06:30 PM. Sigo esperando. Ahora que lo pienso, ¿por qué diablos no acordamos una hora? Estoy demasiado ansioso, sólo quiero que mi vecino llegue... ¿O será que él está esperando que yo vaya por él? Con esa idea en la mente, me decidí en ir a buscarle. Tenía todo listo, sólo faltaba él. Incluso había comprado algunas cosas para comer a pesar de que él dijo que se encargaría de ello, no lo pude evitar. Estaba a punto de abrir la puerta y alguien la golpeó, así que no me tardé ni tres segundos en abrirla y sonreí al verlo. Ahí estaba él, mi vecino había llegado. Me sentí algo avergonzado ya que planeaba ir por él, agradecí que haya llegado de pronto, me ahorré la vergüenza.
Antes que cualquier otra cosa, lo saludé y lo ayudé con las bolsas que traía consigo, supongo que era la comida. De inmediato me hice a un lado y lo dejé pasar, también aproveché de recorrer su cuerpo con la mirada ahora que él no podría fijarse. Dios, lucía hermoso, perfecto. Se había vestido con simpleza como de costumbre, pero de todas maneras era bello. No importa lo que usase, siempre se vería bien.
Juntos pasamos a la cocina antes de hacer cualquier otra cosa, pues debíamos dejar todo lo que comeríamos en platos para llevarlos a la sala, además de los vasos y bebidas. En parte ya todo estaba listo en la mesa de la cocina, sólo faltaba terminar de servir. No quería que notara lo ansioso que estaba, ¿sería muy extraño? Se suponía que él traería la comida, no podía llegar y ver que ya estaba todo listo. En fin, en ello no tardamos nada. Me sentía demasiado nervioso a decir verdad, el lucía normal. Aunque pienso que se está mostrando diferente conmigo. Aún recuerdo cuando hablamos por primera vez, tan frío, tan serio... Ahora estaba ahí, conversando con total naturalidad de cosas triviales mientras ambos reíamos. Era como un sueño...
Al fin estábamos en el sofá de mi sala, nos sentamos juntos en el más largo, pues estaba frente a la pantalla. Toda la comida estaba en la mesa de centro, Jungkook había traído pizza y palomitas, yo había comprado un par de paquetes de papas fritas y helado, pero esto último seguía en el congelador. Acababa de poner la película y ambos estábamos cubiertos por la misma manta, aunque no estábamos sentados muy cerca en realidad. Cada uno tenía un trozo de pizza en la mano y comíamos con rapidez, creo que él al igual que yo, moría de hambre.
Habíamos elegido una película de terror, aunque en realidad no me gustan mucho. Tenía la ilusión de que el asustado sea él, no yo.
***
Ahora Jungkook y yo estábamos abrazados en el sofá. Nos habíamos acabado la pizza hace mucho y las palomitas las habíamos dejado en la mesa de centro nuevamente. Ambos teníamos miedo y nos abrazábamos bajo las mantas. Lo único bueno de todo esto es que tenía excusa para poder abrazar a mi vecino. Él temblaba entre mis brazos y de vez en cuando escondía el rostro en mi cuello, no podía evitar estremecerme. Sólo teníamos la luz de la pantalla ya que las cortinas estaban cerradas, además de que las luces de toda la casa estaban apagadas y comenzaba a anochecer o eso creo, no se asomaba ninguna luz por las cortinas. Sólo estábamos Jungkook, la luz de la pantalla y yo. Ah, también los constantes cosquilleos en mi estómago.
Pero de un momento a otro mi atención ya no estaba en la película, sino en Jungkook. Él seguía temblando entre mis brazos y decidí brindarle un par de caricias en la espalda para que se calmara, pero con ello sólo conseguí que me mirara ligeramente sorprendido. De la nada me puse demasiado nervioso.
— ¿Hyung?... —susurró con algo de timidez.
— ¿Qué ocurre, bebé? ¿Tienes miedo?...
— Sí... No... Bueno, sólo un poco. Usted tiene más miedo. —Me reí con levedad ante su intento de parecer rudo.
— Pero que pequeño más valiente, me siento orgulloso.
— Pero... Era otra cosa la que quería decirle... —De pronto lo noté nervioso, desvió la mirada y se sonrojó con sutileza.
— ¿Sí? ¿Y qué es eso, bebé?
— Tengo curiosidad sobre una cosa...
— ¿Sobre qué cosa? Sabes que puedes preguntarme lo que sea.
— Yoongi hyung... Ya sé qué quiero que me dé —soltó luego de haber inhalado hondo.
— ¿Sí? ¿Y qué es lo que quieres, Jungkookie?
— Béseme...
— ¿Eh?... —Quedé paralizado. ¿Será que escuché mal? No puedo creerlo. Creo que tengo la cara de imbécil más grande del mundo. ¿Mi inalcanzable vecino me estaba pidiendo que lo besara? ¡Dios! ¡Los milagros sí existen! ¿O será que todo lo he imaginado? Temo besarlo y que resulte haber sido un error de juicio. Este niño me tiene mal. Pero debo decir algo, su carita me está asustando. Se ve... ¿apenado? Su rubor aumentó repentinamente y bajó la vista—. ¿Lo... Lo dices en serio, Jungkook?
— Sí... Hablo en serio... Siento... curiosidad. Por favor, dijo que me daría lo que quisiera...
Y ya no dije nada más. Su semblante se estaba volviendo una mezcla entre tristeza y vergüenza, no me gustaba del todo. Quería que estuviera contento y si lo que quería era un beso, yo con mucho gusto se lo daría. Aunque estoy dudoso, ¿curiosidad? ¿De qué tendrá curiosidad? Sólo deseo que sea algo bueno... ¿Nuestro primer beso será así? Aunque, a decir verdad, creo que sí es el momento perfecto. Temía que se diera cuenta de todo lo que por él sentía gracias a ese beso, pero en parte deseaba que así fuese. Me sentí tímido por un momento, no duró.
Como si sus palabras hubiesen sido órdenes, llevé una de mis manos a su mejilla y me fui aproximando a su rostro, él cerró los ojos instintivamente a la vez que su rubor se mantenía. Sé que siempre lo digo y tal vez no dejaré de hacerlo, pero creo que nunca antes lo había visto tan hermoso. Era demasiada perfección junta. Ahora sólo un par de milímetros nos separaban y nuestras respiraciones se mezclaron. Ya no pude aguantar más y eliminé toda distancia que quedaba entre nosotros. Todo comenzó con un roce suave, uno tímido. Jungkook se notaba algo inexperto y sólo trató de seguir mi ritmo. Me pareció demasiado adorable. Con el paso de los segundos comencé a mover mis labios sobre los de mi vecino y mis manos descendieron a su angosta cintura para propinar caricias en la zona. Él rodeó mi cuello con sus brazos y fue ladeando un poco la cabeza para que nuestros labios encajasen a la perfección. Ya llevábamos así varios segundos.
Maldije mentalmente a mis pulmones luego de que tuvimos que distanciarnos ante la falta de oxígeno. Me di cuenta de que me había vuelto adicto al sabor de sus labios. Tan dulces, tan perfectos. Decidí abrir mis ojos y observar los del pequeño, pero me miró con timidez. Para mí había sido demasiado perfecto, el mejor beso que he dado en mi vida. Sólo deseaba besarlo nuevamente. No sé qué estaba pensando, no sé por qué quiso besarme, pero él continuaba sonrojado y aferrado a mí. Decidí tenderme a lo largo del sofá y lo acurruqué sobre mi pecho mientras nos cubría con la manta y acariciaba su espalda baja. No quería arruinar aquel momento, no quería preguntarle por qué me lo había pedido. En gran parte, temía que su respuesta no fuese lo que estaba pensando. Cerré los ojos cuando note que iba a hablar.
— Yoongi hyung...
— Dime, pequeño...
— ¿Por qué me espía por la ventana?...
— ¿Q-qué?... —Mierda, ¿me descubrió? ¿Por qué lo pregunta ahora? Diablos, siento que voy a morir de la vergüenza.
— Desde hace un tiempo lo he notado... Que me mira por la ventana siempre... ¿Por qué lo hace?
— Te responderé si tú me respondes otra cosa...
— Vale, ¿qué quiere saber?
— Creo que ya lo sabes, Jungkook... ¿Por qué?... ¿Por qué querías que te besara?
— Quería aclarar algo...
— ¿Aclarar qué?
— Lo que siento... Por usted...
— Y... ¿Qué has descubierto? —Ahora me encontraba viendo sus ojos. Tengo miedo, pero necesito mirarlo.
— Es un buen besador... —Desvió la mirada de la nada y se mordió el labio inferior con sutileza. Demonios, no me puedo resistir a él si hace eso.
— Jungkook, no es eso a lo que me refiero...
— Lo sé... Sólo quería averiguar lo que siento... Cuando estoy con usted, no sé... Me siento tímido todo el tiempo, pero también me siento feliz, a salvo... —habló mientras apoyaba su frente en mi pecho. Me sentí feliz, amaba provocar todo eso en mi pequeño. Decidí acariciar su cabello y dejar un beso sonoro en la zona.
— Sí te espío, Jungkook —confesé—. Desde que llegaste no he podido evitar mirarte por la ventana... Es que eres lo más bello que he visto en mi vida, no lo puedo evitar...
— ¿Entonces es cierto?... Usted es un pervertido, ¡eso no se hace! —exclamó entre risitas, eso me alivió un poco—. ¿Pero sabe una cosa? Me gusta que lo haga... Aunque esté solo en casa, siempre me he sentido protegido... Siempre he sentido que alguien estaba cuidando de mí.
— Yo siempre voy a cuidar de ti, bebé. Pero entonces... ¿No te molesta que te espíe?
— No... Aunque... Nunca me he desnudado frente a la ventana, ¿o sí?
— Ah... No, no... No soy tan pervertido, no he visto nada... —susurré algo nervioso. No he visto todo su cuerpo, pero sí en varias ocasiones lo he visto usando nada más que su bóxer. De todas maneras, eso no podía admitirlo—. Pero... ¿Me dirás lo que has descubierto?
— Mmh... Tal vez luego, prefiero dejarlo con la duda —liberó una risita algo traviesa y de forma veloz robó un beso de mis labios. A pesar de su respuesta, no pude evitar sentirme feliz. Este niño me trae loco.
***
Nos quedamos así durante mucho tiempo en realidad. Sólo acurrucados en el sofá, brindándonos suaves caricias. Jungkook me robaba besos suaves de vez en cuando y sinceramente, me sentía demasiado feliz. Sin embargo, a mí me estaba costando hacerlo. Quizá porque dudo de sus motivos. ¿Por qué se está portando así conmigo ahora? ¿Por qué no quiso decirme lo que siente? ¿Será que está jugando conmigo? Probablemente ya sepa lo que siento, soy demasiado obvio. ¡Hasta sabe que lo espío, joder! ¿Debería aprovechar la situación? En parte, siento que me estoy portando como un idiota. Tal vez luego esto no se vuelva a repetir. Debería aprovechar de besarlo lo más que pueda antes de que esto se termine. Así que lo hice, ahora yo también lo hacía. No podía resistirme a él, a sus labios, a su cuerpo... Nos besábamos cada vez con más profundidad y él seguía sobre mí. Pero esto era malo, peligroso. El cosquilleo en mi estómago comenzaba a aumentar, pero no se quedaba ahí, descendía hasta mi miembro. Joder, ¡malditas ganas! Si Jungkook sigue así, no podré contenerme más.
Besó mis labios, luego mi mentón y cuello. El sentirlo ahí me estremeció, descubrió una de mis debilidades. Temo no poder controlarme. Temo dejarme llevar y hacerlo mío ahí mismo. Ya no había nada que me detuviese. Nadie nos interrumpiría, nadie podría salvarlo de mí. ¡Pero no! Diablos, debo calmarme o lo espantaré... Tampoco quería rechazarlo, no quiero pedirle que se detenga. Estoy demasiado feliz ahora, sus mimos me encantan. Lo siento tan mío ahora. Desearía que eso fuera así siempre. Mío siempre, sólo mío.
***
— Jungkook... ¿De verdad tienes que irte?...
— Sí... No avisé que me quedaría...
— Quédate, ¿sí? Por favor...
— Hyung... No puedo...
— ¿Y si voy a preguntarle a tu madre?
— ¿Usted?
— Claro, así no corro el riesgo de que huyas de mí.
— Está bien, pero dudo que ella diga que sí...
Y para la sorpresa de ambos, fue su madre quien golpeó la puerta de mi casa. Jungkook se mantuvo acurrucado en el sofá cuando fui a abrir y lo que vi fue a su madre con un bolso, se veía algo insegura. Cuando comenzó a hablar se frotaba la nuca con su mano libre y no podía evitar suspirar un par de veces. Me sentí nervioso.
— Yoongi... Necesito pedirte un favor, no tengo a quien recurrir en realidad.
— Claro, ¿de qué trata? Con mucho gusto te ayudo.
— Resulta que mi hermana acaba de llamarme, la que vive en Busan. ¿Recuerdas que una vez te lo comenté? Está enferma según me contó y necesita ayuda para cuidar de sus hijos, sólo me tiene a mí... Y bueno, no puedo llevarme a Jungkookie por las clases y todo eso... Lo que quería pedirte era... Bueno, ¿él se puede quedar contigo? Volveré en un par de semanas y sólo en ti confío. Como somos vecinos podrías cuidarlo mejor... ¿Me harías ese favor? Jungkook se porta bien, de verdad.
— ¡Oh, claro, claro! Está tranquila, no te preocupes. Yo cuidaré muy bien de Jungkookie, te lo prometo. Él puede quedarse en mi casa incluso, no habría problema.
— ¿D-de verdad? ¡Muchas gracias! ¡En serio! Ahora debo irme... Cuídamelo bien, ¿sí?
— Es una promesa, lo cuidaré muy bien.
Dejé pasar a la madre de Jungkook para que pudiera despedirse de su hijo y sonreí mientras los veía abrazarse. No lo podía creer, era mi oportunidad. Era como un sueño vuelto realidad. Es mi oportunidad para enamorar a Jungkook. ¡Joder! Lo tendré sólo para mí, no puedo con tanta emoción. Necesito contárselo a Hoseok.
Ahora Jungkook y yo nos encontramos solos en mi casa. Él aún envuelto en la manta y mirándome tras el respaldo del sofá con carita de niño asustado. Hasta yo mismo me asusté de las ideas que cruzaron por mi cabeza. Malditas ganas, ¿cómo puede existir alguien tan delicioso?