La mirada atenta de Hyde ante esa lista era inminente. Gaku dejo de usar su celular por un instante. Se extrañó por un momento el rubio. Era la primera vez en mucho tiempo que lo veía de esa manera.
-Hyde, ¿sucede algo?-preguntó con tono preocupado al ver que la expresión de este no había cambiado en lo absoluto.
-Nada, nada-respondió el pelinegro cerrando la carpeta con una sonrisa. Solo que habrá muchos invitados y….
-Hyde, cariño, tienes algo, se te nota en los ojos
-“¡Pues claro que tengo algo!”- pensó- ¿En verdad?
-¿Vas a decirme o qué?-preguntó Gaku con sumo interés-
-¿Qué quieres que te diga? Tendrás trabajo extra en fotografía, te encargarás de la decoración y de recibir A TODOS LOS INVITADOS en el día de la fiesta- sentenció Hyde con triunfo y disfrutando ver al rubio hacer las muecas que este hacia-
-No es justo-replicó el rubio mientras fruncía el ceño-
-Te lo mereces por andar de metiche. ¡Anda! Dijiste que nos falta menos de 1 semana, así que te sugiero, mi querido Gaku, de que comiences ya.
-Eres un idiota
-Y por ofenderme, te encargarás aparte de realizar TÚ solo las invitaciones, sin ayuda de Hiro y Masa, ¿Quedó claro?
-Eres un…
-Disculpa, ¿Quieres más trabajo? Puedo dejarte a ti todo el preparativo-
Gaku saco la lengua y salió malhumorado del lugar. Hyde rio por lo ocurrido pero su mente no pudo evitar pensar en esa persona que, años atrás, fue el amor de su vida.
-Y tenías que aparecer en estos momentos, Sakura….- murmuró este al fijar su mirada en la carpeta y rozar con sus manos el dije con forma de cruz que colgaba de su cuello.
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-¿Ya te vas tan pronto?-preguntó Tsuzuku al ver a Koichi vestirse-
-Sí, ya es tarde, tengo que ver los arreglos del vestuario para la fiesta de la próxima semana-replicó Koichi al momento de ponerse su cazadora negra-
-¿Iras con Gaku?-cuestionó el pelinegro al momento de recostarse de nuevo a la cama
-Iré con Chobi- y al momento de pronunciar aquel nombre, Tsuzuku soltó de la cama
-¡¿Con Chobi?! ¿Por qué con ese idiota?-
-Le pedí ayuda porque el año pasado lo organizó y necesitaba los consejos de alguien que ya lo ha hecho-explicó Koichi al momento de salir de la habitación y ser perseguido por un Tsuzuku en boxers.
-Yo también lo organicé una vez, ¿Recuerdas?-
-Sí, pero fue un fracaso, corazón-
-Por supuesto que no-
-Hiciste puras porquerías y todo a la mera hora-mencionó el peli rosa con risillas y mirando como su novio fruncía el ceño- Además, tuviste suerte de que sólo la compañía asistiera y no los demás invitados-
-No es justo que me lo recalques de nuevo, yo solo te quiero ayudar, soy tu novio-dijo este aun con el ceño fruncido y apoyándose en la pared-
-No sea celoso. Solo esto es por mero trabajo, pero-el oji azul se acercó al oído del pelinegro y comenzó a murmurarle-yo quiero que me ayudes con otro tipo de cosas-
Tsuzuku abrió los ojos de repente y sonrió pervertidamente.
-Bueno cariño, ya me tengo que ir, te amo- dijo Koichi con una sonrisa y beso los labios del ojimiel.
-Cuídate Koi-y dicho esto, el peli rosa salió del departamento.
El pelinegro se quedó sonriendo bobamente por el beso, sin embargo el gruñido de su estómago implorando por comida lo hizo salirse de su mundo rosado en el que se encontraba. Regresó a su habitación a buscarse alguna playera, al fin y al cabo podría disfrutar su día libre. Se vistió con una playera holgada color negro y se fue directamente a la cocina. Lo único que se preparó fue un sándwich de atún, le daba grandes mordiscos, disfrutando entre cada mordida su sencillo desayuno. Hasta que su mente empezó a divagar.
-“¿Y sí Koichi me engaña con Chobi? No, él no es esa clase de persona. ¿Y sí Chobi quiere sobrepasarse con mi bambi?”
IMAGINACIÓN DE TSUZUKU
-Jajajaja, ay Chobi basta-decía Koichi al ser abrazado por este mientras le repartia besos en su cuello-
-Es que eres tan irresistible- decía Chobi entre risas y besó los labios rojos del peli rosa mientras que este último le rodeaba con sus brazos su cuello-
-Te amo, Chobi-
-Y yo a ti, mi lindo bambi-
FIN DE LA IMAGINACIÓN DE TSUZUKU
-¡En la madre!- Exclamó Tsuzuku al pensar este tipo de situaciones- Necesito distraerme con algo- el pelinegro se acabó su sándwich, sacó una cerveza Asahi de su nevera y se fue a sentarse en su sillón favorito de la sala. Tomo el control remoto y encendió la televisión. Bebía tranquilo su cerveza fría pero su mente comenzaba a jugarle malas pasadas de nuevo. En cada canal que veía podía imaginar a Koichi y Chobi, en las telenovelas, comerciales, dando las noticias, entre otras más- ¡Por un demonio, necesito ver que hacen ahora!- Tsuzuku se tomó toda su cerveza de un solo trago, se fue a su habitación, se vistió lo más rápido que pudo y salió del departamento con mucha prisa. Fue al ascensor, apretó el botón y espero por unos pocos segundos a que el trasto abriera las puertas.
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-Daichi, ¿No podermos parar por un momento? Los pies me duelen. Estuvimos caminando por dos horas, son las once de la mañana, tengo hambre y tu cachetón necesita descansar- decía Natsu mientras se sentaba en un banquillo y reposo todas las bolsas Versace, Louis Vuitton y Gucci en el suelo.
-Es día de ofertas amor y además los necesitaba para el desfile de Black Diamond-replicó el azabache con una sonrisa con una sonrisa y se sentaba junto al castaño.
-¿Dime que ya acabamos?-suplicaba este echando su cabeza hacia atrás del respaldo.
-Ya acabamos cariño. Si quieres vamos a comer ramen y…-
-¡VAMOS POR RAMEN!- exclamó el mayor levantándose del asiento con muchos ánimos. Tomó las 23 bolsas y se fue a paso veloz al estacionamiento de la plaza en la que estaban-
-Y por eso lo amo tanto- murmuró este mientras se acomodaba sus lentes y se encaminó hacia el mencionado estacionamiento.-Vaya que eres rápido- sentenció Daichi al ver a Natsu esperándolo en el asiento del piloto y notar que las bolsas estaban bien acomodadas en la cajuela.
-Amor, en serio tengo mucha hambre-el azabache se subió al auto y se fueron rumbo al restaurante de ramen.
No demoraron mucho en el camino, llegaron en solo quince minutos a causa del manejo acelerado de Natsu por querer llegar a comer ramen. La pareja se adentró al local y pidieron una mesa. Daichi sonrió al recordar su primera cita con él cuando empezaban su relación. Tomaron asiento y pidieron al instante dos platos grandes de ramen.
-¡Daichi, Natsu, hola!- dijo Masa al encontrarse a la pareja al momento de entrar al establecimiento-
-Masa-kun, ¿cómo estás?-dijo el azabache con una sonrisa.
-Muy bien. Hiro y yo venimos a almorzar aquí. No tarda en llegar. ¿Y por qué Natsu esta serio?
-Tiene hambre-
-Ya veo-
-Daichi, Natsu, que alegría encontrarlos por aquí-decía Hiro mientras abrazaba por detrás a Masa.
-Lo mismo digo Hiro- replicó el azabache sin dejar de sonreír- ¿Por qué no se sientan con nosotros? Sería algo genial convivir con ustedes-
-Muchas gracias Daichi, espero no molestarlos- añadió el castaño claro con una tímida sonrisa.
-Tonterías. Así podemos platicar y pasar un buen rato agradable-
-Gracias Dai-chan-replicó Hiro con una sonrisa.
La pareja se sentó y esperaron a que el mesero los atendiera a ambos, sin embargo este último llego con cuatro platos grandes de ramen, por alguna razón.
Natsu al fin había regresado a su modo bromista al momento de comer su ramen. En lo que fue de la hora fue de charlas, chistes y divertidas anécdotas. Hasta que…
-Claro que te puedo ganar en un reto de comida- mencionó con orgullo el castaño.
-¿Quieres apostar? Te reto a una competencia de ramen- sentenció Hiro llamando la atención de los demás comensales.
-Mi amor, ¿Por qué no mejor vamos a pasear?-dijo Masa tratando de calmar el lado competitivo de su pareja.
-Acepto el reto- respondió Natsu con triunfo en su voz.
-¡NATSU! No harás un atracón- exclamó Daichi con sorpresa.
-El que coma más platos de ramen es el ganador, por supuesto- explicó Hiro cruzando los brazos y mirando desafiante a su nuevo contrincante de comida.
-¿Y qué le sucede a quien pierda?-cuestionó Natsu sin dejar de sonreír con sorna.
-El que pierda, beberá sake del zapato del ganador-
-Buen premio de consolación. Acepto. ¡Mesero!-gritó el castaño con todas sus fuerzas.
-¿Si, joven?-preguntó el mesero.
-Por favor, tráiganos a mi amigo y a mí varios platos grandes de ramen-
-En un momento se los llevo-
-Este día será interminable-dijeron al unísono Masa y Daichi mientras fruncían el ceño.
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Gaku salió molesto de la oficina de Hyde, maldiciendo muy quedo. Su preocupación y enfado crecían a cada segundo al recordar que se encargaría de varias comisiones de la fiesta de Black Diamond.
-¿Qué se cree que es?-murmuró molesto el rubio al recordar su nuevo trabajo.
-Pero, pensándolo bien, creo que tomaría ventaja de todo esto- dijo este con una gran sonrisa. Se dirigió al ascensor y apretó el botón del piso de abajo.
-¿Vas a alguna parte?-cuestionó una voz detrás suyo.
-Ahhh. Largo de aquí I´ll-repicó el rubio con disgusto mientras las puertas del ascensor se abrían. Entró con prisa, seguido del castaño.
-¿Por qué me sigues?-
-Te oí hablar solo diciendo que te encargarías de la fiesta de Black Diamond tú sólo-
-¿Qué quieres?-
-Ayudarte-
-Seguro que quieres algo a cambio-replicó el rubio
-Solo una cita contigo-sentenció I’ll con una media sonrisa-Solo una cita, nada más-
-Ummm, está bien. Pero te aviso que tenemos mucho trabajo por hacer-decía Gaku mientras salía del ascensor, seguido del más alto.
-Espera-dijo I´ll detrás del rubio-aún nos falta por cerrar el trato-
-¿Ah? Pensé que aceptar la propuesta era la forma de cerrar el trato-replicó algo confuso pero en un abrir y cerrar de ojos, estaba siendo besado por I’ll. El rubio se sintió extraño ante tal beso pero aquel tacto le estaba gustando.
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-Ahhh….MiA…..uhmmmm-Meto gemía mientras sus brazos rodeaban el cuello del mayor y enredaba sus piernas en la cintura de este.
Para el menor, follar en el tocador del camerino no era un sitio muy cómodo para hacerlo, pero, ¡qué va!, hacer el amor con su novio a plena tarde del día era lo mejor.
-Ahh Meto….que estrecho estás…se…siente…muy bien-jadeaba el mayor mientras embestía con fuerza a su pequeño novio.
Acariciaba la piel blanquecina del menor sin dejar de embestirle. No eran muy apasionados al sexo pero cuando había ocasión, lo hacían.
-Mmmmm……MiA…no aguanto más-decía entre gemidos el menor mientras ocultaba su cabeza en el cuello del rubio.
-Ahhh…..yo igual…-MiA aferraba sus manos en la cintura de Meto y embestía con mayor velocidad a este. Los gemidos de ambos sonaban en el lugar. Pasaron unos minutos y ambos terminaron corriéndose.
-Ahhh…Te amo MiA-
-Y yo te amo a ti mi muñequito-y dicho esto, MiA beso al menor con ternura.
-¿Cariño?-preguntó MiA mientras se colocaba su camisa blanca.
-¿Sí?-respondió Meto mientras se vestía con sus ropas holgadas de tonos negros y se quitaba la peluca, liberando de este su cabello negro corto hasta los hombros.
-He estado pensando y…¿Qué tal si nos mudamos juntos?-explicó el rubio con un sonrojo notorio y bajaba la mirada para evitar ver el rostro del menor.
-Me parece buena idea-sentenció Meto con una sonrisa.
-¡¿De verdad?!-exclamó emocionado el oji turquesa.
-Sí, bueno dos años de relación lo amerita, ¿no crees?-
-Owww te amo mucho muñequito-dijo MiA con alegría, abrazando el cuerpo menudo de su novio.
-MiA….me estoy…quedando sin…aire-
-Oh, perdona amor-se disculpó deprisa y beso la mejilla del menor.
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-¡Te dije que no aceptarás!-regaño Daichi a su novio al ver que este tenía el estómago más que hinchado y que caminaba con dificultad.
-Tenía hambre-dijo Natsu con muecas.
-Cállate, nada de sexo por un mes- sentenció el azabache con disgusto.
-¡¿Qué?!
-Creo que así debería de castigarte Hiro-mencionó Masa al escuchar los regaños de Daichi.
-Valió la pena-decía Hiro con su estómago igual de hinchado. Lo bueno es que ni uno ni otro perdió-
-Pero cariño, tú eres el número 1 para mí-dijo Masa con una sonrisa.
-Por eso te amo-replicó el pelinegro con una sonrisa y besando las mejillas del castaño claro.
-Sin embargo, igual no tendrás sexo por dos semanas-
-Eso no es justo-replicó el mayor con descontento.
-Nadie hablo de justicia-
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Tsuzuku había seguido a Koichi en todo el día, procuraba que no lo viese y se aguantaba las ganas de partirle la cara a Chobi al verle abrazar a su bambi por la cintura y acariciarle sus mechones sueltos.
El pelinegro hervía de furia pero se controlaba con dificultad por el simple hecho de no ser descubierto por su novio.
Ya eran las diez de la noche y aún no acababa la jornada de Koichi y Chobi para la fiesta.
-Koi-chan, ¿Quieres venir a mi departamento a cenar?-preguntó él mientras tomaba la mano de este.
-Chobi, en verdad lo siento pero no puedo-decía este excusándose-
-¿No puedes o no quieres?-
-No quiero-
-Que mal. ¿Quieres que te lleve a casa? Por mí no hay problema-
-Gracias pero estoy quedándome por ahora en el departamento de Tsu, así que no te preocupes, puedo regresar por mi cuenta. No está lejos de aquí.
-Koichi, en verdad me encanto pasar el tiempo contigo, te extrañé mucho, ojalá volviéramos a ser pareja.
-Chobi, por favor no empieces, lo nuestro fue algo muy lindo y forma parte de mi vida pero estoy enamorado de Tsuzuku. Solo quiero que tú y yo seamos amigos. ¿Ok?-
-“En tu cara idiota”-pensó el pelinegro al escuchar lo que decía el peli rosa mientras los miraba por detrás del callejón.
-Bueno, fue un gusto ayudarte Koi, espero verte en la fiesta-
-Lo mismo digo, cuídate- decía el oji azul despidiéndose de él con una sonrisa. Koichi tomó el camino a casa pero al ver al fin a Tsuzuku en su escondite se cruzó de brazos- Tsuzuku ya te vi, sal de una vez-
-“Mierda, me vio”- pensó el ojimiel y salió.
-¿Me estabas espiando?-preguntó Koichi mientras miraba a su novio acercarse y sin dejar de cruzar los brazos con las bolsas en mano.
-Guau, cariño, compraste mucho-intento Tsuzuku de cambiar de tema pero la mirada de su novio le daba terror-Sí, te estaba espiando-
-¿Por qué?
-Porque me dio celos-respondió el pelinegro bajando la mirada y jugando con sus manos.
-Tsuzuku, ya hablamos de esto-
-Pero no puedo evitar que este idiota te coquetee como si nada, sabiendo que estas conmigo. Yo confío mucho en ti bambi pero no puedo evitar pensar en que te perderé algún día-explicó este mirando fijamente los orbes azules de Koichi.
-Mi lobito-pellizco este las mejillas de su novio y le di un beso en sus castos labios de este-Yo soy tuyo, no lo olvides-
-Eso lo sé-replicó el oji miel mientras abrazaba la cintura del peli rosa pero ya te dije, no quiero perderte-
-Cariño, nunca me vas a perder-
-Te amo bambi-dijo Tsuzuku besando de nuevo los labios de Koichi.