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Nuestro complicado y loco amor por FujoShi4Ever

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Notas del capitulo:

¡Holiwis! 

Sorry todavia no les traje capi nuevo pero este especial está hecho con musho amors para todos ustedes y para mi querida Flor.

En serio estuve ausente pero entiendan, la perra de la Inspi se va a veces y nada podemos hacer. De todos modos sus bellos reviews como siempre me han motivado a volver! Los amo!!!!

 

En fin el nuevo capi estará listo pronto. Tengo libre tres días así que me pondré a trabajar *en llamas por la emoción*

Mientras tanto rianse un rato y disfruten este especial! Como Flor lo solicitó es desde el punto de vista de Hibari...y lo que hicieron ambos mientras no se veían

 

A leer!!!

***Mini especial 1827***

Hace 10 años en la Mansión Vongola

 

-Hibari-san, Tsuna quiere estar a su lado –dijo el castaño con lágrimas en sus ojos-

-Jamás podría estar con un herbívoro  tan inútil y llorón como tú-dijo empujándolo y yéndose del lugar-

 

Tsuna se había ido con Reborn a Japón pero Hibari se quedó en Italia, sus familiares le habían reprendido por la forma en la que había actuado con el niño pero Kyoya no se inmutó aunque le castigaron aquella vez, pero en el fondo se sintió un poco culpable al ver las lágrimas de Tsuna cuando le gritó de esa forma. Aún así él tenía la culpa, aquel mocoso lo perseguía día y noche hasta el punto de atormentarlo y con su personalidad de poca paciencia ese día había estallado con el niño. Pensó en disculparse pero para cuando quiso hacerlo Sawada Tsunayoshi yacía en un avión rumbo a Japón con el mejor hitman del mundo.

-Ya qué –murmuró desde el balcón de su mansión mirando hacia el cielo fugazmente pensando en Sawada y sus muchas sonrisas- Esto es de herbívoros-dijo finalmente antes de entrar  a su cuarto olvidando todo aquello relacionado con el niño-

 

**********

 

El tiempo no pasaba en vano, Hibari seguía creciendo convirtiéndose en un elegante, fuerte y maravilloso muchacho digno sucesor de su familia. Con quince años tenía a toda la Academia de Mafiosos bajo su mando, ya que él impartía la disciplina en dicho lugar con su fiel ayudante Kusakabe Tetsuya.

También había conocido al torpe pero amable Cavallone Dino que no se despegaba de él, pero era una de sus pocas amistades que podía tolerar, siempre y cuando no se pusiese pesado hablándole de su desgracia amorosa con un bello pelirrojo al que había abandonado hace unos años sin saber su nombre.

-¡Kyoya! –entró enérgico como siempre el rubio recibiendo solo una mirada fría de parte de Hibari-

-Cavallone, deja de hacer escándalo. Estoy revisando unos informes –le respondió concentrado el Presidente del Comité Disciplinario-

-¡Vamos a entrenar! –le dijo con una sonrisa-

-¿Estás dispuesto a perder nuevamente? –le devolvió la sonrisa dejando su papeleo  y encargándoselo a Kusakabe- Vamos entonces

Ambos jóvenes salieron de la escuela dirigiéndose al dojo que tenía Hibari instalado en su mansión además de completamente adaptado para luchas con flamas y todo lo que quisiesen. Los dos muchachos tomaron posiciones defensivas, entonces empezaron a atacarse con patadas, Kyoya con sus amadas tonfas y Dino con su látigo. Ambas armas también impregnadas de la llama de sus dueños, un choque espectacular entre el color naranja y el morado, haciendo temblar la estructura donde se hallaban. Finalmente el entrenamiento quedó en empate, Kyoya pronto le tiró una botella de agua a Dino quien con una sonrisa la recibió.

-Oye escuché en la escuela que estás comprometido ¿es cierto? –dijo con la voz entrecortada pero con aquel tono de curiosidad-

-Sí, para mi desgracia –respondió un poco enfadado ya que últimamente todos le recordaban ese pequeño gran detalle de su vida-

-¿Es cierto que este niño es tu prometido? –rápidamente corrió hasta su mochila sacando una foto de una revista donde aparecía Tsuna con su familia-

El pelinegro se aproximó para observar mejor la fotografía y de inmediato vio al pequeño herbívoro para variar muy tímido con su familia, aquella foto había sido tomada recientemente cuando sus padres fueron a visitarle y quisieron intentar que volviese a Italia pero el niño se había negado rotundamente.

-Así es, esa cosa que ves ahí es mi prometido –dijo fastidiado ya que ahora todo el mundo le culpaba de que el niño solo quisiese estar en Japón-

-¡Pero si es una ternura! –dijo Dino embelesado – Vaya ¡qué suerte tienes! Waa ya puedo imaginarlo cuando crezca, uff esa figura será de infarto –dijo babeándose ya que más que pensar en Tsuna imaginaba a su pequeño pelirrojo-

-¡Deja de decir idioteces! –Kyoya le quitó la revista enojado, le había molestado de sobre manera que Cavallone dijera eso del herbívoro. Si bien era cierto que le desagradaba, pero por algo era su prometido, solo de él. – Vamos a comer algo Cavallone –murmuró pero el detalle importante era que se había quedado con la revista-

 

***************************

 

Dos años más tarde

 

La esbelta figura de Hibari Kyoya descansaba  sobre la cama cubierta con las más finas sábanas, el pelinegro  dormitaba tranquilamente hasta que el recuerdo que últimamente le agobiaba más le invadía. Disparos, sangre y un pequeño cuerpo sin vida con lágrimas en los ojos, tal y como lo había visto la última vez

-¡Hibari-san! –decía la vocesita atormentándolo-

Se levantó sobresaltado por ese sueño repetitivo que acarreaba con él desde los trece años, si bien en aquella época le había afectado no había tenido de nuevo aquel sueño hasta hace unos meses, sin saber porqué había regresado. Su sentido tal vez le avisaba que Tsuna podría estar por un momento difícil o peligroso.

Cuando tenía trece se enteró de que los Arcobaleno habían sido atacados y que Sawada Tsunayoshi estaba con ellos durante el ataque. No mentiría, se había preocupado aquella vez incluso se sintió impotente de no haber estado allí para poder ayudar o ser útil con algo, no le tenía precisamente afecto pero se sentía en deuda desde la última vez que se habían visto. Como las noticias no llegaban, el sueño donde Tsuna fallecía empezó a invadirle cada noche haciendo que despertara bruscamente, preocupado y aunque se negaba a aceptarlo, también con miedo.

Se sintió aliviado cuando escuchó hablar a su madre con la Famiglia Vongola, le habían informado que Tsuna salió levemente herido pero que estaría bien. Nunca preguntó haciéndose el indiferente con la situación pero después de saber el estado del castaño había podido conciliar el sueño nuevamente.  Entonces si ahora volvía a tener lo mismo solo podía significar que algo ocurría con el herbívoro, le frustraba no saber qué podía ser.

Aquella mañana bajó a desayunar pero sus padres le esperaban muy serios, más de lo normal. Se dio cuenta de qué iba el asunto cuando después de terminar de comer, sobre la mesa, estaba una carpeta con el nombre del herbívoro escrito.

-Aunque te rehúses, Tsunayoshi continúa siendo tu prometido. Como te has negado a verle durante estos años y además de que él parece tenerte resentimiento pues solo nos han hecho llegar esta carpeta con la información de él, ya sabes lo que ha estado haciendo en estos años. Así también hemos mandado una carpeta tuya a Japón para que él la vea –su madre le extendió el objeto y se retiró junto a su padre-

Kyoya solo la tomó y se la llevó a su  habitación dejándola reposar sobre su escritorio, todavía no tenía ganas de enfrentarse a su compromiso ni a las emociones que le provocaba Sawada Tsunayoshi.

 

Japón Mansión Vongola

 

-¡Dame-Tsuna! –gritaba Reborn con una carpeta en mano-

-¿Qué quieres? ¡Son las ocho y es sábado! ¡Déjame dormir! –le gritó el castaño desde su habitación-

-Te ha llegado un paquete, viene de Italia –dijo en la puerta-

-¿Cartas de mamá? ¿Regalos del abuelo? –dijo somnoliento-

-No, es de tu prometido. Hibari Kyoya –le soltó serio-

-Tíralo, no quiero verlo –dijo enojado-

-Tienes que hacerlo. Él también tiene una sobre ti en Italia, su compromiso sigue en pie y como se han negado a un encuentro esta es la forma más eficaz de que sepan lo que han hecho en estos año, el uno del otro.

-Rayos, déjalo en mi escritorio. Lo veré después –volvió a meterse entre las sábanas y Reborn abandonó su dormitorio-

Ya entrada la tarde Tsuna se puso delante del escritorio  y sin más remedio, observó la carpeta. Su corazón latió desesperado al ver cómo Hibari se veía actualmente, la fiera mirada, cuerpo trabajado y en algunas fotografías sonriendo como todo un carnívoro. También se había adjuntado unos videos donde se podía apreciar al pelinegro entrenando, pero toda la ilusión se fue cuando recordó que aquel chico fascinante era su enemigo, su peor pesadilla de niño, aquel que lo hirió cuando él solo quería estar a su lado.

-Menuda estupidez y más imbécil yo por alegrarme de ver esto –tiró la carpeta por la ventana y con uno de sus X-gloves  quemó la carpeta en al aire, pero ya ahora solo las cenizas se esparcían por el jardín-

******************

 

En el mismo día pero en Italia ya de noche, Kyoya desde su cama observaba la carpeta sin decidirse a abrirla o no. Recién había salido de la ducha luego de un ardua tarde de entrenamiento que poco ayudó en su propósito de olvidar que los informes de Sawada yacían en su habitación.

Finalmente tomó el objeto y lo abrió en su cama, pronto leyó el perfil de Sawada, sus nuevas habilidades y logros. Así también existían fotografías, Hibari se quedó sorprendido al observar que aquel de las fotos no era el niño llorón al que había rechazado, se veía más firme, seguro de sí mismo hasta podría jurar que esa mirada era de un carnívoro hambriento de pelea y no cualquier pelea, le gustaría poder probar ese podero o incluso superarlo.

Siguió mirando hasta que encontró los videos donde Tsuna estaba entrenando, su delicada figura pero con movimientos seguros y fuertes. Era un chiquillo bastante atractivo, en realidad.

-¿¡Qué!? –dijo en voz alta tirando la carpeta lejos de él-

En definitiva eso le había perturbado, cómo podía pensar si quiera en esas cosas sobre un chico 5 años menor que él y mucho peor al que le tenía odio jurado. Solo admiraba un poco su poder pero jamás aceptaría perder contra él. Estaba perdido en esas cosas hasta que las palabras de Cavallone le invadieron

-¡Pero si es una ternura! ¡Vaya ¡qué suerte tienes! Waa ya puedo imaginarlo cuando crezca, uff esa figura será de infarto

El maldito tenía razón, el tiempo no había pasado en vano para aquel niño. Solo con verlo con esa mirada feroz, entrenando mientras que la playera que llevaba puesto se ajustaba más a su cuerpo delicado marcando sus curvas. Las fotos de su sonrisa cuando estaba con los Arcobaleno, Hibari Kyoya quiso asesinarse él mismo en ese momento, no podía creerlo.

Estaba erecto y la causa era ese mocoso impertinente. Él casi nunca tenía necesidad de “atenderse” solo en pocas ocasiones cuando su cuerpo se lo demandaba pero jamás se había excitado de esa forma solo con sus pensamientos difusos y esas imágenes.

-Mierda –susurró al sentir como su pene palpitaba en dolor ya que requería atención-

 

 

Con todo el pesar del mundo, se bajó el pantalón del pijama junto con los boxers y con una mano acarició su erección soltando un gemido gutural por el contacto. Lentamente empezó a ejercer el movimiento de arriba hacia abajo, dándose placer pero su mente perturbada y más que todo pervertida solo le traía la imagen del inocente Tsuna con sus enormes ojos mirándole fijamente mientras que se relamía, su cuerpo sudoroso y las mejillas rojas por el cansancio.

Esa imagen estaba haciendo estragos en su mente y en su cuerpo ya que ahora se acaricaba frenéticamente sin dejar de pensar en Tsuna.

-S-Sawa Ts-Tsunayoshi –dijo en voz baja acelerando el ritmo de su manos sobre su pene  finalmente corriéndose con un poderoso gemido-

Una vez recuperado del reciente orgasmo, se dispuso a limpiar el desastre y cambiarse. Cuando estuvo listo solo se tiró en su cama

Qué mierda acabo de hacer

Ese era el pensamiento que tenía, se sentía tan estúpido y hormonal por haberse masturbado pensando en Tsunayoshi, en definitiva se sentía patético. Estuvo tentado a destruir esa carpeta endemoniada pero en vez de eso terminó guardándola en el último cajón de su escritorio, tirándola allí con desdén pero aun así conservándola.

Solo podía sentirse sumamente idiota por sus acciones pero la culpa era de Sawada Tsunayoshi. Estaba seguro que algún día se encontraría con el mocoso de nuevo, entonces estaría esperando para hacerle pagar por todas esas ridículas cosas que le sucedían.

 

 

Hibari Kyoya estaba muy equivocado…Desde el día que se reencontraron, su vida se volvió un terremoto lleno de las mismas sensaciones y lo peor….nuevas e intensas

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado! Sory si me salió rara la masturbación haha pero bueno igual recibo sugerencias o criticas constructivas

 

Dejenme sus beshos reviews que adoro leer y bueno ya saben que no morirán ni serán asesinados por hacerlo

LOS QUIERO MUCHÍSIMO!!!!

 

Nos leemos en el siguiente capii!!! Besoooos!!!


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