Era una fría noche de tormenta cuando la mansión estaba totalmente a oscuras y se oían unos inquietantes pasos, los cuales se dirigían a alguna parte. Eran unos pasos generados por unas botas viriles, las cuales eran el mero complemento de lo que parecía un hombre sexy de cabello largo, al cual se le podía ver unos pelos provenientes del pecho y una siniestra sonrisa, la cual era visible gracias a la iluminación que emanaba de aquellos terribles rayos, los cuales caían con un fatal estruendo.
- ¡Ya estoy aquí..! - anunció con total tranquilidad mientras abría las puertas que conectaban con el mundo real, provocando que alguien de la casa se despertara agitado y con el rostro lleno de sudor
- ¡Vaya sueño..! - se dijo mentalmente mientras el sudor le caía hasta los ojos - mmm.. ¡ah! - soltó un gemido silencioso mientras se corría de la excitación que sentía
Al día siguiente todos coincidieron a la hora del desayuno, pues era sábado y nadie tuvo que madrugar. Así que Harry desayunó mientras los observaba muy atentame, paseando la mirada de uno a otro hasta fijarse en alguien en particular, pues ese alguien se encontraba extrañamente absorto en sus ideas, tanto que no se fijó en que alguien le observaba.
- Te veo muy entretenido.., ¿estás bien.. Draco? - le preguntó Harry con maldad al sospchar de él, provocando que los demás girasen sus cabezas, dirigiéndolas con gran sombro a donde se hallaba el susodicho
- Ahora que lo veo, no tiene buena cara, ¿tú que opínas George? - le preguntó Fred preocupado - si, no tiene muy buena cara - reconoció George
- ¿Estás bien? - le preguntó su amigo Cedric verdaderamente preocupado
- ¡Dejadme en paz! - gritó Draco, levantándose de la silla desesperadamente harto de los que le rodeaban y no le dejaban en paz
- Uy.. si que esconde algo - se dijo Fred con maldad mientras su hermano asentía en la misma sintonía de maldad que su gemelo
- ¡Ey chicos..!, recordad que hoy tenemos visita - les recordó Clark animado - ¿que es lo que pasa aquí? - preguntó autoritariamente al ver que Draco se alejaba enfadado
- No lo sé - reconoció Cedric preocupado
- Mm.. me parece.. que vamos a tener que investigarlo nosotros mismos - dijo uno de los gemelos con cierta maldad
Y salieron sin ser vistos, empezando así su particular juego de espionaje, siguiendo a Draco con total sigilo para descubrir los secretos que guardaba. Mientras tanto Harry, Clark y Cedric se preparaban para recibir a tan importante visita, recogiendo la mesa y limpiando bien la casa para ocultar el escaso polvo que se empezaba a amontonar en algunos rincones.
- Un segundo que te ayudo - le dijo Cedric al ver que llevaba una pesada caja, la cual parecía haber salido de la nada
- No hace falta, puedo solo - le dijo Harry con aires de superioridad, camuflando la desconfianza que le producían los demás desde aquel momento en que su boca fue violada
- ¡Insisto..!, por favor, déjame ayudarte, esa caja es muy pesada y te vas a herniar - insistió Cedric preocupdo mientras imaginaba como su columna vertebral se partía por la mitad
- Esta bien.., si insistes - aceptó Harry sin estar muy convencido de que la compañía de Cedric le fuese a ser muy útil
Pero pronto vio que estaba equivocado, pues el tesón y la fuerza de su compañero.., hacían que la tan árdua tarea fuese más liviana, pudiendo así agilizar el ritmo como si fueran un par de gemelos que se complementan entre si. Y siguieron ordenando y limpiando la casa hasta que al fin estuvo totalmente limpia.
- Bueno, esto ya está - dijo Cedric satisfecho al ver que el suelo brillaba de lo extremadamente limpio que estaba
- Si.., ahora solo falta que llegue el invitado - reconoció Harry, pues se sentía tan satisfecho como su compañero - gracias Ced.., sin ti no lo podría haber hecho a tiempo - le agradeció a su compañero con total sinceridad
- No hay de que - le respondió Cedric con un extraño brillo en los ojos
Mientras tanto en otro lugar de la escuela de hípica, los pícaros gemelos seguían espiando a Draco sin sospechar que este ya los había descubierto y que lo único que hacían era aumentar su ira, pues se encontraba tan harto que terminó por explotar y con total determinación se dirigió hacia ellos para estropearles la diversión.
- ¿Es que no me podéis dejar en paz?, dije que quería que me dejaran en paz y en paz quiero estar, así que.. ¡no me sigáis más! - les gritó enfadado y se alejó de ellos - ¡malditos gemelos!
Pasaron los minutos y acada minuto que pasaba, más se impacientaban Harry y Cedric, pues habían trabajado duro y aún no había ni rastro de la tan famosa persona que iría a hacerles una.. "visita sorpresa", la cual no es tan sorpresa si se espera de antemano o eso pensaban entre otras cosas.
- ¿Cuando piensa venir, a caso se piens que le vamos a estar esperando toda la vida? - preguntó Harry irritado por la tardanza del susodicho
- No te sulfures, aún hay tiempo, ¿quieres? - le dijo Cedric para calmarle mientras le ofrecía una galleta
- ¡No gracias! - respondió este con sequedad, pues no estaba de humor para galletas
- ¡Ey chicos!, ¿se sabe algo? - preguntó George nada más llegar mientras Cedric le hacía una clara señal para que se callara
- ¡Ey chicos!, ¿que.. se cuece por aquí? - preguntó Fred antes de cometer una indiscreción que lo mandaría al infierno de la manera más tortuosa posible
- Lamentablemente no se sabe nada - reconoció Cedric al ver que ya no podía hacer nada para evitar la hecatombe que se aproximaba
- ¡Malas noticias!, parece ser que la visita sorpresa no va a venir - les informó Clark nada más llegar a la cocina
- ¿Ah si..? - pensó Harry irritado mientras se contenía
- ¿A donde vas? ey, Harry vuel.. - preguntó uno de los gemelos preocupado
- Tú mejor no te metas que no has hecho nada - le dijo Cedric con cierto sarcasmo en su tono de voz
Mientras tanto en los establos, Lex Luthor acompañaba y enseñaba el lugar a la visita, la cual había entrado por la puerta trasera para no ser visto. Se trataba de un hombre corpulento y refinado, el cual lucía una magnífica sonrisa que iba a juego con su largo cabello plateado, el cual hacía unos sensuales movimientos al andar y brillaba tanto como los cegadores rayos de sol del mediodía.
- Bueno, ya me tengo que ir - le cortó aquel enigmático hombre al ver que la conversación se hacía interminable, pues Lex no dejaba de hablar
- ¿Ya?, pero.. Lucius, ¿ni si quiera piensa ir a ver a su hijo? - le preguntó Lex al preocuparse por su actitud, la cual parecía más típica de un padre despreocupado que de un padre amoroso
- Por eso he venido, para saber como van las cosas por aquí y sobretodo como le va a mi hijo, además en unas horas tengo una importante reunión, la cual no puedo eludir, así que.. si me disculpa.. - respondió Lucius Malfoy con total tranquilidad y se fue, dejándole a solas con sus pensamientos
En ese momento Harry acababa de llegar a su habitación y se disponía a relajarse cuando oyó unos extraños ruidos, los cuales parecían provenir del techo. Así que sin pensarselo dos veces.., salió de su habitación con la firme intención de descubrir al culpable de aquellos ruidos tan molestos, los cuales le enfurecían aún más, pues no podía relajarse.
- ¿Pero quien..? - se preguntó Harry enfadado mientras salía de su habitación dando un portazo - ¡no puede ser!, el ruido parece provenir de la habitación de al lado, de la habitación prohibida.. - pensó Harry desconcertado - ¿pero como si está desocupada? - se preguntó en un débil pero audible susurro
Así que cruzó el pasillo y se dirigió a la que parecía ser una habitación sellada, o eso creía hasta que giró el manillar, provocando que la puerta se abriera muy lentamente, permitiendole oir con suficiente claridad..., lo que parecía ser el gemido de alguien que se masturbaba ante una revista erótica.
- ¡Los gemidos.., vienen de allí!, pero no puede ser, si eso es.. - pensó Harry al oir los pequeños gemidos mientras avanzaba hacia lo que parecía ser un armario
Y abrió la puerta, creyendo que se encontraría con un armario lleno de trastos inutiles que se le caerían encima como si de una avalancha se tratase. Pero al hacerlo vio horrorizado que se trataba de un falso armario y que dentro había un pequeño y polvoriento pasillo hecho de madera, el cual contenía una escalera de caracol, de la cual procedían los gemidos.
- ¡Ah.., ah..! - pudo oir la voz de Draco, gimiendo eróticamente mientras se masturbaba en lo alto de aquella escalera - ¡ah.. papa!, oh si mmm ah..
- Esa voz.., ¡no puede ser! - pensó mientras caba muy lentmente para tratar de distinguir mejor aquella voz - pero si es.. ¡mm..! - empezó a decir y de repente notó que una enorme mano le tapaba la boca de una forma casi erótica
- Sh.., no querrás que mi hijo sepa que estás aquí espiándole - le susurró amenazadoramente al oído la más que seductora voz de Lucius Malfoy antes de hacerle una clara señal para que se fuera
- ¿Quien está ahí? - preguntó la asustada voz de Draco desde lo alto de la esclera a la vez que Lucius le tapaba la boca a Harry y le hacía una señal para que se fuera
Y Harry se fue muy sumisamente, dejándo a Draco a merced de su padre, pues nunca se le pasó por la cabeza que le pudiese hacer algo malo, ya que un padre es un padre. Mientras tanto Draco se levantó asustado y empezó a subirse los pantalones, pues se sabía descubierto y quería parar al cotilla que le estaba espiándo desde las sombras.
- No te preocupes, ya se fue - dijo una voz desde las sombras, provocando que se asustara, pues aquel lugar estaba tan oscuro que la escalera estaba envuelta en sombras - hola, Draco.. - siguió diciendo mientras se acercaba a la débil luz de la vela, quedando a la vista de su adorado hijo
- ¡Papa..!, ¿pero que..? - dijo Draco preocupado, pues su padre mostraba tener una mirada sombría, la cual nunca había mostrado tener
- Estoy aquí para hacer un visita y mira lo que haces, has asustado a un joven con tus gemidos,, me decepcionas hijo y ya sabes como me pongo cuando me decepcionan - le dijo su padre con un siniestro brillo en los ojos
- ¡No papa, no..! - exclamó Draco asustado, pues hace mucho que no lo veía así de siniestro y macabro
- Te has portado mal, muy mal y mereces un castigo - siguió diciendo aquel hombre con su siniestra dulce voz, la cual empezaba a llenarse de lujuria
Y sin previo aviso, le agarró fuertemente del brazo y le llevó al único asiento que había, para acto seguido tumbarle en sus rodillas a la vez que le bajaba el pantalón, exponiendo así su redondeado y lácteo culo.
- Sabes que me va a doler tanto como a ti, pero tengo que hacerlo - dijo aquel hombre, fingiendo malestar cuando en realidad empezaba a disfrutar aquella situación tan morbosa
- ¡Ah..! - gritó eróticamente Draco al sentir la primera nalgada, provocando la excitación de su padre - ¡ah..! - siguió soltando sus eróticos gritos, los cuales empezaban a convertirse en gemidos de placer con cada nalgada que recibía
- Eso es.., gime para mi putito - le susurró su padre al oído, mientras la cámara se alejaba, terminando así el capítulo, pues el autor pensó que era suficiente