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Nuestro complicado y loco amor por FujoShi4Ever

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Notas del capitulo:

Holiii adiviiineeen quién está de regreso!!!!!

Ok sí sé que quieren asesinarme por andar perdida pero ya saben es la inspi y encima hoy fui a cagarla en un examen horrible pero bueno al menos tengo salud (?)

 

En fin he vuelto! Les traigo la primera cita, un poco de XS bien bunito y claro al que ustedes quieren a...KYOYA!

 

Los quiero muchísimo! Muchas gracias por sus reviews y diez mil gracias a amudoki que su review me subió la moral en un día que me sentí del asco.

No las aburro más! Disfruten!

Lancia no le había dicho nada sobre el lugar a donde irían y Tsuna ya estaba con la curiosidad carcomiéndole, él dijo que sería algo divertido pero seguían avanzando casi hasta llegar a las afueras de la ciudad cuando el hombre por fin aparcó, Tsuna solo podía ver un montón de gente animando y gritando pero por el tumulto no lograba percibir porqué lo hacían.

-Vamos Tsunayoshi –Lancia le abrió la puerta tomando su mano-

-¿Qué es esto? –dijo curioso-

-Esto…es esto –el pelinegro sonrió en grande mientras señalaba con su mano la gigantesca plataforma sumamente alta desde donde las personas se lanzaban solo con un arnés adecuado y sujetando su tobillo- Comúnmente llamado salto en bungee

-¡Me encanta! –Tsuna sonrió-

Entonces ambos muchachos se dispusieron a subir hasta la plataforma donde los instructores prepararon el equipo, también les dieron ciertas recomendaciones. Como Tsuna nunca había hecho eso, Lancia muy caballeroso le dijo que él iría primero para mostrarle, luego en menos de segundos el pelinegro se había lanzado por los aires solo sujetado desde el tobillo mientras su cuerpo se balanceaba.

-¡Anímate Tsunayoshi! –le gritó desde abajo-

-¡Allá voy! –gritó Tsuna lanzándose sintiendo el aire, la adrenalina, la emoción y todos esos sentimientos se incrementaron cuando se encontró con Lancia allí y el pelinegro le tomó de la mano mientras sus cuerpos seguían ondeando-

-¿Te gusta?

-¡Me fascina!

-¡Excelente porque todavía nos falta recorrer más!

Una vez fuera del área de salto en bungee Tsuna estaba sonriente y no paraba de decir que había sido maravilloso haciendo que Lancia se sintiera orgulloso de haber escogido ese lugar.

-¿A dónde ahora?

-Pues, escoge tú –Lancia le mostró a sus espaldas que el lugar era un enorme parque natural donde se practicaban toda clase de deportes extremos-

-Se ve que te gustan ¿eh? –Tsuna codeó a Lancia-

-¿Gustar? Yo nací para esto –dijo sujetando el mentón de Tsuna y guiñándole un ojo mientras que el castaño se sonrojaba levemente ante la acción- Déjame guiarte dulce Tsunayoshi –exclamó de nuevo muy galán Lancia, recibiendo un asentimiento enérgico del chico-

 

**********************

 

La siguiente estación a donde Lancia le llevó fue el paintball, qué mejor que tantear ambos su puntería en ese maravilloso deporte con balas de pintura. Casi una simulación de lo que hacían en la vida real pero más relajada y divertida.

-¿Estás seguro de que quieres hacer esto? –dijo Tsuna poniéndose el traje especial para no arruinar su ropa con la pintura-

-¡Hey no por nada soy el hombre más poderoso en el norte de Italia! –dijo Lancia tomando su arma y fingiendo apuntarle a Tsuna-

-Palabras –le dijo Tsuna negando con sus manos- ¡Eso hay que probarlo en el campo! –emocionados ambos entraron al campo con diferentes obstáculos entonces cada uno partió en la dirección contraria claro en una sana competencia-

Los balazos de pintura iban y venían mientras las dos personas dentro del área hacían movimientos magníficos evadiendo al otro. La gente desde afuera gritaba y vitoreaba expectantes de saber quién sería el ganador.

Lancia estaba oculto detrás de un enorme turril con la respiración agitada esperando por alguna señal de su oponente, cuando escuchó como crujían algunas ramas esparcidas en el lugar. Esa era su oportunidad, lentamente abandonó su escondite y disparó pero para su asombro no había nadie entonces se dio cuenta que se había delatado el mismo, volteó y allí estaba Tsuna dispuesto a disparar, rápidamente rodó pero una bala le había dado si le daban dos más oficialmente habría perdido.

Tsuna estaba extasiado, la emoción de haberle puesto indefenso y ahora disparar a diestra y siniestra le encantaba, no negaba que Lancia tenía talento pues ya antes había logrado asestarle un disparo pero no estaba dispuesto a perder. Lo perseguía casi acorralándolo pero no esperó que el pelinegro lo tomara de una de sus piernas haciéndole perder el equilibrio y mientras caía un disparo le dio en el hombro derecho pero él no se rindió mientras caía logró darle uno en su costado derecho.

 Los dos estaba sentados sobre el suelo con la respiración agitada pero con enormes sonrisas que apenas se distinguían entre los cascos que llevaban puestos, ambos lentamente fueron levántandose entonces en señal de respeto y empate los dos se dieron el último disparo justo en el corazón. La gente aplaudía enloquecida por haber visto semejante encuentro, estaban admiradas por el talento de cada uno. Al salir ellos incluso quisieron tomarse fotos con los campeones indiscutidos, otros les felicitaban o les palmeaban la espalda.

La tarde en definitiva iba por buen camino, Tsuna solo esperaba que continuara así. Luego de que salieran de allí, Lancia le tomó de la mano entrelazando sus dedos con los de Tsuna mientras le sonreía llevándolo a un puesto de bebidas para que se refrescaran

-Admito que eres bueno, no pensé que durarías tanto –dijo Tsuna con una botella de soda en su mano-

-Tú tampoco estás mal, creí que te vencería en menos de cinco minutos-bromeó Lancia ganándose un golpecito en el pecho pero él aprovechado la oportunidad tomó la delicada mano de Tsuna obsequiándole un beso- Me alegra que la estés pasando bien, ya sabes creí por un momento que este lugar no sería de tu agrado

-¿Bromeas? ¡Me encanta! Nunca nadie me había traído a este tipo de lugar, es super emocionante y fuera de lo común. Muchas gracias –dijo alegre sonriendo para él-

-Vamos entonces a nuestro siguiente destino –dijo sonriéndole y llevándolo de la mano-

Pronto ambos estaban en la fila para el skate, Tsuna apretó la mano de Lancia emocionado nuevamente queriendo entrar a la zona específica para practicar el deporte. Una vez dentro les fue proporcionado el equipo para que no se lastimaran pero Lancia lo dejó y así como estaba empezó a hacer las piruetas en el aire y cayendo como si nada pasara.

Tsuna por su parte prefirió ponerse el equipo, si bien con su fuerza y talentos podría dominar aquello no se podía poner a lanzar sus llamas para que le ayudasen con el equilibrio. Con un poco de confianza empezó a realizar los movimientos simples con ese pequeño miedo a caerse pero al mismo tiempo le daba la adrenalina para continuar. Veía como Lancia hacía los movimientos con las rodillas levemente inclinadas  así como la espalda, los tatuajes haciéndole ver como el perfecto chico malo, la sonrisa confiada y el cabello negro ondeando con el viento grácilmente cuando sujetaba la patineta con una mano mientras que con sus piernas hacía una pose y en segundos volvía a caer sobre el suelo, sin ningún rasguño ni rastro de querer caerse.

 

 

El castaño se había quedado tan embobado observándolo que no se dio cuenta que alguien más iba en su dirección, hubiese sido una caída fea pero Lancia de inmediato había ido con su patineta para quitarlo del camino de la otra persona, increíblemente le había cargado y aún con el peso de Tsuna no perdió el equilibrio. En un parpadeo Tsuna se vio en los brazos de Lancia quien le miraba preocupado entonces se dirigió a la zona de descanso y colocó al castaño en una banca que allí estaba.

-Tsunayoshi ¿estás bien? –le decía preocupado sujetando su rostro-

-¿Eh? –dijo sorprendido y recién asimilando lo sucedido- Sí, estoy bien. Oye qué bien lo haces –dijo palmeandole el hombro a Lancia quien suspiró aliviado-

-¡Hey no vuelvas a hacer eso! –dijo aún consternado abrazando al castaño con fuerzo mientras que él sonreía, en serio se preocupaba por él. Así que correspondió a su abrazo-

-Lo siento, es que te veías tan genial haciendo esas piruetas que no pude evitar perderme viéndote –acarició su rostro y Lancia asintió-

-Disculpame, tal vez debimos ir a otro lugar –dijo apenado-

-¡Ni de broma! ¡Me lo estoy pasando genial! –respondió Tsuna enérgico y se levantó-

-Entonces sigamos y discúlpame nuevamente

-Ya te dije que estoy bien, deja eso  y vámonos ya –dijo Tsuna quitándose el casco y protectores, siendo esta vez él quien ofrecía su mano al pelinegro-

La tarde poco a poco se iba acabando pero Lancia tenía un plan especial para casi lo último de su cita junto a Tsuna. Llegaron a una zona con una serie de rocas naturales enormes, había poca gente en el lugar así que no les tomó mucho tiempo estar en la cima y prepararse con los arneses y la cuerda para hacer rapel. Lancia tomó la mano de Tsuna para empezar a descender admirando el atardecer, hizo una señal con su mano a los encargados arriba para que tensaran las cuerdas y pudiesen estar quietos justo en aquel punto y posición

-¿Qué pasa? –dijo Tsuna confundido-

-Observa Tsunayoshi, el sol casi se oculta. A esta hora, justo aquí podemos apreciarlo de la mejor manera. Creo que es igual a ti, hermoso, pacífico y de ese maravilloso color naranja como esas llamas que emanan de ti cuando estás en combate o cuando deslumbras con tu sonrisa –dijo besando sus manos-

-Gracias, es precioso. Aprecio mucho que hagas todo esto por mí –murmuró sonrojado viendo como el sol se iba-

Los dos se sonrieron y allí sostenidos por aquella cuerda, sus manos unidas vieron la más hermosa puesta de sol. Luego Lancia se inclinaría hacia el rostro de Tsuna acariciándolo dulcemente primero y luego depositaría en su frente un beso puro, tierno que revelaba sus mejores intenciones hacia el castaño. Tsuna estaba sumamente rojo por tantas atenciones hacia él además de aquel trato para con su persona, tan delicado como si tuviese miedo de romperlo. No se podía comparar a esa extraña relación que mantenía con Hibari donde siempre se atacaban y todo era caótico. Rápidamente suprimió el pensamiento sobre Kyoya de su mente ya que estaba disfrutando de un hermoso momento, sería lo peor sabotearse así mismo con el recuerdo amargo pero a la vez apasionado de Hibari Kyoya.

El momento mágico se rompió cuando el estómago de Tsuna empezó a rugir hambriento, Lancia se carcajeo y le revolvió el cabello mientras que el castaño solo podía empezar a odiar a su maldito cuerpo hambriento.

-Vamos Tsunayoshi, te llevaré a cenar –dijo y otra vez a su señal fueron subiendo. Ambos se despidieron amablemente del personal que les había dado el equipo así como las recomendaciones para cada uno de los deportes que hicieron ese día-

Antes de salir del lugar pidieron a alguien del personal que les tomara una foto tanto con el celular de Tsuna como con el de Lancia. Los dos salían sonrientes y tomados de la manos, agradecieron y ya estaban dispuestos a irse cuando una chica salió corriendo a entregarles un sobre lleno de fotografías de ambos mientras estaban en el salto de bungee, en el skate, paintball y la más hermosa, ellos dos viendo el atardecer, incluso se había capturado cuando Lancia le dio el beso.

-¿Cómo, cuándo? –dijo Tsuna feliz mirando las fotos-

-Sorpresa –dijo Lancia y luego pagó por las imágenes, después ambos agradecieron a la muchacha quien solo se sonrojó –

De nuevo los dos ahora estaban en el auto de Lancia hablando sobre la cita, rememorando los mejores momentos. Hasta que el pelinegro aparcó en un lugar de comida rápida

-¿No te molesta comer este tipo de comida? –preguntó por si acaso el pelinegro-

-¡Qué va! Si yo pudiera comería hamburguesas todo el tiempo –dijo riéndose Tsuna y bajando del auto-

 

 

Se sentaron en una mesa cerca de la ventana, un mesero tomó su pedido mientras ellos conversaban animadamente. Luego llegó la comida, Tsuna no tardó en devorar su hamburguesa así como Lancia, los dos se molestaban el uno al otro por ser tan glotones pero todo terminaba en risas hasta que Tsuna seguía hablando pero no se dio cuenta que tenía un poco de salsa en la comisura de sus labios. Lancia tomó una servilleta y se acercó a su rostro, retirando suavemente el resto de la salsa pero como ya estaba en esa posición tan cercana a los labios del chico decidió acortar más la distancia. Estaba tan cerca pero las alarmas de Tsuna sonaron y por acto reflejo volteó su rostro sonrojado, con el corazón latiéndole a mil.

-L-Lo siento –dijo avergonzado cubriéndose la cara mientras que Lancia volvía a su lugar- Creo que todavía no estoy listo para dar ese paso –Lancia rió suavemente y acarició su rostro-

-Está bien Tsunayoshi, eres muy lindo. Te respeto mucho y no quiero obligarte a nada –le sonrió por última vez y entonces pagaron la cuenta yendo de nuevo al auto-

El camino hacia la mansión estuvo un poco silencioso pero no por eso incómodo, Lancia tomaba la mano de Tsuna dándole animos y haciéndole entender que lo del beso no tenía importancia. Las cosas irían a su tiempo y a su ritmo, después de todo era solo su primera cita pero aun así había resultado excelente.

Ambos caminaron por los jardines tomados de la mano hasta la entrada, como ya era de noche no había nadie solo los guardias pero que se encontraban a una distancia alejada como para no molestarlos ni incomodarlos.

-Este es el final ¿eh? –dijo Lancia rascándose la cabeza-

-Sí…así es –dijo Tsuna jugando con sus manos-

-Me lo pasé de maravilla Tsunayoshi. Creo que ahora me gustas mucho más –dijo mirándole fijamente, entonces por enésima vez en el día Tsuna se sonrojaba-

-Yo también Lancia, en serio muchas gracias por todo este día –le sonrió y esta vez Lancia no se resistió entonces le robó un fugaz y tierno beso en la mejilla al castaño, al mismo tiempo le atrajo hacia su cuerpo en un caluroso abrazo, las manos temblorosas de Tsuna le correspondieron-

-¿Podré verte de nuevo? –casi pidió el pelinegro sin soltarlo-

-Por supuesto que sí. En efecto sería bueno que vengas a la mansión por un tiempo, ya sabes podrías ayudarnos en las misiones y de paso aprovechamos para conocernos mejor y pasar tiempo juntos –dijo Tsuna mirándolo-

-Me encantaría. Discutiré con Nono entonces los preparativos lo más pronto posible

-De acuerdo, espero verte pronto entonces –dijo  Tsuna sonriendo-

-Ahora debo dejarte dulce Tsuna, gracias por todo. Por regalarme tan preciosos momentos –le dijo dándole el último beso en la mejilla-

-¡Adiós! ¡Gracias por todo! –le gritó Tsuna mientras Lancia se alejaba hacia su auto, los dos despidiéndose con las manos-

El castaño solo pudo sonreír tontamente y entrar a la mansión muy feliz por aquel día. Una vez dentro todos sus guardianes le acosaron, llenándolo de preguntas. Entonces todos fueron al enorme salón para discutir todos los detalles de su cita.

En una de las habitaciones superiores, descansaban sobre un sofá los líderes de Varia, quienes habían presenciado toda la escena de despedida de Tsuna con Lancia.

-Qué romántico –dijo Squalo contento por Tsuna- Crecen tan rápido las escorias

-Lo sé pero agh casi vomito por tanta dulzura –dijo Xanxus cepillando el cabello de su tiburón con delicadeza-

-Es que tú no sabes qué es el romanticismo boss-le respondió dejándose hacer-

-Claro que lo sé. ¿Quieres probar?

-Ilúminame entonces oh poderoso boss –Squalo iba a seguir con el sarcasmo hasta que Xanxus susurró tres palabras en su oído dejándole descolocado-

-Muy bien eso es todo –dijo queriendo levantarse pero la mano de su amante le detuvo- ¿Qué pasa escoria?

-Repítelo –ordenó Squalo con su cubriendo su rostro. Xanxus solo sonrió entonces se puso a su altura retirando los mechones estorbosos, mirándolo fijamente lo dijo de nuevo-

-Te amo Squalo –dijo sonriendo para luego darle un beso dulce y tierno a Squalo quien solo se abrazó a él muy fuerte-

-Te amo tanto Xanxus –murmuró rojo de la vergüenza ocultándose en el cuello del moreno-

-Lo sé –acarició su cabello para luego seguir besándolo de la misma forma tierna por un largo rato-

 

***********************************

Después de contar con lujo de detalles su cita a sus guardianes, Tsuna solo quería ir a tomar una ducha y descansar, se dirigía a su habitación pero del baño solo salió Hibari con un pantalón de pijama puesto dejando su torso descubierto y con una toalla sobre su cabeza. Los dos pasaron por el lado del otro mirándose fijamente, pero fue más que obvio que Hibari notó el brazalete de Tsuna observándolo directamente para luego dirigir su azulada mirada hacia el rostro del castaño. El décimo capo también estaba nervioso, por acto reflejo tocó su regalo haciendo que Hibari chasqueara la lengua

-¿Tienes algún problema? –atacó Tsuna-

-No, para nada

-Entonces deja de mirarme y lárgate –le dijo serio-

-El pasillo es de libre paso. Interesante ¿te lo dio tu cita? –apuntó al brazalete-

-Eso no te incumbe

-Tienes razón –le dijo frío y procedió a retirarse. Por alguna extraña razón ambos no deseaban que la conversación se quedase solo en eso aun así ninguno dio su brazo a torcer hasta que Tsuna soltó aquel comentario mordaz-

-Fue maravilloso, ya entiendo porqué él está en el primer puesto y tú en el último –dijo sin pensar en las consecuencias, más bien anhelaba las mismas aunque se negara a aceptarlo-

Aquellas palabras hicieron que la sangre de Kyoya hirviera, entonces se dio la vuelta. Caminó con paso decidido hacia  él, arrastrándolo hasta su habitación. Allí tiró la toalla por algún rincón del lugar y puso a Tsuna contra la pared como la última vez

-¡Suéltame! ¡Fuera de mi habitación! –le gritó Tsuna enojado-

-Silencio. Te mostraré lo que es maravilloso –dijo Kyoya con la voz ronca. El castaño iba a protestar de nuevo pero tal y como le había provocado, Hibari le calló con un beso demandante tomándole de la cintura con fuerza. Las alarmas de Tsuna en contra del contacto no sonaron en ningún momento, su propio cuerpo le demandaba el contacto con Kyoya, lo mismo sucedía con el pelinegro quien ahora había elevado a Tsuna haciendo que este enredara sus piernas alrededor de su cintura. No supieron cuando fue que terminaron abrazandose posesivamente en el beso hasta que se separaron por la falta de aire.

Los dos respiraban agitados mirándose fijamente, para luego volver a la contienda por el control. Se mordían, sus lenguas se atacaban por obtener la victoria y en ese combate llevaban al extasis a sus dueños. De pronto cayeron en la realidad, Tsuna se soltó de Hibari empujándolo bruscamente, el pelinegro se retiró de inmediato.

Una vez solos cada uno intentaba recuperarse de esa pequeña pero excitante sesión de besos, Tsuna se limpiaba con el antebrazo sus labios queriendo borrar inútilmente la sensación que todavía quemaba por todo su cuerpo. Hibari solo se golpeaba en la frente por ceder ante sus instintos y la provocación de Tsuna.

-Idiota –pensaron los dos al mismo tiempo-

El castaño iba a quitarse su ropa para poder tomar un baño pero antes de ello se dio cuenta que la toalla que Hibari estaba usando se había quedado en su habitación. La tentación le venció, se fue directamente a tomar el objeto e inhalar el aroma seductor y varonil de Kyoya.

Mientras tanto Hibari desde su habitación miraba las estrellas sin dejar de pensar en Tsuna y sus besos.

 

 

 

Una sensación incomparable- pensaron los dos. Uno mirando la belleza de las estrellas y el otro abrazado a la toalla del primero.

Notas finales:

Wiiii espero que les haya gustados mis dulces lectores y lectoras!

Los amo diez mil veces más que antes y lo haré siempre!

 

Quedo a la espera de sus reviews o si quiere un mini especial pues será todo suyo. Solo deben pedirlo!

 

Beeesooooooosss!!! Nos leemos pronto!!!!


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