Visión de Verano
Cambio
-¡Por favor, nii chan!
Ichiru, mi hermano gemelo es tan escandaloso cuando se lo propone. Acabo de llegar de Tokio, ya que estudio ahí. Regresé a casa para pasar las vacaciones de verano con mi familia. Mi madre estaba muy contenta de verme, al igual que mis hermanos. Yo también lo estaba, hasta que mi hermano me vino con una petición descabellada.
-¿Por qué simplemente no le cancelas?
-Porque le hice que pidiera el auto a su padre, me matará si le cancelo.
Tiene una cita con su novio, un tal Kaname, para ir al acuario. Pero, resulta que un amigo suyo lo invitó a un concierto ese mismo día. El plan de mi hermano, era muy simple: ir al concierto con su amigo y qué yo, haciéndome pasar por él, fuera con su novio al acuario.
-¿Por qué no al revés?-le dije acomodándome en la silla de la cocina dónde estábamos almorzando- Yo voy al concierto y tú vas a tu cita con tu novio, como debe ser.
-Pero, Zerooo- Ichiru apoyó las manos en la mesa y me miró como cachorro abandonado- De verdad quiero ir al concierto, por favor, por favor, por favor.
Me revolví el cabello y negué con la cabeza todas las veces que él hizo su petición.
-Ichiru, no seas tonto, no se va a tragar la farsa. Seremos gemelos, pero mira- tiré del pelo de su flequillo- Uno tu cabello es más largo que el mío, dos yo tengo un tatuaje en el cuello que tú no, tres, tengo percings y tú no.
Mi hermano apartó mi agarre, bajó de su silla y rodeó la mesa.
-Eso es sencillo- me dijo poniendo sus manos sobre mis hombros- me corto el cabello mañana, te pones una camisa cerrada hasta arriba para que no se vea tu tatuaje y te quitamos los percings.
-Ichiru, el problema real es que es tu novio, ¿qué tal si quiere besarme? Yo no quiero besarlo.
-Sólo dile que no, eso hago yo y jamás se queja.
-¿Qué clase de novio tienes?
-Uno que no se dará cuenta, si me remplazas. ¡Vamos, nii chan! ¡Por favor! ¡De verdad, de verdad quiero ir! ¡Te lo pagaré, lo juro!
Fruncí el ceño y cruce los brazos.
-Pero si se da cuenta, no te voy a excusar ¿de acuerdo?
-¡De acuerdo!
Una hora después, mi hermano me instó a arreglarme. Me quite los percings, y me puse la camisa que mi hermano me prestó. Hacía calor, y pensé que me cocinaría en mi jugo con eso. No pasó mucho tiempo cuando sonó el timbre.
-Se llama Kaname Kuran, tiene una hermana menor y un hermano mayor. Su padre tiene una empresa, su madre es diseñadora de modas y…creo que ya- me instruyó mi hermano rápidamente, al tiempo que me empujaba hacia la puerta- Suerte y gracias, nii chan.
Lo miré y suspiré antes de abrir la puerta. Un chico de cabello castaño largo, delgado y lentes oscuros apareció del otro lado.
-¿Estás listo, Ichiru?
Ese era yo, por ese día- Sí, lo estoy.
-Ven, vamos, traigo el auto como pediste.
Salí de casa, cerré la puerta y con las manos en los bolsillos lo seguí al auto con paso tranquilo. Una vez dentro se giró hacia mí y tomó entre sus dedos un mechón de mi cabello, la acción me tomó por sorpresa y me estremeció. Pero, él no pareció notarlo.
-Te cortaste el cabello- comentó tirando de él un poco.
-Eh, sí…
-Se te ve mejor así-sonrió, pero inmediatamente suspiró- bueno, vámonos, tal vez me dé tiempo.
-¿Tiempo de qué?
-Te lo dije-frunció el ceño y puso en marcha el automóvil.
-Recuérdamelo.
Me miró y dejó escapar otro suspiro- quería visitar a mi abuelo en el hospital. Te dije que se puso mal de la presión hace unos días.
No lo sabía, quiero decir, Ichiru había olvidado decirme eso. Pero vi una manera de escapar de esa cita.
-Entonces, ve- le dije- Es más importante que visites a tu abuelo a que vayamos a un acuario.
Kuran Kaname me miró como si no pudiera creerlo, y preguntó si hablaba en serio.
-Sí, hombre. Lo dejamos para otro día- estaba a punto de abrir la puerta del auto y salir de ahí, cuando él puso su mano en mi hombro.
-Gracias, Ichiru. ¿Me acompañas?
-¿Eh? ¿Tu abuelo no querrá…?
-Le he hablado mucho de ti, así que estará bien.
-Pero…
Arrancó el auto sin que yo pudiera salir, ni siquiera pude poner un pie sobre el asfalto. De pronto nos encontramos camino al hospital, y Kuran parecía muy contento de pronto.
Su abuelo estaba en una habitación privada. Kaname me tomó la mano, cuando entramos al hospital. La sensación fue rara y más rara se volvió cuando entramos así a la habitación de su abuelo.
-Kaname- el anciano sonrió ampliamente cuando lo vio entrar- Creí que no vendrías.
-Bueno, abue, ya ves que sí pude hacerlo- tiró de mi mano para acercarme a la cama-. Te presento a Kiryuu Ichiru.
-Ah, mucho gusto- su abuelo estrechó mi mano y me sonrió cálidamente- Kaname, llama a tu madre y dile que no es necesario que venga.
Él asintió y salió de la habitación, no sin antes decirme que no tardaría. Una vez solos, su abuelo me miró atentamente y palmeó la orilla de la cama.
-Ven-dijo- siéntate aquí. Platícame, ¿cómo te trata el granuja de mi nieto?
No tenía armas para responder aquello. Excepto por el trayecto de mi casa al hospital no había tratado con él antes. Así que, en base a mi corta experiencia, conteste que “bien”.
-“Bien” a secas, cualquiera. Pero un novio debería tratarte “muy bien”- dijo el anciano con inusitada calma.
-¿Novio?- no sabía que sabía. Me sorprendió y debió notarse más en mi rostro, porque el abuelo echó a reír, antes de decirme que no me preocupara por eso.
-Kaname es el segundo hijo- explicó- su responsabilidad no es tanta como la de su hermano. Está bien si quiere salir con un chico. A mí no me molesta.
-Ya veo.
-¿Lo sabe tu familia?
-Sí, lo sabe.
-Eso es bueno. ¿No tienen problema con ello?
-Bueno, nosotros no somos tan adinerados ni tenemos un gran apellido. Así que no hay preocupación por cosas así.
-Uh, familias modernas. Me agradan.
Acababa de decir eso cuando Kaname estuvo de vuelta en la habitación.
-Mi madre dice que no te molestemos mucho, abuelo- corrió la silla y acercándola a la cama se sentó en ella.
-Nah, me aburro en este lugar. Prefiero que me molesten- me sonrió complicemente, y yo le devolví la sonrisa.
-Oye, Kaname, esté chico podría modelar para tu madre.
-¡Cállate, abuelo!
El anciano echó a reír y yo también. La verdad es que soy modelo. Por esa razón vivo en Tokio, estudio allá como algo colateral. Así que, la idea del abuelo Kuran no estaba tan fuera de lógica.
-Juguemos algo-propuso el abuelo.
-¿A qué? Verdad o reto ya no juego contigo- exclamó Kaname con un tono dolido.
-Ja, ja pero es divertido. Así le saqué que salía contigo-me dijo risueño-¿Sabes jugar damas chinas. Kiryuu kun?
-¿Eh?... sí, sí sé.
-¡Excelente! Kaname, saca el tablero. Está abajo la cama.
-¿Cómo diablos metiste esto en el hospital?
-Oh, tu hermano es muy ingenioso.
Kaname frunció el ceño y después de negar con la cabeza reprobatoriamente, sacó el tablero.
Jugamos hasta que la enfermera nos corrió con un “se acabó la hora de visita”. El marcador quedó a favor del más experimentado, como era lógico. Y después de guardar las piezas, nos despedimos.
Me di cuenta que algo le dijo el abuelo Kuran a Kaname en un susurro, y que éste sonrió, pero no le di demasiada importancia.
-Lo haré, abue- le dijo apartándose de la cama- Nos vemos, pronto. ¡No te ligues a las enfermeras!
Su abuelo rió con fuerza y esa risa nos acompañó hasta la puerta.
Regresamos al auto, y Kaname se giró en su asiento y me miró con una extraña sonrisa en los labios.
-Mi abuelo dice que te cuide, que eres un buen chico.
-Jé, tu abuelo no me conoce.
-Tal vez, pero tiene razón.
No dije nada. Sólo agradecí el cumplido, que no era para mí, con un asentimiento de cabeza. Kaname volvió a tomar un mechón de mi cabello y de nuevo me sorprendió.
-Te ves mejor con el cabello así-reiteró- gracias por acompañarme hoy. No creí que lo hicieras en algún momento.
-¿Por qué no?- es decir, Ichiru era su novio, eso hacen los novios ¿no?
-Dijiste que odias los hospitales.
-Ah, bueno…sí. A nadie le gustan. Pero es tu abuelo y…
-Por eso, gracias- hasta entonces no había soltado mi cabello, pero lo hizo en ese momento, sólo para, por alguna razón, acariciar mi oreja. Instintivamente me aparte y giré el rostro hacia él. ¿Qué tal que notaba los hoyuelos de los percings?
Pero ese movimiento le dio la excusa y la oportunidad perfecta para besarme. Así que lo hizo, y lo hizo suavemente, casi podría decir que tímidamente. Y yo, como fui tomado por sorpresa me quedé estático, con los ojos bien abiertos.
Luego, él se apartó y me miró extrañado. Pensé que se había dado cuenta que no era Ichiru, ya que no correspondí.
-¿Qué…?
-Tus labios-dijo- saben diferente.
-¿Eh?
-También se sienten diferentes-sonrió ampliamente- no sé qué sea, pero me gustan más ahora.
Su comentario me avergonzó y olvidé que fingía ser mi hermano por un breve instante.
-Serás idiota…
Él me miró extrañado primero, pero después echó a reír con una risa parecida a la de su abuelo. Me besó de nuevo de una manera fugaz y encendió el auto.
-Vamos a comer-dijo y eso hicimos.
De regreso en mi casa, me di una larga ducha. Me sentía terriblemente cansado. Aunque no podía decir que lo hubiera pasado mal. Al contrario.
Me envolví en la toalla al terminar de bañarme-relajarme; y justo cuando salía del baño, escuché a Ichiru en el vestíbulo. Había regresado de su concierto y vociferaba que tenía hambre. Sin embargo, no fue a comer. Se dirigió a la habitación que compartíamos.
Mientras yo me secaba el exceso de agua del cabello, Ichiru se sentó en mi cama y me preguntó cómo me había ido.
-Bien-dije- pero no puede evitar que me besara. Te dije que…
-Lo hace bien ¿no?-al parecer no le molestaba- me mandó un mensaje agradeciéndome ir con su abuelo ¿Fuiste con el viejo?
-Era más importante que ir al acuario, Ichiru.
-Puff, ¿y qué hicieron?
-Jugamos damas chinas.
-¡Ay, que aburrido, Zero! Yo me habría muerto.
-Exagerado. Como sea, me debes una y muy grande.
-Sí, sí. Ahora…- sacó unas tijeras del cajón de su escritorio- ayúdame con el pelo ¿quieres?
Ah, lo que uno hace por un hermano.