Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

TRUE LOVE (HUNHAN - KAISOO) por NaTyK1995

[Reviews - 88]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Samadhy78

Este cap esta dedicado a ti mi querida Samadhy, gracias por tu apoyo y Rw me haces tan feliz... 

-Su estado se deteriora cada vez más… lo estaban tratando únicamente con antibióticos lo que no le ayudaba en absoluto y logro que su estado avanzara y empeorara. Sus órganos están fallando y su actividad cerebral es inestable… está en estado crítico-

Cuando el doctor Lee SungMin le había dicho eso sintió que se desvanecía y que lo perdía todo. Su padre se encontraba ahora en una bonita y cálida habitación, conectado a cientos de aparatos y cada uno emitía un sonido diferente. En un principio se molestó y protesto en contra de esto, ya que en la habitación en la mansión este solo tenía un respirador y una vía intravenosa en su brazo, además de la molesta enfermera que monitoreaba su estado y aquí le perforaban la piel con agujas y había tantos cables que lo asustaban.

SungMin después de tranquilizarlo le había explicado el funcionamiento y la tarea de cada equipo, no podían quitarlos porque eran vitales para la recuperación de su padre. Las miles de agujas y vías le proporcionaban al hombre hidratación, alimento y medicamentos antiinflamatorios y para el dolor, además claro del tratamiento que le traería de vuelta a su amado padre.

-Solo ha pasado una semana y su estado ha mejorado considerablemente… sus signos vitales se estabilizaron y su actividad cerebral es más legible… está dando resultado, él mejorara pronto-

Le había asegurado una semana después el joven doctor con una enorme sonrisa. Sintió que podía respirar mejor y como si se librara de un gran peso.

-Joven SeHun… podría por favor mantener el estado de su padre reservado y me refiero a que nadie más que usted, el abogado Cho y yo sepamos de este… ni siquiera su madre puede saberlo, no hasta que el Señor Oh este mejor-

Le extraño el pedido del hombre, pero estuvo de acuerdo cuando este lo convenció de que sería una gran sorpresa para ella ver a su padre más recuperado.

-No quiero ser grosero… pero permítame decirle algo Joven Oh…- ese día había ido a visitar a su padre, estaba tan feliz de la mejoría de este que cuando menos lo pensó ya era tarde y las visitas habían terminado, pero antes de salir el doctor lo detuvo con un tenso y serio semblante, una mirada feroz e intrigantes palabras.

 -El estado del Señor Oh no se debe únicamente a la extraña enfermedad que lo ataco- dijo esto último con un toque de burla –sino a la ineficiente y mediocre atención que recibió después de ella. Si hubiera recibido el tratamiento a tiempo no tendríamos que preocuparnos por las posibles consecuencias-

Exigió una explicación hacia esa casi directa acusación, pero sin más el doctor lo había dejado y con esas palabras la incertidumbre crecía y lo atormentaba más ¿Por qué tenía la impresión de que todos sabían algo, algo más de lo que él sabía?

Toda esa absurda y molesta situación lo irritaban y en las últimas semanas cuando sus nervios estaban alterados lo único que lograba calmarlo, lo único que apaciguaba su alterado y confuso ser era la compañía de su hermoso rubio. Cuando LuHan lo miraba, cuando le sonreía, cuando lo abrazaba y respondía a sus caricias, cuando se estremecía por su toque y le decía con al más suave y amorosa voz que lo amaba, cuando LuHan lo miraba con verdad, paz y amor brillando en sus ojos, cuando simplemente lo miraba encontraba paz, calidez, amor y perfección y eso era lo único que quería en esos momentos, quería a LuHan entre sus brazos antes de perder la poca cordura que le quedaba.

Después de lo que le parecieron horas al fin había llegado, bajo lo más rápido que pudo de su auto y literalmente corrió, atravesó el lobby del condominio y al ver que ya había tardado tanto ni se molestó en esperar el ascensor, así que su carrera siguió escaleras arriba, la ansiedad por estar junto a su amado era su motor, las ganas de besarlo hasta no sentir sus labios, lo movían ágilmente y le impedían ser consciente de lo cansado que comenzaba a sentirse.

Si le preguntaran  ¿Cuándo las cosas habían tomado este rumbo?  Bueno podría decir que al fin había despertado. Mientras corría escaleras arriba, añorando a su rubio, ansiando por él y sufriendo por no tenerlo cerca, sufriendo al recordar todo lo que había pasado y lo que había hecho, mientras miles de pensamientos llegaban y se iban, lo confundían y aclaraban, le dolían y hacían feliz, SeHun entendió que todo, absolutamente todo el mundo y sus malvados planes por separarlo de LuHan se podían ir a la mismísima mierda, porque él no se rendiría, el no pelearía tampoco encontrar de lo inevitable y estar al lado de LuHan y hacerlo feliz, amarlo como prometió años atrás y protegerlo, tenerlo solo para sí mismo y hacerlo inmensamente feliz, era completamente inevitable.

A la mierda sus sentimientos llenos de rencor, el odio y sus intentos por humillar e insultar a su amado rubio, a la mierda todas esas estúpidas fotografías, las pruebas, su madre y sus advertencias, a la mierda el miedo y a la mierda la venganza.

Olvidar.

Olvidar era lo que SeHun quería hacer en esos momentos, olvidar todo y comenzar de nuevo, desde cero, pasar la página, abrir otra puerta o mirar a otro horizonte, pero de la mano de su amado rubio.

Idiota.

Idiota le dirían muchos y si bien era un idiota, pero uno enamorado, loco de amor, capas de sellar el pasado por más doloroso que habría sido y renacer.

Difícil.

Difícil seria el camino, pero con el amor que ambos sentían, lo lograrían.

Perdón.

Perdonaría  a LuHan, sus fallas y debilidad y estaba seguro de que LuHan perdonaría las suyas.

Porque en todo este tiempo SeHun entendió algo, algo que hizo que abriera sus ojos… 

“-Es difícil odiar, a quien más amas-”

Y SeHun amaba con locura a LuHan, lo amaba más que a su propia vida y ni los engaños, mentiras y traición de este lograron acabar con ese amor, si bien el destino jugo en contra de ellos tantas veces y las acciones de ambos los estaban destruyeron mutuamente, aún seguían allí, aún estaba esa llama, quemando como nunca y no se apagaría tan fácilmente. 

Tardo en darse cuenta, pero al fin lo había hecho. La idea de correr y abrazar a su pequeño rubio, besarlo y decirle que lo amaba y que olvidaran todo para empezar de nuevo, era tentadora, pero sería un maldito si lo hiciera después de lo que le había hecho pasar a su amado, así que debía ir con cuidado, esta vez no lo arruinaría.

Sus pensamientos lo acompañaron en todo el recorrido y cuando menos pensó y para su deleite, justo frente a él estaba el dueño de sus sueños e ilusiones, el causante de su locura, quien había robado su alma y vida entera. 

LuHan se encontraba luchando con el mando en sus manos, oprimía los botones causando que algunos recuadros  aparecieran en la enorme pantalla plana y que las imágenes se distorsionaran, su hermoso rostro era todo un poema, sus ojos tan abiertos como los de un cervatillo asustado y sus labios hechos mohín lo hacían la criatura más tierna y gloriosa que nunca antes había visto, su amor no podía crecer o intensificarse más de lo que ya estaba, simplemente se confirmaba al verlo allí sufriendo y enfrentándose a la avanzada, confusa y practica tecnología de hoy.

“Adorable”  pensó mientras en silencio se acercaba  desde atrás y con suavidad ayudaba a su rubio a maniobrar el comando y ordenar los comandos de la pantalla

-Yo… lo siento- se disculpó el menor –solo quería… buscaba ese canal de películas… pero, son muchos botones y… lo siento- el menor bajo el rostro avergonzado, más que por su estupidez al no ser capaz de manejar un simple mando, por tener tan cerca a su castaño.

“Adorable y condenadamente sexy”  pensó esta vez SeHun, esa forma tan inocente de actuar, el cómo sus mejillas se sonrojaban de sobre manera, su tímida y temblorosa voz, sus inquietas manos que jugueteaban entre sí, lo hacían parecer adorable pero además la persona más inocente y pura, despertando en el alto los deseos más lujuriosos y pecaminosos. 

Sin perder más tiempo rodeo el cuerpo del menor y lo envolvió entre sus brazos antes de tomar posesión de su boca, un beso cargado de pasión y ferocidad que el menor correspondió poco después con las mismas ansías. 

De inmediato sus lenguas entraron en el acto, recorriendo la cavidad contraria, una guerra por tomar más del otro, las manos del rubio se mantenían quietas, aferrándose a la camisa del alto mientras las de este recorrían con vehemencia el cuerpo tembloroso y tibio del menor.

El beso tomaba más fuerza, si es que era posible, las caricias comenzaban a quemar y el cuerpo de ambos lo sabían. 

-Se…Hun ¡Ahh!- gimió el menor cuando sintió la succión en su cuello, los labios de SeHun estaban haciendo de las suyas en su cuello. 

El gemido de LuHan dio al alto una chispa de lucidez, dándose así cuenta de que aún seguían de pie en medio de la sala, ágilmente tomo en brazos al menor y lo llevo hasta la habitación.

Con cuidado coloco el cuerpo del menor en la cama, de igual modo se posiciono sobre este, el tiempo pareció detenerse cuando sus miradas se encontraron y permanecieron así por un momento. 

SeHun quería transmitirle a LuHan lo que sentía en esos momentos y las miradas eran las más indicadas, estas no mienten. 

-Te amo SeHunnie- susurro con amor el menor, el cuerpo entero del castaño reacciono, la calidez creció en su pecho y sonrió acariciando la mejilla sonrojada de este. 

-Yo… también te amo… LuHannie- susurro en respuesta él también. SeHun reclamo la boca del bajo de nuevo, con más pasión que antes, cuando el aire les hizo falta se separaron y LuHan vio los ojos del otro y entendió, él también lo quería. 

-Hazlo- dijo agitado –Hazlo SeHunnie- pidió esta vez rodeando con sus brazos el cuello y con sus piernas la cadera del castaño, causando que sus miembros ya despiertos se rosaran exquisitamente. 

-No-no- la respiración del alto se interrumpía –No quiero lastimarte- le dijo poniendo un poco de distancia entre ambos cuerpos- no de nuevo, no quiero- se negaba. 

-No lo harás- se aferró de nuevo, más fuerte- Yo… también lo quiero, también lo necesito… por favor- pedía el menor mientras besaba desesperado el cuello  del alto. 

-LuHan… quiero que… yo- los besos del menor lo enloquecían, impidiendo que pensara con claridad –lo siento- soltó al fin y con su mirada triste, LuHan sonrió de nuevo esa palabra cargada de sentimiento. 

En instantes el rubio se posicionó sobre él, quedando SeHun atrapado entre las piernas de su pequeño y el suave colchón, la sorpresa del momento no se comparó con la de sentir la suave danza sobre su miembro, si, LuHan se encontraba presionando, en círculos, de arriba abajo y dando pequeños saltos, provocando al otro. 

-Ol-olvidalo… ahh… SeHunnie ¡Mnhg!- gemía alto para el castaño, el cual no basto mucho para que perdiera el control, comenzando a empujar y presionar el también, haciendo que el contacto fuera más placentero, acariciando en el proceso los muslos y cadera del rubio.

Esta vez fue LuHan quien comenzó el ardiente beso, esta vez era LuHan quien le proporcionaba las excitantes caricias y el alto no podía pedir más, o eso creía él. 

El placer aumento cuando vio como lentamente LuHan tomaba el borde de su camisa y la sacaba por completo de su cuerpo, sin perder tiempo acaricio los duros y rosados pezones que pedían a gritos ser tomados. 

-¡Ahh!…mnhg…Se-Se mnhgHun- gemía el menor, hipnotizado por los labios rosados y húmedos del otro,  SeHun se impulsó hacia adelante hasta quedar sentado y alcanzar esos apetitosos labios, uniéndolos una vez más, los movimientos no cesaron al igual que las caricias, por el contrario aumentaron. 

-Se…Hunnie- le hablo el rubio al oído, mientras este tomaba ferozmente la piel sensible de sus pezones entre sus dientes –Ha-hazlo… como antes, quiero que ¡Ahh! Todo sea como antes-

Y SeHun no podía estar más feliz, eso mismo quería él, pero sabía que no sería tan fácil, al menos no de inmediato. 

Cegado por el deseo llevo al menor a la cama, se colocó en medio de sus piernas las cuales abrió solo lo suficiente, sus ojos no se despegaron de la lujuriosa mirada que le lanzaba el rubio, mientras el alto le quitaba salvajemente el pantalón y la ropa interior, LuHan se mordía sexymente el labio inferior, gimiendo bajito, arqueando la espalda y con sus manos agarrando fuerte las sabanas sobre su cabeza, incitando, provocandolo más.

Y funciono. 

Porque en cuanto la ropa fue retirada de su cuerpo, el menor tembló al ver como SeHun se lamia tres dedos y rápidamente introdujo dos de un solo golpe. 

-¡Aang!… ¡ahh!- gimió alto tratando de disfrazar el dolor en sus gemidos, los cuales fueron callados otra vez por los labios del alto, no paso mucho hasta que sintió otra presión en su interior, pero para ese momento ya no dolía, por el contrario era muy, bastante placentero. 

Caricias y besos eran repartidos en ambos cuerpos, el alto aun con la ropa puesta, pues la calentura del momento le había impedido tomarse el tiempo para deshacerse de ella, solo abrió sus pantalones para liberar un poco la presión de estos. Sin saberlo LuHan sintió unos momentos después toda la extensión del castaño abriéndose paso entre sus apretadas paredes. 

-¡SeHun!- gimió fuerte y tuvo que aguantar la respiración por un momento, la sensación era maravillosa. 

-…- no dijo nada simplemente comenzó el mismo un pequeño vaivén, anunciándole al mayor que estaba listo. 

SeHun podía sentir que esta vez era real, era como antes, como siempre debió ser y como seria de ahora en adelante, primero se dejaban dominar por la lujuria y el placer, consumando su amor de manera rápida, fuerte y salvaje sin dejar de lado la delicadeza, al terminar no pasaba mucho tiempo hasta que SeHun comenzaba a repartir suaves besos en todo su cuerpo, tratando de aminorar el dolor del rubio, por sus mordidas y fuertes agarres, comenzando así otro acto de amor, pero esta vez más lento, suave, delicado y aún más placentero.

Las embestidas no tardaron en perder el ritmo, la velocidad de SeHun era descomunal, él quería estar más a dentro, más profundo, quería hacer delirar a LuHan y lo estaba logrando.

El acto era rápido, fuerte y con poca  delicadeza, pero el amor estaba presente. 

Te amo, eres hermoso, tan apretado, delicioso, ¿se siente bien?, ¡Dios!, ¡más, más por favor!

La combinación de palabras dulces y sucias era perfecta, SeHun mordía y besaba el cuerpo del menor, dejando marcas en su pecho, abdomen, brazos y cuello, el dolor era excitante. 

Un poco después, entre besos y caricias bruscas ambos se liberaron fuertemente, salvaje como lo habían hecho.

Sus respiraciones aún estaban agitadas, sus cuerpos sudaban y estaban exhaustos, pero SeHun aún no terminaba. 

Como antes, hace más de tres años, después de una sesión desenfrenada de hacer el amor salvajemente, llegaba el verdadero acto. 

LuHan se encontraba ya dormido en el pecho del castaño, cuando este se alejó y dejo caer con cuidado el inerte cuerpo del menor entre las sabanas, apoyando su peso en un brazo, se deleitó pasando la mirada por la perfecta figura  frente a él. El menor le regalaba la hermosa vista de su delicada pero esbelta espalda.

Sin poder contenerse y al ver que ese lugar estaba libre de marcas, de sus marcas, comenzó a repartir suaves besos sobre la espalda del menor. Los mordiscos que le regalaba eran suaves, el momento había pasado y ahora debía sanar ese dolor, ese que sabía estaba sintiendo el rubio.

Marcaba el cuerpo del menor con marcas de amor, suaves y excitantes, el dolor ya no estaría presente en sus actos, no desde ese día, todo había cambiado. LuHan no se movió, pero era consciente de las acciones del alto sobre su cuerpo y solo disfrutaba de ellas, los besos descendieron hasta su espalda baja y se mantuvieron allí.

Al llegar al voluptuoso y firme trasero SeHun se detuvo, lo contemplo por un momento y mientras lamia, mordía y besaba una nalga, la otra la masajeaba con su mano, cuando termino hizo lo mismo con la otra, recibiendo pequeños gemidos por parte del menor. Cuando tuvo al rubio completamente en sus manos, decidió hacerlo, en un rápido movimiento abrió las nalgas de este y comenzó a besar la entrada del rubio. 

Si, moría por hacerle eso a LuHan.

-¡Ahhh!… Se-SeHun ¿Qué? ¡mnhg!- gimió esta vez mas despierto el rubio, aferrándose fuerte a las sabanas y encorvando su espalda, nunca antes había sentido algo así y era… maravilloso.

Los besos y lamidas continuaron, las caderas del menor comenzaron a moverse lentamente buscando más contacto.

SeHun quería todo de LuHan, quería probar cada parte de ese hermoso cuerpo y debía marcar y dejar su esencia en cada poro de esa nívea piel, los gemidos y alaridos provenientes de su pequeño lo alentaban a seguir con ese raro pero excitante acto.

-Bas… ¡mnhg! basta… ¡No-no aguanto!- pidió el menor al sentir que llegaría tan pronto, el sin hueso de su amado tomándolo de esa manera era una tortura para él, si era posible el placer aumento al sentir como ese musculo entraba en él y como la cálida mano del alto tomo posesión de su hasta el momento olvidado miembro, acariciando rítmicamente.

Cuando SeHun sintió que ya era suficiente, libero al menor, despacio se sentó apoyando su espalda en el cabecero de la cama, mirando detenidamente al rubio que trataba de reponerse de la nueva experiencia. Excitado e insatisfecho LuHan miro al alto buscando una respuesta por haberse detenido, este simplemente le sonrió y palmeo sus piernas esperando por él.

-Ven- le dijo, su voz rasposa por el placer, pero con un tono dulce. Sin pensarlo LuHan con cuidado tomo el lugar que le había indicado y las manos del otro lo aferraron allí.

-Eres hermoso… mi ángel… mi niño… mi amor… mi vida- decía entre besos el mayor, besos que repartía desde su pecho, cuello, mejillas, nariz y frente –Mi todo- susurro antes de sellar por milésima vez esa tarde sus labios, lento, húmedo y exquisito.

-Perdóname mi amor… perdóname- decía repartiendo besos por el cuerpo tembloroso del más joven.

LuHan lloraba, lloraba de alegría, el volver a oír esas hermosas palabras provocaban que su corazón se encogiera de felicidad, se oían igual que antes tal vez con un sentimiento mayor. En su interior sabía que su esfuerzo estaba dando frutos, SeHun estaba volviendo a ser el mismo de antes, cariñoso, atento, amable y tierno, no sabía en realidad que había pasado, tal vez el mayor simplemente había recapacitado, pero fuera lo que fuera, su amado SeHunnie estaba de vuelta.

Las manos del rubio se entrelazaban en sus cabellos castaños, profundizando el beso, lentamente estas descendieron por el cuello, los hombros y pecho del castaño hasta llegar a su cadera, donde sin ningún atisbo de vergüenza o timidez agarro el borde de la camisa del alto y la deslizo fuera de este en un movimiento lento y tortuoso para SeHun. El beso se rompió solo para que la prenda pasara entre ellos, LuHan observo detenidamente el escultural cuerpo frente a él, delgado y algo musculoso, sus manos recorriendo esa imponente figura y la yema  de sus dedos recorrieron los bien formados abdominales, enviando a ambos corrientes de deseo.

Contestando al silencioso llamado el menor ataco el cuerpo contrario con suaves besos, una ligera presión de sus labios en la ardiente piel, el camino siguió hasta llegar al vientre bajo del castaño, los gemidos de este para ese momento ya eran suficientemente altos, las manos del alto acariciaban con parsimonia la espalda y brazos del menor.

Tomando por sorpresa a SeHun, el menor se encargó de quitar las pocas prendas que faltaban y tomo entre sus manos el ya erecto miembro del otro.

-¡Mnhg!- gimió alto SeHun al sentir las cálidas manos de su pequeño frotándolo de esa manera, el mayor detuvo al otro justo en el momento en el que este se disponía a engullir su miembro.

-No…- negó con dificultad, recibiendo una mirada de tristeza en respuesta.

-Lo… lo siento, yo…-

-No es eso…- lo interrumpió antes de que se hiciera alguna idea errada -es…- un tenue color carmesí se divisó en las mejillas del alto –Si lo haces… no creo poder aguantar- confeso al fin, el menor lo miro sorprendido –muero por estar dentro de ti LuHan… me traes loco y… no creo poder controlarme… quiero ir despacio, como antes ¿lo recuerdas?- dijo acariciando las mejillas del menor, a quien algunas lágrimas habían empezado a distorsionar su vista, porque para él, esas fueron unas hermosas palabras.

Sin pronunciar palabra LuHan lentamente se acercó y se sentó de nuevo en las piernas del alto, tomo entre sus manos las mejillas de este y conecto sus miradas.

-Te amo SeHun- pronuncio dulcemente, el interior del alto dio un vuelco con fuerza -te amo… nunca deje de amarte y nunca lo hare- aseguro entre lágrimas –Te amo más que a mi vida… perdóname SeHunnie, no sé qué hice pero perdóname, por favor- pidió en sollozos aferrándose al cuello de este. Esta vez no solo el interior si no el alma entera de SeHun se rompió en pedazos, el sentimiento de dolor e ira ya no estaba presente, la culpa lo dominaba, le dolía ver a su pequeño en ese estado.

“Siempre te protegeré”

Recuerdos vagos llegaban a su mente, recuerdos de las tantas promesas que le hizo al pequeño e indefenso rubio hace algunos años y las cuales había roto todas.

“Nunca te lastimare”

¡Jodido mentiroso!

Eso era, un jodido mentiroso por no haber sido capaz de proteger a su amado, en lugar de eso lo había lastimado, humillado, insultado y le había hecho pedazos el corazón.

“Te amo”

Nada en LuHan había cambiado, esa hermosa frase que le repetía cada vez que quería, seguía teniendo el mismo significado, seguía sonando igual de legitima y verdadera, los ojos del pequeño eran los mismo, puros e inocentes, entonces era allí que SeHun se preguntaba

“-¿Cómo una criatura tan pura, hermosa e inocente, sería capaz de algo tan inhumano como romperle el corazón a quien lo ama?-”

Los pensamientos del alto fueron interrumpidos por el lento movimiento sobre su hombría, las caderas de LuHan deleitaban al mayor con su erótica y lenta danza, el roce entre los miembros bastantes despiertos se volvió algo doloroso y necesitado, la entrada del menor ya se encontraba lo suficientemente dilatada por lo que no tuvieron que preocuparse de ello. 

De nuevo fue LuHan quien tomo la iniciativa, con sus delicadas manos tomo el miembro del castaño y lo sostuvo firme para comenzar a descender por este. 

-¡AHHH! ¡MHNG!… Se-SeHun… ¡mng!- grito entregándose al placer.

-¡Dios!… LuHannie… mnhg… ¡sí!… así ¡Ahh!- comenzó a gemir también el castaño, el menor comenzando a deslizarse, succiono la cabeza primero, salió un poco y entro aún más, de nuevo lo saco solo un poco para adentrarse más aún, fueron necesarios  cuatro suaves y lentos saltos pequeños para llegar a la base, para sentirse lleno en su totalidad.

De inmediato el menor quiso comenzar a mover sus caderas, pero el alto se lo impidió, tomándolo delicadamente de estas. 

-Lento  amor… lento- le susurró al oído. Está de más decir que ambos cuerpos eran un manojo de sensaciones, cada caricia, beso, susurro y palabra hacía estragos en el interior de ambos, la calidez y el amor que desbordaban crecía cada vez más.

Todo para el menor parecía un sueño, la forma tan deliciosa en la que el alto entraba y salía de él, lento y cuidadoso y el cómo era él quien llevaba el ritmo de las cosas le animaba y gemía más alto. Las caricias de nuevo no faltaron, lentas y suaves, los besos, lamiendo y succionando cada rincón de su cuerpo, era maravilloso simplemente maravilloso. 

Casi en la cúspide del placer, SeHun invirtió las posiciones, ahora siendo el quien llevaba el ritmo, al hacer esto las piernas del menor se abrieron un poco más y entonces SeHun logro llegar más profundo, encontrando ese punto dulce, siendo un fuerte gemido colmado de placer el que se lo indico, los movimientos tomaron un poco más de velocidad, la mano del alto encontró de nuevo al olvidado miembro del menor y lo acaricio con vehemencia, con suavidad, haciendo más fácil la tarea de llegar.

 -Jun… juntos- dijo entre jadeos el mayor, LuHan simplemente asintió y se aferró con más fuerza a la desnuda espalda, hiriendo un poco en el proceso, poco después el menor se liberó en la mano de su amado, la cual no se movió de allí ni dejo de bridarle las cálidas caricias, SeHun como siempre dejo libre su esencia en el interior de su pequeño. 

Juntos gimieron sus nombres y se dejaron vencer por el cansancio, entregándose poco después a los brazos de Morfeo.

La noche para SeHun, paso demasiado rápido. Curioso, esto siempre pasaba cuando estaba cerca del rubio. 

El día había llegado y el alto sabía que tendría problemas ese día en clases, pasar la noche haciéndole el amor y contemplarlo mientras  dormía, toma  tiempo, en especial si es la persona a la que más amas, por sobre todo. 

Tal vez la noche fue corta, pero para SeHun fue el tiempo necesario  para recapacitar  sobre lo que estaba pasando y lo que estaba haciendo, en ese momento un par de preguntas rondaban su mente ¿Habría sido capaz su querida madre de mentirle? ¿Todo esto había sido solo un vil engaño, todo era mentira?

¡Y una mierda!

Maldijo SeHun y entonces lo decidió, mandaría todo a la jodida mierda, fuera  verdad o mentira y afrontaría las consecuencias. Si todo era verdad, olvidaría y comenzaría de nuevo, los errores de ambos serian perdonados y olvidados, reharía  su vida al lado de su amado sin importar que.

Si era mentira, entonces la culpa y su conciencia se encargarían de hacerlo sufrir, sentiría morir en vida, todo habría sido por nada y el único monstruo habría sido él. 

La decisión estaba tomaba, fuera lo que fuera, SeHun no quería averiguarlo, rasgaría esas fotografías, las quemaría, haría todo lo humanamente posible para conseguir el perdón de su rubio, lo haría feliz y todo esto lejos de su madre, lejos de la ciudad o el país si era posible, dentro de poco tomaría su puesto como CEO, dueño y Señor de las compañías y todo lo que una vez estuvo al poder de su padre y una vez lo hiciera, tendría el valor y el poder de decidir por él mismo, su madre no podría hacer nada, huiría con su amado y serian felices, él se encargaría de darle todo a su LuHannie. 

Totalmente decidido y sonriendo como hace mucho tiempo no lo hacia el castaño planto un casto beso sobre los labios del rubio que dormía en su pecho.

“-Espero puedas perdonarme y olvidar, esta vez quiero hacer todo bien… esta vez si te cumpliré LuHan, porque te amo, te amo más que a mi vida… a ti mi verdadero amor-”

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

-Duplica la dosis- dijo el joven doctor.

-¿Esta seguro Doctor?- pregunto dudosa la enfermera.

-Si- dijo simplemente, firmo la tablilla de observación y una vez la enfermera salió de la habitación este se acercó a la camilla, tomo asiento junto al cuerpo y acaricio en un acto de cariño la cabeza del hombre.

-Sé que puede hacerlo Señor Oh, usted es un hombre muy fuerte- decía en voz baja –debe recuperarse, vuelva- la voz del menor tembló, ese hombre había sido como un segundo padre para él y lo apreciaba mucho.

-¿Sabe?... usted tenía razón, en todo tenía razón… encontramos a uno de los chicos, es un buen muchacho, se sentiría orgulloso- sonrió débilmente, continuaría hablando pero el timbre de su celular lo interrumpió.

-Doctor Lee- contesto -¿En serio?- sus ojos se abrieron de sobremanera –Bien, nos vemos… s-si estoy bien, ¿y tú?... mnh me alegra, bien adiós- sonrió y colgó.

-Otra buena noticia Señor Oh- se dirigió esta vez al Señor –encontramos al otro Oh, lo que quiere decir que nuestros planes se adelantaran- informo con una sonrisa al inconsciente cuerpo.  Depositando un beso cariñosamente sobre la frente del mayor, SungMin se retiró de la habitación y justo cuando el seguro de la puerta aviso que esta había sido cerrada el delgado índice del mayor empezó a moverse lentamente, tembloroso.

Después de casi tres años completamente inmóvil, el cuerpo del Señor Oh parecía estar empezando a despertar…

 

 

 

 

… … 

 

 

 

 

Entrar a tu propio lugar de trabajo,  está bien. Sentarte en tu escritorio,  está bien. Revisar tu trabajo,  está bien. Lo que no está  bien,  es invadir el escritorio de tu compañero. Lo que no está bien,  es revisar el trabajo de tu compañero. Y definitivamente no está bien, robar el trabajo y la investigación de tu compañero. Una falta de respeto, ética y cultura, eso era, peor al abogado YongHwa eso no le importaba y huyo con el expediente de nombre Oh, allí estaban los secretos de la famosa familia, allí estaba su boletó a la fama, al poder y la gloria, sería el rey que tanto quería y gobernaría al lado su amado LuHan.

 Una vez estuvo en la comodidad de su casa, con un humeante café se sentó en su escritorio y se dispuso a leer.

-¿Qué demonios?- susurro absorto en sus pensamientos minutos después, cerro la carpeta y suspiro tomándose de la cabeza y entonces su ya muy habitual risa diabólica hizo aparición.

-¡Ay pequeño LuHan!… no hay duda de que ahora si… serás mío-

-Detective JiSub- saludo a través de su celular.

-Abogado Jung- le saludo el otro también.

-Quiero que tenga lista la información en unos días- la sonrisa de YongHwa no se borró.

-¿Qué? ¿Tan pronto ya?-

-Así es- dicho esto colgó la llamada.

Sus planes eran muy diferentes, pero con la información que había en ese expediente, todo sería más fácil...

“Hermanos”

La palabra quedo vagando en sus pensamientos…

 

 

Mi vacío… se está llenando gracias a ti…

Ahora ya no estoy solo…

La persona que me consuela…

La que me envuelve cuando estoy sintiendo dolor…

Todo lo haces tú... lo haces tú…

Te agradezco cada día…

La persona que me hizo sonreír otra vez…

La persona que día a día me hace feliz…

Eres tú… eres tú… eres tú…

Ahora se, que en vez de la palabra para siempre…

Él ahora es más precioso…

Si somos tú y yo… si estas a mi lado…

Astro

Notas finales:

Hola…¡IMPORTANTE!

Bueno quisiera agradecer por el apoyo, pero algo me tiene preocupada y quisiera aclararlo antes de que pase a mayores… recién hoy ingreso a mi cuenta y me encontré con algunos comentarios en mi historia GIA, los cuales fueron hechos en diciembre del año pasado, la verdad apenas los vi ahora porque como les dije a esas personitas, el fic no tuvo respuesta alguna en los anuncios que publique tanto acá en AY como en Wattpad y por ello no lo actualice como había dicho que lo haría, por eso mismo deje de mirar la historia así que no me di cuenta de los mensajes antes. Por el contrario TL tuvo respuestas en Wattpad y por eso es que lo actualice a tiempo. Me entristecí tanto que deje de lado la historia de GIA y me decía a mí misma “cuando termine TL si tengo ganas la publico” Un pensamiento egoísta lo sé, pero estaba tan triste de verdad de ver que GIA no avanzaba que me deje llevar. Durante este año que estuve por fuera entendí más que nada cuan importantes son las opiniones de los lectores y el apoyo que recibes de estos, te animan, te dan inspiración y te hacen sentir bonito, nunca he exigido una cantidad de comentarios para continuar actualizando, pero si espero aunque sea uno, en todo este tiempo no recibí Rw en GIA y cuando los recibo lamentablemente son de inconformidad.

Pero hoy que me encontré con esos tres comentarios me di cuenta de que aún hay personitas esperando por la historia y aunque me regañaron y falte al respeto no solo de esas personitas sino de muchas otras me siento feliz ya que eso era lo que quería,  esto era justo lo que quería, que alguien hablara, que alguien pidiera por la historia, lamentablemente fue de esta manera, pero bueno…

Pronto comenzare la publicación de GIA, no diré cuando para no ilusionar y no cumplir mi palabra después, solo PRONTO… ahora en cinco horas tengo clase, asi que…

¡Nos leemos pronto!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).