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Recuerda, dentro de tu cajón
Recuerda, dentro de tu billetera
están las huellas que yo dejé
y las grabe sin olvidar nada.
Recuerda el pasado, dentro de esa foto
dentro de ese espacio que aún queda
de esa manera todo mi olor, todo mi aliento
no desaparecerá.
POV NARUTO
Mis recuerdos comienzan cuando estaba por cumplir los 15 años, un terrible accidente automovilístico me causó amnesia y casi me vuelve paralítico. "Tuviste suerte" me decían todos los médicos y enfermeras. Mis padres todo el tiempo se culpaban y yo, hasta la fecha, no recuerdo sobre el accidente. Lo único que sé, por mi abuela Tsunade, es que había huido de casa.
¿Por qué me escape de casa ese día?
Cuando le pregunto a mis padres, ellos me dicen que tuvimos una fuerte discusión ese día, debido a mis bajas calificaciones y no entrar a clases. Al parecer era muy rebelde en esa época.
Cuando intento recordar mi cabeza duele mucho a tal grado de desmayarme. Vaya susto que le di a mis padres cuando me pasó por primera vez. El médico me dijo que no volviera a forzar mi cerebro por recordar.
Después de aquello, decidí no indagar en mi memoria y pensar en el presente que vivía. Era lo mejor para mi salud. Sin embargo a veces me pregunto ¿Cómo era en mi infancia? ¿Era travieso o calmado? ¿Tenía buenos amigos?
Eran demasiadas preguntas, preguntas que al hacerlas a mis padres sólo se quedaban callados.
Mi abuela fue la única que me contó sobre mi infancia. Ella me dijo que al visitarnos siempre me encontraba enojado o haciendo berrinches, pero nunca le decía porque me comportaba así y mis padres tampoco.
En ese tiempo tuve un sueño que se repetía constantemente. Un sueño en donde apenas podía ver a la persona que aparecía. Un chico de ojos negros como la noche con una sonrisa amable, en sus manos traía unas hojas y hablaba, más nunca escuchaba lo que decía. Se veía tan emocionado que yo me contagiaba de su felicidad. El chico señalaba los papeles. Lo único que escuchaba de él era: Dobe.
Cuando despertaba me sentía extraño, al mismo tiempo muy nostálgico. Quise preguntarles a mis padres sobre aquel chico. Nunca pude hacerlo. Tuve miedo. Sólo le conté a mi abuela, mi gran confidente, me dijo que lo mas probablemente era un amigo de mi infancia o un sueño más.
Nada era confirmado. No volví a soñar con él después de hablarlo con mi abuela.
Todo eso fue quedando en el pasado conforme pasaba los años. Yo conseguí grandes amistades, pase las materias con éxito y ahora estudio en una buena Universidad gracias a una beca que conseguí por ser un gran deportista.
Mi vida se fue formando gracias a mis padres y a los grandes amigos que tengo.
Pero...
No soy feliz...
No entiendo la razón. Mi corazón se siente vacío y cuando eso pasa me siento deprimido.
Hace pocos días me comencé a sentir observado y perseguido. Mis amigos también se dieron cuenta, en especial Gaara. Una vez caminamos por la calle y Gaara tomó mi mano y nos metimos a una tienda de ropa. Me dijo que guardara silencio y mirara discretamente por la vitrina de la tienda y ahí lo vimos.
Un chico de mirada seria, de piel blanca y ojos negros. Sus manos las juntaba nerviosamente. Mirando la tienda sin atreverse a entrar, entonces cruzaba la calle y se quedaba parado esperando a que saliéramos, por alguna extraña razón ese chico no me incomodaba.
—Ese chico lleva un días persiguiéndote Naruto, no me gusta nada. ¿No lo conoces?
—No. Déjalo, tal vez es uno de mi club de fans de Karate.
—No estoy seguro.
—Tranquilo, no pasara nada.
Miramos nuevamente y nos dimos cuenta que el joven agachaba la mirada y se iba. En ese momento sentí una fuerte opresión en el pecho. Tenía tantas ganas de llorar.
Pasaron dos meses en donde el joven seguía persiguiéndome. No lo enfrentaba. Lo observaba y deseaba que me hablara. A causa de él volví a tener el mismo sueño de antes. Por ende empecé a despertar en las noches sin poder dormir y llegaba cansado a la Universidad. Además de tener constantes dolores de cabeza. Mis amigos comenzaron a preocuparse.
—Hable con los demás y estamos pensando en darle una sorpresa para saber que quiere de ti.
—Gaara, ¿No pensarás en darle una golpiza?
—Claro que no, ni que fuera un vándalo.
—Ok, ok, no te enojes. Sólo bromeaba. ¿En serió lo interrogaran?
—Naruto, ya nos dimos cuenta que no es un fan tuyo porque no asiste a está Universidad.
—Lo sé pero...
—Naruto, deja de defenderlo ni que fueras su amigo.
—Yo...
Eso lo sé mejor que nadie, aquel chico no es conocido mío o de alguno de mis amigos. Nadie sabe de donde salió. Sin embargo al verlo me siento extrañamente feliz y al mismo tiempo triste.
Asentí a lo que Gaara dijo. Le di mi permiso para que hablara con aquel chico. Al día siguiente, todos esperábamos al joven de ojos negros. Nunca apareció, era como si supiera lo que iba a pasar. Mis amigos estuvieron insultando lo listo que había sido al escaparse. En cambio yo me sentía demasiado ansioso por su llegada. Quería verlo pero nunca apareció ni ese día ni las siguientes.
A pesar de todo mis amigos seguían alerta por si aparecía. Los días se volvieron los mismos de siempre. Tranquilos y el sueño desapareció. Un día estaba hambriento, había salido tarde de los entrenamientos de Karate. Entonces pase por un restaurante de ramen, entre y no pude evitar saborearme el ramen. Me senté en la zona más alejada y escondida para comer con tranquilidad. Una chica tomó mi orden y mientras esperaba lo vi atravesando la puerta principal. Casi me da un infarto y pensé que me estaba volviendo a seguir. Traté de ocultarme. Estaba a punto de gritar cuando vi que volteaba en mi dirección, en ese momento salió un hombre grande gritándole muchas cosas.
Alcé una ceja y la chica del principio trajo mi orden. Antes de que se fuera, llamé su atención.
—Oye, ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Claro.
—El chico al que están regañando, ¿No es un cliente?
—¿Hablas de Sasuke?
—¿Sasuke? — Mi corazón latió con fuerza al escuchar su nombre—. Creo que sí.
—Bueno el trabaja aquí, pero es un chico muy raro y frío.
—¿En serio?
—Te seré sincera, por culpa de él nuestros clientes se van. Me da tristeza, en verdad.
—¿Por qué?
—Siempre está solo. Nunca lo he visto sonreír o hablar con alguien más de un minuto. Parece triste todo el tiempo y además no se alimenta bien. Hace poco empezó hablar solo. Creo que el chico tiene problemas mentales. A lo mejor por eso el jefe tampoco quiere despedirlo.
—Tiene una vida difícil.
—Eso creo...¡Oh Dios! No debería estar contando estas cosas. Parezco una mujer chismosa. Lo siento.
La chica se fue disculpándose conmigo varias veces. Me dio risa. Mire nuevamente a Sasuke. Siguió al jefe sin haber dicho una sola palabra. Terminé de comer y me fui sin volverlo a ver. No le dije a mis amigos que había encontrado a mi acosador. No volví a visitar el restaurante.
Tuve miedo. Miedo de no entender mi corazón.
Miedo del sueño que volvía a tener.
Ahora me encuentro tomando un café con mis amigos. Sin nada en especial que platicar. Sólo sonriendo a lo que están diciendo.
—Naruto, estas muy callado.
—Sai tiene razón. ¿Te sientes bien?
—Estoy bien Sakura, nada mas un poco cansado.
—¿Seguro?
—Muy seguro Gaara.
—Oigan, ¿no es este el chico que persiguió a Naruto hace un mes?
—Es verdad.
Al escuchar a Shikamaru e Ino todo miramos por la vitrina. En efecto, era Sasuke, se veía muy cansado y perdido pero sin dejar de mirarme. De pronto lo vi tambalearse un poco. Me levanto y corro, mis amigos gritaron, pero yo sólo veía lo mal que estaba Sasuke.
—Sasuke.
Dije al estar a su lado, viendo como perlas de sudor caían de su frente y el parece no percatarlo. Me miro con unos ojos brillantes tan diferentes de los días en que lo había visto.
—Sasuke...No te ves bien
—Naruto...¿eres tú?.
Quede asombrado al escuchar mi nombre. Se tambaleó y me acerque tomando su hombro.
—Sasuke, ¿puedes oírme?
—Naruto viniste por mí.
Me asuste al ver que caía de rodillas, rápidamente lo sostuve recostándolo en mi pecho. Al tocar sus manos las sentí heladas.
—Tranquilo, llamare una ambulancia.
—Me siento cansado, me esforcé mucho.
Esta delirando, saque mi celular marcando a mi abuela. Mis amigos llegaron a mi lado preocupados.
—Hey, ¿me escuchas?
—Naruto, no me dejes como hace 7 años.
Sus palabras, de alguna manera, están lastimándome. Mi cabeza comenzó a doler.
No puede ser, Sasuke está cerrando los ojos, eso no es bueno. Rayos ¿por qué mi abuela no me contesta?
Sai paro un taxi. Sakura e Ino tranquilizaron a la gente que estaba observando.
—Necesito ayuda para levantarlo, está muy mal.
Gaara se puso a mi lado, entre los dos lo levantamos. Lo metimos en el taxi. Volví a recostar a Sasuke en mi pecho. Gaara subió conmigo y Sai de copiloto. Le dijimos a los demás que los veríamos en el hospital de mi abuela. De sus ojos negros cayeron lágrimas.
—No llores, Sasuke.
—Tengo sueño.
—No, no cierres los ojos. Sigue mirándome.
—Te amo...Naruto.
Sus últimas palabras golpearon mi corazón. Lo abrazo tan fuerte sintiendo su lenta respiración. Al llegar al hospital lo cargue a mi espalda. Grito por ayuda y mi abuela Tsunade apareció.
—¡Obacchan! Sálvalo.
—¡Oh Dios! Rápido traigan una camilla.
Las enfermeras me ayudaron a acostarlo, miro como le ponen un respirador artificial manual y se alejaban de mi. Mi cabeza punzaba cada vez más fuerte.
—Sasuke...
Y de pronto todo se volvió oscuro...
—¡¡¡NARUTO!!!
CONTINUARA....
Vuelve, quiero que vuelvas, vuelvas, vuelvas, vuelvas, vuelvas
no dejes nuestros recuerdos en el tiempo
Vuelve, quiero que vuelvas, vuelvas, vuelvas, vuelvas, vuelvas
esperaré por ti, mientras permanezco aquí por favor mira hacia atrás
te pido que me salves.