha diferencia de MinSeok no quiere ser ciego. Anhela poder descubrir lo que ocultan los ojos del contrario bajo espesas pestañas.
SeHun ya no quiere esperar, porque esperar se ha vuelto una tortura y a pesar de saber que está jugando un todo o nada. La sensación ardiente en su pecho parece querer no irse, y siente que la odia pero a la vez la ama.
“¿Po-por qué?” Se retiene en los labios de MinSeok sin ser pronunciados cuando el pelinegro baja del autobús faltando un tiempo considerable antes de llegar. La duda es especialmente por ese vistazo que dio el joven antes de desaparecer de su radar.
MinSeok sigue sin ver lo que SeHun estuvo mostrándole todo ese tiempo, porque para él sin conocerse totalmente no puede haber amor. Por ello no acepta el haberse enamorado por medio de lo que se denomina “amor a primero vista”. No, él no.
SeHun desconoce aquello. No hay marcha atrás, esta decisión ha estado en su cabeza los últimos días. SeHun lo ha decido porque para él no existe un “Y qué hubiese pasado si…”. Porque es una mezcla de ansiedad, intolerancia e ilusión lo que lo motiva a actuar. Y quitar un peso encima sobre lo que va a hacer.
Todo ha resultado extraño. MinSeok lo recuerda el resto del viaje, al bajar del autobús, al entrar a su siguiente clase, durante el receso e incluso en la salida. Ha tenido que pedir a sus compañeros los apuntes por lo distraído que estaba. Porque su consciencia está estancada desde aquella mañana.
Para el final del día, en la supuesta comodidad de su cama, MinSeok ha llegado a la conclusión que nada sucedió, ha podido ser un muerto en vida durante el día pero nada ha sucedido realmente. Debe ser un sueño seguramente, intenta convencerse. Él no puede estar tratando de conciliar sueño cuando debe trabajar en su exposición de mañana.
Aun no logra descubrir lo que aquellos ojos expresaban. Tras cabellos alborotados y ojos rojos se rinde al cansancio.
Es más fácil hacer nudos que desatar lazos… ese afán constante del ser humano de complicarse la vida. –gm-
A la mañana siguiente al despertar toda acción en la vida de MinSeok se vuelve maquinal. Suspira antes de subir ¿Será posible ver al pelinegro hoy?
Durante el recurrido no ha sucedido nada sobre saltante, o nada de lo que haya prestado real atención. Su mente es opacada por recuerdos patéticos a su parecer, está actuando como una estúpida chiquilla hormonal. Cuando él es todo un hombre.
Baja del autobús ausente de lo que hace. Es un poco tonto distraerse pateando con una pequeña piedra pero lo hace.
¿Cuándo será la próxima vez que lo verá?. Los sucesos anteriores aun lo tienen confundido pero ha creado diversas excusas/explicaciones para ello.
Como que el pelinegro se olvidó algo importante y debido a eso tuvo que bajar antes. Eso hasta ahora es el más creíble y MinSeok conserva su teoría.
La piedrita pasa a segundo plano cuando esta ha chocado con las zapatillas de alguien. MinSeok alza la vista sintiéndose desfallecer cuando unos ojos marrones oscuros lo reciben.
El pelinegro está ahí, realmente allí delante suyo, el castaño no lo cree, sus ojos se abren pasmados, como tratando de caber lo que está sucediendo.
SeHun sonríe nerviosamente antes de desenvolver un cartel que lleva en sus manos.
MinSeok lee el mensaje despacio, conectando ideas. Su cerebro no funciona solo logra emitir señales a todo su sistema cuando el pelinegro lo ha abrazado. Su estúpido corazón no deja de realizar piruetas en su caja torácica cuando el más alto ha pronunciado su nombre.
Pero aun así no puede procesar las simples frases escritas en una ordenada letra:
“Una mirada significativa vale más que simples palabras vacías”
- Espero que veas cuanto me gustas…MinSeok