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TRUE LOVE (HUNHAN - KAISOO) por NaTyK1995

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Notas del capitulo:

Holi! Polluel@s me disculpo por la tardanza, pero ¿les comente que estaba mal de mis ojitos?... Bueno estaba en la etapa importante de mi tratamiento y la espera y angustia surtió efecto porque ¡Estoy muchísimo mejor ahora! Debo cuidarme, si la retina se me vuelve a dañar ya no habrá marcha atrás… pero me voy a cuidar para que eso no pase

Esta semana empiezo mis prácticas, pero de igual forma voy a seguir actualizando así que no se preocupen que voy lento pero seguro ;)

Espero que les guste mucho el cap… por allí una personita quería más TaoRis bueno espero que este contenta con esto y con lo que vendrá… ¡MIL GRACIAS POR EL APOYO L@S QUIERO DE AQUÍ AL MÁS ALLÁ!

Tao golpeo suavemente la puerta de  madera con la frente, suspiro mientras escuchaba los gemidos provenientes del interior. Sintió su rostro calentarse y supo que sus mejillas estaban tan rojas como un tomate. Tao permanecía allí en silencio, los gemidos de los dos chicos se escuchaban en todo el piso y el menor se preguntaba ¿Cómo es que nadie más los oía?

El rubio le regalo una última mirada a la fina y lisa madera antes de retirarse y comenzar a descender las escaleras, el recorrido era largo, pero le daba el tiempo suficiente para pensar mientras lo hacía, además de que no tenía ningún interés en llegar pronto a la mansión y enfrentarse al par de monstruos que había allí.

Al salir del edificio, Tao se quedó del otro lado de la calle mirando fijamente a la ventana que le pertenecía a Oh SeHun, pensando en todo lo que había pasado en los últimos dos años, en lo que había hecho y en las consecuencias de sus actos. Como todos los días, el rubio cumplía con su trabajo,  trabajo que venía haciendo hace ya dos años, claro que su único objetivo era el chico rubio, LuHan. Pero desde que el hijo de la Señora había regresado de su viaje, Tao debía seguirlos a ambos y reportarle a la mujer si alguno de los dos tenía cualquier especie de contacto.

Hasta ahora había cumplido con su trabajo, informaba a la mayor de todos los movimientos de su hijo y de los del rubio, pero nunca había dicho que cada uno de estos movimientos los hacían en compañía. Para la Señora Oh, SeHun había tratado mal y humillado a LuHan desde que había regresado de su viaje y se habían encontrado, lo que deleitaba a Oh ChaeRin. Sin embargo, debía tener cuidado, si la mayor se enteraba que era mentira, que su hijo y el rubio se encontraban constantemente y que entre los dos jóvenes parecía haber una enorme llama de amor y pasión, si se enteraba de que le había mentido y traicionado, no solo le cortaría la garganta, sino que asesinaría a su hermanito y perder a su pequeño unicornio era algo que no se perdonaría.

En un principio el menor realizo su tarea sin ningún problema, ya que para él el rubio era solo un desconocido y nada más, los problemas de este no eran los suyos, pero al pasar el tiempo, comenzó a darse cuenta de que LuHan tenía muchas cosas más en común con él, el cómo se comportaba este y su adorable aspecto lograron que Tao sin siquiera conocerlo en persona, le tomara mucho cariño.

Cuando empezó a atar los cabos sueltos, las conversaciones que sin querer escuchaba de la Señora y su abogado y demás, entendió de qué iba todo ese plan.

La Señora pretendía hacerle creer a su hijo, quien se encontraba en el extranjero, que la persona que al parecer era la pareja de este, le era infiel, que ese adorable chico, lo engañaba, que lo utilizaba y que todo había sido mentira, que no lo amaba de verdad y entonces las fotos que por tanto tiempo tomo al joven mientras lo seguía en sus encuentros con los que claramente eran solo amigos, destruyeron un solitario corazón al otro lado del mundo.

Fue allí que se sintió como una basura al ser cómplice de ese estúpido plan, entonces trato de minimizar el dolor, poniendo excusas como que el chico no había salido, que no había hecho nada más que leer sentado en un parque y demás. Pero ahora la Señora le pedía hacer lo mismo con la joven pareja, lo hizo, pero entonces las cosas con los chicos cambiaron, ya no había insultos, gritos o agresiones, ahora sonreían, se besaban y se veían con el amor que él creía siempre estuvo hay y de nuevo no quiso hacer más daño, no iba a arruinar ese bonito amor adolescente que prometía tanto, de esos que casi no habían.

Seguía a los jóvenes y documentaba sus momentos más dulces y tiernos, pero de eso no se enteraría nadie más, ahora se sentía feliz, de nuevo era cómplice, pero del amor tan inmenso que se tenían esos dos y él se prometió a si mismo por su hermano, hacer lo necesario por mantener a los chicos y a ese amor a salvo.

Claro que en ocasiones como ahora, le incomodaba y entristecía su labor, ya se había convertido en rutina, el ser testigo indirecto del amor de los jóvenes, trayéndole tristes recuerdos de cuando era él quien vivía en esa fantasía, pero como su vida apestaba tanto, no fue un feliz cuento de Hadas que termino bien, por el contrario se había convertido en una pesadilla y en esos momentos solo pensaba en una cosa…

“-¿Aun piensas en mí? ¿Me recuerdas siquiera?-”

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

¿Cuánto tiempo?  No lo sabía, tal vez fue poco, tal vez mucho. Cuando tú día a día está lleno de soledad, el tiempo es polvo y la tristeza se vuelve tu única compañía, atrapándote, destrozándote poco a poco y condenándote junto a la culpa.

Vacíos, así eran los días para YiFan desde que se decidió a encontrarlo, la espera fue larga y la angustia asfixiante, pero al fin su poca paciencia había dado frutos. En internet encontró la información de alguien que muchos aseguraban era el mejor de los detectives y tenía que serlo con sus costos por cada trabajo, sin pensarlo lo comunico y este en pocas semanas le dio resultados. Su pequeño panda se encontraba viviendo en un conjunto de condominios de clase media-baja, en el centro de la ciudad, junto a su hermano, el pequeño, frágil y tierno YiXing, que para ese momento  ya debería de ser un chico grande.

Sonrió incrédulo, el lugar no era para nada elegante, las paredes estaban manchadas y llenas de moho, los pasillos y escaleras con basura amontonada, grafitis, gatos y ratas se dejaban ver en el camino, sucio, desagradable y poco higiénico, su cuerpo tembló en ira, no podía creer que su niño se encontrara en esas condiciones. A paso lento se dirigió hasta el quinto piso, la primera puerta a mano derecha era una de las pocas limpias al igual que sus alrededores, le tomo tiempo tomar el valor necesario para tocar y enfrentar su destino, cuando al fin se sintió listo dos suaves toques se escucharon en el solitario pasillo, repitió el movimiento cuando momentos después nadie abrió y así lo hizo las siguientes ocho veces, decepcionado decidió  retirarse, tal vez Tao no se encontraba o se había equivocado de puerta.

Su pie se plantó en el primer escalón dispuesto a irse, el sonido chirriante de la madera se escuchó.

-¿Hola?- susurraron, el cuerpo del mayor se congelo por un momento, automáticamente su cuerpo volvió y despacio se acercó a la puerta, encontrándose con un chico más bajo que él, con el cabello alborotado, ropa holgada y tallándose los ojos, toda una ternura.

-¿Yi… Yiyi?- pregunto con cautela, el menor lo miro con sus ojitos entrecerrados y confundido, en cuanto lo reconoció estos se abrieron en sobremanera y comenzaron a cristalizarse, su labio inferior temblaba.

-YiFan… Gege- dijo en un jadeo, totalmente sorprendido -¿E-eres tú?-

-…- el alto sonrió enternecido –Si- los ojos de este comenzaron a escocer y su voz se quebraba, de inmediato los delgados y suaves brazos del menor lo envolvieron en un suave y cálido abrazo, no lo pensó cuando correspondió con el mismo sentimiento, el llanto de YiXing no se hizo esperar, los sollozos hacían eco en el lugar y una lagrima resbalo por la mejilla del mayor.

-Ni Huíláile (Volviste)- susurro ahogadamente en su idioma natal.

-Dāngrán, w’ huíqùle (Claro que volví)- aseguro.

… …

-Nos vemos pronto, pequeño- se despidió en un susurro YiFan besando cariñosamente la cabeza de YiXing, que dormía plácidamente en su cama.

Hablaron de todo un poco, el como era su vida en la nueva ciudad, como era de difícil el idioma, la comida y muchas cosas más, además de como su hermano mayor cuidaba y velaba por él, de la enfermedad del pequeño con lo que YiFan se sorprendió y entristeció, los sacrificios que ha hecho Tao para sobrellevar los gastos de los tratamientos y medicinas y por supuesto de como Tao lo extrañaba más que nunca, claro todo había salido de la boca e inocente imaginación del pequeño Yiyi, quien no tenía la más mínima idea del porque Tao había huido a ese país y por qué en estos momentos estaría odiándolo.

Decidió no tocar el tema con el menor, ya lo hablaría con Tao, así que al hacerse tarde y dejar al menor en cama se retiró del cuarto. Estaba tan perdido en sus pensamientos que no se fijó y choco su hombro con otra persona, su naturaleza lo llevo a enojarse y reclamarle a esta pero estaba tan cansado que solamente le dirigió una palabra.

-Fíjate- dijo entre dientes. Hubiera pasado de largo sin siquiera mirarlo, pero de casualidad decidió que ese día miraría a los ojos de quien se atrevía a tocarlo sin cuidado y podría decir que fue la mejor decisión de su vida, o tal vez la peor.

Frente a él, los más hermoso ojos marrones lo miraban asombrado, los labios más suaves y deliciosos que había probado temblaban y el rostro más tierno y delicado que nunca olvidaría, estaba lleno de sorpresa.

YiFan sonrió automáticamente, pero esa sonrisa se borró al ver las lágrimas descendiendo por las mejillas de este y como la mirada del menor le decía tanto pero nada al mismo tiempo.

-Tao…-  susurro con cautela, el menor no decía nada, simplemente comenzó a llorar y a negar repetidamente con la cabeza, abrazándose así mismo. Confundido y preocupado el rubio mayor  se precipito y lo envolvió en sus brazos, acunando y protegiendo el delgado y tembloroso cuerpo.

-Sshh… estoy aquí… W’ hé nǐ zài yīqǐ w’ de àirén (estoy contigo mi amor)- susurro en el oído del menor, más que tranquilizarlo, esas palabras alteraron más a Tao y soltando un sollozo intento soltarse del alto.

-¿Tao?-

-No, no, no, no…- luchaba pero era en vano -¡Noooo!- desgarro su garganta en el grito, YiFan se sentía impotente al no poder detener al menor, alivianar su dolor, pero sabía que era él el causante de la agonía.

-Basta… Tao detente… te lastimaras- pedía en medio de lágrimas, sosteniendo más fuerte al rubio.

 -¡No, no, no!… ¿Por qué, por qué?- lloraba desgarradoramente en el pecho del alto.

-Detente, por favor mi amor detente… lo siento, perdóname, perdóname por favor- pidió YiFan en susurros, su corazón se partía en mil pedazos al ver a su pequeño panda en ese estado. Si,  él era el causante del sufrimiento del menor, pero sería también quien lo curaría, quien recuperaría al menor...

… …

“-Ya te perdí una vez… no lo volveré a hacer, no a ti mi verdadero amor-”

Fue la promesa que se hizo YiFan y allí frente a su gran amor, viendo como este se deshacía en llanto la reafirmaba, el llanto desgarrador de su pequeño le rompía el alma y el no saber que lo provocaba exactamente lo hacía aun peor, porque algo en su interior le decía que él no era la única razón.

El repentino y agresivo comportamiento de Tao termino en un colapso, el menor se ahogó en lágrimas y llanto hasta que su cuerpo se derrumbó en los brazos de YiFan, a quien no se le había hecho fácil tratar de calmarlo, pues el rubio se mantenía reacio al contacto y eso le entristecía más, los golpes y gritos de Tao despertaron e incomodaron a los demás inquilinos y fue necesaria la intervención de YiXing, pero aún entre los dos les fue imposible hacer algo por el alterado rubio.

 

Ahora Tao se encontraba profundamente dormido, mientras un muy preocupado YiFan  trataba de tranquilizar a un asustado menor, quien lloraba por su hermano y le hacía saber al mayor que no era la primera vez que este llegaba en ese estado a casa, lo que preocupaba y confundía mucho más al mayor.

-Entonces… ¿no es la primera vez?- pregunto frunciendo el ceño, el menor simplemente negó con su cabeza –y… ¿no sabes cual pueda ser la causa?-

-N-no… él simplemente llega y se encierra a llorar- respondió con voz débil, casi un susurro –llegue a pensar que era por ti… pero cuando llora por ti es diferente-

YiFan sonrió levemente. Aunque YiXing le había dicho horas atrás que el idioma era muy difícil, el menor tenía un muy buen dominio del coreano, tanto o más que el chino, su lengua materna. Su sonrisa se borró al estudiar las palabras del castaño.   

-¿Diferente?-

-Si… cuando llora por ti, las lágrimas solo caen… es un llanto silencioso, como si recordara y sonríe… pero este es… más doloroso y me aterra- confeso el chico con la angustia reflejada en su rostro.

-No te preocupes, lo resolveremos… lo que sea que este atormentando a nuestro Tao, yo me encargaré de resolverlo- le dijo con una pequeña y forzada sonrisa tratando de transmitirle tranquilidad.

-¿Gege?- lo llamo.

El alto sonrió por ese mote que hace tanto tiempo no oía de la boca del menor.

-¿Mnh?-

-¿Por qué te fuiste?- la pregunta congelo por un momento al mayor -¿Por qué te fuiste?, no nos abandonaste ¿no es así Gege?- preguntaba esperanzado el castaño, YiFan no sabía que decir, no quería decirle a ese pequeño que había sido una basura y se había ido a otro país, dejándolos a la merced del ogro de su padre.

-Yo…-

-¡Nooooo!- un grito aterrador interrumpió al alto y asusto a los dos presentes en la sala, rápidamente se dirigieron hasta la habitación de Tao. YiXing fue el primero en entrar y correr hasta su hermano, quien lloraba y se abrazaba a sí mismo, sentado en la cama.

-¡Hermano!… ¡panda por favor!- el menor lo llamaba pero este seguía negando repetidas veces con su cabeza y llorando.

-Otra vez… otra vez soñé con él- logro decir en medio de los sollozos, abrazándose fuertemente a su hermano menor.

-Ya paso… respira, todo está bien- le tranquilizaba acariciándole la cabeza.

-No… nada está bien, nada- las lágrimas empapaban el rostro del rubio y su labio inferior temblaba.

-Claro que si hermano… ahora todo estará bien porque YiFan Gege está aquí- las palabras de YiXing desconcertaron a Tao, que rápidamente miro a los ojos de este buscando una señal de burla en ellos, pero la mirada del pequeño estaba llena de ilusión, eso no estaba bien.

-¿Q-que?- logro articular, su corazón comenzó a latir descontroladamente y sus manos a sudar frio.

-Él volvió… volvió por nosotros, ahora todo estará bien- el castaño sonreía abiertamente y mirando a la puerta de la habitación sus ojos se iluminaron, Tao lentamente volvió su rostro hacia la misma dirección pidiendo en su interior que fuera mentira, que su hermano estuviera jugando, pero muy en el fondo añoraba que fuera cierto, que fuera él de verdad quien estuviera parado allí y cuando al fin puso su atención en el lugar correcto, cuando su visión se centró y le permitió ver con claridad, las emociones de Tao explotaron.  Si bien sintió una enorme alegría de ver a su amado rubio frente a él, la tristeza y la ira sobrepasaron a esta, los recuerdos y las palabras del Señor Wu y de su hijo mayor golpeaban fuertemente en la cabeza del menor, haciendo que el odio incrementara, no lo permitiría otra vez, no dejaría que se burlaran de él y que lo utilizaran, no esta vez.

-Maldito- susurro con su penetrante mirada sobre el cuerpo del alto. YiFan se había mantenido de pie observando a la distancia, ya el menor había reaccionado de mala manera al verlo la primera vez, no quería provocarle otro de esos ataques y decidió esperar, pero cuando la mirada del rubio menor se posó sobre él, se dio cuenta de que el solo hecho de haberse aparecido ese día, había sido un error.

Los ojos de Tao por un momento se iluminaron y brillaron de alegría y amor, pero en tan solo un segundo estos sentimientos desaparecieron y los ojos del menor se oscurecieron, la mirada se volvió fría y pesada, congelando las entrañas de YiFan, que esperaba lo peor y lo peor llego cuando Tao se levantó precipitadamente de la cama y a paso rápido llego hasta él, propinándole un certero golpe en el lado izquierdo del rostro, tal fue la fuerza que lo mando algunos pasos hasta atrás, la piel le escocia y de seguro dejaría marca.

-¡Hermano!- exclamo aterrado el menor al ver como este no le daba tregua al otro de recuperarse y ya le había propinado otro golpe, esta vez en el vientre, YiFan solo soltaba aire y quejidos, no se defendía y no lo haría.

-¡Maldito!- gritaba histérico Tao mientras seguía golpeando al alto, en el rostro, en el pecho, en cualquier lugar al que llegaran sus puños -¡Eres un hijo de puta! ¡Maldito! ¡Mentiroso! ¡Traidor! ¡Te odio! ¡Te odio imbécil!- los golpes no paraban y el llanto aumentaba.

-¡Basta!- gritaba también YiXing llorando y tratando inútilmente de frenar a su hermano -¡Basta!… por favor para, lo lastimas, ¡lo estás lastimando!- pedía desesperadamente que se detuviera pero era en vano.

-¡Púdrete YiFan!… ¡Tú y tu familia se pueden ir a la mierda!… ¡Eres…! eres un…- YiFan se encontraba en el piso con el menor sentado en sus caderas tomándolo por el cuello y golpeando sin mucha fuerza su cabeza contra el duro suelo, llorando –Eres un… ¡Monstruo!- grito lleno de furia.

“-¡Monstruo!-”

No, él no era un monstruo, no cuando estaba al lado del menor, se supone que él ya no era un monstruo, Tao se lo había dicho él era un ser humano, una persona especial e importante, ya no era el mismo de antes y esa palabra dicha por su  pequeño y gran amor  lo rompió por completo. Si el menor lo veía como un monstruo, si lo había dejado de ver como ese alguien especial, eso significaba que el menor lo odiaba, lo odiaba y sería difícil conseguir el perdón de este.

Las lágrimas comenzaron a bañar su rostro también, le dolía verlo en ese estado y saber ahora sí, que él era el único culpable de eso. Adolorido y con cuidado tomo las manos de este apartándolas  de su encima.

-Perdóname- pronuncio ahogadamente, los golpes del menor lo habían dejado sin aliento, los ojos de Tao de abrieron, sorprendido por lo dicho del alto, la mirada de arrepentimiento y dolor que tenía, casi convencieron al rubio, pero algo tenía que agradecerle a la bruja de la Señora Oh, gracias a ella su carácter se fortaleció, ya no era tan ingenuo y tonto como antes, ya no era el mismo Tao de antes y…

-Te lo suplico… perdóname amor, perdóname- pidió derramando lágrimas, la voz de YiFan interrumpió sus pensamientos y cuando las cálidas manos de este cubrieron sus húmedas mejillas, el cuerpo del menor se tensó, los recuerdos invadieron su mente de nuevo, pero esta vez eran recuerdos oscuros, unas frías y grandes manos lo acariciaban, una dentadura algo torcida lo mordía en partes sensibles, unos fuertes y musculosos brazos lo retenían, una húmeda lengua recorría su cuerpo y un cuerpo indeseado se enterraba en él.

En un rápido movimiento se alejó de la caricia del alto y del calor de este, se alejó lo más que pudo y se abrazó a sí mismo, se sentía asqueado e indigno de las caricias de su amado, otras manos lo habían tocado, otras bocas lo habían marcado y otros habían entrado en él, la tristeza lo invadió, su Gege ya no lo amaría, no estando sucio, porque ya no le pertenecía a él.

-Vete…- susurro con su mirada baja y temblando –vete, por favor- pidió ahogando su llanto que amenazaba con escapar de nuevo.

-No… Tao amor…- intento acercarse pero el grito del menor lo detuvo.

-¡No me llames así!- grito mirándolo a los ojos, las lágrimas nunca habían dejado de surcar sus mejillas.

-¿Por qué?- pregunto frunciendo el ceño dolido por la petición del rubio, ¿Por qué no podía? Si eso era el menor,  su gran amor.

-No… no lo hagas- volvió a hablar despacio ocultando su rostro entre sus manos.

-¿Por qué no? Eso eres, eres mi amor… mi único y…-  decía con cariño.

-¡Cállate!- grito otra vez Tao cubriéndose las orejas -¡Cállate, cállate, cállate!- repetía y mecía su cuerpo.

-Tao…- dolido por la imagen que tenia de su pequeño, tan frágil y herido, intento acercarse, pero en cuanto la punta de sus dedos rozaron el cuerpo del menor este se levantó rápidamente, huyendo del tacto contrario.

-Largo… ¡Vete, lárgate!… ¡Aléjate de mí!- cuando YiFan se levantó también, Tao no espero para arrojar lo primero que sus manos tomaron, una pequeña estatuilla de un elefante que adornaba la pequeña y desgastada mesa en el pasillo.

-¡Tao! Espera…- pedía YiFan esquivando los objetos.          

-¡Largo!… ¡Déjame en paz YiFan!… ¡Vete a la mierda desgraciado!- seguía gritando y arrojándole cosas, el florero, los platos sobre la mesa, la propia mesa, hasta llevarlo a la puerta de salida.

-¡BIEN! Me iré… pero volveré Tao, volveré para aclarar esto  y por ti… me asegurare de que todo sea como antes… no, mejor que antes- aseguro abriendo la puerta.

-¡No quiero que vuelvas!… ¡Desaparece!-

-¡NO! No me alejare, no lo volveré a hacer, te recuperare amor, lo hare- dijo decidido y cerrando la puerta evitando así que el objeto lanzado por el menor lo golpeara.

Lo último que atino a arrojarle al alto, fue la elegante cámara, su compañera de trabajo, viendo como esta estaba en el piso hecha pedazos y con el negativo hacia afuera, callo nuevamente de rodillas al piso, sollozando suavemente y con una pequeña  sonrisa en su rostro. A pesar del dolor, de la tristeza y de la ira, las palabras del mayor alimentaban y le daban esperanzas a su pobre y maltratado corazón.

A su suave llanto se le unió el de su pequeño hermano que algo tembloroso y asustado por la situación lo abrazo fuertemente, acompañándolo en su dolor…

“-sería posible… ¿una nueva oportunidad?-”

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

 

 

 

-¡No es cierto!- grito exasperado el hombre, arrojando los papeles al escritorio.

-¿Y ahora qué?- pregunto burlón el recién llegado aún de pie en la puerta.

-¿Qué haces aquí?- pregunto JiSub sin interés alguno, reorganizando los documentos.

-Solo pasaba por aquí…-intento dar una excusa, pero la mirada de advertencia del otro lo corto –bien…  ¿qué ha pasado con ese caso?- quiso saber mientras se sentaba frente al escritorio del otro.

-Pero que mal educado, llegas sin avisar, irrumpes en mi oficina, no saludas, te sientas sin mi permiso y quieres que te hable de mi trabajo- acuso severo el mayor.

-Bien, bien… responde- exigió.

-Se ha perdido el respeto a los mayores- refunfuño en voz baja.

-Lo siento herí tus sentimientos abuelo- se disculpó con burla, el otro lo fulmino con la mirada.

-¿Qué quieres Choi?- pregunto cansino.

-El abogado me llamo y al parecer adelantaran los planes- dijo al fin, sorprendiendo al otro.

-Él también me pidió que adelantara todo- dijo al aire.

-¿Qué está ocurriendo con esa familia y todos ellos? ¿Acaso creen que esto es un drama o algo así?  ¿Por qué no pueden ser normales?- se quejó el más joven.

-La pregunta aquí es ¿Qué haremos?- pregunto JiSub.

-Yo sé muy bien que hare… ¿Qué harás tu Hyung?- las miradas de ambos se conectaron tratando de encontrar la respuesta del otro.

-¿A qué te refieres?-

-¿De qué lado estarás?-

-…- el mayor lo pensó por un momento y soltando un suspiro hablo -¿sabes?... en un principio solo quería resolver el simple caso del posible asesinato de una mujer y su hija… pero mira no más, me encuentro con que es mucho más grande… y no sé qué hacer- dijo preocupado.

-Es muy fácil…- SiWon se puso de pie y camino hacia la puerta –Estas con el loco que te contrato para retener a un chico en contra de su voluntad, o estás conmigo- sonrió.

-Y ¿Cuáles son tus objetivos?-

-Cumplir la palabra del Señor Oh sin hacer daño a nadie- sin más abrió la puerta y salió.

-¡SiWon!- lo llamaron antes de cerrar.

-¿Qué?-

-Para acabar con tu enemigo… debes ser su amigo- cito con sorna, llamando la atención del otro.

-¿Qué quieres decir?-

-Ser el mejor detective privado de Seúl, conlleva a mucho trabajo y demasiada información… me estoy haciendo viejo- el detective sonrió al ver que tenía la atención del menor.

-Habla claro- exigió cansado.

-Hace unas semanas cierto personaje importante vino en busca de mis servicios- comento –necesitaba encontrar a alguien y como el mejor que soy, lo hice- tomo los papeles y se los entregó a SiWon –dime…  ¿qué hace un Wu buscando a un insignificante muchacho?- pregunto burlón.

-Yo que se… esto no tiene nada que ver con…-

-Claro que tiene que ver- lo interrumpió –Wu YiFan o Kris como se hace llamar además del hijo y uno de los herederos del imperio más grande de China al parecer es amigo de nuestro SeHun, Kris estaba buscando desesperadamente a Huang ZiTao un niñato de diez y nueve  años que casualmente trabaja en la mansión Oh-

-Interesante… pero sigo sin entender- dijo sin interés alguno SiWon mientras observaba las fotografías de un joven rubio en diferentes ocasiones.

-¿Tengo que hacerte un dibujo?- se molestó el mayor –necesito más información y quien mejor que ese niño para dármela- sonrió victorioso.

-¿Y cómo sabes que te la dará?- lo reto.

-Lo hará… créeme que lo hará- aseguro confiado.

-Bien consíguela lo más pronto posible… no falta mucho y al fin podremos salir de todo esto- suspiro siguiendo con su camino.

-JiSub Hyung- llamo desde la puerta, el mayor lo miro sorprendido por la formalidad con la que le hablo -¿Sabes que es lo que quiere lograr ese abogado con la información que tiene?-

-¿Q-que?- la verdad nunca le importo –No- dijo sin más.

-Esa mujer y su hija…-

-Fueron asesinadas- respondió desviando su mirada y tragando fuerte, el tema le era algo sensible.

-¿Sabes quién…?-

-No- lo corto enseguida.

-Bien… me retiro- SiWon vio que al detective le era difícil hablar sobre el tema y decidió cortarlo.

-Cuídate de ese abogado- advirtió JiSub.

-¿Cho? Es inofensivo-

-No. Jung… Jung YongHwa, él si es peligroso-

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

YiFan soltó un largo y profundo suspiro al llegar esa noche a casa. Una vez llego a Corea realizo todos los trámites para poder tomar posesión de lo que su difunto abuelo le había dejado. Ser el nieto no solo de un gran empresario sino del dueño de uno de los más grandes imperios de China tenía sus ventajas. En el pasado había abusado de ese poder, pero ahora tenía planeado utilizarlo para proteger a sus seres amados. Contacto con abogados y fiscales, detectives y accionistas que le ayudaron a demostrar que la empresa de la que ahora su padre estaba a cargo estaba quedando en la ruina, renuncio a su apellido paterno y tomo el apellido de soltera de su madre.

Todo el procedimiento quedo registrado como si YiFan ahora estuviera en los Estados Unidos, de esta forma su padre no sabría que se encontraba en el país vecino en busca de Tao. Además claro de que así el hombre tampoco encontraría a LongFei. El menor al ser menor de edad aun no tenía permitido separarlo de su padre, YiFan teóricamente había secuestrado a su hermano menor, argumentaría el mayor si los encontraba.

-¿Se encuentra bien joven Wang?- Yuen pregunto saliendo de la cocina. YiFan sonrió al escuchar el apellido de su madre.

-Estoy bien Señora Yuen. ¿Por qué no se ha ido a descansar? Ya es tarde-

-Lo esperaba, quería saber si se le ofrecía algo ¿caliento su cena?- la mujer siempre había sido muy atenta, el rubio se lamentó por haberla tratado tan mal en el pasado y agradecía infinitamente a esta por apoyarlo y siempre cuidarlo a pesar de todo.

-Estoy bien, gracias. Descanse- la mayor le sonrió y con una reverencia respetuosamente se despidió antes de retirarse.

-A mí no me engañas- LongFei le dijo desde las escaleras –y a mi si me vas a recibir la cena. Ven- el menor emprendió camino hacia la cocina con un sonriente rubio siguiéndolo.

YiFan sabía que Fei solo había calentado la cena hecha por la Señora Yuen, pero le agradecía por el batido de fresas que le había preparado.

-¿Cómo va la búsqueda?- Fei pregunto minutos después mientras veía a su hermano mayor lavando el plato usado.

YiFan se detuvo solo un instante antes de continuar lavando. No le había dicho a su hermanito que ya había encontrado a Tao, Fei querría verlo y en el estado en el que se encontraba Tao no era seguro, no quería que el pequeño peli rojo fuera víctima del rencor que el rubio tenia hacia él.

-Igual- se limitó a decir. Su tono pesado y decaído le haría entender al menor que no quería hablar del tema.

Ya había pasado una semana desde que había dado con el paradero de Tao y su hermano, una semana desde que había pasado por la aterradora y triste reacción de su amado Tao, en donde había recibido una golpiza por parte de este y frías y duras palabras que se tenía bien merecidas después de abandonarlo, después de dejarlo con el par de monstruos que tenía por padre y hermano.

Durante la semana, había visitado a YiXing, lo llevo a comer afuera y a pasear por la ciudad. A pesar de todo el tiempo que llevaban en el país, YiXing nunca había ido más lejos del hospital y el parque cerca al edificio. En esos días se enteró por el menor de todo lo que hacía Tao por mantenerlos en pie y pagar todos los gastos.

Su pequeño panda era jardinero de una adinerada y reconocida familia y en sus tiempos libre era conserje en un sofisticado condominio. Odio la idea de Tao cansado, esforzándose y trabajando para otros. No debería ser así, su Tao merecía descansar y ser tratado como la persona especial que era.

Todos los días, después de dejar la cena lista y un pequeño obsequio para el rubio, salía antes de que este regresara a casa. Moría por ver a Tao y hablar con él. Pero sabía que mantener la distancia, darle espacio al rubio era lo mejor para los dos y su pronta relación.

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

Se supone que esa sección del jardín debía estar terminada para el medio día. Eran cerca de las cuatro de la tarde y aún tenía que recortar los arbustos y arreglar las flores que rodeaban la fuente en el patio trasero lo que le llevaría mucho tiempo. Pero Tao no tenía ninguna intención de terminar pronto, por lo general se apresuraba en terminar para salir antes de que pudiera encontrarse con TaecYeon o SeHun y para llegar con su hermano. TaecYeon no iría ese día a la mansión, tenía asuntos que resolver según lo que había escuchado de las camareras y desde que el Señor Oh había sido trasladado a una institución para su recuperación, SeHun no visitaba mucho la mansión y de seguro pasaba su tiempo en otro lugar y con otra persona.

Tao sonrió levemente al recordar al par de jóvenes y como la relación de estos estaba progresando y recuperándose de nuevo. El rubio no los había conocido antes, pero por lo que había escuchado de TaeHyung y la Señora Choi, el amor de SeHun y LuHan era legítimo, dulce, puro y muy fuerte, lo que en las novelas románticas llamarían como un verdadero amor, de esos que solo existían en la ficción, de esos pocos, pero valiosos. Un amor que hace dos años Tao había ayudado sin intensión a destruir, un amor que estuvo a punto de acabar por su culpa, pero entre pensamiento y pensamiento Tao había llegado a la conclusión de que ayudaría a que ese amor volviera a ser el de antes, incluso más fuerte en esta ocasión, pero antes debía asegurarse de poner a salvo a su hermano y la única persona que podría ayudarlo era también la única en la que se negaba a confiar, porque que podía asegurarle que su Yiyi estaría a salvo junto a él, que Wu Kris no lo usaría para su placer como lo uso a él.

Horas más tarde y a pesar de tener su mente divagando en todo momento, Tao logro terminar su labor del día, se encontraba descansando en una de las sillas del jardín, pensando nuevamente. En las dos últimas semanas Kris había estado visitando a su hermano, lo llevaba a pasear, le compraba cosas y le preparaba la cena, además de cuidarlo y asegurarse de que YiXing tomara la medicina. Actos que confundían, enfurecían y enternecían al rubio, Kris lo estaba volviendo loco con su repentino cambio.

Tao podía pensar que todo se trataba de un juego, que Kris solo quería engatusarlo para burlarse de él otra vez y que en esta ocasión su hermanito seria parte del juego, lo que lo hacía arder en ira. Pero después también dudaba, su corazón latía y saltaba en su cavidad cada vez que escuchaba a YiXing contándole todo lo que había hecho junto al rubio mayor en el día. Sin quererlo una pequeña espina de celos se clavaba en su interior, pero cuando el castaño comenzaba a abogar a favor del más alto y a defenderlo Tao sonreía simplemente, sin embargo en el fondo sabía que estaba a punto de caer, de rendirse y derrumbar la muralla que se había empeñado en construir en esos años separado de Kris.

-¡Tao querido!- lo llamaron un poco más fuerte.

-Se-Señora Choi- la mayor le daba una mirada preocupada, pero suave.

-Tao…- comenzó sentándose al lado del menor –cada vez me preocupas más cariño. Estas muy distraído y actúas extraño, tu trabajo no se ha visto afectado por esto- señalo los arbustos y los arreglos al jardín –pero tu corazón, alma y cuerpo se están marchitando a cada segundo-

Tao se tensó, la mirada de la Señora Choi atravesaba su ser haciendo que se sintiera desnudo ante ella.

-Sé que estas ocultando algo, algo tan grande como para tenerte apagándote de esta manera y sabes cariño que la única forma de descansar, de no sufrir más es dejándolo salir… hazlo Tao y serás libre, te lo aseguro- Choi miraba esperanzada al rubio, orando porque sus palabras hicieran reaccionar al menor, pero Tao tenia tanto miedo y se consideraba tan débil que solo desvió la mirada.

-Tao… nunca me dijiste como es que llegaste hasta aquí- dijo la mayor después de un largo e incómodo silencio. El rubio hubiera querido agradecer el cambio de tema, pero esta solo había dejado de presionar la herida para verter alcohol sobre ella.

Choi suspiro profundamente al no obtener respuesta del menor, Tao se limitaba a tener la mirada baja y apretar con fuerza sus manos en puños.

-Eres como una caja de Pandora querido Tao- dijo Choi acariciando la fría mejilla del rubio –pero en lugar de males guardas miles de cosas que te hacen único y especial. Secretos y habilidades que te niegas a decir y demostrar, pero que cuando menos lo pienses te verás tentado a dejar salir y con ello te liberaras… sé que lo harás cariño- Choi siempre le hablaba de una forma tan poética y bonita a los jóvenes que les tocaba el corazón de alguna manera. Tao se había conmovido con sus palabras y antes de que esta se retirara la detuvo del brazo.

-Señora Choi- dijo en un tono tan lamentable que Choi se odiaba por no poder ayudarlo de alguna forma, por no poder calmar a esa alma desesperada y frágil.

-Si cariño-

-Si la persona… si quien más amaba, por quien entrego todo, la traicionara, la usara y jugara con sus sentimientos… le pidiera perdón… ¿us-usted la perdonaría?-

-Mi niño… no sé qué fue lo que te hizo esta persona… pero la vida me ha enseñado que todos merecemos una segunda oportunidad, una oportunidad de enmendar nuestros errores, una posibilidad de perdón… un corazón roto es de las cosas más difíciles de reparar, pero si hay fe y esperanza en estos corazones… la salvación es segura y solo el verdadero amor sobrepasara cualquier cosa- Choi acaricio los cabellos del rubio antes de irse. Tao se quedó tratando de ahogar el llanto, lo que la Señora Choi decía era muy cierto, él lo sabía, pero era más fácil decirlo que hacerlo…

… …

Al llegar esa noche al pequeño departamento YiXing se encontraba viendo la televisión. Kris se había encargado de poner cable y así el menor no se aburriera durante el día, YiXing ahora era un fiel seguidor de cada drama en transmisión. Se negó en un principio y trato de cortarlo, pero no se pudo resistir a la carita de su pequeño unicornio y acepto con la condición de pagarla él mismo, pero grande fue su sorpresa cuando en la compañía de cable le dijeron que no tenía permitido hacerlo y que la cuenta había sido cancelada con un año de anticipación. Kris lo estaba haciendo, estaba entrando poco a poco en su vida.

Sirvió la cena que sabía, Kris había preparado. Casi tres años habían pasado desde que se había separado del rubio y en este tiempo la cocina de este había mejorado considerablemente. Llevaban algunos minutos sentados frente a la televisión y YiXing aún no le había dicho que habían hecho durante el día y Tao moría por saberlo.

-Yiyi…- llamo al entretenido menor -¿Cómo… como estuvo tu día?- no preguntaría directamente, no, eso nunca lo haría.

-Bien…- respondió sin mirarlo -¿y el tuyo Gege?-

-Bien…- el silencio era torturante para Tao, pero no se atrevía a preguntar por el mayor, no a su hermano y arriesgarse a cualquier cosa.

-Hermano…- más tarde el castaño al fin hablo –Gege de verdad te quiere mucho- Tao se preparó para el mismo discurso de siempre. Con el pasar de los días, el rubio se había empezado a cansar de negar e interrumpir a su hermano, así que ahora solo lo dejaba hablar, él escuchaba, se permitía soñar para después solo alejarse y llorar en silencio. Sin embargo, en esta ocasión fue diferente.

-Él en verdad te ama mucho…- continuo el menor mirándolo atentamente –te ama tanto como para dejar a su familia y venir hasta acá a buscarte-

-¿Qué?- YiXing sonrió antes de comenzar a contarle a su hermano todo lo que el mayor le había dicho. Tao parecía una bonita estatua de cera allí sentado, escuchando atentamente.

-Ahora es Wang YiFan… renuncio al apellido de su padre y está aquí con su hermano menor- término el castaño. Tao quería preguntar, llorar y reír al mismo tiempo. El timbre interrumpió lo que el menor se disponía a decir.

-Hermano… te busca un hombre- por un momento Tao temió que TaecYeon hubiera sido capaz de ir a buscarlo delante de su hermano, pero el hombre en la puerta no era el asqueroso abogado.

-Huang ZiTao…- saludo el mayor –soy el detective Song JiSub, necesito hacerle unas preguntas-

 

 

Dijimos que nunca nos separaríamos…

Que estaríamos juntos por siempre y para siempre…

Incluso si tenemos que pelear en contra del tiempo…

Incluso si tenemos que estar en contra del mundo…

El viento sopla, y los copos de nieve brillan…

Haciendo que tu cabello parezca de color blanco…

Una vez dijimos que exploraríamos el mundo juntos…

¿Aún lo recuerdas?...

Tú dijiste que nunca nos separaríamos…

Que estaríamos juntos por siempre y para siempre…

Ahora quiero preguntarte algo…

¿Fueron solo palabras vacías?...

Wu YiFan

Notas finales:

TaoRis pa´l consumo... ¿que tal?


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