Al día siguiente todo parecía seguir igual en la escuela de hípica, pues se palpaba un inquietante ambiente de tensión, el cual le indicaba a Harry que todo lo que le dijo Cedric era verdad y eso explicaba la actitud hostil de sus compañeros hacia él, pues aún no le habían perdonado por haberse ido y nunca le perdonarían o eso era lo que pensaba, pues no sabía que estaban apunto de recibir una suculenta noticia, la cual le daría una minúscula oportunidad, la cual podría aprovechar en su beneficio.
- ¿Para que nos habrá llamado Clark? - se preguntó Cedric preocupado, pues pensaba que era para hecharles un buen sermón por el trato hostil que tenían con Harry
- No lo sé - reconoció Draco preocupado mientras pensaba lo mismo - ¿y vosotros? - les preguntó a los gemelos Weasley, recibiendo una negación de su parte
- Bueno, veo que ya estáis casi todos aquí, solo falta.. - se dijo Clark nada más llegar
- ¡No falta nadie! - saltó Cedric enfurecido al deducir a quien debían esperar para que empezara la dichosa reunión
- ¡Te equivocas..!, falto yo - dijo una voz desde las escaleras, provocando que todos se dieran la vuelta y miraran hacia donde él se hallaba demandando su atención con total presencia - perdón por la tardanza, ya puede usted continuar señor Kent
- Os he reunido aquí para informaros que este fin de semana va a venir un alumno nuevo - les explicó Clark como si nada, provocando en ellos diferentes reacciones
- Un alumno nuevo.. - pensaron algunos pervertidamente
- Lo cual os dará una nueva oportunidad de expandir vuestro circulo de amigos y viceversa - siguió explicándoles como si nada - así que... os recomiendo que lo aprovechéis muy bien, - les advirtió el bombonazo de Clark con mientras se quedaba mirandoles a todos, sobretodo a Harry, pues pretendía lanzarle una indirecta la cual pensaba que captaría - eh.. Harry - le dijo a Harry mientras le hacía una señal de que lo acompañara
Así que Harry se metió entre sus chismosos compañeros, los cuales estaban ya comentando la noticia y siguió a Clark a un sitio donde pudieran hablar tranquilamente, provocando que se despertara un extraño sentimiento del cual Cedric no quería ni oír hablar de él, pues sentía que era algo que no debía tener por un traidor como ese. Mientras tanto Clark guiaba a Harry hasta la cocina, lugar donde se detuvo para hablar seriamente con él.
- ¿Que tal te va, sigues teniendo problemas con tus compañeros? - le preguntó Clark preocupado por el tenso ambiente que aún se respiraba
- Ya te imaginarás.., pero ahora no quiero hablar de ello, no aquí.. - respondió Harry con total sinceridad, intentando que cambiara el tema y de repente se vio interrumpido
- ¡Puff..!, no sabéis la de trabajo que hay hoy, ¿alguien me puede echar una mano con..? - les interrumpió Lex como si nada - ¡ah.!, eres tú, Harry, ¿que tal te va, como ha sido tu reincoorporación - le preguntó enérgicamente al reparar en su presencia
- Si.., de eso estabamos hablando cuando tu llegaste - le dijo Clark con cierto sarcásmo en su voz
- ¡Ah, que bien..! - dijo Lex sarcásticamente, pues dentro de él, algo le decía que pasaba algo raro - ¿vienes a echarme una mano?, Clark
- Si, ahora voy, primero tengo que decirle una cosa a Harry - le dijo Clark y Lex les dejó a solas para que hablaran, pues había entendido lo que pasaba
Mientras tanto había llegado al pueblo una elegante camioneta negra, la cual era conducida por un hombre uniformado, el cual llevaba una brillante placa de policía. El coche siguió circulando por la carretera del pueblo hasta llegar a la comisaria. Nada más llegar se bajó ante la atenta mirada de los miles de curiosos que por ahí paseaban, dejando ver que llevaba un elegante uniforme azul, el cual le hacía ver muy sexy, pues llevaba unas elegantes y másculinas botas negras a juego. Y sin hacer caso de las murmuraciones de los demás, se dirigió con decisión al interior de la vieja, pero renovada comisaría.
- Buenos días, preciso ver al señor Graham, soy el nuevo sheriff de esta comisaría - dijo aquel hombre con una intensa mirada y una sonrisa maligna a juego
Mientras tanto en la escuela de hípica, Harry acababa de terminar de hablar con Clark, pues este salía por la puerta trasera, dejándole solo en la cocina. Así que se dirigía de vuelta a su habitación cuando se encontró con la sorpresa de que sus compañeros estaban sospechosamente reunidos en el salón, lo que significaba que estaban tramando algo, ¿pero el que?
- Ya sabes como son y no me extrañarían que.., así que recuerda esto, aprovecha bien el momento, puede ser beneficioso para ti - recordó que le dijo Clark
- ¿Que es lo que podemos hacer? - se preguntó Fred preocupado, pues aún no tenían un plan en mente
- Si te digo la verdad.. - empezó decir Cedric, intentando reconocer que no tenía nada pensado y de repente se vio interrumpido por alguien
- ¡Hola chicos..! - saludó Harry para que se percataran de su presencia y de repente se callaron e hicieron como si no hubiesen escuchado nada - esta bien, solo pasé por que oí vuestra conversación y venía a daros mi propuesta, pero si no la queréis.. - les dijo como si nada antes de empezar a alejarse para dejarles con las ganas
- ¡Espera..! - saltó George provocando que Cedric le dirigiera una cara de enfado - lo siento Ced, pero a estas alturas cualquier propuesta es buena - le explicó a su amigo
- ¿Cual es tu propuesta? - le preguntó Fred envalentonado
- Mi propuesta es.., ya que viene alguien nuevo, ¿no creéis que deberíamos darle la bienvenida al club? - propuso Harry con una maligna sonrisa dibujada en los labios
- ¿Al club?, pero para eso tendríamos que.. - argumentó Fred antes de esbozar una maligna sonrisa, pues había entendido lo que había que hacer y no era el único
- ¿Pero quien será el encargado de pervertirle? - preguntó Draco desconcertado al entender de que iba la cosa
- ¿No te lo imaginas..? - le respondió Harry mientras le miraba atentamente, esbozando su más que siniestra sonrisa
- ¡No, no y no!, ya tengo suficiente con tenerlo como compañero de habitación como para encima tener que ser su niñera - se quejó Draco al entender sus malignas intenciones
- Pues a mi me parece buena idea, ¿quien mejor para pervertirle que su compañero de habitación?,lo siento Draco, pero tendrás que hacerlo - opinó Cedric como si nada, pues muy a su pesar debía reconocer que era una excelente idea
- ¡Está bien..!, todo sea por el bien del club - aceptó Draco a regañadientes - bueno chicos me voy a hacer mis tareas
- Yo también me voy - se despidió Fred mientras se levantaba del cómodo sofá - y yo - dijo George instantáneamente
Y fueron saliendo uno a uno del salón para dejarles solos, pues algo les decía que debían dejarles algo de intimidad para que arreglarn sus diferencias si querían volver a admitir a Harry en el club. Lo que no sabían es que Cedric tenía otros planes, pues aún no le había perdonado que se fuera sin avisar y dejándole con el corazón destrozado.
- ¡Bravo..!, he de reconocer que ha sido una magnífica jugada por tu parte - le dijo Cedric con un más que obvio tono de sarcásmo en su voz - pero no te creas que eso va a ser suficiente... - siguió diciendo para meterle la semilla de la duda
- ¿Que quieres decir? - le preguntó Harry intrigado ante lo que le acababa de decir el que ahora era su enemigo
- ¿No has visto sus reacciones?, aunque creas que has ganado no es así, por fuera se estaban conteniendo, pero por dentro.., por dentro rezabamos para que acabase el suplicio de tener que verte por que eres un traidor.. - le dijo Cedric para intimidarle mientras se acercaba a él hasta acorralarle
- ¡Eso no es verdad! - estalló Harry mientras intentaba librarse de él al ver su juego
- No creas que has ganado con ese simple truco, pues todos sabemos lo que eres, ¡un traidor..! y no te vamos a perdonar, así que será mejor que te vayas cuanto antes.. - le susurró Cedric al oído lográndo intimidarle - por cierto, cuando quieras repetimos lo de anoche ¡putito..! - terminó de decir antes de irse dejándole solo
- Maldito seas Cedric Diggory, ¡Maldito seas..! - gritó Harry enfurecido mientras agarraba el cojín que tenía más a mano y lo dejaba caer estrepitosamente al suelo antes de darle una fuerte patada que lo alejó de donde él estaba
En ese momento y sin que se lo esperara, sonó el maldito teléfono, asustándole a la vez que lograba que dejase de estar tan irritado y enfurecido, pero eso no le bastó para cogerlo y volvió a sonar. Así que no tuvo otra opción que calmarse y contestar para que dejara de sonar.
- ¿Diga? - dijo nada más descolgar el teléfono tras respirar hondo, terminando así el capítulo, pues el autor pretendía dejar a sus queridos lectores con la intriga