Entonces allí se encontraba, al frente de ese pelinegro con los nervios de punta, este último le miraba.. Normal mientras cruzaba los brazos de forma amenazante y el apunto de sufrir un ataque cardíaco por la tensión.
-Makoto.. No dejaré que Nanase se meta con Rin.. Mucho daño les han hecho.. Los dos.-
-Lo sé Sousuke-san.. No fue mi intención acostarme con Haru..-
-¿Crees que eso ayuda en algo? Si no tienes nada que hacer te recomiendo que te vayas.. Yo amo a Rin para que te quede claro.-
Makoto suspiró derrotado, ya sabía lo que el pelinegro sentía por el tiburón y eso era evidente en la manera que lo miraba cada vez que nadaba en las piscinas o cuando le hablaba y ese alocado plan de Haru no ayudaba. ¿Cómo debía conquistarlo si guarda sentimientos por Rin? ¿Cómo se puede hacer eso? ¿Cómo se puede sacar a alguien de lo que se siente? Bueno eso es imposible pero con tal de ver a la persona que amas bien con otra pues. El castaño amaba a Haru y lo sabía desde que eran pequeños, pero luego apareció Rin de la nada haciendo nuevos amigos y en eso se llevó a su Haru, podía saberlo cada vez que veía sus ojos azules, que lo extrañaba con todo su cuerpo y eso lo debilitaba pero supo aprender con eso con el transcurso de los años. Incluso cuando Rin volvió de Australia pudo ver un brillo extraño en sus orbes azules, su rostro no lo demostraba pero en sus ojos se podía ver un mar de felicidad, cuando Rin lo saludó solo regaló una sonrisa falsa pero que Haru ni cuenta se dio porque estaba prestando atención a cada facción que hacía el pelirrojo. De hay conoció a los otros del club de natación de Samezuka y pues no había pasado nada irrelevante hasta ahora que pasó esta tragedia, lo peor era que Rin y Haru ni siquiera eran novios y ya estaban peleados, oh Dios eso de resolver asuntos maritales no era de su agrado. Volvió a la realidad cuando ya Sousuke lo estaba echando de su casa.
-Espera Sousuke-san..-
-¿Qué quieres? Avanza necesito hacer cosas.-
-¿Quieres..? .... ¡¿Quieres salir conmigo?!-
Makoto se inclinó bruscamente hacía al frente dejándose tapar la mirada con su flequillo y cerró sus ojos fuertemente gritando esa pregunta, normalmente no gritaba cosas tan vergonzosas como esa pero quería ayudar a Haru. Sus mejillas ardían como la magna ardiente cuando sale del volcán en pleno estallido, apretó sus puños encima del pantalón blanco que llevaba puesto y sentía su respiración acelerada, el corazón latía con prisa y sus piernas perdían la fuerza que necesitaba. Sousuke no se había movido pero en su miraba se notaba la sorpresa de aquélla pregunta, el castaño se había mantenido con la mirada gacha al piso mirando sus zapatos como si fuese lo mejor del mundo pero moría por ver su rostro.
-Eeh.. ¿En qué.. Aspecto?-
-Ooh..-
El chico orca levantó su rostro bruscamente para mirarlo con nerviosismo, tenía que repetir lo mismo; otra vez más. Tragó saliva con fuerza y pasó las manos sudorosas por el mismo pantalón. Esta vez Sousuke alzó su mentón para que lo viese directamente al rostro y sintió más vergüenza que la vez anterior. Los ojos aguamarina de Sousuke lo hicieron perderse por un buen rato; eran hermosos y tenían un mundo por ellos. Los de Haruka podían ser preciosos, podrían parecerse al mar y los zafiros pero esos no se comparaban a ninguno, ni siquiera a los Rubí que poseía Rin o los magenta de Nagisa, los suyos o los de Rei que eran también hermosos.. Los de Sousuke eran únicos; pero parecidos a los del pequeño Nitori pero esos eran un poco más azules.
-Estas hecho un tomate, Makoto.-
Este último tembló al escuchar ese comentario del pelinegro, sabía que le estaba haciendo la competencia al tomate y que ganaría pero la situación no era nada cómoda. Además del tono grave que utilizó el pelinegro, eso le había acelerado el corazón. Después de unos minutos Rin apareció con unas cuantas bolsas viendo la rara situación que pasaba en el departamento de su amigo y soltó una sonrisa pícara.
-Ooh Sousuke.. ¿Seduciendo a Makoto? Si quieres te presto el lubricante.-
Makoto dio un respingo y se alejó con rapidez intrépida del pelinegro, el pelirrojo soltó una carcajada divertida y entró dándole unas cuantas bolsas a Sousuke en la entrada. Makoto solo miró hacía el lado pero Sousuke volvió a atraer su mirada.
-No Makoto.. Me gustas mucho pero solo para un revolcón, nada más. Si algún día estas muy necesitado me llamas, nos vemos.-
Ante eso cerró la puerta con fuerza y pudo escuchar las risas estruendosas de Rin detrás de ella, deseguro burlándose por lo que había echo ya anteriormente Sousuke o como lo habían mandado a la Friendzone o peor; que lo acabasen considerando una puta. Para darle un aire dramático a la situación se fue caminando con sus manos en los bolsillos con cierto aire deprimido por no poder ayudar a Haru, aunque pensándolo bien la culpa la tenían ellos y ellos mismos debían de pedir disculpas pero eso no esta en los planes de Haru. Salió de ese apartamento sin notar como un pelirrojo lo miraba por la ventana y trató de pedir un taxi, su día no podía ir tan mal que empezó a llover; no se había traído una sombrilla porque los meteorólogos habían dicho que había un 10% de que lloviera esa tarde y que el 90% estaría seco y soleado, cuando estaba apunto de hacer la llamada el celular se apagó mostrando que ya no tenía batería, un carro pasó por su lado velozmente y lo llenó de agua a más no poder; ah.. Y estaba sucia. Gruñó por lo bajó sintiendo las frías gotas de la lluvia caer por su cuerpo y mojarlo completamente. Sus ojos ya no tenían ese brillo encantador sino un aura llena de rabia porque ese le había dejado como una.. Es mejor no decir nada más. Caminaba cada vez más lento maldiciendo cada cosa por hacerle caso a Haru y por amarlo tanto, por no poder odiarlo.
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-Ooohh.. Entonces eso era lo que hacía aquí..-
-Sí.. Pero sabes que solo te amo a ti Rin.-
-No me llames Rin.. Además sabes que no te puedo corresponder.-
-Lo se.. No te he pedido nada, solo quiero tu compañía.-
-Se veía muy divertido con la cara hecha un tomate.-
Ambos conversaban en una mesa con una taza de café cada uno, Rin estaba algo preocupado por saber a donde se había dirigido Makoto; en realidad le tenía un poco de rencor pero no podía llegar a odiarlo ya que siempre han sido amigos. A Haru.. Pues a ese le ama como a nadie y pues Sousuke por una vez en su vida estaba arrepentido de haber dicho que no; desde que conoció a Makoto le había parecido un chico bastante amigable y dulce pero este siempre estaba y sigue estando detrás de Nanase. Le gusta mucho pero tiene sentimientos más grandes por Rin aunque el tiburón ame profundamente a aquél delfín.
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-¡Ai chan!-
-Ahh.. Nagisa-kun.. Que gusto verte.-
-Ai chan.. ¿Sabes en dónde esta RinRin?-
-¿Matsuoka-senpai? No, no lo he visto por aquí, tampoco en los entrenamientos pero supongo que debe de estar con Yamazaki-senpai.-
El alegre rubio soltó un suspiro de resignación. Era el quinto día que venía a buscar a el pelirrojo pero nunca estaba, ni siquiera en la piscina. Haru no sabía del y Makoto solo desviaba el tema, Rei iba a saber mucho menos del tiburón. Trató de comunicarse con su hermana pero no contestaba el celular y hacía días que no se aparecía por Iwatobi, supuestamente una de sus amigas contó que se había ido a un viaje pero que su hermano se había quedado en Japón. Miró resignado al pequeño peligris que tenía una carpeta entre su pecho y brazos, una cualidad del rubio era siempre ser curioso y eso no falló.
-Ai chan.. ¿Qué es esa carpeta?-
El peligris se estremeció un poco ante la pregunta del pingüino y la sonrisa macabra que tenía en sus labios. Sonrió algo forzado pero no extendió la carpeta que tenía en sus brazos.
-Son.. Son los chicos de primer año.. Los que están interesados en entrar al club de natación de Samezuka.. Solo eso Nagisa-kun.-
-Oohh.. Que lástima, pensé que era otra cosa.-
-¿Q-qué otra cosa?-
-Mm.. No es nada de importancia.. ¿Quieres dar una vuelta conmigo? Rei-chan no esta y estoy muy aburrido.-
Nitori asintió con una pequeña sonrisa y lo dejó allí para poder poner sus cosas en el lugar adecuado-que viniendo de Nitori lo había dejado en algún rincón de la habitación que compartía con el hermano menor de los Mikoshiba, Momotarou. Se puso unos pantalones negros hasta las pantorrillas y una camisa blanca, pésima combinación pero solo saldría un rato con Nagisa. Se llevó un poco de dinero y salió del cuarto.
Allí se encontró nuevamente con Nagisa quien le sonrió tomando su mano para salir de los dormitorios de Samezuka. Su paseo fue uno muy rápido, tomaron una malteada y comieron unas cuantas hamburguesas por el hambre.
-¿Cómo te va con Rei-kun?-
-Oohh.. Con Rei-chan.. Me va muy bien.. ¿Cómo te va a ti con Momo? Claro después del campamento.-
-¿Qué pasó en el campamento? Se me olvidó.-
El peligris sonrió nervioso rascando su mejilla izquierda y el rubio soltó un suspiro travieso. Puso los codos en la mesa y las manos en su mentón dejando recargar su cabeza en ellas. El otro se sonrojó notablemente y agarró su pantalón fuertemente por debajo de la mesa.
-Rei-chan y yo los vimos besándose apasionadamente cerca de la cabaña.-
-Ooh..-
-Por poco y hacen plena escena pornográfica.-
Recordó aquél momento en donde Iwatobi y Samezuka se habían reunido para pasar una semana en un campamento, claramente tenían que seguir practicando en una laguna que estaba allí cerca para no descuidarse. Sus mejillas se tiñeron de un tierno sonrojo que sacó un par de carcajadas en el rubio pero que no siguió avergonzando al peligris.
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-¡Ma-Matsuoka senpai!-
El peligris tapó sus ojos en el momento donde Rin se había acercado a Haruka y empezaban a besarse con desenfreno, sabía lo que ellos sentían y no estaba del todo mal, pero por favor ¿Acaso no podían hacer ese tipo de cosas en otro lugar más lejos? Estaba lleno de gente y además era demasiado temprano para empezar con la cursilería. Al ver que el beso se hacía más profundo sintió sus mejillas más ardientes de lo normal y terminó levantándose para salir a caminar y poder tomar aire fresco ya que su cuerpo acalorado se lo pedía. Ya afuera notó el inmenso paisaje que se le presentaba a sus azules ojos, la vegetación, flores y animales que adornaban el lugar, dándole vida y color a ese bosque por lo que pudo respirar con tranquilidad sin sentir que se ahogaba allá adentro. Diviso a Sousuke a lo lejos del bosque mientras caminaba con el mayor de los Mikoshiba que había venido a ver a la adorable Gou-san y claro, su hermano menor no se podía quedar y menos que su hermano cuando volviese estuviera diciendo que pudo ver a su Kou, eso significaba pelea, celos y la más pura envidia. Dio la vuelta a la derecha para ir al lago cerca de allí, por lo menos no habría nadie molestando por los alrededores. Sentado en la laguna se encontraba Makoto hundiendo sus pies en la agua fresca y con la cabeza gacha. Sin querer interrumpirlo respiró ondo y se dio vuelta sin mirar hacía adelante por lo que no se percató cuando su pie quedó debajo de una raíz y cayó directo al suelo causando más ruido.
-¡Nitori!-
-Makoto-san..-
-¡Ah! ¡Nitori-kun! Puedes llamarme solo Makoto, ven te ayudo.-
Así mismo Makoto con una cálida sonrisa extendió su mano hacía el pequeño quien la tomó avergonzado por haberse caído al frente del castaño. Con su cara roja se despidió y salió corriendo hacía la parte izquierda sin escuchar al mayor que pidió que se detuviera.
Peligro
Paró en seco al ver como Momo devoraba a la hermana de Rin allí, sin más que hacer más que dejarlos terminar se encogió de hombros y se dio vuelta para salir de ese sitio pero... Se encontró con algo peor. ¿Qué era? Que Rin acababa de dar media vuelta caminando hacía la parte izquierda buscando a su linda hermanita y si encontraba a Momo haciéndole esas cosas estaba seguro que lo molaría a golpes hasta quedar satisfecho. Con nervios y el miedo recorriendo sus venas miró hacía atrás donde aquéllos sinvergüenzas no se habían percatado que el estaba allí. Gou apenas tenía su ropa interior-la de abajo- porque no tenía el sostén puesto. Momo se encontraba abrazandola por la espalda blanca entreteniendose con el pecho blanco de la chica, podía ver como aveces ella bajaba un poco la cabeza con los ojos cerrados y un rubor en sus mejillas.
-Otro más..-
Momo terminó por sacarle la última prenda de ropa interior y ella arqueo su espalda, nuevamente miró a Rin quien estaba más cerca pero se detuvo al sentir su celular y puso a teclear unas cosas. El corazón de Nitori se detuvo al ver que el pelirrojo había escuchado un gemido femenino pero lo ignoró luego, Ai salió corriendo hacía esos dos y trató de no gritar tan fuerte.
-¡Momo-kun! ¡Gou-san! ¡Matsuoka-senpai se aproxima hasta acá!-
-Nitori senpai...-
-¡Oh Dios mío! ¡Dame la ropa!.-
-¡Voy a morir!.. ¡Por favor Nitori-senpai no cuente nada!-
-Se lo dejaré pasar.. Otra vez que se repita se lo diré.-
Ambos asintieron mientras acomodaban sus ropas para quedar lo más normales posibles, Gou estaba algo nerviosa por su hermano y por ser vista por Nitori, mientras Momo suplicaba por su vida pero luego terminaron por relajarse.
-Gou... Tsk.. Debes de ir a comer, Haru hizo caballa.-
-¿Caballa? No se me hace, pero bueno tengo que ir nos vemos.-
Rin que se había mantenido allí parado esperó hasta que su hermana caminara más adelante y le hecho una mirada amenazante a la nutria del equipo de Samezuka, gracias a Dios no le había dejado marcas en el cuello por lo que se salvó esta vez.
-Gracias por ayudarme, Nitori-senpai.. Sino me hubiese matado.-
-No solo el.. Sino también tu hermano.-
Momo se aterrorizo ante esa idea y terminó asintiendo. Ai solo exhalo pacíficamente mientras miraba los árboles pero lo mejor era irse de allí. Se dio vuelta para caminar a la cabaña y no encontrarse con otro acto sexual pero su kohai lo abrazó por las piernas.
-¡Nitori-senpai! ¡No se vaya! ¡No me deje Nitori-senpai!-
El peligris hizo una mueca de fastidio otra vez al escuchar como este se desahogaba con tanto 'Nitori-senpai' de veras estaba harto de eso, de que le llamara tantas veces. Si yo fui así con Matsuoka-senpai me hubiese callado la bocota de una buena vez por eso siempre estaba más molesto, pero ¿Quién no?, pensó el mayor de los dos mirando al frente. Momo hablaba y hablaba de lo bien que se había sentido besar a su Gou pero el otro no le hacía caso, quería irse a dormir, ese sería su nuevo plan.
-Momo me quiero ir a dormir, no me siento bien.-
Error.
-¿No se siente bien, Nitori-senpai?-
Momo se le acercó notablemente preocupado y puso su mano por la frente del menor en estatura, Ai solo exhalo cansado y quitó la mano del menor para poder caminar hacía la cabaña.
-Momo déjame en paz.-
-¡Nitori-senpai! ¡No te sientes bien! ¡Debes de quedarte conmigo! ¡Yo te cuidaré, Nitori-senpai!-
¿Porqué? Dios dime porque, volvió a pensar el mayor mientras empezaba a gruñir por lo bajo, no era de esos, pero cuando decía que no era un NO definitivo, no cambiaría de opinión se va a dormir y punto. Se soltó de Momo y siguió caminando pero el otro lo más probable es que no se quede tranquilo.
-Nitori-senpai...-
-¿Qué?-
Momo tomó su muñeca con fuerza e hizo que ambos se conectaran en un contacto visual prolongado, su corazón por extrañas razones empezó latir un poco más rápido pero fue bastante poco por lo que no le importó demasiado.
-¿Cómo se siente besar a un hombre?-
Su rostro fue un poema en ese instante pero eso lo aprovechó Momo para jalarlo y besarlo cuando tuvo la oportunidad, al principio trató de salir de los brazos del otro pero al sentir como este mordia con fuerza los suyos y como quería adentrar su lengua se rindió y se dejó llevar. En realidad jamás había besado a alguien, mucho menos un hombre y muchísimo menos a su kohai pero no le interesó demasiado ese tema, ambos son heteros pero se dejaba llevar por la simple curiosidad del asunto. ¿Aprendió a besar así con Gou? Pensó con la mente algo nublada al seguir besando al otro con las misma fuerza pero sintiendo como sus piernas perdían fuerza por lo que bajaron lentamente hacía el suelo.
Unos cuantos sonidos de besos llenaron un poco el ambiente, Nitori mantenía las manos en el cabello naranjo del otro, enredando sus dedos y teniendo su rostro en una mueca de placer. Momotarou lo miraba apegando más su cuerpo al del pequeño Nitori al ver sus reacciones, restregando su entrepierna abultada a la pequeña del mayor quien también se estaba excitando al sentir las manos del menor agarrar su trasero con fuerza. De su dulce boca empezaron a salir unos jadeos que morían en la garganta del menor de los Mikoshiba haciendo que sonriera en el beso al sentirse satisfecho. Sus mejillas estaban rojas y se podía sentir el ambiente tenso.
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