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Nuestro complicado y loco amor por FujoShi4Ever

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Notas del capitulo:

Hola, hola. Pos aquí vuelvo con un nuevo capítulo haha por si aún me leen. En fin solo quería recalcar que las actualizaciones no serán muy seguidas pero este fic lo terminaré.

Así que para mis fieles lectores, hay esperanza!

Sin más los dejo con el capi

La mañana no tardó en llegar y Tsuna se encontraba atrapado en los poderosos brazos de Hibari Kyoya, que aún no tenía signos de querer despertar. Sin embargo el castaño rápidamente se incorporó queriendo huir de la escena pero Hibari mantuvo su agarre firme poco a poco volviendo al mundo consciente.

-¿Te vas tan pronto? –murmuró entre bostezos, finalmente soltando al castaño para poder estirarse no sin quejarse levemente por sus heridas.

-C-creo que no debería estar aquí, mis amigos se preocuparán además seguro Aria vendrá a verte y –fue interrumpido por el súbito beso que Kyoya empezó a darle, tomándolo del rostro silenciando sus protestas.

-Pensé que serías más creativo con tus excusas –dijo divertido y después de mucho Tsuna pudo apreciar la sonrisa del mayor, una genuina, solo para él.

-Así que puedes sonreir ¿eh? –dijo Tsuna contratacando ocasionado que el mayor se recostara sobre él

-Hnn

Tsuna estaba distraído acariciando los cabellos negros del mayor cuando este levantó el rostro y le hizo una propuesta que le tomó por sorpresa.

-Pasa el día conmigo –le dijo mirándolo fijamente haciendo que Tsuna se sonrojara, porque una cosa era estar con él una noche o los breves momentos que compartían pero todo el día, ¿serían acaso capaces de soportarse? – Vamos no tienes de qué preocuparte, estaremos aislados de la mansión, tus herbívoros amigos no te verán si es eso lo que te detiene.

-¿Cómo que aislados?

-Hmm cierto no lo sabes. Pues la verdad la habitación que se me asignó fue porque Nono quería que conviviera con ustedes pero odio las multitudes así que siempre tengo mi propia base, no está lejos de aquí, Kusakabe nos puede llevar y volvemos al anochecer. Piensalo –dijo levantándose pero le sorprendió que el herbívoro ya estaba abrazandole por detrás

-Sí, quiero pasar el día contigo –murmuró rojo de la vergüenza ocultándose en el abrazo, Hibari se volteó y depositó un beso en su frente.

-Ve por un cambio de ropa y te veo dentro de media hora detrás de los jardines, así nadie sospechará –le guiñó un ojo y Tsuna salió corriendo de ahí, entusiasmado con la idea de acercarse a Hibari, ni siquiera escuchaba a la voz regañona de su conciencia que normalmente le habría dicho que todo eso era una pésima idea.

Tal cual lo había dicho Hibari ya le esperaba apoyado en un auto negro, le hizo una seña para que se acercara y el castaño no dudó en seguirle el paso entrando con él al vehículo, tímidamente saludó a Kusakabe que también se notaba algo incómodo porque no entendía bien lo que estaba sucediendo pero atreverse a cuestionar a su jefe era como firmar su propia sentencia de muerte. La base no se encontraba muy lejos de la mansión, bien escondida entre los frondosos árboles que la rodeaban, de igual manera era lujosa y espaciosa, Tsuna se preguntaba porqué tanto espacio para una sola persona. Dejó esos pensamientos de lado cuando Kusakabe les abrió  la puerta trasera del auto, Hibari solo le indicó que le contactaría cuando estuviesen listos para volver a la mansión Vongola.

Una vez solos se dispusieron a entrar, todo estaba perfectamente ordenado e incluso la decoración tenía toques orientales, Hibari le guió hasta llegar a una sala que gozaba de vista excelente sonriendo cuando el castaño quedó encantado por eso, en su recorrido también habían abierto algunas de las ventanas dejando entrar la suave brisa que hacía ondear las cortinas, ambos hombres se encontraban admirando la vista hasta que Tsuna levantó la mirada y observó la tranquilidad que gozaba Hibari con la brisa removiendo sus cabellos haciéndole ver mucho más atractivo, solo tuvo que ejercer un poco de presión en el brazo del mayor para que este se inclinara y le besara.

-Hibari-san –murmuró aún con los ojos cerrados, el mayor le envolvió en un abrazo hasta que se separó.

-Ven, tienes que comer algo – dijo para tomarle de la mano y llevarlo a la cocina. Una vez allí ambos decidieron preparar un desayuno, Tsuna se dedicó a picar un poco de fruta ocasionalmente dándole pequeños bocados a Hibari que se encontraba preparando café y unas tostadas con mermelada y mantequilla, una vez terminada la tarea ambos se sentaron para poder degustar la comida, tuvieron una plática tranquila casi poniéndose al corriente de lo que habían hecho cada uno en sus años separados obviamente dejando de lado el tema del incidente entre ambos, Hibari no pudo evitar sentir una pequeña punzada de celos al oir a hablar al castaño sobre Fon, era obvio que le apreciaba demasiado, se notaba  en el tono de su voz y el cariño además de la sonrisa tonta que ponía cuando le contaba cómo le salvó. Tsuna lo percibió así que optó por cambiar de tema pregúntadole sobre Dino, por supuesto que Kyoya no era tan expresivo como él pero sí pudo notar que el rubio era una importante amistad en la vida del pelinegro.

Después de charlar amenamente procedieron a lavar los platos, casi tirándose espuma como niños para luego pasar al dormitorio principal donde Hibari tenía una amplia cama a la que le hizo señas a Tsuna para que se recostara, el castaño estaba rojo hasta las orejas pero pudo calmarse cuando Hibari se ponía a revisar un pequeño mueble y le mostraba opciones de películas, se sintió tan idiota por pensar en otro tipo de cosas. Sonrió cuando vio que tenía muchas películas de terror, su sadismo le precedía, ambos se recostaron en la cama y Tsuna se atrevió a acurrucarse en el pecho del mayor quedando sumamente complacido cuando este solo le acercó más a él. Pronto ambos estaban disfrutando en total tranquilidad haciendo uno que otro comentario cuando las escenas de veían muy falsas. Así iba transcurriendo la mañana entre dos idiotas enamorados que aún no admitían sus sentimientos.

 

************************

 

Mientras tanto en la Mansión Vongola

 

Todos se encontraban desayunando pero sin el característico ruido de las mañanas, muchos todavía sentían la tensión de la noche pasada con Tsuna y Aria, además de que el castaño no había dado señales de querer comunicarse con ninguno de sus amigos, tampoco habían sabido algo de Hibari. La única presente era Aria pero ella se encontraba normal, preocupada por la pequeña Uni y su leal mano derecha Gamma. Nono al ver que los ánimos estaban por los suelos decidió interceder:

-Sé que ayer fue un día lleno de emociones pero deben darle su tiempo a Tsunayoshi para reflexionar así también Hibari-kun debe descansar y recuperarse de sus heridas. Pero en pos de levantar el ánimo hagamos un almuerzo familiar en los jardines, es un día precioso así podemos invitar a la famiglia Cavallone, los amigos de Enma-kun y también esos singulares amigos tuyos Byakuran-kun, ¿les parece?

Se escuchó un ¡Sí! colectivo mientras que todos corrían a sus respectivas habitaciones a cambiarse en ropas más casuales, incluso los Varia habían dejado de lado sus infaltables uniformes. Así empezaron con los preparativos, las chicas habían ido a la cocina solo a apoyar con los postres ya que la comida principal la preparía el personal especializado de la mansión, por otro lado los muchachos ya habían salido en algunos de los autos de la basta colección de los Vongola para poder recoger a los invitados. Una vez volvieron con todos ellos procedieron a ordenar las sillas y mesas en los jardines cerca de la piscina, conversaban animadamente para luego entrar a nadar, no faltó el juego con la pelota, estaban persiguiéndose unos a otros mientras que los mayores de cada grupo se dedicaban a intercambiar conocimientos sobre llamas y cajas arma así como su evolución cómodamente sentados resguardados del sol, entre ellos se encontraban Squalo, Xanxus, Dino, Aria, Gamma, Lussuria, Adelheid y Kykyo luego de eso empezaron con charlas más triviales incluso Luss se había puesto a trenzar el cabello de su capitán estratega mientras su amante iba por unas bebidas, estaba haciéndole una corona de flores ante la molestia de Squalo que no dejaba de removerse

-Squalo si no te quedas quieto, no quedará bien además sabes cuánto le gusta al Jefe este bonito y sedoso cabello tuyo, solo lo estoy haciendo más bello de lo que ya es. Coopera ¿sí?

-V-voii está bien pero apresúrate –murmuró con un pequeño sonrojo en su rostro. Lussuria había terminado su trabajo rápidamente cambiando de modelo a Kykyo que siendo alguien que valoraba mucho su aspecto personal se dejó hacer por el okama de los Varia al observar el maravilloso resultado en Squalo.

El peliblanco se retiró del grupo buscando a su muy sadista amante ya que se estaba tardando mucho, iba con una sonrisa a llamarlo cuando vio que no se encontraba solo, Xanxus estaba conversando pero en serio sosteniendo una charla sin decirle a alguien que era una basura inferior a él y no solo eso, la bebida que se suponía era para Squalo reposaba en las finas así como delicadas manos de aquel joven de cabellos verdes claro que estaban atados perfectamente en una coleta, no era tan largo como el de Squalo pero si lucía fantástico además de la contextura fina pero sensual de la que el muchacho gozaba, sus pestañas que eran largas y ondeadas y claro para rematar bellos ojos azules que no perdían detalle del cuerpo o de los labios de su amante.

-Ha pasado tiempo Aki –dijo Xanxus analizando al muchacho con el que alguna vez compartió cama, por supuesto antes de que aceptara sus sentimientos por Squalo y lo tomara como suyo.

-Así es Xanxus, me da gusto verte –dijo relamiéndose y Xanxus no pudo evitar recordar sus buenos momentos juntos, siempre había tenido una debilidad por cosas tan frágiles y tiernas como Aki, le encantaba romperlas. Pero él era diferente, en la cama se transformaba en otra persona pudiendo aguantar su ritmo salvaje, incluso disfrutarlo además de que tenía muchas habilidades bien escondidas, siempre fue un buen acostón y su apariencia siempre fue atractiva para Xanxus.- Por nuestro reencuentro –le sonrió y chocaron copas.

En eso Squalo decidió carraspear acercándose al moreno tomándole del brazo, para reafirmar su posición como igual y como pareja del Jefe de Varia.

-Boss tardaste mucho –dijo mirando al nuevo esperando que Xanxus le dijera quién carajos era.

-Escoria, este es Aki un viejo amigo, está de visita antes de volver a Suiza –dijo el pelinegro sin mucho interés, sin darse cuenta del pequeño duelo de miradas que había entre ambos.

-Encantado de conocerte, uhm ¿tu nombre? –dijo nervioso el peliverde

-Superbi Squalo –dijo el peliblanco estrechando su mano derecha con la del muchacho

-Volvamos a la fiesta, acompañanos Aki –ofreció de buena gana Xanxus dejando a Squalo estupefacto, mientras caminaban el pelinegro pudo admirar el cabello de su tiburón parando un momento para observar las flores que tenía incrustadas en él. -¿En serio, flores? –dijo burlón

-Luss dijo que se vería bien –dijo sonriendo altanero ganándose un beso rápido de su amante, no pudo evitar sentirse orgulloso y más tranquilo al ver como Aki los observaba con detalle pero nuevamente el muchacho solo emitió una risita casi burlona, eso no le gustó para nada al capitán de Varia pero lo dejó pasar, no quería hacer un show por nada.

Llegó la hora de servir la comida y como siempre todo era muy ruidoso, pero el objetivo se había logrado todos reían, las parejas estaban cariñosas aunque no había pasado desapercibido que Xanxus dividía su atención entre su tiburón y aquel joven peli verde que poco a poco se iba ganando la simpatía de todos, su sonrisa y aura apacible era agradable, solo Mukuro podía observarlo y sentir náuseas.

-¿Qué pasa Mukuro-kun? –preguntó Byakuran abrazado a su pareja.

-Ese tal Aki, no me da buena espina. Odio a esa clase de personas, sé que esa fachada esconde una personalidad retorcida.

-Tal vez amore, pero Xanxus no es tan idiota para cambiar lo que tiene con Squ-chan por algo del pasado.

-Te sorprendería saber lo idiotas que pueden ser los hombres como él –murmuró sarcástico pero decidió guardar su distancia, solo observaría como evolucionaba la situación.

La tarde transcurría entre juegos en la piscina, algunos habían optado por jugar volleyball en los jardines. Nono contemplaba a la familia tranquilamente sentado con una sonrisa en el rostro, solo esperaba que Hibari y Tsuna resolvieran sus diferencias para poder estar todos juntos. Mientras los demás estaban ocupados Dino Cavallone  se había robado al pequeño Enma hacia una esquina de la mansión para tener una sesión de besos, no se habían visto unos buenos días así que el rubio quería un poco de tiempo a solas.

-D-dino-san nos estarán buscando –dijo el pelirrojo  buscando aire entre los fogosos besos de su príncipe.

-Shh si nos mantenemos callados y más concentrados en esto –seguía besándolo – Nadie sospechará.

-Uhmm sí, sí te quiero tanto Dino-san

El rubio sonrió entre besos y solo pudo abrazar al pequeño, acercándolo a su pecho, las manos de Enma se pasearon por su espalda, se quedaron así unos minutos antes de volver a los besos y finalmente volver a la fiesta, Adelheid solo pudo mirar a la distancia disimulando su molestia, estaba apretando sus manos cuando Julie le pinchó la mejilla.

-No puedes protegerlo para siempre, déjalo vivir y ganar experiencias –le dijo tranquilo haciendo suspirar a la muchacha.

-Lo sé pero es que es tan frágil, además Cavallone no sabe que es él quién lo salvó de niño y Enma aún no se lo dice, tengo un mal presentimiento con esto –dijo preocupada.

-Adel no seas pesimista, dale una oportunidad al rubiales si resulta ser algo desagradable con gusto te ayudaré a eliminarlo –susurró en su oído.

-Gracias pero no te pases de listo conmigo y guarda tu distancia –le dijo apartando su rostro con un manotazo.

-¡Eres tan mala!

Los chicos seguían jugando pero algunos se mantenían conversando, justo en el centro de la semi-tensión Xanxus decidió dejar su lugar al lado de Squalo para traer licor decente, según él, por supuesto eso dejó a Squalo y a Aki sin tema de conversación. Fue el peliverde quien inició la charla.

-¿Hace cuánto que salen?

-Bastantes años –hizo énfasis en la última palabra.

-Me alegro, es un gran sujeto aunque esconde costumbres muy extrañas. Antes de ti solía cazar a distintos compañeros y compañeras.

-Lo sé, le vi hacerlo varias veces pero eso no sucede ahora ni sucederá –dijo Squalo empezando a tensarse, ya suponía que eso no acabaría bien.

-¿Estás seguro? Xanxus solía elegir cosas más delicadas y atractivas, tú en cambio desprendes esa aura de fuerza y todo tu lenguaje corporal indica solo pelea, no te ofendas pero eso no es muy tentador que digamos –murmuró sonriéndole descaradamente.

-Escucha, el pasado de Xanxus se acabó. El presente lo vive conmigo y su futuro también –le dijo perdiendo la paciencia.

-Cariño, lo único que te puedo reconocer es que has tenido muchos años a su lado y eso si no hubiese tenido que mudarme también lo tendría yo y lo que es mejor, aún puedo. Si te diste cuenta cómo nos miramos, puedo quitártelo cuando me plazca –le sonrió juntando sus manos donde apoyó su rostro.

Squalo temblaba de pura furia, su naturaleza le indicaba que peleara por lo que era suyo. En un rápido movimiento ya tenía del cuello a Aki, levantándolo con facilidad. Todos se tensaron y dejaron sus actividades intentando entender lo que sucedía más Squalo no cedía apretando deliciosamente ese finísimo cuello disfrutando de ver cómo el otro se quedaba sin aire.

-Vuelve a repetir eso, escoria –le dijo ejerciendo más presión, luego le tiró sin ninguna delicadeza al piso donde se puso encima de él, primero fue un puño que hizo que el peliverde escupiera sangre, estaba dispuesto a asestarle otro que seguramente dejaría inconsciente al muchacho cuando sintió la descomunal fuerza de Xanxus sujetándole el brazo para que se detuviera y lo peor lucía cabreadísimo.

-¿Qué crees que haces, basura? –le dijo el pelinegro apartándole bruscamente del otro para ayudarlo a levantarse, lo peor  es que tocó el rostro de Aki que solo temblaba al verlo aferrándose al pecho del mayor. – Te hice una pregunta.. ¡Contesta! –la atmósfera se tornó más densa todavía porque Squalo estaba enardecido ante la escena pero ese grito le descolocó, Xanxus había dejado de degradarlo, gritarle o humillarlo hacía mucho tiempo y ahora le hablaba con ese tono de voz de antes delante de toda la familia.

-¡Vooii él se lo buscó! Lleva toda la maldita tarde sin quitarte la mirada de encima y luego me reta con sus sucias palabras. ¡Qué mierda esperabas que hiciera! –contestó furioso.

-Xanxus…te juro no hice nada – Aki sujetó la polera que llevaba el mayor temblando de miedo, entonces el pelinegro se dirigió hacia Squalo.

-Cuida tus palabras conmigo –le sujetó de su precioso cabello, casi deshaciendo sus trenzas y quitando algunas flores.- No quiero que esto se repita de nuevo- Aquel tono amenazador dispuesto a hacerle daño solo por ese patético pero frágil muchacho. Las palabras de Aki resonaban en su cabeza, atractivo y delicado, cosas de las que Squalo no gozaba, unas traicioneras lágrimas estaban asomando por sus ojos, Xanxus no le dijo más y le soltó bruscamente para ir por el menor para cargarlo y dirigirse al ala médica.

-¡Bastardo infeliz! –le gritó aunque Xanxus ni volteó a verle. Estaba dispuesto a ir para golpearlo y hacerle entrar en razón cuando sintió los brazos de Luss deteniéndole, se percató de la mirada de todos sobre él entonces solo pudo con la poca dignidad que le quedaba, largarse de ahí a encerrarse en una de las habitaciones de invitados ni muerto pisaría el lugar que compartía con Xanxus. Lussuria fue tras él mientras que Nono se encargaba de desviar la atención del asunto, por supuesto todos volvieron a lo suyo pero ya había quedado implícito.

-Te lo dije, Xanxus es un idiota –dijo enfadado Mukuro a Byakuran que no daba crédito a lo que sus ojos acababan de presenciar. Se levantó del lugar yendo tras Lussuria con Gokudera siguiéndole el paso.

 

**********************************************

 

Con Tsuna y Hibari

En algún punto entre varias películas se habían quedado profudamente dormidos, Tsuna se removió ligeramente para toparse con la respiración acompasada de Hibari, estaba contento de tenerlo aunque sea un día solo para él. Empezó a delinear con sus dedos la nariz del mayor, paseándose por sus mejillas y claro esos bonitos así como feroces labios, no pudo evitar suspirar tanteando la zona.

-En serio eres estúpidamente atractivo –susurró ocultando una risita.

-¿Qué más? –respondió somnoliento Hibari haciendo que el castaño se sobresaltara casi cayéndose de la cama.

-No hagas eso –dijo incómodo, golpeando a Kyoya con una almohada de esta forma el susodicho despertó por completo poniéndose encima del castaño.

-Solo quería escuchar más cumplidos –dijo divertido al ver ese lindo sonrojo en Tsuna.

-No te diré nada más –dijo enfurruñado el otro, pero no se negó al beso que Hibari le ofreció en son de paz.

-Creo que es hora de almorzar –murmuró apartándose de Tsuna para caminar por la habitación.- ¿Se te apetece algo?

-Onigiris y también quiero algo de carne salteada con fideos –la verdad extrañaba bastante la cocina japonesa y sabía que Hibari estaría encantado.

-Esas manos tuyas ¿serán capaces de cocinar? –le dijo con ánimo de molestar el mayor ganándose otro almohadazo.

-Vamos a cocinar de una buena vez, me muero de hambre

Hibari siguió a Tsuna donde pudieron sacar todos los ingredientes, el castaño se enfrascó en la preparación de onigiris ya que realmente los deseaba, el pelinegro por su parte se dispuso a saltear la carne con verduras y el fideo, hacían buen equipo entre ambos. Decidieron salir al patio posterior de la mansión donde tenían mejor vista a los jardines así como árboles frondosos. Tsuna comía bastante emocionado emitiendo pequeños sonidos de placer ante el maravilloso sabor de la comida, era observado por Kyoya que solo sonreía.

-Deja de verme así, me estás dando escalosfríos – le dijo mientras masticaba y le observaba despectivamente.

-Al menos termina de comer antes de hablar –cogió una servilleta para limpiar el arroz que había quedado en la comisura de los labios de Tsuna.

Terminaron su comida y procedieron a lavar todos los platos. Luego de eso Tsuna había insistido en pasear por los alrededores, el castaño llevaba la delantera con Hibari siguiéndole a paso lento pues no debía forzar sus heridas. De igual manera el mayor se conformaba con mirar al pequeño sonreir ante la naturaleza.

-¡Hibari-san, no te quedes muy atrás! –le dijo con una sonrisa, justamente el sol iluminando más su rostro, en definitiva el pelinegro quería apropiarse de esa expresión, que fuese solo para él.

Le alcanzó y le tomó de la mano para caminar juntos, Tsuna sintió su corazón acelerarse pero se dijo a si mismo que justo en ese día no debía temer solo estaba ellos dos entonces era estúpido contenerse. Kyoya pensaba igual dejándose llevar por este lado dulce que el castaño pocas veces le mostraba, aunque él sabía que en parte era su culpa que no ocurriera muy seguido. Siguieron caminando por horas hasta llegar a un claro donde se tumbaron sobre el suelo, Tsuna extendió su mano hacia el cielo sonriendo hasta que Hibari tomó su mano analizando su anillo Vongola.

-El cielo que lo cubre todo –murmuró el pelinegro delineando el metal.

-La nube distante que vaga libremente pero cuando la Familia la necesita siempre nos apoyará –dijo Tsuna volteándose para ver de frente al pelinegro. – Quiero empezar a tratarte como mi guardián, sé que no nos llevamos bien del todo pero quisiera intentarlo. Luego de que desaparecieras, sin noticias tuyas además de que volviste con esas heridas, Aria me hizo ver mi egoísmo. Solo pido que pongas de tu parte, tú y yo no tenemos un buen pasado ni la mejor relación, ni siquiera sé qué es esto que estamos haciendo ahora

-Tsunayoshi –fue interrumpido por un dedo de Tsuna.

-No estoy listo para ponerle un nombre a esto –les señaló a ambos- Pero sí quiero reconocerte como mi guardián y confiar en ti, confiar que me apoyarás cuando tengamos que pelear, ¿está bien?

-Sí, sin duda alguna te protegeré –le dijo firme, besando su mano donde descansaba su anillo.

-Perfecto –dijo sonriendo para luego ver al cielo nuevamente, aunque su súper intuición le gritó que algo no estaba bien, sentía una molestia pero no por él mismo, tal vez alguien de la familia estaba en peligro. Se tensó de inmediato cosa que no pasó desapercibida por el mayor quien le levantó del suelo queriendo respuestas.

-¿Qué pasa? –dijo preocupado ya que Tsuna tenía una mueca de dolor y disconformidad.

-Algo ha sucedido, estoy seguro

-No puede ser un ataque sino ya nos habrían notificado –dijo pensativo.

-No es eso, siento un malestar. Tal vez hubo alguna disputa entre los miembros de la familia, después de todo ayer las cosas no terminaron bien

La tarde ya casi terminaba cuando de la nada empezó a llover primero ligeramente hasta desencadenar una auténtica tormenta, obligando a ambos hombres a correr hacia la mansión donde Hibari rápidamente de un closet sacó dos toallas primero secando el cabello de Tsuna y este intentando llegar a la altura del mayor, con este inclinándose para facilitarle la tarea. El pelinegro pudo apreciar como la ropa mojada se ajustaba perfectamente al cuerpo del menor y viceversa, sin perder tiempo Hibari empujó a Tsuna hasta el mueble más cercano sentándolo allí obligándole a que las piernas del castaño rodearan su cintura. Inició el beso con pasión sujetando con firmeza los hombros ajenos mientras que Tsuna paseaba sus manos por los fuertes brazos de Hibari, ambos estaban enfrascados en eso que ni siquiera se inmutaron cuando un fuerte trueno azotó resonando.

El pelinegro ahora se encontraba retirando la polera del menor bajando por su cuello besando cuidadosamente aquella piel expuesta, mordisqueando al sentir los pequeños espasmos en el cuerpo contrario. Tsuna no perdía el tiempo queriendo acariciar los abdominales del mayor cuando lo sintió, la herida estaba a punto de abrirse, rápidamente empujó a Hibari estaba confundido.

-¿Ahora qué? –dijo molesto.

-La herida, idiota. Se está abriendo de nuevo, vamos déjame curarte –solo con eso a ambos se les bajó la previa calentura, Tsuna despareció por el pasillo buscando el botiquín y volvió con vendajes así como desinfectante. Luego de eso ambos tomaron una ducha, obviamente por separado. La noche había llegado pero la tormenta no cesaba, Tsuna estaba mirando por el gran ventanal como las gotas caían hasta que sintió un aroma tentador y Hibari depositó en sus manos una taza de té caliente sentándose a su lado ambos bebiendo tranquilamente.

-Creo que es hora de volver –dijo Tsuna volteándose para acariciar el rostro de Hibari que se dejó hacer mientras asentía.

-Kusakabe está en camino –besó la frente del castaño para luego dejar las tazas en la cocina, al volver Tsuna le envolvió en un abrazo.

-Lo pasé muy bien hoy –dijo ocultando su rostro.

-Hnn –fue le escueta respuesta del mayor que elevó el rostro de Tsuna para darle un beso tierno, siguieron abrazados en el sofá hasta que escucharon el claxon señal que debían partir. Kusakabe estaba con dos paraguas  guiándolos hacia el auto, el camino fue silencioso con el castaño pegado al mayor mientras este le acariciaba el pelo. Una vez en la mansión Vongola, la tormenta estaba pareciendo ceder levemente así que aprovecharon para salir del auto.

-Descansa Tsunayoshi –el pelinegro sonrió y le dio el último beso, dejando a Tsuna sonrojado solo pude asentir mientras se retiraba a su habitación.

Una vez se cambió por su pijama decidió indagar sobre lo que su intuición le había mostrado en la tarde, caminó hasta la sala encontrándose con algunos de sus guardines, solo tuvo que mirar la expresión tensa de Yamamoto para saber que algo no iba bien.

-¿Qué ha pasado? –dijo en modo Jefe.

-¡Tsuna! Por fin te dejas ver –dijo feliz Takeshi palmeándole un hombro.

-Dime qué sucedió.

-Bueno, verás pues mientras tú estabas encerrado en la habitación pues hicimos una pequeña reunión y…-el pelinegro terminó de contarle la historia mientras se rascaba la cabeza.

-¿¡Es que Xanxus es idiota!? –dijo alterado el castaño despareciendo de la sala para ir hacia el cuarto de invitados donde Squalo se encontraba rodeado de Mukuro, Lussuria y Gokudera. El peliblanco solo le miró sin ningún tipo de emoción para luego observar la lluvia que nuevamente caía con fuerza.

 

Continuará

Notas finales:

Ay ahí les puse un buen 1827, bueno y porqué no un poco de drama. Les adelanto que habrá el dramón luego pero ya saben me gustan los finales felices jaja bueno solo en un fic de Avengers me porté mal pero tranquilos, este fic sí termina bien.

 

Nos vemos en la siguiente actu, gracias a quienes todavía me leen.


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