--------En la cocina hace unos minutos-------
Narra: Autora
Todos entraron a la cocina en completo silencio, Luffy y Robin tenían razón, pero eso no significaba que no se preocuparan por su capitán. Todos se sentaron alrededor de la mesa, algunos sumergidos en sus pensamientos, otros preocupados. Sanji se acercó a donde tenía los platos listos, para servírselos a sus nakamas.
Todos comenzaron a comer en completo silencio, nadie se atrevía a hablar, ya que no sabían que decir. Incluso el ciborg se encontraba serio, Nami y Robin se miraban preocupadas, así que la arqueóloga se tapó un ojo con una de sus manos. La peli naranja no le quedo de otra que romper el hielo, ya que su querida amiga se encargaría de espiar al par de azabaches.
-¿Y bien, que piensan que va a ser?- pregunto un poco animada la navegante, ganándose las miradas curiosas de todos los presentes.
-¿A que te refieres, Nami?- pregunto el de nariz larga curioso.
-Al bebe que espera Luffy, baka- le regaño, a lo que se sorprendieron los demás. La verdad ninguno ha pensado en ello, pero tampoco sabían que decir.
-Fufufufu, espero que salga alegre como capitán-san, y no un amargado como Torao-kun- comento la azabache con una sonrisa, aun con el ojo tapado. A lo que algunos se rieron, dando ánimos a hablar.
-Pero que no sea un estúpido- dijo con una sonrisa el peli verde.
-En eso tienes razón, Zoro- le dijo la navegante con una sonrisa burlona. Y diciendo cosas como esta, comenzaron una alegre conversación, ya imaginándose a su futuro nakama, mientras disfrutaban el exquisito almuerzo que les habría preparado el pelirrubio. El ambiente era agradable, pero la ojiazul tenía una expresión fría, a lo que se percató el cocinero.
-Robin-chan, ¿ocurre algo?- le preguntó serio, logrando que algunos dejaran de hablar para escuchar, poniendo atención a la conversación. Cuando la morena le iba a responder, fue interrumpida.
-¿Qué son esos gritos?- pregunto el francotirador.
-Son de capitán-san y Torao-kun- le respondió la pelinegra, a lo que Zoro y Sanji se pararan para ir a la habitación de los hombres, también iban a seguirles Usoop, Brook y Chopper, pero pararon en seco al ver que fueron retenidos por la arqueóloga –No los interrumpan- les advirtió, aun estando observando al par de azabaches en la otra habitación con su habilidad.
-¿¡Pero que dices mujer!? ¡A Luffy le hará mal estar gritando con ese patán! – le grito de forma grosera el peli verde, mientras trataba de zafarse de las manos Robin.
-¡Oe, no le hables así a una dama! Cabeza de césped- le regaño el ojiazul, iniciando así una pelea, aun estando retenidos por la anteriormente nombrada.
-Zoro tiene razón, a Luffy no le hace bien estar alterado, le podría hacer daño a su bebe- comento el renito, poniéndose serio, como doctor no podría permitir ese tipo de cosas.
-Pero si van, nunca podrán arreglar las cosas y a la larga, terminara afectando más a capitán-san- se defendió la morena, convenciendo a algunos.
-Entonces dinos que está pasando- le pidió Nami a su amiga, cosa a la cual accedió, comentándoles lo que había pasado y lo que estaban hablando….
--------En el cuartel general de la marina--------
Al final, a Garp no le quedo de otra que contarle toda la verdad al de traje rojo, después de todo su nieto tiene a sus nakamas para que le protejan, ya que él no podría hacer nada para impedirlo siendo marine. Al terminar de relatarle todo a su superior, el espía que se encontraba escuchando todo, abandono el lugar en shock, esto definitivamente estaría en la portada de todos los diarios
-¿Es una broma?- le pregunto el menor con ironía
-¿Y que ganaría yo con mentirte, Akainu?- le respondió completamente serio
-De ser “eso” verdad, tenemos a los mugiwaras... no, también a los hearts bajo nuestro poder, con solo retener a Mugiwara, podremos obligarles a rendirse- sonrió sínicamente al decir esto, logrando preocupar al mayor con eso, “que eh hecho” pensó.
Rápidamente se paró el almirante de la frota, dirigiéndose a la puerta, deteniéndose al lado del mayor, quien se estaba arrepintiendo por dentro –Gracias por la información, Garp- y le puso una mano en su hombro –Ahora sé que tú siempre serás leal a la marina, incluso sobre tu familia- dijo con descaro, para después soltarle y soltar una gran carcajada, largándose por la puerta, no sin antes decir que mañana habría una reunión
El peli gris no le quedo de otra que tragarse sus lágrimas y dirigirse en donde se encuentre Sengoku, apretando sus puños por la ira que sentía consigo mismo, por haber sido un completo idiota
Mientras que el reportero se escabullía en algún lugar del cuartel, sacando un denden mushi de su bolsillo, marcando un numero en el
-¿Quién es?- pregunto un hombre de gruesa voz
-¡¡Jefe, les tengo grandes noticias!!-…
--------Con Law y Luffy-------
-Yo voy a tener a este bebe… aunque me cueste la vida…- dijo con voz entrecortada y puso su mano en su vientre… pese a su estado le miraba serio
-Pero Luffy…- no pudo terminar, ya que el menor cae de rodillas, a lo que se puso ambas manos en su vientre, el cual le dolía como nunca antes -¡¡Luffy-ya!!- dijo mientras se acercaba al menor, hincándose frente a él y tocándole la frente, asegurándose que no tuviera fiebre.
-Ugh…duele…- decía entrecortadamente –yo…no quiero… perderlo- dijo mientras le salían más lágrimas, más por el hecho de perder a su bebe que del dolor que le estaba dando este.
-No te preocupes, eso no pasara- el ojigris le abrazo contra su pecho, mientras le acariciaba la cabeza suavemente, logrando que este tranquilizara un poco su llanto –Apoyare la decisión que tomes, pero no llores- el pequeño azabache le abrazo con fuerza, por lo que también le abrazo.
A Trafalgar le dolía el simple hecho de que estuviera llorando por su culpa, era todo un idiota por estar haciéndole sufrir, un completo idiota…Sin que este se diera cuenta, pequeñas lagrimas comenzaban a salir de sus grises ojos. Cuando el capitán del barco comenzó a sentir como unas gotas caían sobre su cabeza, la levanto y gran fue su sorpresa.
Se sintió culpable, por lo que con una de sus manos le seco suavemente las gotas saladas, a lo que el ojeroso le acaricio suavemente la mano. Fue entonces que sus miradas se cruzaron, y un ligero sonrojo adorno el rostro de ambos y sin esperárselo, el pequeño moreno le dio un casto beso al mayor, el cual sorprendido se lo devolvió.
Así estuvieron unos minutos hasta que el aire les hiso falta, separándose y juntando sus frentes, mientras se miraban fijamente. El tatuado le abrasaba por la cintura mientras que el menor tenía sus brazos en el cuello del nombrado anteriormente.
-Te amo Luffy- le dijo esbozando una sonrisa de enamorado sin querer, a lo que el nombrado se sonrojo y esbozo una gran sonrisa, típica de él, pero esta tenía mucho cariño y amor en ella.
-Yo también Law- y dicho esto se volvieron a besar con cariño, a diferencia de otras veces.
Mientras tanto eran observados por una morena, que les relataba a sus nakamas lo que hacían…