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TRUE LOVE (HUNHAN - KAISOO) por NaTyK1995

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Actualidad…

Domingo… en la mañana

-¿Cómo está?- pregunto con pesar en su voz el peli rojo  al moreno quien acababa de salir de la habitación del pequeño.

JongIn suspiro derrotado, después de tratar por minutos que le perecieron horas de calmar los ahogados y desgarradores  sollozos y gritos del rubio, al fin con ayuda de los calmantes prescritos  por el doctor logro que se quedara dormido.

-Está mal Min… está muy mal, él está sufriendo y yo…- su voz empezó a quebrarse y sus ojos a empañarse.

-Y tu estas cuidando y velando por él- le corto suavemente el bajo, las palabras de este lo hicieron reír con ironía cuidando y velando por élsi como no. Si hubiera cuidado de él esto no estaría pasando, si pudiera hacer algo por él,  algo para acabar  su dolor. La imagen de su pequeño al salir del club soltándose de sus brazos para salir corriendo y caer unos metros más adelante llorando y gritando descontroladamente, retorciéndose y golpeando a todo, ni siquiera el agarre de ChanYeol y el suyo pudieron controlarlo, los gritos llamando a “SeHun” una y otra vez desgarrando su garganta hasta quedar en silencio y caer inconsciente  en sus brazos, lo perseguirán  y atormentaran  siempre. 

-No es cierto- dijo reprochándose a sí mismo y negando repetidas veces con la cabeza.

-Si lo es- le atajo una vez más el bajo.

-No…-

-¡Basta!- le grito en tono bajo –Él nos tiene a la Tía Min y a mí, pero tu JongIn…- dijo tomándolo por los hombros –Tú eres su pilar, no te derrumbes,  no puedes hacerlo… no ahora que te necesita más que a nada- le pidió.

-Yo no-no sé si pueda- una lagrima se deslizo por su mejilla.

-Claro que puedes, lo hiciste una vez puedes hacerlo dos- le animaba MinSeok.

-No fui yo quien lo salvo en ese entonces…- pronuncio con rencor en su voz –fue el recuerdo de ese hijo de…-

-Te equivocas- dijo decidido MinSeok –el recuerdo de SeHun era la soga que lo mantenía unido a este mundo, pero eras tú quien sostenía  esa soga del otro lado y quien lo alentaba a mantenerse aferrado a ella- la melancolía invadió su rostro al recordar esos momentos hace apenas unos años –Sálvalo JongIn, has que vuelva a aferrarse, sé que puedes hacerlo- le suplico.

Aun dudoso y temeroso el moreno asintió –Tratare- pronuncio bajo –pero esta vez tú me ayudaras- le dijo firme, pero esto hizo que MinSeok bajara su cabeza apenado.

-No puedo- ahogo un sollozo.

-¡Me dices que no me rinda y me alientas a salvarlo pero tu si huyes!- le recrimino enojado.

-¡No entiendes! … es diferente- se defendió.

-¡¿Por qué?!... vamos Min necesito tu ayuda, LuHan nos necesita- esta vez fue el quien tomo los hombros del contrario.

-¡Fue mi primo!- grito ya llorando desconsoladamente –Es mi primo… con quien SeHun lo engaño, es mi primo- susurro quedito.

-Eso no importa- le dijo unos minutos después, ya que lo dicho por este lo sorprendió un poco, el pequeño de hermosos ojos y apetecibles labios era el  primo de uno de sus amigos, entonces este estaría  más cerca de lo que esperaba.

“-Basta, ¿qué estás diciendo?… no es momento de pensar en eso idiota-”  se regañó mentalmente.

-LuHan nos necesita- repitió una vez más algo salido de tono por lo que acababa de pensar acerca del chico con el que habían engañado a su pequeño.

En la cabeza del peli rojo  un debate se daba a lugar entre “mantener la distancia, ver como su amigo-casi-hermano decaía lentamente y como su amigo trataba de levantarlo”  o “armarse de valor y juntos hacer lo imposible por no dejar que su amigo-casi-hermano se hunda en la oscuridad”. Aunque  esto significaba ponerse en contra de su propia sangre, aunque…

 

Todo paso muy rápido, apenas y había podido procesar, trataba de entender, pero escucho un click en su cabeza y se encontró de pie viendo como sus amigos se iban del  lugar con un destrozado LuHan en sus brazos.

Miro al causante de todo, el cabello castaño, piel pálida, mandíbula  bien marcada, alto, algo acuerpado y...  un momento. Recordó en seguida como hace algunos meses LuHan  le había mostrado  algo tímido pero relucientemente brillando de alegría la foto del amor de su vida; en esta se podía apreciar a LuHan siendo abrazado protectoramente por un chico castaño y de suave mirada.  ¡Claro! Como no se había dado cuenta antes, es él.

“-Es mi vida… pronto volverá por mí, ya verás y seremos muy felices-”  la frase que le dedico LuHan en ese momento con una enorme sonrisa adornando sus labios, se repetía una y otra vez en su cabeza.

-¿Por qué?- casi susurro, pero al parecer fue suficiente para captar la atención de todos, al parecer no se habían percatado de su presencia -¿Por qué?- volvió a decir un poco más alto dirigiendo su mirada a un petrificado SeHun, este lo miro como si su pregunta lo indignara por completo.

-Él… LuHan… ¿Por qué?- casi suplico por una respuesta con lágrimas en sus ojos, quería saberlo, por qué destrozar de esa manera a una persona tan inocente y pura como lo era  LuHan. SeHun resoplo con una sonrisa ladina en su rostro y eso lo molesto aún más, recordando el estado en el que JongIn  se había llevado al rubio, sus sentidos se dispararon y el callado y tímido Min se fue a la mierda.

Dio unos pasos hacia el alto y lo empujo con toda su fuerza, aunque esto solo allá hecho que se tambaleara un poco, su enojo creció aún más.

-¡Si algo le pasa!… ¡si LuHan hace algo!- grito y paro en seguida tomando aire bajo la atenta mirada de todos –No te conozco y tú no me conoces a mí- dijo apretando sus dientes y formando puños con sus manos –No sabes de lo que soy capaz de hacer por él… y si algo le llega a pasar… yo mismo me encargare de ti, ¿entiendes?-

Esto hizo enojar aún más a SeHun ¿Quién era ese y quien se creía que era  para decirle eso… ¿por qué defendía de esa manera a SU LuHan?  quería estallar y destrozar a ese pequeño enano por defender lo que era suyo, los celos lo consumían.

Luego de un momento de guerra de miradas MinSeok se dio la vuelta para salir del lugar.

-¡Minnieee!- lo llamaron.

-¡NO!... no me llames así- su voz se quebró. La exigencia en su tono crispo los nervios de KyungSoo, quien paso de estar asustado y confundido ha enojado y decidido.

-No te atrevas a amenazarlo- dijo desafiante, MinSeok se volvió  y sonrió con tristeza, después de todo lo que había pasado  su primo estaba del lado del monstruo y parecía defender sus horribles actos.

-No es una amenaza, es una advertencia… y no es solo para él- afino su mirada sobre el pequeño, le dolía decirle eso a su adorado primo pero, si ellos estaban juntos y por lo que parecía este estaba perdidamente enamorado del alto significaba que podría llegar hacer lo que sea por él, y LuHan estaba en medio así que era peligroso.  

-Ya lo dije Kyung…- sonrió con ironía –KyungSoo- corrigió con amargura en su voz y salió antes de que sus lágrimas se dejaran ver.

MinSeok se consideraba una persona paciente y enemigo de la violencia, pero una de las personas más importantes en su vida había sido lastimada y humillada cruelmente, su ángel, quien una vez lo había salvado a él de la oscuridad, ahora estaba siendo consumido por el dolor y la tristeza y si algo le pasaba…

 

Recordar lo ocurrido hace dos noches, hizo que su corazón doliera y el valor se apodero de él, ahora era su turno de salvar a su ángel y no se derrumbaría.

-De acuerdo-

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

Las lágrimas se deslizaban rápidamente por su rostro, el dolor punzante en su pecho no le permitía respirar adecuadamente, su felicidad se esfumaba por completo, todo estaba bien, habían algunas cosas por arreglar y llevarían tiempo, estaba sufriendo antes pero era llevadero y ya se había acostumbrado a ese dolor pero ahora,  todo se multiplicaba, todo se había arruinado y el sufrimiento como si de un alud de rocas se tratase lo sepultaban por completo.

Las emociones se apoderaban de él y la confusión lo consumía.

“-¿Qué está pasando?... ¿Por qué, porque, porque?... ¿Qué debo hacer?... ¿A  quién debo creerle?... ¿Quién tiene la razón y quien está equivocado?-”  

Eran las preguntas que atormentaban y golpeaban fuertemente la conciencia de KyungSoo, mientras dejaba que las lágrimas siguieran su curso y recostaba su espalda en la pared del final del pasillo escuchando atentamente la conversación que su primo y el chico moreno mantenían acerca de salvar a LuHannie.

Le dolía el hecho de saber que una persona como LuHan estuviera en ese estado, apenas lo conocía de unos días, su madre le había hablado de él y sobre cómo junto a MinSeok la ayudaban y cuidaban, supuso era un buen chico y cuando lo conoció pudo comprobarlo él mismo, devolvió a la vida a  MinSeok, su madre estaba más que feliz con su compañía y  con él se había comportado  más que bien, lo recibió mil veces mejor de lo que su propio hermano lo había hecho,  llego a pensar que serían los mejores amigos pero…

La alegría tan inmensa que sintió en el momento en que los suaves y soñados labios de SeHun se apoderaron de los suyos y como su tibia lengua lamió y succiono por un momento, no fue largo pero para él fue más que suficiente. La lluvia de sentimientos y el calor que lo consumió en ese instante fue abrazador, por un momento pensó que sus sentimientos serian correspondidos y fue inmensamente  feliz pero, aunque estaba por completo  congelado, sus sentidos estaban alerta y fue testigo de lo ocurrido y lo dicho en la escena, demasiado confuso pudo conectar todo y lo comprendió “LuHan era la persona que tanto atormentaba y tenía desvariando a SeHun”.

La amenaza por parte de MinSeok lo desconcertó he impulsado por lo que para él era lo correcto defendió a la víctima en esto según su criterio, su primo estaba del lado equivocado, el monstruo era LuHan no SeHun, él solo era una víctima, pero aun así su primo prefirió a un traidor y mentiroso que a su propia sangre.

Una vez su primo salió del lugar la ira se disipo y dio lugar a la cordura entonces todo se derrumbó.

“-Por eso el beso… me beso por él… no por mi o mis sentimientos si no… por él-”  el pensamiento hizo doler su pecho, SeHun lo había  utilizado, lo utilizo para destrozar a quien lo destrozo a él, pero ahora el comportamiento tan protector de su primo y el de el moreno hacia LuHan y lo poco que conocía de él, definitivamente lo tenían muy confundido.

¿Por qué proteger a una persona que daña y utiliza a los demás?, ¿de que habían salvado a LuHan antes?, ¿y qué clase de reacción era la de LuHan cuando era él quien jugaba con los sentimientos de los demás?

“- ¿Qué debo hacer?-” 

Con su corazón hecho pedazos y en medio de lágrimas se dirigió a su habitación, recientemente decorada y amueblada por LuHan y por él.

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

El sol estaba en lo más alto de su esplendor,  los bien prendidos rayos se colaban por las blancas cortinas que cubrían las enormes ventanas e iluminaban las espaciosas habitaciones amuebladas elegantemente y los largos pasillos, los muebles y enseres del lugar brillando como siempre, vajillas y porcelanas  en todos los colores, tamaños, formas y materiales además de costosas adornaban los espacios de la enorme y majestuosa mansión, todo se encontraba en calma, la servidumbre cumplía con su trabajo en silencio total para no causar molestias a los habitantes de esta, los cocineros haciendo su mejor esfuerzo preparando el elegante y para nada sencillo menú  del día tal y como a la Señora le gustaba, el mayordomo y la ama de llaves supervisaban  atentamente el trabajo del personal más joven, asegurándose de que todo estuviera lo más limpio posible y de que no hubieran percances que pudieran molestar o en el caso de la Señora enfurecerla.

El estruendo de los cristales rompiendo el silencio llamo la atención de la Señora Choi, la ama de llaves de la casa. Rápidamente se dirigió al lugar del que parecía venir el sonido.

-¡¿Qué ocurrió?!- pregunto preocupada una vez llego al comedor.

-Yo… lo-lo siento tanto, Señora Choi n-no… quería…- la chica trataba de hablar pero los nervios no se lo permitían.

-¡Ay niña, por Dios!- expreso la Señora Choi llevando  sus manos a sus mejillas y abriendo desmesuradamente sus ojos.

-¡En verdad no quería… yo lo le-levantare en seguida!- la joven se arrodillo y con temblorosas manos comenzó a recolectar los cristales de lo que antes era una costosísima tetera traída directamente desde Suiza.

-¡DEJA!- le grito la mujer mayor, asustando a la llorosa muchacha -¡Mira no más niña tonta!- la regaño acercándose a ella y levantándola, la pobre temblaba.

“-¿Y si me golpea?… no peor me acusara con la Señora-”  pensaba la chica.

-¡TaeHyung, trae el botiquín!- dijo la mujer a uno de los empleados –Estas sangrando- le aviso, ya que al parecer la otra no se había dado cuenta, esta enseguida bajo su mirada a sus manos y pudo ver la fina línea de sangre goteando el piso.

“-¡GOTEANDO EL PISO! … definitivamente seré despedida-”  pensó con pesar.

-¡ESTA LLEGANDO!- grito el joven entrando al comedor -¡ya está aquí Señora Choi!- los nervios del chico eran evidentes.

-cálmate y ayúdame a recogerlos- le dijo señalando los cristales –ten cuidado de no cortarte- le aviso, mientras empezaba a atender la profunda cortada en la mano de la rubia.

-TaeHyung, reúnelos a todos en la entrada para la bienvenida- el castaño asintió y salió rápidamente –y tu…- miro a la rubia quien ya se encontraba llorando a mares.

-¡Lo pagare!- grito de repente -¡lo pagare pe-pero no me acuse, por-por favor necesito el trabajo!- rogó.

-Tranquila- la mayor le acaricio los rubios cabellos con ternura –sé que no fue tu intención, además hay muchas más de donde salió esa- termino regalándole una sonrisa.

La joven sorprendida  abrazo fuertemente a la mujer -¡Muchas Gracias!- dijo feliz.

-Bien ahora vete, la Señora está por llegar- la rubia asintió y se marchó en seguida. La mujer soltó un suspiro y con mirada cansina se dirigió a la puerta.

Fuera de la mansión criadas, mucamas, camareros, jardineros, guardas, choferes y asistentes ubicados estratégicamente a los lados del enorme portón formando una escala esperaban para dar la bienvenida a la famosísima y temida Señora.

En seguida  un lujoso y enorme BMW x6 aparco frente a  la atenta mirada de todos, los nervios invadieron el lugar y a todos cuando el joven y vigoroso chofer bajo del automóvil y a pasos elegantes se dirigió a la puerta trasera abriéndola enseguida.

Vestida de pies a cabeza con los artículos más costosos y elegantes, su closet solo era ocupado por atuendos diseñados por los más grandes diseñadores, marcas como GUCCI, CHANEL, ARMANI y demás predominaban en este.

Elegantes y altos zapatos Fendi haciendo lucir más esbeltas sus piernas, vestido a tubo con encaje color turquesa resaltando su fabulosa figura, un enorme abrigo de piel color negro y accesorios de oro que lucían de maravilla con su rubio y largo cabello, hacían de la imponente mujer como muchos dirían toda una diosa.

Su afilada mirada se dirigió por breves instantes a los presentes, emprendiendo elegantemente su camino a paso rápido pero con un sensual movimiento de caderas.

-¡Bienvenida!- corearon todos haciendo una reverencia de 90 grados y manteniendo esta posición.

La Señora de la casa ignorándolos  olímpicamente paso de largo  entrando como toda una Reina a su “humilde morada”.

-¡Señora Choi!- llamo a la mujer con su profunda y para muchos sexy voz.

-Señora- respondió simplemente ubicándose a unos pasos de esta.

-Llama al abogado TaecYeon, dile que venga en seguida- dijo con autoridad.

-Si… Señora- la mujer mayor frunció el ceño por la orden dada, casi un mes fuera del país con un maravilloso y buen esposo en cama casi agonizante y un portado y elegante hijo en espera de ella, aquella mujer desconocida ya hace tiempo para ella, en lo primero que pensaba y a quien primero quería ver era al abogado de la familia.

-Señora, el joven ya regreso- dijo la mujer mayor esperando obtener la atención de la Señora.

-Lo sé- respondió sin importancia y con una sonrisa en sus labios  se dirigió en seguida al estudio.

Sorprendida y decepcionada por la fría respuesta,  la Señora Choi se retiró del lugar, en que momento su dulce y encantadora niña se convirtió en la codiciosa, orgullosa, engreída, vanidosa e imponente mujer que ahora tenía frente a sus ojos.

La encantadora y llena de energía joven de cabellos rubios y mirada soñadora , que trabajaba arduamente para salir adelante y sobrevivir, la humilde jovencita que ayudaba a los demás sin esperar nada a cambio, la atenta niña que velaba todas las noches porque su pequeña familia estuviera bien y quien pasaba noches sin dormir por cuidar las enfermedades de estos, la joven soñadora que quería convertirse en la mejor doctora del país y tal vez del mundo para salvar vidas, quien soñaba con enamorarse y tener muchos hijos para amarlos y mimarlos.

Esa linda niña había desaparecido, y en su lugar una  temible y sombría mujer la había reemplazado, una mujer llena de resentimiento e interesada a la que no le importaba nada ni nadie para conseguir lo que quería. La tristeza la invadió y se culpó ella misma por ese cambio tan repentino, quería a esa linda niña de vuelta, pero estaba luchando contra algo con lo que no tenía oportunidad… el dinero y el poder.

Minutos después la formidable puerta de madera fina era abierta.

-Señora OH- saludo el recién llegado.

-Abogado Tae- lo saludo lenta e  insinuantemente.

-Me alegra ver que llego sin problemas- dijo entrando y sentándose delante del escritorio.

-Como siempre ¿no?- alardeo la elegante mujer.

-Como siempre- concordó.

-¿Y bien?- pregunto la rubia elevando una de sus cejas.

-Todo está marchando de acuerdo a lo planeado- respondió orgulloso, la inquisidora mirada de la candente mujer frente a sus ojos le exigió saber más –las fichas están en su lugar y algunos peones ya han caído, no se preocupe… confié en mi- las fuertes miradas tenían una pequeña batalla.

-Bien… confiare- dijo recargando su espalda en el sillón y cruzando sus finas piernas –el chico…-

-Está hecho- la interrumpió el otro con una sonrisa.

-Vaya… que eficaz abogado Tae- lo alago acariciando lentamente con una de sus manos la pequeña joya que colgaba de su cuello.

-Como siempre- respondió casi por inercia, sin apartar la mirada de la delicada mano que ya se encontraba delineando el encaje del elegante vestido.

-Como siempre-concordó esta vez  la mujer, su tono era casi excitante para el hombre frente a ella –tal vez… debería demostrarle mi gratitud  y satisfacción por sus servicios- la posición de sus piernas cambio lentamente.

-Creo que me merezco una muy buena  recompensa- para cuando termino la oración ya estaba rodeando el escritorio y se acercaba decidido al sillón.

-Y la tendrá- aseguro ella.

En un instante los labios de ambos se juntaron y con movimientos desesperados y rudos comenzaron a moverse, lamidas mordiscos y más lamidas, el chasquido creado por ambos al separarse junto con los jadeos reinaban en el lugar, presa del deseo el Abogado levanto a la mujer haciendo que esta se sentara en el escritorio, abrió rápidamente sus  piernas posándose en medio de ellas, sus manos viajaban ávidamente por el esbelto cuerpo y sus labios se dirigieron al apetecible cuello, el cual comenzó a lamer y mordisquear.

-Ahh- un pequeño gemido escapo de la mujer, esto ínsito aún más al desesperado hombre y empezó a hacer pequeños vaivenes con su cadera. La habitación se tornó calurosa de repente y la lujuria dominaba a los amantes.

-¡Madre!-

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

La tarde del lunes estaba algo calurosa, el sol al parecer quiso brillar hoy con todo su esplendor, desde la mañana se hizo notar y parecía no apagarse, el chico moreno lentamente  bajó de su elegante convertible color negro, ajusto sus lentes de sol y reacomodo su ropa un jean color azul y una musculosa sin mangas color blanco con unos  convers del mismo color lo acompañaban hoy, una vez creyó estar listo se dirigió a la puerta y toco el timbre, un momento después la puerta fue abierta abruptamente sorprendiéndolo.

-¡JONGIN!- grito el pequeño peli rojo con un atisbo de preocupación en su voz -¡dime que lo trajiste!- le dijo tomándolo por los hombros.

-¿Qué?- pregunto entre asustado y confundido el nombrado.

-¡Dime que está contigo!- exigió saber el pequeño.

-¿De… de que estas hablando?- quito las manos del peli rojo de su enzima y lo miro a los ojos.

-No puede ser- susurro el otro con una mirada de terror en su rostro.

-¡Min! ¿Qué pasa?- ahora era él quien lo sostenía.

-Lu… Lu…Han- logro pronunciar y entonces todos los músculos del moreno se tensaron en seguida, sentía que le faltaba el aire.

-¿Q-que… don-de donde está?- sin poder evitarlo sus ojos comenzaron a escocer, la desesperación lo invadía.

-No-no lo sé…-MinSeok esquivaba la feroz mirada del moreno.

-¡¿DÓNDE  ESTA?!- exigió saber bastante molesto pero más que eso se encontraba  asustado y nervioso.

-¡NO LO SE! él… él se fue, no sé cuándo… simplemente se fue- logro decir en medio del llanto –Ayúdame JongIn, Tía Min se puso mal y yo…- el peli rojo se ahogaba en lágrimas.

-Bien hay que buscarlo, vamos- dijo tratando de tranquilizarse.

Los minutos se convirtieron en horas y su pequeño ángel no aparecía, no fue a la universidad, ni a su trabajo, ni a la biblioteca que solía frecuentar y mucho menos estaba en ese parque tan especial para él.

La desesperación por saber que le había pasado a su niño lo consumía y el temor al imaginar que pudo haber hecho el rubio, no quería perderlo, definitivamente no se permitiría perderlo pase lo que pase, así tenga que amarrarlo a una cama y mantenerlo cautivo de por vida, lo mantendría a salvo.

-Lu, ¿Dónde estás?- susurro quedito.

Entonces una pequeña luz atravesó su cabeza y recordó el primer lugar favorito para el pequeño rubio.

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

-¡Madre!- un toque en la puerta y la varonil voz los interrumpió  apagando  todo rastro de placer en ambos, rápidamente se separaron y acomodaron sus ropas.

-Adelante- dijo una vez ambos se encontraban en sus respectivos puestos.

La puerta fue abierta lentamente y un ojeroso y demacrado joven apareció por esta.

-Acabo de enterarme de que ya habías llegado, ¿Qué tal?- pregunto un cansado castaño a su madre.

-¡Estupendo! Casi tenemos el contrato hecho- respondió con una sonrisa.

El joven bajo su mirada un momento, esa pregunta debió hacérsela su madre a él, ella debió ser quien lo buscara para saber si llego bien,  era ella quien debía estar feliz por su regreso, pero a la mujer parecía no importarle en absoluto la presencia del joven, aun así el joven no se dio cuenta de eso ni esos pensamientos cruzaron por su cabeza, en esos momentos el solo quería hablar con su madre y desahogarse.

-Ah… madre, ¿podemos hablar?- le pregunto mirando al Abogado y amigo de la familia, queriendo decir esto que su presencia sobraba en la sala.

-Bien he terminado aquí- dijo este levantándose enseguida comprendiendo la mirada del otro – ¡Me alegro de que volvieras, ahora pronto serás todo un exitoso CEO! –le alago el hombre y una vez cerca de él le dio un fuerte apretón en el hombro, este comentario no le agrado al más joven que quiso decir ¿acaso estaba feliz de que él pronto fuera a reemplazar a su padre?

-Gracias- dijo cortante.

-¡WOO! Cada vez te pareces más a tu madre…- le revolvió el cabello juguetonamente, cosa que enfureció aún más al joven –Nos vemos pequeño SeHun- se despidió  lanzándole una fortuita mirada a la mujer y cerrando tras de sí la puerta.

-Dime querido- le invito a hablar con una sonrisa en el rostro con la apacible mirada de madre amorosa que siempre empleaba para dirigirse a él.

SeHun lentamente se dirigió al sillón antes ocupado por el Abogado y tomo asiento pesadamente, el silencio reino por un momento con su mirada perdida en el piso buscaba las palabras correctas para dirigirse a su madre, está en cambio aguardaba en silencio ya sabiendo que le diría su hijo, pero aun así ansiosa por escucharlo de su boca.

-Tenías razón- fue lo único que atino a decir.

-¿Disculpa?- pregunto falsamente confundida y sonriendo en su interior.

-Tenías razón- volvió a repetir esta vez mas alto y con más decisión en sus palabras –Siempre tuviste razón-

-SeHun,  cariño se más claro por favor- le pidió.

-Todo… sobre LuHan- dijo con tristeza y pesar en su voz y mirada.

-¿Por qué lo dices cariño?, ¿paso algo?- le miro afligida.

SeHun lo pensó por un momento y luego hablo –Me… me engaño- un nudo en su garganta se formó y su corazón se aprisiono con esas palabras, las que nunca espero pronunciar –me mintió… me engaño, mintió y utilizo… tal y como dijiste- le costaba horrores hablar sin ahogarse con su dolor.

-Cariño- dijo con pena fingida, compadeciendo el dolor del castaño  –No quisiera decirlo, pero te lo dije- se levantó del sillón y con parsimonia se dirigió a su hijo poniéndose frente a él –Ese mocoso hirió a mi niño –soltó con reproche  todo era falso, la pena y tristeza que aparentaba por su hijo, el cariño que le brindaba y la mirada de amor, todo era falso.

SeHun asintió lentamente y en cuanto sintió la caricia de la para él cálida mano de su madre en su mejilla sus lágrimas empezaron el  recorrido por sus mejillas y el  dolor creció aún más.

-Mi niño, te lo dije ¿no?... te dije que ese niño y esa mujer iban a arruinar a nuestra familia, te dije que él solo quería usarte, utilizarte y después botarte como un trapo sucio y viejo- la mujer limpiaba las mejillas del rubio y acariciaba los cabellos de este, mientras tanto SeHun trataba de callar los sollozos que amenazaban con escapar, él ya lo sabía y lo había comprobado con sus propios ojos, pero que su madre lo repitiera aprisionaba aún más su dolorido pecho.

-Fuiste engañado mi pequeño, ahora me entiendes… ahora entiendes por qué odiaba a esa mujer y a su bastardo, mami siempre tiene la razón, ella siempre sabrá que es lo mejor para ti- para ese momento los brazos de SeHun se afirmaban fuertemente a la cintura de su madre y su rostro estaba escondido en su regazo, los sollozos ya eran incontrolables y su interior estaba en llamas, porque sentía que todo allí adentro estaba ardiendo fuertemente.

Después de un momento el llanto del rubio seso y levanto su mirada para clavar su ojos rojos por el llanto pero también impregnados de ira en su madre.

-Me vengare madre- pronuncio con repudio en su voz –le hare pagar la humillación y uso de nuestra familia, sufrirá el doble que sufrimos nosotros… lo prometo- decisión, ira, rencor y odio brillaban en su mirada y pronunciaban sus palabras, volvió a esconder su rostro en el regazo de su madre y esta sonrió desquiciadamente por las palabras de su hijo.

Se esforzó demasiado por conseguir lo que ahora tenía, tenía todo lo que quería y con lo que siempre soñó, su vida era perfecta.  Un estúpido hombre dispuesto a hacer todo por ella, un mocoso que mantenía feliz y orgulloso a su molesto marido, una mansión con una amplia servidumbre bajo su cargo, autos de lujo, ropa y accesorios de las marcas y diseñadores más costosas y un candente, fuerte, decidido, excitante y joven amante rendido a sus pies, pero todo empezó a venirse abajo con la llegada de esa maldita mujer y su engendro. 

Claro que ella no permitiría que le arrebataran todo ¡NO! Costará lo que costara he hiciera lo que hiciera sacaría del camino a su pequeño doble problema y así lo hizo, solo uno más y todo estaría bien, no tenía por qué preocuparse ahora indirectamente el ingenuo de su hijo le estaba ayudando a deshacerse de su único obstáculo, después de todo ella era la dueña y Señora, ella era  Lee ChaeRin.

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

Para el rubio, la mañana del lunes simplemente era igual a las anteriores, fría oscura y solitaria, permaneció inmóvil por unos momentos y extrañamente su mente estaba en blanco total y su mirada fija en la pavada de pájaros que surcaban el cielo.

“-¿Cómo sería ser un pájaro o cualquier animalito?-”  Se preguntó “-Sin responsabilidades, sin problemas en sus vidas, sin problemas amorosos, no tener que preocuparse por alguien o pensar en esa persona, no tener que sufrir la perdida de seres amados y la traición y engaño de otros-”.

Pero entonces también pensó “-hasta un pequeño pájaro tiene responsabilidades, cuidar de su familia y alimentarlos, se preocupa por su familia, pierde seres amados para él también y por supuesto tiene sentimientos-” así que debía cambiar la pregunta a “-¿Cómo sería no existir, no sentir absolutamente nada?-”.

No quiso recibir un bocado de comida, ni las amenazas de la Tía Min y MinSeok de llamar a Kai y hacerlo venir, le hicieron abrir la boca.

Las horas y minutos pasaban lentamente y de un momento a otro las lágrimas estaban saliendo a borbotones de sus ojos y solo quiso una cosa en el mundo a su Omma.

Rápidamente se colocó sus convers que aún se encontraban al lado de su cama y salió del lugar sin ser visto o escuchado.

Casi media hora después de estar caminando logro llegar a su destino, camino lentamente por entre las lapidas y pastos crecidos  hasta que se detuvo. Contemplo por un momento las palabras escritas en las lapidas y una soledad inmensa lo abordo, sus rodillas flaquearon y cayó al piso, su cuerpo tenia pequeños espasmos y temblaba ligeramente.

-Omma…- sollozo-Omma yo…- el dolor dominaba sobre su voz –SeHun…nie, él volvió…- llevo una de  sus manos a su pecho y arrugo la tela –pero ya-ya no me ama… - y al fin los sollozos se hicieron fuertes –No me ama omma, él… mi corazón…- más sollozos salían y su pecho más dolía.

El rubio inclino la cabeza posando su frente sobre la fría lapida y se lamentaba en voz alta, sin ser consciente de que un afligido y furioso moreno lo miraba a unos metros, luego de un tortuoso viaje llego rápidamente y se dirigió al lugar, una vez allí se encontró con la imagen más devastadora hasta ahora para él.

Su pequeño Ángel  se encontraba arrodillado frente a la lápida de su madre y hermana llorando desconsoladamente y bañado en amargas lágrimas, al escucharlo sus ojos se empañaron “¿Por qué… por que hacerle daño a alguien como él?... ¿Por qué cortar las alas de su Ángel… por que destruirlo de esa forma cuando él no había hecho nada para merecerlo?”.

-Quiero morir omma…- esa frase hizo temblar fuertemente al moreno – llévame contigo omma, quiero estar contigo- suplicaba el menor y JongIn sentía morir en ese instante, la ira una vez más contra ese desgraciado creció y quiso matarlo, por su culpa su pequeña luz se estaba extinguiendo, se derrumbaba y él,  él no podía hacer nada para impedirlo, era nada, se odio así mismo y quiso morir junto al rubio también.

Una fosforescente luz los ilumino, seguida del  estruendoso sonido de un trueno y las gotas comenzaron a caer, del brillante sol ya no había rastro y las nubes al parecer quisieron acompañar al rubio en su pena y dolor  derramando  todo sobre ellos y los pastos del lugar.

Mientras la lluvia caía  LuHan seguía allí arrodillado suplicando a su madre ser llevado a su lado y él seguía allí de pie observando con dolor y pena a su pequeño sucumbiendo a la oscuridad.

“-Esto no está bien, debo hacer algo… y pronto… mi LuHannie-”  pensó el moreno.

“-Lo encontré, no te preocupes está bien-” tecleo en su celular…

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

El fin de semana lo paso encerrado en las cuatro paredes de su habitación, huyendo de las preguntas de su madre y esquivando a toda costa a su primo y al moreno amigo de este, su mente aún estaba en caos y sus sentimientos hechos mierda, aun trataba de asimilar y procesar lo sucedido, definitivamente se sentía mal muy mal.

No había tenido contacto con SeHun o con alguno de sus amigos y no quería hacerlo por el momento, recibía los alimentos en la habitación por su dulce omma ya que no se sentía capaz de rechazarlos, siempre mirando por la ventana como esperando a que algo pasara, pero nada pasaba.

El domingo en la noche vio como el chico moreno “Kai”  lo había llamado el rubio, se despedía de su omma y su primo desde la puerta.

Ojos al parecer profundos y oscuros, nariz perfectamente marcada, labios carnosos, cuello fino y del tamaño correcto, hombros y espalda algo amplios, piernas atléticas y definitivamente tenía un muy buen trasero y lo más atrayente y único del chico era su piel de tono moreno, la tonalidad perfecta y aparentemente suave y delicada.  Fácilmente podría competir con SeHun, ambos jóvenes y apuestos un par de dioses griegos.

“-¡Un momento!-”  Asustado por sus impuros pensamientos y fuera de lugar se alejó de la ventana  y se metió en la cama a dormir.

Esa noche al contrario de lo que pensó “-No creo poder dormir, daré vueltas como loco y seguiré atormentándome-” sus ojos se cerraron y durmió como un bebé, inconscientemente con la imagen de un moreno sonriéndole descaradamente.

Estaba algo angustiando “-¿Qué acaso ya no tengo suficientes problemas y preocupaciones como para sumarle un negro más… quise decir un problemas más?... ¡Aisshh!-” se tomó la cabeza y suspiro al aire frustrado.

Para la tarde su mente se encontraba en una calma absoluta hasta que el sonido de un auto paqueándose cerca le llamo la atención. Curioso se dirigió a la ventana y se maldijo por hacerlo.

La impactante imagen del moreno con gafas de sol y vestido de esa manera tan… ¿provocativa? Desconcertó una vez más sus pensamientos.

“-¡¿Pero qué demonios?!-” se regañó al sentir que de repente hacia más calor en la habitación, pero entonces la imagen fría y severa de SeHun apareció en su cabeza empujando lejos los oscuros pensamientos y dando paso a la culpabilidad.

“-Soy su novio y mis pensamientos lo están engañando-” se dijo así mismo.

“-Tal vez solo es la frustración… yo… él no podría-” una vez más un nudo total en su cabeza.

-Aaahhgg- se lanzó frustrado a la cama…

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

La fuerte lluvia empeoraba cada vez más, completamente empapado y con lentos pasos se dirigió hacia el inmóvil cuerpo, plantándose justo frente a este.

El rubio alzo lentamente su mirada y los hermosos orbes de su amigo trataban de ver más allá de donde podían, se veía molesto no,  furioso.

JongIn se arrodillo lentamente frente al rubio y suspirando lo miro,  esta vez sus ojos eran más tenues.

-No vuelvas a decir eso- pronuncio lentamente.

-Y-yo…- trato de hablar.

-No vuelvas a decirlo- le repitió con un tono más alto.

-¿Por qué?- pregunto intrigado –que tiene de malo el querer dejar de sufrir- una triste sonrisa se formó en su rostro.

-No puedes- el moreno estaba estático, las frías palabras que salían de la boca de su pequeño retumbaban en su cabeza.

-Claro que si- le reto.                                                                       

La decisión en sus palabras silenciaron por un momento a JongIn -¿Cómo lo harás?- se atrevió a preguntar.

Los ojos del rubio se abrieron de sobremanera, eso no se lo esperaba, su moreno amigo debería tratar de hacerlo  entrar  en razón, no alentarlo pero aun así la idea seguía fresca en su mente.

-Hay muchas formas…- no termino de responder ya que el peso casi muerto de su amigo cayó sobre él, haciendo que ambos cayeran sobre el pasto, el clima estaba frió y las gotas aun no cesaban, ambos allí uno sobre el otro unidos en un fuerte abrazo, regalándose un pequeño calor entre sí.

-Si lo haces…- comenzó JongIn –yo lo haré también- dijo con decisión.

 

“– ¡No llores!- pedía desesperado un pequeño castaño, pero los sollozos del rubio no se detenían.

-¡DUELE!- dijo entre lágrimas el pequeño sorbiendo por su nariz.

-¡Pero no llores… me duele verte así!- los brazos del Castaño lo rodearon fuertemente.

-¡Soy un cobarde!- grito LuHan aferrándose al alto.

-Claro que no, es normal que duela- le dijo suavemente.

-¡No es cierto!... -

El llanto seguía y el dolor y la desesperación del alto aumentaban, por impulso tomo el trozo de vidrio al parecer causante del dolor de su pequeño y lo llevo a la palma de su mano.

-¡NOOO!- las suaves manos del rubio lo detuvieron  -¡Te harás daño Hunnie!- lo regaño.

Pero el castaño le regalo una hermosa sonrisa y soltándose de su agarre perforo la blanca piel, una punzada de dolor comenzó a recorrerlo y la sangre emergía, auténticas lágrimas se formaron en sus ojos y con la mirada empañada miro al rubio.

-¡Lo vez!- le sonrió –También lloro- como si se sintiera orgulloso dijo.

El pequeño miraba atónito la mano bañada en sangre del mayor “¿Por qué?” se preguntó.

-¿Po-por qué?- pregunto mirándolo a los ojos.

-Estabas sufriendo- dijo con pesar –Y si tu sufres… yo también lo haré- termino decidido.”

 

Una vez más el pasado se apoderaba de él, cada vez el agujero enorme que tenía en su pecho crecía y crecía.

-Ka-Kai…- susurro y se aferró fuertemente a su cuerpo…

 

 

No tuve la menor idea… No supe que decir…

Te acercabas a mí… Y tu mirada me lo dejo sentir…

Resulta que no es diferente… A la canción de ayer…

Y te alejas de mí… Luego dijiste que nada puedo hacer…

Y me dejaste la memoria, contando mil historias…

Gritando que te quiero ver…

Por favor… Dime lo que hace falta…

Para que tú puedas volver…  Te lo suplico dime por favor…

Que nunca me dirás adiós…

Me duele pensarlo, también aceptarlo…

No me dejes llorar… Te lo suplico ya no digas más…

Lo nuestro debe continuar… Hazlo por los dos…

No digas que te vas…

No digas adiós…

Davichi


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