Al día siguiente el cielo estaba nublado, pero eso no impidió que unos rayos de sol se colaran por la ventana de su habitación provocando que Harry se despertara al instante. Así que no tuvo otra opción que levantarse de la más que cómoda cama y prepararse para bajar a desayunar. Mientras tanto Cedric se hallaba en el comedor, ultimando el plan con los perversos gemelos pelirrojos, conocidos por todos como los sensuales Weasley.
- Y ya sabéis, el plan tiene que quedar perfecto - les previno Cedric muy seriamente
- No te preocupes Ced, nosotros somos unos expertos en estas cosas - le trangilizó Fred a la vez que mostraba una siniestra sonrisa, la cual indicaba que lo que decía era verdad
- ¡Vamos!, tenéis que iros antes de que llegue y os encuentre aquí - les apresuró Cedric para que se fueran
En ese momento oyó unos pasos que se acercaban, bajando las escaleras a un ritmo normal para un recién levantado, así que se apresuró a asegurarse que se habían ido, a la vez que se servía un poco más de embutido, puesto que pretendía fingir que seguía desayunando a la vez que leía el más que soporifero periódico local.
- ¡Buenos días..! - le saludó Harry secamente nada más verle sentado en la silla
- Buenos días - respondió Cedric sin apartar la vista del periódico local - ¿eso es lo que vas a desayunar - le preguntó secamente al ver que ponía unas tostadas en el tostador
- Si, ¿por que? - respondió Harry en el mismo tono, previniendo que sucedieran los acontecimientos del sueño
- Pues.., por que aquí tenemos un cierto ritmo a la hora de desayunar y más cuando llegamos tarde como ya lo estamos haciendo tu y yo - le explicó Cedric mientras doblaba profesionalmente el periódico
- ¿Tarde para que? - le preguntó Harry desconcertado, recibiendo una amplia sonrisa como respuesta
Nada más terminar de desayunar, Cedric le guió al patio trasero, pues allí se encontraban los establos, lugar donde se hallaban los caballos y donde se daba las famosas clases de equitación . Así que se acercaron sigilosamente mientras veían como el guapisimo y musculoso Clark Kent daba instrucciones, haciendo sensuales gestos que domarían a cualquiera, pues aquellos brazos estaban hechos para incitar al pecado.
- ¡Ey.. vosotros dos! - exclamó Clark con firmeza mientras les hacía un gesto para que se acercaran sin apartar la mirada del resto de alumnos - llegáis tarde - les reprochó cuando se acercaron
- Perdón, estaba.. - intentó excusarse Cedric a la vez que fingía estar apenado
- Tú debes ser el nuevo ¿no? - le preguntó Clark a Harry, recibiendo un gesto afirmativo - muy bien, ya que las parejas están formadas y vosotros estáis juntos.., Cedric, le darás clase durante.. estas dos semanas - continuó diciendo con total autoridad
- Pero... - protestaron los dos a la vez
- ¿Queréis que sea un mes? - les amenazó Clark, recordando el trato que había hecho con Cedric
- ¡No..! - respondieron los dos a la vez - perfecto.. - pensó Cedric mientras en su mente esbozaba una sonrisa ladina, la cual parecia ser un presagio de sus perversas intenciones
- Bien.., chicos, este es el nuevo alumno, Harry Suck.., digo Potter y como es nuevo, si veis que tiene algún problema no dudeis en ayudarle – les dijo a los demás a la vez que les guiñaba un ojo - bueno Harry, eh.., lo primero que necesitas es un caballo y.. - le explicó a Harry mientras decidía a quien le iba a pedir el favor de buscar un caballo para el nuevo
- ¿A alguien le falta un caballo? - preguntó Lex mientras llegaba tirando de un caballo a la vez que sonreía en plan heroe del día - toma aquí tienes - le dijo a Harry mientras le daba las riendas del caballo, las cuales llevaba a modo de cuerda
Así que Cedric le enseñó a montarse en el caballo bajo la atenta mirada de los atléticos profesores, los cuales compartieron la responsabilidad de darles clase. Y empezaron a darle las lecciones básicas nada más terminar de montarle. Varios minutos después estaba listo par dar su primer paseo a caballo, así que se fueron a dar la vuelta requerida para la clase.
- ¡Gracias..! - dijo Harry secamente mientras fingía mirar algo que había en el horizonte
- ¿Gracias por que? - le preguntó Cedric desconcertado
- Por nada, por cierto, eh.. esta mañana.., en el desayuno... quería pedirte perdón por lo de ayer, no sé que me pasó, estoy muy avergonzado - siguió diciendo Harry apenado
- ¡Ah eso..!, pero si no pasa nada, lo pasado pisado, ¿entiendes pisado? - respondió Cedric y se echó a reir como un loco, provocando que su mano se posara con fuerza en el muslo del caballo de Harry - ¡uy! eso ha sido demasiado pronto - pensó
En ese momento el caballo de Harry salió desbocado, provocando que Cedric tuviese la ilusión de que Harry le estaba dando con los talones para que corriese. Pero la realidad era que el caballo comenzaba a alejarse, galopando sin piedad, así que no tuvo otra opción que ir tras él para salvarle antes de que le pasara algo.
- ¡Ah...! - gritó Alex aterrado cuando de repente el caballo salió desbocado al ver algo que le asustó
- ¡Agarrate de las riendas Harry! - gritó Cedric mientras fingía estar desesperado, obligando a su caballo a ir más deprisa para poder alcanzarle - ¡mierda..! - pensó asustado al ver que la situación se le escapaba de las manos
- ¡Ah...! - gritó aterrado al ver que el caballo no dejaba de galopar como si estuviese poseido, mientras él, Harry Potter intentaba sujetarse fuertemente de las riendas, las cuales se le empezaban a resbalar, pues le suaban las manos por el esfuerzo
Así que Cedric estiró su brazo en un intento desesperado, sujetando las riendas de su caballo con las dos manos, tirando de él con total firmeza para así lograr frenarle heróicamente antes de que le pasase algo malo a su jinete.
- ¿Estás bien? – preguntó Cedric preocupado tras parar a aquel endemoniado caballo
- Estoy bien, muchas gracias.. por nada - respondió friamente para que le quedase claro que no le necesitaba y se alejó cabalgando a un ritmo prudencial
Esa noche había tormenta y la mesa del comedor estaba cubierta con un elegante mantel blanco, a la vez que decorada con unas elegantes velas, las cuales otorgaban una luz muy tenue mientras las conversaciones fluían más amenas que nunca, pues estaban celebrando la llegada del nuevo alumno. Dicha celebración tendría que haber tenido lugar la noche anterior, pero prefirieron posponerla hasta que este se iniciara en el mundo de la hípica con su primer paseo a caballo. Y ahí están, tomando una cena copiosa y brindando todos con champán, todos menos Harry que estaba tan pensativo que no tenía ganas ni de fo.. uy perdón, eso viene más tarde jiji
- Draco, ¿Donde están los gemelos? - le preguntó Lex intrigado, pues aún no se habían presentado
- Eh.., no lo sé - mintió descaradamente, pues en realidad sabía donde estaban
- ¿Estás bien? - le preguntó Clark preocupado, intuyendo que algo iba mal, pues el joven se veía muy pensativo
- Eh.., si, gracias - mintió Harry al verse descubierto - está todo muy bueno - dijo, cambiando de tema - ¿me pasas eso?, por favor - le dijo a Cedric para que le pasara un plato, provocando que sus dedos se tocaran
En ese momento tuvo un rápido flash de él con un enigmático hombre, el cual se veía demasiado sexy como para dejarse devorar el cuello como lo hacía aquel hombre. De pronto la escena cambió, dando pasó a una noche de tormenta en la que una misteriosa y musculosa sombra le tiraba al suelo de un empujón, provocando que de su boca saliera un gemido orgásmico.
- Tengo que irme - se excusó Harry al volver en si y se fue sin dar ninguna explicación
- ¿Es por lo de esta mañana? - le preguntó Cedric en un susurro mientras le sujetaba fuertemente del brazo, impidiendo que se fuese
- ¡No, déjame! - exclamó Harry irritado por su insistencia a la vez que forcejeaba para librarse de aquella mano que impedía que se fuera
- ¡Espera Harry! - gritó Draco alarmado al ver que se iba
- ¡No, Draco..!, no te metas, esto es asunto suyo, así que déjale solo - le advirtió Cedric sin saber lo que pasaba
- Ok, como quieras - respondió Draco mientras se volvía a sentar como si no hubiese pasado nada
Mientras tanto Harry se dirigía a la última planta para entrar en su habitación, cuando de repente oyó un extraño ruido, el cual llamaba su atención, pues provenía de una de las habitaciones que había cerca de donde él se hallaba. Pero pronto descubrió que no se trataba de un simple ruido, si no que se trataba de los gemidos de placer que soltaban los gemelos Weasley mientras se masturbaban mutuamente debajo del agua de la ducha, agua que serviría para llevarse.
- ¡Ah..! oh.., yes, oh si.. mm.. - gimieron a la vez mientras se corrian en sus cuerpos antes de caer exhaustos, quedando abrazados como los buenos hermanos que eran
- Esta casa está llena de pervertidos - pensó Harry, deduciendo que los que allí vivían tenían la mente más sucia que un calcetín que lleve tres días sin lavarse
Varios minutos después Harry acababa de llegar a su habitación y se hallaba inquieto, paseando de un lugar a otro como fiera enjaulada, mientras pensaba en lo que le había pasado desde que llegó y los sentimientos que le producía.
- ¿Pero que me está pasando, que está pasando contigo Harry? - se dijo mentalmente, preocupado por aquella situación que no lograba entender, pues sentía que otra vez estaba traicionando a su corazón
En ese momento oyó unos pasos que se acercaban a la habitación, arrastrándose por el pasillo a la vez que provocaban que su corazón se acelerara al sentirse descubierto, pues en ese momento la puerta se abrió dejando ver a un guapísimo chico de ojos oscuros. Se trataba de Cedric Diggory, que acababa de llegar dispuesto a saber la verdad que el chico ocultaba tras aquel ilógico comportamiento que mostraba tener.
- Ah, eres tu, ¿que quieres? - le preguntó Harry secamente al ver de quien se trataba
- ¿Es que no puedo venir a mi habitación o que? - respondió Cedric, adentrandose en la amplia habitación como si nada - se puede saber.. ¿que es lo que te pasa conmigo? - le preguntó con total tranquilidad, paseandose como si fuera un mafioso
- ¿A mi?, no me pasa nada.., ¿por que? - respondió Harry convencido hasta que sin querer sus manos se tocaron, provocando que este sitiera un escalofrío por todo su cuerpo
- ¿Ah no.., y eso que es? - le preguntó Cedric desconcertado al ver su reacción
- Eso.., eso no ha sido nada que te deba importar - le informó Harry
- ¡Ya..! - dijo Cedric al creer comprender lo que pasaba - por cierto.., tengo algo para ti, pensaba dartelo como regalo de bienvenida y como disculpa por lo de ayer, pero.. - siguió diciendo mientras se acercaba a su mesiilla de noche y sacaba un libro sin envolver, dándoselo como si nada y se fue
- ¿Que es esto que siento y que te propones Cedric? - se preguntó Harry mientras sostenía el libro entre sus manos
Y dejó aquel libro de cubierta rosácea encima del escritorio y se fue a dormir, dejándolo olvidado mientras la cámara se acercaba al escritorio, haciendo un más que silencioso zoom al libro, el cual se llamaba.. "Los 5 signos del amor", terminando así el capítulo