--------En el barco de los revolucionarios--------
Narra Autora
Cierto pelinegro se encontraba en el barco de los revolucionarios, siendo más exactos en su oficina, revisando los planos de su próximo ataque, mientras que a su vez esperaba una llamada. Mientras hacia esta tarea, se le vino un repentino pensamiento... Se supone que vería a su hijo cuando la guerra estuviera a punto de estallar, pero debido a su situación, necesitaría más apoyo que nunca. Por lo que se encontrarían antes.
Se quedó pensando en cómo sería su reencuentro, que si estaría enojado o feliz por verle, después de tanto tiempo. Pero pese todo estaría a su lado, como el padre que no ha podido ser durante todos estos años, pero él tenía una razón por aquello. Hubiera seguido de este modo de no ser por el ruido que provocaba el den den mushi, a lo que contesto rápidamente.
-¿Dragon?- pregunto una voz femenina de una forma suave por el otro lado de la línea, por lo que el susodicho sonrió ampliamente al escucharle.
-El mismo- contesto tratando de ocultar su felicidad. La verdad ella era la única que lograba ponerle de esa forma, aunque no le gusta demostrar sus sentimientos.
-Qué bueno… solo quería informarte que ¡ya estoy por llegar!- comento con emoción la mujer a través del otro caracol –Muy pronto… podremos al fin ver a nuestro… ¡Hijo!-
--------Volviendo a la cubierta del Sunny Go--------
Después del grito del menor, nadie digo una sola palabra. Hubo un silencio bastante incómodo para todos y el ambiente era muy pesado. Luffy respiraba pesadamente y se le notaba un poco rojo, mientras que el pecoso se intercambiaba miradas con el rubio ya que no sabían que hacer. Cuando el mayor de los morenos abrió la boca para decir algo, el menor de un salto bajo del barco, quedando en el suelo de la isla, para comenzar a correr quien sabe dónde.
-¡Luffy-ya, detente!- le grito el ojeroso desde la cubierta, pero antes de que lograra tirarse, fue retenido -¡¿Qué hacen?!- pregunto furioso. Era obvio que en el estado del menor es muy peligroso que ande solo en una isla; o al menos eso pensaba.
-Dale un poco de tiempo- dijo el pelo rubio para luego soltarle –Él es lo suficiente fuerte como para defenderse- dicho esto le soltó de su agarre, al igual que el otro moreno. Para luego hacerle una seña al mayor diciéndole como “tenemos que hablar” a lo cual este suspiro pesadamente.
“Solo por ahora te dejare ir, Luffy-ya…” pensó molesto el ojigris mirando por última vez el lugar por donde se había ido, para después darse la vuelta dirigiéndose a donde se encontraba el par que le miraban un poco molesto…
--------Con Luffy--------
Narra Luffy
Tengo ganas de romperle la cara a Torao, pero también de llorar, en verdad me duele que no me allá dicho nada todo este tiempo, él sabe lo mucho que sufrí con la “muerte” de Ace. No pude evitar que unas lágrimas escaparan de mis ojos, pero me da igual ya. Después de correr por un buen rato, me detuve y me seque las lágrimas.
Pero fue entonces que escuche a una niña pedir ayuda no muy lejos mío, por lo que rápidamente me acerque a donde provenían sus gritos y al ver que unos hombres le querían hacer daño, ya que le estaban cogiendo del brazo mientras le zamarreaban. Me enoje mucho más de lo que ya estaba.
-¿¡Que creen que le hacen!?- grite furioso, a lo que al dirigirme la vista solo rieron, soltándola de golpe haciendo que cayera al suelo, logrando que esta se retorciese de dolor. En total eran como cuatro, pero se veía que no eran muy fuertes.
-¿Eso que te importa debilucho?- dijo uno de ellos mientras sacaba una daga de no sé dónde, pero poco me importaba. -¿Qué? ¿Acaso quieres unirte?- pregunto con malicia, a lo que solo le mire con asco. Personas como esas me provocan unas ganas tremendas de patearles el trasero.
Rápidamente estire ambos puños hacia atrás, y ya con fuerza lo dirigí hacia esos tipos, los cuales al verme hacer esto se quedaron confundidos –Gomu gomu no…- uno de ellos iba a decir algo pero no le deje ni empezar – Bazooka!- grite, mandándoles a volar a todos por mi ataque, claro sin lastimar a la niña que se había logrado correr a tiempo.
-¿Te encuentras bien?- le pregunte con una sonrisa mientras me hincaba frente a ella, que aún seguía tirada en el piso con las manos en la cabeza. Por lo cual me miro sorprendida.
-S…si…- dijo todavía sorprendida, pero de un momento a otro cambio de actitud, y de un salto se paró -¡Muchas gracias por haberme salvado!- dijo eufórica, esto me hiso mucha gracia y más cuando comenzó a dar pequeños saltitos. Inconscientemente me imagine como seria si mi bebe fuera una niña, si sería alegre como yo e inteligente como Torao, si sería alta o…
-¡Oni-chan cuidado!- me advirtió apuntando algo detrás de mí, pero antes de darme la vuelta escuche un disparo. Mi cuerpo cayó al suelo debido al dolor en mi costado derecho de mi costilla, me había disparado con una bala de kairoseki el desgraciado. -¡Noo, oni-chan!- grito con lágrimas en los ojos y se arrodillo a mi lado.
-Jajaja, ¿enserio creías que con eso me derrotaste?- maldito… trate de pararme pero me volvía a caer, claro que caí de lado para no dañar al… o mierda mi bebe ¿en qué rayos me eh metido? A este paso le terminare haciendo daño y eso es lo último que quiero…Por lo que tuve que cesar mis intentos mientras que la niña seguía a mi lado aferrándose a mi mientras lloraba.
El hombre se me acerco y apunto su arma en mi cabeza -¿Quién lo diría? El famoso Mugiwara no Luffy bajo mi merced totalmente… pero antes nos podríamos divertir ¿no?- yo solo le escupí, está loco si pienso aceptar tal cosa. -¿Con que eso piensas, eh?- en un movimiento rápido me dio la vuelta, dejándome más vulnerable. Ya sabía lo que iba a hacer, trate de zafarme pero me tenía inmóvil con su pie en mi espalda, no podía moverme mucho por la falta de energía y el hecho de que podría dañarle…
Pero al escuchar cómo se bajaba el cierre de su pantalón el medio me invadió por completo, no mi bebe… Comencé nuevamente a moverme pero sin pasarme a llevar el vientre, pero el maldito me apretó mi herida con su pie, logrando que yo ahogara un grito de dolor. La niña se había ido desde el momento en que este bastardo me había puesto el pie en la espalda, espero que regrese con ayuda…
-Si te portas bien esto te terminara gustando- lo dijo de una forma tan asquerosa, ¡maldita sea! no puedo moverme y siento como me manosea el trasero. Cuando me iba a bajar los pantalones que llevaba, escuche un grito proveniente de él, al ver me sorprendí. Era la niña que había agarrado una navaja y se la entero en la pierna, por lo que la saco de mi espalda.
Rápidamente mi pare, pero aún me dolía. Mire al bastardo con odio, mientras que la niña se escondía detrás de mí. Termine noqueándole con el haki del emperador, lo tuve que haber usado desde el principio. Me senté de golpe en el suelo a sujetándome con fuerza mi costilla.
-Oni-chan eso fue impresionante… ¡Ah! Estas sangrando, espera un momento- y comenzó a rasgarse la parte de debajo de su polera para usarla como venda. Pero fue entonces que los otros tipos despertaron, y me sentía muy débil como para dejarlos inconscientes con el haki.
Estaba comenzando a ver borroso mientras se acercaban, mientras que ella solo se aferraba a mi camisa, pero de pronto apareció… ¿una mujer? Y derribo a todos…o eso creo, la verdad ya no estoy despierto…solo hay silencio y está todo negro.
--------En la ciudad--------
Narra Autora
-¡Genial! ¡¡Esta ciudad es espectacular!!-decía con brillitos en los ojos en narizón mientras observaba todo a su alrededor.
-Esta ciudad esta SUPEEER- exclamo el peli celeste haciendo su típica pose. Y en eso no se equivocaba el ciborg, ya que la ciudad era como si fuese una con la isla, ya que debido a las montañas puntiagudas que hay en ella, las casas, negocios y demás se construyeron dentro o alrededor de esta. Habían caminos por todos lados, conectando y haciendo de puente entre cada montaña. En la montaña más alta y angosta de todas, estaba un palacio en cuanto menos precioso, ya que tenía como un tono azulejo en las puntas de las torres y diferentes figuras alrededor. Con solo mirarla se podía notar lo espaciosa que era y estaba construido como en tres niveles; estaba el primero y más grande de todos, el segundo que era un poco más pequeño y el último que era como el tamaño de dos habitaciones.
Mientras que las casas eran parecidas, pero eran más simples. Ponían tela sobresaliente de estas para cubrirse del sol, ya que al estar en las alturas no había neblina que tapase del sor, por lo que el clima era bastante caluroso. Se veía que vendían cosas de buena calidad o que las construcciones eran bastantes sólidas.
Y hubieran seguido admirando, pero tenían que investigar y demás. Y así pasaron su día, observando toda la ciudad y preguntando cosas. Al final descubrieron que era una ciudad pacifica, pero a veces los piratas arruinaban esa paz, pero no duraban tanto debido a que tienen fuertes soldados que acaban con ellos de inmediato.
Pero un pirata secuestro a la princesa del lugar, según como la describieron fue así: de pelo blanco, ojos lila y con un extraño poder. Pero lo que más les sorprendió era que según dijeron, era una niña.