La música lenta y suave inundaba el amplio salón de la mansión Vongola, todos los presentes vestidos elegantemente, los hombres con trajes formales y las mujeres con espectaculares y majestuosos vestidos adornando el lugar con sus figuras delicadas y exquisitas.
Aunque el ambiente era tranquilo, los susurros entre los diferentes mandatarios y personas importantes dentro de la Mafia no se hacían esperar, el tema de todos era el décimo capo muchos cuestionaban su capacidad para encargarse de una familia tan grande y poderosa. Pronto todo el mundo guardó silencio ya que Timoteo se encaminaba a la tarima para tomar la palabra
-Muchas gracias por su presencia a todos, nos honran a mí y a la familia Vongola. Ahora vamos al verdadero propósito de esta velada, mi nieto y sus guardianes, la décima generación, serán presentados –dijo Nono tomando un micrófono y la multitud empezó a aplaudir fervientemente esperando a que la joven generación hiciera su entrada-
Todo el mundo esperaba expectante mirando hacia las escaleras por donde todavía no aparecía nadie. De pronto un joven muchacho ocupó el lugar de Nono con el micrófono, se aclaró la voz y empezó
-Buenas noches a todos ustedes, tengo el honor de ser portavoz de la décima generación. Ahora por favor demos la bienvenida al Guardián de la Tormenta y Mano derecha del décimo capo Vongola, Gokudera Hayato. Su talento es incomparable al tener absoluto dominio de su caja arma y lo que ven es el Vongola Gear, tecnología y armamento exclusivo de la décima generación.
En ese instante Hayato apareció con una explosión en las escaleras, con su fiel mascota Uri y todo el equipamiento del Vongola Gear, hizo una reverencia y se situó al lado derecho de la amplia escalera, apoyado sobre el barandal que esta poseía. Toda la audiencia aplaudió fervientemente y de nuevo se hallaba a la expectativa por la siguiente persona.
-Posteriormente los Guardianes de la Niebla, Rokudo Mukuro y Dokuro Chrome, ambos excelentes ilusionistas y…-la frase no pudo terminarse ya que todo el lugar estaba rodeado de una intensa neblina, pero eso no era todo se podían escuchar unas particulares risas. De la nada la tranquila mansión estaba rodeada de pilares hechos de plantas enredadas con flores cubiertas por fuego y por el otro lado del salón estaba nevando, se veía como caían algunos copos de nieve. Se escuchó un chasqueo de dedos entonces la ilusión terminó y en las escaleras ya estaban Chrome y Mukuro ambos con sus tridentes y sus cajas arma, así como con sus pendientes Vongola Gear.
-Nos da gusto ser presentados ante todos ustedes –dijeron a coro, al igual que Gokudera hicieron una reverencia y se situaron al lado izquierdo, Mukuro en el peldaño superior al frente de Hayato y Chrome en el peldaño inferior en el lado izquierdo-
-Bueno ya vimos lo habilidosos que son –la multitud aplaudió aunque algunos aún no se recuperaban del todo de la ilusión- Ahora es el turno del Guardián de la Lluvia, Yamamoto Takeshi, uno de los espadachines más jóvenes y prodigiosos de esta era con su estilo Shigure Souen Ryu.
Yamamoto entró caminando con elegancia, con su collar de la lluvia versión X reluciendo en su cuello y con su espada en mano, sus mascotas Jiro y Kojiro también le acompañaban. Sonrió como normalmente hacía, hizo una reverencia y se colocó detrás de Hayato, guardando su espada en su estuche.
Los concurrentes miraban asombrados al muchacho por ser tan joven y dominar tal estilo, las mujeres presentes se derretían por las tiernas mascotas del moreno. El joven se aclaró la garganta y continuó con la presentación.
-Muy bien, ahora les presento al Guardián del Sol, Sasagawa Ryohei. Este joven es –el muchacho fue interrumpido por los extremos gritos de Ryohei-
-¡Soy Sasagawa Ryohei al extremo! ¡Me gusta el boxeo y ni sueñen en meterse con Aoba porque él es mío, tampoco con Kyoko! ¡Al extremo! –concluyó el peliblanco mientras que en su mano se podía apreciar su brazalete del sol versión X, todo el mundo quedo algo confundido pero al final aplaudieron y hubo algunas risas por la actitud efusiva del chico, que rápidamente se puso en el lado derecho-
-Damas y caballeros recibamos al Guardián del Rayo, Bovino Lambo. A pesar de ser tan joven es otro talentoso muchacho quien ha logrado perfeccionar el Elettrico Cuoio, además de ser poseedor del artefacto más valioso para la familia Bovino, la bazooka de los 10 años –Lambo miró a todos con autosuficiencia cargando su casco del rayo versión X mientras que su poderosa caja arma estaba situada detrás de él, ambos caminaron hasta situarse en el lado izquierdo-
-El décimo capo no sólo está rodeado de personas que poseen los anillos Vongola, también tiene de su lado a personas poseedoras de los Anillos della Terra. Es así entonces que me complace presentarles a Enma Kozato con la flama de la tierra y Aoba Koyo quien posee la flama del bosque. –la concurrencia murmuraba curiosa sobre los dos muchachos hasta que los vieron, muchos se sorprendieron al ver la llama flameante pero en sentido invertido de lo normal en la frente de Enma pero de igual forma se admiraron al ver cómo un muchacho de quince años había conseguido que tanta gente le siguiera y con distintas flamas, aplaudieron efusivamente a los dos chicos que sonrieron-
Enma estaba muy nervioso así que rápidamente hizo una reverencia y corrió hacia el lado derecho mientras que Koyo mantuvo la calma y con gracia caminó al lado izquierdo no sin antes darle una mirada asesina a su novio, ya arreglarían las cosas luego.
-El jefe no sólo ha conseguido que estas personas con atributos diferentes estén de su lado. Sin más preámbulo démosle la bienvenida a Byakuran Gesso quien posee el elemento cielo pero con la diferencia, de que el anillo portador de dicho elemento es un anillo Mare, únicos en todo el mundo. Nuestro joven jefe consiguió que esta maravillosa persona con excelentes habilidades sea parte de sus guardianes –si los presentes habían estado sorprendidos con la presencia de Enma y Aoba con sus atributos, quedaron anonadados al ver a Byakuran quien con una sonrisa amable junto a su dragón blanco descansando en su cuello, hizo una reverencia y se dirigió al lado izquierdo-
-El Guardián de la Nube es alguien que ya conocemos muy bien. Hablamos del heredero de la familia Hibari, Hibari Kyoya. Creo que todos los presentes somos muy conscientes de la fuerza descomunal que este joven posee. Podemos verle allí –un reflector iluminó la figura de Hibari que estaba en una esquina del salón y tenía una mirada asesina, por eso mismo el joven presentador sonrió nerviosamente y de inmediato se quitó el reflector-
-Malditos herbívoros que se agrupan –refunfuñaba Hibari-
-Finalmente la persona que es el líder de estos que son sus guardianes. ¡Con mucho orgullo les presento a Sawada Tsunayoshi, el Décimo Jefe de la Famiglia Vongola! –dijo el muchacho emocionado. Se instaló un silencio sepulcral en el salón porque Tsuna aún no aparecía, todos creían que ya no se presentaría hasta que el joven entró volando, sí volando mostrando sus majestuosas flamas del cielo, la llama de la última voluntad en su frente flameando fiera y segura, sus ojos del particular color naranja al estar en el modo hyper. El salón estalló en aplausos y vitoreos por la fenomenal entrada de Tsuna, este hizo una seña para que le pasaran un micrófono y así se hizo entonces él se puso en el centro de la amplia escalera entre sus guardianes quienes al verlo se inclinaron en una reverencia, con un leve ademán del castaño todos los chicos volvieron a sus posiciones normales.
El castaño salió del modo hyper en un instante, se aclaró la garganta y tomó el micrófono, todos guardaron silencio para escucharlo
-Buenas noches a todos, es un placer recibir a todas las familias junto a sus jefes en nuestra mansión. Me alegra por fin estar frente a ustedes, quería conocerlos y que me conocieran. Sé que aún es muy pronto para que asuma el poder de Jefe, pero es mi deseo hacerles saber que estoy preparado para dar la talla en el puesto. Mis guardianes y yo tenemos la capacidad y la voluntad para hacer de Vongola una famiglia mucho más poderosa y próspera, así que espero poder contar con cada uno de ustedes para trabajar en conjunto, protegernos y luchar por un mejor futuro. –concluyó con una sonrisa y con su mirada llena de determinación. Todos los presentes sintieron una corriente eléctrica recorrerles todo el cuerpo mientras Tsuna hablaba, no dudaron en aplaudir al castaño, sus palabras habían inspirado a todos los invitados y era inevitable pensar en cuan parecido era el chico a Giotto, Primo Vongola que aun siendo joven llevó adelante a la Famiglia junto a sus guardianes.
-¡Oh lo has conseguido Tsuna, kora!-decía un rubio de ojos azules tomando una copa de vino-
-Ahora Sawada se luce ante todos –dijo una peliazul desviando la mirada-
-Anda Lal no te pongas celosa, está haciendo lo que debe hacer-murmuró un pelinegro con el cabello largo y perfectamente trenzado-
-Lo sé, maldita sea aún no puedo creer que ese mocoso que se la pasaba llorando de aquí para allá por los entrenamientos de Reborn ahora se haya convertido en esta persona tan decidida y sin miedo –respondió ella mientras traía a su memoria los recuerdos de cuando el chiquillo corría a refugiarse con su persona y ella como nunca nadie le había tomado tanto afecto que hasta lo defendía de Reborn aunque claro siempre le hablara casi despectiva, en el fondo se derretía ante tanta ternura junta-
-No vayas a llorar Lal –se burló Reborn quien había aparecido de la nada nuevamente-
Ambos ya iban a iniciar una disputa hasta que la voz dulce de Tsuna les detuvo
-Por favor, disfruten la fiesta –dijo con una sonrisa, los presentes aplaudieron y la música empezó a sonar. Sus guardianes guardaron sus cajas arma y todos bajaron para mezclarse en la fiesta-
Tsuna caminaba entre todos estrechando sus manos y agradeciendo, muchos le halagaban y el agradecía gentilmente. Caminaba muy tranquilo hasta que los vio, Colonello agitaba su mano en señal de saludo, el castaño solo negó con la cabeza y se dirigió hasta ellos.
-¡Felicidades, kora! –expresó efusivo el rubio abrazandole-
-¡Gracias Colonello!-respondió Tsuna con la misma efusividad, hacía mucho que no veía a los amigos de Reborn que también eran suyos- ¡Lal estás aquí! –corrió a abrazar a la peliazul-
-Mocoso, ¡lo has hecho genial! –dijo ella acunándolo en sus brazos, luego lo soltó entonces fue el turno del pelinegro-
-Tsuna estás precioso, me has impresionado-dijo con su sonrisa habitual el pelinegro-
-¡Fon! –casi gritó Tsuna y corrió a abrazar al hombre quien gustoso lo recibió en sus brazos- Oh Fon, te extrañé muchísimo –expresó con un ligero sonrojo en el rostro-
-Yo también te extrañé mi pequeño –le dijo él poniendo más fuerza en el abrazo para hacerle saber al muchacho que estaba ahí con él y que no le dejaría-
Mientras que entre Fon y Tsuna se creaba una atmósfera impenetrable, Kyoya observaba disgustado la escena pero lo que más le molestaba es que no sabía si estaba disgustado porque su primo se rodeara de ese herbívoro o si estaba enfadado porque su primo abrazaba al herbívoro quien dejaba de ser tan salvaje y le sonreía de esa forma con ese estúpido sonrojo en su cara. Todavía recordaba que esas expresiones cuando niños, solo le pertenecían a él que el pequeño conejo le perseguía día y noche con esa sonrisa bobalicona en su rostro y el sonrojo que se marcaba cuando hacía el intento de no tartamudear al hablarle.
-Tsk, maldito herbívoro –murmuró enojado y fue a tomarse una copa de vino-
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En el centro de la fiesta, estaba Enma conversando con Lambo sobre videojuegos pero en realidad no estaba prestando atención ya que buscaba con la mirada a su príncipe dorado hasta que lo vio pero él no estaba solo, lo acompañaba una mujer de color rosa, piel pálida y ojos color oliva. La chica tenía agarrado a Dino del brazo, el pequeño pelirrojo desvió la mirada y su corazón le empezó a doler. Le dijo a Lambo que iría por bocadillos a la mesa central entonces al estar allí, miraba a los bocadillos como si fueran lo más interesante del mundo hasta que vio como alguien escogía un poco de sushi y se lo ofrecía, pero como estaba perdido no pudo ver quien era hasta que el susodicho con su mano delicadamente le levantó el rostro y le metió el bocadillo a la fuerza.
-¡Hola Enma, ha pasado tiempo! –dijo el chico con el cabello púrpura, con un piercing en el labio y una sonrisa radiante, vestido elegantemente-
-¡SKULL! –gritó Enma con la boca llena todavía apuntando al hombre quien solo se carcajeó al ver su reacción-
-No se habla con la boca llena- le dijo el mayor pero no se esperó que el pequeño pelirrojo se le abalanzara, lo recibió gustoso y acarició aquel pelo color fuego que tanto adoraba- Oh mi pequeño Enma, mi pequeño ha crecido mucho –le dijo-
-¡Dónde estabas! ¡Te extrañé un mundo idiota! –dijo Enma aun abrazado a Skull-
-Estaba de misión Enma, pero…¡Ya volví a tu lado! –dijo y le tomó del mentón queriendo acercarlo- Rayos quiero besarlo, está tan lindo. ¡Mierda!¡ Contrólate Skull!
Dino conversaba alegremente junto a Bianchi, hasta que visualizó a Enma junto al Arcobaleno Skull, no supo porqué verlos tan cerca le causó una gran molestia por ello dejó a Bianchi y se dirigió hasta los mencionados
-¡Enma! –dijo tomando del brazo al pelirrojo quien de inmediato se sonrojó, Skull rodó los ojos y se forzó a poner una sonrisa-
-D-dino-san –dijo Enma- ¿Qué haces aquí?
-Pues quería saludarte y decirte que estás bellísimo –dijo el rubio acariciando el rostro del chico causando que Skull apretara los puños- Oh y Hola a ti también Skull –dijo sin soltar a Enma entonces le ofreció su mano-
-Cavallone Dino-dijo el mayor estrechando su mano con fuerza, ambos hombres tenían una silenciosa pelea con sus miradas y Enma ni se enteraba-
-¿Enma, te gustaría bailar? –dijo sin pensar Dino mirando al pequeño que rápidamente asintió, dejando a un Skull descolocado y bastante celoso-
Los invitados conversaban tranquilos en sus respectivas mesas y las parejas que querían bailaban en la pista de baile instalada cerca de la tarima donde el grupo tocaba la fina y suave melodía. Dino sin dejar la mano de Enma, le condujo hacia la pista entonces colocó una de sus manos en la cintura del pelirrojo quien ya se sentía en el cielo al estar con su príncipe.
-Pon tu mano en mi hombro –Enma así lo hizo y se sonrojó- Tranquilo, yo te guiaré solo tienes que seguirme –le dijo al oído-
-Lo siento, casi nunca bailo en las fiestas –murmuró avergonzado-
-Estás conmigo, no pasa nada-dijo Dino con una sonrisa y le acarició el rostro-
Enma asintió feliz entonces empezaron a bailar, lento y suave solo ellos existían en esa pista, era un momento mágico desde la percepción de Enma. Dino guiaba al menor, se movían con gracia y elegancia, el mayor no podía despegar sus ojos de la maravillosa vista que el pelirrojo le ofrecía con una sonrisa tímida en el rostro y aquel tono carmín en sus mejillas, simplemente hermoso pensaba Dino mientras que inconscientemente pegaba más al chico y este se ponía ligeramente nervioso
-¿No te gusta bailar así?
-No es que no me guste. Es que no he bailado así con nadie pero si es contigo está bien –le dijo con una sonrisa preciosa-
-Enma eres hermoso –le dijo el rubio, la música paró y Dino besó la mano del pelirrojo- Creo que es hora de la cena. Ve con tus amigos –le dijo sonriente-
-S-sí gracias por el baile Dino-san –dijo rojo como un tomate-
-Fue todo un placer bailar contigo Enma. Nos estaremos viendo –dijo y le guiñó el ojo para luego ir con sus subordinados al espacio reservado para la famiglia Cavallone-
Kozato no dejaba de tocarse la mejilla atontado por todos los acontecimientos pero salió de su mundo cuando un berrinchudo y molesto Skull, lo jaló para llevarlo a la mesa junto a los demás. Ya en la mesa todos disfrutaban de la exquisita pasta que se sirvió así como el risotto, posteriormente todos se deleitaron con el postre que era tiramisú y helado, cabe decir que Mukuro y Byakuran casi le roban el postre a los demás ya que estaba delicioso.
-Mmm Mukuro-kun quiero diez mil de estos cada día en nuestra habitación –decía Byakuran ya por su sexto tiramisú-
-No exageres Byakuran –le dijo Mukuro quitándole un pedazo-
Tsuna solo se reía por las ocurrencias de sus amigos y a la vez conversaba con Fon quien no lo había dejado solo en toda la velada, Lal y Colonello peleaban entre ellos. Koyo reprendía a Ryohei por haber dicho que era de su propiedad, el peliblanco le respondía con extremos de aquí para allá. Las chicas eran las únicas tranquilas que conversaban entre ellas animadamente, Yamamoto y Gokudera se daban de comer el uno al otro, Lambo molestaba a Enma por seguir sonrojado después de haber bailado con Dino y Skull decía que ya no hablaran de eso. Reborn por su parte solo observaba en silencio toda la escena, pero lo que en realidad maquinaba era como iba a castigar a su vaquita después de la fiesta.
Pronto el Nono Vongola pidió la palabra de nuevo, entonces todos guardaron silencio para escucharle
-Gracias a todos por venir, espero que hayan disfrutado de la velada tanto como yo y mi familia lo hicimos. Damos por terminada la fiesta por hoy y nuevamente Grazie mille por asistir –dijo Timoteo y todos aplaudieron, entonces lentamente las personas empezaron a retirarse del salón. Tsuna como buen anfitrión ya estaba en la salida junto con sus guardianes despidiéndose de cada persona, agradeciendo por su presencia y recibiendo cumplidos.
Finalmente todos los invitados se habían retirado, entonces Tsuna autorizó a sus guardianes para que fueran a descansar pues ya daban las 1 de la madrugada, él por su parte salió a uno de los balcones que la ostentosa mansión poseía, deshizo el nudo de su corbata y se quitó el saco entonces se dispuso a disfrutar de la suave brisa apoyado en el barandal. Pronto sintió como dos manos se posaban en sus hombros y le daban un masaje.
-¿Te cansaste mucho? –le preguntó con su voz tranquila cerca de su oído-
-Un poco, pero no se compara nunca con los entrenamientos espartanos de Reborn-le respondió y con delicadeza retiró aquellas manos-
-Lo sé, oye no bailamos nada hoy. Me debes una y quiero cobrarla ahora mismo –dijo el pelinegro tomando a Tsuna y empezando a bailar-
-Fon ni siquiera tenemos música –dijo divertido Tsuna pero de todos modos bailó junto al pelinegro, entonces tuvo un traspié y casi cayó pero fue sujetado firmemente por el mayor- Y qué ¿ahora nos besamos? –dijo sarcástico Tsuna al estar en aquella posición-
-Por mi parte no hay problema –dijo el pelinegro haciendo que Tsuna se sonrojara, empezó a acercarse a sus labios lentamente-
-Herbívoro tu abuelo quiere hablar –se detuvo a ver la escena frente a sus ojos- contigo
Rápidamente Tsuna apartó a Fon quien solo sonrió, le acaricio el rostro a Tsuna y se fue no sin antes decirle
-Luego continuaremos con esto –le dijo y desapareció por el pasillo dejando a Tsuna y Kyoya juntos-
-¿Qué pretendes ahora herbívoro? –dijo molesto acorralando a Tsuna quien solo le miraba furioso-
-Ya me informaste, LÁRGATE – le dijo despectivo y se dispuso a retirarse hasta que su brazo fue sujetado con fuerza por Hibari-
- Te hice una pregunta, responde. ¿Qué hacías con mi primo, acaso intentas engatusarlo para que se quede contigo y finja quererte?
-¡NO ME TOQUES! –gritó y le dio un puñetazo a Hibari en el estómago, quien retrocedió aturdido por la fuerza que había aplicado Tsuna- ¡No puedo creer que Fon y tú sean familia, él es tan gentil y amable no como tú que eres despreciable con todos! –dijo mientras lo miraba con asco, entonces Hibari sonrió-
-Pero no te importó cuando éramos niños. Tsuna quiere estar a su lado Hibari-san ¿recuerdas? –le dijo con una sonrisa burlona- Tú no eres nada, si yo quisiera podría tenerte ahora mismo –dijo sujetando a Tsuna por su cabello pegándolo a él- Siempre fuiste y serás el mismo inútil
-No digas que no te lo advertí –murmuró el castaño con su flequillo cubriendo su mirada. En un movimiento rápido pateó a Hibari dejándole en el suelo y antes de que este pudiese levantarse puso su pie en el pecho del pelinegro, se inclinó y tomó el mentón de Kyoya con una de sus manos mientras que con la otra automáticamente encendió su llama y la colocó muy cerca del rostro de Kyoya- Escucha IMBÉCIL, SI ME VUELVES A TOCAR O A MOLESTAR, TE RESTREGARÉ ESTA LLAMA EN TODA LA MALDITA CARA –acercó su mano al rostro de Kyoya y este se removió de dolor al sentir como aquella llama tan poderosa le quemaba y eso que solo le estaba rozando- ¿QUEMA VERDAD? –Kyoya no dijo nada- ¡RESPONDE!
-¡Sí, quema! –dijo el pelinegro intentando resistir-
-Excelente –dijo Tsuna con una sonrisa sádica- ¡Ya sabes lo que te puede pasar si te haces el gracioso conmigo de nuevo, ESCORIA! –le escupió la última palabra con todo el odio que podía sentir, entonces se paró y salió del lugar como si nada dejando al gran Hibari Kyoya tirado en el piso, sobándose la cara y con una expresión furiosa al ser vencido por él-
-¿No crees que se te pasó la mano? –dijo Reborn desde una esquina-
-Oh vamos, tú sabes que si yo quisiera pude haberlo incendiado y hacer que corra por toda la mansión de esa forma –dijo enojado- Y lo peor de todo es que Xanxus me está contagiando su léxico –expresó ya más tranquilo, sonriendo-
-Iba a decirte lo mismo, no le robes las palabras a Xanxus –murmuró el pelinegro y le dio una palmada en la espalda a Tsuna, ambos se dirigieron al despacho de Timoteo entraron y allí les esperaba el hombre con su sonrisa amable de siempre-
-Hijo mío estuviste maravilloso esta noche. Creo que ahora todos los rumores se calmaran y podrás tomar el poder sin contratiempos cuando llegue la hora –dijo y abrazó a Tsuna felicitándolo-
-Gracias abuelo. Hare todo lo que esté en mis manos para dirigir de la mejor forma a la familia. Pero creo que no querías hablarme solo de eso ¿verdad?
-Acertaste Tsunayoshi-kun. Quería decirte que pronto tendré la lista con los candidatos para tu matrimonio
-Sobre eso abuelo, tengo algunas condiciones. Yo te daré las características que busco en una pareja, en base a ello quiero que busques a los pretendientes y no tienen que ser solo de nuestro entorno o de las familias aliadas ¿me comprendes? Quiero tener citas para poder conocerlos a todos, los que no me agraden pues serán desechados. Deseo que la boda sea por lo menos en unos 5 años más, soy muy joven para casarme por lo que creo que en ese tiempo seré capaz de conocer a alguien digno de mí y al que ame.
-Entiendo Tsunayoshi-kun, veo que has madurado aceptaré tus condiciones. Pero ¿qué pasará con Hibari Kyoya?
-No quiero casarme con él, lo odio –dijo con seguridad-
-Escucha hijo mío, sé que tienen sus diferencias pero solo te pondré una condición. Le darás la misma oportunidad que a tus demás pretendientes, si aún así no te gusta pues no insistiré en tu unión con ese muchacho.
-Bien, solo una oportunidad –dijo entre dientes Tsuna- Pero a cambio quiero otra cosa
-¿Qué cosa sería?
-No puedes encerrarme en esta mansión con mis amigos. Quiero ir a la escuela como en Japón, quiero viajar y disfrutar de mi juventud antes de tomar la entera responsabilidad de la familia. Hasta podrías darnos misiones al igual que Varia, nosotros nos aburrimos al no poder utilizar nuestras habilidades en cosas serias –dijo muy serio- No quiero llevar una vida aburrida y obligar a mis amigos a eso, ellos lo dejaron todo por mí así que quiero retribuirles todo aquello. En Japón siempre salíamos y nos divertíamos, no quiero perder eso.
-Me sorprendes mi querido nieto pero veo que tienes razón, no quiero obligarte y quitarte tu juventud de esa forma. Solo deseo lo mejor para ti –dijo y acarició el rostro de su hijo- Desde la próxima semana estarán inscritos en la mejor academia para mafiosos en Italia y bueno supongo que pueden trabajar en conjunto con el escuadrón Varia en las misiones
-¡Genial! –dijo Tsuna feliz de haber conseguido lo que quería- Ohh y una cosa más
-Dime
-No me casaré si no considero a ningún candidato digno. Sé que quieres lo mejor y mi felicidad pero es mi vida también y no me casaré con alguien que no ame o que sea un completo imbécil, no me interesa si aceptas o no esta condición es una decisión que ya tomé por mí mismo.
-Tsunayoshi-kun…-dijo estupefacto el noveno-
-Buenas noches abuelo –dijo y salió del lugar dejando al hombre junto a Reborn-
-Vaya y pensar que hasta hace unos años era un niño tan tímido y asustadizo –dijo y suspiró Timoteo-
-Él ya creció Nono, no hay nada que podamos hacer contra eso –dijo Reborn divertido-
-Cuida de él Reborn-kun, te lo pido
-Siempre, Noveno. Lo hice antes y lo seguiré haciendo –dijo y procedió a retirarse-
*********
Tsuna caminaba hacia su habitación hasta que vio a Colonello en pijama deambulando por las habitaciones
-¿Colonello?
-Oh Tsuna, kora. No encuentro mi habitación, kora –dijo avergonzado-
-¿Tú y los demás se están quedando? –dijo confundido Tsuna-
-Ehh sí, el Noveno nos dio permiso de permanecer aquí junto a ustedes por un tiempo, kora –dijo y de la nada fue golpeado por una almohada que había sido arrojada por Lal-
-Vámonos a la habitación idiota –dijo ella molesta mientras arrastraba a Colonello- Buenas noches, Sawada –dijo y desapareció por los pasillos de la mansión-
-Vaya ustedes son un caso –dijo Tsuna y entró a su habitación para descansar-
Pero mientras Tsuna descansaba, Lambo se ponía el pijama agradeciendo que Reborn hubiese desaparecido pero se adelantó porque justo en ese momento el pelinegro entró a la habitación y cerró con llave la habitación.
-Hora de la compensación vaquita –dijo con su arma apuntando a Lambo quien inútilmente intentó huir pero fue rápidamente capturado sobre la cama por Reborn, quien ahora ya tenía su arma rozando los pezones del chico vaca-
-Nghh Reborn porfavor, estoy muy cansado-suplicó-
-Pero resulta que yo no lo estoy –dijo el pelinegro en el oído de Lambo, posteriormente lamió aquella punto sensible de su vaquita, su mano libre fue directo al miembro del ojiverde apretando con fuerza- He dicho que es hora de la compensación
-Re-reborn suétame ahh – pidió Lambo retorciéndose al sentir como la mano de Reborn sobre su miembro se movía y apretaba con más fuerza-
-Desvístete para mí, ahora –dicho eso lanzó a Lambo al suelo y se recostó en la cama en una posición más cómoda pero sin dejar de apuntarle con su arma-
El pequeño Bovino empezó a quitarse la camisa con estampados de vaca que conformaba la parte superior de su pijama pero lo hacía torpemente y con miedo
-Hazlo sensual, vaca estúpida –ordenó el pelinegro. Lambo empezó a mover sus caderas a un ritmo lento, dio una vuelta mientras se quitaba la camisa la sostuvo y avanzó con confianza hacia Reborn, se colocó sobre las piernas de éste sin dejar de menearse, la camisa ahora estaba alrededor del cuello del hitman que sonreía complacido. Pronto Lambo aun con temor de perder la vida se levantó y tomó la fedora de Reborn, colocándosela en la cabeza bueno el pelinegro solo estaba sorprendido pero no le había matado por lo que se animó a continuar quitándole su preciada arma, se tensó un poco al ver que Reborn fruncía el ceño aun así se quedó con ella. Bajó de la cama y le apuntó a Reborn quien solo miraba extasiado, luego Lambo se volteó y lentamente fue quitándose el pantalón del pijama dejando ver su perfecto trasero redondo, una vez fuera la estorbosa prenda con una de sus manos pasó el arma por toda esa zona, volvió a quedar de frente y ahora el arma era conducida desde su bóxer donde ya estaba su miembro visiblemente erecto. El recorrido continuó pasando el vientre de Lambo hasta llegar a sus pezones.
-Quítate todo vaquita –dijo relamiéndose Reborn-
-S-sí Reborn –dijo Lambo y en ese momento soltó el arma entonces metió su mano dentro de sus boxers rozando su miembro por lo que gimió, resistió el inmenso deseo que tenía de tocarse y finalmente se quitó la última prenda-
-Ven aquí –dijo Reborn quien ya se había sacado la camisa y ahora se podía apreciar su torso divino, con algunas cicatrices que lejos de hacerle ver mal lo hacían ver estúpidamente sensual, erótico. Lambo subió a la cama pero ni bien tenía un pie sobre ella, Reborn se le había abalanzado para darle un beso rudo muy al estilo Reborn, introduciendo su lengua en la cavidad ajena, mordisqueando esos dulces labios que le ponían tan caliente-
-Nghh Reborn para ahh por favor –suplicó el menor-
-Esta noche no dormirás –dijo mirándolo fijamente- Lambo –fue lo último que susurró en el oído de su amante, quien con solo escuchar como su nombre era pronunciado con tanta sensualidad se rindió ante las caricias del pelinegro mayor-
-Ahhh maldito, haz lo que quieras –dijo el ojiverde y esta vez él buscó los labios de Reborn para otro beso fogoso-
-Que conste que tú me diste carta libre-murmuró con una sonrisa sádica-
***********
En otra habitación se libraba una discusión extrema, entre un peliblanco y un peliverde, este último daba vueltas por todo el cuarto reclamándole a su pareja por el papelón que había cometido al ser presentado
-¡Es que no me lo creo Ryohei! –le gritaba-
-¡Solo dije la verdad, al extremo!
-¿Pero no pudiste reprimirte un poco? No era necesario que TODOS escucharan eso –dijo molesto Aoba mientras se quitaba los lentes pero su paz le duró poco porque ahora estaba en la cama con un Ryohei encima suyo-
-Aoba todos deben saber que tú eres mío, al extremo –susurró el peliblanco cerca de los labios de Koyo-
-Pero amor, no debiste decirlo de esa forma en la fiesta. Ese es mi punto –dijo el peliverde ya más calmado acariciando el rostro de su boxeador extremo-
-Lo siento extremadamente. Déjame arreglarlo –dijo con una sonrisa y besó a Aoba dulcemente pero poco a poco el beso se volvía más demandante e intenso- Koyo quiero hacértelo al extremo- susurró a su peliverde quien solo asintió con la cabeza, ambos retomaron el beso y las prendas fueron desapareciendo. Aquella noche estaría llena de gemidos y poses extremas, porque así era su amor súper extremo para toda la vida.
Mientras el dúo ruidoso de la familia Vongola estaba en su nidito de amor extremo, el papá y la mamá de los guardianes, estaban teniendo tiempo de calidad en su habitación
-Mmm~ Mukuro-kun estás sabroso –decía sumamente excitado el malvavisco andante al disfrutar de la vista de su amado Mukuro cubierto por chocolate en todo su torso y crema batida en su miembro- Me encanta la crema batida –dijo con una sonrisa y procedió a meterse a la boca el falo de su pareja que solo gemía ruidosamente al sentir la boca y lengua experta de su amante en esa parte de su anatomía, Byakuran terminó de quitar la crema de esa zona y rápidamente buscó los labios del heterocromático para darle de probar su propio sabor así como el de la crema-
Mukuro dejó de besar al peliblanco y se posicionó encima de este, tomó un poco del chocolate que descasaba sobre su torso y lo puso sobre los pectorales de Byakuran, una vez listo se dispuso a lamer el adictivo dulce mientras que su pareja pasaba sus manos por su trasero, pellizcando con fuerza
-Kufufufu chico malo –dijo Mukuro y empezó a restregarse contra el miembro de Byakuran quien hizo un puchero-
-¡Mukuro-kun malvado! No seas así conmigo, sabes que Byakurancito ya quiere estar dentro de ti –dijo sensualmente y jaló el fino cabello de su amante, haciendo que este se arqueara al sentir la presión sobre su pelo, posteriormente gimió al sentir la lengua de Byakuran sobre sus pezones cubiertos de chocolate- Vamos, no te hagas de rogar y déjame entrar –ordenó un tanto sádico y movió su pelvis sacándole nuevos gemidos a Mukuro que ahora ya sonreía de la misma forma sádica que su amante. Lo apartó bruscamente dejándolo recostado y abrió las piernas tentándolo más-
-Admírame mi amor –dijo relamiéndose, Byakuran sintió como su cuerpo temblaba de placer con tan solo ver ese gesto sensual. El peliblanco estaba tan concentrado en la expresión de Mukuro que apenas pudo reaccionar cuando sintió como el peliazul se autopenetraba, un fino hilo de saliva salía de la boca de Mukuro mientras seguía introduciéndose aquel falo- Ohh Byakuran, me encanta tenerte dentro –dijo gimiendo –
-Mierda ahh Mukuro-kun estás tan apretado como la primera vez. ¡Apúrate ya quiero follarte bien duro como te gusta!-dijo el peliblanco y le dio una nalgada. En eso Mukuro ya se había metido todo el miembro de su malvavisco-
-Espera nghhh lo haré yo esta vez-dijo Mukuro y de inmediato comenzó a montar a Byakuran, yendo de arriba hacia abajo disfrutando aquel enorme miembro que le brindaba tanto placer- Ahh tan du..ro y grande mhhnn
-Tu ritmo es bueno Mukuro-kun pero yo sé que eso no te basta ahh-dijo Byakuran con una sonrisa y rápidamente tumbó a su peliazul debajo de él sin dejar de penetrarlo- Yo te voy a enseñar lo que es bueno de verdad –le dijo y sacó su miembro. Mukuro casi le asesinó con la mirada pero le duró poco ya que Byakuran volvió a embestirle con más fuerza – ¡Woa! ¡Adoro como me recibe tu cuerpo Mukuro-kun!
-¡Cállate, muévete y bésame! –ordenó el heterocromático enredando sus piernas en la cintura de su amante-
-A la orden Mukuro-chan~ -dijo el peliblanco para luego besar a su amada piña con pasión intensa así como las embestidas que eran duras, firmes y rápidas, se podía escuchar el sonido obsceno del contacto piel con piel en ese acto sensual, sádico con sabor a dulce pero fiera pasión desenfrenada-
-¡Mhnn Byakuran! ¡Ahh, ahí de nuevo! –gemía Mukuro sin pudor mordisqueando lo que tuviera su alcance, en un inútil intento de acallar sus gemidos-
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La noche para algunos fue larga y muy intensa, mientras que otros soñaban con príncipes dorados, los que ya habían tenido acción en el día descansaban plácidamente muy abrazados se podía ver el firme agarre del pelinegro sobre su amado peliplata que descansaba sobre su pecho exhausto por toda la jornada. Finalmente en la habitación principal, un castaño dormía acurrucado entre las cobijas pero lo que él no sabía era que le quitaba el sueño a dos pelinegros pero por distintas razones.
Fon tan solo con un pantalón de pijama no podía quitarse de la mente la imagen de Tsuna sonrojado, pero por otro lado Hibari Kyoya se encontraba furioso consigo mismo por dejar que un herbívoro débil le hubiese dominado, pero tal vez esa era la menor de sus preocupaciones ya que desde hacía un buen rato que solo tenía en la mente la escena rosa y estúpida del herbívoro sonriente junto a su primo, aquello lo jodía de sobremanera se suponía que esas expresiones eran suyas absolutamente suyas
-Qué demonios me pasa –se preguntó en voz alta- La culpa es tuya, Sawada Tsunayoshi. No te dejaré tranquilo ni un solo momento de tu maldita existencia-dijo el pelinegro reprimiendo sus sentimientos, negando aquello que era obvio. Hibari Kyoya aún no era consciente ni admitía que estaba celoso pero… aprendería a estarlo, vaya que aprendería.