El décimo capo Vongola bajó del jet seguido de sus guardianes, fueron recibidos primeramente por el Noveno Timoteo Vongola, posteriormente los padres de Tsuna, Nana y Iemitsu Sawada, la castaña casi ahogó a su hijo al abrazarlo y gritar que su bebé por fin había vuelto. Por otro lado estaban los guardianes del Noveno a quienes todos saludaron cordialmente, también estaban los fieles *soldatos de la familia quiénes también estaban uniformados les dirigieron una cordial bienvenida
-¡Bienvenido Tsunayoshi-sama!¡Bienvenida décima generación de la honorable Famiglia Vongola! –gritaron todos los hombres para luego hacer una reverencia mientras Tsuna y los demás pasaban, él como se debía agradeció y sonrió por el detalle-
Al final de todos les esperaban Cavallone Dino, sus subordinados y Hibari Kyoya que sólo miraba completamente molesto toda la escena que armaban por ese herbívoro debilucho, en serio que le fastidiaba y encima que él muy idiota osara desafiarlo ¿quién se creía? Tsuna caminaba con su abuelo a su lado mientras le presentaba a sus subordinados, finalmente llegaron hasta Dino que se presentó
-Bienvenido Tsunayoshi, mi nombre es Cavallone Dino soy aliado de Vongola y espero que nos llevemos bien –concluyó y estrechó su mano con la de Tsuna-
-Gracias Dino, yo también espero que así sea. Si te atreves a traicionarnos te cortaré el cuello y haré que tu familia sufra hasta límites inimaginables –le dijo con una sonrisa tétrica. No podía confiarse con un aliado, le observaría para determinar si era digno de su confianza. Dino sonrió forzadamente y asintió-
-Tsunayoshi-kun no seas tan duro, Dino-kun nos ha mostrado lealtad desde siempre –murmuró su abuelo-
-A ustedes, a mí no. Ya veremos si se merece que confiemos en él –zanjó Tsuna-
-Bueno, espero que no hayas olvidado a Hibari-kun. ¿Tu prometido, recuerdas? –dijo su abuelo mientras Hibari se acercaba a Tsuna-
-Herbí-
-Hibari Kyoya –fue lo único que salió de la boca del castaño, lo miró unos segundos y siguió caminando. Hibari estaba que hervía por dentro, vaya insolencia de ese odioso herbívoro-
-Waa así que ese es él –murmuró Byakuran pero no dijo más porque Mukuro le dio un codazo y siguieron caminando-
Enma estaba que deliraba de amor al ver a su príncipe dorado, pero con todo el alboroto de la llegada de Tsuna no tuvo tiempo de acercarse a él y conversar. Ohh pero lo había visto, estaba más hermoso que nunca, su precioso cabello rubio lo hacía ver más como un ángel. Tuvo que reponerse de inmediato porque se había quedado atrás y ahora Tsuna le gritaba que se apresurase para subir a la limusina y dirigirse a la mansión Vongola.
Ya dentro de la mansión, se les asignó una habitación a cada uno pero Tsuna pidió que algunos de sus guardianes compartieran habitación porque eran pareja, cosa que no se le fue negada y de inmediato se acomodaron los cuartos para que estuvieran con absoluta disponibilidad para los guardianes del décimo jefe. Después de instalarse en la mansión, el abuelo de Tsuna solicitó una reunión con todos sus guardianes, los Varia y por supuesto Dino y Kyoya, una vez dentro fue el castaño el primero en hablar.
-¿Qué sucede abuelo?-fue directo mientras deshacía el nudo de su corbata y se sentaba-
-Pues Tsunayoshi-kun, haremos una presentación oficial tuya y de tus guardianes, en una fiesta esta misma noche. ¿Te parece?
-Está bien pero cuando volveremos a Japón.
-Tsunayoshi-kun creo que tendrán que quedarse aquí, después de todo heredarás el poder y te corresponde ejercerlo en Italia.
-Lo sé pero quería quedarme más tiempo en Giappone, allá es más tranquilo –dijo y bostezó- ¿Chicos están seguros de querer quedarse?
-Lo seguiremos a dónde sea décimo –dijeron sin dudar todos ellos y Tsuna asintió, ya vería como arreglar las cosas en Japón para que las chicas se quedaran, aunque eso era lo de menos-
-Y otra cosa más –dijo Nono- Tu compromiso sigue en pie, no te pido que te cases ahora pero debes considerar que en unos años tendrás que hacerlo.
-Ovídalo no me casaré con eso-señaló a Hibari que miraba hacia otro lado-
-Necesitamos asegurarnos de que tendrás un sucesor, hijo mío- pidió en tono conciliador Timoteo-
-Pues que mal, soy hombre. Búscame una linda chica con quien procrear
-Tsunayoshi tú puedes procrear-dijo mientras que todos en el lugar pusieron una expresión de sorpresa-
-Explícate abuelo –ordenó Tsuna un tanto tenso por esa declaración-
-Eres un doncel Tsunayoshi, hay muy pocos como tú. Esta cualidad solo la tuvo Vongola Primo es decir Giotto, tenía un poder sin límites y también podía procrear, así tuvo al siguiente sucesor con su consorte Alaude. Creemos que tú también posees esta cualidad al ser heredero de su voluntad.
-Genial –murmuró hastiado- En serio Giotto, hay veces que no me gustaría ser tu heredero-como si lo hubiera invocado sintió un dolor en la cabeza, era como si ambos estuviesen conectados aún desde el más allá- Sí, sí ya entendí –vociferó para sí mismo- Pero abuelo no quiero casarme con ese sujeto, busca otros pretendientes para mí-sentenció-
-¿Estás loco? Quién más querría estar contigo –dijo Hibari viendo a Tsuna fijamente- Y déjame decirte que solo lo hago porque es mi obligación y para que nuestras familias prosperen.
-No me digas –dijo con sarcasmo- ¿En serio quieren que me case con él? Para que tenga hijos y les tenga asco, que no pueda tolerar siquiera observarlos. Entiéndelo, tú lo único que provocas en mí es total y absoluta repugnancia Hibari Kyoya, eres sólo un imbécil que se cree lo mejor –le gritó a Hibari quien ya se había acercado al castaño considerablemente-
-Tú eres una aberración y es una lástima que seas el sucesor de esta familia
-Aléjate de mí inútil, si no quieres salir lastimado –dijo Tsuna con un destello naranja surcando sus ojos, sus guardianes se tensaron al ver aquello. Cuando Tsuna entraba al modo hyper de esa forma y al estar tan molesto, las consecuencias serían graves muy muy graves-
-Te morderé hasta la muerte –dijo Kyoya y de inmediato sacó sus tonfas para atacar al castaño pero estas cayeron al suelo-
-Hmm~ Hibari-kun~ yo creo que no deberías hacer eso –dijo Byakuran sujetando con fuerza su brazo derecho mientras que Mukuro y Yamamoto tenían su tridente y espada respectivamente en el cuello de Hibari quien solo miraba con más enojo a Tsuna-
-¡Chicos basta ya!-pidió el Noveno pero fue ignorado olímpicamente por los chicos que aplicaron más fuerza en el ataque hacia Hibari- ¡Tsunayoshi-kun diles que se calmen!
-Suficiente Byakuran, Mukuro, Yamamoto. –ordenó y rápidamente sus guardianes volvieron con sus parejas- No te atrevas a si quiera tocarme, idiota –le dijo con ira a Hibari quien le devolvía la mirada, para luego salir dando un portazo. Dino estaba congelado con la escena y no decía nada por miedo a que lo atacaran a él también-
-Tsunayoshi-kun debes controlarte. Sé que tú y Hibari-kun tienen sus diferencias pero deben aprender a convivir. Te buscaré otros pretendientes y tú decidirás con cuál te quedas pero te lo digo y no es una sugerencia, Hibari Kyoya será tu guardián de la nube
-Ni muerto ese tipo será guardián mío-dijo Tsuna con visible asco hacia la idea-
-No te pregunté si querías o no. Lo será y ya, ahora suficiente de discusión vayan a sus habitaciones y prepárense para la fiesta.
-Sí señor- respondieron todos y empezaron a salir del despacho-
-Bossu, ¿se encuentra bien? –preguntó Chrome-
-Sí Chrome no te preocupes. –le sonrió-
-Wow Tsuna no te había visto tan molesto nunca en la vida-dijo Yamamoto-
-Tsuna-san debe tener sus razones –terció Haru queriendo cerrar el tema-
-Chicos vayan a sus habitaciones y demostrémosles de qué estamos hechos. Seguramente vendrá mucha gente y nos considerará inexpertos por lo que debemos cerrarles la boca ¿entendido?
- ¡Sí, jefe!- dicho eso cada uno se encaminó a su habitación-
****************
Yamamoto se encontraba cómodamente tendido en su cama junto a Gokudera que yacía desnudo sobre el cuerpo de su amante, cubierto por una sábana.
-No creí que el décimo se alteraría tanto al ver a ese tal Hibari –murmuró Hayato-
-Yo tampoco pensé que reaccionaría de esa forma, pero después de todo con lo que nos contó Reborn no es de sorprenderse que le guarde rencor por la forma en que ese sujeto lo humilló en el pasado y mucho peor al criticar la condición de Tsuna
-Es un bastardo, tenemos que proteger al décimo a toda costa de ese sujeto y de quien venga
-Claro que sí Hayato –dijo el pelinegro y le robó un beso al peliplata que solo sonrió-
-Ti amo idiota –susurró al oído de Takeshi que en un rápido movimiento se puso encima de su amado y empezó a besarlo y tocarlo apasionadamente- Ahora no..nhgg Takeshi. Ya lo hicimos una vez, quítate –pedía entre pequeños gemidos-
-Será uno rápido. –dijo el pelinegro e hizo sucumbir a su amante ante sus caricias y de nuevo la habitación se llenaba de gemidos, menos mal que era a prueba de sonido y nadie más se enteraba de los jugueteos que estaban tomando lugar en la habitación-
Mientras que algunas parejas aprovechaban para descansar y otras para darle mejores usos a las camas, Enma paseaba por los jardines de la mansión, iba muy inmerso en su mundo pensando en la sonrisa de su príncipe, en su graciosa expresión al sentirse intimidado por la discusión entre Tsuna y Hibari,no se dio cuenta que alguien más estaba por allí y lo observaba.
Enma fue a tocar las rosas preciosas que adornaban el jardín, pero sin querer se hizo daño con una espina
-Itte –murmuró bajito, entonces el intruso salió de su escondite-
-¿Te lastimaste mucho? –dijo el rubio mientras observaba el dedo lastimado de Enma-
-N-no, no es nada –dijo el pelirrojo con un sonrojo que competía con el color de su cabello-
-Te pondré una curita, siempre llevo algunas conmigo. Suelo ser torpe y lastimarme a veces –dijo sonriendo el rubio mientras le ponía la curita- Listo ehm.. ¿tu nombre?
-Kozato Enma –respondió él anhelando que el rubio lo recordara-
-Mucho gusto, Dino Cavallone –dijo el mientras le ofrecía su mano. Enma la tomó con un poco de decepción, el príncipe no lo recordaba pero no era el fin de todo. Podría hacerle recordar o incluso empezar de nuevo, con esos pensamientos se animó y le dedicó una bonita sonrisa a Dino, que se sonrojó al verlo- Tienes una sonrisa preciosa, no dejes que nadie te la quite
-¡Gracias Dino-san! –le respondió entusiasmado-
-Tú me recuerdas a alguien, pero bueno debe ser imaginación mía
-¿Ahh sí? –dijo nervioso. ¡Sí le recordaba!, solo tenía que hacerle saber quién era él-
-Sí pero esa persona…No sé dónde estará, espero encontrarlo algún día. Tu cabello es igual al suyo, rojo como el fuego –dijo Dino pensativo-
-Dino-san yo- fue interrumpido por uno de los subordinados de Dino que venía a informarle que debían estar listos pronto ya que los invitados empezarían a llegar pronto-
-Disculpa Enma, seguiremos luego –dijo el rubio, le dio un beso en la mano y salió corriendo-
-Dino –murmuró con ensoñación y también empezó a caminar hacia su habitación-
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-¡Ngh Reborn, detente! –gemía nuestra vaquita favorita ante los sensuales toques de Reborn sobre su piel-
-No, te sacaré toda la leche Lambo –susurró en su oído y lamió en la zona, haciendo que el pequeño pelinegro gimiera escandalosamente-
-D-déjame tenemos la fiesta que ya casi empieza
-Ohh entonces deberás darme un adelanto para que te deje ir –dijo con una sonrisa sádica tan solo al estilo Reborn- Haz un buen trabajo y pobre de ti si usas los dientes –le amenazó-
Lambo renunciando a todo tipo de dignidad se inclinó y empezó a lamer el miembro de Reborn, pronto se lo metió a la boca entonces el pelinegro mayor soltó unos cuantos gemidos roncos que eran la recompensa de Lambo, tener a Reborn a su merced cuando hacía aquello con su boca, le gustaba ser sometido por él pero también adoraba cuando con pequeñas cosas podía hacer que Reborn enloqueciera. Aceleró el ritmo con su boca, luego Reborn marcó el ritmo y se corrió en la boca de Lambo que tragó todo su semen gustosamente y luego se retiró para acomodarse el traje al igual que Reborn, compartieron un pequeño beso y salieron como si no hubiese pasado de nada.
-No lo olvides vaquita, me debes una –le susurró y luego le dio una nalgada- Me iré adelantando-dijo y desapareció por uno de los pasillos de la mansión-
-Maldito seas Reborn-refunfuñó Lambo y fue a un pequeño salón que había sido adaptado exclusivamente para la décima generación, se sentó en uno de los sofás a esperar por sus compañeros. No tardaron en aparecer Byakuran y Mukuro, ambos muy elegantes al igual que Lambo con sus trajes color negro que les sentaban de maravilla.
-¿Los demás no están listos aún? –dijo Byakuran mientras arreglaba el cabello de Mukuro-
-Al parecer no, apuesto a que Gokudera está jugueteando con Yamamoto –dijo entre risas Lambo pero le duró muy poco porque justo llegó el mencionado con su pareja. Entonces le asestó un golpe en la cabeza al chico vaca- ¡Duele baka Gokudera!
-Eso te pasa por estar hablando a las espaldas de otros. Además ya todos sabemos cómo Reborn te coge salvajamente –dijo burlón el peliplata-
-Uhh golpe bajo –dijeron Chrome y Haru que estaban con unos vestidos largos de color índigo en Chrome y para Haru en un tono celeste-
-Se ven preciosas damas –dijo Yamamoto caballerosamente y les besó la mano a cada una-
-Oi Yamamoto –dijo un celoso Gokudera-
-Pero tú eres hermoso Hayato –dijo el pelinegro que ya se había volteado y ahora le daba un beso a su celoso amante-
Enma llegó a la escena y se rió al ver como los celos de Gokudera eran aplacados con un beso de parte de Takeshi. El pelirrojo no se quedaba atrás, lucía un traje del mismo color que sus compañeros para combinar, su cabello rebelde estaba peinado hacia atrás dándole un toque más maduro y elegante, las curitas que solía llevar en el rostro habían desaparecido por lo que el chico estaba resplandeciente y sumamente precioso.
-Pequeño Enma, estás lindísimo –dijo Byakuran que en ese momento dejó caer el marshmallow que traía en la boca-
-Es cierto Enma, luces excelente –complementó Mukuro y sacó otro marshmallow para su amante-
-Gr-gracias chicos –dijo el pelirrojo y se sentó junto a ellos-
Luego llegaron los hermanos Sasagawa con sus respectivas parejas, Ryohei y Aoba estaban tomados de las manos por fin sin hacer tanto ruido, también lucían geniales. Todos les halagaron pero después fue el turno de las damas Kyoko estaba con un vestido rosa pálido y Hana con un vestido negro que acentuaba su figura, ambas sonrieron y agradecieron por los cumplidos, luego compartieron un beso haciendo que todos dijeran Oww. Sólo faltaba Tsuna, cuando ya iban a enviar a Lambo hacia la habitación de su jefe, él apareció caminando con elegancia con sus X-Gloves puestos, el traje hecho a su medida haciendo resaltar su delicada y a la vez fiera figura, si bien todavía conservaba la apariencia frágil y tierna, en su mirada se veía el espíritu y la determinación feroz de su persona. Todos sus guardianes se levantaron e hicieron una pequeña reverencia, luego Tsuna se acercó y los felicitó por verse tan elegantes y geniales.
-Nos presentarán a cada uno y seguramente hablarán sobre nuestras habilidades. Así que den lo mejor, impresionemos a esta gente. Demostremos que no somos niños jugando a la Mafia, que tomamos esto muy en serio y sobretodo que somos una familia unida, con habilidades extraordinarias. ¿Está bien?
-Por supuesto, Bossu, décimo, jefe –se escuchó de cada uno de sus guardianes.-
-Así se habla Dame-Tsuna- dijo Reborn que había aparecido de la nada y se situó detrás de ellos con su fedora cubriendo su mirada- Adelante décima generación –les expresó y Tsuna sintió como un escalofrío le recorría todo el cuerpo, Reborn siempre sabía cómo motivarlo a él y a su grupo, eternamente estaría agradecido con su tutor incondicional. Sentía la adrenalina correr por todo su cuerpo y de igual forma le sonrió altanero al hombre de cabellos negros quien levantó la mirada y correspondió a la sonrisa, era como un lenguaje mudo entre ambos donde Reborn mostraba su apoyo y respeto a Tsuna y éste lo mismo-
-Llegó nuestro momento –dijo Tsuna, volteó y vio a todos sus guardianes sonriéndole, listos para demostrar de qué estaba hecha la décima generación-