Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

TRUE LOVE (HUNHAN - KAISOO) por NaTyK1995

[Reviews - 88]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

“Eres despreciable” 

“El ser más despreciable, egoísta, orgulloso y mentiroso, desagradable, molesto”

 La voz de su amado se repetía una y otra vez en su cabeza, haciendo que esta doliera demasiado.

 “Eres un pequeño mentiroso, una molestia”

 “Tú al igual que tu madre… estas sucio”

 Pero dolía aún más su alma, pues corazón no sabía si aún tenía algún pequeño trozo de este órgano, fueron muchas las veces que lo escucho romperse y dudaba de que aun quedara algo. 

“¡EMBUSTERAS, MENTIROSAS, EGOISTAS, ORGULLOSAS E INTERESADAS!”

“¡Así son las personas como tú y tu madre LuHan, nocivos, poca cosa un estorbo… basura!” 

Las lágrimas parecían no querer dejar de salir, marcando la blanca almohada que tenía aprisionada fuertemente entre sus brazos, los sollozos eran callados por esta, quien junto con su desierta y ahora fría habitación se habían convertido en sus fieles compañeros, cómplices  y testigos del dolor que sentía en esos momentos.                                                            

“¡ME DAS ASCO!” 

Un fuerte sollozo se escapó, y rápidamente intento cubrirlo, no quería preocupar a su Tía Min. La mujer ya estaba muy mayor y tenía muchas cosas por las que preocuparse como para que él le de dolores de cabeza, después de su doloroso y confuso encuentro con SeHun, el rubio no hacía más que llorar así que se retiró minutos después de la Universidad, sorprendiendo a la mayor al llegar tan temprano y preocupándola por el estado en el que llegaba, en seguida se encerró en su habitación llorando sin parar.

De eso ya habían pasado horas la noche se acercaba y él no paraba de llorar, debería estarse preguntando el porqué del cambio tan repentino de SeHun, ¿qué era eso de lo que lo culpaba? Y muchas cosas más, pero en su  lugar en su cabeza solo estaban las palabras del otro, martillando sin parar, cavando profundo en él, lastimándolo cada vez más y más, una especie de voz interior o tal vez era la culpa o conciencia la que le hablaban le repetía una y otra vez que era su culpa.

“¡Es tu culpa!… ¡SeHun ya no te ama!”

“Tenías que arruinarlo todo”

“Nunca fuiste suficiente y lo sabias… ella siempre te lo dijo” 

“ahora ama a otra persona… alguien mejor que tu” 

-¡AAAAHHHH!- grito, de un salto se puso de pie –No es cierto…- susurro mirando a la nada –no lo es… él me-me ama- sus piernas se doblaron y cayo de rodillas hipando a mas no poder –Se-SeHunnie – se lamentaba, levanto su cabeza para mirar por la ventana pero algo en su escritorio llamo su atención, lentamente se puso de pie y tambaleando llego al lugar, con sus manos temblorosas tomo el objeto y una pequeña pero rota sonrisa se formó en sus labios. 

“No solo debes ganarte mi perdón, si no también mi amor… de nuevo” 

Una pequeña luz de esperanza brillo en su interior y apretó fuertemente su agarre.

“Lucha  por mí… demuéstrame que en verdad me amas, ahora estoy con alguien, alguien realmente maravilloso… demuéstrame que eres mucho mejor que él, que me amas más que él”

-No te preocupes SeHan…- le dijo al animalito de felpa en sus manos –derrumbe  esa barrera una vez, estoy seguro de que puedo hacerlo otra- abrazo al animalito –lo recuperare, haré que me vuelva amar, no te preocupes él regresara-

“Por ahora… confórmate con ser simplemente… el otro”

-No importa que tenga que hacer… lo recuperare- volvió a dejar el animalito en su lugar –No te decepcionare SeHunnie- dijo y  limpio con su brazo  el rastro de lágrimas, totalmente decidido tomo el trozo de papel en el que estaba escrita una dirección y salió a toda prisa.

 

 

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

La taza de café en sus manos tal vez ya se encontraba fría, la noche estaba fría, sus manos estaban frías al igual que su cuerpo el abrigo que llevaba parecía no estar haciendo bien su trabajo, el clima no era el mejor y el incómodo silencio que los envolvía no ayudaba de mucho.

Después de despedir a su Hyung, la atmósfera no se veía muy bien entre ellos así que los invito a tomar un café en una tienda de allí para alivianar el aire, pero ahora se arrepentía y quería correr lejos del lugar, a su lado KyungSoo quien mantenía su mirada en la taza de café, mordiendo su labio inferior y lanzando miradas de vez en vez al castaño que ni se enteraba de él bebiendo calmadamente su  té helado, si helado… al alto nunca le gustaron las bebidas calientes aunque la ciudad se estuviera congelando en estos momentos.

Chen se sentía inútil en ese momento, como podría cuidar de KyungSoo y mantener a raya a SeHun si ni siquiera  era capaz de aminorar la pesada atmósfera entre ellos, tenía que hacer algo, se lo había prometido a  Kris y debía cumplirlo por él mismo y por qué no quería morir tan joven en manos de esa bestia, tomo aire y el impulso de hablar, pero fue interrumpido por un aburrido y enojado castaño.

-Me voy- sentencio y se puso de pie.

-¿Qué?... no espera, porque no vamos a…- trato de hablar Chen pero una vez más fue interrumpido.

-dije que me voy- el alto lo fulmino con la mirada y se volvió.

-¿A don-dónde vas?- dijo nervioso el más pequeño de todos.

-Tengo algo importante que hacer- respondió después de unos largos segundos, no le gustaba dar explicaciones del porqué de sus acciones, pero sentía que a Kyung se las debía.

-¿Más importante que nosotros?- le pregunto sorprendido Chen.

El alto solo los miro de reojo y suspiro – Si, mas importante- y se fue.

Chen quedo sorprendido pues según tenía entendido el alto no contaba con amigos en la ciudad o más bien en el país, mientras que  Kyung tenía el corazón en la mano, desde la mañana buscaba el momento indicado para hablar con el mayor y calmar todas sus inseguridades pero el mundo parecía estar en su contra, además de que el alto parecía no notar su presencia ahora tenía algo que hacer más importante que estar con ellos, que estar con él.

Chen miro con pena al pequeño, coloco una mano en su hombro y apretó ligeramente.

-Lo sien…-

-Vamos a casa- dijo el pequeño interrumpiendo al otro y poniéndose de pie, sus manos temblaban y estaba haciendo su mayor esfuerzo por mantener ocultas las lágrimas.

Chen simplemente asintió.

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

SeHun apretaba fuertemente el volante, estaba ansioso la hora se acercaba y estaba seguro de que obtendría lo que quería, aún tenía tiempo suficiente así que paso al hospital para darle las buenas noches a su padre. Para su regreso la condición que puso a su madre fue que esta le diera su espacio, la mujer se rehusó pues esta alegaba que quería tener a su pequeño cerca, pero ni las demostraciones de afecto hacia él y los ruegos fueron suficientes y dándose por vencida acepto, obteniendo el joven un lujoso apartamento en el centro de la ciudad.

Llego al hospital  y se dirigió al cuarto de su padre, mantuvo una pequeña conversación con el mayor en la que solo él hablaba pero se sentía bien después de hacerlo, se despidió de este dándole un beso en la cabeza y deseándole las buenas noches, para el mayor su niño era el mismo que se había ido, cariñoso, amable, sonriente, cálido y alegre claro está que SeHun se mantuvo genuino para él, no quería lastimar  o preocupar a su enfermo padre.

Una vez más conducía ansioso por las calles de Seúl, sin poder evitarlo una sonrisa de superioridad estaba plasmada en su rostro, al llegar se quitó el abrigo lo lanzo perdiendo cuidado de donde había caído y se dirigió al mini bar, se sirvió una copa de Whisky, camino lentamente hacia el sillón mientras se soltaba un poco los botones superiores de la camisa y se lanzó a este, suspiro pesadamente y llevando su cabeza hacia atrás apoyo está en el espaldar, respirando tranquilo y relajado espero.

El sonido del timbre lo descoloco un poco, no supo en qué momento se quedó dormido, confundido miro a sus lados dándose cuenta de donde se encontraba, quiso volver a apoyar su cabeza pero de nuevo el timbre resonó, extrañado se dirigió a la puerta pero a unos metros de llegar se detuvo en seco, la tranquilidad que tenía hace unos momentos se esfumo dando paso a la ansiedad, frustración, ira, rencor y nervios. Una sonrisa se formó de nuevo y acomodando un poco su ropa y cabellos se dirigió a esta.

Al abrir, la imagen que encontró fácilmente pudo hacer doler su corazón pero ahora no sintió nada, tal vez una  pequeña molestia en él  pero no puso atención a esta.

Ambos se miraban intensamente hasta que uno de ellos se rindió y bajo la mirada, el alto sonrió satisfecho por lo que causaba en el otro y haciéndose a un lado le dio paso, el pequeño camino lentamente y un poco inseguro hasta llegar a la mitad de la sala, paso su mirada por cada cosa del lugar y en otra situación estaría asombrado, el lugar era lujoso y espacioso digno aposento de un adolescente rico y soltero. Seguía detallando todo cuando una profunda y áspera voz lo saco de su ensoñación y logro poner tenso su cuerpo.

-Así que…- pronuncio SeHun mientras pasaba la mirada de arriba y abajo por el delgado cuerpo, el calor se incrementó en él al ver al bajo tan sumiso, la lujuria estaba dominando su cordura y estaba muriendo por tocarlo de nuevo, la frase murió en su boca cuando el menor se volvió y con ojos cristalinos asintió efusivamente.

-Quiero palabras, LuHan- le escupió enojado, el rubio pego un pequeño salto y tragando fuerte hablo.

-Y-yo…- dudo y su cuerpo tembló –yo… luchare- dijo mirándolo a los ojos, la decisión brillaba en ellos.

-¿Lucharas?- pregunto entre confundido y sorprendido.

-Sí, luchare por ti SeHun…  recuperare tu-tu amor, te demostrare que… que te amo, te amo más que a mi vida- dijo seguro de sus palabras.

“Te amo más que a mi vida”

 

 

Y allí la frase que rompió el hilo de lucidez que quedaba en él, de nuevo otra mentira una grande y dolorosa mentira y en su propia cara. Enfurecido camino rápidamente hacia el rubio y lo tomo por la nuca con fuerza provocando que este soltara un quejido, lo acerco a su rostro y estando ambos a milímetros hablo.

-¿Me amas?- le pregunto con repudio en su voz -¿AH?- sacudió un poco la cabeza del rubio, este asintió y pronuncio un decisivo “Si”.

LuHan debía admitir que moría de miedo, la persona que tenía en frente no era su amado SeHunnie, pero sabía que este muy en el fondo se encontraba allí siendo dominado por el  impulsivo y agresivo hombre que es esos momentos lo llevaba casi que arrastras por el pasillo del lujoso lugar, quería llorar y pedirle que parara pero NO, le demostraría que él era merecedor de su amor, que era una persona fuerte.

LuHan escucho como abrían una puerta y en minutos fue lanzado al piso.

-¡Aghg!- se quejó y miro a su atacante con lágrimas en los ojos antes de poder preguntarle el porqué de sus actos el castaño ya se encontraba sobre él, tomando fuertemente sus muñecas y llevándolas arriba sosteniéndolas sobre su cabeza con una sola mano, mientras que con la otra mano y ayuda de sus piernas abría bruscamente las piernas del contrario. Una vez el alto estuvo en la posición que quería acerco su rostro al pálido y asustado de LuHan.

-¿Me amas?- le susurro con sus ojos fijos en el otro, LuHan asintió firmemente, el castaño por un momento se vio tentado a probar los rojizos y tentadores labios que temblaban frente a él, pero se contuvo y tomando aire se lanzó al cuello del rubio, lamia y mordía desde su oreja hasta el inicio de la playera causando que leves quejidos salieran de LuHan.

-Cuando… dos personas se aman- decía SeHun tratando de recuperar el aire, mientras con su mano libre comenzaba a desabrocharle  el pantalón desesperadamente –demuestran su amor, ¿no es así?-

-¿Qu-que?- LuHan temblaba, él no quería esto, no de esta forma. Cuando las manos de SeHun  comenzaron a soltar su pantalón las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas una vez más.

-N-no…- susurro y trato de liberarse, pero el alto era mucho más fuerte –Se-Hun… espera- pero este no escuchaba y siguió bajando su pantalón hasta dejarlo en sus rodillas, en seguida llevo sus manos al borde de la playera del más bajo  y la subió bruscamente hasta su pecho.

-¿Qué? ¿No quieres demostrarme tu amor?- le pregunto SeHun tomándolo del mentón.

-Sí, pero…-

-¿Entonces?- apretó más su agarre -¿Recuerdas LuHan?- acaricio lentamente la mejilla del tembloroso rubio, el cuerpo de este se relajó por completo con la caricia recibida -¿Recuerdas cuando lo hacíamos y repetías una y otra vez “te amo, te amo, te amo”?-  susurro esto último en su oído y al terminar trazo con su tibia lengua el contorno de la fría oreja de este, LuHan asintió lentamente con sus ojos cerrados, disfrutando de la sensualidad y suavidad del momento.

-¿Lo recuerdas?- SeHun seguía susurrándole todo, su voz áspera y ronca por la excitación.

-S-si- la respiración de LuHan se aceleró y comenzaba a sentir mucho calor, extrañaba tanto el cálido tacto de su amado.

-¿Recuerdas cuanto lo disfrutabas?- SeHun agarro fuertemente con sus dos dedos el pezón rosa que comenzaba a endurecerse y lo masajeo.

-¡Hgm!- soltó LuHan.

-¿Por qué lo disfrutabas no?- el castaño dirigió su hambrienta boca hacia el lugar y tomo el sensible botón con brusquedad.

-¡Aagh! Se-SeHun…- gimió LuHan, debería estar disfrutándolo pero solo podía sentir dolor en todo lo que realizaba el alto. No era como antes y dolía.

-¿Lo disfrutabas?- exigió saber.

-Sí, pero SeHun…-

-¿Quieres que lo haga de nuevo?- pregunto mientras acariciaba el lastimado botón rosa regalándole lamidas cortas –si dices que sí, tendrás la oportunidad de recuperarme –sus labios se dirigieron al olvidado y frió gemelo y las mordidas comenzaron.

-¡Mngh!- el rubio escuchaba atento, soportando el dolor.

-Pero…- el  alto volvió a mirarlo a los ojos, la lujuria y excitación  lo estaban matando, moría por estar dentro de ese pequeño cuerpo y el palpitante problema en su entrepierna lo dejaba muy en claro –Si dices que no, me detendré… todo se habrá acabado y desapareceré, me alejare LuHan y nunca me volverás a ver- totalmente convincente así sonó, y LuHan tembló, el miedo lo invadió no quería que esto pasara así pero tampoco quería perder a su adorado SeHun. 

“Simplemente el otro” 

La frase lo golpeo fuerte, a eso se refería SeHun, ahora él estaba con alguien más, alguien más lindo, más tierno, más, más y mucho más que él, con alguien maravilloso según él y aun así le estaba dando la oportunidad de recuperarlo, no lo desprecio y lo voto, le dio la oportunidad de amarlo y demostrárselo y él no la dejaría pasar, arreglaría lo que sea que había hecho mal, sanaría a su castaño y lo recuperaría, serian felices de nuevo, sin importar lo que tenga que hacer o el dolor que tuviera que soportar, porque sabía que dolería pero por el amor de su amado haría lo que sea.

-Te amo SeHun- dijo simplemente mirando a los ojos del castaño, este abrió sus ojos sorprendido por la respuesta dada pero segundos después sonrió ladinamente.

-¿Eso es un sí?-  pregunto.

-Si- dijo el otro decidido.

“Si” fue como si prendieran el motor interno de SeHun liberando toda la excitación reprimida por todos esos años, sin previo aviso ataco los delicados labios del rubio con movimientos rápidos y descuidados desconcertándolo  por completo, nunca lo habían tocado o besado de esta forma y se sentía mal, dolía como nunca que fuera la persona que amaba quien lo hiciera, la tibia y ávida lengua invadiendo su cavidad lo alteraron un poco, su sabor había cambiado, antes sabia a café, té helado  y todas las cosas dulces o amargas que se relacionaran con el café, suave, dulce con una tenue amargura, pero deliciosamente exquisita, ahora era fría, amarga en su totalidad y con un ligero sabor a alcohol, esta recorría rápidamente todo a su alrededor, casi ahogándolo.

-¿Te gusto?- pregunto SeHun una vez se separó, un hilo de saliva los unía y otro más escurría de la boca de LuHan mostrando así lo salvaje que había sido el beso.

Fuera de lugar el bajo solo pudo asentir.

-¿Mas que los otros?- dijo con recelo en su voz –dime LuHan ¿beso mejor que ellos?- SeHun se mantenía a una distancia corta. Confundido el otro lo miro.

-¿Qué?-

-¿Mejor que todos los malditos con quien te acuestas?- el alto escupía como veneno, la ira se hacía presente una vez más y la mirada de confusión por parte del otro la hacía crecer más y más. Cegado por los celos y la ira llevo su mano derecha libre y la metió entre la ropa interior del rubio causando un temblor en el otro cuando la fría piel hizo contacto con su miembro casi despierto.

-¡Aahhgg!- grito LuHan cuando el alto apretó con fuerza en la zona.

-Eso es… gime, gime LuHan- decía mientras movía con fuerza y rapidez la mano sobre el eje de este.

-Se- mng SeHun… es-espera- trataba de hablar pero el dolor era muy fuerte, se removía  pero era inútil, estaba a merced de SeHun.

-¿Quién es mejor?- la respiración del mayor estaba acelerada, y movía más rápido su mano sin saber que en lugar de placer causaba dolor al bajo -¡¿Quién es mejor, LuHan?!- le grito soltando sus manos y agarrando fuertemente sus mejillas.

-Haa… bas hag… mghnnn-  LuHan  ahora no sabía que dolía más si los actos o las palabras del castaño.

-No lo sabes. Bien- dijo parando sus salvajes movimientos –yo te diré quién es mejor- se acercó al rostro del rubio y con sus dos manos ahueco sus mejillas –Yo, yo soy mejor LuHan- mordió los labios del nombrado quien se quejó –Y te lo demostraré- sentencio y de un rápido movimiento volteo con fuerza a LuHan posicionándose sobre su espalda y repartiendo salvajes besos y mordiscos por esta, masajeando y casi aruñando sin pudor y cuidado  la blanca piel.

-¡Ahh!- el menor hacia su mejor esfuerzo soportando el dolor.

El calor recorría el cuerpo de SeHun, sentía que en cualquier momento quería estallar y lo quería hacer dentro del rubio, su miembro palpitaba, su cuerpo sudaba y su respiración agitada, ¿cómo es que después de tres años el menor aun le provocara tantas cosas?, tomo con brusquedad el cabello del menor y levanto su cabeza para hablarle al oído.

-Ámame LuHan, ámame, ámame-repetía una y otra vez, el llanto del rubio no se hizo esperar -¡AMAME!- grito jaloneando un poco el agarre.

-¡TE AMO, TE AMO, TE AMO SEHUN!- gritaba en medio del llanto.

-Ámame, ámame…- seguía repitiendo mientras arrancaba la playera del menor y la arrojaba lejos –ámame, ámame…- mordisqueaba y lamia su cuello, sus brazos, hombros y espalda, LuHan solo se mordía fuertemente el labio y lloraba en silencio.

Las manos de SeHun entraron en su ropa interior una vez más y acariciaron el miembro de este provocando que soltara un gemido y que levantara sus caderas huyendo del tacto pero en el proceso rosando sin querer el muy despierto miembro del mayor.

-Ahh si- gimió SeHun y siguió masajeando más fuerte, haciendo que la cadera de LuHan rosara y chocara más contra él, simulando embestidas.

-Se-SeHunnie…- le llamo LuHan suavemente.

“SeHunnie”

Pareció como si algo se rompiera en su perturbada cabeza y cegado por la ira SeHun se bajó rápidamente los pantalones junto con la ropa interior y descubriendo el trasero del rubio  posicionó su palpitante y necesitado miembro en la pequeña y tensa entrada del menor y sin previo aviso lo penetro, entrando por completo de una sola vez.

-¡AAAAHHHH!- un grito desgarrador retumbo en la habitación tan fuerte que tal vez los vecinos lo escucharon, esto no causo nada en el castaño y en seguida salió casi por completo solo para arremeter con fuerza otra vez.

-¡AAAHHH!- volvió a gritar LuHan, su rostro empapado en lágrimas y desfigurado del dolor, sus manos hechas puños sosteniéndose como podía de las sabanas que colgaban del borde de la cama.

-¡Ahh… tan estrecho!- decía SeHun mientras embestía rápido y sin cuidado, el placer era maravilloso y el interior del rubio tan cálido y apretado como lo recordaba, algo que le pareció extraño considerando lo activo que había estado este sin su presencia. Pensó que sería fácil pero la estreches del rubio fue dolorosa para él también.

Apretaba y masajeaba con fuerza el trasero del menor y embestía más y más llegando profundo.

-ahh… mmgh- gemía roncamente, el solo pensar  en la cantidad de veces que alguien más había tocado  ese pequeño cuerpo  la ira recorría sus venas, las veces que besaron los labios que le pertenecían y las veces que profanaron  el hermoso trasero frente a él. Solo él podía tenerlo, solo a él le pertenecía y dejaría bien marcado a su rubio para que no solo él si no todo el mundo se diera cuenta de ello.

Los sollozos y desgarradores gemidos por parte de LuHan seguían y SeHun parecía que cada vez más aumentaba la velocidad.

-Gime LuHan, gime mi nombre- decía jadeante el mayor mientas aumentaba la velocidad.

-¡GIME MI NOMBRE!- grito esta vez.

-Se- ahh SeHun- para LuHan era una súplica, para él  mayor el sonido más excitante que había escuchado.

-¡Dilo LuHan, dilo!- más y más profundo.

-¡TE AMO!- grito –Te amo, te ahh amo SeHun… te-te a-amo- decía con la voz temblorosa, pero no lo decía por que el otro se lo exigiera, lo decía por que en verdad lo sentía y quería que el castaño sintiera la sinceridad de sus palabras, pero este al oír esas palabras arremetió con más fuerza contra el pequeño.

-¡Se-SEHUN!- le llamo el rubio desesperado -¡Basta… bas ahhh duele, duele mucho, por-por favor- rogaba pero no era escuchado, sintió un líquido tibio escurrir por sus piernas y por un momento pensó que todo había terminado, pero al mirar se asustó y lloro más. Sangre ¡estaba sangrando! Su amado lo había desgarrado, pero que podía esperar después de tantos años esperando solo por él, no había permitido que nadie más siquiera lo tocara, el salvajismo y el dolor infringido por el castaño era prueba de ello.

La rapidez con la que pasaron los hechos en la cabeza del menor se sentía como si llevara horas soportando ese dolor, quería que todo acabara, sus piernas estaban temblando y su entrada dolía y ardía, su interior estaba destrozado.

Una, dos, tres, cuatro estocadas más y el castaño al fin se liberó en el interior del adolorido rubio, dejando salir su esencia con un fuerte gemido, se lanzó a la espalda del menor  tratando de recuperar su aliento, el cuerpo de este vibraba al tratar de contener el llanto, SeHun levantando la cadera de LuHan salió de su interior, ambos gimieron y el alto tanteando un poco la zona se dio cuenta de que este aún estaba semi-erecto y no se había venido. Rápidamente tomo el miembro de este y comenzó con rápidos vaivenes.

-ahhh- gimió sin querer LuHan, a pesar del dolor, su cuerpo no podía negar el placer que sentía pues era su amado SeHun quien lo tocaba.

-Hazlo- ordeno SeHun –córrete para mí, LuHan- decía mientras continuaba con los descuidados movimientos. Solo unos segundos tardo LuHan en llegar a su orgasmo, su doloroso orgasmo.

-Bien- sonrió satisfecho el castaño, lanzándose a un lado mirando al techo y respirando aún con dificultad. LuHan lo miraba con tristeza, todo había sido totalmente diferente el salvajismo, la fuerza y rudeza habían predominado, todo fue rápido y sin cuidado, la suavidad, lentitud, cariño, sensualidad y amor no estaban en ninguno de los actos del mayor y eso destrozaba su alma, sabía que sería doloroso pero no imagino que doliera tanto.

-Vete- la fría voz de SeHun lo saco de sus pensamientos –vete- volvió a repetir el castaño, el rubio lo miraba dolido y sorprendido -¡Que te vayas!- alzo la voz, LuHan levanto su cabeza para mirarlo mejor a los ojos.

-¿Pe-pero…?- el nudo en su garganta no lo dejaba hablar.

El castaño se levantó, rápidamente tomo la playera del rubio y luego lo tomo a él de los brazos levantándolo.

-¡Aagh!- se quejó LuHan su piel estaba muy lastimada y el movimiento tan repentino provoco una punzada de dolor en su espalda baja, casi a rastras fue llevado a la puerta, el alto abrió y sin cuidado lanzo al rubio fuera de su apartamento, LuHan choco secamente contra la pared frente a él y cayó al piso temblando, su arrugada playera golpeo su rostro y el sonido de la puerta siendo cerrada fuertemente resonó en su cabeza, sus ojos abiertos en su totalidad y su labio temblando, aun no creía lo que acababa de pasar.

SeHun lo había echado de su apartamento sin más, lo había usado y desechado. Desconcertado lentamente se puso de pie, con sus temblorosas manos subió sus pantalones, se puso la playera  y con trémulos pasos se fue del lugar.

…  …

 

El frió de la noche y la brisa chocaban en su piel, su piel estaba marcada con manchas ligeramente rosa oscuro que en poco se tornarían de un feo color purpura, su cuello, brazos y espalda tenían marcas de mordiscos las cuales ardían, chupones y más chupones decoraban todo su pecho y más partes de su cuerpo, todo su cuerpo dolía, pero su alma estaba agonizando en esos momentos, se sentía usado y sucio.

No supo en que momento llego hasta un parque, se sentó lentamente en una de las bancas y comenzó a llorar, ¿de dónde podían salir tantas lágrimas?  Llorar era lo único que había estado haciendo desde su primer encuentro con el castaño y las lágrimas parecían no querer acabarse.

Su madre y su pequeña hermana estarían muy decepcionadas de él, se sentía miserable porque ni siquiera podía hacer feliz a sus difuntas y adoradas mujeres, era un desastre y él lo sabía pero el amor de su vida lo valía todo, hasta su orgullo y dignidad.

-Te amo- susurro al aire y entre sollozos y quejidos se derrumbó en el lugar.

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

Sus lágrimas no paraban y sus sollozos eran audibles, caminaba por las calles llorando a mares como un niño pequeño al que no le cumplen un capricho, su corazón se encogía y dolía, dolía demasiado, a paso lento seguía caminado y de vez en vez pateaba o manoteaba a lo que se atravesara en su camino, se debería de ver como tonto haciendo eso, desquitándose y gritándole a una lata de cola  “¡Muévete no estorbes!”  Pero parecía no importarle en ese momento, solo quería desahogar su enojo y las latas, papeles y basuras eran más fáciles de golpear pues estas no se defenderían.

 

 

Después de ver como su amado castaño se retiraba del lugar y pensarlo por un momento se decidió, debía hablar con él y aclarar todo, tuvo que comprar todo lo que Chen le pidió y hacer su mejor aegyo para convencer al mayor de darle la nueva dirección del castaño, pero al fin lo consiguió. Llegando casi que al mismo tiempo que el alto, miro atentamente como este pasaba de largo dejando al portero con la palabra en la boca, lentamente se adentró en el lugar y saludando amablemente al portero le indico que esperaría a alguien, este le dijo que se sentara en el sofá blanco y grande que había en medio del salón.

Casi dos horas habían pasado y él seguía allí sentado debatiéndose entre entrar o no, decidido a dejar la cobardía por un momento se puso de pie y se volvió  pero su cuerpo se paralizó al ver como un rubio nervioso pero también decidido caminaba hacia el ascensor, sus ojos en segundos se empañaron y su pecho dolió, el castaño claramente había dicho que tenía algo más importante que ellos para hacer y que otra explicación había para que LuHan se encontrara en el mismo edificio en el que SeHun vivía.

Sus piernas flaquearon y cayo de lleno otra vez en el sillón, las lágrimas querían salir pero él lo soportaba, era imposible que después de tanto daño causado SeHun aun quisiera verse con el rubio, era imposible que el rubio después de la humillación a manos del castaño aceptara pero más imposible aún era que SeHun le estuviera haciendo esto.

Quiso saber que estaba pasando allí y rápidamente se dirigió a la habitación del castaño, sus piernas temblaban de anticipación y en el interior quería que todo fuera una simple coincidencia, que nada malo estuviera pasando, el timbre que indicaba la llegada a el piso lo saco de sus pensamientos y a paso lento camino por el pasillo hasta encontrar el número 333, su sorpresa fue grande al encontrar la puerta entre abierta, lo pensó por un momento y tomando con su temblorosa mano la manija de esta entro en silencio, contemplo por un momento la estancia hasta que lo que parecían voces llamaron su atención, con parsimonia camino hacia el cuarto del que creía provenían encontrando esta puerta cerrada, se maldijo por no poder ver lo que había adentro y se lamentó, derrotado bajo su cabeza y suspiro.

-¿Qué? ¿No quieres demostrarme tu amor?- la inconfundible voz de su amado castaño se escuchó atreves de la puerta.

-Sí, pero…-  y esa era en definitiva la voz que tanto miedo temía escuchar. Confirmando sus sospechas, su pecho se oprimió.

-¿Entonces?- solo escuchaba pero moría por ver -¿recuerdas LuHan?- el tono de voz del castaño bajo solo un poco, casi melancólico y esto puso aún más nervioso al pequeño oyente.

-¿Recuerdas cuando lo hacíamos y repetías una y otra vez…?- la frase se cortó pero Kyung escucho lo suficiente para permitir que sus lágrimas salieran al fin.

-S-si-  sus manos temblaban.

-¿Recuerdas cuanto lo disfrutabas?-  la voz del castaño era áspera y el miedo de KyungSoo crecía más y más.

-¡Hgm!-  escucho gemir fuertemente a LuHan y por impulso abrió lentamente la puerta agradeciendo que esta no tuviera el seguro, lo que vio confirmo sus más profundos temores y partió una vez más su pobre corazón, su amado castaño se encontraba sobre un casi desnudo LuHan jadeante, acariciando sus pezones mientas él otro gemía.

-¿Por qué lo disfrutabas no?- escucho como SeHun le preguntaba y luego se dirigía a devorar los botones del rubio, la lujuria y el deseo impregnaban el lugar, el pequeño solo observaba con el corazón en la mano.

-¡Aagh! Se-SeHun…- gimió LuHan sus lágrimas no paraban de salir.

-¿Lo disfrutabas?-

-Sí, pero SeHun…-

-¿Quieres que lo haga de nuevo?- KyungSoo negaba y rogaba para que el rubio tuviera la dignidad suficiente y dijera que no.

–Si dices que sí, tendrás la oportunidad de recuperarme – su mundo se vino abajo, “oportunidad de recuperarlo, acaso le estaba dando otra oportunidad… y él ¿dónde quedaba?”

-¡Mngh!- el pequeño veía lo que parecía ser placer en el rostro del rubio y sintió envidia de no ser él quien estaba en esa posición, SeHun nunca lo toco de esa manera es más ni siquiera lo tocaba de alguna otra manera y eso lo entristecía pero también enfurecía.

-Pero…- volvió a hablar SeHun, la excitación era evidente en su voz, respiración y mirada.

–Si dices que no, me detendré… todo se abra acabado y desapareceré, me alejare LuHan y nunca me volverás a ver- aseguro el castaño y KyungSoo casi quiso gritar un NO, pero se contuvo, esperando ansioso la respuesta de LuHan, estaba casi seguro de que este diría que no pero la respuestas del rubio desconcertaron tanto a SeHun como a él.

-Te amo SeHun-  “¡TRAIDORES!”  gritaba KyungSoo en su interior y la ira crecía.

-¿Eso es un sí?- pregunto sonriendo SeHun “¡A mí nunca me sonríe!”  lo torturaba su mente.

-Si- la palabra y el beso tan lleno de pasión que planto su castaño en los labios del rubio fueron la puñalada final y decisiva, ahogándose en lágrimas y dolor salió sin ser visto del lugar.

  

 

Sentía envidia de que el rubio pudiera disfrutar de esa faceta que tenía el castaño, envidia de que fuera él quien recibía los besos de este, que fuera él quien ponía de esa forma al alto. Sentía también ira y rencor hacia ambos, SeHun lo traiciono, traiciono su amor puro y verdadero, lo engaño, le mintió y lastimo, mientras que el rubio que una vez le sonrió, acogió, ayudo y prometió ser su amigo lo traicionaba también de esta manera “¡AMIGO!… mi sombra”  como podía el rubio caer tan bajo y arrastrarse de esa manera, acaso no se valoraba, pero igual quien era él para decirlo si él también había hecho algo parecido por el castaño.

Una vez más su mente lo atormentaba con frases como “No eres suficiente, nunca lo igualaras, poca cosa, eres muy feo para él, te falta mucho, no estas a su nivel”

Su autoestima no era el mejor, al compararse con el rubio tenía mucho que envidiar, este era alto, muy atractivo, delicado y sutil, amigable, cariñoso, su sonrisa era hermosa al igual que sus ojos su piel blanca y nívea y un esbelto cuerpo, pero él era enano, feo, desaliñado, antisocial, callado con su piel algo morocha, sus ojos eran enormes y su sonrisa muy exageradamente grande y no le gustaba, definitivamente no le gustaba su cuerpo.

Caminaba por las calles sin saber a dónde ir, su nariz y ojos rojos, sus mejillas empapadas en lágrimas y sorbiendo fuertemente hipando en silencio, definitivamente se vería mucho más feo ahora, molesto por esto le dio una patada a otra indefensa lata, esta revoto fuertemente.

-¡AAHHg!- se quejó alguien, al parecer la lata había golpeado a esa persona, asustado por lo que pudiera encontrar el pequeño levanto su mirada nervioso encontrándose con alguien levemente encorvado sobando su rodilla.

-¡Lo siento!- se disculpó tiernamente acercándose al lastimado joven.

-¡Toma distancia, eres un peligro!- alegaba mientas manoteaba con su mano para que el otro se alejara.

-En-en verdad lo siento, yo-yo no quería… es… ¡Usted se atravesó en mi camino!- le acuso el pequeño señalándolo.

-¿EEHHH?- indignado por la acusación el otro se irguió rápidamente -¡Yo solo pasa cuando de repen…- su tono de voz fue bajando hasta que quedo en silencio, sus ojos estaban viendo la imagen más triste pero también la más tierna.

“-¿Qué le paso?, ¿alguien lo hizo daño?, ¿Por qué llora?, ¿y si le duele algo?, ¿si le hicieron daño?-”  Se preguntaba mentalmente preocupado por el menor, el cual al ver de quien se trataba se alejó unos pasos en seguida, debía mantener distancia con él pues lo hacía sentir raro.

-¿Estas bien?- pregunto el moreno, el otro se sorprendió un poco, pensó que JongIn le seguiría reclamando por el golpe pero este le preguntaba si estaba bien -¿KyungSoo?- pregunto otra vez acercándose un poco, el bajo no respondía y simplemente miraba a la nada, en la cabeza del pequeño se repetía una y otra vez su nombre siendo pronunciado con la varonil pero suave voz del moreno.

“-¿Por qué su nombre sonaba diferente cuando salía de la boca de ese sexy moreno?-”  

-Hey… ¿estás bien?- lo llamo otra vez, KyungSoo reacciono, dándose cuenta de la cercanía del otro retrocedió un paso.

-S-si- dijo y bajo su mirada.

-No parece- JongIn se molestó por la acción del otro.

-Pues si estoy bien- respondió con el mismo tono abriendo un poco sus ojos.

-¿Estás seguro?-

-Sí, ¿que no me ves?- decía alejándose y abriendo sus brazos –estoy más que bien- sonrió falsamente.

-Entonces ¿Por qué lloras?- KyungSoo no se dio cuenta cuando el alto acorto la distancia y le acariciaba con tanta delicadez la mejilla limpiando sus lágrimas, el tacto era cálido y suave.

-¿Por qué lloras pequeño?- volvió a preguntar mirando atentamente el rostro afligido del otro mientras llevaba su otra mano a la mejilla descubierta y limpiaba las lágrimas allí también.

-Y-yo…- esta vez su cuerpo no tembló, al contrario dejo de temblar, su respiración se normalizo y la calidez lo envolvió.

“-¿Por qué?, ¡para ya corazón! ¿Por qué me siento tan raro con él?-”  Se regañaba mentalmente.

-No llores…- le pidió suavemente el alto al ver que no respondía, Kyung lo miro esta vez enfocando bien su mirada –Cualquier cosa que sea… no merece tus lagrimas- le regalo una pequeña sonrisa.

El corazón de KyungSoo dolió más. Es SeHun quien debería estar consolándolo no un desconocido y es por SeHun por quien debería sentirse así no por un desconocido, de nuevo sus lágrimas emprendieron camino y su llanto aumento, preocupando y entristeciendo aún más a JongIn.

-Basta, por favor…- le pidió el moreno limpiando sus lágrimas en vano pues otras mojaban las mejillas de inmediato, desesperado por lograr que el pequeño se calmara beso su frente y lo abrazo, se sorprendió a sí mismo un poco pero después se sonrojo y avergonzó aún más, apretando su agarre comenzó a mecerse lentamente y a tararear una canción de cuna.

El llanto de KyungSoo se incrementó a tal punto de ser desgarrador, las acciones del moreno lo conmovían demasiado ¿Quién era ese hombre, de donde salió, acaso era un ángel, un espejismo?  ¿En verdad exista alguien así?

-Calla mi vida, no hay que llorar… Duerme y sueña feliz… Siempre tú debes mi arrullo llevar,

 Así yo estaré junto a ti-  Canto suavemente el alto mientras acariciaba la espalda del pelinegro, los sollozos se detuvieron y KyungSoo se calmó al fin.

-Mi madre decía…- dijo Kai separándose del otro para mirarlo a los ojos y limpiar nuevamente sus  mejillas –que una canción de cuna, calma cualquier llanto y dolor- volvió a sonreírle – Sé que aun duele, pero no llores más ¿sí?- le pidió suplicándole con la mirada. Instintivamente el bajo asintió sus ojos fijos en los del castaño.

-Bien- JongIn se quitó su chamarra y se la puso cuidadosamente al pequeño – no queremos que enfermes- dijo a su mirada confundida –vamos- lo tomo de la mano y lo guió, caminaban lentamente, el bajo siendo arrastrado suavemente por el moreno, la calidez que emanaba el cuerpo de este era abrumadora y su interior se estaba quemando entero.

No supo en que momento llegaron hasta la puerta de su casa, el moreno le sonrió mientras buscaba en  los bolsillos de su saco algo, este saco sus llaves y abrió lentamente la puerta, volvió a tomarlo de la mano y lo guió hacia dentro.

Para un preocupado y casi lloroso MinSeok fue una sorpresa encontrarse con un muy tranquilo Kai llevando de la mano a lo que parecía un tieso KyungSoo, el peli rojo quiso interrogar a su amigo pero este lo callo poniendo su dedo índice en sus labios y susurrando un “Shhh”  siguió adelante.

El peli rojo no entendía nada, el moreno había salido desesperado a buscar a su “ángel”  y había vuelto con su primo en estado de Shock… ¿Qué estaba pasando?

Lentamente llegaron hasta la habitación del pequeño, al cruzar está el alto quito los sacos del menor, soltó algunos botones de su camisa y lo sentó en la cama, levantando así sus pies y quitando sus zapatos lo recostó por completo, cubriendo el pequeño cuerpo con una cobija.

-Calla mi vida, no hay que llorar… Duerme y sueña feliz… Siempre tú debes mi arrullo llevar,

 Así yo estaré junto a ti-  volvió a cantar cerca de su rostro y depositando atrevidamente otro beso en su frente se retiró de la ahora oscura habitación.

Los ojos de KyungSoo se cerraron lentamente sin ningún esfuerzo y de alguna manera a pesar de lo sucedido en esa tarde noche durmió como un angelito.

… …

 

Kai respiro profundo y apoyo su frente en la puerta del menor, estaba sorprendido por su comportamiento hacia el pequeño y por lo que este le causaba, su mente estaba echa un caos, sus sentimientos estaban aún peor, hasta hace poco creyó estar profundamente enamorado de su niño pero ahora, no sabía qué hacer, ese pequeño salvaje como había decidido llamarle había logrado lo que nunca antes nadie logro, poner a su pequeño ángel en segundo plano.

No pudo evitarlo al ver la cara de dolor y tristeza del pequeño y el cómo las lágrimas lo mojaban, sus ojos y nariz rojos, su pecho se oprimió y sintió la necesidad de calmar al pequeño chico lindo.

-¿Qué me estás haciendo?- susurro aun contra la puerta –No sé qué hacer- jalo con desespero de su cabello.

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

KyungSoo permanecía sentado en su cama en completo silencio, su cabello algo despeinado, su ropa arrugada y por alguna razón su corazón latía velozmente, todo estaba bien hasta que recordó lo ocurrido la noche anterior, la traición de su amado, el dolor tan inmenso que sintió al sentirse tan poca cosa, la tristeza y las lágrimas que derramo, el encuentro con ese moreno problema, la tranquilidad que sintió y la calidez que lo abrigo cuando este lo consoló y le canto esa hermosa canción de cuna, lo especial e importante que lo hizo sentir, y como sus lágrimas dejaron de salir con tan solo una petición de este.

Una sonrisa comenzaba a formarse en sus labios con las imágenes de su tan dulce encuentro con ese moreno, pero esta se borró de inmediato cuando su cabeza comenzó a juzgarlo, criticarlo y regañarlo, haciéndolo ver la realidad, SeHun debería haberlo consolado, abrazado y besado como lo había hecho JongIn, él debió haber estado con él no revolcándose con su ex.

Los gemidos de ambos resonaban en su cabeza y la ira creció, era él quien debía gemir así, era él quien debía sentir ese placer, tenía a SeHun pero lo quería completo en su totalidad, quería sus manos repartiendo suaves y exquisitas caricias por su cuerpo, quería probar en todas las maneras esos provocativos labios, desde un beso dulce a uno salvaje, quería experimentar ese placer, gemir su nombre y sentir dentro a su amado, sentirse completamente lleno, hacer las más grandes locuras con él, porque por él haría hasta las más raras posturas y las cosas más extrañas, nunca lo había hecho y para él era asqueroso pero si era por SeHun hasta podría porque no ponerlo en su boca.

En algún momento comenzó a hacer más calor de lo normal, su cuerpo temblaba y respiraba agitadamente, sus ojos se habían cerrado y disfrutaba de las imágenes en su cabeza, de repente abrió desmesuradamente sus ojos y salto de la cama, su mirada era la confusión en vida, no solo las palabras y los pensamientos que tuvo lo tenían desconcertado si no el repentino cambio de color que tuvo la piel del sexy cuerpo que lo llenaba de caricias y besos en su descabellada fantasía momentánea, además de la hermosa y profunda voz con el tono sexy inconfundible pronunciando su nombre “KyungSoo”, sus ojos se llenaron de lágrimas que rápidamente recorrieron sus mejillas y completamente frustrado se jalo el cabello con ambas manos.

-¿Por qué?- susurro entre el llanto mientras apretaba con una mano la parte izquierda de su pecho en donde su ahora muy confundido corazón habitaba…

 

 

 

 

… …

 

 

 

 

El olor a café recién hecho inundaba por completo la amplia y elegante cocina, el sonido de los huevos rancheros recién puestos en la sartén era lo único que se escuchaba en este lugar después de todo era un silencioso Kai el que cocinaba.

La mano que se mantenía en movimiento evitando que los huevos se pegaran se detuvo en seco, levanto la mirada y esta se perdió en los azulejos de la pared, el día era hermoso y habría sido un excelente despertar de no ser por el pequeño rubio que ahora dormía en su cama.

Después de decirle a MinSeok que simplemente se había encontrado al pequeño deambulando por las calles y se vio en la obligación de llevarlo a casa, excluyendo muchos otros detalles y pedirle que cuidara de este ya que se encontraba mal, se dirigió a descansar.

De vez en vez una sonrisa sincera se dibujaba en su rostro, recordando  para él el vergonzoso pero también tierno momento que había pasado con el peli negro, su corazón latía y latía cada vez más rápido, se sintió triste por el dolor que reflejaba el otro pero aun así el hecho de que él un desconocido para el pequeño hubiera hecho que dejara de llorar lo hacía sentir útil y especial, con la tierna imagen de un tranquilo y angelical rostro y de los labios más apetecibles y hermosos que había visto se dejó caer en sueños.

Pero su tranquilidad fue interrumpida cuando los fuertes y desesperados golpes en su puerta lo despertaron solo un poco, quitando importancia a este hecho quiso volver a dormir pero la profunda voz de su mayordomo se lo impidió.

-¿Señorito?- pregunto suave.

Kai se mantuvo quieto, esperando a que este se cansara en algún momento de llamarlo y así poder volver a dormir.

-El Señorito LuHan esta…-

-¡KAI!- el desgarrador grito interrumpió al hombre mayor y puso de punta los bellos del moreno.

Cuando la terrible imagen de su rubio irrumpió en la habitación azotando la puerta, su cuerpo tembló y al ver el estado en el que venía este algo sucio, completamente despeinado, la ropa arrugada y su rostro bañado en lágrimas recordó porque había salido esa noche.

“-¡Mierda, mierda, mierda, mil veces mierda!-”

Su corazón se oprimió a mas no poder cuando el frio y tembloroso cuerpo del rubio menor se lanzó sobre él y lo apretujo fuerte, los sollozos de LuHan retumbaban en sus oídos y viajaban directamente hasta su corazón y conciencia, apuñalando al primero una y otra vez y gritándole al segundo “¡Es tu culpa!”, no podía pensar en otra cosa que no fuera el porqué del llanto del otro  ¿Y si alguien lo había lastimado? Si así fuera él se encargaría de dañarse a sí mismo por tal descuido.

Con temblorosos brazos correspondió al fuerte abrazo y besando una y otra vez su cabeza lo mecía suavemente.

-Ya… está bien, cal-cálmate… por favor- pedía en un susurro ahogado, llorando en silencio ¿Qué había hecho?  Olvido por completo a su pequeño Ángel eso había hecho y se sentía como la peor mierda de todas –Basta, no-no llores… por-por favor LuHannie- entre el llanto se hecho lentamente hacia atrás y con cuidado se acostó aun con el rubio en sus brazos.

Las tres de la madrugada marcaba su reloj de mesa y su preocupación aumentaba al querer saber ¿de dónde carajos venia y quién demonios se había atrevido a hacerle daño?  

Casi dos horas después el llanto del menor había parado y solo quedaba el rastro seco de las lágrimas, su cuerpo se relajó y pudo maniobrarlo para ponerlo en una posición más cómoda, quedando así frente a frente pudo observar con atención las finas y delicadas facciones del otro, con su mano acaricio suavemente la mejilla de este, continuando con el contorno de su oreja, el flequillo, los ojos, la curvatura del cuello y finalmente el mentón y los labios, deteniéndose en estos últimos.

Una sonrisa se formó en su triste rostro al recordar el día en que conoció a esa hermosa criatura, el como esos llorosos y angustiados ojos lo salvaron de la obscuridad, el cómo hacer sonreír a ese pequeño se convirtió en su misión y cuidar de su bienestar un inmenso gusto.

  

Tres años atrás…

El cielo estaba gris, el clima frió y húmedo por la pequeña brisa, la suave ventisca acariciaba su piel y provocaba una corriente en su cuerpo, sus zapatos de charol estaban manchados por el lodo, su carísimo y elegante traje negro en su totalidad contenía pequeñas casi diminutas gotas de agua, prueba de la tormenta que se avecinaba, sus manos hechas puño resguardadas en los bolsillos del pantalón, suaves toques en sus hombros y palabras susurradas a las cuales no presto la más mínima atención.

Todo a su alrededor seguía su curso, el tumulto de gente que había se dispersó rápidamente, todos marchándose una vez comenzó a llover, corriendo por llegar a sus lujosos autos para evitar que las carísimas ropas se mojaran  “Hipócritas”  pensaba mientas los observaba aun de pie en medio de la lluvia.

Él sabía perfectamente que ninguno de ellos era amigo de sus padres o al menos de la familia, solo habían asistido por la imagen que darían a los reporteros que se encontraban fuera de las enormes puertas del lugar esperando por obtener su primicia. Todo seguía moviéndose, excepto él, quien aún mantenía su mirada fija en la reciente lapida puesta. 

“Sr. Y Sra. Kim he hijo” 

Se leía en la posta de piedra que se encontraba adornada de enormes ramos traídos por los “Amigos”  de los difuntos, ramos que una vez quedo solo mando a quitar con uno de los trabajadores del lugar, no quería la hipocresía de esa manada de interesados. Aun si el agua escurría de su traje y el frió lo invadía seguía allí de pie observando y leyendo una y otra vez sin poder creérselo, las peticiones de William el fiel mayordomo de la familia para que se fueran del lugar fueron en vano, manteniéndose este a una distancia prudente pues sabía que su Señorito necesitaba espacio para asimilarlo todo.

Después de lo que parecieron horas su cuerpo al fin reacciono, caminando lentamente hacia ningún lugar en sí, en su cabeza solo se preguntaba ¿Por qué, por qué, por qué? Acaso así de injusta era la vida, sus amados padres y su pequeño hermano no merecían morir y menos de esa manera, ¿Por qué las personas más buenas son las que se deben ir?

Kim JoongKi  además de que era un empresario muy respetado también era un excelente padre y esposo, respetuoso, amable, cariñoso, comprensible, tal vez estricto y recto pero muy amoroso y entregado a su familia, Yoon Bora era la mejor mamá del mundo, bondadosa, tierna, cariñosa, entusiasta, positiva, persistente y algo alocada pero una mujer llena de amor y su pequeño hermanito TaeMin el niño más activo y alegre que había conocido, curioso e inteligente ¿Por qué privar al mundo de tan hermosas y valiosas personas?

Las lágrimas después de mantenerse ocultas comenzaron a recorrer su rostro, su cara se desfigura con una mueca de dolor e hipaba suavemente tratando de callar los sollozos  al recordar el cómo había sido un mal, pésimo, una mierda de hijo, como le había pagado a su madre noches de desvelo y cuidados y a su padre horas interminables de trabajo con malas notas, borracheras, insultos, mal comportamiento, gritos y una vez hasta un golpe, el cómo grito muchas veces a su pequeño hermano solo porque este le pedía que le enseñara algo o jugara con él.

Su corazón dolió más al recordar como hace unas pocas semanas en medio de su rebeldía se negó a ir con su familia a visitar a sus abuelos provocando otra discusión llena de insultos y palabras hirientes hacia sus progenitores.

-¿Qué es lo que tengo que hacer para que seas feliz? Dímelo Kai y lo haré – fueron las suplicas de su madre en  medio de lágrimas.

-¡DESAPARESCAN!- grito él lleno de ira -¡Salgan de mi vida… y llévense al mocoso también! Así seré feliz- esa fue su petición antes de salir de casa.

-Están muertos- la afligida afirmación de su mayordomo fue lo que cabo su tumba –Lo siento Señorito-  la realidad lo golpeo fuerte y la culpa se adueñó de él.

-Estamos haciendo lo posible… pero no hay muchas posibilidades- le decía el doctor mientras él acariciaba la pequeña mano de su hermano y lloraba como nunca.

-Él lo hará… se recuperara… lo hará- repetía  una y otra vez en medio del llanto.

-Lo siento mucho- fueron las palabras que terminaron por acabar con su cordura y lo hundieron  en la oscuridad, luego de dos días de lucha su hermanito había dejado de respirar.

No era cierto. Él no los quería fuera de su vida, no quería que desaparecieran, no quería que murieran, era él quien merecía morir y si ese era el destino él debió haber ido en ese auto y ser la única víctima fatal, su pecho dolía, estaba solo, las personas que siempre estuvieron con él sin importar que, quienes lo amaron incondicionalmente y solo querían su bien, se habían ido y no había manera de traerlas de vuelta. Quería las palabras y elogios de su padre, los abrazos y besos de su madre y oír una vez más la risa y los gritos de su hermanito y solo había una forma de hacerlo… ir con ellos.

Aunque dudara que una vez muriera fuera al mismo lugar que esas maravillosas personas, lo intentaría y vendería su alma al diablo con tal de poder ver una vez más a su familia y pedirles perdón.

Decidido apresuro su andar, quería acabar con ese dolor y lo haría de inmediato, a unos metros de la puerta un fuerte y desgarrador grito lo congelo, sin saber cómo o por qué se encontraba caminado en dirección a este, segundos después los sollozos se hicieron escuchar y la imagen de un chico de rodillas frente a las lapidas y llorando desconsoladamente, lo observo por un momento y se preguntó si así de derrotado se veía él.

-Lo siento- escucho que este susurro –Lo siento mucho, so-soy un cobarde- seguía hablando bajito –pero… no puedo no-no sin ti o Hunnie- el chico mantenía su mirada baja y temblaba –Quiero ir contigo… mami llévame contigo por favor- pedía el pequeño rubio.

De pronto su corazón se detuvo cuando vio entre las manos del otro lo que parecía ser una pequeña cuchilla de afeitar y como este sin vacilar la llevaba directo a incrustarla en su muñeca, algo, no supo que, una fuerza interior tal vez lo impulso y rápidamente llego al pequeño tomando la mano con el objeto y deteniéndola firmemente.

-¡¿Qué haces?! …¿Acaso estás loco?- primero grito  pero después casi susurro, el rubio desconcertado levanto su mirada y clavo sus rojos he hinchados ojos en los contrarios.

Kai se llamaría a si mismo loco al pensar que esos eran los ojos más hermosos que había visto en su vida después de los de su hermosa madre, las llorosas perlas lo consumieron y atraparon de inmediato, su corazón dio un brinco y su estómago se retorció.

-N-no lo hagas- pidió al chico que lo miro extrañado –por-por favor no lo hagas- volvió a repetir más alto, quito el filoso objeto y lo lanzo lejos.

-¿Cómo te llamas?- le pregunto mientras acariciaba las mejillas de este para limpiar las lágrimas.

-Lu-LuHan- contesto después de unos segundos.

-¿Cuántos años tienes?- volvió a cuestionar.

-Di-diez y si-siete- el pequeño estaba confundido.

-Tengo diez y ocho, soy tu Hyung así que tienes que obedecerme- dijo soltando una risa –y te prohíbo hacer o siquiera pensar en eso otra vez, ¿de acuerdo?- otra vez actuó sin saber por qué y envolvió sus brazos alrededor del frió y delgado cuerpo.

-Llora… es lo mejor- le dijo suavemente y el llanto de este no se hizo esperar. 

“No te preocupes LuHan… mi nombre es JongIn y de ahora en adelante seré el escudo que te proteja y cuide pequeño ángel”

  

Solo unos meses después se dio cuenta de que estaba perdidamente enamorado del pequeño rubio, pero ahora… su cabeza era un lió.

¿Desde cuándo olvidaba a su rubio de esa forma?   Justo ahora se sentía más culpable al estar pensando en lo que el pequeño de labios carnosos provocaba en él, ¿qué era eso más fuerte como para olvidarlo a él?

-Lo siento- susurro quedito, justo estaba tratando de descifrar que era ese extraño sentimiento hacia el pequeño salvaje, cuando su otro pequeño se encontraba en ese estado “-Basura… una basura eso soy-”  se dijo así mismo. Lentamente se acercó hasta quedar a milímetros de los labios contrarios.

-En verdad lo siento- volvió a susurrar y terminando con la distancia entre ellos, beso los fríos labios del menor, suave y sutil como siempre lo hacía, la culpa lo golpeo de nuevo al estar aprovechándose así de los indefensos labios, pero no podía evitarlo de igual forma siempre lo hacía cuando el rubio estaba completamente dormido para que así este no se diera cuenta. Y como las otras veces quiso arriesgarse y con pequeños movimientos tomo entre su boca la del menor y segundos después como siempre fue lentamente correspondido por un muy dormido LuHan.

Para él era extraño como el rubio correspondía a sus besos pero al día siguiente ni los recordaba, la primera vez que le paso se asustó bastante al sentir el movimiento sutil de los contrarios,  aun así su corazón se rompió meses atrás cuando en medio del beso LuHan llamo a su “SeHunnie” , los suaves movimientos continuaron por un momento y con un pequeño mordisco se despidió de la cálida boca del menor. Respirando profundo se acomodó para dormir también, o al menos tratar de hacerlo.

… …

El olor a quemado y el humo a su alrededor lo trajeron de vuelta, mirando asustado como el limpión que usaba para sostener la sartén se consumía rápidamente por las llamas, arrojándolo rápidamente lejos tomo otro y bajo el ahora quemado pedazo de metal, dejándolo furioso en el lavaplatos.

-¡AAAGH!- grito mientras jalaba fuerte de su cabello y lo despeinaba. Al final solo pudo aceptar la ayuda de su mayordomo y poder darle a LuHan un desayuno decente y comestible.

Lentamente se acercó a la cama y con cariño aparto el cabello que caía sobre los ojos de este, perdiéndose en  la belleza del rubio se acercó y nuevamente planto un beso en esos  deliciosos labios, fue  solo un pequeño rose pero al moreno no le importaba como fuera o lo que durara para él el solo sentirlo era suficiente. 

Se separó y esta vez un sentimiento diferente reinaba en su interior, se sentía diferente de las otras veces y definitivamente no fue a LuHan a quien beso, o eso le quiso hacer creer su loca cabeza al mostrarle la imagen de un dormido y tranquilo chico de labios carnosos.

-Lu-LuHannie…- lo llamo después de unos momentos congelado –LuHannie, despierta pequeño- mecía el cuerpo de un lado a otro suavemente para despertarlo, el menor lentamente abrió los ojos y lo miro fijamente, Kai trago fuerte la mirada de LuHan cada vez se veía más apagada, sombría y eso lo mataba por dentro.

-Vamos, a desayunar- le ayudo a ponerse de pie, el menor no pronunciaba palabra solo se dejaba llevar por el moreno, caminaron lento hasta la puerta pero LuHan se detuvo en seco, alertando a Kai.

-¿Qué ocurre?- pregunto pero el otro no hablo solo miraba atentamente su propia ropa, el moreno después de unos segundos intuyo que era lo que pasaba -¿Quieres tomar una ducha?- volvió a cuestionarle pero de nuevo no obtuvo respuesta alguna, derrotado lo llevo de la mano hacia el cuarto de baño, lo sentó en el escusado y preparo el baño para él. Una vez término quiso ayudarlo con la ropa pero el menor se opuso abrazándose  asimismo y negando rotundamente, aun sin comprender el extraño comportamiento del pequeño salió del cuarto pero se mantuvo cerca de la puerta.

Tenía muchas cosas por hacer, entre esas la más importante era aclarar su cabeza y sentimientos, realmente se sentía confundido, atrapado entre la espada y la pared, por un lado tenía a su pequeño ángel quien había sido cruelmente herido por el imbécil innombrable, por el otro tenía a su otro pequeño salvaje quien era el actual novio de el imbécil innombrable.

Soltando una risa irónica al aire se dio cuenta de algo, la raíz de sus problemas era ese imbécil innombrable.

Después de unos minutos, considero que ya era bastante tiempo como para que LuHan siguiera en la ducha y sin previo aviso abrió la puerta del baño, encontrándose con una horrible imagen para él. Su niño se encontraba de pie frente al espejo observándose atentamente, los ojos del moreno recorrieron lentamente el cuerpo desnudo del rubio, detallando una a una las marcas de mordiscos y uñas, los moretones y chupones y lo que más lo sobresalto fue la mancha seca de sangre que se extendía por medio de las delgadas piernas, su corazón se oprimió una vez más al ver la imagen tan decrepita y lastimada de su adorado niño pero segundos después la ira lo envolvió y a pasos largos llego hasta el menor y tomándolo por los hombros lo encaro.

-¡¿QUIEN FUE?!- le grito, pero LuHan simplemente lo observaba -¡DIME LUHAN ¿QUIEN FUE?!- seguía gritándole, el menor no respondía y JongIn se rompió, llorando acaricio el cuerpo del otro –mírate… ¿Quién se atrevió?- en medio de las lágrimas tomo las mejillas de LuHan y las acaricio también –Per-perdóname… es mi culpa, yo-yo lo siento- disculpándose una y otra vez abrazo al más joven acariciando sus cabellos.

-Terminaste- hablo fríamente LuHan sorprendiendo a su amigo.

-¿Quién fue LuHan? Dime quien lo hizo para…-

-¿Qué harás?- le cortó el menor manteniendo su frio tono de voz.

-Yo… yo… yo lo matare, matare a quien se atrevió a tocarte, lo mata…-

-¡No lo permitiré!- alzo la voz LuHan.

-¿Q-que? LuHan te lastimo, te… abuso de ti y tiene que pagar…-

-¡Te equivocas!- volvió a gritar, LuHan estaba defendiendo a su agresor y esto confundía a Kai.

-¡Mírate LuHan! Y estas marcas ¿Qué significan?-

El rubio bajo su mirada y con una de sus manos acaricio la marca purpura en su muñeca contraria sonriendo tristemente.

-Él… él simplemente me demostró lo mucho que me ama- susurro y lo dijo tan rápido que Kai no le entendió muy bien.

-¿Qué?-

-Él me ama- volvió a decir más alto y el mundo de Kai colapso una vez mas no podía ser cierto. LuHan no haría algo así.

-No… LuHan dime que no lo hiciste- casi le rogó.

-¿Hacer que?- pregunto indiferente.

-Fue SeHun ¿cierto?- el rubio no contesto simplemente bajo la mirada confirmando así las dudas del otro -¡ESE MALDITO!- grito mientras golpeaba todo a su paso -¡LO VOY A MATAR!- rápidamente se dirigió hacia la puerta.

-¡KAI!- le llamo LuHan deteniéndolo en seguida –ni se te ocurra siquiera acercarte a él- sentencio el menor, fuera de lugar por lo que escucho miro al otro desconcertado.

-¿Qué…- suspiro –LuHan ¿que no vez lo que te hizo? Eso se llama violación-

-¡CLARO QUE NO!- grito -¡ESTO!- se señaló a sí mismo – es porque lo amo- dijo decidido.

-¡NO! Eso no es amor LuHan… ¡NO SEAS TONTO!- ambos se encontraban de cerca gritándose –Iré a partirle la cara a ese hijo de…-

-¡NO! Basta Kai, si lo tocas… olvídate de mí- amenazo.

-¿Qué?-

-Si lo tocas, olvídate de mí Kai, de que me conociste, de nuestra amistad, olvídate de que existo- dijo esta vez más convincente. Kai lo miraba triste.

-No… no puedes hacerme esto- las palabras salieron en un susurro –no serias capaz-

-¿A no? ¿Quieres ver que lo haga?- dicho esto se puso la playera y el pantalón una vez más y salió rápido de la habitación, siendo alcanzado por su amigo en las escaleras.

-¿Por qué LuHan?- el rubio sabía que su amigo estaba llorando pero no le importó mucho en ese momento.

-Por qué lo amo- contesto en seguida.

-Pero él a ti no-

-Lo sé- sonrió triste y miro a los ojos del otro –y fue mi culpa, pero no te preocupes… lo recuperare- aseguro – y ni tu ni nadie van a impedir que lo haga, no te metas en esto Kai- volvió a soltarse del agarre y salió de la mansión de este, dejándolo totalmente derrotado llorando en las escaleras, culpándose por no ser capaz de ayudar a su ángel…

 

 

Nos solíamos amar, por favor no me hagas llorar…

Para mí no existe nadie más…

Cuando cierro mis ojos sigo viéndote…

Aun cuando cubro mis oídos puedo escucharte…

Por favor no me dejes…

La persona que yo ame, en mi luz se convirtió…

Me apartaba de la oscuridad…

Los días pasan y yo te anhelo más…

Nos solíamos amar, ya no me hagas llorar…

Para mí no existe nadie más…

Tú puedes volver atrás, sé que puedes regresar…

Y yo por ti siempre esperare…

Nos solíamos amar…

Davichi & T-ara

Notas finales:

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).